Cuidar el bolsillo y defender lo local no siempre van de la mano. Los argentinos viven una tensión constante entre lo que dicen querer apoyar (la industria nacional) y lo que finalmente eligen (precio, variedad, accesibilidad).
Nuestra encuesta de julio revela:
55%: sus ingresos ya no alcanzan para cubrir gastos
78%: cambiaron sus hábitos de consumo
¿Qué pasa con la indumentaria importada?
57% la percibe como una amenaza para la industria local
Mujeres: 62%
Sectores socioeconómicos bajos: 65%
25% valora la variedad y los precios que ofrecen
18% cree que podrían incentivar la competencia y mejorar la industria local
También se revela una segmentación ideológica:
Liberales (votaron oficialismo 2023): más favorables a importaciones, creen que obligan a marcas locales a mejorar
Proteccionistas (oposición tradicional): las ven como una amenaza directa al empleo y producción local.
Lo conceptual:
A pesar de dos presidencias liberales recientes (Macri y Milei), el proteccionismo cultural sigue profundamente instalado. Incluso quienes compran importados reconocen la necesidad de defender el “producto argentino” y el trabajo local.
Esta contradicción se traduce en que el Precio importa, pero mostrar aporte local es clave: los consumidores buscan valor económico, pero también narrativa y legitimidad.
Conclusión:
La sociedad argentina se mueve entre discursos proteccionistas y decisiones de compra guiadas por la urgencia económica. El desafío de hoy para todos, marcas y comercios locales así como plataformas internacionales es leer ambas capas del comportamiento social:
Lo que las personas creen que es correcto
Lo que efectivamente hacen al momento de comprar
En esa contradicción se define la oportunidad de crecer con inteligencia cultural y responsabilidad estratégica.
Pregunta abierta para debate:
¿Qué pesa más a la hora de elegir: el orgullo nacional o la urgencia económica?
