Nota: El ánimo del país también define el consumo: la desconfianza frena, pero también enseña.

El desafío para las empresas es convertir la cautela en impulso y el resguardo en acción. Solo 26 % de los argentinos mantiene una mirada positiva frente al futuro, mientras que 51 % expresa desconfianza o desánimo.
El balance general (-25) confirma un país en modo cautela, donde la incertidumbre política y económica también enfría el consumo, la innovación y la adopción de nuevos productos.
Un fenómeno transversal:
El desaliento atraviesa géneros y clases sociales.
En CABA, 35% conserva expectativas favorables; en GBA, apenas 15 %.
Entre quienes no votaron en septiembre, la mayor parte se reconocen en la apatía o el desencanto.
7 de cada 10 argentinos priorizan la prudencia sobre el entusiasmo, y solo 1 de cada 5 rescata la energía de avanzar pese a la incertidumbre.
Lo que empezó como prudencia se transformó en un modo de vida: protegerse antes que avanzar.
Para las empresas: la misma cautela que frena el voto también frena la prueba y la innovación. El desafío es reconstruir la confianza en las empresas, sus marcas y las innovaciones y transformar la defensa en movimiento.

Encuesta D’Alessio IROL -octubre 2025