La mayoría de los argentinos apoyaría una postura intervencionista en Venezuela

De 800 entrevistados, 65% cree que Macri debe tomar una postura más activa

Acorde con  un estudio realizado por una consultora privada, la mayoría de los argentinos encuestados piensan que el presidente, Mauricio Macri, debe tomar una posición activa ante la crisis política y humanitaria que atraviesa Venezuela, y casi la totalidad de los encuestados considera la democracia como la mejor forma de Gobierno.

Canciller venezolano acusa a Macri de ser influenciado por EE.UU.

Según información consignada por El Intransigente, los datos surgen de una encuesta elaborada por las consultoras D’Alessio IROL y Berensztein. De los 800 entrevistados, el 65% cree que Macri debe tomar una “postura activa” ante el Gobierno de Nicolás Maduro, mientras que el 93% opta “prefiere un Gobierno democrático”.

El estudio también realiza una desagregación partidaria y arroja que, dentro de los votantes de Cambiemos, un 71% sostiene que la posición de Macri debe ser “intervenir” en el conflicto, contra un 29% que se opone. Mientras que, entre los votantes del Frente para la Victoria (FPV), un 60% ve positiva una intervención del Gobierno nacional, contra un 40% que prefiere “no intervenir”.

Por su parte, se registró un mayor interés por resolver el conflicto apelando a las “vías diplomáticas” entre los votantes de Cambiemos (68%), mientras que entre el electorado del Frente para la Victoria, se prioriza la promoción del diálogo entre “Chavistas y la oposición”.

 Por último, ambos partidos destacan como el logro más importante de la democracia actual argentina, la “erradicación de los golpes militares” (Cambiemos 46%; FPV 61%), mientras que en segundo lugar ponderan la “libertad de expresión” (Cambiemos 35%; FPV 20%).

Ante la profundización de la crisis política en Venezuela, el Gobierno argentino salió a respaldar al titular de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó, que se autoproclamó como “presidente interino” del país, en rechazo al Gobierno de Nicolás Maduro.

Publicado por El Instransigente el 26/01/2019

En Argentina, la mayoría cree que Macri debe intervenir en el conflicto en Venezuela

Según una encuesta de la consultora D´Alessio Irol Berensztein, el 93% de los consultados prefiere un gobierno democrático en el país latinoamericano

En días en donde el conflicto que está sucediendo en Venezuela es el centro de la atención, una consultora privada llevó adelante un sondeo para medir la opinión de los argentinos con respecto a la crisis política e institucional que se vive en el país latinoamericano.

Según la misma, el 65% de los encuestados considera que el Presidente Mauricio Macri debe tomar una posición activa e intervenir de alguna manera ante el Gobierno de Nicolás Maduro y el 93% “prefiere un Gobierno democrático” en Venezuela.

 Los datos fueron brindados por la consultora D´Alessio Irol Berensztein que entrevistó a 800 personas para esto.

 Si se tiene en cuenta el partido político, entre los votantes de Cambiemos un 71% sostiene que la posición de Macri debe ser “intervenir” en el conflicto, contra un 29% que se opone.

 Entre los votantes del Frente para la Victoria (FPV), un 60% ve positiva una intervención del Gobierno nacional, contra un 40% que prefiere “no intervenir”.

 La modalidad de intervención más apoyada es “reclamar por vías diplomáticas el respeto por los derechos humanos” (44%); seguida por “promover un efectivo diálogo políticoentre chavistas y la oposición” (41%) y “requerir de forma activa que Maduro libere a los presos políticos” (33%). La opción menos avalada por los encuestados (23%) fue “activar las acciones de la OEA que finalmente separen a Venezuela de esta organización”.

Publicado por iProfesional el 26/01/2019

Condiciones, fortalezas y dilemas de Lavagna candidato

El economista es el único dirigente político que mantiene una imagen positiva mayor a la negativa. Y quien mejor mide entre el peronismo alternativo. Lo halaga esta suerte de renacimiento de su figura y ya no reniega de una posible postulación. Pero pone condiciones para lanzarse al ruedo y poder vencer a la grieta, centro de todas sus cavilaciones.

El silencio suele ser un clásico de la estrategia electoral para cuidar y potenciar a un futuro candidato. Alimenta las expectativas, evita el desgaste anticipado de la exposición pública y confunde o distrae a sus adversarios. Si además ese silencio genera una suerte de operativo clamor, mucho mejor. El comportamiento de Roberto Lavagna por estos días parece obedecer a esa táctica. No confirma ni niega su potencial postulación presidencial, pero se reúne con dirigentes políticos y sindicales de diferentes pelajes para analizar la crisis y engordar las especulaciones. Y hasta se da el gusto de sacarse fotos con algunos de ellos, relajado y vestido a su antojo en su casa de Cariló.

Desde que las consultoras DAlessio IROL y Berensztein comenzaron a incluirlo en junio pasado en el Monitor de Humor Social y Político que elaboran en conjunto, el economista no paró de crecer. Con 49% de imagen positiva y 35% negativa, arrancó tercero en el ranking de dirigentes con mejor imagen, detrás de María Eugenia Vidal (57% positiva y 37% negativa) y Elisa Carrió (51% positiva y 43% negativa). En la última medición de diciembre, ya estaba en la cima y era el único que registraba un balance positivo de 20 puntos, que surge del diferencial entre su imagen positiva (52%) y la negativa (32%).

Con su olfato de Lebrel, Eduardo Duhalde fue el primero en fogonear su postulación cuando estalló la crisis por considerar que el economista es el único con la experiencia y capacidad suficiente para sacar a la Argentina de este atolladero.

Ahora es Miguel Ángel Pichetto quien también se ilusiona con que la figura del ex funcionario de Duhalde, Raúl Alfonsín y Néstor Kirchner logre superar las viejas antinomias y aglutine al peronismo detrás de su postulación. Incluso, el senador podría ser el compañero de fórmula que selle el acuerdo, según una versión echada a rodar el año pasado en base a los buenos números que arrojaba esa dupla en una encuesta.

Quienes lo conocen bien aseguran que a Lavagna lo complace y lo halaga esta suerte de renacimiento y valoración de su figura. Ya no piensa que su tiempo pasó ni en dejarle lugar a las nuevas generaciones, como les decía a sus hombres de confianza hasta hace pocos meses. Para él, que siempre tuvo ambiciones presidenciales, llevarse el bronce al final de su carrera política no sería nada despreciable. Pero no está dispuesto a inmolarse y, sin confirmar esas aspiraciones, desliza a sus interlocutores las tres condiciones que deben darse antes de salir a la cancha:

 El economista no quiere aparecer como el candidato del peronismo sino como la cabeza de una coalición más amplia en la que no esté incluido el kirchnerismo. Por una cuestión de peso territorial, el espacio propicio sería Alternativa Federal, integrado por nueve gobernadores peronistas, Sergio Massa y Pichetto. Pero la idea de Lavagna es que se sumen otras fuerzas como el socialismo y los radicales desencantados. La reciente reunión en Cariló con el gobernador de Santa fe, el socialista Miguel Lifschitz, va en esa dirección.

Pretende también ser el candidato del consenso de un frente político, sin tener que someterse a la agotadora lucha interna. En este punto, Lavagna no está dispuesto a competir con Massa en las PASO, con quien integró hasta hace poco tiempo el Frente Renovador. Con Massa y con nadie.

Aspira a que la buena imagen que tiene en la opinión pública se traduzca en intención de votos en las encuestas y espera lograr un piso de al menos 25% para ser un candidato competitivo, con chances de romper con la polarización entre Mauricio Macri y Cristina Kirchner.

El último sondeo de Synopsis, la consultora que dirige Lucas Romero, abrió la puerta a esa posibilidad. “Aparecen indicios claros de que la polarización pudiera romperse al registrarse por primera vez una mayoría del electorado que elige la aparición de una nueva alternativa a las dos opciones dominantes: un triunfo de Cambiemos o un regreso del kirchnerismo”, destaca el informe. Según la encuesta, Macri (29,1%) y Cristina (27,6%) siguen siendo los dos candidatos con mayor intención de voto. Roberto Lavagna aparece como el mejor posicionado dentro de Alternativa Federal. Con un 13,1% casi duplica a Sergio Massa (6,7%) en una eventual primaria del frente, donde Juan Manuel Urtubey quedaría tercero con 2,8. Así, el espacio juntaría 22,5% de los votos.

Pero eso no es todo. Según un sondeo de la consultora Oh Panel, publicado el lunes por El Cronista, el ex ministro sería el único candidato opositor que le ganaría un ballotage al Presidente.

Pues bien, está claro que la figura de Lavagna creció en los últimos meses por la caída en la confianza que sufre el Gobierno y la ineficacia del peronismo para capitalizar ese desgaste. Pero su avance en las encuestas no es lo único que lo convierte en un candidato atractivo. Los politólogos coinciden a la hora de destacar sus fortalezas:

 Candidato transversal: es el único que arrastra votos de varias fuerzas políticas. Lo votan peronistas, radicales y votantes de Cambiemos que están decepcionados. Una rareza en tiempos de grietas mundiales.

Entiende de economía: fue el ministro que sacó a la Argentina de un escenario de endeudamiento crucial y de un callejón económico-financiero sin salida, similar al actual. Tiene un proyecto y un programa propio, con una visión desarrollista de la economía.

Edad para una transición: al peronismo le cierra que el economista que cumplirá 77 años en marzo sea una suerte de bombero que apague el incendio y se vaya a su casa. Les daría tiempo así a los caciques peronistas -que en octubre de 2017 perdieron en las elecciones legislativas locales- a concentrarse en el armado electoral en sus propios terruños, de cara al 2023.

Aprobación del mercado: es el único peronista que hoy inspira confianza en los mercados, pese a la cercanía y el aval que recibe de algunos dirigentes políticos y sindicalistas con la imagen por el piso.

Con todo, existe un riesgo que concentra todas las cavilaciones de Lavagna: que la grieta se lo trague. Estar en el medio en un escenario de tres tercios, con dos extremos tan pronunciados, como el pronosticado complica las chances de sobrevivir. Habrá que ver si Lavagna es capaz de romper esa dinámica de la polarización y generar la anti grieta con un proyecto de unidad nacional.

Publicado por El Cronista el 18/01/2019

Lavagna recibió a Pichetto y, en silencio, continúa alimentando expectativas de una candidatura

Roberto Lavagna ya no solo le abre la puerta a los dirigentes de la oposición que se acercan a consultarlo por los avatares de la economía presente y futuros El exministro de Economía de Eduardo Duhalde y Néstor Kirchner se permite hablar con ellos de encuestas, construcciones políticas y candidaturas, al menos las ajenas. Y posa para las fotos con sus visitantes. El motor inmóvil de la oposición sigue dejando que otros hablen por él y se sirve de sus ecos. Pero ahora también se mueve y se muestra, en sandalias y con medias.

Esa fue la postal que dejó la visita que esta mañana hizo el senador nacional del PJ Miguel Ángel Pichetto, precandidato presidencial de Alternativa Federal, a la casa que Lavagna tiene en Cariló. La segunda en cuatro días, si se cuentan las imágenes que el economista compartió en el mismo lugar con el gobernador de Santa Fe, Miguel Lifschitz.

“Roberto es una figura presidencial, pero también es muy prudente y, eventualmente, él decidirá que camino seguir”, le dijo Pichetto a LA NACION, para destacar una coincidencia del café compartido con Lavagna: “Es fundamental que a partir de diciembre la Argentina tenga un gobierno de unidad nacional que reúna el aporte de todas las fuerzas democráticas. Quedó claro que las visiones sectarias le han hecho mucho daño al país”.

El viernes, Lifschitz había roto la inercia discursiva que siguió a los encuentros que Lavagna comparte desde hace años con gobernadores, sindicalistas, referentes opositores y empresarios. “Roberto estaría dispuesto a encarar un proyecto presidencial”, dijo el santafesino sin mayores tapujos.

Hasta ese entonces, y si se deja de lado el impulso que Duhalde viene dando a la postulación de Lavagna, la frase más arrojada había llegado de boca del gobernador sanjuanino, Sergio Uñac, que visitó al economista en diciembre. “Creo que si varios como yo nos juntamos y se lo proponemos, él podrá analizar ser candidato”, señaló.

¿Qué opinó en público Lavagna? Nada. Lo mismo que ayer, tras reunirse con Pichetto, y el viernes, tras conversar con Lifschitz. Igual que cuando semanas atrás recibió a referentes de la CGT, al gobernador salteño Juan Manuel Urtubey o al otro precandidato presidencial de Alternativa Federal, Sergio Massa, con quien habla seguido.

Para no censurar las expresiones públicas de sus invitados, o porque prefiere mantener viva la llama, el economista comenta entre los suyos que dichos como los de Lifschitz son “interpretaciones respetables” y que las peregrinaciones hacia su puerta, como otros movimientos en la oposición, responden a la idea de que un gobierno “de unión nacional” es “una necesidad a gritos después de ocho años de retroceso económico y social”, como define al último mandato de Cristina Kirchner y el de Mauricio Macri.

En su entorno más cercano son más tajantes. “Roberto no piensa ser candidato. Sigue sosteniendo, como hace tres años, que es tiempo de los jóvenes, que él está para ayudar. Escucha a todos los que lo visitan y les da consejos, pero a nadie le dice que va postularse o quiera hacerlo: eso sí, a todos les repite que hay que lograr la unidad”, enfatizan.

La visita de Pichetto a Lavagna no fue el primer encuentro entre ambos. De hecho, compartieron varios el año pasado. La diferencia es que ayer el rionegrino desembarcó con su equipo de comunicación y el bonaerense no tuvo reparos en posar para las cámaras. “Así como estaba”, bromeaban cerca del economista, a sabiendas que Lavagna presta poca atención a esos detalles.

El fenómeno del Lavagna como foco de atención opositor puede ser adjudicado tanto a la crisis económica que desde abril del año pasado le estalló al Gobierno como a la encuestadora D’Alessio IROL/Berenztein, que a mediados de 2018 reveló que el exministro aparecía como el dirigente -no en funciones- que mejor medía en el país. Al compás de los vaivenes financieros, Lavagna pasó de medir 47 puntos de imagen positiva en febrero a 55, en junio.

Cuando se dio a conocer esa encuesta se produjo el segundo fenómeno: inmediatamente después de que Lavagna se convirtió en un candidato posible para los encuestados, sus números dejaron de crecer y cayeron: en julio su imagen positiva bajó a 51 puntos.

“No hay que confundir imagen con intención de voto. Cuando uno se convierte en candidato debe empezar a dar respuestas, fijar posiciones”, resume Eduardo D’Alessio, presidente de la consultora. Le sucede cada año a las figuras con renombre fuera de la política que deciden postularse a un cargo.

Lavagna se maneja fuera de los márgenes de esas alquimias. “No le interesan, él sigue escuchando y dando consejos”, repiten a su lado. Pero ahora, también, se mueve.

Publicado por La Nación el 16/01/2019

¿Será Lavagna el candidato “tapado”?

Nadie puede asegurar hoy si el exministro de Economía Roberto Lavagna estará o no dispuesto a competir en el proceso rumbo a las elecciones presidenciales y convertirse en un “tapado”. Pero el simple hecho de que se lo mencione con tanta insistencia en las últimas horas y de que no pocos representantes del empresariado vean con buenos ojos su posible participación electoral da cuenta de una realidad: que hay una vasta porción de la ciudadanía que no se siente representada por Mauricio Macri , ni por Cristina Kirchner , ni por ninguno de los principales precandidatos del peronismo no kirchnerista.

La supuesta polarización del electorado entre Macri y Cristina Kirchner es por ahora una hipótesis de trabajo, que alientan tanto la Casa Rosada como los principales adláteres de la expresidenta de la Nación. La suma de la intención de voto entre ambas figuras solo arrastra por el momento al 60% del electorado o poco más. Quiere esto decir que alrededor del 40% de la ciudadanía no se ha subido a la teoría de que la única opción electoral está planteada entre el primer mandatario y su antecesora inmediata.

Este dato también da cuenta de la existencia de espacio para terceras alternativas. Por una cuestión de peso y de estructura territorial, sería la llamada Alternativa Federal, que reúne al peronismo no alineado detrás de Cristina Kirchner, el sector político llamado a ocupar ese lugar de tercera fuerza capaz de competir por un lugar en una hipotética segunda vuelta electoral.

La Alternativa Federal tiene a su favor el apoyo de referentes de 11 provincias, incluidos nueve gobernadores peronistas y los dirigentes Sergio Massa , de Buenos Aires, y Miguel Pichetto , de Río Negro.

Pero el grupo tiene dos cosas en contra: la primera es que la posibilidad de concurrir juntos o separados de Cristina Kirchner divide las opiniones entre sus dirigentes. La segunda es que ninguno de sus precandidatos presidenciales (Massa, Pichetto y Juan Manuel Urtubey ) ostenta una imagen positiva mayor que su imagen negativa, al tiempo que su intención de voto se ubica lejos de la que se les asigna a Macri y a la líder del kirchnerismo.

Es en este particular contexto que cobra importancia lo que pueda hacer Lavagna, una figura moderada con atributos personales que parecen otorgarle cierta competitividad electoral y que resulta atractiva tanto para hombres del peronismo como del radicalismo, al tiempo que, recientemente, recibió el apoyo explícito del gobernador de Santa Fe, el socialista Miguel Lifschitz . Este aseguró que Lavagna podría ser candidato si hay apoyo suficiente.

Una reciente encuesta de D’Alessio IROL y Berensztein ubicó a Lavagna como la figura política con mayor imagen positiva (52%), por encima de la gobernadora bonaerense, María Eugenia Vidal , que lo sigue con el 48%. Ese mismo relevamiento, efectuado en diciembre entre 1355 encuestados que forman parte de un panel online, situó al exministro de Economía con el mejor diferencial entre imagen positiva y negativa. Su balance es de 20 puntos, que resulta de la resta entre el 52% de imagen favorable y el 32% de percepción desfavorable.

Algo interesante de Lavagna, según el mismo sondeo, es que tiene imagen positiva entre el 48% de los votantes de Cambiemos y entre el 58% de los votantes del kirchnerista Frente para la Victoria en el último ballottage presidencial de 2015.

Otra encuesta, de la consultora Opinaia, también lo ubica como el dirigente con mayor imagen positiva (52%), aunque eleva su imagen negativa al 48%.

Las probabilidades de que Lavagna pueda ser candidato de la Alternativa Federal habrían aumentado en los últimos días. Anoche, en el programa Terapia de Noticias, el senador Pichetto lo calificó como “un gran candidato”.

Quienes lo conocen, sin embargo, señalan que difícilmente Lavagna acepte ser de la partida “si no le ponen la mesa servida”. Esto es, si no hay un amplio consenso en torno de su postulación que le evite tomar parte en una primaria abierta para definir la candidatura presidencial definitiva. Hay quienes piensan que su edad (el 24 de marzo cumplirá 77 años) podría ser un limitante para una eventual postulación y están quienes descreen que su buena imagen en la opinión pública se traduzca fácilmente en los votos necesarios para superar a Macri o a Cristina Kirchner.

En las elecciones presidenciales de 2007, que ganó Cristina Kirchner con algo más del 45% de los votos, Lavagna compitió con una alianza encabezada por la Unión Cívica Radical y terminó tercero, con el 16,9% de los sufragios, detrás de Elisa Carrió , que cosechó el 23%.

Independientemente de las chances reales de que Lavagna compita o no, el dato llamativo es que el redescubrimiento de este veterano dirigente que fue ministro de Eduardo Duhalde y de Néstor Kirchner es un síntoma más de la debilidad que exhiben los principales postulantes presidenciales en vísperas de los comicios de octubre.

Publicado por La Nación el 15/01/2019

Corrupción y ficha limpia

Es necesario contar con instrumentos legales que impidan a un condenado en dos instancias judiciales ser candidato a un cargo público electivo.

n la ley de ficha limpia, “los corruptos van a ir a la cárcel en lugar de ir al Congreso”. La frase, contundente, fue lanzada durante la reciente Jornada de Derecho Electoral y Ética Pública, realizada en la Facultad de Derecho de la UBA, durante la que se debatió sobre la posibilidad de instaurar en nuestro país la norma que, en Brasil, impidió a Lula da Silva presentarse nuevamente como candidato presidencial.

La ley brasileña, que curiosamente fue sancionada en 2010 con el apoyo del propio Lula, impide que una persona que ha sido condenada en dos instancias judiciales se presente como candidata. También prohíbe que puedan competir por cargos públicos quienes atraviesan un proceso de impeachment o hayan renunciado a un cargo para evitar un juicio político.

En el caso de Lula, la Justicia brasileña lo condenó, en primera instancia, a nueve años y medio de prisión por haber aceptado sobornos en el escándalo de corrupción política conocido como Lava Jato. En segunda instancia, un tribunal de apelaciones de Porto Alegre confirmó los cargos en su contra y elevó la pena de cárcel a 12 años y un mes. Y, luego, el Tribunal Superior Electoral de Brasil, por seis votos contra uno, falló en contra de la intención de Lula de volver a ser candidato.

No fue un camino fácil en el vecino país llegar a esa norma en defensa de la transparencia y el combate de la corrupción. Como en nuestro medio, muchos dirigentes políticos que preveían que podían quedar eliminados de futuras contiendas electorales intentaron hacer caer la ley tildándola de inconstitucionial, pero fue el respaldo de gran parte de la sociedad lo que hizo posible su aplicación. Más de 1,3 millones de brasileños firmaron un petitorio en ese sentido.

La primera pregunta es si esa norma puede llegar a aplicarse en nuestro país.

Hace ya un tiempo, una diputada nacional por la Coalición Cívica, Marcela Campagnoli, acompañada por otros legisladores del oficialismo, presentó un proyecto de ley para limitar que puedan presentarse como candidatos quienes tengan una condena penal en segunda instancia.

Mediante ese proyecto se reforma la carta orgánica de los partidos políticos con el objetivo de que quienes pretendan acceder a un cargo público mediante elecciones presenten una declaración jurada en la que expresen que no cuentan con una sentencia penal condenatoria en segunda instancia respecto de todos los delitos dolosos. No solo los referidos a corrupción estatal. En la actualidad, la diputada Campagnoli, junto con sus pares de bancada Graciela Ocaña, Silvia Lospennato y Paula Oliveto, impulsa el ingreso al Congreso de un nuevo proyecto en la materia.

Cabe recordar en este punto lo que viene ocurriendo de manera escandalosa con el senador Carlos Menem. Hace dos años, la Cámara Nacional Electoral lo inhabilitó para competir por una banca por La Rioja, pero la Corte Suprema de Justicia terminó facultándolo. Para entonces, la Cámara Federal de Casación ya había confirmado la pena de siete años de prisión y 14 para ejercer cargos públicos para el expresidente por el tráfico de armas a Croacia y Ecuador durante la década del 90. Es decir, ya había una condena de segunda instancia. Finalmente, Menem fue absuelto por prescripción de la causa y no por supuesta inocencia, ya que habían pasado 23 años. O sea que la Justicia, invocando su propia torpeza (el excesivo paso del tiempo), avaló la impunidad.

En otra causa, en octubre pasado, Casación ratificó la pena de cuatro años de prisión contra el expresidente por el pago de sobresueldos a funcionarios de su gobierno. Menem y, ahora, Cristina Kirchner se amparan en un uso tan espurio como indebido de sus fueros parlamentarios para evitar ser encarcelados. Lo mismo intentó hacer Julio De Vido, pero la Cámara baja -no sin resistencias- le quitó los fueros, por lo que hoy se encuentra preso.

La senadora Kirchner no ha sido tratada con la misma vara como consecuencia de la oposición de la mayoría de senadores peronistas a desaforarla. Especulan, además, con la posibilidad de que la expresidenta vuelva a competir electoralmente por un nuevo mandato presidencial en los comicios por realizarse este año. Difícilmente los próximos meses la encuentren con una doble condena judicial confirmada, dada la lentitud con la que se mueve la Justicia, pero una ley de ficha limpia le impediría que volver a presentarse en elecciones siguientes. No solo a ella, sino a cualquier candidato en su situación.

El caso de Cristina Kirchner es, además, descabellado desde su propio punto de vista, cuando en 1996, siendo legisladora, pidió la renuncia del entonces ministro de Defensa, Oscar Camilión, en la propia cara del funcionario, acusado junto con Menem por la venta ilegal de armas. ¿Qué dijo entonces Cristina Kirchner?: “Es recurrente la afirmación del ministro Camilión en el sentido de que hasta tanto no tenga fin la investigación, parece que no pudieran determinarse responsables, con lo cual esto conduciría a la curiosa lógica de que los ministros en este país o se van presos o no se van de ninguna manera, porque entonces se puede ir preso únicamente cuando a uno lo condenan penalmente”.

El interrogante ahora es: ¿va la ley de ficha limpia contra la presunción de inocencia, como falazmente quieren hacer aparecer sus detractores? Quienes la impulsan en nuestro país sostienen que no, ya que no se trata de castigar un crimen -eso rige en sede penal-, sino que lo que se está protegiendo es el derecho de la ciudadanía a reglamentar las condiciones para ser candidato y evitar que nadie más pueda refugiarse en sus fueros parlamentarios como estrategia para escapar de la Justicia.

La tercera pregunta es si en nuestro país se puede iniciar este proceso mediante una iniciativa popular. La respuesta es sí. La reforma constitucional de 1994 incorporó ese mecanismo de democracia semidirecta. La ley que lo reglamentó dispone que los ciudadanos pueden ejercer el derecho de iniciativa popular para presentar proyectos ante la Cámara de Diputados de la Nación siempre que se logre la firma de un número de personas no inferior al 1,5% del padrón electoral, que represente a por lo menos seis distritos electorales y que no verse sobre reforma constitucional, tratados internacionales, tributos, presupuesto ni materia penal. La norma establece plazos de presentación para la obligatoriedad de su tratamiento por parte de los legisladores.

Vale hacer notar que ese impulso ciudadano comenzó a tomar forma en la plataforma change.org/fichalimpia, donde fue lanzada una petición a Diputados para solicitar la aprobación de esa ley.

Como otra muestra del interés ciudadano por poner freno a la corrupción en nuestro país, una reciente encuesta de la consultora D’ Alessio/Irol arrojó como resultado que esa norma cuenta con el apoyo de más del 60% de los encuestados.

Entre quienes escasea el interés es entre nuestros legisladores, que han dejado caer proyectos tendientes a transparentar la política y castigar a los corruptos.

Es de esperar que todos, como ciudadanos, nos comprometamos a hacer notar a nuestra dirigencia política que, como muchas veces se ha dicho, sin ética no hay democracia

Publicado por La Nación el 14/01/2019

Predomina el desgaste de la clase política argentina

ENCUESTA | RUMBO A LAS URNAS

La principal preocupación de los argentinos sigue siendo la economía, particularmente la inflación, señala un sondeo de Berensztein v D´Alessio IrolMauricio Macri y Cristina Fernández asoman con mayor piso electoral consolidado en el mapa electoral que se avecina, aunque esto no significa que pueda surgir otra figura c[ue quiera instalarse. Esa es una de las conclusiones que D Alessio Irol y Berensztein hicieron en el país. El sondeo, denominado `Humor Social y Político`, revela, además, el desgaste profundo que tiene la clase política argentina, en la que los líderes tienen más imagen negativa que positiva. Además, la economía continúa siendo la principal preocupación de los argentinos, particularmente por la, inflación. La inseguridad, a su vez, persiste como un foco relevante de angustia. Según el sondeo, María Eugenia Vidal y Roberto Lavagna asoman como las excepciones a la regla.

El rumbo económico será determinante para la campaña que se avecina, señala un sondeo de D´Alessio Irol y Berensztein

La economía continúa siendo la principal preocupación de los argentinos, basada en una observación negativa sobre las variables centrales y la falta de certezas sobre su evolución. Así lo indica un sondeo realizado por DAlessio Irol y Berensztein. La encuesta, a la que tuvo acceso LA GACETA, señala, además, que la inseguridad persiste como un foco relevante de angustia. `Este último tema, junto con la entrega indiscriminada de subsidios y los cortes de calle son particularmente importantes para el electorado de Cambiemos`, remarca. Por otro lado, la corrupción produce indignación en ambos lados de la grieta, diferenciándose al momento de especificar quienes son los involucrados. En diálogo con nuestro diario, el analista político Sergio Berensztein estableció también los tres ejes del trabajo realizado en todos el país.

Por lejos, la principal preocupación de los argentinos es la economía. La pregunta que uno se hace es hasta qué punto la instalación del problema de la inseguridad puede tener impacto positivo, por caso, para el oficialismo nacional, con los atributos que generalizó el actual presidente de Brasil Jair Bolsonaro. En casi todos los líderes predomina más la imagen negativa que la positiva. Hay signos evidentes de un desgaste profundo en la clase política argentina. Casi excepcionalmente se diferencian de esa regla general la gobernadora de Buenos Aires María Eugenia Vidal y el ex ministro de Economía, Roberto Lavagna que conserva un silencio estratégico, de cara a las elecciones, y sostiene niveles llamativos de imagen positiva.

Mirando hacia adelante, dice el analista, estamos frente a un año que seguramente la economía será determinante para la preferencia del electorado entre los candidatos que saldrán a competir. Si bien queda un trecho, está claro que hasta ahora las figuras con pisos electorales más consolidados son el presidente Mauricio Macri y la senadora nacional Cristina Fernández de Kirchner. Eso no quita que pueda surgir un tercer candidato, aunque no le resultará sencillo instalarse en el terreno electoral. Evaluación El sondeo, realizado en diciembre pasado, indica también que 2018 cerró con una evaluación crítica del presente económico y un optimismo bajo, pero con signos de recuperación gracias a una mayor confianza entre oficialistas. Se detiene el avance de las críticas hacia la gestión del Gobierno nacional. `Su imagen sigue siendo negativa, pero se observa cierta mejora en el vínculo con su electorado`, remarca el trabajo privado.

CARACTERIS

FICHA TÉCNICA.- La encuesta de D Alessio Irol y Berensztein corresponde a la medición de diciembre realizada en forma oniine a 1.355 encrestados mayores de 18 años de todo el país.

INVERSIONES FAMILIARES.- Se observa un crecimiento lento de la mención de proyectos personales. Quienes los afrontarían demuestran capacidad para solventarlos sin recurrir a un endeudamiento riesgoso. Los consultados consideran que la economía ha empeorado en el último año y la mayor parte no espera una mejora en el mediano plazo. ? SITUACIÓN ECONÓMICA OEL PAÍS.- La calificación sobre la actualidad mejora levemente entre oficialistas, dentro de un nivel elevado de cuestionamientos. Quienes votaron al Frente para la Victoria conservan su fuerte disconformidad. Mirando a lo que puede suceder este año, se regitra una leve recuperación del optimismo entre electores de Cambiemos, que regresa a valores obtenidos a mediados de 2018, puntualiza el sondeo privado. Gestión del Gobierno: los 10 temas que más preocupan Respuesta múltiple -%-Total diciembre

Publicado el 10/01/2019 por La Gaceta

Encuesta D Alesio IROL: ¿Se recupera la imagen de Mauricio Macri?

La Consultora D’ Alessio IROL y Berensztein realizó un sondeo en el cual midió la popularidad del actual jefe de Estado, Mauricio Macri,quien recupera algunos puntos luego de la turbulenta crisis económica de mediados de 2018 que afectó severamente la imagen del mandatario.
Para ello consultó a más de 1300 argentinos , mayores de 18 años, durante diciembre del año anterior, y obtuvo los siguientes resultados:

Si bien continúa en un alto porcentaje, 55%, la imagen negativa del jefe de Estado cayó en los últimos tres meses dos puntos porcentuales, capitalizados en imagen positiva, que ascendió a los 38 puntos porcentuales.
Respecto de la imagen de la gestión presidencial, el estudio concluyó en que el 30% de los encuestados determinó que la misma es positiva, siendo en los últimos 4 meses el porcentaje más alto, mientras que la negativa se posicionó en el mismo punto que en septiembre del 2018, es decir, en un 68%.
“El Gobierno nacional consigue frenar el avance de la de la tendencia negativa sobre la imagen de su gestión, aunque aún se encuentra en valores bajos en relación a meses anteriores”, analizó la Consultora.

Publicado por Grupo la Provincia el 09/01/2019

El semáforo con la imagen de los ministros: las encuestas que maneja la Casa Rosada con la mirada en la campaña electoral

Frigerio, Bullrich, Stanley y Dietrich son los que cosechan más aceptación

En medio de la parsimonia veraniega y con Mauricio Macri de vacaciones en el Sur, desde el Gobierno empezaron a estudiar encuestas de testeo sobre clima electoral en función de un dato llamativo: el semáforo de los ministros que tienen mejor o peor imagen en el gabinete nacional.

A simple vista, en los despachos del primer piso de la Casa Rosada evalúan que del análisis de los diversos sondeos salta a la vista que los ministros con mejor imagen del gobierno son Patricia Bullrich (Seguridad), Rogelio Frigerio (Interior), Guillermo Dietrich (Transporte) y Carolina Stanley (Desarrollo Social). Mientras que los funcionarios con peor imagen son Dante Sica (Producción), Nicolás Dujovne (Hacienda), Oscar Aguad (Defensa), Jorge Faurie (Relaciones Exteriores) y Germán Garavano (Justicia), entre otros.

De esta manera, en el Gobierno deducen que de cara a los comicios presidenciales Macri cosecha buenos resultados de su gestión en la política de seguridad, el desarrollo de la obra pública y el manejo de los programas sociales mientras que la economía y el área de la producción no han sido su fuerte hasta ahora, por lo que deberá potenciarlas si se quiere ganar las elecciones.

“No podemos negar que en el 2018 la economía fue lo más débil que tuvo el Gobierno mientras que otros sectores de la gestión como la seguridad o las obras en el interior se vieron positivamente”, remarcó a Infobae un destacado funcionario de la Casa Rosada. Es la misma impresión que manejan varios referentes de la mesa de Cambiemos que estará a cargo en gran medida de la campaña electoral de este año.

En este sentido, una de las encuestas que maneja la Jefatura de Gabinete y el resto de los ministerios es de la consultora Agora y sostiene que Frigerio tiene una imagen positiva del 19% y negativa del 1%; Bullrich el 11% de imagen positiva frente al 18% de negativa; Dietrich 4% imagen positiva y 2% de negativa; Stanely el 3% de positiva frente al 2% de negativa; Finocchiaro el 1% positiva y 2% negativa; Dujovne 2% positiva y 17% negativa; Garavano 1% positiva y 10% negativa y Sica 1% positiva y 1% negativa. Así, la imagen de Frigerio, Bullrich, Dietrich y Stanley ha crecido sostenidamente en los últimos meses del año pasado mientras que Sica y Dujovne cayeron en su ponderación pública desde enero del 2018 hasta noviembre.

Otro de los sondeos que fue evaluado en el Gobierno y que proviene de un estudio de laUniversidad de San Andrés ubica a los ministros Sica, Frigerio y Dietrich como los que están mejor posicionados mientras que Aguad y Dujovne son los peor ubicados. Este mismo sondeo revela que Bullrich tiene una imagen muy buena del 18% aunque un 41% de imagen muy mala; mientras que Frigerio recibe el 8% de imagen muy buena frente al 16% de mala imagen; Stanley tiene el 7% de muy buena frente al 14% de muy mala; Dujovne un 2% de imagen muy buena frente a 28% de mala imagen y Sica un 1% de muy buena imagen ante el 11% de mala.

Desde la casa Rosada creen que esta valoración que hace la sociedad de los miembros del Gabinete es un disparador necesario para apuntalar la gestión de Macri en la economía y la producción de cara a un año electoral.

En otro sondeo de opinión de la consultora D’Alessio que circula en los despachos de la Casa Rosada aparecen la inflación, la incertidumbre sobre la situación económica del país, el aumento de la luz y el gas, la presión impositiva y la inseguridad en menor medida como los temas que más preocupan a la gente.

En esta misma línea, un sondeo que también se observó en varios despachos del Gobierno pero que no se quiso revelar la consultora sostiene, coincidentemente, que Bullrich tiene un 30% de imagen positiva; Frigerio 29%; Dietrich y Stanley un 18% en contraposición con Dujovne un 10%, Finocchiaro un 8%, Faurie y Aguad un 6%; Gravano un 5% y Sica un 3% aunque el 49% de los encuestados en este caso cree que ninguno tiene buena imagen.

Las encuestas que mira Mauricio Macri: cuáles lo tranquilizan y cuáles lo incomodan

Mientras el presidente Mauricio Macri descansa junto a su familia en el country Cumelén de Villa La Angostura, dos encuestas sobre su desempeño en las futuras elecciones presidenciales lo tranquilizan y una lo incomoda. En el programa Modo verano, que se transmite por LN+, contaron cuáles son y qué números surgen de esas encuestas que mira Macri.

Según la encuestadora D’Alessio Irol-Berensztein, Macri cuenta con un 38% de imagen positiva. Eso significa que el Presidente subió dos puntos con respecto a la encuesta realizada antes del G20 . Mientras tanto, la expresidenta Cristina Kirchner acumula un 33% de imagen positiva y, la gobernadora bonaerense, María Eugenia Vidal , un 48%. Tanto Cristina como Vidal continúan con el mismo porcentaje que en la encuesta de noviembre pasado.

Asimismo, la encuestadora señaló que, según el sondeo realizado, la gente que participó del mismo considera en un 39% que la situación del país mejorará este año. El porcentaje aumentó dos puntos luego del G20. Por último, señalaron que un 52% de los encuestados considera que la gestión del Gobierno es buena.

Otra de las encuestas que el oficialismo ve con buenos ojos es la de Poliarquía, que se realizó sobre el círculo rojo. Éste considera en un 74% que Macri será reelecto como presidente. En cuanto a Cristina, solo un 4% cree que tiene chances de ganar en los comicios. Además, el 58% considera que la economía mejorará este año.

Sin embargo, una tercera encuesta incomoda al Gobierno. Es la de Marketing & Estadística, que posiciona a Cristina con un 41% de apoyo, a Macri con un 30% y a Vidal con un 37%. Además, un 67% de los encuestados votaría un cambio en la gestión del Gobierno y solo un 28% votaría por la continuidad.

Publicado por La Nación el 08/01/2019