Los datos surgen de la encuesta Expectativas de Ejecutivos, realizada por la consultora D’Alessio IROL y presentada en IDEA. Los próximos 12 meses.
Para una mayoría de ejecutivos, la situación económica del país está igual o peor que el semestre pasado; sin embargo, la mirada pesimista comienda a ceder. La consultora D’alessio IROL encuestó a 182 líderes socios de IDEA para conocer las expectativas a futuro del empresariado argentino.
En términos generales, la situación económica fue evaluada mejor que durante el último semestre de 2014. Y las proyecciones a futuro auguran una mirada mucho menos pesimista por parte de quienes dirigen compañías en el país. Para el segundo semestre de este año se espera que la actividad se desarrolle sin sobresaltos y que comience el retorno a la normalidad. A su vez, los empresarios consultados estiman que en 2016 los principales factores que afectan a la empresa se mantendrán estables, con un ligero incremento de las ventas en el mercado interno. Ventas, inversión y empleo tampoco variarán demasiado.
En cuanto a las oportunidades de crecimiento, las claves siguen estando en los aspectos intrínsecos de las empresas. El abaratamiento de costos, la diversificación de productos y servicios y los procesos de reingeniería internos son los principales factores a mejorar según los ejecutivos.
Si bien las expectativas de los empresarios son mejores que las de hace algunos meses, la realidad actual sigue mostrando una actividad desacelerada. Según el informe de D’alessio IROL, una de cada cuatro empresas opera por sobre el 85 por ciento de su capacidad; hace 5 años atrás, esta situación se daba en la mitad de las compañías consultadas. Los empresarios no esperan una recomposición de su rentabilidad en el próximo año, y más aún, la mitad de ellos cree que la misma continuará disminuyendo.
Otro factor que continuará estable es el de la inversión, que se mantendrá en el 10 por ciento sobre las ventas. El objetivo principal serán las inversiones soft o blandas, con el marketing a la cabeza de las políticas a implementar. Para promocionar las inversiones, los ejecutivos señalan tres factores predominantes:la eliminación de impuestos distorsivos, una clarificación de las reglas del juego y una reforma impositiva.
Sobre la competitividad de sus compañías, una mayoría de los empresarios no solo la consideró baja, sino que a su vez la estimaron altamente determinada más por el tipo de cambio que por factores estructurales. Además, en su opinión, la influencia en este aspecto de las características impositivas del mercado local superan a la de factores como la educación y la inversión.
Al momento de establecer los desafíos a futuro, temas como los salarios y la retención de talentos fueron protagonistas. El factor tecnológico también tuvo su importancia en las respuestas de los encuestados. De cara a las elecciones de octubre, los reclamos a los candidatos presidenciales se resumen en cuatro puntos: educación, justicia, seguridad y política impositiva.