Buenas expectativas para el año que viene

La encuesta de D’Alessio Irol destacó las posibilidades en ventas, inversión y exportaciones.
La tradicional encuesta a ejecutivos que realiza la consultora D’Alessio Irol en el Coloquio de Idea arrojó en esta oportunidad que existen buenas expectativas para 2016 en los rubros de ventas, exportaciones e inversión. El resultado “representa un cambio de tendencia después de varios semestres de relativamente bajo nivel” de entusiasmo dirigencial, destacó la encuestadora.
En diálogo con Tiempo, Eduardo D’Alessio destacó que “evidentemente hay un cambio de signo que se expresa en un mayor optimismo con el año próximo”.D’Alessio remarcó que es “una inflexión respecto a lo que veníamos viendo” en las encuestas anteriores y que las expectativas están renovadas al margen de lo que diferencia a los distintos candidatos presidenciales: “Cada uno tendrá su idea y las respuestas son concurrentes con lo cual más allá de los resultados finales se prevé que habrá correcciones positivas”, explicó el responsable de la medición.
Para D’Alessio, en el heterogéneo universo empresario “nadie espera cambios bruscos ni los desea, sino cambios graduales pero que tiendan al sentido positivo”.
La madre de todas las batallas, agregó el encuestador, son las ventas porque se prevé que habrá “un crecimiento en el mercado interno” que arrastrará “mejores inversiones e importaciones de insumos”.
Lo que no se ve, agregó D’Alessio, es que se revierta en el corto plazo “la caída de rentabilidad que ha habido”.
La Encuesta de Expectativas de Ejecutivos presentada ayer señala que pese a “un contexto de caída de rentabilidad, aumenta la proporción de empresarios que pueden recuperar el terreno perdido.”
La medición se realizó sobre una base de 178 encuestados.Los consultados reclamaron la “eliminación de impuestos distorsivos y clarificación de las reglas de juego” como vehículo para impulsar las inversiones.
Además señalaron que los principales desafíos “continúan siendo los salarios y la retención de talentos”.
Finalmente, el informe señaló que la competitividad de las empresas “pareciera estar más determinada por el tipo de cambio que por factores estructurales”, concluyó la encuesta.

Buenos augurios sin esperar devaluación

La tradicional encuesta de expectativas en el foro empresarial arrojó, esta vez, los mejores resultados desde 2011. Perspectivas positivas del 76 por ciento de los encuestados. Los principales referentes no esperan “megadevaluación ni ajuste”.

La expectativa de los empresarios acerca de cuál será la situación económica en los próximos meses se ubicó en octubre en los niveles más elevados desde finales de 2011, cuando el mercado interno crecía a tasas del 8 por ciento y la presidenta Cristina Fernández de Kirchner ganó las elecciones con el 54 por ciento de los votos. Los datos, que surgen de una encuesta de la consultora D’Alessio y se presentaron en el 51º Coloquio de IDEA, destacaron que las compañías esperan un incremento significativo de las exportaciones, las ventas locales, la inversión y el empleo en los próximos doce meses. El costo salarial, la tensión sindical y las tarifas fueron algunos de los principales desafíos que consideran las firmas que deberán afrontar en 2016. Empresarios consultados por Página/12 mencionaron además que las propuestas de devaluación brusca para el próximo año, una obsesión de los economistas del establishment, no son sustentables.

En la encuesta de expectativas se destacó que las perspectivas positivas de los empresarios para el próximo semestre alcanzaron al 76 por ciento de las compañías, cuando la cifra había sido 56 por ciento en el semestre anterior. A su vez, la proporción de firmas que consideraron que tendrán una suba de las exportaciones en el próximo año pasó de 17 a 36 por ciento, mientras que las que esperan un alza de la inversión pasó de 13 a 38, y una suba en las ventas, del 19 anterior saltó al 53 actual. En cuanto al nivel de empleo, el 28 por ciento cree que anotará un incremento de la plantilla, contra el 17 por ciento de 2014.

“No hay que hacer megadevaluación ni ajuste, como ocurrió al final de la convertibilidad. Esto dañaría fuertemente el nivel de consumo local. Las empresas pymes, que viven de la demanda del mercado interno, dejarían de existir”, aseguró a este diario Adrián Kaufmann, el flamante presidente de la Unión Industrial Argentina. Las declaraciones muestran un cambio por lo menos discursivo en la entidad fabril, puesto que el anterior titular, Héctor Méndez, motivó más de una polémica por declaraciones que sugerían la necesidad de un salto en el tipo de cambio para “recuperar competitividad”. El titular de la UIA, no obstante, aseguró que existen tensiones cambiarias asociadas no tanto con el país sino con la región. “Si el real (la moneda brasileña) perdió 70 por ciento de valor respecto del peso este año, es evidente que algo hay que hacer”, indicó.

El presidente de Accenture, Sergio Kaufmann, fue otro de los empresarios del coloquio de IDEA que aseguró que un movimiento abrupto del tipo de cambio generaría consecuencias nocivas para la economía local. “La competitividad que te regalan cuando devalúan 50 por ciento no vale. Es una competitividad que no te sirve como empresa porque no va a durar, el dólar después de eso termina planchado varios años. Los grandes saltos cambiarios no son sustentables”, dijo. El titular de Accenture, una de las principales firmas dedicadas a la exportación de servicios de consultoría, aseguró además que un intento de atacar de golpe la inflación tampoco tendría sentido. “Es preferible tener un nivel de precios algo más alto e ir bajándola de a poco, que provocar una recesión”, indicó a Página/12.

Cristiano Rattazzi, de Fiat, fue la excepción entre los empresarios consultados por este diario en relación con qué hacer con el tipo de cambio. “Hay que empezar un nuevo gobierno unificando el dólar. Es algo urgente. No puedo precisar ahora cuál es el grado de apreciación de la moneda, pero el problema en el país es exclusivamente cambiario”, señaló. A su vez, aseguró, siguiendo los argumentos conservadores, que la inflación se debe a las distorsiones de la emisión monetaria y el excesivo gasto fiscal, al tiempo que afirmó que la recuperación del sector automotor se debe al incremento de las expectativas de devaluación, por la cual la población compra bienes durables para protegerse.

Los empresarios plantean en IDEA reclamos para el próximo gobierno

Equilibrio fiscal y fortalecimiento institucional serán claves, aseguran.

Empresarios reunidos en el 51º Coloquio de IDEA anticiparon ayer que el próximo gobierno deberá trabajar en pos del fortalecimiento institucional y, además, recuperar el equilibrio fiscal.

Ambos aspectos fueron los más mencionados por los asistentes a una jornada interactiva, con preguntas en pantallas gigantes a las que se respondía mediante dispositivos electrónicos ubicados en las mesas del salón principal del hotel Sheraton de esta ciudad balnearia.

Cuando se trataron los temas que deberá abordar el próximo gobierno, el 27 por ciento de los presentes contestó “el fortalecimiento de la calidad institucional y de la seguridad jurídica”, mientras que el 20 por ciento contestó “la inseguridad”.

Luego se ubicaron el equilibrio económico, con 16 por ciento, y la educación, con 14 por ciento.

En tanto, al ser consultados sobre qué acuerdos o políticas de Estado deberían impulsarse desde diciembre próximo, el 18 por ciento contestó “sobre el grado de apertura de la economía”, el 17 por ciento apunto a las “medidas de búsqueda del equilibrio fiscal” y el 13 por ciento mencionó la disputa con los holdouts.

REGLAS CLARAS

El empresariado confía en una evolución favorable de la actividad durante 2016, aunque mantiene un grado de incertidumbre por cómo se implementarán las medidas necesarias para corregir los desequilibrios económicos.

Según la tradicional encuesta privada difundida en el marco del Coloquio, “se observó un cambio de tendencia positiva” en el sector empresario para el próximo período, aunque se mantienen los reclamos por “reglas de juego claras, políticas públicas en favor de la inversión y la eliminación de impuestos distorsivos”.

Asimismo la encuenta reveló que el 66 por ciento de las compañías fijó como prioridad avances en la inversión en el sector energético.

El informe presentado por D’Alessio Irol surge de las respuestas on line de 178 ejecutivos consultados para IDEA, que basaron su optimismo “en un crecimiento del consumo en el mercado interno, las exportaciones, con mantenimiento del nivel de empleo”.

No obstante, la confianza reflejada en el informe contrasta con la cautela que expresan los hombres de negocios cuando se los consulta en forma puntual y directa sobre el escenario postelectoral.

“Habrá que ver cómo se implementan las correcciones”, fue el factor común de las respuestas de Isela Constantini, presidenta del General Motors, del petrolero Oscar Vicente y Oscar Andreani, empresario dedicado a la logística.

De acuerdo con la encuesta de D’Alessio, un 76 por ciento de los empresarios se inclinó por pronosticar un mejoramiento económico o el mantenimiento de la situación actual. Este escenario se plantea a partir de la confianza en una mejora de los niveles de consumo interno. Respecto de los niveles de inversión, el 38 por ciento de las respuestas marcan que “aumentará moderadamente o significativamente”, con 13 por ciento de un año atrás.

Mejoran las expectativas de los empresarios para después de las elecciones presidenciales

Del relevamiento, efectuado a 178 ejecutivos de empresas y realizado por la consultora D´Alessio IROL, se observa que “un 12% de los encuestado anticipan que la situación será mucho mejor en el próximo semestre, otro 29% anticipa que será “moderadamente mejor”, y un 35% que anticipó que la situación será “igual”. La evaluación del semestre en curso resultó positiva en un 56%, “rompiendo la tendencia que se evidenciaba desde el primer semestre del 2012, con un valor neutro del 50%”, destacó el informe. “Para encontrar números positivos semejantes hay que remontarse a 2010”, manifestó a Infobae el consultor Eduardo D’Alessio.

El analista destacó que “desde marzo de 2012 las expectativas estaban dentro de los rangos moderadamente peor o mucho peor, con lo que el nuevo dato irrumpe dentro del lado positivo y coincide claramente con el cambio de gobierno”.

Para el 2016, los socios de IDEA consultados esperan un crecimiento de las ventas, de las exportaciones, y la inversión, con mantenimiento del nivel de empleo. “Esto último, se contradice con algunas estimaciones laborales que anticipan despidos para después de los comicios de octubre”, dijo el experto.

El estudio señala además que para enfrentar este mayor nivel de actividad, el 75% de las compañías trabajan a menos del 85% de su capacidad instalada. “En lo que respecta a las inversiones sobre las ventas, se mantienen en el 11%, con preeminencia de las inversiones “blandas”, que pueden integrarse en dosis relativamente pequeñas y sucesivas, y que en general sirven para sacar el mayor provecho a las inversiones “duras” o de equipos productivos.

En cuanto a las preocupaciones para aumentar la inversión, los empresarios identifican tres factores que son “la clarificación de las reglas de juego, eliminación de los impuestos distorsivos, y una política fiscal pro inversión”. Los empresarios también reclamaron más inversiones en electricidad y gas para impulsar el crecimiento industrial, y en segundo lugar aparecen el estado de las rutas y del ferrocarril.

Las expectativas de los empresarios son las mejores desde 2010

En la anterior encuesta de julio 2015 un 59% de los ejecutivos de grandes empresas consideró que el segundo semestre de 2015 sería igual o mejor que igual período del año anterior, lo que reflejó un cambio positivo respecto de lo que planteaban a fines de 2014, cuando las proyecciones fueron mayoritariamente negativas.

El mismo estudio realizado en noviembre de 2014 reflejó que para el primer semestre del año los ejecutivos eran menos optimistas, ya que un 30% consideró que seguiría igual, un 14% moderadamente mejor y apenas un 3% mucho mejor.

La consultora evaluó que “el pesimismo mostrado en la medición de fines del 2014 no se vio convalidado en la realidad de este período” y que entre los ejecutivos “se espera un segundo semestre sin sobresaltos y con retorno a la normalidad”. En ese entonces, los factores predominantes que se señalaban a futuro para promocionar las inversiones eran la eliminación de impuestos distorsivos y la clarificación de las reglas del juego. Los principales temas de desafío para los empresarios eran los salarios y la retención de talentos.

Los grandes empresarios esperan crecer en el próximo semestre

Coloquio de Idea en Mar del Plata. Prevén más ventas al mercado interno, por las políticas de apoyo al consumo. Piden menos impuestos y aliento a la inversión.

El cambio de ciclo político atado a las elecciones presidenciales les levantó el ánimo a los empresarios, que por primera vez desde 2012 esperan con claridad que el próximo semestre sea mejor, o mucho mejor, que el año que termina.

Así se desprende de la encuesta de expectativas de ejecutivos que cada año presenta en el Foro de Idea la consultora D’Alessio, que señala que existe “una clara tendencia positiva para el próximo semestre con una mejoría de la situación de las empresas y recuperación de expectativas” que abarca al 76 por ciento de los encuestados.

Hilando un poco más fino, esa mejora reposaría _según el centenar y medio de hombres de negocios consultados_ sobre todo en una mejora de ventas en el mercado interno, algo que espera más de la mitad de los encuestados.

Este escenario positivo y de expectativas renovadas no es casual. Según Dante Sica, director de la consultora Abeceb, la batería de medidas proconsumo dispuestas por el gobierno durante este año ayudó a generar este fenómeno: “Mejorar las expectativas fue un claro objetivo del Ejecutivo con una inyección al consumo, a través de la tranquilidad que trajo el swap con China, al aumento de las transferencias sociales y al atraso cambiario que redundó en una mejora de los salarios”, dijo.

Tanto Sica como D’Alessio atribuyen el cambio de humor al recambio político, en el sentido de que existe una sensación generalizada entre los empresarios de que, gane quien gane, “habrá cambios”, y que esos cambios (correcciones del tipo de cambio y de la política fiscal, entre otros) no van a diferir demasiado con uno u otro candidato sentado al mando de la Casa Rosada.

“No hay atajos ni magia. Todos saben que una medida sola no alcanza, y los diagnósticos son bastantes compartidos respecto a lo que hay que hacer”, afirmó el consultor, para quien ayuda el hecho de que la transición económica entre el gobierno saliente y el entrante “es la mejor desde la restauración de la democracia”.

Sin embargo, esta mejora de ventas esperada no va a traducirse en un incremento de la rentabilidad: “Este es un tema que viene preocupando, aunque si bien las ganancias seguirán en caída esta tendencia se atempera”, dijo D’Alessio.

Empleo e inversiones. La mejora esperada en las ventas no afectará el nivel de empleo registrado privado, que seguirá en niveles actuales sin incorporaciones ni bajas.

Sin grandes mejoras en la inversión prevista por los empresarios (que rondará el 11 por ciento del total de las ventas), las firmas esperan mejorar su desempeño a través de factores internos, como la diversificación de productos y servicios ofrecidos, nuevas alianzas comerciales, baja de los costos y reingeniería interna para optimizar procesos.

“Veremos sobre todo inversiones blandas no relacionadas ni con equipos ni con ampliaciones, de alguna forma se busca estirar al máximo el equipo productivo”, agregó D’Alessio, quien señaló que si bien creció un poco la brecha entre capacidad y utilización, por la retracción de ventas, “igualmente el 68 por ciento de las empresas trabaja con al menos el 70 por ciento de la capacidad instalada”.

Respecto a lo que esperan que cambie para que mejore el nivel de inversión privada, los empresarios mencionaron “la eliminación de impuestos distorsivos, la clarificación de las reglas de juego y una política fiscal pro-inversión” como los elementos más importantes para mejorar el clima de negocios del país.

También señalaron que la inversión pública debe centrarse sin duda en mejora y ampliación de la infraestructura, en áreas como la energía (electricidad y gas), rutas, ferrocarriles y puertos.

Devaluación. Si bien la encuesta no pregunta de manera explícita sobre expectativas devaluatorias, tanto D’Alessio como Sica retomaron el tema durante su presentación.

Por un lado, si el grueso del empresariado espera mejoras gracias a mayores ventas en el mercado interno, eso significa que la devaluación no es esperada como el milagro económico que los salvará.

Existe otra cuestión: aunque mejore el tipo de cambio (algo que ambos analistas descontaron que va a ocurrir), el comercio global no es demasiado esperanzador. “Los dólares ya no vendrán por cuenta corriente, sino por endeudamiento externo e inversiones”, explicó Sica.

Para el director de Abeceb, la mejora vendrá por “una devaluación fiscal” y no una del tipo de cambio: “La devaluación de Kicillof de enero 2014 demostró que una medida así tomada de forma aislada no sirve para nada, y los candidatos lo tienen muy claro”.

Massa prometió reducir la presión tributaria

El candidato a presidente Sergio Massa, del frente UNA, tuvo ayer por la tarde su media hora de “reflexiones” frente a los empresarios que participan del 51 coloquio de Idea, ante quienes expuso su plan económico con eje en la baja de la inflación, la disminución de la presión fiscal, un plan de créditos hipotecarios para construir 1,2 millones de viviendas y un “cambio cultural” para pasar de una lógica asistencialista a otra basada “en la cultura del trabajo”.

El actual diputado llegó acompañado de su equipo económico con Roberto Lavagna a la cabeza, y aprovechó el estrado para confirmar que Carlos Garetto (Coninagro) será su ministro de Agricultura (usó esa categoría) en caso de ganar las elecciones.

Al igual que Scioli un día antes, explicó que el camino a tomar es el del crecimiento, “no el del ajuste o la devaluación, datos pendulares de la historia económica argentina”.

En ese punto, destacó que de acceder a la Casa Rosada creará un consejo económico y social donde se reunirán empresarios, trabajadores y el Estado, “para seguir metas de corto plazo y establecer políticas de desarrollo”.

En materia agropecuaria, dijo que se reducirá la presión tributaria a través de la eliminación de las retenciones al trigo, al maíz y al girasol, y de la compensación por flete para las economías regionales.

Respecto a la presión impositiva en general, aseguró que debe reducirse en un 30 por ciento. “El crecimiento de la presión tributaria ha quitado competitividad aún a sectores que lo eran, es una obligación rediscutir la matriz tributaria”, dijo.

A nivel de política para el empleo, explicó que se generarán medidas para el primer empleo, ya que “cada trabajador que se incorpore que venga de un programa social seguirá cobrando el plan, mientras que al empleador se le reducirá la carga impositiva”.

También prometió una inversión en infraestructura de 22 mil millones de dólares el primer año de gobierno, que llegaría a los 45 mil millones el cuarto año, con la idea de crecer al 4 por ciento anual.

Empresarios apuestan a reglas claras e impuestos menores

La encuesta de ayer mostró un moderado optimismo en el sector privado. No obstante, en los pasillos se manifestaban dudas sobre lo que pasará en 2016.

La mayoría de los empresarios consultados en el 51 Coloquio de IDEA en Mar del Plata consideraron que para promover inversiones se deberían “eliminar impuestos distorsivos, clarificar las reglas de juego y realizar una reforma impositiva”, según una encuesta entre 178 ejecutivos realizada por la consultora D´Alessio IROL.

Los datos de la encuesta, si bien mantienen una visión pesimista sobre el desarrollo de la economía para 2016 (independientemente de quién sea el nuevo presidente) marcarían una reversión de la tendencia negativa que se venía registrando hasta un semestre atrás.

Así, la encuesta revela que hay más empresas que han aumentado su capacidad instalada ociosa a casi el 30%. No obstante, el renaciente optimismo los anima a planificar inversiones, el grueso de las cuales estarán destinadas a tecnologías blandas. En este aspecto, las prioridades mayoritarias están ligadas a capacitación, desarrollo tecnológico, software y sistemas y desarrollo de nuevos productos.

También manifestaron su preocupación por el capital humano de las empresas. La mayoría manifestó que los grandes desafíos pasarán por pagar buenos sueldos y retener los talentos, más que incorporar personal externo.

Otro de los resultados arrojados por la encuesta tiene que ver con el tipo de inversión pública que las empresas requieren para mejorar la productividad y, en este sentido, la opinión mayoritaria se inclinó por inversiones en electricidad, gas, rutas y ferrocarril de cargas, entre las principales.

La recuperación de una visión más optimista se vio reflejada en que, a pesar de prever una caída en la rentabilidad, esperan aumentos en las ventas, las exportaciones y la inversión. Al respecto, el economista Dante Sica expresó que los datos de la encuesta acerca del empleo revelan que no se deberían esperar grandes modificaciones.

Estos son los datos de una encuesta pero en los pasillos del hotel donde se desarrolla el evento, algunos asistentes reconocían que muchas empresas estaban manteniendo sus nóminas de personal para no generar confusiones antes de las elecciones pero posteriormente podrían producirse suspensiones o despidos en algunos sectores muy impactados por la crisis.

De todos modos, la mayoría, en privado, entiende que cualquiera que gane tendrá que tomar decisiones sobre temas que hoy condicionan el avance de la economía como los cepos, el tipo de cambio, la inflación, subsidios y tarifas, entre otros temas importantes.

Dependiendo de cada uno de los candidatos podrá esperarse mayor o menor velocidad. La realidad es que pese a que bregan por mejorar la calidad institucional, las urgencias propias de sus negocios ocupan lugares principales en sus agendas de preocupación.

Aunque no esperan que los candidatos digan mucho en los discursos, muchos ejecutivos intentan acercarse a asesores de los principales postulados para tratar de anticipar el tipo de medidas que se podrían tomar. A muchos, impactados por la crisis, se les nota un clima de urgencias. “No hay mucho espacio para gradualismo” dicen, ante el discurso moderado de los candidatos y sus equipos.

El paso de Massa
El candidato de UNA, Sergio Massa, abordó una agenda que, además de temas económicos, planteó aspectos culturales e institucionales. Primero destacó a los integrantes de su equipo económico y resaltó sus calidades personales y la capacidad para trabajar en equipo.

Planteó, entre otras cuestiones, la necesidad de crecer para generar inversión, crear empleos y salir de la trampa entre ajuste o devaluación cuando el más razonable es el del crecimiento. Propuso la creación de un Consejo Económico Social para hacer seguimiento de metas de corto plazo y las prioridades en materia de infraestructura y de inversión en educación y capacitación.

El candidato también habló del desafío de reactivar la cadena agroindustrial bajando la presión tributaria así como destinar las letras y notas del Banco Central a créditos hipotecarios. El representante de UNA propuso recuperar la cultura del trabajo cambiando la modalidad de los planes sociales y dando beneficios a las firmas que los contraten.

En general, Massa no agregó mucho a su discurso, ya conocido en el debate de los candidatos, pero generó un poco más de satisfacción que el de Scioli. De todas maneras, ambos fueron despedidos con tibios aplausos.

Pedido sobre educación

En el contexto del Coloquio, los empresarios alertaron sobre la necesidad de un cambio en las políticas educativas para que el empleo no se vea resentido por el avance tecnológico. El dato surgió durante la denominada “Sesión Interactiva”, en la que los presentes responden con un dispositivo tecnológico una serie de preguntas que se proyectan en pantallas gigantes.

La encuesta fue respondida en su mayoría por empresarios del sector servicios (64% de los presentes), responsables de firmas que emplean a más de 1.000 personas (40%).

A la pregunta sobre si se impone un rápido cambio en las políticas educativas para que el empleo no se vea resentido con el avance de la tecnología, el 76% respondió que “sí, rápidamente”, y el 20 por ciento opinó que “sí, gradualmente”. Sólo el 5% dijo que “el empleo se irá adaptando”.

Consultados sobre si se adapta la educación a la velocidad suficiente para responder al cambio tecnológico, el 65% dijo que “no, pero debería”; el 21%, “sólo en forma parcial”, el 13% opinó que “no” y sólo 1% consideró que sí. Que la educación prepare profesionales para el mundo que se viene, fue uno de los pedidos que surgieron ayer.

Cambio de ciclo presidencial: empresarios tienen mejores expectativas

Por primera vez desde 2010-2011, las respuestas positivas superan a las negativas en la encuesta del cónclave. Gran parte de los consultados espera mejoras en el rubro energético. Dólar e inflación, al frente de las preocupaciones.

Por primera vez en cinco años mejoran las expectativas de los empresarios para los próximos meses. Según una encuesta realizada por D’Alessio Irol para IDEA, que fue presentada en el Coloquio de IDEA empresarial, hay un ligero cambio de tendencia en relación a las mediciones anteriores.

“Esto es disruptivo. Desde 2010-2011 siempre las expectativas negativas superaban las positivas. Esta es la primera vez que las respuestas positivas (se estará mejor o moderadamente mejor) superan a las negativas (respuestas de que se estará moderadamente peor o peor)”.

El cambio de mandato presidencial parece haber influido en los resultados. Las expectativas positivas alcanzan al 56% de los encuestados, el valor más alto en una década. “Los empresarios fueron predictivos de las situaciones”, destacó D’Alessio a Diario UNO. Cada vez que la percepción sobre la marcha de la economía fue negativa, el PBI se terminó contrayendo o con un crecimiento muy bajo.

El semestre que pasó fue evaluado como peor de lo que se pensaba para el 44% de los encuestados, y fue mejor de lo estimada por 25% del relevamiento. Para el próximo semestre, 41% supone que habrá mejorías y 24% que será malo. Hay una reversión de tendencia.

“Es indudable que se está suponiendo que habrá cambios que tendrán un cambio en el mercado interno, y mayor acceso a insumos”, deduce D’Alessio. “El cambio de fines de 2015 provocará crecimiento de la demanda y posibilidades de abastecerla”, agrega.

El 66% de los encuestados cree que hay que invertir más en energía (electricidad). También esperan mayor inyección de dinero en gas (48% lo señaló en una encuesta donde podía contestar varias opciones). El petróleo, quizás influenciado por la caída del precio internacional, sólo parece prioridad para el 20% de los entrevistados.

Ante esta situación, el empresariado cree, siempre según este relevamiento, que las medidas más importantes “deben darse en el marco de los primeros 100 días de Gobierno”, como por ejemplo “promover la llegada de dólares”.

Los tres factores predominantes que señalan para promocionar las inversiones son: eliminación de impuestos distorsivos, clarificación de las reglas del juego y reforma impositiva.

En tanto, los principales desafíos continúan siendo los salarios y la retención de talentos. Continúa creciendo la importancia del factor tecnológico.

Respecto a los factores de mejora, según esta medición, siguen siendo los internos a cada empresa.

Con una disminución relativa de los requerimientos de inversión sobre el petróleo, aumentan los de infraestructura en todas sus formas.

La competitividad de las empresas pareciera estar más determinada por el tipo de cambio que por factores estructurales. Se entiende que, en general, es relativamente baja.

“Coloquio de Principio de Ciclo”

El movimiento de hombres y mujeres de negocios es incesante en los pasillos del coqueto Sheraton marplatense, “centro del mundo informativo” por estas horas en Argentina.

Más allá de las encuestas, es interesante también lo que los empresarios se animan a comentar, sin los micrófonos ante así. En ese sentido, varios ejecutivos y banqueros consultados coincidieron en que las principales preocupaciones para el 2016 son la evolución del dólar, de la inflación, el nivel de empleo, un futuro acuerdo con los holdouts y con el FMI, además de la necesidad de recuperar el crecimiento económico.

Debido a la cantidad de empresarios anotados –más de 1.000 y más de 100 empresas auspiciantes– este evento ya es el más importante de los últimos 10 años desde aquel noviembre del 2005, cuando Roberto Lavagna anunció su renuncia como ministro de Economía y el entonces presidente Néstor Kirchner comenzó su embestida contra los empresarios al maltratar a los supermercadistas Alfredo Coto y Horst Paulman por los aumentos de precios en los supermercados.

Algunos empresarios se animan a llamar por lo bajo a este evento como “Coloquio de Principio de Ciclo”. Lo cierto que de una u otra forma lo que se huele en el ambiente empresarial que se ha dado cita en el hotel Sheraton de la ciudad balnearia es que con cualquiera de los candidatos presidenciales algún cambio habrá en la política económica luego del 10 de diciembre.

Empresarios tienen mejores expectativas económicas para después de las elecciones

Los empresarios muestran una mejora en sus expectativas en el desempeño económico para luego de las elecciones presidenciales, lo que marcó un cambio de la tendencia que se había consolidado a partir del primer semestre del 2012, destacó una encuesta presentada en el marco del 51º Coloquio de Idea que se desarrolla en la ciudad.

El relevamiento efectuado por la consultora D´Alessio IROL, ya tradicional en este encuentro que reúne a los principales empresarios del país, dio cuenta que el 12% de los encuestados anticipan que la situación será “mucho mejor” en el próximo semestre, con otro 29% que anticipa que será “moderadamente mejor”, y un 35% que anticipó que la situación será “igual”.

Incluso, la evaluación del semestre en curso resultó positiva en un 56% “rompiendo la tendencia que se evidenciaba desde el primer semestre del 2012, con un valor neutro del 50%”, destacó el informe.

“Para encontrar números positivos hay que remontarse a 2010”, recordó Eduardo D’Alessio, al presentar el relevamiento a a la prensa.

Recordó que desde marzo de 2012 las expectativas estaban dentro de los rangos “moderadamente peor” o “mucho peor” con lo que nuevo dato irrumpe dentro del lado positivo “y coincide claramente con el cambio de gobierno”.

Para el año próximo, los 178 ejecutivos, socios de Idea, consultados por D´Alessio-IROL esperan “un crecimiento de las ventas, de las exportaciones, y la inversión, con mantenimiento del nivel de empleo”.

Esto último da por tierra algunas estimaciones de abogados de empresas que anticiparon despidos para después de los comicios de octubre.

Para enfrentar este mayor nivel de actividad, el 75% de las compañías trabajan a menos del 85% de su capacidad instalada.

Las inversiones sobre las ventas se mantienen en el 11%, con preeminencia de las inversiones “blandas” , que pueden integrarse en dosis relativamente pequeñas y sucesivas, y que en general sirven para sacar el mayor provecho a las inversiones “duras” o de equipos productivos.

A los empresarios, hay tres factores que preocupan predominantemente, y que son “la clarificación de las reglas de juego, la eliminación de los impuestos distorsivos, y la formulación de una política fiscal pro inversión”.

Los hombres de empresa también reclamaron que haya mas inversiones en electricidad y gas para impulsar el crecimiento industrial, y en segundo lugar aparecen el estado de las rutas y del ferrocarril.

Empresarios esperan con optimismo al nuevo Gobierno

MAR DEL PLATA.- El empresariado confía en una evolución favorable de la actividad durante 2016, aunque mantiene un grado de incertidumbre por cómo se implementarán las medidas necesarias para corregir los desequilibrios económicos. Según una encuesta privada difundida ayer en el marco del 51º Coloquio del Instituto para el Desarrollo Empresarial de la Argentina (IDEA), “se observó un cambio de tendencia positiva” en el sector empresario para el
próximo período, aunque se mantienen los reclamos por “reglas de juego claras, políticas públicas pro inversión y la eliminación de impuestos distorsivos”.

Asimismo se reveló que el 66% de las compañías fijó como prioridad avances en la inversión en el sector energético. El informe presentado por D’Alessio Irol surge de las respuestas on line de 178 ejecutivos consultados para IDEA, que basaron su optimismo “en un crecimiento del consumo en el mercado interno, las exportaciones, con mantenimiento del nivel de empleo”. No obstante, la confianza reflejada en el informe contrasta con la cautela que expresan los hombres de negocios cuando se los consulta en forma puntual y directa sobre el escenario post electoral. “Habrá que ver cómo se implementan las correcciones”, fue el factor común de las respuestas de Isela Constantini, presidenta del General Motors, del petrolero Oscar Vicente y Oscar Andreani, empresario dedicado a la logística.

De acuerdo con la encuesta de D’Alessio, un 76% de los empresarios se inclinó por pronosticar un mejoramiento económico o el mantenimiento de la situación actual. Este escenario se plantea a partir de la confianza en una mejora de los niveles de consumo interno. Respecto de los niveles de inversión, el 38% de las respuestas marcan que “aumentará moderadamente o significativamente”, con 13% de un año atrás. A su vez, hubo un 52% de respuestas a favor de un alza de las ventas, contra un 19 de octubre de 2014.

Con relación a las exportaciones, el 36% de las compañías aguarda un progreso, frente al 17% que se había conocido un año atrás.

En otro orden, el 32% de las firmas está trabajando con una tasa de capacidad instalada de entre el 50% y 70%, el 43% lo está haciendo entre el 71% y 85% y el 25% restante entre el 85% y 100%.

Consultados sobre el grado de competitividad que tiene la Argentina, un tercio manifestó que “depende del tipo de cambio” y apenas un 16% lo consideró “alto”.

Cabe apuntar que debido a que la encuesta está focalizada en empresas que integran IDEA, el sector agropecuario -el de mayor necesidad de tipo de cambio competitivo- tiene una participación acotada que influye en el resultado final.

Coloquio de IDEA: Para los empresarios la economía mejorará después de las elecciones

El dato se desprende de una encuesta de la que participaron 168 ejecutivos.

Como si un cambio de Gobierno generara de por sí un viento de cola para la economía, la encuesta anual de expectativas hecha entre los empresarios que participan del Coloquio del Instituto para el Desarrollo Empresarial de la Argentina (IDEA) arrojó un resultado que contrasta con el de los últimos años: predomina la visión de que el año que viene habrá perspectivas favorables para el crecimiento industrial.

Para los empresarios esta sensación responde al final del ciclo kirchnerista, marcadamente confrontativo e intervencionista, y a la ilusión que despierta la llegada de un nuevo presidente más abierto a dialogar con los sectores productivos.

De los 168 empresarios que participaron de la encuesta, el 29% opina que la situación económica del país estará moderadamente mejor y el 12% vaticina que estará mucho mejor. Para el resto de los consultados, todo seguirá igual. Sobre el volumen de ventas, el 45% espera un incremento moderado y sólo un 8% imagina que aumentará fuertemente.

Uno los resultados de la encuesta que causó sorpresa fue el referido a la pregunta ¿cuál es la mayor preocupación que tiene para el año que viene? En el tope de esa lista se ubican el cómo afrontar la actualización de los salarios, las negociaciones paritarias con los sindicatos y un nuevo item que años atrás no figuraba en la agenda: la retención de talentos.

Sin embargo, los dirigentes de empresas predicen un escenario con menor tasa de ganancia: el 50% de los encuestados cree que la rentabilidad de sus compañías bajará a causa del persistente aumento de costos que no siempre pueden trasladar a precios. Si bien aspiran a que mejore la demanda en el mercado interno, no esperan que crezcan las exportaciones, a menos que disminuya la carga impositiva. El 48% pide que bajen los impuestos distorsivos, en especial las retenciones, y el 45% pide políticas fiscales de fomento a la inversión.

La presentación de los resultados de la encuesta estuvo a cargo del consultorEduardo D’Alessio y del economista Dante Sica, quien se refirió al nivel de actividad industrial. Sica reveló que este año hubo sectores que se vieron favorecidos por una mayor demanda interna. Rubros como el de la construcción y los electrodomésticos crecieron 8% y 4% respectivamente. En oposición, hubo sectores que se vieron perjudicados por la caída de las exportaciones: la producción automotriz bajó 12% y la siderurgia cayó 9%.

Uno los resultados de la encuesta que causó sorpresa fue el referido a la pregunta ¿cuál es la mayor preocupación que tiene para el año que viene? En el tope de esa lista se ubican el cómo afrontar la actualización de los salarios, las negociaciones paritarias con los sindicatos y un nuevo item que años atrás no figuraba en la agenda: la retención de talentos. Los ejecutivos están tan preocupados por mantener fidelizados a sus empleados mejor capacitados como por afrontar los aumentos salariales que se empezarán a negociar en las próximas paritarias.