El preferido de los empresarios

Por Cledis Candelaresi

No hay un favorito nítido como próximo presidente para las empresas: ningún candidato asusta, pero todos plantean incógnitas. Daniel Scioli, beneficiado por un buen clima económico en el fin de mandato. Buitres o cepo ya no desvelan.

cledis

Los hombres de empresa no tienen un favorito nítido para los próximos comicios presidenciales y sus preferencias esbozan un viraje de humor similar al manifestado en las encuestas que testean a la ciudadanía en general.

Parte por esto, parte porque aún no hay un número puesto en la Rosada, reparten los aportes económicos de campaña cuidando no desairar al eventual ganador o al eventual jefe de la oposición, sus futuros interlocutores.

No es que todo les de lo mismo. Es que no perciben diferencias sustanciales en la cosmovisión de aquellos candidatos con más chances de ocupar el sillón de Rivadavia.

Del mismo modo, muchos hombres de empresa se inquietan ante similares incógnitas sobre cuestiones de estrategia económica que consideran sustanciales.

Y no se trata de a quién van a privilegiar con su voto sino a quién consideran más fiable para garantizar generar y sostener un buen clima de negocios. Salvo que un candidato se acercara a algún extremo, la ideología poco importa.

Es cierto que Mauricio Macri era concebido, en principio, como el presunto garante de ese marco amigable para la actividad patronal en general.

Pero el líder del PRO aún no dio precisiones sobre muchos aspectos del que podría ser su programa económico y tampoco ofrece certezas de que podrá hacer lo que decida. No se trata sólo de encumbrarse en el poder sino de permanecer y ejercerlo, con un entorno que garantice la gobernabilidad.

En este sentido, a cualquier fuerza le cuesta superar al Peronismo y los pragmáticos hombres de empresa bien lo saben.

“Aún no conocemos cuál será la política industrial de Macri”, comenta Héctor Méndez ante este diario, relativizando la supuesta simpatía con que privilegiaba al jefe de Gobierno de la Ciudad.

Es la voz de máxima jerarquía pero sólo una de las que pueden escucharse en la UIA, cuyo cuerpo directivo está fragmentado por la inquina con que se tratan sus miembros: más de uno retacea la palabra al otro por las diferencias sobre el apoyo o desprecio hacia la política en curso.

No es extraño. Dentro de la misma entidad hay intereses comunes y otros contrapuestos, radicalmente.

“Aerolíneas e YPF no son los puntos centrales de la política que se necesita conocer”, opina Carlos de la Vega, titular de la Cámara Argentina de Comercio, en referencia al discurso de Macri precisando que no reprivatizaría esas empresas. Estatizar o privatizar no es un punto caliente en el debate de la agenda de coyuntura.

Pero el líder de la CAC respira aliviado: ningún postulante de los que pugnan con más posibilidades tiene una posición que pueda definirse como antiempresaria.

Lo cierto es que en la medida que para la tribuna patronal se desdibuja la figura macrista, cobra nitidez la de Daniel Scioli.

Buitres y cepo: no son para tanto

Ese viraje no sólo está a tono con lo que muestran los sondeos de opinión respecto a la ciudadanía en general, cada vez más partidaria de la continuidad, sólo con retoques sobre lo hecho hasta el momento.

La última Encuesta de Expectativas de los Ejecutivos realizada por D’Alessio & Irol, seguimiento semestral que el consultor hace para Idea, puede dar una pista de porqué el gobernador bonaerense gana aceptación.

Un 59% de los 182 ejecutivos que respondieron a un cuestionario on line consideran que el próximo semestre la situación económica estará igual o mejor, relativo optimismo fundado en la percepción de que habrá un fin de mandato tranquilo.

Aunque muchos hayan experimentado una baja en las ventas y 1 de cada 4 empresas opere casi al tope -más del 85% de su capacidad instalada-, cuando hace un lustro 2 de cada 4 gozaban esa situación.

Cuándo se le pregunta qué medidas son necesarias para promover la inversión el ítem de “renegociación con acreedores externos” baja de 27 puntos a 19 respecto al sondeo anterior, formulado en octubre del 2014. En otras palabras, el otrora reclamado acuerdo con los buitres, presunto pasaporte a millonarios desembolsos de capital, perdió importancia relativa.

Otra cuestión ilustrativa es qué proporción de su facturación están dispuestos a invertir.

En la última encuesta esa proporción baja al 10% desde un 12% que se había registrado en el 2011, antes de la instauración del cepo.

De algún modo el dato muestra que las restricciones para girar divisas, entre otras limitaciones cambiarias, no tuvo en las inversiones un impacto negativo de la envergadura insinuada por las protestas patronales.

Lo paradójico del cepo es que, en algunos rubros, hasta estimuló la reinversión de utilidades de empresas que se vieron inhibidas de enviarlas al exterior: valga de ejemplo que los bancos empezaron a comprar inmuebles, dando ánimo a uno de los sectores más dinámicos del momento.

Es el dólar, estúpido: para las empresas, el tipo de cambio es “el” factor para exportar más

Por Jairo Straccia

En una encuesta, casi al pasar, los ejecutivos se sacaron el casete con el que suelen responder cada vez que se les pregunta si están esperando una devaluación para mejorar su competitividad, esmerilada en el último año desde que el Gobierno optó por subir el dólar menos que el promedio de los precios de la economía. Habitualmente sueltan, con razón, frases más cómodas, del tipo “el dólar es una variable más”, y resaltan que hay que mejorar la infraestructura, los caminos, la logística, porque “todo eso hace a la competitividad de la economía argentina” y contribuye, o no, a su capacidad para vender al mundo.

Sin embargo, en la última encuesta de expectativas entre los empresarios que forman parte del Instituto para el Desarrollo Empresario (IDEA), que realizó D’Alessio IROL en la última semana de junio, 40% de los consultados sobre “cómo considera su nivel de competitividad a nivel internacional” respondió de la siguiente manera: “depende del tipo de cambio”; 13% se consideró, sin embargo, “altamente competitivo”, mientras que  25% se consideró con baja competitividad. La pregunta es la primera vez que se incluye en este testeo del ánimo corporativo a seis meses vista, y es el emergente de un contexto en el que cómo saldrá el próximo gobierno del atraso cambiario es uno de los temas más fuertes en debate antes de las primarias presidenciales.

La anterior encuesta de sondeos de expectativas se había realizado en octubre pasado, en plena turbulencia cambiaria, cuando Juan Carlos Fábrega dejó de ser presidente del Banco Central y fue reemplazado por Alejandro Vanoli. “El gran cambio hacia esta encuesta es que el Gobierno consiguió dólares porque tomó la decisión de endeudarse”, aseguró Dante Sica, de la consultora Abeceb.com respecto de la modificación de las expectativas: “Así consiguió un semestre de estabilidad”, señaló.

Según Eduardo D’Alessio,  responsable en el segundo semestre “no esperan sobresaltos” para el tramo hacia el final de año, pero tampoco una situación para tirar manteca al techo: el 52% considera que su rentabilidad continuará deteriorándose. La perspectiva de los ejecutivos es que tendrán caída de inversión, ventas, exportaciones y producción, pero en todos los casos con guarismos menos tremendos que en la anterior medición. Ese es el consuelo que surge en las variables del cierre del mandato de Cristina Kirchner.

Sica puntualizó que salvo la construcción, que está repuntando por la obra pública, todos los sectores de la economía siguen en rojo, pero “amesetaron su caída”. “Hay chances de que varios sectores puedan rebotar y empezar a crecer, y así se puede terminar redondeando un año con cero crecimiento o algo positivo”, redondeó. Ya hay otros indicadores de consumo, como el de Kantar Worldpanel que anticipó PERFIL hace una semana, que muestran también un rebote en el consumo.

Para los empresarios, la rentabilidad seguirá cayendo con el próximo gobierno

A pesar de ser un poco más optimistas que en 2014, los principales ejecutivos del país piden impuestos menos distorsivos y pro inversión y acceso a crédito a largo plazo
Si bien se muestran un poco más optimistas que en 2014, la mayoría de los hombres de negocios del país no espera un recomposición de la rentabilidad de sus empresas, sino por el contrario, cree que continuará cayendo y lo cual impactará en el empleo y en la capacidad de producción que se viene reduciendo en comparación con otros años.

Además, advierten que el próximo gobierno deberá eliminar impuestos distorsivos para promover las inversiones; generar reglas de juego claras para atraer más capital; implementar una política fiscal pro inversión y ofrecer acceso a financiamiento a largo plazo. También reclaman a la próxima gestión más inversión en energía (electricidad y gas) y en rutas, así como privilegiar una reforma tributaria y educativa para incrementar la competitividad.

Todos estos datos forman parte de una encuesta elaborada el mes pasado por la consultora D’Alessio IROL para IDEA bajo el nombre de Expectativas de Ejecutivos. El relevamiento, hecho de forma online entre 182 de los principales ejecutivos del país, indicó también que el pesimismo que habían evidenciado a fines de 2014 frente a lo que iba a ocurrir este año finalmente no fue tanto. La evaluación del período fue de 8 puntos por encima de lo previsto, según la encuesta, y los ejecutivos esperan un segundo semestre sin mayores sobresaltos. “Hay una ligera mejora de las expectativas, que se encuentran prácticamente en un punto de equilibrio. Y en período electoral, ya finalizando el actual mandato, los empresarios prevén que no habrá mayores sobresaltos” explica el trabajo de D’Alessio.

Durante la presentación de la encuesta también estuvo Dante Sica, titular de la consultora Abeceb.com, quien le dio el marco macro económico y político a los resultados del relevamiento de IDEA. En este sentido, el economista estimó que el poder adquisitivo podría ganar unos puntos y el mercado laboral no volverá a ajustar. Igualmente estimó que la inversión seguirá retrasada; la construcción estancada y el leve repunte de las ventas no beneficia a todos los sectores.

Para Sica, en el último semestre del año se mantendrá la debilidad de la economía, con una inversión debilitada. “Si el Gobierno quiere darle prioridad al objetivo de actividad, va a presionar sobre el frágil equilibrio alcanzado en la primera mitad del año”, aseguró Sica, para quien se deberían flexibilizar las importaciones “para no generar restricciones de oferta. De hecho, en junio se observó una desaceleración, aunque la duda está en si esto va a continuar”. En el caso de las exportaciones, Sica no cree que puedan mejorar, con lo cual el margen para importar será limitado. A esto se suman los altos vencimientos en dólares hasta fin de año y que las reservas cerrarían por debajo de u$s 30.000 millones.

En tanto, en la encuesta de D’Alessio, los empresarios no esperan cambios en la política internacional, ni una recomposición de su rentabilidad en 2016. “La mitad cree que continuará disminuyendo. Esto amplió la brecha de la capacidad disponible, en especial por la retracción de las ventas”. El trabajo asegura que una de cada cuatro empresas está en el 85% de su capacidad cuando hace 5 años, este escenario se daba en la mitad de las compañías.

Del mismo modo, los ejecutivos ven a la competitividad como variable del tipo de cambio y perciben mayoritariamente una mala situación para el país en este aspecto. Al respecto, el estudio de Sica agrega datos preocupantes en cuanto a la evolución del consumo. “Mientras el objetivo consumo demanda seguir con los anuncios sociales, y con ello el déficit seguirá creciendo y eso se financia con emisión monetaria”, advirtió Sica. Es decir, el país volvió al viejo esquema monetario-cambiario que podría profundizarse. “Pero no es sencillo de sostener un esquema de apreciación cambiaria y aceleración de la emisión, frente a un cambio de expectativas”, explicó el titular de Abeceb.com. En definitiva, según Sica, “el primer semestre nos dejó una mejora relativa pero no fue suficiente para impulsar la actividad y se espera que la segunda mitad del año muestre la misma tendencia aunque no está exenta de riesgos”.
Piden debate sobre educación, seguridad y justicia
Frente a la cercanía de las elecciones presidenciales, la lista de temas que los ejecutivos quieren oír debatir a los candidatos la encabeza la educación, seguida por la justicia y la seguridad. Es decir, los mismos que reclama el resto de la sociedad. De todos modos, le suman, en cuarto lugar, el interés por conocer las propuestas relacionadas con la política impositiva.
De manera adicional, ya no les preocupa tanto las definiciones sobre la concertación con los acreedores externos, al igual que la negociación con organismos internacionales. Pero se mantiene la importancia de salarios, retención de talentos y obtención de créditos. Y se incrementa el peso de la tecnología.

Empresarios: el 41% piensa que la situación empeorará

Encuesta de IDEA sobre expectativas:

Por Alejandro Alfie

Hay una “ligera mejora” de las expectativas de los ejecutivos en la situación económica del país, según una encuesta realizada por la consultora D’Alessio IROL, para IDEA. “Se espera un segundo semestre sin mayores sobresaltos y con retorno a la normalidad”, destacó el informe presentado ayer en la sede del Instituto para el Desarrollo Empresarial de la Argentina (IDEA).
La expectativa de los ejecutivos, que había caído 15 puntos en 2014, retornó a valores similares a los de años anteriores, ya que el 30% de los encuestados dijo que la situación en el segundo semestre seguirá igual, el 41% que será peor y el 29% que mejorará.
“El segundo semestre del año pasado fue duro y la expectativa era de serias dificultades económicas. Pero esa visión tan negativa no se dio y mejoraron las expectativas”, explicó Eduardo D’Alessio, titular de la consultora D’Alessio IROL.
Consultado por Clarín sobre el aumento en el precio del dólar, el economista Dante Sica, director de la consultora Abeceb, sostuvo que “el tipo de cambio paralelo es la variable que puede hacer más ruido, porque el Gobierno tiene márgenes de maniobra limitados; pero eso no cambia la tendencia, hay expectativas estables para el segundo semestre”.
Pese a ello, el 52% de los ejecutivos consultados prevé una disminución en la rentabilidad de sus empresas en 2016. Para hacer frente a esa situación, la mitad de los ejecutivos bajará la inversión y
el 29% disminuirá el empleo en sus propias empresas.
Sica agregó que la mayoría de los sectores de la economía muestran una desaceleración en la caída y que “el único sector que crece es la construcción”, apalancada por la obra pública, el plan Procrear y los arreglos de la gente en sus casas.
Los ejecutivos consideran prioritario para mejorar la producción que haya mayores inversiones en electricidad, gas y rutas y caminos. Además, les gustaría que los candidatos a presidente de la Nación debatan sobre educación, justicia, seguridad, política impositiva y política cambiaría, en ese orden. .
Los principales reclamos para promover la inversión son la eliminación de impuestos distorsivos, la clarificación de las reglas de juego y otra política fiscal. De hecho, la reforma impositiva es “el principal factor para aumentar la competitividad del país”, plantearon los 182 ejecutivos socios de IDEA que respondieron la encuesta. –
Fuente D’ALESSIO IROL / IDEA

Empresarios esperan segundo semestre “sin sobresaltos”

El sector no espera que una recomposición de la rentabilidad en el 2016.

El sector empresarial espera un segundo semestre “sin sobresaltos” en ventas, inversión y empleo, mientras para el próximo año no prevé una recomposición de su rentabilidad y más de la mitad cree que “continuará disminuyendo”.
Así lo indicó la Encuesta de Expectativas de Ejecutivos 2015, elaborada por el consultor Eduardo D’Alessio y el economista Dante Sica para el Instituto para el Desarrollo Empresarial de la Argentina (Idea).
“El pesimismo mostrado en la medición de fines del 2014 no se vio convalidado en la realidad de este período”, subrayó el sondeo que consultó online a 182 ejecutivos.
Arrojó que “se espera un segundo semestre sin sobresaltos y con retorno a la normalidad”, ya que el 32% estima que será “peor” y un 30% cree que seguirá “igual”.
El estudio indicó que “para el próximo año se prevé estabilidad de los principales factores que afectan a la empresa con un ligero incremento de las ventas en el mercado interno” y remarcó que “los principales factores de mejora siguen siendo los internos a cada compañía”.
“Los empresarios no esperan una recomposición de su rentabilidad en el próximo año. Más aún, la mitad de ellos cree que la misma continuará disminuyendo”, alertó el estudio.
A su vez, señaló que creció “la brecha de la capacidad disponible como consecuencia de la retracción de semestres anteriores en las ventas”.
“Una de cada cuatro empresas opera por sobre el 85% de su capacidad: hace 5 años atrás, esta situación se daba en la mitad de las compañías consultadas”, precisó la encuesta.
Con relación a las inversiones sobre las ventas, el sector empresarial consultado opinó que se mantienen estables en el 10%, luego de que en los últimos años oscilara entre un 10% y 13%.
De cara al futuro, los encuestados indicaron que los tres factores predominantes para promocionar las inversiones son eliminación de impuestos distorsivos, clarificación de las reglas del juego y reforma impositiva. Los empresarios consideraron, por otro lado, que en los principales temas de desafío siguen predominando los salarios y la retención de talentos, mientras creció la importancia del factor tecnológico.
Respecto de la competitividad, el informe señaló que en las empresas esa cuestión “parecería estar más determinada por el tipo de cambio que por factores estructurales”, al tiempo que evaluó: “Se entiende que, en general, es relativamente baja”.
“La competitividad, además, estaría regida por las características impositivas del mercado local”, aclaró el trabajo de Idea.

Dos segmentos, un mismo negocio

La interrelación entre los dos segmentos es cada vez mayor lo que permite, del lado de los bancos, mayores rentabilidades y una oferta integral de cara al cliente y, para las compañías de seguros, cierto respaldo financiero.

Por Raúl Giberman y Florencia Pulla

No es un after-office como cualquier otro. En parte porque no es usual que gerentes de área de bancos y seguros se unan para debatir temas que atraviesan a los dos sectores. Y también porque es la Asociación de Marketing Bancario Argentino (Amba) y Alzas y Bajas quienes hacen la invitación. Llegaron -algunos más tarde, otros más temprano- Daniel Valtri, gerente Comercial de Colón compañía de seguros; Carlos Marcelo Swinyard, consultor financiero de IBM; Jorge Ibañez, gerente de seguros del banco Supervielle; Diego Gagliano, gerente Actuarial y de Reaseguro de Intégrity Seguros Argentina; Nora D’alessio, vicepresidente de D’alessio Irol; Gabriel Chaufan, Presidente de BBVA Consolidar; Pablo Blanco, gerente de Marketing de Efectivo Sí; Alejandro Achaval, gerente General de IGS; y Norberto Giudice y Eduardo Gagliano, de Amba.
Amba está cumpliendo 33 años y es obvio que mucho ha cambiado en este tiempo. ¿Consideran que los bancos han terminado convirtiéndose en verdaderas empresas de servicios?
Eduardo Gagliano (EG): Definitivamente. Hemos sido participes de la transformación de los bancos en empresas de servicio y, por otro lado, ha evolucionado en su rol fundacional que es la intermediación financiera. Y creo que la alianza estratégica con el negocio del seguro es muy provechosa en este sentido. Los bancos tienen con qué aportarle al negocio del seguro: su imagen, su posicionamiento en el mercado, una cartera que muchas veces es cautiva, tienen además los medios de comunicación con sus clientes y con el mercado en general, canales de distribución y también los medios de pago. Y los bancos necesitan justamente lo que si tienen las compañías de seguros, que son los productos y el expertise del negocio asegurador.
Gabriel Chaufan (GC): Uno de los puntos clave en la relación banca y seguros es el banco como gran canal de distribución. La industria del seguro no logra penetrar en la sociedad incluso con el nivel de inseguridad que se viven hoy en Argentina y cuando uno mira a los bancos ellos ofrecen muchas posibilidades, por su cercanía con los clientes y, además, porque están en todos lados.
¿A qué se debe esta deficiencia de las compañías de seguro:
a que no están sabiendo cómo llegar al mercado o a características propias del tejido social Argentino?
EG: Tengo la sensación de que las compañías de seguros no están sabiendo llegar al mercado y el seguro se sigue viendo como un mal necesario en vez de un beneficio. Todos seguramente pagamos una prepaga y la pagamos con más gusto que cuando pagamos un seguro y sin embargo no son muy diferentes. Creo que la presencia de los Bancos en el negocio puede llegara mejorar la comunicación con el cliente.
Jorge Ibañez (Jl): De hecho los bancos hemos tomado la responsabilidad de asesorar bien a los clientes, de mantenerlos actualizados en sus sumas y además darles productos modulares. Ese es el rol que tiene el banco, de asesorar y cuidar a su cliente para que se sienta cómodo. Si tiene la cuenta, si opera con el banco, si tiene un plazo fijo, si confía en el banco termina comprando su seguro.
Daniel Veltri (DV): Ahí empezamos a ver el rol de la intermediación que en esta actividad que esta regulada por la Superintendencia y obliga a estar matriculado para comercializar Seguros, implica una formación que permita asesorar a los clientes en como mantener su patrimonio astgurado. El banco es un canal de distribución para la compañía de seguros y vela por los intereses de sus clientes; es un canal que debe estar a la altura de las necesidades de los asegurados.
GC: De las seis compañías mas grandes en seguros de hogar, tres son bancos lo cual es un indicador bastante duro de cómo el mercado mira a los bancos como canal de distribución. Todavía no se da tanto en otros productos pero el combinado familiar es un producto perfecto para un cliente bancario y entonces se ve clarísimo.
Diego Gagliano (DG): También está el tema de las carteras cautivas que tienen los bancos y que permiten llegar a un sector de clientes a los que quizás les cuesta un poco más llegar a las empresas de seguros.
Marcelo Swinyard (MS): Nosotros tenemos una posición más agnóstica. La banca en Argentina pero también en el mundo ha iniciado un proceso de acercamiento a los clientes con un esfuerzo importante en base de datos. Notamos que las compañías de seguros en general están un poco atrás en eso. Quizás por la dependencia con el mercado productor implica más achatamiento en términos de acercamiento al cliente. El banco además se ha metido en serio en la vida del cliente y sabe sobre el sistema de puntos al que estoy asociado, dónde viajo, las transacciones que hago… o séa, ha hecho un esfuerzo para salir al cliente. Decimos que es una industria que tiene más puntos de contacto con el cliente; los busca y los trabaja.
Se habla siempre del concepto de conciencia aseguradora. Y se entiende, por lo que dicen varios de ustedes, que el tema es no quedarse en los laureles; que no se vislumbra todavía un techo en el sector.
Nora D’Alessio: Por encuestas que realizamos estamos en el mejor momento para el negocio asegurador porque hay más chances de ser vulnerado. Y las compañías de seguro acá pueden ser los verdaderos heroes; le pueden decir al cliente que finalmente pueden augurar algún tipo de tranquilidad.
DV: Generalmente las compañías de seguros trabajan en una situación opuesta a la del banco desde el punto de vista de la psicología del consumidor.
Al banco le demandan sus servicios mientras que la industria del seguro tiene que salir a ofrecerlos; a buscar, a tentar y a convencer. Seguramente cada uno de nosotros no estemos asegurados como corresponde y ese es el deber que tienen las empresas de seguros; seguir transitando y haciendo docencia y concientización en forma permanente. Comunicando, asesorando con los canales de distribución. ¿Hay un techo? No. Porque el mercado no tienen las coberturas que tiene que tener ni en cantidad ni en calidad.
MS: Estoy trabajando hace ya un año y medio con la gente de nuestro centro de competencias en Nueva York, obviamente traemos la cultura de un mercado maduro y estuvimos trabajando en Colombia y en Perü y se sorprendieron por los niveles de subaseguramiento y la falta de conocimiento que existe en la región. El espacio para crecer en comparación con esos mercados es sorprendente.
GC: En el caso de los seguros de personas tampoco hay una conciencia aseguradora pero en general en el resto del mundo esto se combate con incentivos fiscales. Entonces la forma pragmática de incentivar a que la gente tome un seguro de vida o de retiro es esa. Aún en países que no tienen conciencia aseguradora los incentivos hacen que la ecuación económica justifique que una gran cantidad de gente se vuelque a adquirir estos productos, cosa que en Argentina hoy no pasa.
Marcan la falta de incentivos fiscales y la poca conciencia como dos grandes limitantes. ¿Existen otros?
EG: Creo que aquí hay un desafío también para el marketing porque el seguro es un servicio que nadie quiere comprobar. La esencia del servicio es que cuando exista una eventualidad no tengamos un paraguas. Y
en ese sentido es un problema porque en otros productos el marketing puede apostar a que el cliente los pruebe mientras lo consume y eso aquí no pasa.
Alejandro Achaval: El mundo del seguro es apasionante y nosotros lo vemos de costado pero estamos muy involucrados. Por un lado, vemos que el cliente bancario a diferencia de lo que puede ser un cliente de retail o el cliente de una tarjeta es mucho más fiel que en cualquier otra institución. En algunos países, como Colombia, están viendo cómo aumentar la permanencia del cliente en las compañías de seguros, como aprender del banco, y buscan fidelizar clientes a través de servicios perifericos. Y ahí entramos mucho las asistencias.
Los seguros de vida son difíciles de vender en cuanto remiten a un tema bastante taboo: la muerte.
GC: El seguro de vida es el producto más difícil porque justamente lo que trae es la idea de la muerte y tiene además un montón de mitos por los cuales la gente no lo compra. Uno es la inflación; el estar en crisis permanente es otro. También está el famoso “no me va a pasar” y es fácil luchar contra esos mitos cuando se llega masivamente al cliente y eso es lo que mas cuesta. Porque con crisis o sin crisis la desprotección de mi familia frente a mi va a ser igual. El seguro de vida es el único que no tiene sustituto y entonces no hay forma de reemplazarlo porque lo que te da el seguro de vida no te lo da otro producto. Debiera ser el seguro más importante para una familia, antes que auto o el hogar porque es la base, si yo no tengo ingresos no puedo mantener ni el auto ni el hogar. De hecho en el mundo es así, el primer seguro en términos de volumen de primas son los de personas, después vienen las cosas.

Encuesta Felaban / Dalessio IROL

El “missing middle” y los Bancos

Compartimos los datos de un interesante trabajo regional realizado para Fomin / BID. Aquí, el concepto del “Missing Middle” explica cómo en los países en vías de desarrollo existe una gran cantidad de microempresas en un extremo y algunas grandes en el otro, pero en el medio operan muy pocas bajo la categoría PyME, por lo que su contrunución a la economía nacional no es tan significante.

Los invitamos a descargar el informe desde aquí:  Informe Missing Middle Felaban

Creen que se extenderá un año más la caída de la rentabilidad

24/10/14

por ANDRÉS SANGUINETTiEnviado especial – EL CRONISTA EN MAR DEL PLATA

Arreglar con los acreedores externos o fondos buitre parece ser el mayor de los reclamos de los hombres de negocios para que la Argentina vuelva a ser atractiva para los inversores internacionales. El acuerdo con los holdouts sigue encabezando la lista de reclamos de los empresarios para planificar nuevas iniciativas de negocios para el año próximo. Así surge de una encuesta distribuida ayer durante el 50 Coloquio de IDEA que se desarrolla en esta ciudad, y en la cual también los ejecutivos consultados consideran que la situación económica va a empeorar durante lo que resta del año y esperan una mayor caída de las ventas.
Según el relevamiento de la consultora D’Alessio IROL, los empresarios coinciden en esperar un panorama negro para lo que resta de 2014, con la actividad en caída, mayor inflación, reducción de la rentabilidad y un crecimiento de la presión impositiva, así como problemas derivados de cambios en las reglas de juego como la sanción de la nueva Ley de Abastecimiento. Las empresas de servicios son las que mayor escepticismo han mostrado en la encuesta presentada ayer en uno de los salones del hotel Sheraton, donde hoy culminará la 50 edición del Coloquio.
El sondeo también detectó que continuará el desequilibrio entre los precios y los costos, con una brecha que se amplió a siete puntos comparada con la última medición realizada a mediados de este año. En relación al año pasado, descienden aún mas las perspectivas de rentabilidad, ya que la mitad de las empresas consultadas estima que disminuirá durante el año próximo. Otro 20% tiene una visión más optimista y espera un crecimiento en este segmento.
En términos porcentuales, la encuesta arrojó que el 64% de los consultados espera que la situación económica empeore; otro 42% advierte caída en las ventas y un 52% estima que la rentabilidad de su empresa disminuirá en los próximos 12 meses, un nivel que se ubicaba en el 41% hace un año. Esta retracción además se evidencia en la disminución de la capacidad empleada. También en el nivel de inversiones que se mantiene dentro del rango de los últimos años, llegando al 10% sobre las ventas, guarismo similar al de 2012. En este sentido, consideran prioritarias tres medidas: la renegociación con los acreedores externos, una revisión impositiva y mayor financiación.
Entre los principales factores que podrían influir para modificar el escenario el año próximo, los encuestados destacaron el abaratamiento de los costos (30%); procesos de reingeniería interna (29%); diversificación de productos y servicios (28%); logro de alianzas estratégicas (27%) e inversión en nuevas tecnologías (25%).

El 57% de empresas tiene problemas para importar

24/10/2014
Ambito Financiero – Pág. 6

Por: Pablo Jiménez y Diego González

Juan José Aranguren, presidente de Shell, fue ayer uno de los expositores -muy crítico- en el Coloquio. Mar del Plata – “En los últimos años era habitual cruzarse en los pasillos del Coloquio y escuchar que algunos empresarios tenían problemas para importar, pero hoy ya la pregunta no es si tienen inconvenientes, sino cuántos dólares te deben”, reflexionó Luis Secco, el economista que este año hizo el análisis de la tradicional encuesta de expectativas empresarias realizada por D’Alessio IROL para IDEA.Es que según el sondeo, el 57% de las empresas declaró tener problemas para importar insumos clave para el funcionamiento de su empresa y el 49% dijo haber padecido el efecto del cierre de importaciones en los productos finales de sus compañías. Es sin dudas, el impacto de la restricción a las importaciones uno de los puntos centrales en la preocupación de los empresarios.El dato explica que economistas como Orlando Ferreres o el mismo Secco actualizaran sus estimaciones y ya calculen en más de u$s 6.000 millones la deuda del Banco Central con importadores, saldo que se aceleró luego del 30 de julio cuando el juez neoyorquino Thomas Griesa empujó a la Argentina hacia un default parcial. Desde ese momento, la conducción de la autoridad monetaria decidió imponer mayores restricciones para el acceso de dólares principalmente para los importadores y que muchas empresas tuvieran que recurrir al “contado con liqui” (pese a que no hubo ninguna medida formal por parte del Gobierno) para hacer frente a las importaciones.Sorprendió un minúsculo porcentaje (2%) que dijo que el cierre de las importaciones lo favoreció. “Esto se explica porque inclusive algunos importadores se beneficiaron luego de que algunas multinacionales se retiraran del país por los inconvenientes que hay y, pese a no pasar por el mejor momento, de golpe incrementaron su cartera de clientes”, evaluó un importante empresario de servicios a Ámbito.com.ExpectativasLas perspectivas sobre la evolución de la economía para la primera mitad de 2015 son negativas. El 31% de los empresarios consideró que la situación estará mucho peor que en la actualidad y otro 34% observa que será moderadamente peor; si se suman ambos valores resulta que un 65% de los hombres de negocios no ve un escenario positivo para los próximos doce meses.Si bien este porcentaje mermó en relación con la medición del semestre anterior donde el global marcó un 71%, es la primera vez en los últimos años que una perspectiva negativa se mantiene durante dos semestres consecutivos.

El estudio de D’Alessio IROL explica que la inflexión que comenzó a mostrarse a partir de la crisis de la deuda -posdecisión de Griesa-, continúa presente en el segundo semestre y “tiñe” las expectativas para el próximo.En una mirada hacia la última década, ese 31% de perspectiva negativa sobre la economía se iguala a la arrojada durante la crisis de 2009.Ventas y rentabilidadAl desglosarse, la baja de las expectativas generales se ve en las diversas áreas de las empresas, como exportaciones, inversión y empleo, pero donde se grafica más crudamente es en la perspectiva de ventas para el próximo año. El 42% de las compañías creen que venderán menos que este año y otro 40% aspira solamente a mantener las operaciones como en la actualidad. Según Secco, “los empresarios, a diferencia de otros momentos de crisis, no ven al mercado interno como motor de reactivación”.

Otro dato que muestra que ya no es el consumo interno el vaso de agua en el desierto, es que las estrategias están puestas en mejorar los factores internos, especialmente los costos y procesos.Relacionado al punto anterior, otro dato relevante es que pese a que la expectativa de inversión viene declinando, muchos de los pesos sobrantes por el impedimento a repatriar dividendos y la falta de acceso a compra de divisas, casi por obligación, van directamente a la inversión en nuevas tecnologías y la adquisición de servicios.Además, los empresarios esperan una caída en la rentabilidad de sus negocios. Para el 52% de los consultados disminuirá y sólo un 20% cree que mejorará. El dato cobra relevancia teniendo en cuenta que en un año un 11% más de empresarios empeoró sus perspectivas sobre la rentabilidad.Teniendo en cuenta estos números, un factor central es cómo recuperar la competitividad del país. A diferencia de otros años, cuando el tema central era la reforma impositiva, este año ven a la mejora en la educación (67%) como el gran motor de cambio. Otro dato relevante relacionado con la competitividad es el pedido de resguardo a la propiedad privada que aumentó en los últimos tres meses del 20% al 51% y la necesidad de un acuerdo con organismos internacionales de crédito que se elevó del 14% al 46%. Según Secco, en estas respuestas repercutió la negociación con los buitres y las sanciones de la Ley de Abastecimiento y del nuevo Código Civil.

* Enviados especiales