Las pymes no prevén eliminar puestos de trabajo

Las pequeñas y medianas empresas (Pymes) de la Argentina descreen que el cambio de gobierno modifique demasiado su situación actual. Si bien las expectativas de sus directivos para el primer tramo de 2016 son mejores que las registradas en años anteriores, el fin de ciclo no les genera gran optimismo en relación a una mejora sobre la economía que impulse sus negocios, ni creación de puestos de trabajo, pese a los pronósticos de crecimiento del PBI.

Esa fue una de las conclusiones de una encuesta a directivos de esas compañías realizada por D’Alessio Irol durante agosto, y publicada esta tarde en Idea Pyme, un evento de la entidad empresaria que reunió a cientos de empresarios en el Auditorio del Buenos Aires Design, ubicado en Recoleta. “En un horizonte a un año, no se espera un cambio explosivo, ni sobresaltos”, ni para bien, ni para mal. En términos del debate político de estos tiempos, al parecer, las pymes descartan un shock y proyectan un gradualismo.

En una revisión sobre los datos de 2014, Eduardo D’Alessio, presidente de la firma que lleva su apellido, destacó el “divorcio” entre las perspectivas y lo que finalmente sucede. Dio de ejemplo lo ocurrido en 2015, que mostró un mejor desempeño respecto de la baja prevista. “La realidad (en el primer semestre) no convalidó el pesimismo de 2014”, se leyó en la pantalla. El año anterior, había ocurrido a la inversa.

En base a los datos obtenidos, D’Alessio precisó que un 31% de las empresas mantuvo y 45% tuvo un incremento en sus ventas entre enero y julio, pero con la rentabilidad en baja. “¿Les suena conocido?”, le preguntó D’Alessio al público distribuido en las mesas del salón. No fueron pocos los que asintieron.

De allí otro de los indicadores de proyección que aparecieron en la pantalla: no se espera que las responsables del 60% del empleo en el país generen nuevos trabajos. Aunque tampoco un recorte. “Las pymes tienen mejor capacidad de previsión de los costos laborales. Esperaban cerrar paritarias en 27,3 y un 82% cerró en 27,9” de subas, dijo el responsable del relevamiento. Hace un tiempo podría haber sido un dato positivo el hecho de que no se prevean recortes de personal, pero los augurios de crecimiento para 2016, lo empañan. Por caso, la consultora Elypsis, dirigida por Eduardo Levy Yeyati, estimó un avance del 4% del PBI en el año próximo.

Claudio Zuchovicki, gerente de desarrollo de la Bolsa de Comercio, que acompañó al dueño de la firma de investigación de mercado en la exposición, consideró que el empresariado está en una posición de espera hasta que llegue el próximo gobierno y disipe las dudas sobre qué curso tomará la economía para salir de los problemas actuales. Lo dicho se reflejó en la encuesta, en la cual, una mayoría respondió que frente al cambio de Gobierno prefiere “mantener el statu quo” y, en menor medida, “hacer ajustes preventivos”.

Zuchovicki citó uno de los inconvenientes de la macro, que viene en aumento. ¿De dónde saldrá el dinero para pagar el déficit fiscal?, se preguntó. En relación con las pymes, la presión impositiva se posicionó como uno de los principales, y crecientes, desafíos. “La queja es más por la distorsión que por la presión, porque están pagando impuestos por ganancias ficticias”, matizó D’Alessio.

En el frente externo, la encuesta dejó entrever la preocupación de los empresarios pyme sobre una desmejora que, según D’Alessio, “les preocupa más que el cambio de Gobierno, porque lo ven como impredecible”. “La mayoría percibe un cambio negativo; sobre todo, hablamos de Brasil”, dijo, del cual depende buena parte de las exportaciones argentinas. Al igual que el mantenimiento de la demanda interna, las condiciones para el comercio internacional están al tope de las preocupaciones sobre el año próximo.

Con todo, en un momento en que el 75% de las pymes operan por encima del 70% de su capacidad, la inversión tiende a mejorar, “a estirar la capacidad existente”. En este sentido, el sector agropecuario y servicios fueron los destacados, por encima de la industria.

Las pymes venden más, pero ganan menos

Según un informe de IDEA, el 45% de las empresas vive esa realidad.

Encuesta

Las pymes no creen que el cambio de gobierno modifique demasiado su situación actual. Si bien las expectativas de sus directivos para el primer tramo de 2016 son mejores que las de años anteriores, el fin de ciclo no les genera gran optimismo porque una mejora de la economía impulse sus negocios ni la creación de puestos de trabajo. La encuesta que D’Alessio Irol hizo entre directivos de esas compañías para Idea Pyme tiene otra conclusión de peso: el 45% de las empresas tuvo un aumento de las ventas entre enero y julio, pero su rentabilidad fue en baja. “En un horizonte a un año, no se espera un cambio explosivo ni sobresaltos”, dice el informe que presentó ayer Eduardo D’Alessio, presidente de la consultora, en un evento organizado por la entidad.
“¿Les suena conocido?”, preguntó D’Alessio a los ejecutivos que lo escuchaban sobre la situación de ventas en alza y ganancias en caída. No fueron pocos los que asintieron.
De allí que no se espera que se generen nuevos empleos. Aunque tampoco un recorte. “Las pymes tienen mejor capacidad de previsión de los costos laborales. Esperaban cerrar paritarias con subas de 27,3%, y un 82% cerró en 27,9”, dijo el responsable del relevamiento.
El analista destacó el “divorcio” entre las perspectivas y lo que finalmente sucede. Señaló lo ocurrido en 2015, que mostró un mejor desempeño respecto de la baja prevista. “La realidad (en el primer semestre) no convalidó el pesimismo de 2014”, se leyó en la pantalla. El año anterior había ocurrido a la inversa.
Claudio Zuchovicki, gerente de desarrollo de la Bolsa de Comercio, que acompañó a D’Alessio en la exposición, consideró que el empresariado está en una posición de espera hasta que llegue el próximo gobierno y disipe las dudas. Una mayoría respondió en la encuesta que frente al cambio de gobierno prefiere “mantener el statu quo” y, en menor medida, “hacer ajustes preventivos”.
Zuchovicki citó uno de los inconvenientes. ¿De dónde saldrá el dinero para pagar el déficit fiscal?, se preguntó. Aliviar la creciente presión impositiva fue uno de los principales desafíos planteados. “La queja es más por la distorsión que por la presión, porque están pagando impuestos por ganancias ficticias”, matizó D’Alessio.
En el frente externo, “la mayoría percibe un cambio negativo”, sobre todo por Brasil, dijo el consultor.

Las pymes no esperan grandes cambios tras las elecciones

Encuesta de IDEA

En la mayor parte de las empresas chicas y medianas no esperan cambios significativos con el Gobierno que asumirá el 10 de diciembre, al menos hasta que la nueva administración muestre todas sus cartas. Esa es la principal conclusión de la encuesta Expectativas de Ejecutivos PYME, presentada ayer en el marco de IDEA Pymes.

“Las futuras medidas económicas son percibidas como cambios graduales, no demasiado significativos”, planteó Eduardo D’Alessio, responsable del sondeo, realizado por Internet entre 168 directivos y dueños de pyme.

Casi nueve de cada diez entrevistados pronosticaron un escenario post-10 de diciembre similar al actual: 22% dijo que estarán “moderadamente mejor” que ahora, un 41% respondió que esperan estar “igual” y otro 26% dijo que sus expectativas son de estar “moderadamente peor”. Un 8% dijo que espera estar “mucho mejor” y, en el otro extremo, apenas un 3%, “mucho peor”. En cuanto a la actividad económica, la gran mayoría señaló que está trabajando en niveles altos (41%) o muy altos (31%).

“Se prevé que no habrá cambios significativos durante el próximo semestre”, agregó D’Alessio. “Si hilamos fino en los números, el pronóstico es el de una ligerísima mejora”. De todos modos, ante el cambio de Gobierno, la estrategia de las empresas es mantener el statu quo y realizar ajustes preventivos.

En ese contexto de moderada estabilidad, la principal preocupación es la presión fiscal: un 45% de los encuestados la señaló como el problema que más los afecta. “La queja no es tanto por las alícuotas, sino por la distorsión de no actualizar por inflación”, agregó el consultor. También inquieta el mantenimiento de la demanda interna y las condiciones para el comercio internacional.

Sobre el final de la séptima edición de IDEA Pyme, hubo un momento entre irónico y divertido cuando el moderador, Claudio Zuchovicki, interpeló al público: “¿Cúantos de ustedes atravesaron una crisis económica”, preguntó. Todos alzaron sus manos. “¿Dos?”. De nuevo, todas las manos se alzaron. “Muy bien –agregó– ahora pido que levante su mano quien cree que no vamos a tener una nueva crisis”. Ni una sola mano se alzó.

Empresarios: el 41% piensa que la situación empeorará

Encuesta de IDEA sobre expectativas:

Por Alejandro Alfie

Hay una “ligera mejora” de las expectativas de los ejecutivos en la situación económica del país, según una encuesta realizada por la consultora D’Alessio IROL, para IDEA. “Se espera un segundo semestre sin mayores sobresaltos y con retorno a la normalidad”, destacó el informe presentado ayer en la sede del Instituto para el Desarrollo Empresarial de la Argentina (IDEA).
La expectativa de los ejecutivos, que había caído 15 puntos en 2014, retornó a valores similares a los de años anteriores, ya que el 30% de los encuestados dijo que la situación en el segundo semestre seguirá igual, el 41% que será peor y el 29% que mejorará.
“El segundo semestre del año pasado fue duro y la expectativa era de serias dificultades económicas. Pero esa visión tan negativa no se dio y mejoraron las expectativas”, explicó Eduardo D’Alessio, titular de la consultora D’Alessio IROL.
Consultado por Clarín sobre el aumento en el precio del dólar, el economista Dante Sica, director de la consultora Abeceb, sostuvo que “el tipo de cambio paralelo es la variable que puede hacer más ruido, porque el Gobierno tiene márgenes de maniobra limitados; pero eso no cambia la tendencia, hay expectativas estables para el segundo semestre”.
Pese a ello, el 52% de los ejecutivos consultados prevé una disminución en la rentabilidad de sus empresas en 2016. Para hacer frente a esa situación, la mitad de los ejecutivos bajará la inversión y
el 29% disminuirá el empleo en sus propias empresas.
Sica agregó que la mayoría de los sectores de la economía muestran una desaceleración en la caída y que “el único sector que crece es la construcción”, apalancada por la obra pública, el plan Procrear y los arreglos de la gente en sus casas.
Los ejecutivos consideran prioritario para mejorar la producción que haya mayores inversiones en electricidad, gas y rutas y caminos. Además, les gustaría que los candidatos a presidente de la Nación debatan sobre educación, justicia, seguridad, política impositiva y política cambiaría, en ese orden. .
Los principales reclamos para promover la inversión son la eliminación de impuestos distorsivos, la clarificación de las reglas de juego y otra política fiscal. De hecho, la reforma impositiva es “el principal factor para aumentar la competitividad del país”, plantearon los 182 ejecutivos socios de IDEA que respondieron la encuesta. –
Fuente D’ALESSIO IROL / IDEA

Cómo irse bien de la empresa

Pág. 174, 176, 178/Nº 252 (Diciembre)

En un contexto de alta rotación laboral, nunca conviene renunciar en malos términos. Qué recomiendan los especialistas para dejar las puertas abiertas cuando se cambia de compañía.:
Me voy. ¿A tu casa? No, a un trabajo nuevo…. Empiezo mañana”. La frase es un mazazo para el jefe, pero puede volverse en contra y devolver el golpe en el momento menos pensado. Irse bien de un trabajo a veces es complicado, pero siempre conviene a largo plazo.
El cambio de paradigmas individuales y colectivos hace que se viva una época con mayor movilidad laboral que otras. “La ola de desestructuración del empleo y del concepto de empleo de por vida que trajo la generación Y está empujando también estos deseos en otras generaciones”, diagnostica Ana Renedo, directora asociada de Oxford Partners.
“Vimos más movimiento este año que en 2013. En puestos ejecutivos, el incremento fue de cerca del 50 por ciento, sobre todo, en analistas semi senior y senior. Algunas compañías estuvieron reemplazando empleados de más antigüedad por perfiles más jóvenes, con más energía y flexibilidad”, dice Diego Kirschenbaum, director de la consultora Capital Humano.999
Paula Molinari, presidenta de Whalecom, coincide: “Hoy hay muchísima más movilidad. Por un lado, porque las personas sienten que para crecer hoy es más importante cambiar de empresa que escalar posiciones internamente. Pero, además, porque la gente le da más importancia a sus preferencias que antes. Y va eligiendo en función de sus valores, el sector de actividad en el que quiere seguir su carrera”.
Brenda Bianquet asumió hace dos meses su cargo de jefa de prensa de Newsan, fabricante de electrodomésticos que incluye marcas como Siam, Sanyo, Philco, Noblex y Atma. Licenciada en Relaciones Públicas (UADE), con sólo 29 años es un ejemplo de una carrera planificada en función de intereses profesionales. “Empecé antes de recibirme trabajando en un programa de jóvenes profesionales de la universidad. Allí estuve cinco años, después pasé a la Fundación Konex, donde desarrollé el área de prensa. Me quedé un año y medio y pasé a trabajar en publicidad por mi cuenta. Uno de mis clientes, Alimentos Báez, me contrató para armar su sector de RR.II. Acepté porque quería probar en el sector industrial”.
Después de Báez, Bianquet recaló en Emprendia, la primera empresa B de la Argentina y una consultora de comunicación estratégica y sustentabilidad. En el medio volvió dos años a trabajar nuevamente a la UADE. “Creo que desde los 21, cuando me recibí, a los 29 años que tengo hoy me di el gusto de trabajar en todas las áreas de mi profesión. Y tengo la experiencia como para encarar este puesto en una compañía en la que trabajan 4000 personas”, cuenta.
Bianquet asegura que pudo charlar con cada uno de sus jefes cuando tomó la decisión de irse. “Con todos fui clara en lo que significaba el pase en mi plan de carrera y me entendieron. Sigo teniendo relación con todos”.

Buenas políticas

Algunos sectores, como el tecnológico o el petrolero, tienen más pases que otros pero las idas y vueltas acompañan a los cargos ejecutivos en casi todas las compañías. La tendencia cambia el paisaje pero no las reacciones cuando un mando se va. Irse pegando un portazo está tan mal visto ahora como cuando no existía el Facebook. La diferencia es que hoy todo es más visible.
“En cualquier proceso de reclutamiento y selección, ya casi al final, el pedido de referencias a empresas anteriores tiene un peso enorme en la decisión, más allá de la trayectoria profesional, el CV y el know how del postulante”, grafica Claudio Ameijeiras, de la consultora de desarrollo organizacional Theorema.
El especialista asegura que en un contexto de tanta movilidad, la desprolijidad puede jugar en contra: “Siempre es bueno no cerrar ninguna puerta, ya que la prolijidad y el cuidado de los detalles hablará muy bien del profesional que decide un cambio laboral en su vida”.
¿Cómo cerrar la puerta y no golpearla? “Esencialmente, hay que irse con elegancia y respeto por la empresa que se deja”, dice Guillermo Ceballos Serra, profesor de Recursos Humanos de la Maestría en Administración de Empresas del Instituto Universitario ESEADE.
En la práctica, asegura Ceballos Serra, esto significa dar a la compañía que se abandona una explicación objetiva de las razones que motivaron el cambio. “Respetar un preaviso acorde a la función y responsabilidades. Dejar un correcto inventario de los temas en curso, proponer acciones para concluirlos. Y hasta, idealmente, proponer un potencial reemplazante y ofrecer mantener el contacto para temas que lo requieran, aún cuando empiece a trabajar en la nueva empresa”, dice.
“En todos los lugares de los que me fui siempre capacité a las personas que quedaron en mi lugar y seguí atendiendo consultas ligadas a mi función anterior”, cuenta Bianquet y asegura que sus transiciones duraron un promedio de dos meses. “Un mes dentro de la empresa que dejaba y el otro ya en funciones en la nueva. Más de una vez terminé mi horario en el nuevo trabajo y volví al anterior a terminar de capacitar al que quedaba en mi cargo. Siempre además dejé una síntesis de trabajos pendientes y un protocolo de acción para minimizar conflictos en mi ausencia”.

La palabra justa

Para no pegar un portazo hay que cerrar la puerta despacito. Los especialistas aseguran que el mejor aliado en todas las situaciones es la comunicación. “Hay que avisar que uno se va lo antes posible. Ser claro y enfatizar que el nuevo puesto significa un paso en lo profesional”, dice Pablo Molouny, gerente General del portal Trabajando.com.
Para Juan Gabriel Micheletti, gerente de Selección del grupo Bayton, no hay que tenerle miedo a hablar. “Uno puede ir dando señales de que el puesto en el que está no es el que cree adecuado para su carrera. Puede manifestar sus necesidades de crecer”, explica. Si no hay espacio en la empresa, queda claro que en algún momento, ese cuadro va a buscar por fuera de la compañía.
Cambiar de trabajo es una decisión difícil, pero una vez que el nuevo puesto está confirmado, ir directo al grano con los empleadores que se van a dejar rinde a largo plazo. “Hay que ser claro. No hablar mal, ni menospreciar el trabajo que se realizó en la empresa y hacer hincapié en que el nuevo puesto es una posibilidad de crecer o tomar un rumbo distinto”, agrega Micheletti.
Despedirse por mail está bien para los compañeros, pero está mal visto usarlo como medio de comunicación con los jefes. En este caso los especialistas recomiendan la charla individual con el superior al que se va a abandonar. Incluso en ámbitos fuera de los laborales.
El proceso no está libre de angustias. Laureano López, licenciado en relaciones del Trabajo, dejó en 2012 su puesto como jefe de Cobranzas en el Banco HSBC y una carrera de 12 años en la compañía. Admite que la charla le costó. “Comunicar a mis superiores la decisión no fue fácil. Por la dinámica del sector y la presión constante sobre los resultados y el logro de los objetivos, sabía que la noticia no caería para nada bien. Finalmente, lo hablé y les ofrecí un tiempo para colaborar en traspaso de tareas. Se hizo más largo de lo que pensaba pero fue bueno para ambas partes”. Hoy, López es responsable de Proyectos en la consultora Theorema y dice que cerrar su etapa en el banco en buenos términos le abrió muchas puertas después de su renuncia.
El tiempo es vital, pero casi nunca sobra. Molouny asegura que, como mínimo, una salida organizada requiere de un mes de preaviso. “Es lo necesario para organizar tareas y delegar funciones para que todo siga andando de la misma manera que antes”, sostiene.
Los tiempos entre el nuevo puesto y el viejo marcan con distintos relojes. “Casi siempre lo que termina pasando es que desde el nuevo trabajo apuran para incorporarse y en el viejo demandan tiempo para dejar todo resuelto”. En el medio las ojeras crecen. “La situación es estresante, pero es preferible quedarse un par de horas más en el trabajo que se deja, para solucionar temas, que quedar mal. Esos mismos jefes son los que van a contestar cuando pidan antecedentes nuestros del nuevo trabajo o de otros que lleguen después”, explica Ameijeiras.

El legado

La mayoría de los cambios se dan en mandos medios. Posiciones que responden a un superior pero que, además, tienen gente a cargo. Qué va a pasar con el equipo, quién va a ser su sucesor, cómo se terminarán las tareas que llevan su firma. Son cuestiones cuya resolución habla del que se va, pero también de los que quedan.
Molouny asegura que hay dos situaciones: “Una, la óptima, en el que la relación previa era buena y en la que la salida se charla en buenos términos y se puede consensuar cómo quedará todo. Y otra, a veces la más frecuente, en la que el que se va lo hace disconforme y desgastado. Y no termina tan bien”.
Nora D’Alessio, socióloga y vicepresidente de la consultora D’Alessio IROL, asegura que para las empresas, aceptar que un recurso valioso se va a veces es
aún más angustiante que para el empleado que renuncia. “Se abre un período de ardua búsqueda. La transición puede durar meses. Por eso siempre es mejor para ambas partes, ponerse de acuerdo y trabajar juntas”, recomienda.
Micheletti asegura que la reacción de las empresas a veces es parecida a las de las personas y también responde a la cultura nacional. “En muchas PyMEs, la relación entre jefes y empleados es muy simbiótica y la renuncia puede ser vista como una especie de traición. Las compañías multinacionales están más acostumbradas a la movilidad de sus empleados”, apunta.
Con respecto al peso para incidir en el reemplazante, todo dependerá de la política de la empresa. “Hay algunas compañías que prefieren tomar a alguien de afuera y otras que consideran valioso promover gente del equipo del que se va o, incluso, si hay una buena relación, lo consultan con el que se va”, describe Molouny.
En tiempos de gran movilidad como el actual, casi todas las empresas tienen un Plan B con posibles reemplazantes para sus cuadros decisivos. Ameijeiras advierte que un tip básico para no quedar mal es no llevarse a parte del equipo a la nueva empresa. “Puede ser una gran tentación, sobre todo, para cuadros de mando que formaron a sus colaboradores, pero está muy mal visto”, subraya.
Los especialistas aseguran que renunciar en buenos términos puede redundar en buenas recomendaciones. “No es lo mismo lo que uno busca a los 20 que lo que quiere a los 40 y uno nunca sabe si va a necesitar de sus antiguos jefes”, dice Micheletti.
“Antes, irse era una demostración de falta de lealtad y la gente que se iba era tratada como ‘traidor’. Ahora, se valora que las personas conozcan la cultura de la empresa. Si han sido buenos colaboradores, pueden incorporarse nuevamente”, asegura Molinari. Una puerta que, si se cierra con cuidado, puede ser la llave para abrir muchas más.
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SITUACIÓN ESTRESANTE

Para muchos especialistas, la salida de un trabajo, aun cuando se deje por algo mejor, puede ser una de las situaciones más angustiantes de la vida. “Implica dejar un sistema de afectos que funciona, en la práctica, con una estructura familiar”, dice Gabriela Vera, titular de Psicología Laboral de la Facultad de Medicina de la Fundación Barceló. “Junto a mudarse o separarse es una de las situaciones más estresantes. Implica muchos cambios personales, nuevos desafíos, nuevos compañeros, la incertidumbre del nuevo espacio, en muchos casos dejar un espacio de confianza y cierta comodidad, hasta lo cotidiano, una forma de movilizarse quizás distinta, un nuevo lugar geográfico”, agrega Diego Kirschenbaum, de Capital Humano. Por eso la decisión es tan difícil de tomar. Consultar con pares o referentes puede ser tranquilizador. Irse bien, también. “Los afectos no se pierden. Irse de un trabajo no implica dejar de hablar con los que nos llevábamos bien, ni faltar a las salidas o a las reuniones que organizan”, explica Vera. “La clave, como en todo, es la comunicación”.
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Tips

AVISAR. La empresa necesita un tiempo no menor a dos semanas para hacer el traspaso de responsabilidades a otra persona.

NO BAJAR LA GUARDIA. No disminuir el desempeño ni el compromiso. A veces, las personas que cierran un ciclo están pensando más en su próximo trabajo que en las tareas de ese momento, y esto no es buena señal.

CAPACITAR. Desarrollar al cuadro de reemplazo. Si se hicieron bien las tareas, se debería haber planeado la sucesión en cabeza de un colaborador preparado para este momento.

COLABORAR. Contestar llamados y consultas, aún estando en el nuevo trabajo.

NO CONTAGIAR. Evitar llevarse gente al nuevo trabajo.

Qué cosas no te animás a decirle a tu jefe a la cara

10-12-2014 

Una consultora le preguntó a empleados qué les gustaría decirle a su jefe. Y los resultados no fueron, precisamente, la música más maravillosa para los oídos de su empleador.

Elena Peralta

Si algunas paredes hablaran, sorprenderían. Y si, un día, alguien se animara a cantarle “la justa” a su jefe, más de uno se quedaría con la boca abierta. Una consultora salió a preguntarle a la gente qué le gustaría decirle a su superior pero se contiene. “Dejame trabajar tranquilo” fue la frase más votada. Y, después del fastidio por la marca personal, una de arena: “Te agradezco las posibilidades que me brindás”.

En preguntas abiertas, realizadas a 589 personas, mayores de 18 años, empleados de empresas de primer nivel, las respuestas elegidas giraron alrededor de la capacidad. Después del pedido de tranquilidad, con el 18 por ciento, y el agradecimiento (17), la tercera respuesta más votada fue “sos un chanta”, con el 15. El 12 por ciento de los encuestados aseguró que, si pudiera, le diría: “¡No entendés nada!”. Un 9, en cambio, le agradecería “la paciencia” y casi el mismo porcentaje (8) le pediría que no fuera “tan controlador”.

“Hay una relación amor-odio con el jefe”, explica Nora D’Alessio, socióloga y vicepresidente de D’Alessio/Irol, firma que realizó la encuesta. Por un lado, los jefes parecen extenuar la paciencia de sus subordinados. Pero, por otro, sus empleados saben que, si no llegan a un buen acuerdo con ellos, las posibilidades de progresar en la organización se verían disminuidas.

El reconocimiento, también, fue lo más valorado en un relevamiento sobre hábitos laborales realizado por el grupo RHUO y la Universidad Abierta Interamericana (UAI). El 30,1 por ciento de los consultados pidió jefes que reconozcan lo que hacen bien y corrijan lo que hacen mal. “La idea de coaching está muy presente: la figura de alguien que acompañe en el crecimiento profesional”, dice Mariela Aliandri, gerente de Capital Humano de Grupo RHUO.

En esa búsqueda del jefe ideal, la otra cualidad más votada fue “que sea claro en la comunicación de las ideas”. El punto fue pedido por el 20,6 por ciento, casi el doble de los que reclamaron cuestiones más terrenales, como que defienda el sueldo o las vacaciones de sus subordinados (11,8 por ciento); o el triple del 5,7 que pidió un jefe que respete los horarios y las funciones de cada uno.

“La gente no quiere ‘jefecitos’”, afirma D’Alessio. Asegura que los empleados piden reglas claras y una autoridad que, sin asfixiar, conduzca a buen rumbo su trabajo. “Los jefes no son amigos: son jefes”, afirma y agrega que no todas las políticas de confraternización son exitosas. “¿Yo qué sé si la persona que trabaja conmigo tiene ganas de pasar tiempo extra laboral en un after office y no de estar con su familia, a la que no ve desde las 7 de la mañana?”, se pregunta.

Para Aliandri, un jefe respetado por la tropa asegura una productividad difícil de alcanzar con cualquier otra política corporativa: “La gente se compromete con las personas, no con las empresas. En esa fidelidad, reside gran parte del capital humano de una organización”. Una camiseta de la que, muchas veces, es difícil encontrar un talle que les quede a todos.

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La mitad de los empresarios cree que ganará menos plata en 2015

23/10/2014
Así se desprende de un estudio presentado en el Coloquio de IDEA. El conflicto con los fondos buitre, una de las deudas pendientes.

El 65 por ciento de los ejecutivos cree que la situación económica empeorará en lo que queda del año. El dato surge de la encuesta de expectativas realizada por D‘Alessio IROL entre 165 ejecutivos y presentada hoy en el marco del 50 Coloquio Anual de IDEA. Otro dato del mismo relevamiento es que un 42% aguarda caída de ventas en los próximos 12 meses, que anticipan impactará a su vez en las perspectivas de inversión.

En promedio, los empresarios sostienen que la renegociación con los acreedores externos es uno de los factores clave a tener en cuenta en la planificación de inversiones para 2015 y sigue encabezando la lista de reclamos la necesidad de encarar una “revisión impositiva”.

Según el sondeo, el 52 por ciento de los consultados estimó que la rentabilidad de su empresa disminuirá en los próximos doce meses, un nivel que se ubicaba en el 41% hace un año..

Para mantener el empleo, un 22% de los consultados sostuvo que sería importante revisar la ley de Abastecimiento, un tema que no había aparecido en el anterior sondeo de junio, ya que la norma aún no había sido aprobada, pero que refleja el rechazo que el tema genera en sectores del empresariado.

Al ser consultados sobre los principales factores para aumentar la competitividad, el 67 por ciento mencionó la “mejora de la educación”, mientras que el 52% apuntó a la reforma impositiva y el 51% el ‘resguardo de la propiedad privada‘.

El sondeo detectó, además, que continúa el desequilibrio entre precios y costos, con una brecha que se amplió a siete puntos comparada con la última medición realizada a mediados de este año.

Rentabilidad. El gráfico, realizado por D’Alessio IROL para IDEA, proyecta los próximos 12 meses.

Si bien la retracción de las ventas muestra una disminución de la capacidad empleada, aún 7 de cada 10 empresas se encuentran operando por encima del 70% de su capacidad.

La mayoría de los consultados cree que el mantenimiento y la generación de empleo requieren trabajo conjunto entre los sectores público y privado, mientras que el sector servicios es el que más pide revisar las condiciones de contratación.

Los temas gremiales, si bien son tenidos en cuenta, están en un segundo plano, y este punto está más presente para la industria.

Creen que se extenderá un año más la caída de la rentabilidad

24/10/14

por ANDRÉS SANGUINETTiEnviado especial – EL CRONISTA EN MAR DEL PLATA

Arreglar con los acreedores externos o fondos buitre parece ser el mayor de los reclamos de los hombres de negocios para que la Argentina vuelva a ser atractiva para los inversores internacionales. El acuerdo con los holdouts sigue encabezando la lista de reclamos de los empresarios para planificar nuevas iniciativas de negocios para el año próximo. Así surge de una encuesta distribuida ayer durante el 50 Coloquio de IDEA que se desarrolla en esta ciudad, y en la cual también los ejecutivos consultados consideran que la situación económica va a empeorar durante lo que resta del año y esperan una mayor caída de las ventas.
Según el relevamiento de la consultora D’Alessio IROL, los empresarios coinciden en esperar un panorama negro para lo que resta de 2014, con la actividad en caída, mayor inflación, reducción de la rentabilidad y un crecimiento de la presión impositiva, así como problemas derivados de cambios en las reglas de juego como la sanción de la nueva Ley de Abastecimiento. Las empresas de servicios son las que mayor escepticismo han mostrado en la encuesta presentada ayer en uno de los salones del hotel Sheraton, donde hoy culminará la 50 edición del Coloquio.
El sondeo también detectó que continuará el desequilibrio entre los precios y los costos, con una brecha que se amplió a siete puntos comparada con la última medición realizada a mediados de este año. En relación al año pasado, descienden aún mas las perspectivas de rentabilidad, ya que la mitad de las empresas consultadas estima que disminuirá durante el año próximo. Otro 20% tiene una visión más optimista y espera un crecimiento en este segmento.
En términos porcentuales, la encuesta arrojó que el 64% de los consultados espera que la situación económica empeore; otro 42% advierte caída en las ventas y un 52% estima que la rentabilidad de su empresa disminuirá en los próximos 12 meses, un nivel que se ubicaba en el 41% hace un año. Esta retracción además se evidencia en la disminución de la capacidad empleada. También en el nivel de inversiones que se mantiene dentro del rango de los últimos años, llegando al 10% sobre las ventas, guarismo similar al de 2012. En este sentido, consideran prioritarias tres medidas: la renegociación con los acreedores externos, una revisión impositiva y mayor financiación.
Entre los principales factores que podrían influir para modificar el escenario el año próximo, los encuestados destacaron el abaratamiento de los costos (30%); procesos de reingeniería interna (29%); diversificación de productos y servicios (28%); logro de alianzas estratégicas (27%) e inversión en nuevas tecnologías (25%).

Ejecutivos no ven recuperación, pero tampoco una mayor caída

23/10/2014   Coloquio de Idea en Mar del Plata.

En la encuesta de Expectativas sobrevuela la posibilidad de un arreglo con los holdouts.

Por Walter Giannoni (Enviado especial)

“Me las arreglo con lo que tengo, pero no me pidan que genere empleo”. Eso parecen decir los ejecutivos de empresas frente a la situación de la economía. Esta es la principal conclusión de la encuesta Expectativa de Ejecutivos que, desde hace 20 anios, la consultora D’Alessio IROL presenta en el marco del Coloquio de Idea. Eduardo D’Alessio, responsable del estudio, indicó que la inflexión en materia de expectativas surgida durante la crisis de deuda, continuó en el segundo semestre, pero apareció un moderado optimismo en torno a la posibilidad de alcanzar un acuerdo con los holdouts a partir de enero.

El relevamiento fue efectuado de modo on line en octubre pasado a 165 ejecutivos de empresas asociadas a IDEA. Entre sus principales conclusiones marca: La retracción de ventas se evidencia en la disminución de la capacidad empleada. La caída en las perspectivas se ve reflejada en los principales aspectos de la empresa. Se mantiene el desequilibrio entre precios y costos y el proceso de descenso de rentabilidad. Las empresas apuestan a la mejora de factores internos, más que a ganar nuevos mercados dentro del país o a exportar. El 70 por ciento de las industrias trabaja al borde de su capacidad instalada, pero la inversión se mantiene en el 10 por ciento de la facturación cuando en el mejor momento (2010) llegó al 13.

Los ejecutivos demandan una revisión impositiva (en particular sobre el impuesto a las Ganancias) y la revisión de la polémica Ley de Abastecimiento. Salarios, retención de talentos y obtención de créditos siguen en el primer lugar de los desafíos. La provisión de insumos importados, por el cepo al dólar, es otra de las grandes preocupaciones, impactando en la mitad de las empresas. El economista Luis López Secco, al comentar el estudio, puntualizó que los resultados indican que los ejecutivos descuentan que habrá un acuerdo con los acreedores externos, lo que explica que no haya un mayor pesimismo en las opiniones.