Pico de optimismo empresarial en IDEA

La encuesta del Coloquio mostró indicadores en niveles históricos

MAR DEL PLATA.- Hace un año, todavía en vísperas de las elecciones, el cambio de humor era notorio. “Cualquiera que gane significará un desahogo ante lo que se sufrió con el kirchnerismo puro”, decían a LA NACION.

Esta vez, las flechas de los indicadores de optimismo entre empresarios vuelven a apuntar hacia arriba, de tal manera que alcanzaron niveles récord en casi dos décadas.

La encuesta de medición de expectativas de ejecutivos difundida ayer en el 52° Coloquio de IDEA destaca que dos de cada tres de los consultados aprobaron el desempeño económico del inicio de la gestión de Mauricio Macri y que ocho de cada diez auguraron aún mejores condiciones para 2017.

La evaluación es positiva en casi todos los rubros vinculados con los negocios y hace notar fallas notorias sobre todo en cuestiones coyunturales.

El principal tirón de orejas es por las dificultades en la instrumentación de tarifas; casi a la par, los problemas oficiales de comunicación y, cerca, el repetido mecanismo de prueba yerror que permitió ajustes pero a costa de mellar la confianza en el Gobierno.

La tradicional medición del estudio D’Alessio Irol mostró un pulgar en alto en rubros sensibles como la inversión y el empleo. Confiados en la posibilidad de mejorar sus ventas, el 57% de los hombres de negocios admite que volcará ganancias a capital de producción y un 45% estima que incorporará mano de obra en los próximos doce meses.

“Más que en lo particular, los motivos pasan por el clima y la expectativa por los cambios macro que se están dando”, describió el economista Luis Secco, que admitió su sorpresa por los altos índices de la encuesta.

Con datos recabados entre 196 ejecutivos asociados a IDEA, la consultora puso a prueba la evaluación económica del último semestre y la proyección de expectativas para el siguiente. El 51% consideró que lo ya recorrido fue “moderadamente mejor” y un 14% “mucho mejor” a lo esperado, en tanto un 24% se repartió entre “peor” y “mucho peor”. Los indicadores y la brecha crecen al medir lo que viene: el 78% espera mejoras y sólo un 8% es pesimista.

La eliminación del cepo (elogiado como principal acierto), acuerdo con holdouts, mejoras económicas y reingreso al mundo son los argumentos de los que aprueban lo realizado. Los rechazos se sustentan en la retracción al consumo, la competencia de productos importados, la inflación, la suba de tarifas, el déficit fiscal y los despidos.

En esa balanza es que Eduardo D’Alessio valoró el peso de aprobaciones en valores inéditos. “La recuperación de expectativas es de 72% y es récord en 18 años de nuestras encuestas”, aseguró. El pico anterior había sido de 69% en 2003.

Es cierto que el optimismo que en la encuesta huele a euforia es una apuesta. Así ocurrió en la medición anterior, de junio, cuando la expectativa inicial había tocado 68% y cayó a 64% cuando se midió la satisfacción sobre lo sucedido entre ese mes y la medición presentada ayer.

A los ejecutivos se los sondeó sobre objetivos y perspectivas a 12 meses en cuatro rubros: ventas, inversión, exportaciones y empleo. En todos los casos -y en ese orden- el balance (diferencia entre optimismo y pesimismo) fue positivo. En el primero, 80% vislumbra mejoras y apenas 7% se prepara para algo peor. La mitad arriesga que crecerán sus chances de colocar producción en el exterior.

La mirada positiva hacia el futuro inmediato -quizás apuntalada por el dinero adicional que llegaría a los bolsillos de la gente con el bono de fin de año y la reducción en el impuesto a las ganancias en el aguinaldo- contrasta con algunos tropiezos que se advierten en estos últimos meses, sobre todo por la retracción en las ventas. El 44% de las empresas (en su mayoría industrias) reconoce que está operando con 50 a 70% de su capacidad. El 37% (en este caso con prevalencia del sector servicios) lo hace al 85% y apenas un 19% está al límite de sus máximas posibilidades.

Con mayor confianza que la plasmada en la medición de junio, más de la mitad de los encuestados confía en mejorar su rentabilidad y, en niveles comparables en lo inmediato a 2010, se eleva a 13 puntos el porcentaje de facturación anual que prevén destinar a inversión. “Sube la cantidad de empresas que invertirán y también el monto”, apuntó Secco.

En la rama soft, nuevos productos y capacitación son destino priorizado para inversiones en industrias; en tanto desarrollo de tecnologías y software pesan más en el sector de servicios. Incorporación de maquinaria está a la cabeza de la industria y equipamiento informático en servicios.

A los ejecutivos también se les pidió abrir el abanico más allá de sus negocios. Al tope volvieron a ubicar la educación. Pero esta vez se fortaleció la inquietud por la seguridad y la Justicia, en pleno repunte, además de la preocupación por la contención social y el narcotráfico.
Del editor: ¿qué significa? Sin negar los problemas actuales ni futuros, los empresarios siguen apostando a que el año próximo la economía logrará recuperarse.

 

2285485h765

El gen del hincha cordobés en números

Una encuesta realizada por la empresa D’Alessio Irol reveló varios aspectos acerca del perfil del “hombre del tablón”. El 84 por ciento se reconoció fanático de alguno de los clubes de la provincia.

¿Qué sería de un club sin el hincha? Una bolsa vacía. El hincha es el alma de los colores. Es el que no se ve, el que se da todo sin esperar nada. Eso es el hincha… Eso soy yo”, decía en 1951 Enrique Santos Discépolo personificando al “Ñato” en la película El hincha, un film clásico que intentó desentrañar ese personaje que puebla las tribunas de las canchas de fútbol.

D’Alessio Irol hizo una encuesta que descubre al hincha en su esencia. La empresa realizó un iné­dito estudio sobre el hincha del fútbol cordobés, dejando al descubierto algunos perfiles siempre reconocidos, aunque nunca medidos. El trabajo exclusivo, realizado sobre 7.311 usuarios de Facebook de Mundo D, pinta de cuerpo entero al futbolero, en un abanico de características que el argot popular suele dar por ciertas como “verdades de perogrullo”. El sondeo relevó a personas de ambos sexos y las dividió en sectores etarios.

Dentro del trabajo, tres de los datos arrojaron resultados por demás contundentes, que no dejan margen alguno para la polémica. El primero es el referido al origen del fanatismo por los colores que, como era de esperarse, reflejó la tradición familiar de la herencia.

El 72 por ciento de los sondeados reconoció a su padre, abuelo o hermano como responsable del amor por una camiseta. La cifra deja en elocuencia que ese vínculo (el familiar) es mucho muchísimo más fuerte que el de la amistad, por ejemplo, que arrojó solamente un seis por ciento de opciones de elección de los colores. Un poco más influyente resulta la proximidad con el club en cuestión durante la infancia, ya que el 12 por ciento aseguró que frecuentaba la institución desde niño.

Otro aspecto especialmente marcado es el referido a la cuestión geográfica y de identidad. El 84 por ciento confesó simpatía con algunos de los clubes cordobeses, dejando reducido a un escaso 16 por ciento las preferencias por clubes de órbita nacional. Entre ellos, Boca Juniors, con el seis por ciento, lidera el ranking de preferencias entre los no cordobeses.

El tercer punto indiscutible es un fenómeno relativamente moderno y que deja en evidencia el estado de exacerbación del hincha respecto de sus principales contrincantes.

El fanatismo extremo, muchas veces comprobables en los foros de discusión de las noticias del portal de Mundo D, se reflejó claramente en a la hora de rescatar la característica más valorada de su principal rival.

La opción “nada” fue la más votada con un 63 por ciento, seguida por un tibio reconocimiento a “la trayectoria” (15%), “la calidad de sus jugadores” (10%) y “la actitud para dar vuelta un partido” (6%). Está por demás claro que, aquellas postales de los 70/80, con las hinchadas unidas gritando el tradicional “Cor-do-bá, Cor-do-bá” cada vez que algunos de los equipos de la Docta marcaba un gol, es cosa del pasado. Lamentablemente, la rivalidad elevada a la máxima expresión ganó la partida por goleada.

010_[Suplemento-MundoD]1

El perfil del hincha cordobés

D’Alessio Irol desprendió del estudio ocho características que identifican al futbolero de esta provincia.

1º) El hincha cordobés se siente parte de una comunidad y percibe que el amor que demuestra por su equipo y la forma en que lo sigue y alienta es el verdadero sustento de su club.
2º) No es resultadista. El concepto de “amar a tu equipo por sobre todas las cosas” es muy fuerte. El partido es un ingrediente importante pero no el único. El hincha sigue a su equipo más allá de un resultado final o de los ju­gadores.
3º) Hincha se nace, forma parte del designio familiar y el sentimiento se forma y se mantiene inamovible desde los primeros años.
4º) Un verdadero hincha tiene que cumplir al menos con dos condiciones: desde las más pasivas, como tener la camiseta del club o conocer sus noticias, hasta seguirlo en la cancha.
5º) En Córdoba, el fútbol sigue estando asociado a los hombres, aunque comienza a incrementarse la participación femenina. Un 17 por ciento de los más de 7.000 encuestados fueron del sexo femenino y la mitad de ellas van a las canchas.
6º) El hincha cordobés sigue claramente a un equipo de esta provincia. Esta pasión es uno de los vínculos y valores que parecen poder transmitirse cada vez más de padres a hijos.
7º) Al rival se le reconoce muy poco: más del 60 por ciento no pudo mencionar alguna característica positiva de su principal adversario.
8º) Tiene una asociación marcada con cuestiones místicas. Las cábalas no tienen eficacia comprobada, pero ningún hincha se arriesga a romperlas, y la mayoría tiene alguna cuando juega
su equipo.

010_[Suplemento-MundoD]2

Fidelidad juvenil

El hecho de estar presente en la cancha para dar muestra del poder de convocatoria y estar al tanto de las novedades del club son las principales cualidades de un hincha verdadero.

Así lo manifestaron en un menú de respuestas, donde ambas características sumaron un 49 por ciento de adhesiones, aventajando a otras opciones como la de tener en el placard una camiseta de su equipo (46%), ser socio (28%) o no usar ropa con los colores de su tradicional rival (25%). Entre las respuestas recibidas, también figura una práctica habitual entre los más jóvenes: tener tatuado en la piel el escudo del club, una opción que tuvo 12 por ciento de adhe­rentes y que baja notoriamente su índice a partir de los 45 años, dónde sólo el cinco por ciento lo cree necesario.

La asistencia a la cancha es un requisito más valorado entre los jóvenes hasta 24 años (54%) que entre los mayores de 45 (41%), quienes sorpresivamente le dieron más valor al hecho de tener una casaca.

“La edad marca que ir a la cancha es más habitual a medida que son más jóvenes y, también, el iniciarse en el club. Ser más fanáticos con la ropa (conservar la camiseta y no usar los colores del equipo contrario) crece con los años”, fue la lectura que hizo la consultora.

Consultados sobre qué es lo más valorado de su equipo, el hincha no dudo en darse aires de protagonista. “El aliento permanente de su hinchada”, fue la elección del 76 por ciento de los consultados aventajando, incluso, a la historia del club, que sólo concitó el 58 por ciento. En mucho menor medida quedó aquello de “la identificación de los jugadores con su camiseta (14%) o el éxito deportivo las copas y torneos ganados (8%).

010_[Suplemento-MundoD]4

Que las hay, las hay

Es cuestión de naturaleza. Las cábalas forman parte inseparable de los deportistas argentinos. Y también de sus hinchas. ¿Cuántas veces convivimos a diario con alguna formalidad derivada de la costumbre que acompañan a los más cabuleros?

A la hora de repetir un rito en ocasión de un acontecimiento deportivo, la incidencia de edad es leve: el 66 por ciento de los encuestados hasta 24 años reconocen tener alguna, mientras que entre los mayores de 45 esa tendencia es algo menor (55%).

“La importancia de la camiseta forma parte de las cábalas y de la piel del hincha. Ponerse la camiseta es como tener el equipo en el cuerpo”, analizó el informe de D’Alessio Irol, en referencia a que la costumbre más extendida es ponerse la camiseta mientras dure el encuentro del club de sus amores (35%).

Otro accionar recurrente es ver el partido rodeado de las mismas personas (15%), buscar ayuda en la fe y rezar antes y durante los juegos (14%) y seguir las alternativas frente a la televisión desde la misma silla o sillón (14%).

También se extendió entre los más cabuleros la costumbre que tomó notoriedad de la mano del entrenador Reinaldo Carlos Merlo: los cuernitos. Un 12 por ciento de los participantes admitió que hacen esa señal cuando su equipo está en peligro.

Menos habituales, pero también pero también con seguidores, figuran aquellos que lo escuchan por radio siempre con el mismo relator (9%) y quienes usan invariablemente la misma ropa interior (4%). “Los hinchas tienen claro que son el sustento del equipo”, sostiene la encuestadora. Porque al fin y al cabo, como decía Discépolo, “¿para qué trabaja uno si no es para ir el domingo a romperse los pulmones en las tribunas hinchando por un ideal?”. Eso es el hincha.

 

Debate presidencial: los argentinos apoyan a Hillary Clinton

Elecciones en EE.UU.

Una encuesta correspondiente a septiembre determinó que el 86% respalda masivamente a la candidata demócrata, mientras que sólo un 7% se volcó hacia Donald Trump.

Una reciente encuesta de D’Alessio IROL y Berensztein determinó un masivo apoyo de la población que vive en Argentina hacia la candidata demócrata Hillary Clinton.

Son datos correspondientes a la medición de septiembre realizadas en forma online a 350 personas, mayores de 18 años, de todo el país.

Ante la pregunta “¿Quién le gustaría que gane”, Hillary fue la candidata elegida en Argentina con el 86%, mientras que el republicano Donald Trump cosechó solamente el 7% de los votos. El porcentaje restante se volcó hacia la opción “Me es indiferente”.

Según el comunicado difundido por la encuestadora, entre las razones por la que desean que Clinton gane las elecciones se destacan:  “porque es demócrata”, “porque es progresista” y “está inclinada a nuestra región”.

También predominaron las posiciones adversas a Trump:  “Es peligroso”, “Trump es un problema para el mundo entero”, “Es un machista xenófobo”, “Es todo lo malo del espíritu yankee”

En tanto, el 93,7% de los encuestados en el país está al tanto de las elecciones en Estados Unidos, mientras que sólo un 6,7% no se da como enterado.

Comienza la puja entre Hillary y Trump: ¿a quién prefieren los argentinos?

Se esperan cien millones de espectadores, sólo en los Estados Unidos. Es el primero de los tres debates programados. Clinton llega con una leve ventaja en las encuestas. ¿Y por casa, a cuál de los dos queremos para presidente de ese país?

Se sabe que los debates televisivos tienen una larga tradición en los Estados Unidos y se sabe también que pocas veces definen la suerte de una elección. Pero ante una contienda tan reñida como la de este año, la mirada de todos los analistas internacionales está puesta en el primer enfrentamiento televisado entre Hillary Clinton y Donald Trump.

“La expectación es extraordinaria. Se esperan más de cien millones de telespectadores, una audiencia equiparable a la final de la Superbowl o a los últimos episodios de series como MASH en 1983 (106 millones). A esto hay que añadir los espectadores en el resto del planeta. Porque el debate Trump-Clinton es un acontecimiento planetario”, ilustra el diario español El País

Las últimas encuestas de opinión le dan un pequeña ventaja a la candidata del Partido Demócrata, pero como la distancia entre los dos se reduce día tras día los diseñadores de la campaña de Hillary están todo el tiempo al borde de un ataque de nervios y los tres debates televisados se convierten en tres escalas claves en el camino hacia la Casa Blanca.

El millonario y xenófobo Trump llega a los debates televisados con la ventaja de ser un conocedor del medio: fue el conductor durante varias temporadas de un exitoso reality show, El Aprendiz, en que varios participantes concursan para conducir un proyecto en alguna de las compañías del empresario.

La esposa de Barack Obama, el presidente saliente, atacó ese flanco del candidato republicano. Michelle Obama dijo días atrás durante un acto en Virginia, que “ser presidente no es nada parecido a un reality show” y añadió: “No se trata de enviar tuits insultantes o dar discursos incendiarios, se trata de si el candidato es o no quien puede manejar la enorme responsabilidad de dirigir este país”.

Y continuó: “Si un candidato es errático y amenazante; si un candidato trafica en el camino con los prejuicios y los miedos; si un candidato no tiene planes claros para poner en práctica sus objetivos; si ellos faltan al respeto a sus conciudadanos, incluyendo a gente que hizo extraordinarios sacrificios por nuestro país; déjenme decirles, que ellos son así y es la clase de presidente que serán, créanme”.

Es que justamente, Trump convirtió a la campaña presidencial en su propio reality, el más importante de su vida, para llegar a dirigir la potencia más grande del planeta. Lo hizo mediante declaraciones que buscaron provocar la reacción y que le dieron prensa. Lo mismo que hace cualquier protagonista de un reality que busca sobresalir.

“La historia nos indica que, para un candidato que se encuentra a cuatro puntos, sería difícil aprovechar una excelente actuación en un debate para ganar en noviembre. Es lo que Trump necesita. Pero una ventaja de cuatro puntos significa que incluso un cambio de dos puntos en cualquier dirección es significativo. Es lo que marca la diferencia entre una noche electoral bastante cómoda para Clinton y algo mucho más incierto”, opinó el analista político John Sides.

El debate de de hoy fue programado para coincidir con el 56 aniversario del primer debate presidencial televisivo que se realizó en Estados Unidos: el mano a mano entre un joven, bronceado y relajado John F. Kennedy y un sudoroso y nervioso Richard Nixon. Está organizado en seis segmentos de 15 minutos cada uno y los tres temas que dispararán la discusión serán “La dirección de Estados Unidos”, “Alcanzar la prosperidad” y “Garantizar la seguridad de Estados Unidos”.

El debate de esta noche se realizará en la Universidad de Hofstra, a las 22 de la Argentina, y será transmitido por la cadena NBC. Durará 90 minutos y no tendrá tandas publicitarias. El domingo 9 de octubre se realizará el segundo, que transmitirán las cadenas CNN y ABC en la Universidad Washington de St Louis, Missouri. El tercero se verá por Fox News diez días después, en la Universidad de Nevada, en Las Vegas.

EN LA ARGENTINA

Según el reciente estudio Medición de Septiembre del Tracking de Humor Social y Político, que hacen D’Alessio IROL y Berensztein, a nivel local hay un “masivo apoyo de la población argentina a Hillary Clinton”

Preferencias locales.

Entre las razones por las que los argentinos desean queClinton gane las elecciones se destacan: “porque es demócrata”, “porque es progresista”, “está inclinada a nuestra región”.

Sin embargo predomina las posiciones adversas a Trump: “es el mal menor”, “Trump es peligroso”, “Trump es un problema para el mundo entero”, “Trump es un machista xenófobo”, “es todo lo malo del espíritu yankee”. Se trata de una muestra onlina a 350 personas mayores de edad de todo el país.

Cuando se pregunta las razones para votar al candidato republicano las respuestas son: “para que termine con los problemas de inmigración, “para salir del establishment”, “es sincero”, “es un cambio”, “mano dura”, “piensa primero en los americanos y después en los extranjeros”.

En septiembre se desaceleró la caída del poder adquisitivo

La actividad económica

Confianza de los consumidores

Es porque cede la inflación y así mejoran las perspectivas de gasto para las familias de cara al último trimestre.

Natalia Muscatelli

Así como el consumo masivo viene desacelerando su caída, la capacidad de compra de los consumidores también estaría registrando esa tendencia.

Al menos así lo muestra el indicador de Capacidad de Compra de las Familias (CCF) realizado por FyEConsult, que aún con datos preliminares, detectó que en setiembre, la caída fue menor a la que se registró en agosto.

En lo que va del mes, según los primeros registros de la consultora, indican que la contracción promedió 9,5%, mientras que en agosto la caída había promediado el 10,1% respecto del mismo mes del año anterior.

Según Hernán Hirsch analista de la consultora, el indicador “estaría tocando un piso”. “En parte por la desaceleración que viene teniendo la inflación, también por la relativa estabilidad en la demanda de trabajo que, por lo menos, en julio no cayó”, explica.

Es decir que la moderación en la contracción del ritmo de caída, podría ser indicativa del piso tanto para la CCF como también para las ventas minoristas, según la misma fuente.

Así como desde el Gobierno, advierten sobre “una luz al final del túnel”, según Hirsch, la capacidad de compra podría estar empezando a registrar un cierto “alivio”.

El economista Oscar Liberman, de la Fundación Mercado de Bahia Blanca, suele anticipar comportamientos de los consumidores a partir de su medición del Indice de Confianza.

Sobre el poder de compra el economista explica: “Por un lado está la inflación desacelerándose, pero además, en algunos rubros, las familias habían hecho sobreajustes por el temor de la pérdida del poder adquisitivo por el tarifazo y la inflación”.

Este freno del consumo ocurrió, según el economista, porque las medidas del Gobierno al comienzo de su gestión no daban certidumbre a las familias. “Eso paralizó a la gente frente a la actitud del gasto. Pero esa situación, podría revertirse hacia el último trimestre del año”.

Concretamente, según Liberman, ya empezó a verse la compra por “oportunidad”, en ciertos bienes durables (algunos electrodomésticos y automóviles), a través de cuotas o promociones más agresivas, comentó. “Con lo cual, cuando se relaje el consumo corriente (que todavía sigue cayendo), hacia noviembre y diciembre, es probable que la gente empiece a volcarse más certeramente a los bienes durables”, estimó.

La tibia mejora en la percepción de los ingresos también se registró en una reciente encuesta de D´Alessio Irol, en la que, quedó evidenciado que “más de la mitad de los consultados confía en que el año próximo será más próspero”.

En este sentido, ante la pregunta: “como evalúa la situación económica respecto del año pasado, en julio, el 70% de los encuestados opinó que “peor” y en setiembre, esa porción se redujo al 66%. Del mismo modo, también, quienes la evalúan que la situación económica está “mejor” pasaron del 28 al 33% este mes.

Hacia adelante, según Hirsch, “si continúa este reodenamiento de la economía es probable que siga el ajuste y el margen de recuperación del poder de compra sea relativamente bajo.

Es decir que, el optimismo que puede generar la estabilización del indicador de compra podría no traducirse en una recuperación significativa del gasto en el futuro inmediato debido a la “volatilidad tarifaria, por la anulación y posterior reposición del tarifazo que tendrá efecto alrededor de noviembre. Además, hay una “continuidad de una política monetaria con sesgo contractivo, que mantendrá acotada la disponibilidad del crédito para las familias y las empresas”.» Expectativas. El temor y los ajustes a comienzo de año contrajeron el consumo y eso ahora se disipa. Los números 9,5 por ciento fue la contracción del poder adquisitivo en septiembre según una medición de la consultora FyE Consult 33 por ciento de los encuestados en un trabajo de D´Alessio Irol dijeron que la situación económica está mejor. El mes último era 28%.

Formas y contenidos

METODO CAMBIEMOS
Sergio Berensztein
Se suman elementos a la polémica por el estilo oficial de comunicar. Campaña vs. gestión.

Comunica bien el Gobierno? ¿Existen en efecto serios problemas de comunicación, más allá de la polémica surgida esta semana en torno de la cuestión Malvinas, como para motivar un retiro por parte de los principales voceros oficiales en el emblemático CCK, la nave insignia del culto a la personalidad que caracterizó la gestión de Cristina? A menudo me preguntan sobre estas cuestiones, y confieso que no sé qué contestar.
Si me guío por los resultados, ¿cómo dudar de las virtudes de un equipo y de una concepción teórica que, desde 2005, cuando Macri fue electo diputado nacional, a la fecha sólo cosechó éxitos políticos resonantes, muchos de ellos inesperados, como la victoria de María Eugenia Vidal en la provincia de Buenos Aires? “Nos subestiman”, dijo Marcos Peña, y tal vez tenga al menos parte de razón.

Pero hay quienes sugieren que, al margen de las virtudes del “método Cambiemos”, la estrategia comunicacional del Gobierno es, por lo menos, insuficiente sino errónea: una cosa es una campaña electoral, donde el objetivo es seducir a los votantes, y otra muy diferente es comunicar actos o planes de gobierno, sobre todo en un país tan complejo, amplio y diverso (en contraste con un distrito relevante pero acotado y, sobre todo, más rico y homogéneo que el promedio del país, como la Ciudad de Buenos Aires). Respecto de los éxitos logrados por los estrategas de Macri, el contraargumento principal apunta a un conjunto de escenarios contrafácticos que sugieren que el ajustadísimo triunfo de Cambiemos tuvo mucho más de contingencia (en la ciencia política contemporánea, el concepto más aceptado y utilizado es tujes; en el país suele adquirir una connotación más gaseosa) que de planificación estratégica, incluyendo la utilización de redes sociales, mensajes esperanzadores y cosas por el estilo.

En efecto, ¿qué hubiera ocurrido si, en vez de Zannini, Cristina le hubiera dejado elegir a Scioli un compañero de fórmula más competitivo (menos tóxico), que no asustara tanto a los electores independientes? ¿Y si Randazzo hubiese aceptado ser candidato a gobernador o Domínguez le hubiese ganado a Aníbal (en los papeles, no sólo en los rumores o especulaciones de los corredores del poder)? ¿Cuál hubiera sido el nivel de participación de los voluntarios que fiscalizaron la elección presidencial si en Tucumán los comicios se hubiesen desarrollado con relativa normalidad, sin tantos escándalos? ¿Y si arreglábamos con los buitres, volvía el financiamiento, crecíamos fuerte y hasta bajaba algo la inflación? ¿Los sectores medios y medios altos, principal base de apoyo de Cambiemos, hubiesen alterado sus preferencias en un contexto sin tantos cepos ni profundiz ación del intervencionismo autárquico? ¿Acaso hubiese alcanzado Scioli una diferencia más significativa en la primera vuelta (incluso más de 40%, más 10 puntos de diferencia) de haber concurrido al primer debate televisado en la historia política argentina? ¿Y si la campaña duraba una semana más, la tradicional propaganda negativa del FpV hubiera tenido más impacto? Planteos. Estos interrogantes plantean, además, escenarios inquietantes respecto de la solidez de la vocación de cambio que en efecto ha demostrado y aún tiene la sociedad: a pesar de todo lo anterior,

Macri ganó la segunda vuelta apenas por 2 puntos y medio. No cabe duda de que un eventual triunfo de Scioli hubiera cuestionado de manera terminal la estrategia desplegada por Peña, Duran Barba y compañía. De todos modos, es probable que el resultado obtenido los haya obligado a replantearse el margen de acción del nuevo gobierno. Se entiende, entonces, que el imperio del gradualismo haya penetrado transversalmente la agenda gubernamental.

Por algo el peronismo abandonó tan abrupta y contundentemente a Cristina: indudable mariscal de la derrota, responsable de un descalabro electoral y político sin precedentes, no merece ni siquiera la más mínima solidaridad en medio del tornado judicial en el que está metida. A pesar de que, en un reciente sondeo elaborado por D Alessio IROL, un 30% de los argentinos aún tiene imagen positiva de la ex presidenta, y en la provincia de Buenos Aires ese porcentaje se eleva a la mitad. Eso no se traduce automáticamente en votos, pero no abundan los potenciales candidatos que puedan mostrar semejante aceptación en el principal distrito. Por eso todos los caminos, o casi, parecen conducir a Massa, que no está solo ni espera, sino que trabaja para consolidar una estructura que, a diferencia de lo ocurrido entre 2013 y 2015, con el peronismo pero con una vocación frentista y plural, se proyecte como alternativa de poder ampliando su base de sustentación. Lo mismo que hizo Macri con la UCR y la Coalición Cívica.

Una cuestión hasta ahora menos debatida es si los cuestionamientos a la comunicación oficial apuntan a los qué o a los cómo. Algunos especialistas sostienen que el Gobierno hace mucho más de lo que parece, y que algunos temas importantes se diluyen en la vorágine del día a día. Tal vez por estar integrado por tantos hinchas xeneixes, el equipo presidencial parece haber olvidado aquello de poner el huevo y además cacarear. Otros, por el contrario, apuntan a las formas: el combo redes sociales/timbreo no parece convencer demasiado a los segmentos más convencionales de la coalición de gobierno. Por ejemplo, esta semana Ernesto Sanz embistió sin tapujos contra Jaime Duran Barba, a quien culpó por algunos de los principales errores del Gobierno. Sorprende dicha actitud de alguien que conoce de sobra que en última instancia es Macri el que toma o avala las decisiones más importantes.

¿Es necesario que el Gobierno haga más “política”? ¿Qué significa eso exactamente? ¿Qué clase de acciones, en concreto, no se están llevando a cabo que mejorarían en todo caso los resultados de la gestión? El Presidente afirmó que pasa el 80% de su tiempo con el matafuego en la mano apagando incendios y que solamente en el 20% restante puede pensar en el mediano y largo plazo.

Es posible que una vez que se ordene un poco más la agenda y se despejen cuestiones acuciantes (el lío de las tarifas, por ejemplo, consumió muchas más horas y paradójicamente energía de lo pensado, desplazando o postergando otras prioridades), lo importante se imponga a lo urgente. O todo lo contrario: el avance del calendario electoral podría desviar el foco otra vez hacia la coyuntura. Y el debate sobre las cuestiones de fondo (las reformas estructurales, la calidad institucional, la competitividad, el futuro del empleo) sufrirá una nueva, costosísima, típicamente argentina postergación.

Primeros signos de reactivación: Ferreres registró en agosto la primera suba del PBI en un mes

Después de seis meses consecutivos con caída sostenida de la generación de riqueza respecto del período inmediato anterior aumentó 0,3%. Punto de inflexión tras la baja del 3,4% que midió el Indec para el segundo trimestre

Por Daniel Sticco
El último trimestre se caracterizará por el repunte de la cosecha fina y de la actividad de la construcción (Reuters)

El Indicador General de Actividad de la consultora OJF, anotó en agosto un declive de 2,4% en comparación con un año antes, un punto menos que la contracción que para el segundo trimestre midió el Indec.

Y si bien el resultado agregado de procesar todos los meses 122 series estadísticas de todos los sectores que componen el PBI, reafirmó el ciclo recesivo en el que en términos trimestrales se inició en la última parte de 2015, y el primero en el cotejo interanual, en el período abril a junio, trajo como novedad que cortó una racha de cinco períodos seguidos en declive en la comparación intermensual, en valores corregidos por estacionalidad, con un modesto aumento de 0,3 por ciento.

En agosto el PBI cortó una racha de cinco períodos seguidos en declive en la comparación intermensual

Los economistas de OJF explicaron que “el descenso de 2,4% reportado en el octavo mes del año contrastó con la caída del 5,5% con la que iniciara el segundo semestre. El contrapunto entre estos guarismos es reflejo de una industria manufacturera que ha moderado su caída de la mano del segmento de los minerales no metálicos, sobre lo que hay que sumar un cambio significativo en la dinámica ganadera y la suavización de la contracción en la construcción como factores diferenciales”.

Ahora sólo un sector se contrajo más de 8% interanual (OJF)

La mayor merma en la generación de riqueza en agosto respecto de igual mes del año anterior correspondió a la intermediación financiera con 8,5%, principalmente por la toma de ganancias que se registró en la Bolsa, seguida por la construcción y el comercio con sendas disminuciones de 4,4% y 4,1%, respectivamente, mientras que la actividad industrial bajó 3,1% y el agro 2,6%. El resto de los sectores se aproximaron a los niveles de producción de doce meses antes.

PUNTO DE GIRO HACIA EL ÚLTIMO TRIMESTRE

El informe del estudio que dirige el ex viceministro de Economía, Orlando Ferreres, destaca que la modesta reactivación observada en agosto no constituyó un fenómeno aislado, sino que se irá consolidando, ya que no sólo compararán con índices menos vigorosos que los que predominaron en el núcleo de la última campaña electoral, entre junio y agosto, sino que además empezarán a gravitarfactores expansivos como la mejora de la cosecha fina y lamaterialización de los proyectos de construcción públicos y privados.

Esa perspectiva es coincidente con la mejora de las previsiones de contratación de personal por parte de las empresas privadas, y el esperado repunte del consumo en un escenario donde los precios tienden a subir 20 puntos porcentuales en términos anuales, en comparación con el ritmo que habían mostrado en la primera mitad del año.

El Ministerio de Trabajo comunicó, a través de su página de internet que en julio el empleo privado registrado quebró una serie de 4 meses de sostenida baja, con la creación de 3.718 puestos asalariados netos respecto del nivel de junio, y recortó la disminución en comparación con un año atrás a 89.562 personas.

En julio el empleo privado asalariado registrado aumentó en 3.718 personas

Ese signo de mejora del clima de negocios también fue percibido por el sondeo de opinión que a comienzos de septiembre hicieron conjuntamente las consultoras D’Alessio Irol y Berensztein: frente a dos tercios de los consultados que respondió que la situación económica actual es todavía peor que un año atrás, más de la mitad estimó un escenario mejor para 2017.

Ocho de cada 10 padres cambió su rutina laboral al tener hijos

Los hombres piensan que la licencia por paternidad en la Argentina debería ser de 15 días, mientras que las mujeres se inclinan por una de un mes

Si bien tradicionalmente se considera que son las madres que trabajan las que suelen modificar su relación con el empleo a partir de la llegada de los hijos, nuevos estudios demuestran que ambos integrantes en una pareja realizan modificaciones.

Los nuevos paradigmas de paternidad, donde el hombre toma un rol más activo en la crianza, llevan a que ellos también deban adaptarse laboralmente a las exigencias.

“En una sociedad en la que el concepto de familia es mucho más amplio y complejo que en otros tiempos, y que a su vez pretende formar ciudadanos que se desarrollen sanos emocional y físicamente, es imprescindible garantizar la presencia paterna”, expresó al respecto Fernando Rivera, Gerente de Servicios de RRHH de Gestión Compartida.

En este marco que ya no resulta novedoso, una nueva encuesta de esta empresa de Recursos Humanos, desarrollada por la consultora D’Alessio IROL, muestra que hay consenso entre los argentinos sobre la necesidad de extender la licencia por paternidad.

Por consenso general, la misma no debería ser de menos de una semana. La mayoría de las respuestas se concentraron entre 15 días y un mes, cuando por ley actualmente es de dos días corridos a partir del nacimiento.

Un análisis más pormenorizado muestra, sin embargo, que sigue habiendo diferencias de género: los hombres consideran que debería ser de 15 días, mientras que las mujeres piensan que lo conveniente sería un mes.

Asimismo, al evaluar los datos de acuerdo a la edad de los participantes, se encuentra que losmás jóvenes también se inclinan más por llevar la licencia a un mes.

Cambio de Hábitos
Por otra parte, ocho de cada 10 padres que trabajan debieron realizar cambios en su rutina laboral para dedicar tiempo a actividades relacionadas con los hijos.

La mitad de ellos, sin embargo, restringe esas modificaciones a salir antes de su trabajo para no perderse cuestiones relacionadas con lo escolar.

Otro 33% respondió que ahora usa días de sus vacaciones para asuntos y actividades relacionados con la familia, y un 30% también se toma días de licencia al tener a sus hijos enfermos.

Un 27% cambió su horario laboral para poder llevarlos al colegio, mientras que el 16% eligió trabajar más horas para que su pareja no deba hacerlo.

Sólo un 16% recortó sus horas laborales y un 3% cambió de empleo por otro que ofrecía mayor flexibilidad, de manera de pasar más tiempo con sus hijos.

Del estudio de Gestión Compartida y D’Alessio IROL, participaron 420 argentinos, mayores de 18 años, a través de cuestionarios online.

Empresas que hacen punta

“Frente a una demorada y esquiva actualización de las normativas, son las propias empresas las que innovan y dan muestra contundente de flexibilidad y sensibilidad”, dijo Rivera.

“Así, se han intensificado los programas de RR.HH que tiene como objetivo buscar un balanceentre el trabajo y la vida privada”, explicó.

En ese marco, vale la pena mencionar como ejemplo el caso de la firma de belleza y cosmética Natura, que acaba de anunciar que otorgará a los empleados varones 40 días de licencia por paternidad.

En ese caso, el beneficio -el más amplio en su tipo en el mercado laboral argentino- se extiende a casos de adopción y a parejas del mismo sexo.