Expectativas favorables

La sociedad en general, y los empresarios en particular, miran con optimismo la gestión que se iniciará el 10 de diciembre, a la que se le exige más diálogo y consenso.

Las encuestas de expectativas sobre la gestión que se iniciará el 10 de diciembre próximo tienen un resultado en común, que es la esperanza de un cambio positivo.

La sociedad espera que las transformaciones que se anuncian atiendan sus tres preocupaciones centrales: la inseguridad –ligada en parte al avance del narcotráfico–, el empleo y la inflación. Los hombres de negocios también se suman a la ola positiva, como lo indica la encuesta realizada por D’Alessio Irol para el Instituto para el Desarrollo Empresarial de la Argentina (Idea), que reúne a las compañías más importantes del país y que producen el 40 por ciento del producto interno bruto (PIB).

El sondeo –difundido en el marco del 51° Coloquio de la entidad, que se desarrolló en Mar del Plata– muestra un crecimiento de las expectativas favorables sobre la situación del país en el próximo semestre de casi 10 puntos porcentuales respecto de seis meses atrás.

El cambio de tendencia es evidente en relación con las ventas, las exportaciones y la inversión. Esa actitud es más precavida sobre la generación de empleo, ya que se prevé que en el período octubre de este año y abril de 2016 permanezca estable. Puertas adentro, los directivos admiten que los desafíos continúan siendo un nivel adecuado de los salarios ante los reclamos gremiales y la retención de talentos en una sociedad cada vez más interrelacionada y desafiante en lo tecnológico.

Sin embargo, el pasaje del actual estancamiento al crecimiento no será fácil, debido a los grandes desafíos que tiene la macroeconomía, a partir de un abultado déficit fiscal, una inflación que se ubica entre las más altas del mundo y las escasas reservas monetarias.

Los candidatos presidenciales deben ser
sinceros, también, y explicar con claridad la enorme tarea que queda por delante. Lo contrario significará derruir enseguida el buen ánimo con que se espera el 10 de diciembre.

Otro desafío que aguarda a las futuras autoridades y a la oposición política será reconstruir el diálogo entre el Gobierno y los distintos actores de la vida argentina, sin fundamentos mesiánicos ni posiciones excluyentes.

Si bien la encuesta de Idea no reflejó ese punto, en las exposiciones y conversaciones en el Coloquio de Mar del Plata quedó en evidencia que esa actitud es uno de los fundamentos básicos que se aguarda del próximo gobierno.

Incluso con sus defectos, la Argentina es un país que recibe elogios por su estilo de vida y tolerancia intercultural e interreligiosa. Las bases de un mayor desarrollo no se pueden levantar con divisiones, falsos antagonismos y la creencia de que el que piensa distinto es un enemigo.

Estos elementos tienen la capacidad de erosionar las expectativas favorables que dominan el espíritu de la gran mayoría de los argentinos.