La apertura a lo importado aumenta la competencia en precios y tecnología.
Sin embargo, en Argentina, la elección entre una marca nacional o importada va mucho más allá de lo económico. Y, vuelve a plantear una pregunta clave para la industria local:¿Alcanza con ser “nacional” para ser elegido?
Una reciente encuesta de D’Alessio IROL revela que, cuando el precio es el mismo, la mayoría no elige automáticamente lo nacional ni lo importado.
Nuestros resultados muestran que optar por marcas locales es una decisión racional y emocional a la vez, impulsada tanto por valores simbólicos como por beneficios concretos.
¿Cómo eligen los argentinos cuando el precio es el mismo?
Según una reciente encuesta de D’Alessio IROL:
45% decide según el tipo de producto, evaluando cuál opción ofrece más valor.
40% prefiere marcas nacionales, sobre todo mayores de 55 años y sectores
socioeconómicos bajos.
Solo 10% elige decididamente lo importado, principalmente entre los más
jóvenes.
El “consumo con causa” impulsa lo nacional.
89% siente que al comprar marcas nacionales está apoyando el trabajo
argentino.
Este comportamiento refleja un compromiso social activo: alentar el empleo
local, contribuir a la economía y proteger el bienestar colectivo.
No es solo patriotismo simbólico, sino una forma de consumo con propósito.
También pesa lo práctico: confianza y experiencia.
51% valora la accesibilidad para reclamos y posventa: las marcas nacionales
están más cerca, responden, dan la cara.
41% confía más en cómo funcionan las marcas locales, por su trayectoria,
transparencia y familiaridad.
La confianza se construye en lo cotidiano, no solo en el mensaje de marca.
Pero el valor simbólico no alcanza cuando falla la propuesta.
47% de quienes eligen lo importado lo hacen por malas experiencias previas
con marcas nacionales.
Además, 66% cree que lo importado cuida más la calidad y ofrece mejor
tecnología.
Esto demuestra que cuando fallan el desempeño o la innovación, el orgullo
nacional pierde peso en la decisión.
¿Depende del tipo de producto? Sí
Se prefieren productos nacionales en rubros más emocionales y cotidianos:
alimentos, ropa, cosmética.
Se eligen importados en áreas más funcionales y tecnológicas:
electrodomésticos, tecnología personal.
Conclusión
Las marcas nacionales siguen siendo valoradas, pero ya no alcanza con serlo.
Para seguir siendo elegidas deben:
Sostener sus valores (empleo, cercanía, identidad).
Competir con calidad, servicio y actualización tecnológica.
Tienen una oportunidad real si logran ser consistentes, competitivas y
emocionalmente relevantes.