Centennials y millennials en época de campaña: cómo reciben la propaganda política

Según un estudio de D’Alessio IROL / Berensztein, son más tolerantes y receptivos a los mensajes políticos.

A menos de un mes de las PASO, los estudios están enfocados en cómo los más jóvenes del padrón perciben la campaña. En especial, los centennials, que representan al 22% del electorado. Según un análisis de la Asociación Argentina de Publicidad (AAP) y las consultaras D´Alessio Irol y Berensztein ese segmento es el más receptivo y tolerante a los mensajes políticos. A diferencia de los adultos encuestados, que no esconden su malestar por la propaganda electoral.

Según los resultados a los que accedió TN.com.ar, de las 582 personas que participaron de la muestra, predomina el hastío, con un 38%, siendo más notorio en los mayores de 40 años, seguido por el agotamiento (18%).

Estos atributos negativos resaltan la falta de credibilidad, la distorsión de la realidad y la ausencia de propuestas claras. Al menos dos tercios de los encuestados consideran que los candidatos solo hacen promesas en busca de votos y casi la mitad cree que están alejados de los intereses de los ciudadanos.

A pesar del escepticismo entre los mayores de 40 años, el estudio percibió una visión más favorable entre la Generación Z. En ese sentido, gran parte de ellos señaló que la propaganda política sirve para permitir conocer a todos los candidatos y sus propuestas.

Con respecto a las fuentes de consumo de estos mensajes electorales, el informe argumentó que la televisión continúa llevando la delantera. Aunque en los jóvenes de hasta 24 años las redes sociales lideran el podio.

La mitad de los encuestadores remarcó que la publicidad electoral “es muy invasiva”. Aunque a la inversa, los centennials y millennials se mostraron más empáticos y receptivos.

En relación a la regulación de la pauta electoral, mientras que 6 de cada 10 coinciden en el pedido por una menor duración y espacio, los más jóvenes no se mostraron disconformes con la normativa vigente.

Como conclusión del estudio, 9 de cada 10 mencionan no haber sido influenciado por la propaganda en su decisión de voto. Aunque un tercio de los centennials remarcó que fue de utilidad.

 

Publicado por TN el 26/07/19.

Cristina, combatiendo (al pequeño) capital

El capitalismo es un sistema económico y social basado en la propiedad privada de los medios de producción, lo que requiere de un corpus legal que brinde certidumbre (seguridad jurídica) a la personas o empresas que son, precisamente, propietarias. La experiencia histórica sugiere que uno de los principales riesgos consiste en las expropiaciones o confiscaciones por parte de gobiernos que usan su poder de forma discrecional y con pretextos ocasionales, como `defender la soberanía nacional` (recordar el caso YPF, cuyas consecuencias nuestro país aún está pagando, o el de Ciccone, efectuado con el único fin de encubrir un ominoso caso de corrupción). Otras excusas típicas remiten a `evitar monopolios o abusos por posición dominante` (inevitable recordar el famoso 7-D, día en el cual el gobierno anterior pretendió tomar control de un medio de comunicación privado).

Otro componente esencial del sistema capitalista es justamente la importancia del capital como generador de riqueza. La actividad económica se basa en el hecho de que los agentes que organizan los medios de producción puedan obtener un beneficio económico. La competencia entre las empresas es vital y garantiza que los mecanismos del mercado funcionen de forma que los bienes y servicios se distribuyan en el conjunto de la sociedad. La riqueza se acumula gracias al aumento de capital por medio de la inversión. El libre juego de la oferta y la demanda se expresa en los precios, que son expresión de la escasez relativa de bienes y servicios. El capitalismo es entonces complejo y sencillo al mismo tiempo. Lo que está claro es que, contrariamente a lo afirmado por Cristina Fernández de Kirchner, no es en absoluto sinónimo de `consumo`.

En efecto, el consumo es solo un componente, de ninguna manera el más importante. Durante mucho tiempo, en especial hacia mediados del siglo pasado, notables intelectuales de formación marxista mantuvieron largas disquisiciones de carácter teórico y empírico sobre la enorme diferencia entre la producción y la circulación de bienes. Su principal conclusión fue que el modo de producción capitalista se distinguía de todos los demás (como el feudal o el `asiático`), por la propiedad privada de los medios de producción y la generación de una plusvalía gracias al papel clave del capital. De ahí surge el título de la principal obra de Karl Marx. Para aclarar estos asuntos, la expresidente podría consultar la obra de la recientemente fallecida Marta Harnecker, sobre todo en sus frecuentes viajes a Cuba, donde esta intelectual chilena muy cercana a Hugo Chávez entre 2002 y 2006 (luego del fallido golpe que intentó destituirlo) ha sido tan influyente. Es curioso que Axel Kicillof no se haya preocupado ni ocupado de evitarle a su jefa y referente esta clase de confusiones tan elementales. Podría, por ejemplo, haberle explicado que el consumo existe desde mucho antes de la Revolución Industrial, momento en que surgieron los cambios económicos, sociales, culturales y políticos que permitieron la consolidación y la expansión del sistema capitalista a escala global.

Es posible que esta falta de comprensión por parte de Cristina respecto de los mecanismos más elementales de la economía política moderna explique su inclinación a recurrir a la inflación con el objetivo de incentivar el consumo, aunque fuese de manera transitoria. Si `capitalismo` y `consumo` significaran lo mismo, entonces `un poco de inflación` para alimentarlo no tendría nada de malo. Contradiciendo la experiencia práctica y el conocimiento acumulado por más de medio siglo, la emisión espuria de dinero podría considerarse, en el peculiar ideario K, una política consistente y hasta necesaria para impulsar un modelo procapitalista.

En la tradición peronista, las pequeñas y medianas empresas siempre tuvieron un papel fundamental. El proteccionismo como estímulo a la política de impulso a la sustitución de importaciones fue, hasta el giro promercado impulsado por el menemismo, uno de los pilares de las políticas económicas de los gobiernos justicialistas. Buena parte de esas políticas habían comenzado luego de la crisis de 1930, una década y media antes de la llegada de Perón al poder, y no solo en la Argentina. Se trató de un fenómeno generalizado que alcanzó incluso países pequeños con escaso mercado interno (sin escala). El peronismo, con una clara visión estatista, impulsó `desde arriba` el proceso de industrialización del país, incrementando la importancia política y social que adquirieron los sindicatos y, sobre todo, una profusa y compleja red de pequeños y medianos empresarios. La Confederación General Económica (CGE) fue la expresión de dichas redes que, por tamaño, sofisticación y ser en su enorme mayoría de capital nacional, desarrollaron intereses disonantes con los de la Unión Industrial Argentina. José Ber Gelbard (ministro de Economía de Cámpora, Lastiri, el propio Perón y el primer tramo de Isabel entre 1973 y 1974) fue uno de los principales referentes de la CGE y quien impulsó la malograda política de `inflación cero`, que profundizó la crisis y derivó en aquel costoso episodio de ajuste salvaje conocido como `Rodrigazo`.

Por todo esto, sorprendieron tanto las alusiones de Cristina a las marcas Pindonga y Cuchuflito. Tal vez se trató de un malogrado intento de empatizar con parte del electorado de clase media, frustrado con la crisis económica, que recurre a menudo a segundas o terceras marcas para compensar la caída de sus ingresos. Sin embargo, un estudio reciente de D´Alessio IROL-Berensztein demostró que 8 de cada 10 argentinos habrían sustituido el consumo de primeras marcas por otras de menor precio. Estas segundas opciones, lejos de ser vistas como algo peyorativo, son consideradas una compra inteligente por parte de los sectores medios, por lo que criticarlas abiertamente tampoco resulta conveniente a la hora de empatizar con dicho electorado. Además, la expresidenta perdió de vista un pequeño detalle: todos conocemos a, trabajamos para o somos uno de esos dueños de pequeñas empresas que no saben de descansos ni feriados y que, pase lo que pase, están ahí, en la trinchera a puro sacrificio, cubriendo los bancos, pagando los impuestos y tratando, con los pocos recursos de los que disponen, de salir adelante. Por otra parte, no parece ingenua esa afirmación de que `capitalismo era lo que hacíamos nosotros con Axel`, como para intentar despejar las dudas sobre una eventual radicalización de un nuevo gobierno K, que sigue generando miedo, si no terror, en buena parte del electorado independiente.

Vale la pena recordar que marcas establecidas, muy conocidas por la señora de Kirchner, como Louis Vuitton o Hermès, fueron en sus orígenes meras pymes familiares. Más aún, esta Cuarta Revolución Industrial nació en simples garajes, donde jóvenes visionarios (los Steve Jobs, Bill Gates y Paul Allen de este mundo) sentaron las bases de la economía digital. Ese espíritu emprendedor se ha continuado, profundizado y multiplicado desde entonces con infinidad de aventuras, algunas exitosas y muchas fracasadas, que incluyen marcas hoy icónicas como Amazon, Google, Facebook o eBay. La Argentina no es ajena a esa ola, como lo ponen de manifiesto grandes casos de éxito como Mercado Libre, Globant, Despegar, OLX y AuthO. Así, aquella vieja tradición comercial, industrial y de servicios que convirtió a la Argentina en un país próspero y moderno (Bagley, Terrabusi, Alpargatas, Bunge & Born, Quilmes, Di Tella o Arcor, por mencionar solo algunas) continúa en una nueva generación de empresarios y empresas que comenzaron bien de abajo, y que con resiliencia y tesón pudieron hacer una diferencia. Por eso, les debemos mucho más respeto y reconocimiento a los Cuchuflitos y las Pindongas de este país y de este mundo.

 

Publicado por La Nación el 26/07/19.

Bolsas flacas

La caída del consumo tocó su piso. Cómo puede evolucionar de acá en más. Los rubros más y menos afectados. ¿Recuperación estable o con altibajos? Las estrategias de los Supermercados para recuperar terreno. Qué consumidor se perfila para 2020.

En economía, los especialistas recuerdan momentos de contracción en distintas industrias a lo largo de la historia. Al apelar a la memoria reciente, aparece a nivel global el término credit crunch para referirse a la crisis del crédito, a partir de la implosión bancaria de 2008 en los Estados Unidos. Luego, la expresión se usó a nivel local para hablar de la crisis energética, tomando el concepto de crunch tal como se usa para hablar del Big Crunch, en la teoría de la destrucción del universo.

Decir que el consumo en la Argentina está atravesando por una etapa de crunch puede sonar alarmante, pero la realidad es que los números muestran una contracción comparable con la crisis de 2002. Si se pregunta sobre el año pasado, tanto los retailers, los fabricantes y los consumidores prefieren olvidarlo. Los aumentos en las góndolas y en los costos para las cadenas, la devaluación que generó una inflación de casi el doble de lo planeado y salarios que no acompañaron esa curva fueron los motivos que hicieron que 2018 fuera un año de crisis para el consumo. Con caídas en volúmenes de entre 4 y 7 por ciento en promedio, fueron muchas las categorías que tuvieron pérdidas aún mayores. Algunas tendencias, como la compra online, la búsqueda de promociones y el desarrollo de los mayoristas no son nuevas, pero el consumidor todavía se encuentra en una etapa de transformación, que lleva a que también se transforme la industria.

Según datos de Kantar Worldpanel actualizados a mayo, este año tuvo cinco primeros meses `bastante negativos`, tal como los define Joaquín Oria, gerente de Comportamiento del Consumidor de Kantar división Worldpanel. El piso, según la consultora, fue en marzo, con una caída de 15 por ciento interanual en volúmenes, para luego atenuar el derrumbe en abril (-7) y en mayo (-6). Para lo que resta del año, Oria prevé que seguiría esa tendencia de desaceleración en la caída para la canasta que mide la consultora, a pesar de que los precios no seguirían ese ritmo. `El aumento de los precios se sigue acelerando`, observa el ejecutivo, pero menciona como dato positivo que, gracias a una leve recomposición del poder adquisitivo, los aumentos no se traducirán en menos ventas.

Ante este escenario, Kantar Worldpanel prevé que el año cerrará con una caída del 3 por ciento en el consumo (siempre en volúmenes), producto de un primer trimestre con -9,4 por ciento, un segundo en torno al -5 por ciento, un tercero que registraría una baja menor a un punto y un último trimestre ya con una leve recuperación. Vale recordar que, a la hora de la comparación interanual, la segunda parte de 2018 ya mostraba números en rojo producto de la devaluación. En tanto, Nielsen midió un desplome del 15,3 por ciento en marzo/abril últimos, en comparación con el mismo período del año anterior, y un -14,2 por ciento en el acumulado del año. `Nos encontramos frente al mayor retroceso en lo que va del año, acompañado nuevamente de un aumento en los precios promedio -de 56,8 por ciento para marzo/abril`, avisó el informe de la consultora.

`Nueva base de consumo`, dicen los analistas. Ese concepto tiene que ver con un nuevo mercado adaptado a esta recesión, donde el shopper no solo analiza cada precio porque es más consciente de lo que consume, sino porque además se ve obligado a hacerlo para no resentir a un bolsillo que ya está dolido y que pide ayuda. Por el momento, esa ayuda parece provenir de las promociones, que son una amenaza para la rentabilidad de los supermercadistas pero también son la única manera que encuentran para sostener los volúmenes vendidos. Hábitos nuevos y viejos Con paritarias que empiezan a verse, inflación en terreno descendente (aunque en niveles altos todavía) y dólar contenido, los especialistas creen que lo peor ya pasó. Pero todavía no está clara cuál será la nueva forma de consumir para los argentinos. Para los expertos, muchos de los hábitos adquiridos durante la crisis se mantendrán una vez que se recompongan los salarios y las variables económicas, mientras que otros deberían desaparecer.

Facundo Aragón, gerente Comercial de Nielsen, sostiene que la búsqueda de una nueva base de consumo sigue en marcha. `Tiene que ver con que durante muchos años hubo un consumo muy inflado. El poder de compra del argentino promedio era extremadamente inflado, debido a no tener que afrontar gastos que hoy hacen que tenga que reducir su compra en términos macro`, analiza. Además, la recesión del último año, acelerada por la devaluación y la inflación, hizo que la retracción sea mayor desde la segunda mitad de 2018 a esta parte.

Para los meses que vienen, no se espera una recuperación que signifique un boom. Los hábitos adoptados en contextos de crisis suelen prolongarse una vez que se recupera el poder de compra, sobre todo en esos casos en los que el consumidor logra obtener una buena experiencia más allá del precio. Por eso, Aragón cree que el consumo de segundas marcas, marcas propias y la compra de cercanía en mayoristas seguirán vigentes en los shoppers más allá de los bolsillos en rojo. `El consumidor retiene los aprendizajes cuando ve beneficios al mantener estos hábitos`, explica.

Para establecer un marco de referencia, Oria, de Kantar, aclara que la crisis 2018/2019 tiene características distintas, pero en algunos rasgos se parece a la de 2002. A su juicio, el pico en unidades alcanzado en 2013 en materia de consumo no puede ser tomado como un modelo a recuperar, sino que un nivel aceptable podría ser volver a 2010. En este contexto, los nuevos hábitos van a variar: algunos se mantendrán y otros irán desapareciendo a medida que se repongan los bolsillos. `Las promociones son un derecho adquirido. La participación de los descuentos en la canasta sigue creciendo y hoy representa el 30 por ciento, cuando en 2015 era el 20`, ejemplifica.

En la variación entre primeras y segundas marcas, el comportamiento argentino es particular. `En general, el público latinoamericano y el argentino es muy marquero. Las marcas en consumo masivo son aspiracionales en los países en desarrollo`, explica Oria. Es por esto que, a pesar de la tendencia a nivel global que muestra a un cliente yendo hacia segundas y terceras marcas, hay muchas categorías en las que el argentino podría volver a las líderes una vez que se recupere el consumo. `En la crisis de 2001 se vio que lo último que se abandonó fueron las primeras marcas, y después fue lo primero que se recuperó`, recuerda.

Sin embargo, el nuevo shopper busca la relación precio-calidad, por eso en los productos en los que pudo encontrar un mejor ahorro y una experiencia que cumpliera con sus expectativas los analistas esperan que se modifique la manera de comprar y crezca de manera sostenida -más allá de la coyuntura- el consumo de segundas marcas.

En el caso de los canales, la situación parece ser distinta. `Cuando vino la explosión de los mayoristas en 2017 les preguntamos a los consumidores si iban a seguir comprando ahí y dijeron que sí. Sin embargo, cuando hubo algunos indicios de recuperación económica se empezó a contraer el volumen en este canal y ahora que volvió la crisis más fuerte empezó a aumentar la participación`, explica Oria sobre el comportamiento de los consumidores finales en este tipo de tiendas de mayor tamaño.

El financiamiento en bienes durables también aparece como una oportunidad para aliviar el consumo masivo y el clima social. Según un informe elaborado por Focus Market vía Gustavo Córdoba & Asociados, más del 42 por ciento de los encuestados utilizaron alguno de los planes Ahora -3,6, 12,18-, mientras el consumo en cuotas con tarjetas de crédito fuera de este instrumento cae mes a mes. La extensión del Ahora 12 forma parte de la batería de medidas que aplicó el Gobierno para impulsar las ventas, en el marco de la campaña electoral.

La posibilidad de pagar sin intereses en electrodomésticos, electrónica, indumentaria y calzado no solo permite una recuperación de casi 10 puntos en shoppings en junio -según Damián Di Pace, director de Focus Market- para esas categorías que fueron las más golpeadas por la crisis, sino que además se traduce en un mayor ahorro de bolsillo para consumir en el supermercado. `Antes el financiamiento en cuotas quedaba abajo del ingreso futuro, ahora el costo financiero total es más bajo, entonces el salario post paritarias le ganaría a la cuota en un plan de financiamiento en cualquier extensión, ya sea de 3,6,12 o 18 cuotas`, afirma Di Pace.

En los próximos meses se verá qué tendencias cobran forma y si el consumo se aleja lentamente del piso para protagonizar una recuperación estable, aunque con otras características.

Una vuelta a lo básico Cómo se comportaron las distintas familias de productos desde la crisis de 2018 a la fecha. Las más y menos afectadas por la retracción de los consumidores. Qué tendencias observan los expertos. Desde hace un año, cuando empezó a impactar en los bolsillos la primera corrida cambiaría de 2018, la bolsa del consumo viene vaciándose mes a mes con cifras que habrían tocado su piso en mayo. Y, según explican los expertos, en los próximos meses debería hacer efecto la combinación de aumentos salariales, estabilidad del dólar -por lo pronto, hasta las PASO- y baja de la inflación para actuar como resorte e impulsar hacia arriba los números interanuales.

El desplome del consumo desde la crisis de 2018 afectó a todos los sectores pero no de la misma manera. La retracción del 10,5 por ciento del consumo privado en el primer trimestre de este año -según la medición del Indec- y del 2,5 por ciento frente al cuarto trimestre de 2018 da una dimensión del impacto que causó la pérdida del poder adquisitivo post devaluación. Semejante derrumbe incidió para que el nivel de actividad cayera 5,8 por ciento en los primeros tres meses de este año frente a igual lapso de 2018 -cuando la economía todavía estaba creciendo.

Al analizar las categorías, y sin perder de vista que la contracción fue general en todos los niveles, se observa que algunas salieron mejor paradas que otras (es decir, perdieron menos volumen). En su último informe correspondiente a mayo, la consultora Kantar Worldpanel reveló que dentro de ese panorama la categoría Alimentos sufrió la caída más suave, sostenido por la demanda de productos de la canasta básica como pastas secas, arroz, polenta y leche en polvo. En la comparación con mayo de 2018, el consumo de alimentos bajó 1 por ciento en volúmenes, y en los cinco primeros meses de este año, 4 por ciento contra el mismo período del año último, según Kantar Worldpanel.

La contracara de los alimentos básicos son las categorías de mayor valor agregado, con pérdidas de dos dígitos. Es el caso de Lácteos, que se contrajo 12 por ciento en los primeros cinco meses de 2019 frente a igual lapso de 2018; Congelados (también 12 por ciento de caída); y Bebidas (-11 por ciento). Limpieza del hogar retrocedió 9 por ciento en enero-mayo, y Cuidado personal, 4 por ciento. Infusiones cayó 5 por ciento.

La búsqueda de ahorros en cada compra y la tendencia hacia un consumo más básico como consecuencia de la caída del poder adquisitivo explica esta tendencia, observa Joaquín Oria, gerente de Comportamiento del Consumidor de Kantar Worldpanel.

En mayo, frente a mayo de 2018, las pérdidas de volumen continuaron, aunque se atenuaron en algunos rubros, de acuerdo con el informe. Alimentos bajó solo 1 por ciento e Infusiones, 2 por ciento. En el resto de los casos, los números siguen en rojo intenso: Lácteos, 11 por ciento; Congelados, 12; Bebidas, 6; Cuidado personal, 6; y Limpieza del hogar, 8 por ciento.

Como podría deducirse, las primeras marcas son las más golpeadas en este proceso. Según Kantar, en mayo cayeron un 13 por ciento en la preferencia del consumidor. Las segundas marcas, en cambio, crecieron un 6 por ciento y las terceras, un 2.

Del lado de las grandes cadenas confirman el dato. `Evidenciamos un cambio en el mix de compras muy claro. Categorías commoditizadas como arroz, harina, fideos, son las que más crecen. Por otro lado notamos un viraje hacia otras, donde nuestras marcas propias cumplen un rol fundamental`, señala Joaquín Santa Coloma, gerente General de Cencosud. En detalle Dentro de cada familia de productos también se viven diferentes realidades. Para la consultora Focus Market, el consumo cayó 8,65 por ciento medido en unidades en los primeros cinco meses de este año contra igual lapso de 2018. Al hacer el análisis de las 15 familias y subfamilias en las que divide su estudio la consultora, se observa nuevamente que la categoría Congelados es la principal perdedora, con un derrumbe del 17 por ciento en unidades vendidas. Luego siguen las Bebidas sin alcohol (gaseosas, aguas saborizadas, isotónicas y jugos), que retrocedieron 15,53 por ciento en el período. Y en el tercer lugar entre los mayores perjudicados, Lácteos, con una caída de 14,58 por ciento.

Con doble dígito en cuanto a menores ventas en unidades aparecen también Cuidado del hogar y del auto (artículos de limpieza, insecticidas y limpiadores), con 11,84 por ciento; Copetín (snacks), 11,02; y Cuidado capilar (shampoo, acondicionador, coloraciones y tratamientos), con 10,77 por ciento. Las demás caen entre 9,85 por ciento (cuidado de la ropa) y 2,58 por ciento la canasta básica (arroz, azúcar, fideos secos, harina, polenta, café, té, yerba y otros productos).

La variación de precios entre 2019 y 2018 no explica, necesariamente, la pérdida que pudo sufrir una categoría, sino que lo que parece imponerse es la compra de primera necesidad. Los productos de Higiene, por ejemplo, acumularon un alza promedio del 65,40 por ciento según Focus Market entre enero-mayo 2019 versus mismo lapso 2018, pero las ventas en unidades cayeron 7,98 por ciento, menos que las de Cuidado capilar (10,77 por ciento), aunque en este caso el aumento de precios fue levemente inferior (63,4 por ciento en promedio). En Higiene entran desodorantes, jabones, papel higiénico y protección femenina, entre otros productos.

Lo mismo se observa al analizar lo que le ocurrió a las Bebidas sin alcohol. Pese a no estar entre las que más aumentaron de precio (46,04 por ciento de un año a otro), perdieron más de 15 por ciento en unidades. De las 15 familias que analiza Focus Market, Productos para bebé es la que más varió de precio 78,49 por ciento- y de las que menos cayó en unidades -3,50 por ciento.

`En la categoría de bebé no hay sustitutos, y los productos de la canasta básica son de demanda inelástica, se tiene que mantener el consumo más allá del precio. En cambio, los congelados son prescindibles`, analiza Damián Di Pace, director de Focus Market, para explicar la diferencia entre dos categorías con distinto comportamiento. Además, el especialista agrega que el segmento de congelados es uno de los más afectados porque le pegó el costo de almacenamiento debido al consumo energético y el costo de la distribución -que debe mantener la cadena de frío.

Otro rasgo de la foto de hoy del consumo es la tendencia a llevar menos unidades por acto de compra. En mayo último las transacciones cayeron 6,4 por ciento frente al mismo mes de 2018 y, en promedio, las unidades por ticket fueron 4,48, contra 4,65 del año anterior. El ticket promedio ascendió a $ 207,3, un 51 por ciento más que un año atrás. El efecto palpable de la devaluación.

De todas maneras, Di Pace analiza los datos que muestran una desaceleración y es optimista respecto del tercer trimestre de este año. `En octubre, para las elecciones, más del 50 por ciento de las categorías que medimos podrían estar recuperándose, aunque seguirán en su mayoría con números negativos`, grafica para explicar cómo será el leve repunte en lo que queda de 2019 . Pablo Ortega. Tira y afloje Mientras fabricantes y retailers afirman que el traspaso de la devaluación de 2018 nunca se completó, la recesión los obliga a moverse con pies de plomo. Cuánta rentabilidad se puede resignar para sostener el volumen. Durante 2018, la devaluación de más del 50 por ciento impactó en los precios en las góndolas y aceleró la inflación y la pérdida de poder adquisitivo. Tanto los consumidores como las consultoras de la industria coinciden en el efecto negativo que tuvo en las superficies de venta y en la retracción aun mayor de un consumidor que ya estaba receloso a la hora de comprar. Sin embargo, los proveedores afirman que el pass through no se pudo hacer al 100 por ciento, con la intención de sostener los volúmenes vendidos y no generar resultados incluso peores en las cadenas y en sus propios balances.

Ahora que el año pasó un primer semestre con una relativa calma cambiaría y una inflación que empezó a desacelerarse, algunos jugadores se plantean si es momento de comenzar a recuperar esos puntos que no se pudieron trasladar a precios en 2018. La jugada es arriesgada, ya que busca recuperar la rentabilidad perdida pero podría profundizar la caída del consumo, la principal preocupación para los retailers y los fabricantes. Del lado de las empresas,muchas dicen que los precios actuales reflejan solo el 80 por ciento del impacto de la devaluación. Algunos players se plantean si ahora es momento de comenzar a recuperar los puntos que no se pudieron trasladar a precios en 2018, una jugada arriesgada.

En un año electoral, los expertos parecen indicar que no es el momento para hacer pruebas. `Hoy se les complica a los fabricantes hacer el pass through, sabiendo que el consumo está muy restringido y puede afectar a otros indicadores. Todos están jugando con un nivel de análisis quirúrgico para ver hasta dónde pueden aguantar los márgenes`, opina Facundo Aragón, gerente Comercial de Nielsen, sobre el riesgo en un contexto en el que nadie tiene volúmenes para perder.

Por el momento, las promociones todavía aparecen como las aliadas para mantener el nivel de tickets y de changuitos que salen de las tiendas, a pesar de las consecuencias negativas que demostraron tener en el sector, que resigna márgenes a la vez que se genera una distorsión en los precios que lleva al consumidor a desconfiar de los descuentos. `El tema está en hacer bien el balance entre el volumen y la rentabilidad. Además, hoy se hace mucho foco en las comunicaciones de los descuentos, para que el consumidor entienda que el resto de los productos fuera de promos mantienen precios bajos`, señala Aragón como parte de la estrategia de las cadenas.

`Hoy el único crecimiento en volumen es a nivel promocional, pero esto es porque retrocede el volumen regular, no es que haya un boom`, detalla Joaquín Oria, gerente de Comportamiento del Consumidor de Kantar Worldpanel, y diferencia este momento del de mediados del año pasado, en el que sí creció mucho el volumen de descuentos en la participación de las ventas totales.

Según Ecolatina, la inflación prevista para este año sería del 40 por ciento. Sin embargo, la consultora aclara que desde junio la inflación comenzó a descender y acentuaría su desaceleración para lo que resta de 2019. De acuerdo con Ecolatina, en la primera quincena de junio los rubros que más subieron fueron Otros bienes y servicios (por el aumento en Cigarrillos y Artículos de tocador y belleza), y Equipamiento y mantenimiento del hogar (por la suba en Productos y utensilios de limpieza). Alimentos y bebidas creció por debajo del nivel general y puede resultar una luz al final del túnel para los retailers. La historia sin fin (del segundo semestre) ¿Cuándo se espera la recuperación? Esa es la pregunta que se hacen los consultores, los fabricantes y los retailers. `Hoy no hay ningún indicador que muestre que durante este año haya expectativas crecientes de consumo. A medida que avance el año las caídas pueden empezar a desacelerarse, pero es complicado que haya números positivos, dados los niveles de caída de 2018`, describe Aragón.

Más allá del potencial alivio que pueden traer las paritarias, con resultados en el bolsillo en los próximos dos meses, el especialista no espera una recuperación, sino caídas estables tras tocar el piso: `El supermercadismo estuvo muy castigado. Sigue cayendo pero menos, impulsado por las promociones y el foco en las marcas propias`. Al analizar los productos, el ejecutivo de Nielsen afirma que no hay ninguna categoría que tenga un repunte que ofrezca un panorama más optimista. Hoy, solo alcanza con que deje de profundizarse la caída.

El alivio en los bolsillos no solo es ansiado por las compañías de consumo masivo, sino también por el Gobierno, que busca mejorar el humor social. Por eso, el oficialismo apeló a medidas para reactivar el consumo, como la extensión del Ahora 12 a todos los días. Para Ecolatina, una mejora en el poder adquisitivo podría traccionar una recuperación en la actividad comercial y que las empresas recompongan sus márgenes con mayores cantidades vendidas en lugar de aumentar precios.

`En este sentido, se puede argumentar que la principal política que favorece el consumo es la estabilidad del tipo de cambio. De mantenerse esta calma iniciada luego de que el BCRA anunciara que podría intervenir en el mercado cambiario, la inflación podría continuar su sendero decreciente`, proyecta Ecolatina. Además, los aumentos salariales entrarán en escena. `Si bien esta dinámica no impedirá que el salario real permanezca deprimido en la comparación interanual (en promedio caerá más de 6 por ciento), sí ayudará a que el poder adquisitivo se recupere lenta pero sostenidamente mes a mes, lo que será central para las aspiraciones electorales del oficialismo`, concluye el análisis de la consultora. Florencia Lippo.

Llenar el chango Qué están haciendo los supermercados para impulsar ventas y recuperar espacio frente a los mayoristas y autoservicios de cercanía. Las estrategias en tiempos de bolsillos comprimidos. En la mente del consumidor promedio, el rol de los supermercados es el del malo de la película. `Hacen las promociones y remarcan los precios antes`, responden los consultados en investigaciones de mercado. Pero más allá de las responsabilidades de cada actor en la cadena de comercialización, niveles de inflación del 40 por ciento no hacen más que diluir la percepción de cuánto cuestan los productos. En esta película, tanto los analistas como los jugadores de la industria aseguran que el país está atravesando el nudo, un conflicto con varios antagonistas y sin un héroe que salve a la dama en peligro -en este caso el bolsillo. La resolución no parece tan clara.

Para las cadenas del canal moderno, el desafío es múltiple. A las habituales amenazas por el desarrollo de nuevos canales, la informalidad y las estrategias de precios se suma un consumidor omnicanal, más atento y menos fiel, con un bolsillo resentido. Todo esto hace que la tarea de seducción sea más difícil y cada paso en falso se puede traducir en menos volúmenes.

Algunas cadenas lo vieron a tiempo, otras corrieron detrás de la tendencia. En el mundo digital, todavía queda mucho para hacer y los retailers no parecen encontrarle 100 por ciento la vuelta a la logística. Fuera del e-commerce, la estrategia tienda por tienda también resulta clave para ganar clientes y convencerlos de que llenen -un poco más- sus changuitos, lo que se traduce en un ticket más robusto y atractivo.

Según datos de Nielsen, todos los canales presentan variaciones negativas en el corto plazo y en el acumulado de 2019. En lo que va del año, el segmento que la entidad denomina como Self Cadena -que incluye a los locales con selfservice con tres o más sucursales- fue el que menos se contrajo, con un -6,3 por ciento dentro de un total de canales, que estuvo en el -14,2 por ciento. Por su parte, Perfumería fue el que tuvo un mayor retroceso (-20,5 por ciento), ya que Cuidado personal y Limpieza es la categoría que más cayó en lo que va del año. Al hacer un análisis zona por zona, la mayoría de las regiones tomadas por Nielsen presentan caídas de dos dígitos, a excepción de Córdoba (-6,6 por ciento en el acumulado interanual). La provincia de Buenos Aires es la región con la caída del consumo más pronunciada, de -21,5 por ciento.

Una variación similar muestra la caída en la facturación que mide el Indec: las ventas a precios corrientes del sector supermercadista en marzo de 2019 registraron $ 51.119,1 millones, un aumento del 39,9 por ciento respecto al mismo mes del año anterior. Sin embargo, medidas a precios constantes, fueron de $ 24.673,1 millones, una caída interanual del 14,5 por ciento. `Esta distancia es un claro indicador del impacto del proceso inflacionario y no un crecimiento real del sector`, interpretan desde Claves.

En el último año, la reconversión de cadenas como Carrefour -la que más factura según datos del sector- fue una señal de alerta para los retailers que seguían perdiendo rentabilidad. Consultada para esta nota, la firma francesa no quiso participar, pero el cierre de locales y la conversión de hipermercados a otros formatos habla del ajuste que atravesó en busca de eficiencia en los costos para sortear la recesión.

Otras, como Coto y Walmart, enfatizaron su posicionamiento online y buscaron crecer a través de promociones ad hoc para cada canal y tipo de cliente, con estrategias de la mano de sus tarjetas de fidelización. Con una política similar se movió DIA, con su red de Expertas que ofrece descuentos a partir del perfil de consumo de sus usuarios. Para la española, la crisis se convirtió en una oportunidad para desarrollar su modelo low cost de tiendas y sus productos de marca propia.

Juan Frangella, director Comercial de DIA Argentina, detalla que en 2018 la marca de la cadena fue la más vendida en el canal moderno, tomando en cuenta marcas propias y de fabricantes. Uno de cada dos pesos que se venden de marcas propias corresponden a Marca DIA, un marketshare cercano al 50 por ciento, según destaca Frangella sobre la base de un estudiq de Nielsen que contempló a 191 categorías. `La marca propia es uno de los principales ejes de nuestra estrategia comercial`, agrega el ejecutivo sobre la etiqueta que cuenta con más de 1300 referencias. `En las categorías en que tenemos históricamente un buen desempeño somos líderes en participación, como papel higiénico, hamburguesas, helados, arroz o aceites. Pero también tenemos excelentes resultados en otras con productos más complejos, como toallitas desmaquillantes, tinturas o snacks`, asegura. Segundas que son primeras Una encuesta de DAlessio/IROL detalla que ocho de cada 10 consumidores se pasaron a segundas marcas y las utilizan en el 20 a 60 por ciento de sus categorías de compras. Los niveles de ventas en supermercados registraron una caída del 14,5 por ciento a precios constantes en marzo, mientras que en autoservicios mayoristas esta caída fue del 16 por ciento, según Claves. Algunas de las cadenas ya desarrollaron más de 400 productos de primera necesidad de su marca propia. Otras apelaron a procesos de reconversión de bocas.

En los formatos, los hipermercados son los grandes perdedores, no solo por la crisis sino porque los clientes buscan otro tipo de experiencia. La motivación pasa por el precio -o por controlar lo mayor posible el gasto en la tienda- y la comodidad. Ambas demandas se ven atendidas por las tiendas de proximidad y los mayoristas, los dos formatos que empezaron a consolidarse antes de la crisis y que se mantendrán una vez que pase el temblor. `Los retailers se adaptaron a esto, que pasó en todo el mundo. Se abren más bocas de cercanía, se apuesta al e-commerce y las tiendas de mayor superficie adoptan un look andfeel más del estilo del mayorista, sin mostrarse como mayoristas, para abaratar los costos`, describe Facundo Aragón, gerente Comercial de Nielsen. Entonces, la receta está en apostar a la cercanía, donde el ticket promedio es acotado, o adoptar un estilo mayorista para optimizar costos y aumentar los volúmenes de venta.

Con la obligación de liderar el mercado local luego de la salida de Matías Videla para encabezar el IPO de los shoppings de Cencosud, Joaquín Santa Coloma, nuevo gerente General de la cadena dueña de Jumbo, Disco y Vea, sostiene que en los primeros cuatro meses del año se vio una recuperación respecto del 2018. `Los sectores con un retroceso de dos dígitos logran ir a la mitad en mayo`, grafica.

`Hoy el cliente busca cercanía. Nuestras tiendas Jumbo de supermercados (1200 m2) vienen creciendo de forma importante. Ya tenemos nueve con este formato y esperamos seguir creciendo en cercanía. Disco y Vea también vienen mostrando crecimientos sostenidos, sobre todo en los últimos meses. Los formatos de hipermercados son los que más están sufriendo`, explica el ejecutivo.

Para Juan Vasco Martínez, director Ejecutivo de la Asociación de Supermercados Unidos (ASU), la agenda de las cadenas está marcada por dos preocupaciones, una estructural y otra coyuntural. La competencia informal en consumo masivo, que alcanza el 74 por ciento en autoservicios independientes según mediciones de la entidad, es el principal problema. `Una gran parte del costo de las cadenas es el laboral y la informalidad da desventajas impositivas`, analiza Martínez.

Inevitablemente, en ASU se habla de la caída del consumo. `En mayo, tomando cadenas y autoservicios, estamos 6,7 por ciento abajo en unidades. Por formato, los supermercados están 1,8 abajo y los autoservicios, 10 por ciento`, detalla el director de la asociación que tiene a Alfredo Coto como presidente. `Rentabilidad no hay, en la industria se habla de números menos malos. Hay ejemplos de cadenas que presentaron el procedimiento preventivo de crisis o que están en quiebra. Es una situación complicada que obliga a adaptarse, tratar de ser más eficientes y compensar los costos`, agrega. Empresa por empresa La consultora Claves toma distintas variables para medir la situación actual de los principales retailers del país. Una es el ROA (retorno sobre activos), que da cuenta de la rentabilidad de los activos existentes de una compañía. De acuerdo con este indicador, las empresas más rentables son Millán -de Supermercados Átomo- con el 16,1 por ciento y Cencosud con el 11,8 por ciento. Por su parte, La Anónima y Mayorista Makro muestran indicadores financieros negativos. `La Anónima no cerraba un balance negativo desde la crisis de 2001/2002, perdió en tres meses casi lo mismo que en un año. La caída del consumo y la suba de costos le provocaron una pérdida de $ 102 millones entre julio y septiembre de 2018`, detalla el estudio sobre la cadena que tiene 163 sucursales y ocupa el cuarto lugar en ventas a nivel nacional.

Carrefour en 2018 inició un fuerte proceso de reestructuración en la Argentina con cierre de sucursales y la reconversión de tiendas tradicionales en mayoristas. Según los resultados de su tercer trimestre económico, el grupo francés obtuvo ventas globales por 21.097 millones de euros, cifra 2,8 por ciento inferior a la de hace un año debido a la depreciación de las divisas de la Argentina y Brasil frente al euro. Mientras que a tipo de cambio constante las ventas en la Argentina aumentaron un 26,8 por ciento, la devaluación provocó que a precios corrientes la facturación local cayera 29,7 por ciento, según Claves.

El caso de DIA es similar a pesar de sostener sus volúmenes. En su último balance cerrado en septiembre y por el período de nueve meses aplicó por primera vez para sus números argentinos la norma contable para economías hiperinflacionarias y el rojo local ascendió a 27 millones de euros.

Finalmente, Claves analiza a Cencosud. A junio de este año, los ingresos aumentaron 26 por ciento en moneda local, mientras que en pesos chilenos disminuyeron 20,1 por ciento, por la devaluación del peso argentino. F.L. En los formatos, los hipermercados son los grandes perdedores, no solo por la crisis sino porque los clientes buscan otro tipo de experiencia.

 

Publicado por Apertura el 25/07/2019. 

Pindonga y Cuchuflito, marcas rebajadas por CFK como el “Yuyito” de la soja, venden el 43% del mercado

El 43% de los productos vendidos en el canal masivo corresponde a estas categorías más económicas, las segundas marcas, nombradas y rebajadas despectivamente por Cristina en Mar del Plata, son miles de Pymes las que las fabrican y crecen y crecen. “Ahora aparecen y proliferan marcas La Pindonga o Cuchuflito que nadie conoce”, dijo Cristina Kirchner, ex presidente y actual candidata a vice, e instaló la polémica (una de tantas luego de su discurso de presentación de su libro “Sinceramente”, en Mar del Plata, el viernes pasado).

Como se viene informando en los medios, en los últimos meses las segundas marcas no paran de ganar terreno en las preferencias de los argentinos en las góndolas. La crisis pegó fuerte, la inflación castiga los bolsillos y la gran mayoría se ve obligada a ajustar sus presupuestos.

En unidades las marcas ‘Pindonga y Cuchuflito’ alcanzan el 42,8% de los productos vendidos en el canal de consumo masivo (Di Pace). “El consumo masivo cae 10,5% en el acumulado del primer semestre del año. Las ventas minoristas de acuerdo a la CAME presentan una baja para el mismo período del 12,2 %. Las transacciones, con una variación del -4,55% vs en el mismo periodo, nos indican que continúa la tendencia de menos unidades por cada compra. Sin embargo, hay marcas dentro de ciertas categorías de productos que resultan ganadores incluso en el actual contexto”, asegura Damián Di Pace, director de Focus Market.

Según datos de la consultora, desde 2016 a 2019 las “marcas mayoristas y económicas” pasaron de un participación del 32,6% al 42,8% en unidades y del 21,5% al 27,7% en facturación. Así, algunas marcas por categoría que se están subiendo al podio de los colosos del consumo masivo son:
– Gaseosas: Manaos, Secco y Cunnington
– Galletitas: Pitusas, Don Satur, Gaona, Okebón y Tym
– Leche: La Martona y Apostoles
– Quesos: Barraza y Punta del Agua
– Cervezas: Scheneider e Isenbeck
– Aceites: Marolio
– Purés de tomates: Molto
Estamos ante un consumidor cada vez más abierto a la hora de comprar, y más informado e inteligente, que comprendió y comprobó que existen alternativas de igual o mejor calidad que las marcas que venían comprando, y a menor precio (Mellicovsky). “En precios por segmento, en el primer trimestre de 2019 el crecimiento de estas segundas marcas en consumo masivo fue del 5% y en facturación del 4,3%. En unidades las marcas”Pindonga y Cuchuflito”alcanzan el 42,8% de los productos vendidos en el canal de consumo masivo”, detalla Di Pace.

Una encuesta de D”Alessio/IROL, en tanto, detalla que ocho de cada diez consumidores se pasaron a segundas marcas y las utilizan en un rango del 20 al 60 por ciento de sus categorías de compras.
“Creemos que el consumidor valora a aquellas marcas que lo acompañan en momentos difíciles. Protegiéndolo y poniéndonos de su lado, estamos construyendo esa relación a futuro. Por eso el año pasado no trasladamos la totalidad de las subas de costos y resignamos márgenes. Nuestro crecimiento refleja que el consumidor lo reconoce y lo valora”, aseguro Julián Mellicovsky, uno de los dueños de Ecovita, una fábrica del conurbano de con 70 productos de higiene y limpieza.

“Somos entre un 10% y 30% más baratos que primeras marcas. Por ejemplo, un jabón líquido de 800 ml nuestro cuesta unos $ 70, versus entre $ 90 y $ 130 de las más conocidas”. Según la empresa, estos productos tuvieron un 30% de crecimiento en litros producidos en lo que va del año.
El crecimiento de estas segundas marcas en consumo masivo fue del 5% y en facturación del 4,3%
Mellicovsky describe que el auge de las segundas marcas en realidad es un fenómeno mundial y algo que viene ocurriendo hace muchos años. “Muchos piensan que es sólo un producto de la crisis e infieren que cuando termine el consumidor va a volver a las marcas tradicionales. Pero en realidad estamos ante un consumidor cada vez más abierto a la hora de comprar, y más informado e inteligente, que comprendió y comprobó que existen alternativas de igual o mejor calidad que las marcas que venían comprando, y a menor precio”, detalla.

“Desde 2016, este segmento ganó mercado con mucho esfuerzo y generando empleo”, asegura Di Pace.
“Dentro de las categorías donde las marcas económicas ganan más terreno en forma interanual se encuentran cerveza, gaseosas, harina, salchichas y aceite. Sin embargo cuando lo analizamos por nivel de penetración de mercado en las que mayor participación tienen es en enlatados, puré de tomate, detergentes, pastas secas, entre otros”, detalla en analista.

Mañana martes se conocerán los datos del Indec sobre ventas en supermercados. Según la última cifra disponible, en abril las ventas en grandes cadenas a precios constantes (base de diciembre de 2016) sumaron un total de $ 23.097,7 millones, lo que representa una caída de 6,4% respecto al mes anterior y una caída del 12,6% respecto a abril de 2018.

 

Publicado por Día por Día el 23/07/19.

“Pindonga y cuchuflito”: las segundas marcas ya representan más del 40% del consumo

Tras los dichos de Cristina Kichner se instaló la polémica sobre el consumo de marcas alternativas “Pindonga” y “cuchuflito”, desde el viernes hasta hoy han sido tendencias y de las palabras más mencionadas en las redes sociales. Fueron los terminos que usó la precandidata a vicepresidenta del Frente de Todos Cristina Fernández de Kirchner en la presentación de su libro “Sinceramente” en Mar del Plata para referirse a las segundas marcas en los supermercados, en medio de las fuertes críticas al Gobierno por la situación económica. Como era de esperar, en las redes sociales no la perdonaron y cruzaron a la expresidenta por sus declaraciones.

“Durante nuestra gestión los supermercados rebosaban de mercaderías de primera marca. Ahora aparecen y proliferan marcas que nadie conoció, la pindonga, el cuchuflito. Hasta te venden productos que dicen en lugar de leche, producto lácteo que contiene leche. ¿Qué es eso? ¿Esto es capitalismo?
A partir de allí, vino la polémica. Por ejemplo, la funcionaria Laura Alonso aprovechó su desayuno para enviar un mensaje a la expresidenta Cristina Kirchner por redes sociales, aunque sin mencionarla, y ponderó el auge de las terceras marcas en la crisis económica del país.

“Voy a desayunar con leche Las Tres Niñas (de Chivilcoy, probé de Bs As) y Yogur TREGAR (de Crespo, Santa Fe) porque son excelentes productos. No son “pindonga”, señora sinceramente”, escribió en su cuenta de Twitter, junto a una foto con su desayuno.Como correlato de la recesión económica, el consumo masivo se desplazó claramente hacia las segundas y terceras marcas de alimentos, bebidas y artículos de limpieza, donde en el primer trimestre ya ocuparon el 42,8% del mercado total, frente al 32,6% en los primeros tres meses de 2016.

Una encuesta de D”Alessio/IROL, en tanto, detalla que ocho de cada diez consumidores se pasaron a segundas marcas y las utilizan en un rango del 20 al 60 por ciento de sus categorías de compras.
“Creemos que el consumidor valora a aquellas marcas que lo acompañan en momentos difíciles. Protegiéndolo y poniéndonos de su lado, estamos construyendo esa relación a futuro. Por eso el año pasado no trasladamos la totalidad de las subas de costos y resignamos márgenes. Nuestro crecimiento refleja que el consumidor lo reconoce y lo valora”, aseguro Julián Mellicovsky, uno de los dueños de Ecovita, una fábrica del conurbano de con 70 productos de higiene y limpieza.

“Somos entre un 10% y 30% más baratos que primeras marcas. Por ejemplo, un jabón líquido de 800 ml nuestro cuesta unos $70, versus entre $90 y $130 de las más conocidas”. Según la empresa, estos productos tuvieron un 30% de crecimiento en litros producidos en lo que va del año.

Por otro lado, de acuerdo con un estudio de la consultora Focus Market, en el primer trimestre el consumo de las segundas y terceras marcas creció 5% frente a igual período de 2018; y su facturación se elevó 4,3%. “Desde 2016 a 2019, las marcas mayoristas y económicas pasaron de un participación del 32,6% al 42,8% en unidades y del 21,5% al 27,7% en facturación”, indica el informe.

Dentro del “top tres” de categorías con mayor participación de marcas mayoristas, se encuentran: puré de tomates, con el 38% del mercado; conservas, 26%; y enlatados de pescado, 13%. “La evolución de las segundas y terceras marcas en la participación en la facturación entre el primer trimestre de 2016 y el primer trimestre de 2019 es: las caras, bajaron 3,5%; medias, cayeron 7,6%; económicas saltaron positivamente el 10,4%; y las mayoristas, 0,8%”, detalló Damián Di Pace, titular de Focus Market.

Para Focus Market, las variaciones (de consumo) en el Gran Buenos Aires -medidas tanto en unidades como en facturación-, son más profundas que en el interior. Las transacciones, con una caída de 4,55% en el primer semestre, indican que sigue la tendencia de menos unidades por acto de compra.

Publicado por El Día el 22/07/19.

 

Día del Amigo austero: ¿pizza, picada o empanadas?

Más pizza, menos asado. Regalos por hasta $300. A pesar del bolsillo ajustado, hay decisión de festejar el Día del Amigo con lo que se pueda. Las promociones ayudan, claro, pero lo que importa es juntarse.

El 44% de los argentinos elegirá pizza en la celebración de la amistad, asegura un estudio de la consultora Focus Market que relevó 6849 casos en todo el país. Luego, sigue la picada (36%) y en tercer lugar, un clásico argentino: el asado (14%). Un 3% eligió pastas y otro 3%, empandas.

En 2018, la historia era distinta. Reinaba la picada con el 57% de los encuestados que la elegían. Seguía la pizza, con un 28%, y luego el asado, con un 11%.

La decisión de abandonar la picada coincide con los hábitos de consumo relevados por otra consultora, D’Alessio IROL. Según la firma, un 62% de los argentinos dice haber reducido su consumo de fiambre.

Los precios por kilo de los fiambres se dispararon con la inflación y en 2019, según relevó el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos en junio, se podía conseguir queso pategrás por $542,49 y salame por $477,73.

A la pregunta “¿Cuánto pensás gastar en el Día del Amigo?”, realizada en el estudio de Focus Market, un 27% asegura que no planea regalar nada. Un 23% dice que gastará hasta $500 y otro 23%, hasta $300.

Finalmente, en los canales de comunicación para enviar saludos durante la celebración triunfa el WhatsApp en el 75% de los casos. Un 10% elegirá el teléfono y un 8%, Facebook.

Consejos para ahorrar en el Día del Amigo

  • Planear importa. La demanda en los restaurantes y bares va a ser alta el sábado por la noche y, para evitar rebotar en la puerta y tener que irse a otro lugar con otro presupuesto, es mejor reservar donde cada grupo se sienta cómodo.
  • Hacer cuentas. La pizza es más barata que las empandas. Suponiendo que hay un grupo de cuatro amigos y que cada persona come cuatro porciones o cuatro empanadas, y sobre la base de un relevamiento de cadenas “premium”, la pizza costaría unos $140 por persona contra las empanadas que saldrían unos $200 por persona.
  • Atención a los descuentos. Las grandes cadenas de supermercados están haciendo promociones en snacks y cervezas durante el fin de semana. Hay promociones del 70% en la segunda unidad (es decir, 35% de descuento en cada producto) y de 3×2 (un 33% menos en cada bien).
  • Apostar por el celular. La competencia en las apps de delivery está alta y algunas ya anunciaron que van a tener promociones ese día para captar más clientes. Tal vez sea una mejor opción que pedir por teléfono.

 

Publicado por La Nación el 20/07/2019

Elecciones 2019 | La valoración de los políticos en Córdoba y en Buenos Aires

El Gobierno sigue convenciendo a 6 de cada 10 votantes de Macri en el balotaje de 2015, pero no logra romper las barreras del segmento opositor, donde casi la totalidad (94%) desaprueba lo realizado hasta el momento. En la columna anterior, analizamos los matices que existen dentro de la opinión pública acerca de la visión de la situación económica del país, concentrándonos en las provincias de Buenos Aires y Córdoba, que en conjunto representan casi el 46% del electorado nacional. Allí se destacaban el optimismo de los cordobeses en contraposición con la mirada más pesimista de los encuestados que residían en la provincia de Buenos Aires. Pero estas miradas contrapuestas también están presentes en otros indicadores, por ejemplo, en la valoración de la imagen del gobierno nacional y en la de los principales candidatos que se medirán en las PASO en apenas tres semanas.

Según los datos del último Monitor de humor social y político que realizamos mensualmente junto a D´Alessio- Irol, la gestión del gobierno del presidente Macri, luego de haber alcanzado su valoración más baja en el mes de abril, mantiene los valores de mayo: el 32% apoya la gestión de Cambiemos, en tanto que el 66% la desaprueba. El gobierno sigue convenciendo a 6 de cada 10 votantes de Macri en el balotaje de 2015, pero no logra romper las barreras del segmento opositor, donde casi la totalidad (94%) desaprueba lo realizado hasta el momento. (Datos correspondientes a la medición realizada en forma online durante junio de 2019 a 1038 encuestados, mayores de 18 años, de todo el país).

Los valores son levemente más críticos si analizamos las respuestas de los consultados residentes en la provincia de Buenos Aires: 29% opina que la gestión del gobierno nacional es buena, contra el 68% que la evalúa negativamente. Y al igual que los valores obtenidos para el total nacional, el balance de gestión siempre fue negativo, es decir que el porcentaje de los que la consideraban mala era superior a los que la consideraban buena. (Datos pertenecientes a la medición de junio realizada en forma online a 361 encuestados, mayores de 18 años, con residencia en la provincia de Buenos Aires). Sin embargo, la brecha entre la valoración positiva y la negativa se acerca si los encuestados son cordobeses : el 44% aprueba la gestión nacional contra el 54% que la desaprueba. Estos valores siguen estando lejos de aquellos correspondientes a marzo de 2018, cuando eran más los cordobeses que apoyaban la gestión de Macri, 58%, que los que la cuestionaban, 40%. (Datos perteneciente a la medición de junio realizada en forma online a 325 encuestados, mayores de 18 años, con residencia en la provincia de Córdoba).

Al analizar la imagen del presidente Mauricio Macri, algo similar ocurre según lugar de residencia de los encuestados: la mirada es más positiva si viven en la provincia de Córdoba en tanto que se negativiza en el resto de las demás provincias relevadas. Así, para un mayoritario 56% a nivel nacional, la imagen de Macri es mala, contra un 39% que lo valora positivamente. Estos valores se acentúan en la provincia de Buenos Aires, donde la imagen negativa del presidente es del 59% y la positiva, del 37%, manteniendo el balance negativo de imagen desde marzo de 2018. En cambio, la valoración positiva de los cordobeses hacia el presidente siempre fue mayoritaria, a excepción del mes de abril pasado cuando registró su valor más bajo desde marzo de 2018: 41%. Desde este pico más bajo, la imagen del presidente, al igual que la valoración de su gestión, está en alza ya que creció 13 puntos porcentuales, alcanzando en esta medición una imagen positiva del 54% (el mejor registro desde hace un año) y una negativa de 40% (descendiendo 12 puntos desde abril).

En columnas anteriores, analizamos el ranking de imagen positiva a nivel nacional, donde la gobernadora de la provincia de Buenos Aires, María Eugenia Vidal, mantiene su liderazgo con el 48%, y sigue siendo la única figura con balance positivo de imagen, es decir cuya imagen positiva es mayor a la negativa. Es seguida por la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich y el actual jefe de gobierno de la CABA, Horacio Rodríguez Larreta, ambos con 42% y ascendiendo dos puntos porcentuales respecto de la última medición. A sólo un punto aparecen los candidatos a gobernador por la provincia de Buenos Aires y a presidente por el Frente de Todos, Axel Kicillof y Alberto Fernández, los más valorados del arco opositor. Sigue con 39% el presidente Macri y a un punto, con 38%, el precandidato a senador nacional por la CABA de Juntos por el Cambio, Martín Lousteau, comparte idéntico porcentaje con el candidato a presidente de Consenso Federal, Roberto Lavagna, que también asciende dos puntos este mes. Más atrás, aparece la expresidenta Cristina Fernández, quien en junio recupera dos puntos y obtiene 37% de imagen positiva y 59% de negativa, valores que la aceran al récord de hace dos meses atrás
Pero ¿cómo valoran los cordobeses y los bonaerenses a los principales referentes de los frentes que se presentarán en 11 de agosto en las PASO? ¿Se mantienen las posiciones del ranking a nivel nacional?
En general, la mirada de los bonaerenses se asemeja a la del promedio a nivel nacional, aunque la valoración positiva es levemente superior en el caso de los principales candidatos del Frente de Todos. Pero si se trata de la provincia de Córdoba, los funcionarios del gobierno nacional y los principales candidatos de la coalición Juntos por el Cambio no solo son valorados positivamente, sino que los porcentajes de imagen positiva se elevan significativamente por sobre el promedio del total país.

Así, la gobernadora de la provincia de Buenos Aires continúa siendo la política nacional con la imagen positiva más alta (desde enero de 2018), pasando de 48% a nivel nacional al 63% en la evaluación de junio para La Docta. Pero, a diferencia del ranking nacional, el segundo lugar es para el presidente Macri, con 54% y el tercero, para Rodríguez Larreta, con 53%. Esta tendencia alcanza a la evaluación que hacen los cordobeses del candidato por el Frente Despertar, José Luis Espert: para el 32% tiene una imagen positiva, contra el 24% que obtiene a nivel nacional. En cuanto a los candidatos de Consenso Federal, también en la provincia de Córdoba se observa una mirada más benigna, aunque no tan marcada como la observada para los candidatos de Juntos por el Cambio: Juan Manuel Urtubey y Margarita Stolbizer miden 4 y 3 puntos porcentuales por encima del promedio nacional, con excepción del candidato a presidente, Roberto Lavagna, cuya imagen positiva se encuentra tres puntos porcentuales por debajo de dicho promedio.

Sin embargo, la mirada se endurece cuando los cordobeses tienen que evaluar a los candidatos del Frente de Todos y las opiniones positivas se derrumban si las comparamos con las obtenidas para el resto de las provincias: Alberto Fernández es el más valorado con el 26% de las menciones, seguido por Axel Kicillof y Pino Solanas, ambos con 23%. Recordemos que a nivel nacional medían 41%, 41% y 34%, respectivamente. En cuando a la imagen positiva de la candidata a la vicepresidencia por el Frente de Todos, Cristina Fernández de Kirchner, vuelve a caer dos puntos desde la medición anterior, pasando del 21% al 19%, cuando a nivel nacional mide 37%. Esto se explica por el antikirchnerismo cordobés, que se origina básicamente en el impacto de la crisis del campo por las retenciones múltiples a las exportaciones y en los intentos desde el gobierno kirchnerista de condicionar al gobierno provincial retaceándoles los fondos que le correspondían, como castigo porque el peronismo cordobés no se alineaba completamente al kirchnerismo. Este sentimiento alcanza a cualquier fuerza o candidato que se oponga al kirchnerismo, en su momento fue Cambiemos, con Macri.

Es por esto, que en las últimas semanas la campaña parece concentrarse en la provincia de Córdoba: por un lado, Macri con su renovado Juntos Por el Cambio intentará que se repita el porcentaje alcanzado en el balotaje en esta provincia, cercano al 72, que le permitió quedarse con la presidencia de la Nación en 2015. Por el otro, el candidato del Frente de Todos tiene como objetivo seducir a los desencantados de la gestión del gobierno de Macri, mostrándose más moderado y conciliador y, sobre todo, diferente de su candidata a vicepresidenta, enfatizando que su espacio abarca mucho más que al kirchnerismo. Deberemos esperar el gran ensayo general del 11 de agosto, que permitirá evaluar fortalezas y debilidades de las respectivas opciones.

 

Publicado por TN el 22/07/2019.

Según encuesta, crece la imagen positiva del Presidente Macri y de su gestión de gobierno

De acuerdo con el último monitoreo de D´Alessio Irol y Berensztein, esto se debe a la tranquilidad cambiaria de los últimos meses

Por segundo mes consecutivo, la imagen y la evaluación positiva del Presidente Mauricio Macri están en ascenso.

Según el último monitoreo de D´Alessio Irol y Berensztein, esto se debe en gran medida a las mejoras obtenidas en las expectativas económicas logradas por la tranquilidad cambiaria de los últimos meses.

El 32% de los consultados evalúa positivamente su administración, mientras que el 66% la reprueba.

Si se tiene en cuenta las edades, las críticas hacia la gestión de Macri disminuyen entre los mayores de 55 años, con el 51%, mientras que entre los más jóvenes ascienden al 82%.

En esta medición, la imagen positiva del Presidente Macri pasó de 37% a 39%, registrando el valor más alto desde septiembre del año pasado, y su imagen negativa se mantuvo en 56%.

Estos números lo colocan dos puntos por delante de la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner, pero también dos puntos debajo de su principal adversario, Alberto Fernández.

En el caso de la senadora, en junio recuperó dos puntos y obtuvo 37% de imagen positiva y 59% de negativa.

En cuanto a María Eugenia Vidal, si bien la imagen positiva de la gobernadora de la provincia de Buenos Aires bajó tres puntos en comparación a la medición anterior, por lo que pasó de 51% a 48%, sigue al frente del ranking y es la única figura del oficialismo cuya imagen positiva es mayor a la negativa.

Al hacer un paneo de la imagen y posicionamiento de los principales candidatos,  Vidal está al frente con 48%, seguidos por la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich y el jefe de gobierno de la Ciudad, Horacio Rodríguez Larreta, con 42% cada uno.

Por detrás está Axel Kicillof y Alberto Fernández, con 41%. Le sigue el presidente Macri con 39% y Martín Lousteau, con 38%, quien tiene el mismo porcentaje que Roberto Lavagna. Al final está la expresidenta Cristina Fernández, con 37%.

Estos datos corresponden a la medición de junio realizada en forma online a 1.038 encuestados, mayores de 18 años, de todo el país.

 

Publicado por iProfesional el 15/07/19.

El que ahorra en el banco quiere dejar de sentirse un perdedor

Imaginen la peor decisión de ahorro que se pueda hacer. De acuerdo, así planteado las respuestas pueden ser muchas. Desde prender puchos con billetes o sumarse esperanzado a un esquema piramidal, por decir un par. Pero pongamos que la pregunta va orientada a las inversiones tradicionales, las que cualquier ahorrista promedio puede hacer y entender, sin buscar inventar la pólvora o intentar volverse Gordon Gekko de la noche a la mañana gracias a un curso online.

El youtuber financiero Ramiro Marra supo quizás resumirlo a través de las pintadas callejeras con las que se promociona o como eslogan de sus charlas públicas: `Si invertís en plazo fijo sos un boludo`.

El Banco Central supo darle la razón en algunas de sus publicaciones. No literalmente, claro, el lenguaje fue diferente. Pero, a nivel más conceptual, podríamos decir que si.

Fue en 2016, en tiempos también ya pasados en los que Federico Sturzenegger intentaba -sin éxito- frenar la inflación. En ese momento, la entidad publicó datos sobre el resultado histórico de ahorrar en plazo fijo, dólares y ladrillos.

No es que los argentinos ahorren solo en eso, según datos de D´Alessio Irol a marzo del año pasado algo menos del 60% de los argentinos con capacidad de ahorro atesoraba dólares, 45% colocaba ahorros a plazo fijo y 10% invertía en propiedades (este número competía con 13% en fondos comunes, 10% en bonos y 9% ciones). Pero el ejercicio no es mío.

Los númerosdel BCRA mostraban que el ahorrista que puso el equivalente a $ 100 en plazo fijo en 1980, y mantuvo esa inversión renovándola por 36 años, hubiera encontrado en 2016 el equivalente a $ 1,40 de aquél capital inicial. Esto es, luego de descontar la inflación, más de dos décadas de tasa hubieran permitido comprar lo mismo que 36 años antes se conseguía con $ 1,40.

Las otras dos alternativas rendían mejor en el ejercicio del Central. Pero tampoco tanto.

Si el ahorrista ochentoso en cuestión hubiera, en cambio, cambiado los mismo $ 100 por dólares en lugar de colocarlos a plazo en el banco, en 2016 la capacidad adquisitiva de ese ahorro hubiera caído al equivalente de $ 77 de 1980.

No es un gran resultado, de hecho esa colocación se desvalorizó, pero no vamos a negar acá que es mucho mejor que el plazo fijo. De hecho, 55 veces mejor, para ser exactos.

El ladrillo (difícil comprar algo con $ 100 en este mercado, en 1980 y hoy también, pero sigamos la lógica), en cambio, tuvo un -levísimo- rendimiento positivo. El ahorrista del siglo pasado tenía hace dos años el equivalente a $ 128 gracias a esa añeja inversión.

La explicación de esta pérdida en el poder adquisitivo no está en los saltos del dólar en las últimas tres décadas y fracción (si fuera así, atesorar divisas hubiera sido un negoción). Está, en realidad, en que las tasas que pagaron históricamente los plazos fijos estuvieron por debajo de lo que subieron los precios. Por debajo de la inflación. Lo que los economistas llaman `tasas reales positivas`. Con datos menos antiguos que los del BCRA que el economista Federico Muñoz le cedió a este diario, llegan hasta 2013, podemos ver lo raro que es lo contrario. Lo raro que es encontrar `tasas reales positivas`, es decir, que rindan más de lo que daña al valor de los ahorros la inflación.

La tasa real positiva es una obsesión de los economistas, en especial los halcones anti inflación. Dicen que, sostenidas en el tiempo, pueden hacer que un país tenga una moneda estable. Pero no estamos hablando de eso acá.

En los últimos 198 meses, dado que alrededor del 80% de los depósitos a plazo se colocan a menos de 44 días tomo como unidad el mes, la tasa promedio de plazos fijos le ganó a la inflación sólo en 40 ocasiones. La llegada de Cambiemos al poder no cambió tanto eso: de 43 meses, los plazos fijos sólo ganaron en 14 oportunidades.

La novedad desde que en octubre del año pasado el BCRA y el FMI adoptaron un duro esquema de agregados monetarios -al que no vamos a evaluar acá- 7 de 9 meses la tasa promedio de plazo fijo le ganó a la inflación.

Poco comparado con, por ejemplo, Brasil, donde las tasas perdieron contra los precios brevemente en 2013. Y nunca más (la caderneta de poupan^a, un depósito de ahorro popular, garantiza tasas reales positivas a los brasileños).

Pero con suerte los primeros pasos para que el que invierta en plazo fijo pueda, quizás no fanfarronear el trade perfecto, pero al menos no sentirse un boludo.. Desde 2003, la tasa promedio de plazo Jijo le ganó 40 veces a la inflación, de un total de 198 meses Atesorar dólares entre 1980 y 2016 rindió más que el plazo fijo, pero menos que la inflación del período.

 

Publicado por El Cronista el 16/07/19.

Más consumidores eligen las segundas marcas

Los clientes abandonan los productos líderes de cada categoría y se vuelcan hacia otras opciones más económicas. 14/07/2019 11:16 Los cambios en el consumo, producto de la caída de la actividad económica impactaron en todas las clases sociales. Frente a este panorama, los clientes abandonan los productos líderes de cada categoría y optan por segundas y terceras marcas.

La crisis económica está generando importantes modificaciones en los hábitos de consumo, entre las que se destaca el abandono de las “primeras marcas” hacia otras opciones más económicas, e incluso en ocasiones se llega al “abandono de la categoría”, es decir, suspender la compra de determinada línea de productos. Este fenómeno se verifica en mayor medida en rubros como indumentaria, juguetes, electrónica y muebles, pero también afecta al consumo masivo, que se compone de productos vinculados al uso cotidiano.

Según un estudio realizado por la consultora D’Alessio Irol y Berensztein, “9 de cada 10 hogares de clase media reemplazaron a las primeras marcas por otras alternativas de menor precio”.

Respecto a este fenómeno, Carlos María Beigbeder, presidente de la Cámara de Comercio de Posadas, indicó a PRIMERA EDICIÓN que ésta “es una cuestión netamente monetaria. A la gente no le alcanza el dinero y entonces termina buscando segundas marcas, en muchos casos no llenan más el carrito del supermercado sino que hacen compras diarias. Van cambiando la forma de gastar su dinero, lo dosifica mucho más. No hace una compra general, sino va haciendo compras más cortitas para poder ir distribuyendo el dinero de otra manera”.

A su vez, también destacó que “lo último que se deja de consumir es lo que uno come, pero así y todo hay un montón de gastos e inclusive lo que se lleva a la boca ha sido reemplazado. Antes todos los domingos se hacía asado, ahora un domingo sí y un domingo no, o se hace fideos, o pastas. Van achicando esa clase de consumo que son superfluos”.

Con el objetivo de suprimir lo que pueda generar mayor impacto en el presupuesto, las gaseosas son el primer producto en ser desplazado. Los consumidores consideran que pueden suplir lo que resulta más costoso por productos de estación. De este modo, la categoría gaseosa es la que más se descartó; un 71% ya no consume esta bebida como antes. El cambio de hábito se dio en todos los niveles sociales, más fuerte en las clases más bajas y aunque la clase media resiste al cambio, un 71% ya las reemplazó.
“Aquella familia que tomaba una gaseosa de primera marca, hoy lo hace con menos frecuencia y también eligen en muchos casos una segunda marca. Aquella que tomaba una gaseosa de segunda marca, hoy toma agua”, destacó Beigbeder.

Siguiendo esta línea, las categorías de alimentos que más cayeron están encabezadas por la carne: un 72% dejó de consumirla. Las carnes estarían siendo suplantadas por arroz (41%), fideos (40%), y pollo (36%). De este modo, las personas optan por consumir mayor cantidad de verduras (35%) y frutas (31%).
Frente a este panorama, las familias están armando una nueva planificación de sus gastos donde los “extras” están quedando afuera. Es así como fueron descartando el apoyo escolar para los chicos (48%), las actividades extracurriculares (33%), salidas al cine o teatro (32%), gimnasios (30%), comidas fuera de casa (30%) y viajes o vacaciones (28%).

“Una familia tipo que necesita más de 30 mil pesos para comprar o para mantenerse dentro de la canasta básica, en esa línea, busca ahorrar también en los costos. Primero deja algunas cuestiones superfluas y después empieza a buscar otras cosas”, destacó el presidente de la CCIP.

Con la caída de la demanda, antes de que el público abandone el hábito de consumo, las propias empresas líderes impulsan marcas más económicas. Respecto a esto, Beigbeder comentó que “las primeras marcas, las más tradicionales están pasando por una situación económica complicada, justamente por eso. Porque no le alcanza a la gente y entonces empieza a consumir segundas marcas, que es lo que viene ocurriendo en todo el país, no sólo en Misiones”, y agregó: “Hay muchas empresas que tienen segundas marcas y eso invita a poder abarcar ese segmento de consumidores que no pueden comprar primeras marcas. En algunos casos se nota la diferencia, pero en muchos otros es bastante similar la primera a la segunda marca”.

“ Está mutando el consumo porque no puede sostenerse como tal, en la medida en que lo veníamos haciendo. Hoy llenar un carrito de supermercado si lo haces una vez o dos veces a la semana son 2 mil o 3 mil pesos y hay gente que no puede destinar ese dinero. En muchos casos van a comprar a los mayoristas. Esa es una herramienta que se está utilizando mucho, en esos casos no es demasiado el ahorro, pero la gente tiene la idea de que comprar en el mayorista es mucho más barato, y en muchos casos no es así. En realidad no es tan barato”, concluyó.

 

Publicado por Primer Edición (Misiones) el 14/07/19.