Conocé las expectativas de los porteños en relación a la boleta electrónica. Daniel Revol presentó nuestro informe en Radio Continental.

Conocé las expectativas de los porteños en relación a la boleta electrónica. Daniel Revol presentó nuestro informe en Radio Continental.
Entrevista radial a Eduardo D’Alessio en el programa La Rotonda por Radio Continental. Con motivo de los resultados del Informe IDEA-Encuesta Expectativa de Ejecutivos 2015.
En tiempos electorales, las encuestas son la herramienta más utilizada para entender y actuar en la política. Sin embargo, hay que recordar que los números son estimaciones de probabilidades siempre sujetas a lo que pasa en las últimas horas.
Los sondeos ya son parte del juego mediático actual que demanda información constante. Además se suma la crisis de los partidos políticos y un votante más indeciso.
¿La credibilidad de las encuestas electorales está hoy en crisis?
“Hasta el día sábado todo es probabilidades”.
Eduardo D’Alessio
Todas las consultoras acertaron en quién sería el ganador, aunque con una gran falla en la medición de una ventaja de 10 puntos de Horacio Rodríguez Larreta (PRO) sobre Martín Lousteau (ECO). Otros casos emblemáticos ocurrieron en Córdoba, Mendoza y Río Negro.
Las encuestas no fracasan, si no el discurso que acompaña los números. La elección del tono de enunciación influye en su interpretación. Muy probable no es igual que seguro. Muchos encuestadores y los comunicadores eligen ser atractivos en sus declaraciones pecando de sentenciosos.
La función de un sondeo es esclarecer acerca de probabilidades. En una entrevista que le realizaron en América 24, Eduardo D’Alessio dijo: “Hasta el día sábado (día previo a los comicios) todo es probabilidades”, reiterando la relatividad de las encuestas.
Lo que hay que saber
“Hay un 15% de votos muy volátiles. Incluso una parte de ellos decide dentro del cuarto oscuro”
Eduardo D’Alessio
Para interpretar una encuesta es necesario tener en cuenta que hay distintos tipos de votantes. Existe un grupo que es totalmente acérrimo, otro que se va conformando con el tiempo, y por último, “hay un 15% de votos muy volátiles. Incluso una parte de ellos decide dentro del cuarto oscuro”, explicó el presidente de D’Alessio IROL.
Curva de decisión
También hay que enfatizar que una encuesta es un instante fotográfico. El encuestador al hacer una pregunta plantea un caso hipotético. “Todas nuestras encuestas empiezan con esta sentencia: si las elecciones fueran hoy, ¿a quién votarías? Pero no son hoy y eso no es un tema menor”, afirmó el consultor.
Además, existen hechos externos que pueden darse previo a la votación que no logran ser captados por esta herramienta. “Hasta el día de la elección cualquier hecho puede impactar en los resultados. Eso está fuera de toda medición”, planteó Eduardo D’Alessio.
En camino a las presidenciales aclaró: “Hay que esperar el resultado, que según nuestras mediciones el nuevo sistema está muy bien aceptado, probablemente a las nueve de la noche del domingo podremos hablar con más certeza y que viene a partir de ese momento”.
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Por Cledis Candelaresi
No hay un favorito nítido como próximo presidente para las empresas: ningún candidato asusta, pero todos plantean incógnitas. Daniel Scioli, beneficiado por un buen clima económico en el fin de mandato. Buitres o cepo ya no desvelan.
Los hombres de empresa no tienen un favorito nítido para los próximos comicios presidenciales y sus preferencias esbozan un viraje de humor similar al manifestado en las encuestas que testean a la ciudadanía en general.
Parte por esto, parte porque aún no hay un número puesto en la Rosada, reparten los aportes económicos de campaña cuidando no desairar al eventual ganador o al eventual jefe de la oposición, sus futuros interlocutores.
No es que todo les de lo mismo. Es que no perciben diferencias sustanciales en la cosmovisión de aquellos candidatos con más chances de ocupar el sillón de Rivadavia.
Del mismo modo, muchos hombres de empresa se inquietan ante similares incógnitas sobre cuestiones de estrategia económica que consideran sustanciales.
Y no se trata de a quién van a privilegiar con su voto sino a quién consideran más fiable para garantizar generar y sostener un buen clima de negocios. Salvo que un candidato se acercara a algún extremo, la ideología poco importa.
Es cierto que Mauricio Macri era concebido, en principio, como el presunto garante de ese marco amigable para la actividad patronal en general.
Pero el líder del PRO aún no dio precisiones sobre muchos aspectos del que podría ser su programa económico y tampoco ofrece certezas de que podrá hacer lo que decida. No se trata sólo de encumbrarse en el poder sino de permanecer y ejercerlo, con un entorno que garantice la gobernabilidad.
En este sentido, a cualquier fuerza le cuesta superar al Peronismo y los pragmáticos hombres de empresa bien lo saben.
“Aún no conocemos cuál será la política industrial de Macri”, comenta Héctor Méndez ante este diario, relativizando la supuesta simpatía con que privilegiaba al jefe de Gobierno de la Ciudad.
Es la voz de máxima jerarquía pero sólo una de las que pueden escucharse en la UIA, cuyo cuerpo directivo está fragmentado por la inquina con que se tratan sus miembros: más de uno retacea la palabra al otro por las diferencias sobre el apoyo o desprecio hacia la política en curso.
No es extraño. Dentro de la misma entidad hay intereses comunes y otros contrapuestos, radicalmente.
“Aerolíneas e YPF no son los puntos centrales de la política que se necesita conocer”, opina Carlos de la Vega, titular de la Cámara Argentina de Comercio, en referencia al discurso de Macri precisando que no reprivatizaría esas empresas. Estatizar o privatizar no es un punto caliente en el debate de la agenda de coyuntura.
Pero el líder de la CAC respira aliviado: ningún postulante de los que pugnan con más posibilidades tiene una posición que pueda definirse como antiempresaria.
Lo cierto es que en la medida que para la tribuna patronal se desdibuja la figura macrista, cobra nitidez la de Daniel Scioli.
Buitres y cepo: no son para tanto
Ese viraje no sólo está a tono con lo que muestran los sondeos de opinión respecto a la ciudadanía en general, cada vez más partidaria de la continuidad, sólo con retoques sobre lo hecho hasta el momento.
La última Encuesta de Expectativas de los Ejecutivos realizada por D’Alessio & Irol, seguimiento semestral que el consultor hace para Idea, puede dar una pista de porqué el gobernador bonaerense gana aceptación.
Un 59% de los 182 ejecutivos que respondieron a un cuestionario on line consideran que el próximo semestre la situación económica estará igual o mejor, relativo optimismo fundado en la percepción de que habrá un fin de mandato tranquilo.
Aunque muchos hayan experimentado una baja en las ventas y 1 de cada 4 empresas opere casi al tope -más del 85% de su capacidad instalada-, cuando hace un lustro 2 de cada 4 gozaban esa situación.
Cuándo se le pregunta qué medidas son necesarias para promover la inversión el ítem de “renegociación con acreedores externos” baja de 27 puntos a 19 respecto al sondeo anterior, formulado en octubre del 2014. En otras palabras, el otrora reclamado acuerdo con los buitres, presunto pasaporte a millonarios desembolsos de capital, perdió importancia relativa.
Otra cuestión ilustrativa es qué proporción de su facturación están dispuestos a invertir.
En la última encuesta esa proporción baja al 10% desde un 12% que se había registrado en el 2011, antes de la instauración del cepo.
De algún modo el dato muestra que las restricciones para girar divisas, entre otras limitaciones cambiarias, no tuvo en las inversiones un impacto negativo de la envergadura insinuada por las protestas patronales.
Lo paradójico del cepo es que, en algunos rubros, hasta estimuló la reinversión de utilidades de empresas que se vieron inhibidas de enviarlas al exterior: valga de ejemplo que los bancos empezaron a comprar inmuebles, dando ánimo a uno de los sectores más dinámicos del momento.
Por Jairo Straccia
Sica puntualizó que salvo la construcción, que está repuntando por la obra pública, todos los sectores de la economía siguen en rojo, pero “amesetaron su caída”. “Hay chances de que varios sectores puedan rebotar y empezar a crecer, y así se puede terminar redondeando un año con cero crecimiento o algo positivo”, redondeó. Ya hay otros indicadores de consumo, como el de Kantar Worldpanel que anticipó PERFIL hace una semana, que muestran también un rebote en el consumo.
Los siguientes datos corresponden a la medición de Junio 2015 de la encuesta de Expectativas de Ejecutivos, que realiza D’Alessio IROL para IDEA. La misma muestra las percepciones de los empresarios argentinos sobre el rumbo de sus negocios y de la economía nacional.
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Los datos surgen de la encuesta Expectativas de Ejecutivos, realizada por la consultora D’Alessio IROL y presentada en IDEA. Los próximos 12 meses.
Para una mayoría de ejecutivos, la situación económica del país está igual o peor que el semestre pasado; sin embargo, la mirada pesimista comienda a ceder. La consultora D’alessio IROL encuestó a 182 líderes socios de IDEA para conocer las expectativas a futuro del empresariado argentino.
En términos generales, la situación económica fue evaluada mejor que durante el último semestre de 2014. Y las proyecciones a futuro auguran una mirada mucho menos pesimista por parte de quienes dirigen compañías en el país. Para el segundo semestre de este año se espera que la actividad se desarrolle sin sobresaltos y que comience el retorno a la normalidad. A su vez, los empresarios consultados estiman que en 2016 los principales factores que afectan a la empresa se mantendrán estables, con un ligero incremento de las ventas en el mercado interno. Ventas, inversión y empleo tampoco variarán demasiado.
En cuanto a las oportunidades de crecimiento, las claves siguen estando en los aspectos intrínsecos de las empresas. El abaratamiento de costos, la diversificación de productos y servicios y los procesos de reingeniería internos son los principales factores a mejorar según los ejecutivos.
Si bien las expectativas de los empresarios son mejores que las de hace algunos meses, la realidad actual sigue mostrando una actividad desacelerada. Según el informe de D’alessio IROL, una de cada cuatro empresas opera por sobre el 85 por ciento de su capacidad; hace 5 años atrás, esta situación se daba en la mitad de las compañías consultadas. Los empresarios no esperan una recomposición de su rentabilidad en el próximo año, y más aún, la mitad de ellos cree que la misma continuará disminuyendo.
Otro factor que continuará estable es el de la inversión, que se mantendrá en el 10 por ciento sobre las ventas. El objetivo principal serán las inversiones soft o blandas, con el marketing a la cabeza de las políticas a implementar. Para promocionar las inversiones, los ejecutivos señalan tres factores predominantes:la eliminación de impuestos distorsivos, una clarificación de las reglas del juego y una reforma impositiva.
Sobre la competitividad de sus compañías, una mayoría de los empresarios no solo la consideró baja, sino que a su vez la estimaron altamente determinada más por el tipo de cambio que por factores estructurales. Además, en su opinión, la influencia en este aspecto de las características impositivas del mercado local superan a la de factores como la educación y la inversión.
Al momento de establecer los desafíos a futuro, temas como los salarios y la retención de talentos fueron protagonistas. El factor tecnológico también tuvo su importancia en las respuestas de los encuestados. De cara a las elecciones de octubre, los reclamos a los candidatos presidenciales se resumen en cuatro puntos: educación, justicia, seguridad y política impositiva.
A pesar de ser un poco más optimistas que en 2014, los principales ejecutivos del país piden impuestos menos distorsivos y pro inversión y acceso a crédito a largo plazo
Si bien se muestran un poco más optimistas que en 2014, la mayoría de los hombres de negocios del país no espera un recomposición de la rentabilidad de sus empresas, sino por el contrario, cree que continuará cayendo y lo cual impactará en el empleo y en la capacidad de producción que se viene reduciendo en comparación con otros años.
Además, advierten que el próximo gobierno deberá eliminar impuestos distorsivos para promover las inversiones; generar reglas de juego claras para atraer más capital; implementar una política fiscal pro inversión y ofrecer acceso a financiamiento a largo plazo. También reclaman a la próxima gestión más inversión en energía (electricidad y gas) y en rutas, así como privilegiar una reforma tributaria y educativa para incrementar la competitividad.
Todos estos datos forman parte de una encuesta elaborada el mes pasado por la consultora D’Alessio IROL para IDEA bajo el nombre de Expectativas de Ejecutivos. El relevamiento, hecho de forma online entre 182 de los principales ejecutivos del país, indicó también que el pesimismo que habían evidenciado a fines de 2014 frente a lo que iba a ocurrir este año finalmente no fue tanto. La evaluación del período fue de 8 puntos por encima de lo previsto, según la encuesta, y los ejecutivos esperan un segundo semestre sin mayores sobresaltos. “Hay una ligera mejora de las expectativas, que se encuentran prácticamente en un punto de equilibrio. Y en período electoral, ya finalizando el actual mandato, los empresarios prevén que no habrá mayores sobresaltos” explica el trabajo de D’Alessio.
Durante la presentación de la encuesta también estuvo Dante Sica, titular de la consultora Abeceb.com, quien le dio el marco macro económico y político a los resultados del relevamiento de IDEA. En este sentido, el economista estimó que el poder adquisitivo podría ganar unos puntos y el mercado laboral no volverá a ajustar. Igualmente estimó que la inversión seguirá retrasada; la construcción estancada y el leve repunte de las ventas no beneficia a todos los sectores.
Para Sica, en el último semestre del año se mantendrá la debilidad de la economía, con una inversión debilitada. “Si el Gobierno quiere darle prioridad al objetivo de actividad, va a presionar sobre el frágil equilibrio alcanzado en la primera mitad del año”, aseguró Sica, para quien se deberían flexibilizar las importaciones “para no generar restricciones de oferta. De hecho, en junio se observó una desaceleración, aunque la duda está en si esto va a continuar”. En el caso de las exportaciones, Sica no cree que puedan mejorar, con lo cual el margen para importar será limitado. A esto se suman los altos vencimientos en dólares hasta fin de año y que las reservas cerrarían por debajo de u$s 30.000 millones.
En tanto, en la encuesta de D’Alessio, los empresarios no esperan cambios en la política internacional, ni una recomposición de su rentabilidad en 2016. “La mitad cree que continuará disminuyendo. Esto amplió la brecha de la capacidad disponible, en especial por la retracción de las ventas”. El trabajo asegura que una de cada cuatro empresas está en el 85% de su capacidad cuando hace 5 años, este escenario se daba en la mitad de las compañías.
Del mismo modo, los ejecutivos ven a la competitividad como variable del tipo de cambio y perciben mayoritariamente una mala situación para el país en este aspecto. Al respecto, el estudio de Sica agrega datos preocupantes en cuanto a la evolución del consumo. “Mientras el objetivo consumo demanda seguir con los anuncios sociales, y con ello el déficit seguirá creciendo y eso se financia con emisión monetaria”, advirtió Sica. Es decir, el país volvió al viejo esquema monetario-cambiario que podría profundizarse. “Pero no es sencillo de sostener un esquema de apreciación cambiaria y aceleración de la emisión, frente a un cambio de expectativas”, explicó el titular de Abeceb.com. En definitiva, según Sica, “el primer semestre nos dejó una mejora relativa pero no fue suficiente para impulsar la actividad y se espera que la segunda mitad del año muestre la misma tendencia aunque no está exenta de riesgos”.
Piden debate sobre educación, seguridad y justicia
Frente a la cercanía de las elecciones presidenciales, la lista de temas que los ejecutivos quieren oír debatir a los candidatos la encabeza la educación, seguida por la justicia y la seguridad. Es decir, los mismos que reclama el resto de la sociedad. De todos modos, le suman, en cuarto lugar, el interés por conocer las propuestas relacionadas con la política impositiva.
De manera adicional, ya no les preocupa tanto las definiciones sobre la concertación con los acreedores externos, al igual que la negociación con organismos internacionales. Pero se mantiene la importancia de salarios, retención de talentos y obtención de créditos. Y se incrementa el peso de la tecnología.
Por Pablo Fernández Blanco | LA NACION
Para las principales empresas de la Argentina el presente es mejor de lo que imaginaron en 2014, cuando la crisis cambiaria amenazaba con generar una escasez de dólares que derramara sus efectos negativos sobre la economía. Pero aún está lejos de ser auspicioso, porque la presión de los costos, el atraso cambiario y una demanda que, si bien mejoró, está lejos de ser buena harán que sigan perdiendo rentabilidad en los próximos meses.
Son algunas de las conclusiones que surgen de la Encuesta de Expectativas de Ejecutivos Edición 2015, que se hace todos los años a pedido de IDEA, una de las principales asociaciones empresarias del país, y que se presentó ayer. El trabajo se hizo sobre la base de las respuestas de 185 ejecutivos socios de la entidad, que congrega a compañías como Cargill, Fiat, GM, Banco Galicia, Coca-Cola, Loma Negra, Carrefour y Techint, entre muchas otras.
Un 85% de los encuestados considera que sus ganancias durante los próximos 12 meses no aumentarán, pero más de la mitad espera una evolución negativa: el 40% piensa que disminuirá levemente, mientras que un 12% teme que caerá “significativamente”. “Con respecto a la rentabilidad influyen no sólo el tipo de cambio, sino los salarios, que estuvieron por encima de los precios, y la carga impositiva”, explicó Eduardo D’Alessio, de la consultora D’Alessio Irol, a cargo de la encuesta.
Hay otros elementos para tener en cuenta. Por caso, apenas un 26% de los encuestados sostuvo que utiliza entre un 85 y un 100% de su capacidad instalada, mientras que la mayoría tiene infraestructura ociosa. Con respecto al trabajo anterior, que se hizo en octubre de 2014, trepó de un 29 a un 35% la cantidad de empresas que usan apenas hasta un 70% de sus instalaciones.
Para los próximos 12 meses, un 37% de los consultados cree que sus ventas no se modificarán, un 27% piensa que mejorarán de manera moderada y sólo un 3% espera tener números aun mejores.
Para el economista Dante Sica, de la consultora Abeceb, los malos presagios empresarios no se cumplieron porque Economía cambió el rumbo a fines de 2014. “Las expectativas eran peores en octubre del año pasado, cuando se pensaba que la falta de dólares iba a ocasionar baja de reservas y mayores problemas cambiarios. Pero el Gobierno cambió de política, se endeudó, consolidó reservas y planchó el tipo de cambio”, explicó. Fue el primer puntapié para dar origen a una “sensación de estabilidad”. De todas maneras, remarcó que los indicadores de la economía aún no lograron arrancar. “Tendremos un segundo semestre similar al primero, con una economía mejor, pero tirando al estancamiento”, sostuvo.
En línea con la situación de estancamiento, las empresas destinarán este año alrededor de un 10% de sus ventas a inversión, que se orientará antes a capacitación, comercialización y búsqueda de nuevos mercados que a la compra de bienes de capital o la construcción de nuevas plantas.
La cuestión cambiaria, sin embargo, sigue al tope de sus prioridades, a tal punto que el 40% definió su propia competitividad por la relación entre el peso y el dólar más que por su propia eficiencia. D’Alessio lo explicó en términos concretos: “Cuando se considera que el tipo de cambio está desfasado, tapa al resto de los factores que tienen que ver con la competitividad”, resumió.
La encuesta de expectativas no preguntó sobre las preferencias políticas de los empresarios. Sí, en cambio, sobre qué temas les gustaría que debatieran los candidatos a presidente. Entre los cinco primeros surgieron temas variados: en primer término, la educación, seguida por la situación de la Justicia, la seguridad, la política impositiva y la política cambiaria. En sexto lugar quedó la preocupación por los subsidios y aún más atrás la pelea con los holdouts.
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