ENCUESTA DEL INSTITUTO PARA EL DESARROLLO EMPRESARIAL DE LA ARGENTINA (IDEA)
El primer semestre no fue como esperaban. La crisis del tipo de cambio los sorprendió, pero ahora tienen un optimismo moderado para la segunda mitad del 2018. Confianza en el acuerdo con FMI. O La crisis del dólar que comenzó en abril de este año, y su antecedente inmediato, el cambio de las metas de inflación que anunció el Gobierno el 28 de diciembre, no entraba en las previsiones de nadie. Tampoco lo esperaban los socios del Instituto para el Desarrollo Empresarial de la Argentina (IDEA) quienes según muestra una encuesta realizada por la consultora D’Alessio Irol se equivocaron al proyectar el inicio del 2018. La consulta hecha entre 230 cuadros directivos de empresas socias de la entidad, revela que a fines del 2017 imaginaron un primer semestre entre `mejor` y `mucho mejor` que la segunda mitad del año pasado. Pero en realidad, transcurrido el período fueron vueltos a consultar y dijeron que resultó entre `peor` y `mucho peor`. En cifras, en una escala de 0 a 100 donde SO puntos significa que no hay cambios, pensaron que entre enero y junio de este año la situación iba a ser de7Spuntos, pero en realidad, fue de 31 puntos.
Ahora, el 4% de los consultados cree que el segundo semestre va a ser mejor; el 47% moderadamente mejor, el 24% cree que va seguir todo igual, el 18% cree que va a ser moderadamente peor y el 7% mucho peor. Según indica el informe de la consultora existe entre los empresarios de IDEA un `moderado optimismo`, tal vez, en la línea de las promesas hechas por el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, y su par de Producción, Dante Sica, de que este año va a terminar con la economía en crecimiento. `Los ejecutivos consultados sostienen una percepción adversa de la situación económica nacional del primer semestre. Sin embargo, confían en una mejora para el resto del año`, señala el informe entre sus conclusiones.
Los empresarios creen que la economía se encamina hacia una recesión corta. Lo inquietante de esta encuesta, que se lleva a cabo desde hace más de 20 años, es que la perspectiva de los consultados empieza a fallar en los períodos de crisis económicas. Mientras las cosas marchan más o menos bien, las evaluaciones sobre el semestre que vendrá y lo que ocurre después coinciden. Pero cuando hay es cenarios complejos parecen entrar a jugar los propios deseos de los participantes. Por ejemplo, durante todo el período que va desde la depresión económica del 2000, la salida traumática del 2001 y la recuperación posterior, las evaluaciones fueron todas equivocadas. Se pensaban escenarios mucho mejores de los que fueron en realidad. Hubo períodos de coincidencia entre 2004 y 2011, y luego se comenzaron a abrir nuevamente. En 2015 las proyecciones y las evaluaciones se volvieron a juntar, hasta ahora, cuando las divergencias fueron muy notorias, de 44 puntos.
Los que son optimistas sobre el segundo semestre basan su perspectiva en el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), en la declaración de la Argentina como mercado emergente, en la apertura internacional y en la devaluación que genera competitividad a las exportaciones. En cambio, los que son pesimistas fundamentan su estado en que no se logra controlar la inflación, en la devaluación, y la caída de la actividad, como los tres principales motivos.
Por caso, el informe señala que `las modificaciones cambiarías contribuyen a mejoras en las expectativas de exportaciones: 43% de las empresas que exportan consideran que verán incrementos en esta actividad`.
En cambio, se desmoronan las expectativas de ventas en el mercado interno: 34% creen que subirán entre mucho y moderadamente, 25% piensa que no habrá cambios, y 41% que caerán. El resultado entre respuestas positivas y negativas fue de -7, mientras que el año pasado había sido de+75. `Los ejecutivos sostienen una percepción adversa de la situación económica del primer semestre`.
Publicado en Ámbito el 11/07/2018