Las razones del apoyo a Cristina

En los últimos días se conocieron dos encuestas realizadas tras el destape del Cuadernogate. En la de Synopsis, el dato significativo es que la imagen de Cristina no se vio afectada por el escándalo de corrupción. Con 31,4% de imagen positiva, superó el 30,9% de agosto del año pasado.

El otro sondeo es de D´Alessio/Berensztein. El dato llamativo es que, cuando se pregunta si quien organizó las coimas era la ex presidenta, el 25% de los propios votantes kirchneristas responde que sí. Y a la pregunta de si ella debería ir presa, es el 20% del voto K el que también dice que sí.

Por su lado, los sondeos del Gobierno confirman que los cuadernos de Centeno no hicieron mella en su intención de voto, que sitúan en torno al 25%. Devoción cristinista. La pregunta que surge es por qué, pese a tantas evidencias, hay un núcleo duro y relevante de personas que siguen creyendo en Cristina. Las respuestas van más allá de ella, pero no de lo que ella significa.

El peronismo, como el radicalismo, el comunismo o el socialismo, son partidos típicos de la modernidad. Cada uno con su perfil ideológico, representan creencias fuertes (como las religiones) y a sectores sociales bastante bien definidos, como pobres venerando a Perón o sectores medios a Alfonsín.

El kirchnerismo es la primera gran expresión argentina de la hipermodernidad. Vino con el ADN peronista de la modernidad, pero se formó en la posmodernidad noventista. Lo que resultó fue una épica pragmática, que conserva las formas y los símbolos del relato modernista (líder, Patria, antiimperialismo), pero cruzado con el escepticismo y el hedonismo posmo. Retoma aquello de `primero la Patria, después el movimiento y por último los hombres`, pero sabiendo que el sacrificio humano dejó de ser gratuito.

Cristina no es una líder del modernismo como Perón, ni del posmodernismo como Menem. Representa a un sector hipermoderno que tamiza las creencias absolutas de los 70 con el individualismo de los 90. Están insatisfechos con una fiesta global posmoderna que no resultó como se esperaba.

Los beneficios no derramaron para todos, se añoran las identidades nacionales y aparecen nuevas amenazas a la seguridad individual y colectiva. La historia no finalizó y el futuro es incierto. La tecnología complejizó la vida y puso en jaque al trabajo. Las comunicaciones y las redes sociales atraviesan a todos los sectores y vuelven más difusos sus límites.

La hipermodernidad navega en esa revolución de las alianzas sociales y políticas tradicionales y convive, como en ninguna otra era antes, con dos nuevas clases sociales que ni el capitalismo ni el marxismo tuvieron en cuenta. La clase estatal. En la Argentina del último medio siglo siempre fue importante el sector de trabajadores vinculados con el Estado nacional, provincial y municipal. Pero sus cantidades y proporciones son cada vez mayores. En los 70 sumaban 1.300.000 personas (5,8% de la población). Hoy la cifra del total de empleados públicos varía según quién la audite, pero para la Asociación Argentina de Presupuesto (ASAP) rondaría los 3.900.000. Un 8,8% de la población. Según datos oficiales, en algunas provincias (Corrientes, Chaco, Santiago del Estero, Jujuy, La Rioja, Catamarcay Formosa), la mayoría de su población trabaja para el Estado.

La estatal es una clase que se caracteriza por su dependencia de un empleador político. Por eso los cambios de signo en las administraciones estatales suelen ser resistidos por el temor a perder el vínculo laboral. En términos electorales significa que los votos de la clase estatal suelen ser conservadores del statu quo vigente, cualquiera sea.

La otra característica de esta clase es que en su interior conviven sectores económicos muy distintos, empleados de $ 20 mil con funcionarios que ganan diez veces más, sin contar lo que pueden sumar de forma ilícita. Por eso en los pasillos de los ministerios se mezclan empleados que viven en villas con otros que habitan mansiones.

El kirchnerismo se nutre de esta clase estatal que históricamente estuvo cerca de quien más la hizo crecer, el peronismo. Pero con los gobiernos de Néstor y Cristina esa planta se duplicó. Son millones de votos fieles con quienes les dieron un trabajo en blanco para toda la vida y temerosos de quienes amenazan con reducir su plantel. La clase marginal. Es un sector que comenzó a ser estudiado con cierta seriedad en los 60, a la par del surgimiento de barrios precarios en torno a los grandes centros urbanos. Hasta entonces, al marginal o `lumpen` se lo relacionaba con personas con problemas mentales o simples delincuentes.

Pero el crecimiento exponencial de asentamientos precarios, miseria, diferencias económicas, una sociedad de consumo tentadora y lejana, más un narcotráfico que se presenta como solución y evasión, fueron el motor de este nuevo sector social.

Desde lo cuantitativo y político, el marginal ya no es marginal. Es una serie exitosa producida en la Argentina y replicada por Netflix.

No hay una medida cierta de qué porcentaje de población representa. Hay estudios que lo sitúan en un 19%, pero en general se mezcla al marginal con el indigente. Y no necesariamente son lo mismo. El marginal quebró todos sus lazos sociales de convivencia.

Políticamente, son personas que pueden funcionar como mano de obra barata de los punteros. Para tareas que van desde ir a actos públicos a acciones delictivas. El combo de violenciadroga-dinero-política es el caldo de cultivo de un sector que tiene poco para perder.

El kirchnerismo abreva en esta marginalidad organizada por punteros que creció y convivió durante doce años con sus gobiernos. No es un sector al que las coimas o los aprietes le generen conflictos éticos.

Pero no son los únicos votos que conforman ese alto porcentaje de adherentes indemnes a cualquier denuncia contra Cristina. Clases bajas y medias. Entre ellas están los que comprueban en sus bolsillos que con ella estaban mejor. Son pragmáticos. Integran el porcentaje que en las encuestas responde que los Kirchner son corruptos, pero que igual votarían a Cristina. No creen que la corrupción sea buena, pero les parece peor no poder vivir dignamente.

Y están los sectores medios, mediosaltos (profesionales, comerciantes, intelectuales) que la siguen apoyando por dos motivos. La mayoría, según un sondeo aún no difundido de una de las consultoras más prestigiosas, lo hace porque no cree en las denuncias. Dicen que es una patraña armada por macristas, jueces y medios.

A estos se les agregan quienes aceptan la corrupción como un mal necesario de un país que no tiene blanqueado su sistema de financiamiento partidario. Y los que piensan que fue Néstor el responsable, no Cristina.

Todos esos sectores que integran el tercio de población que volvería a votarla sin prestar atención a las denuncias de corrupción tienen historias y motivaciones distintas a una mayoría que la repudia. Representan ese `otro` al que la grieta impide reconocer su existencia y razones. Pero son producto, ellos y los demás, del mismo país y de los mismos fracasos.

Entre quienes la apoyan, pese a todo, aparecen dos nuevas clases: la estatal y la marginal También están los que antes vivían mejor y los que no creen en las denuncias.

El 25% del voto K cree que ella es corrupta. Un 20%, que debería ir presa.

Publicado en Perfil el 19/08/2018

Semana negra de CFK: Asedio judicial

Cristina enfrenta su causa más pesada. El operativo `fue Néstor` y la noche que pasó junto a su hija. ¿Acercamiento con el Papa?

Los que la vieron dicen que ella está bien. Entera, tranquila. Que esta es una batalla más de una guerra que empezó en el momento en que dejó el poder. `Lamentablemente está acostumbrada`. Aseguran que el escándalo que destapó el chofer Oscar Centeno ni siquiera alteró su rutina, salvo por la noche del lunes, el día en que fue a declarar ante el juez Claudio Bonadio, y luego durmió en la casa de su hija Florencia en Constitución para evitar los flashes, y un viaje al Sur que tenía programado y que tuvo que cancelar.

Sin embargo, hay una novedad interesante, que en el pasado se había asomado pero ahora toma forma y vuelo en el entorno de Cristina Kirchner: el operativo `fue Néstor`. Ni los muertos descansan en paz en la Argentina encuadernada.

El 2018 fue un año movido para el país y también para la líder de la oposición. De perder en las elecciones con un ignoto Esteban Bullrich a un entusiasmo con la caída de la imagen de Macri y de los suyos que perdura, a pesar de las esquirlas del Chofergate. `En nuestras encuestas no bajamos del 35% de intención de voto, este show mediático y judicial apenas nos rayó una puerta`, aseguran desde La Cámpora, donde en estos días hacen gala de pintadas `anónimas`, que aparecieron en paredes de varios puntos del país, donde bancan a la jefa. Los números que no vienen de ellos marcan otra cosa: según una encuesta de D´Alessio y Berensztein, el 56% de los consultados piensa que CFK debe ir presa, y según la consultora Synopsis el 49% de las personas creen en la veracidad de los cuadernos, contra un 33% que hace lo contrario.

En el círculo de Cristina también hay internas sobre la existencia y el alcance de una `asociación ilícita` alrededor de la obra pública durante el gobierno K. A diferencia de los otros escándalos judiciales que la persiguen, el vuelo que tomó esta causa destapó una pelea que viene desde que La Cámpora empezó a ganar poder en ese entorno: la grieta entre la vieja guardia `santacruceña` y la nueva. `Esta red la armó Néstor con De Vido. Se quedaban con un vuelto para hacer política, pero a Cristina eso nunca le gustó y cuando murió ´el Pingüino´ se peleó con Julio por esto. Las coimas en la obra pública existieron, como existieron siempre, pero CFK no tuvo nunca nada que ver y jamás tocó un peso`, aseguran muy cerca de ella. Aceptar tremen- HAY QUE SOSTENER. Desde La Cámpora organizaron `pintadas anónimas` bancando a la jefa. Casual da confesión, aunque sea con el grabador apagado, es una señal de debilidad: antes de los cuadernos ningún kirchnerista con cierto poder admitía ni un desliz por parte de los líderes. Quizá que hayan aparecido los primeros arrepentidos K en la Justicia -Claudio Uberti, del ministerio de De Vido, y Abal Medina, aunque no la involucró directamente a CFK-, haya tenido algo que ver con la revelación. Según esta lógica, el fallecido ex presidente sería el armador de la red de corrupción, y Cristina una inocente víctima de los pecados de su marido. Lástima que Néstor no está para defenderse.

Al menos Cristina tiene algo para festejar: logró dejar sin quórum la sesión del Senado que debatía el allanamiento a su departamento en Recoleta, R leta y de paso le asestó un golpe a Miguel Pichetto, un enemigo acérrimo. El jefe del bloque del PJ sólo logró llevar ocho de sus veinte senadores al recinto. `El bloque está como lo ven, en un momento difícil`, admiten cerca del estratega peronista. ¿Votarán un futuro desafuero, como pidió Bonadio? `Sólo si hay sentencia firme`.

DIOS LOS CRÍA. En el entorno de Cristina juran que ella no quiere presentarse como candidata el año que viene aunque, si la patria lo demanda, no tendría otra opción. `Prefiere disfrutar de sus nietos, es una señora grande`, aseguran cerca de ella. Sin embargo CFK viene sumando apoyos políticos: el lunes fue a Comodoro Py junto a Juan Grabois, líder social muy cercano al Papa con el que hoy ella tiene diálogo directo, y Eduardo Valdés, ex embajador K en el Vatican Vaticano y gran gestor del acercamiento i to entre ent la ex presidenta y Hugo Moyano. La presencia de los vaticanistas, junto al discurso que dio Cristina el día de la votación de la ley del aborto -donde pidió cuidar a la Iglesia-, sumadas al pésimo momento en la relación del Gobierno con la Santa Sede, alimentan la idea de que el Papa la sigue viendo con buenos ojos.

Además, CFK se volvió a juntar con Ricardo Pignanelli, de SMATA, Gabriel Mariotto, ex vicegobernador de Scioli, Alberto Fernández, ex jefe de Gabinete, Héctor Dáer, de la CGT, Gerardo Zamora, gobernador de Santiago del Estero, Emilio Pérsico, del Evita, y De la Sota. Hay equipo: sólo falta que ella siga en libertad.

Publicado en Noticias el 17/08/2018

Encuesta sobre el cuaderno de las coimas: el 70% cree que “solo algunos” irán a la cárcel

La mayoría de los entrevistados consideró que la plata entregada a exfuncionarios K fueron tanto sobornos como dinero que se destinó a las elecciones.

Una encuesta reveló que casi nadie confía en que la coartada que utilizaron los empresarios en la investigación de Los cuadernos de las coimas sea cierta, pero aún así la mayoría seguirá en libertad. Nombres de peso de la construcción como el primo de Mauricio Macri y ex dueño de la constructora IECSA, Ángelo Calcaterra, y Juan Carlos De Goycochea, de Isolux, le dijeron al juez Claudio Bonadio que la plata que pagaron a exfuncionarios kirchneristas eran para aportes de campaña.

Sin embargo, solo el 5% de los encuestados cree que la participación de los empresarios fue para la campaña electoral kirchnerista. Para la mayoría (47%) tuvo que ver con ambas: aportes y coimas. De ese porcentaje, el 58% de los entrevistados dijo simpatizar con Cambiemos y el 36% con el Frente para la victoria. Hubo un 38% que consideró que la plata era solo de coimas. El dato se desprende de una medición online que la encuestadora de investigación de mercado D’Alessio IROL y la consultora de análisis político Berensztein.

El estudio se hizo en base a una muestra de 823 encuestados mayores de 18 años de todo el país. Otro dato llamativo es que, tras conocerse el escándalo de corrupción que investiga un circuito de cobro de coimas a empresarios del sector energético y la obra pública durante el kirchnerismo, el 52% piensa que el pago de sobornos para construir con el Estado continuará. Por el contrario, solo el 5% cree que desaparecerá.

Desde octubre del 2017 hasta hoy trepó 20 puntos el porcentaje de argentinos que considera que Cristina Kirchner debería ir presa. Así, el 56% de los entrevistados respondió que la expresidenta tendría que ir a la cárcel; contra el 38% que opina lo contrario y un 6% que optó por el “no sabe/no contesta”. El dato contrasta con los de un año atrás, cuando solo el 36% pensaba que debía ir presa.

Por otro lado, el 46% consideró que la exmandataria no fue la organizadora de la red de sobornos durante su gobierno el de Néstor Kirchner: mientras que para el 31% sí y para otro 26% lo fue, pero parcialmente.

También, el 70% de los encuestados pronosticó que solo algunos de los involucrados serán condenados; contra el 19% que sostuvo que no habrá condenas para nadie y el 8% para todos.

La principal prueba con la que cuenta la Justicia sobre la presunta red de sobornos a través del Ministerio de Planificación que manejaba Julio De Vido y que habría empezado bajo las directivas del exprisidente Néstor Kirchner son los cuadernos que escribió Oscar Centeno, exchofer del entonces secretario de Coordinación en Planificación Roberto Baratta.

El chofer registró durante casi diez años los recorridos que hacía a bordo de un auto oficial. En esos trayectos habría trasladado plata proveniente de coimas de empresarios del sector energético y de la obra pública que iban a parar a los bolsillos de funcionarios K. De acuerdo a la investigación a cargo del fiscal Carlos Stornelli, la trama involucraría U$S 160 millones.

Los apuntes se hicieron en cuadernos escolares y registran todos los detalles de los viajes, con menciones de exfuncionarios, contratistas de empresas, dominios de autos y montos de plata.

En los documentos se registran más de 30 domicilios, entre ellos el departamento que Cristina tiene en Recoleta. Era en ese lugar donde se habrían entregado parte de los sobornos a Daniel Muñoz (exsecretario de Néstor Kirchner, que murió en 2016).

Publicado en TN el 13/08/2018

El 60% de los argentinos cree que el escándalo de los cuadernos estuvo planificado

Así lo reveló un informe elaborado por Eduardo D’Alessio y Sergio Berensztein. Según los consultores el país “está dividido”.

Un informe de opinión pública dejó en evidencia qué cree la gente sobre la causa por los cuadernos que salpica a ex funcionarios y empresarios vínculados al poder.

Se trata de una encuesta que realizaron los consultores Eduardo D’Alessio y Sergio Berensztein en la que concluyen que “hay un país dividido y subdividido”.

“El país está dividido y subdividido, porque al analizar las respuestas de quienes votaron al Frente para la Victoria, puede ser subdividido en kirchneristas puros y los adoptivos, y en muchas cosas, los adoptivos tienen comportamientos más parecidos al de Cambiemos”, afirmaron.

Según el informe, el 62% de los encuestados cree que la causa de los cuadernosfue algo planificado mientras que el 35% sospecha que se trató de una maniobra casual.

Además el 50% sospecha que la causa está relacionada con el manejo del Gobierno mientras que el 41% cree que fue por una decisión de la Justicia.

En cuanto a la participación de los empresario, el 38% cree que estuvo relacionada con coimas, el 5% en aportes, mientras que el 47% en ambos.

Publicado en Tres Líneas el 12/08/2018

Monitor de Humor Social y Político – Agosto

Datos pertenecientes a agosto del  Monitor de Humor Social y Político, que D’Alessio IROL efectúa en forma continua junto a Berensztein®.

 
El Gobierno no ha logrado revertir la tendencia del año
  • Los sucesos económicos recientes podrían haber incidido en un leve crecimiento de la visión negativa sobre el presente. Se detuvo la caída del optimismo, aunque se estabilizó en un nivel bajo en relación a meses anteriores.
  • La gestión del Gobierno sigue siendo aprobada por la mayoría de sus votantes, pero avanza el número de desilusionados. El rechazo se mantiene firme entre opositores.
  • La variables económicas (inflación, aumentos tarifarios, presión impositiva) continúan como la principal preocupación de los argentinos.  La inseguridad se mantiene ocupando un lugar relevante. Señalan la corrupción tanto de la gestión actual como de la anterior, con énfasis en una u otra según posicionamiento político.
  • Los proyectos personales que implican gasto de dinero se mantienen vigentes pese a los cuestionamientos sobre la economía nacional. Expresan capacidad de solventarlos con ahorros propios, sin necesidad de incurrir en un gran endeudamiento.
  • La economía, así como las noticias en torno a casos de corrupción, habrían impactado negativamente en la imagen general de los políticos. Vidal sigue diferenciándose del resto. Junto con Carrió y Macri, registran una alta valoración entre cercanos a Cambiemos. Los electores opositores valoran a Fernández de Kirchner, pero tienen sus detractores aun dentro de este grupo de votantes.

Informe completo: El Gobierno no ha logrado revertir la tendencia del año

Bullrich defendió los cambios en las FF.AA.

La ministra destacó el papel que las Fuerzas Armadas pueden tener en la lucha contra el narcotráfico en el norte. Aseguró que, en ese aspecto, el kirchnerismo estaba “flojo de papeles”.

Uno de los temas de la semana fue el cambio que impulsó el gobierno de Mauricio Macri para las Fuerzas Armadas, que quedarían habilitadas para actuar contra el terrorismo y el narcotráfico, y que recibió duras críticas por parte de sectores opositores, especialmente desde el kirchnerismo.

Por eso, la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, salió a defender el nuevo rol del de las FF.AA y aseguró que el kirchnerismo las movilizó sin una reglamentación que lo permitiera.

Una encuesta de la consultora D’Alessio IROL y Berensztein revela que la mitad de los argentinos rechaza la reconversión dispuesta por Macri mientras que la otra la apoya. El punto en común: la preocupación por la inseguridad.

 “La sorpresa es que el kirchnerismo critique esto cuando ellos tuvieron a las FF.AA. en las fronteras con un instrumento jurídico más endeble que el tenemos nosotros, por eso cambiamos el decreto. Estaban flojos de papeles para llevar esos 2.000 efectivos de las FF.AA. que llevaron”, afirmó en una entrevista en el programa Aire de Noticias, de radio Mitre.

Con respecto a derogación del decreto que impedía que las Fuerzas Armadas actúen en seguridad interior, Bullrich remarcó que “lo cambiamos justamente porque el decreto de Nilda Garre era endeble”. Además aseguró que “es decisión de nuestro gobierno que las FFAA, mas allá de las tareas que les ha dado el presidente, deben poder ser parte de la democracia y no condenarlas toda la vida por algo que sucedió hace 40 años”.

Bullrich remarcó que “la tarea que ha planteado el presidente es la de un apoyo logístico en la frontera norte” y consideró que “a veces se discute por discutir y por llevarnos la contra. Nos gustaría que participen y que le den un lugar a las FF.AA para sacarlas de ese lugar oscuro, porque hoy los miembros de las Fuerzas Armadas son jóvenes que elijen estar ahí y que no tienen nada que ver con ese pasado”.

Por otro lado, Bullrich volvió a descartar un escenario de conflicto hacia fin de año y apuntó contra las “organizaciones que tienen intereses políticos”.

“No vemos ninguna posibilidad de que haya un problema social. Vemos que hay grupos políticos…lo hemos escuchado a (Luis) D’Elía esta semana en una declaración temeraria, y este tipo de cosas son agitadas desde minorías políticas pero no desde la gente”, aseveró.

Publicado en MDZ el 29/07/2018

Encuesta: la mitad de los argentinos, a favor de los cambios en las FF.AA.

Son datos de un relevamiento de la consultora Berensztein (con D’Alessio Irol), realizado durante julio.

La decisión del presidente Mauricio Macri de modificar el decreto que reglamentaba las funciones de las Fuerzas Armadas impulsó un gran debate político, que generó en la oposición duras críticas contra Cambiemos.

Hubo pronunciamientos de varios sectores del kirchnerismo, de la izquierda, y también de organizaciones de derechos humanos. Incluso, llamaron a manifestar el pasado jueves.

Pero ¿qué piensa la gente sobre el nuevo rol de las FF.AA., planteadas por el propio Macri y defendido por la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, y por el ministro de Defensa, Oscar Aguad?

Según una encuesta de la consultora Berenstein (junto a D’Alessio Irol), hoy la inseguridad es una cuestión de “importancia” para el 95% de los ciudadanos (68% dice que es “muy importante” y el 27%, “algo importante”).

Es mayor la preocupación en el segmento más afín al Gobierno nacional (85% de votantes de Cambiemos la calificó de “muy importante” vs. 50% entre seguidores del FPV), según explica el informe.

En ese contexto, el 50% de los consultados consideró que “el decreto de reconversión de las Fuerzas Armadas va a tender a mejorar el problema de la inseguridad”.

Especial: la reforma sobre las Fuerzas Armadas

Allí, está clara la “grieta” política que divide al país. En esa porción, ocho de cada 10 de los votantes de Cambiemos (82%) creen que la reconversión será útil, algo que comparten dos de cada 10 (18%) votantes del kirchnerismo.

Mientras que, entre los que dicen que no servirá para nada, el porcentaje es casi simétrico: 1,5 de cada 10 votantes de Cambiemos (14%) contra casi ocho de cada dos (77%).

Sin título

Publicado en La Voz del Interior el 29/07/2018

La obsesión eterna con los militares

Alemania, Italia y España pudieron exorcizar sus horripilantes fantasmas militares del pasado, inigualablemente mortíferos, sin que sus actuales Fuerzas Armadas tengan que cargar esos pavorosos crímenes en sus espaldas para siempre.

Pero en la Argentina eso es del todo imposible: los fantasmas que derivan de la última dictadura militar tienen mayor entidad que los del nazismo, el fascismo y el franquismo. Los crímenes cometidos, para colmo, en nombre del Estado, entre 1976 y 1983, no llegaron, ni de lejos, a las dimensiones colosales de aquellos, pero es aquí, y no en Europa, donde nos quedamos empantanados con ese trauma. Es obvio que víctimas y deudos de ellas lo sufrirán de por vida. En esos casos, solo cabe la solidaridad, la comprensión y el reclamo legítimo de que la Justicia actúe hasta las últimas consecuencias.

Pero el resto de la sociedad debe hacerse cargo de resolver el tema y dar vuelta la página, lo que no quiere decir olvidar ni justificar ese capítulo negro de nuestra historia contemporánea. Por las declaraciones impetuosas y el acto de los últimos días frente al Ministerio de Defensa, eso parece estar muy lejos de suceder porque persiste una perversa “zona de confort” política que consiste en revolver continuamente esa herida antigua para impedir su cierre definitivo.

No bastó con que los máximos responsables de la represión estén presos o hayan muerto en cautiverio; no bastó con que se mantenga en un inaudito limbo eterno de prisiones preventivas que duran décadas a muchos otros militares “por si acaso”; no bastó con que se haya reducido a las Fuerzas Armadas a una mínima y casi humillante expresión y se las tenga arrumbadas en un rincón para nada. Y no son pocos 70.000 efectivos, que el actual gobierno pretende reducir a 50.000, al tiempo de llevar adelante un cambio profundo de paradigma, en una tarea que por lo menos demandará tres años, para volverlos eficaces frente a los nuevos peligros foráneos (ciberterrorismo, narcotráfico, terrorismo islámico, pesca pirata, etc.), que ya no pasan por guerras convencionales con países vecinos, al menos en nuestra región.

Mauricio Macri apeló a un decreto para reponer el espíritu de la ley original de Defensa, de 1988. Es que en 2006 el que se atrevió con un decreto a toquetear y empeorar a ese verdadero monumento al consenso democrático votado por todas las fuerzas políticas fue Néstor Kirchner, con el auxilio de Nilda Garré. Eliminarlo con el mismo procedimiento puede que no sea lo ideal y hasta se entrevé cierta cuota de malicia (¿involuntaria?) por parte del Presidente.

Cristina Kirchner directamente le pasó por encima a ese texto alumbrado en la primavera alfonsinista cuando nombró a César Milani al frente del Ejército, hoy preso por violación de los derechos humanos, y al que intentó encaramar al frente del espionaje interno.

Fue más que interesante la visita del exministro de Defensa de Alfonsín, Horacio Jaunarena, el jueves último al programa Terapia de noticias, que emite LN+. Allí explicó muy bien la diferencia sustancial de labores entre cuerpos de seguridad (policías, Gendarmería, Prefectura) y Fuerzas Armadas. El objetivo de las primeras, recordó, es disuadir; la meta de los militares, en cambio, es destruir al agresor externo. De allí, la tragedia desatada cuando apuntaron sus armas hacia adentro y es lo que se debe evitar a toda costa que vuelva a suceder. Pero eso no ocurre, por lo menos, desde hace 35 años. La última asonada carapintada, en diciembre de 1990, cuando ya gobernaba Carlos Menem, fue aplastada por los militares leales que defendieron la democracia.

También debe evitarse que se vuelva a constituir el “partido militar”, que allanó el camino al poder de fuerzas conservadoras en distintas etapas y que en 1945, en un giro copernicano, parió al peronismo.

Pero, asimismo, es menester dar vuelta la página -que tampoco significa liberar a nadie que deba purgar su pena- para que la causa de los derechos humanos no sea objeto de constante manipulación política y pueda ampliar su campo de acción hacia otros aspectos sobre los que no presta atención.

El periodista Martín Granovsky, que en Página 12 apeló a un título desafortunado por lo tremendista -“Macri nos lleva a la muerte, 30 años después”-, pareció recuperar cierta cordura en una parte de su artículo, lo que debe haber fastidiado a buena parte de su feligresía, al apuntar que “un general de 55 años tenía 13 años, en 1976”.

Aquí también la grieta se expresa en toda su dimensión: según una encuesta reciente de D’Alessio IROL/Berensztein, ocho de cada diez votantes de Cambiemos creen que la reconversión de las FF.AA. será útil, pero solo dos de cada diez seguidores de Cristina Kirchner piensan lo mismo.

Hoy, los kirchneristas, que callaron ante Milani y el Escudo Norte (certezas), son los que se rasgan las vestiduras por lo que Macri pudiera llegar a hacer con los militares (suposiciones). Necesitan soñar despiertos pesadillas a medida (los militares reprimiendo conflictos sociales) para confirmar así sus peores presunciones sobre el Gobierno. Es un deseo paradójico y vehemente en el que se potencian con la izquierda, siempre dispuesta a ser funcional para contribuir a los malestares reales o imaginarios.

Resulta absurdo que fuerzas políticas más serias se pongan de acuerdo para derogar en el Congreso un decreto que pretende anular otro para volver al texto original firmado por el padre de la democracia.

Publicado en La Nación el 29/07/2018

Uno de cada cuatro votantes de Cambiemos cambió su mirada sobre Vidal por el caso aportantes

El escándalo de los aportantes truchos impacto en la imagen de la gobernadora bonaerense, quien pidió que la Justicia aclare de dónde provino el dinero.

Una encuesta realizada muestra que 1 de cada 4 consultados cambió marcadamente su opinión sobre la gobernadora bonaerense, María Eugenia Vidal, luego de que El Destaperevelara que Cambiemos utilizó la identidad de personas que son beneficiarias sociales para declarar aportes truchos.

De acuerdo a una encuesta realizada por las consultoras D’Alessio IROL y Berensztein, la percepción mayoritaria de que los manejos poco transparentes de los fondos de campaña se extienden a todo el arco político. “Esta sospecha se da en casi la totalidad de los seguidores de Cambiemos y también la asumen 3 de cada 10 simpatizantes del FPV”, concluye el estudio.

“Entre el grupo más afín a Cambiemos, el impacto fue de un 23%, con distintos grados de intensidad”, agrega el estudio.

Hace más de un mes, El Destape reveló que Cambiemos utilizó la identidad de beneficiarios sociales para justificar los aportes de su campaña legislativa en la provincia de Buenos Aires en 2017.

Tras la revelación aparecieron cientos de nuevos casos en los que figuran monotributistas, trabajadores y hasta jubilados.

Los mismos funcionarios, ex candidatos, intendentes y concejales de Cambiemos denunciaron que no aportaron dinero a la campaña como hizo figurar el partido ante la Cámara Nacional Electoral.

Publicado en El Destape el 28/07/2018

Stanley confirmó que “Macri va a ir por la reelección” en 2019

La ministra de Desarrollo Social aseguró que “nunca estuvo en duda” la candidatura del Presidente en los próximos comicios. Admitió que entre los aportantes truchos hay afiliados al PRO.

En medio de la tormenta económica y el escándalo por los aportantes truchos, la ministra de Desarrollo Social, Carolina Stanley, confirmó que el presidente Mauricio Macri “va a ir por la reelección” en los comicios de 2019.

“La reelección del Presidente está clara, vamos a dar la pelea el año que viene. Va a ir por la reelección. Nunca estuvo en duda. Estoy tranquila de saber y poder decir que Macri va a ir por la reelección”, declaró Stanley durante una entrevista en CNN en Español.

De esta manera, la funcionaria intentó despejar las dudas sobre las candidaturas del oficialismo en medio del malestar por la situación económica y el ajuste que pide el FMI.

Lo cierto es que el descontento por la situación económica y el pesimismo sobre el futuro golpean con fuerza en la imagen que la opinión pública tiene del presidente Mauricio Macri.

Un sondeo de Grupo de Opinión Pública que mide el Humor Social asegura que éste alcanzó en mayo un nivel de 62,3% negativo y 37,3% positivo. Se trata de los picos más alto y bajo, respectivamente, desde enero de 2016.

En tanto, un informe de D’Alessio Irol marcó que en junio la gestión alcanzó un máximo de 61% de desaprobación y un piso de 36% la aprobación. Es la brecha más grande entre las curvas desde que comenzó el ciclo Macri.

En otro orden, se refirió a las denuncias por aportes truchos para las campañas de Cambiemos en las elecciones  de 2015 y 2017. “No tenemos nada que esconder”, aseguró aunque admitió que entre los nombres señalados hay afiliados al PRO.

“Se corrió a la contadora que se ocupó del tema y la Justicia va a investigar”, afirmó la funcionaria de Macri. Además, dijo que “pone las manos en el fuego por María Eugenia Vidal”.

Publicado en Letra P el 25/07/2018