La voz de los usuarios detrás del teclado

D’Alessio IROL realizó el estudio “Seguridad en Internet: la visión de los usuarios” para Certisur y, aunque las transacciones online crecieron notablemente en los últimos seis años, aún 8 de cada 10 usuarios están preocupados por el mal manejo de sus datos y la potencial invasión a la privacidad

Trescientos setenta usuarios de Internet fueron consultados por D’Alessio IROL para el estudio “Seguridad en Internet: la visión de los usuarios”, encargado por la compañía Certi-Sur dedicada a la gestión de sistemas y las soluciones de seguridad y almacenamiento de datos. Entre todos ellos, gran parte aún teme que, si bien se ha amigado con los sistemas de home banking, sus datos privados puedan ser mal manejados por alguna empresa o bien, sus claves personales o sus compras vía Internet no sean del todo seguras.
Lo bueno del caso es que, en los últimos seis años, aumentó aproximadamente un 50% la operación con los bancos por Internet, pero el estudio desarrollado para CertiSur revela que todavía el 28% de los internautas frecuentes no utilizan Home Banking porque lo consideran inseguro o con pocas medidas de seguridad.
“Lo primero que hay que tener en cuenta para evitar ataques informáticos más básicos es instalar los antivirus más desarrollados que se encuentren en el mercado, ya que están mejor preparados para detectar los nuevos virus, también es importante actualizar periódicamente el sistema operativo y las aplicaciones instaladas en la computadora”, explica Norberto Marinelli, CEO de CertiSur. En la vereda de enfrente, las empresas que poseen plataformas de transaccio nes online deben garantizar la seguridad de los datos de sus usuarios. Algunas formas sugeridas por CertiSur son “aplicar soluciones de autenticación robusta; autenticación de tokens (sistemas que generan claves de acceso aleatorias) de cualquier formato y proveedor; autenticación basada en riesgo integrada a la solución; e integración simplificada”.
Con usuarios que han incorporado a la web como eje coordinador de innumerables actividades (conectados a diario más de 6 horas), el estudio revela que 9 de cada 10 internautas participan en alguna red y 3 de cada 10 eligen este medio para informarse. En este punto, se abre una nueva ventana de marketing directo y contacto para los bancos hacia sus clientes.
En cuanto al comercio online, la percepción de seguridad ha mejorado (79% en 2012 frente a un 50% en 2006). Y las operaciones online bancarias escalaron del mismo modo (69% en 2012 frente a un 42% de 2006).
Entre las respuestas puntuales obtenidas respecto del HB, el 91% lo usa para realizar consultas; el 81% para pagos; el 71% realiza transferencias; el 39% para enterarse de promociones que ofrezca el banco; el 26% para ver mensajes de la entidad y el 12%
para compra-venta de dólares.
“Existe un reforzamiento positivo entre las medidas de seguridad que encuentran en los sitios de Home Banking y la tranquilidad que sienten cuando efectúan una experiencia concreta”, reza el estudio.
Los que aún le dicen que no al servicio, justifican su alejamiento por una cuestión de falta de seguridad en Internet en un 50%. Mientras tanto, el 45% dice que “no le gusta dejar sus datos personales ni claves en sitios web”; el 41% tiene miedo de que le roben el número de la tarjeta: el 22% teme que no se concreten sus operaciones; y otro 14% admite no entender claramente la operatoria.

Compartir la tecnología con los hijos mejora los vínculos

Según una encuesta, así lo siente la mayoría de los padres. Sin embargo, los especialistas advierten que esa conexión no es sinónimo de comunicación. Y recomiendan no excederse en el control.

Palabras como SMS, videojuegos o Facebook, que hace una década podían parecer sacadas de un libro de ciencia ficción, hoy están incorporadas al diccionario cotidiano de todas las familias argentinas. En los últimos años, y gracias a los múltiples avances en las comunicaciones y el entretenimiento, el vínculo entre padres e hijos mutó y se reconvirtió. Una encuesta de D’Alessio IROL para Clarín reveló que el 52% de los padres siente que la tecnología los ayudó a incrementar el contacto con sus hijos. El rol paternal no se pierde: la mitad de los padres se preocupa por controlar lo que los hijos hacen online o sigue sus actividades diarias con llamados o mensajes de texto.

De acuerdo con el sondeo, el 59% de los adultos confiesa que gracias a las nuevas herramientas disponibles, el contacto que tienen con sus hijos es mayor al que ellos tenían con sus padres. ¿Pero cuáles son las actividades que los acercan? Según el estudio, de cada 10 padres y madres, 7 ayudan a sus hijos a buscar información para la escuela; 5 juegan con ellos en la PC; 5 les mandan mensajes de texto, 4 descargan o miran películas online y 4 son amigos de los hijos en Facebook.

Claro que la influencia de la tecnología en el vínculo padres-hijos varía desde la infancia hasta la adolescencia. A medida que los chicos crecen, incorporan cada vez más herramientas. “Es la primera vez que los chicos tienen el conocimiento de algo que los adultos desconocen”, dice la antropóloga Natalia Zlachevsky, coordinadora de proyectos en el sitio especializado chicos.net. “La relación entre nativos digitales y padres a través de la tecnología hace que se revierta una situación que siempre fue asimétrica entre adultos y chicos. Ahora hay un terreno en el que los chicos tienen mayor habilidad que los adultos”, asegura la experta.

Laura Orsi, psicoanalista de la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA) coincide y agrega que en ese contacto que se establece entre padres e hijos siempre hay algo de diálogo y de lúdico. “De alguna manera se convierte en un espacio de juego”, acota. No obstante, según Zlachevsky, la tecnología por sí sola “no puede” resolver los problemas de comunicación que tengan padres e hijos. “Al contrario, puede reflejar que esos problemas de comunicación existen”, señala la antropóloga.

“Conectados no es sinónimo de comunicados”, alerta la doctora Ana Rozembaum de Schvartzman. “Pese a los avances tecnológicos, sigue habiendo problemas de comunicación entre padres e hijos. Lo más conveniente es que los padres estén actualizados. A veces, a los padres les genera cierta angustia que sus hijos sepan más que ellos sobre determinados temas. Y esto complica las relaciones”, diagnostica la especialista.

Gracias a las nuevas tecnologías, los hijos suelen sentirse acompañados por los padres de maneras que hasta hace unos años parecían inverosímiles. Los chicos se sienten cerca de sus padres, y eso los tranquiliza: “El contacto y la comunicación con los niños, por celular, por Facebook, por mail, a partir del momento que pueden marcar un número, o más adelante, cuando están en condiciones de manejar un celular, da confianza y seguridad”, explica Felisa Lambersky de Widder, psiquiatra y coordinadora del departamento de Niños de la APA. A medida que los chicos crecen, la relación con los padres se modifica: lo importante es no abusar de la tecnología para que no se sientan controlados: “Con los adolescentes es bueno hacerles comprender que no se trata de invadir su privacidad sino de saber si llegaron bien a un lugar o si están en una casa, con amigos”, asegura Lambersky de Widder. “El exceso de control, que puede ser preexistente a las computadoras o los celulares, se puede agudizar con la tecnología”, advierte Zlachevsky.

Para Sara Zusman de Arbiser, médica psicoanalista, especialista en niños adolescentes y familias, las nuevas herramientas no podrán suplir el contacto tradicional, en persona. “La tecnología puede ayudar a mejorar las relaciones entre padres e hijos en la medida que ambos estén en el rol que corresponde. El uso es bueno, pero todo en su justa medida. Nada en detrimento de la comunicación cara a cara”.

Los avances tecnológicos, sin embargo, hasta ahora no consiguieron que los padres se libren de sus tareas. Siguen siendo ellos los responsables de las enseñanzas y los límites. En palabras de Lambersky de Widder, “para que los hijos se comuniquen bien con los padres, ellos deben comunicarse primero con sus hijos. Esto está más allá de lo nuevo y de lo viejo: la comunicación comienza sin tecnología”.

UN ESTUDIO PRIVADO CONFIRMA EL FUERTE INCREMENTO DE LA BANCA ELECTRÓNICA

En seis años se duplicaron las operaciones por homebanking

El crecimiento de las operaciones de la banca online en 2006 versus las registradas en 2012 pasó de 43% a 69%. Pero aún el 28% de los internautas no usa e-banking porque lo considera inseguro

EL CRONISTA Buenos Aires

La inseguridad en la realidad cotidiana que acecha a los argentinos impulsó en los últimos años al uso de Internet como un ambiente más seguro para realizar algunas transacciones. En esta línea, la plataforma electrónica continúa manteniendo su función tradicional de comunicación, con una fuerte tendencia al entretenimiento, aunque se incrementó el uso de homebanking y el pago de servicios. Así lo revelan los datos obtenidos del Estudio sobre seguridad en Internet: la visión de los usuarios , que llevó adelante este año la consultora D Alessio IROL para la compañía informática argentina CertiSur.

Según el relevamiento, que abarcó a 3.700 individuos bancarizados en la Argentina con acceso a la red de redes, en seis años aumentó aproximadamente un 50% la operación con los bancos por Internet, aunque el estudio revela que todavía el 28% de los internautas no utilizan homebanking porque lo consideran inseguro o con pocas medidas de seguridad. Al igual que en el e-commerce, el crecimiento de las operaciones de la banca online en 2006 versus las registradas en 2012 es muy significativo, pasando de 43% a 69%. Mientras que las operaciones de consultas y pagos se mantienen constantes, la banca transaccional se mantiene en crecimiento. Según D Alessio IROL, los que más utilizan e-banking tienen el perfil de los bancarizados: mayores de 25 años de edad de nivel socio-económico medio y medio alto.

El marco del estudio se basa en que a fines del año 2011 había aproximadamente 23 millones de usuarios, el 55% de la población total de la Argentina. De acuerdo a la investigación, la percepción de seguridad en transacciones online ha mejorado desde el año 2006, pero una gran porción de los individuos lo sigue considerando inseguro. El informe revela que 8 de cada 10 usuarios tienen conocimientos certeros acerca de los problemas de seguridad que pueden enfrentar y que su principal preocupación es el mal manejo de sus datos personales por parte de las empresas. El problema más importante en la consideración general de los usuarios consultados por para realizar el estudio, fue la invasión de la privacidad, y los principales temores para no realizar compras online están referidos a la falta de seguridad que perciben de Internet en general y el miedo a dejar datos personales y claves personales. Lo primero que hay que tener en cuenta para evitar ataques informáticos más básicos es instalar los antivirus más desarrollados que se encuentren en el mercado, ya que están mejor preparados para detectar los nuevos virus, también es importante actualizar periódicamente el sistema operativo y las aplicaciones instaladas en la computadora , explicó Norberto Marinelli, CEO de CertiSur en la presentación del informe.

¿Cuáles son los mayores miedos de los internautas en general? Según el estudio, los virus encabezan el podio (78%), seguido por el temor al robo de identidad (55%), y el hurto de los datos de la tarjeta de crédito o las claves de accesos (60%). También destacaron que se observa un crecimiento significativo frente a espías/troyanos (50%) y frente al miedo de robo de contraseñas (55%).

Para D Alessio, el techo de la e-banca es el número de usuarios de bancos que no crece , y que cifró en alrededor del 40% de la población económicamente activa.

¿A qué le temen los usuarios argentinos de Internet?

Un estudio revela cuáles son los temores más frecuentes de los cibernavegantes nacionales, y confirma un fuerte incremento en el uso de la banca electrónica y de las plataformas de “e-commerce”, como consecuencia de la inseguridad en el mundo real

Los argentinos perciben a Internet como un ambiente más seguro que la realidad cotidiana del mundo real, aunque manifiestan temores ante los virus informáticos y el robo de identidad en la web.

Así lo revelan los datos obtenidos del “Estudio sobre seguridad en Internet: la visión de los usuarios”, que llevó adelante este año la consultora D’Alessio IROL para la compañía informática argentina CertiSur.

De acuerdo a la investigación, la percepción de seguridad en transacciones “online” ha mejorado desde el año 2006, pero una gran porción de los individuos lo sigue considerando inseguro.

El informe revela que 8 de cada 10 usuarios tienen conocimientos certeros acerca de los problemas de seguridad que pueden enfrentar y que su principal preocupación es el mal manejo de sus datos personales por parte de las empresas.

El inconveniente más importante en la consideración general de los consultados por D’Alessio IROL para realizar el estudio, fue la invasión de la privacidad.

Los principales temores para no realizar compras “online” están referidos a la falta de seguridad que perciben de Internet en general y el miedo a dejar datos y claves personales.

Nora D’Alessio, de la consultora a cargo del estudio, explicó en una presentación ante la prensa especializada que la investigación se desarrolló a partir de encuestas cualicuantitativas en Internet. El sondeo abarcó a 3.700 individuos bancarizados en la Argentina con acceso a la red de redes.

Entre las conclusiones más significativas, la investigadora enumeró:

Los usuarios han incorporado a la web como eje coordinador de sus actividades (comunicación, entretenimiento, laborales, búsqueda de información).
La percepción de seguridad en el comercio “online” ha mejorado (79% en 2012 versus el 50% registrado el 2006).
Se han incrementado las operaciones “online” bancarias (69% en 2012 respecto al 43% del 2006).
El desafío es incrementar la seguridad para que los usuarios que no operan por temor cambien su actitud.
Para los internautas la seguridad debe estar provista y garantizada por las empresas proveedoras de servicios.

El marco del estudio es el siguiente: a fines del año 2011 había aproximadamente 23 millones de usuarios, el 55% de la población total de la Argentina.

De esos conectados, el 90% de los frecuentes se vincula a la Red todos los días. Y un tercio de dicha gente está conectada 6 horas o más.

Además, se observa un fuerte protagonismo de las redes sociales: nueve de cada diez internautas participan en alguna red y tres de cada diez eligen este medio para informarse.

D’Alessio afirmó que esa masa de usuarios se reparte por iguales entre hombres y mujeres, y que la Red no es un fenómeno juvenil.

Los argentinos se conectan en casi su totalidad desde el hogar (97%), 65% desde el trabajo y apenas 15% desde un ciber o locutorio, y un 7% desde un colegio y/o universidad.

En cuanto al uso de Internet desde los celulares, dijo que “recién este año empezó a funcionar” debido a la “explosión de ventas” en el último año de “smartphones” y tabletas. Sin embargo, lo circunscribió a un fenómeno de los sectores sociales más altos de la sociedad, donde el 30% de aquellos que utilizan de Internet en ese segmento se conecta a través de los operadores de telefonía móvil.

Contexto del mundo real
La investigadora describió el contexto del “mundo real” atravesado por la “inseguridad”, con un consumidor que se debate “entre el deseo y la realidad” y que deriva en la generación de “clientes mercenarios, que quieren más y que les regalen cosas”, y con un descenso de los niveles de comprensión, como consecuencia de un bajo dominio del lenguaje por la “subculturización” y “subalfabetización”.

Respecto a esto último, el impacto es la dificultad para comprender contenidos y la necesidad, por el lado de los proveedores de servicios a través de Internet, de ofrecer instrucciones cada vez más simples.

En cuanto a la “inseguridad” en el mundo real, señaló que 8 de cada 10 encuestados presenció o fue parte de algún hecho de violencia en el último año. “Se siente en distintos ámbitos donde se mueven y en lugares muy cercanos, como la casa y el trabajo”, puntualizó.

El índice de “inseguridad” perceptible fue ubicado en 5,1, mientras que el de “seguridad” en Internet estuvo en 8,6. “Internet me da refugio y seguridad”, resumió la investigadora. “La gente se siente más contenida haciendo transacciones por la Red”, destacó.

La web también es un vehículo para el acceso a promociones. De hecho, el 76% de los encuestados dijo que usó aunque sea uno de esos beneficios comerciales en el último mes previo al sondeo.

Usos de Internet
¿Para qué usan Internet los argentinos? La plataforma continúa manteniendo su función tradicional de comunicación, con una fuerte tendencia al entretenimiento, aunque se incrementó el uso de “home banking” y el pago de servicios.

El uso de la red es preponderante para el acceso a la información general y las comunicaciones entre personas, tales como correos electrónicos, redes sociales, diarios “online” y buscadores.

Comercio electrónico
En la actividad donde hubo un incremento notable fue en el “e-commerce”. Mientras apenas la mitad de los usuarios había hecho, al menos, una compra en Internet en el último año; en 2012 ese porcentaje sube al 79%.

La forma de pago más extendida es la tarjeta de crédito con un 69%. La siguiente es el abono contra entrega en un 38%.

¿Por qué ese 21% de “navegadores” se niega a comprar por Internet? Los principales temores están referidos a la falta de seguridad que perciben de la web en general y el miedo a dejar datos personales y claves.

Sin embargo, D’Alessio se mostró optimista: “El miedo no terminó, pero en dos años (ese 21% reacio) va a comprar” por la Red.

Transacciones bancarias en alza
En seis años aumentó aproximadamente un 50% la operación con los bancos por Internet, pero el estudio revela que todavía el 28% de los internautas no utilizan “home banking” porque lo consideran inseguro o con pocas medidas de seguridad.

Al igual que en el “e-commerce”, el crecimiento de las operaciones de “home banking” en 2006 versus las registradas en 2012 es muy significativo, pasando de 43% a 69%.

Mientras que las operaciones de consultas y pagos se mantienen constantes, la banca transaccional se mantiene en crecimiento.

Los que más utilizan “e-banking” tiene el perfil de los bancarizados: mayores de 25 años de edad de nivel socio-económico medio y medio alto.

Los niveles de confianza son muy buenos en internautas que utilizan sistemas de “home banking”. Y existe un reforzamiento positivo entre las medidas de seguridad que encuentran en los sitios de banca por Internet y la tranquilidad que sienten cuando efectúan una experiencia concreta.

Pero el 28% de los navegadores frecuentes no utilizan “home banking” porque lo ven inseguro, por las siguientes razones:

Tal como ocurre con las compras electrónicas, en el caso de “e-Banking” los principales problemas están asociados al propio temor a Internet, especialmente asociados a sensación de inseguridad y mal uso o robo de los datos personales.

Seguridad
Al igual que el comercio electrónico y la banca virtual, la Red es percibida como un medio seguro. Sin embargo, es alto el porcentaje que percibe que la web es un medio poco o nada seguro (36%).

Para D’Alessio, “el techo” de la e-banca es el número de usuarios de bancos “que no crece”, y que cifró en alrededor del 40% de la población económicamente activa.

Miedos
¿Cuáles son los mayores miedos de los internautas en general? Los virus encabezan el podio (78%), seguido por el temor al robo de identidad (55%), y el hurto de los datos de la tarjeta de crédito o las claves de accesos (60%).

Se observa un crecimiento significativo frente a espías/troyanos (50%) y frente al miedo de robo de contraseñas (55%).

Además, ocho de cada diez usuarios tiene conocimiento de problemas de seguridad, y el problema más importante es la invasión de la privacidad.

Entre las situaciones mencionadas se encuentran el “hackeo” de la casilla de e-mails (54%), el uso de datos personales (36%), los espías en la computadora (35%), y el robo de claves y contraseñas (34%).

Los individuos temen un mal uso de sus datos personales, donde el problema más habitual y en crecimiento es el spam.

Cuando se los consultó sobre cuáles de los ítems funcionan como barrera cuando les piden a las personas que registren sus datos en Internet, y si tuvieron alguno de esos problemas en los últimos tres meses, respondieron lo siguiente:

El hogar es percibido como “el lugar más confiable” para conectarse a la Red, mientras que los ciber y locutorios tienen una percepción muy negativa, y algo similar ocurre con el uso de Internet desde el móvil.

Sin embargo, los encuestados le asignaron a los bancos, a los sitios y a los proveedores de acceso a la web la responsabilidad de fomentar la seguridad en su navegación y actividad.

“Lo primero que hay que tener en cuenta para evitar ataques informáticos más básicos es instalar los antivirus más desarrollados que se encuentren en el mercado, ya que están mejor preparados para detectar los nuevos virus. También es importante actualizar periódicamente el sistema operativo y las aplicaciones instaladas en la computadora”, explicó Norberto Marinelli, CEO de CertiSur.

Por que los usuarios siguen viendo como inseguro el home banking

CertiSur, compañía líder mundial en suministro de soluciones para seguridad, almacenamiento y gestión de sistemas, presentó los datos obtenidos del Estudio sobre Seguridad en Internet: la visión de los usuarios (2012), que llevó adelante D’Alessio IROL para la compañía.

El informe revela que 8 de cada 10 usuarios tienen conocimientos certeros acerca de los problemas de seguridad que pueden enfrentar y que su principal preocupación es el mal manejo de sus datos personales por parte de las empresas.

El problema más importante en la consideración general de los usuarios 370 usuarios de Internet consultados por D’Alessio IROL para realizar el estudio, fue la invasión de la privacidad, y los principales temores para no realizar compras online están referidos a la falta de seguridad que perciben de Internet en general y el miedo a dejar datos personales y claves personales.

Las transacciones bancarias online se mantienen en crecimiento

En 6 años aumentó aproximadamente un 50% la operación con los Bancos por Internet, pero el estudio desarrollado para CertiSur revela que todavía el 28% de los internautas frecuentes no utilizan Home Banking porque lo consideran inseguro o con pocas medidas de seguridad.

“Lo primero que hay que tener en cuenta para evitar ataques informáticos más básicos es instalar los antivirus más desarrollados que se encuentren en el mercado, ya que están mejor preparados para detectar los nuevos virus, también es importante actualizar periódicamente el sistema operativo y las aplicaciones instaladas en la computadora”, explica Norberto Marinelli, CEO de CertiSur.

Las empresas que poseen plataformas de transacciones online deben garantizar la seguridad de los datos de sus usuarios. Las medidas de seguridad más efectivas que pueden adoptar son:

x) Soluciones de autenticación robusta.

x) Autenticación de tokens (sistemas que generan claves de acceso aleatorias) de cualquier formato y proveedor.

x) Autenticación basada en riesgo integrada a la solución.

x) Integración simplificada (Soporte a las más populares aplicaciones corporativas como VPNs, Webmail, Citrix, Windows logon, SSOs, Integración con aplicaciones WEB por APIs Webservices

Internet en Argentina 2012 – Tendencias y comportamientos

En D’Alessio IROL realizamos un tracking anual acerca de actitudes y comportamientos de los argentinos en Internet.
Este documento es un extracto de dicho estudio.
Para saber más sobre nuestros estudios y trackings anuales de E-commerce y Home Banking, por favor contáctenos.

 

 

[slideshare id=13696604&doc=internetenargentina-julio2012-120719121452-phpapp02]

 

Mantenidos hasta los 25: una reforma polémica al Código Civil Argentina

Hace seis años que Sebastián De Luca (24) estudia Derecho y le faltan no menos de otros tres para recibirse. A juzgar por el tiempo que le está llevando la carrera, cualquiera diría que tiene poca disciplina para el estudio, pero la realidad es más bien la opuesta. Obligado a trabajar para mantenerse, Sebastián anda siempre con sus apuntes encima y aprovecha cada minuto libre como remisero para preparar finales. Aún así le cuesta mucho avanzar y más de una vez, como él mismo reconoce, se ha planteado la posibilidad de dejar la facultad.
Su caso, lejos de una rareza, se ha convertido a lo largo de los últimos años en una situación tan frecuente que parece justificar un cambio normativo de fondo. Para evitar que un gran número de jóvenes con potencial terminen abandonando su formación profesional por falta de apoyo, el nuevo proyecto de reforma del Código Civil plantea extender la obligación de los padres de mantener a sus hijos estudiantes hasta los 25 años.

La propuesta -que se espera que llegue al Congreso antes de fin de año- se fundamenta en una situación familiar muy común de la que Sebastián, hijo de padres divorciados, prefiere no hablar. Como la obligación de manutención llega hoy hasta los 21 años, una vez que los hijos cumplen esa edad, muchos padres separados dejan de brindarles apoyo económico regular y deben abandonar los estudios para salir a trabajar.

Con ese trasfondo, el artículo 663 del proyecto de reforma del Código Civil plantea concretamente que “la obligación de los progenitores de proveer recursos al hijo” subsistirá “hasta que éste alcance la edad de 25 años, si la prosecución de estudios o preparación profesional de un arte u oficio le impide proveerse de medios necesarios para sostenerse independientemente”.

De ser aprobada por el Congreso, esta reforma vendría a convalidar un criterio que en la práctica ya se encuentra en vigencia. Y es que frente a los numerosos conflictos de este tipo que llegaron a la Justicia a lo largo de los últimos años, los jueces vienen fallando a favor de mantener a los hijos para que puedan completar su formación. Con todo, el hecho de que ese criterio se incorpore ahora al Código Civil despierta opiniones contrapuestas.

¿BENEFICIOSO O CONTRAPRODUCENTE?

Las primeras controversias en torno a los beneficios de extender la obligación de manutención sobre los hijos quedaron de manifiesto en una encuesta nacional realizada semanas atrás por la consultora D’Alessio IROL. Frente a la pregunta de si esta reforma aumentaría la capacitación de los jóvenes o sólo extendería su adolescencia, el 48% de los padres consultados consideró que retrasaría su madurez, contra un 22% que se mostró a favor de la medida, y un 30% que dijo que no tendrá mayor impacto.

“Muchos de nosotros completamos nuestras carreras mientras trabajábamos e incluso mientras criábamos hijos. No entiendo por qué esta generación no puede hacer lo mismo. No estoy para nada de acuerdo. Con este tipo de políticas vamos a seguir fomentando adolecentes de treinta años que no terminan nunca de irse de la casa de los padres y se sienten abrumados ante la mínima adversidad”, opina Víctor Mendoza (59), un ingeniero agrónomo padre de tres hijos.

“Me parece que una medida así puede ser muy buena en los casos de esos papás separados que se hacen los sonsos teniendo recursos. Pero la verdad es que no estoy segura de si es justo crearle una obligación legal a un matrimonio que tal vez hizo un gran esfuerzo durante años cuando sus hijos ya tienen edad suficiente para empezar a poner un poco el hombro”, dice Alicia Perrota (46), ama de casa y madre de dos adolescentes.

“Sé de varios chicos de la facultad que tuvieron que dejar de estudiar para bancarse por su cuenta. Estaría bueno que exista la obligación de que los padres los ayuden cuando pueden hacerlo. Pero también estaría bueno que la Universidad ofreciera becas especiales para los casos en que no se trata de un problema de mala voluntad”, entiende Ariel Bignoni (25), estudiante de Ingeniería.

Sin manifestarse a favor ni en contra, la psicóloga Fabiana Guerrero resalta un hecho que no puede ser pasado por alto en el contexto en que se plantea la reforma. “Nos encontramos en la actualidad con una tendencia a la extensión de la permanencia de los hijos en los hogares parentales, lo que pone de manifiesto la necesidad de un tiempo más extenso de sostén afectivo y económico para concretar el despegue”, dice.

ALCANCES

Lo cierto es que “la idea de aumentar hasta los 25 años la obligación alimentaria no es nueva. Ya en 1993 el Poder Ejecutivo había presentado un proyecto que proponía esta reforma en base a la jurisprudencia francesa. Pero no prosperó. Luego, en 2009, al discutirse la ley que bajó la mayoría de edad a los 18 años se decidió, como una forma de compensación, dejar la obligación alimentaria derivada de la patria potestad hasta los 21, que es la regla que nos rige a la fecha”.

Así lo explica el doctor Juan José De Oliveira, abogado y docente en Derecho Civil de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la UNLP, quien considera que la reforma sería positiva para que los padres les garanticen una formación profesional a sus hijos “siempre y cuando éstos no tengan los medios para sustentarse por su cuenta”.

“Porque ése -señala De Oliveira- es un punto que el proyecto de reforma del Código deja bien en claro. Después de los 21, la obligación alimentaria no puede estar solventada en la nada; sino que tiene que existir una `prosecución de estudios o preparación profesional de un arte u oficio´que impida al hijo mantenerse sin otra ayuda. Por lo cual, los padres quedarían eximidos de esa obligación si se comprobara que el hijo está concurriendo a la facultad solamente en forma ociosa”.

Otro aspecto a destacar de ese artículo del proyecto, menciona el especialista en Derecho Civil, es que “no sólo habilita al hijo a reclamar alimentos a uno o a ambos padres, sino que también podría hacerlo el progenitor con el cual convive, para que el otro colabore con la obligación alimentaria”.

Si bien el proyecto no detalla el alcance puntual de esa obligación, sino que habla simplemente de “proveer los recursos” para la “prosecución de estudios”, esto, entiende el doctor De Oliveira, “abarcaría la vivienda (si no convive con alguno de los padres), la comida, el transporte, los elementos de estudio, la cuota de la facultad si ésta fuera privada, y hasta el esparcimiento. Habrá que ver después cómo se lo instrumenta: si se establece un porcentaje del sueldo o una suma fija mensual acordada por ambas partes”. En cualquier caso,cuando no haya acuerdo para fijar la cuota, deberá ser el juez quién analice cada situación en particular.

Por ley, quieren que los hijos sean mantenidos hasta los 25

Es para los que estudian, y ya hay polémica. Lo establece un proyecto que impulsa el Gobierno. Ahora esa obligación vence a los 21. Según
un sondeo, la mayoría de los padres cree que la medida extenderá la adolescencia de los jóvenes.
15/04/12

Fue a mediados de la década del ‘70, cuando un grupo de chicos de ropas rotosas y pelos parados escandalizó al mundo y le devolvió un poco de sangre al rock and roll. El punk gritaba que no había futuro y mejor era morir antes de los 25. Cuarenta años después, la mayoría de ellos sigue vivo, se transformó en parte de aquello que odiaba y se preocupa porque a los 25 sus hijos todavía siguen en casa.

El Código Civil, el que rige la vida cotidiana de todos nosotros, fue escrito en 1869 cuando los muchachos de antes ni siquiera imaginaban la gomina. La reforma que impulsa el Gobierno nacional –que será enviada en las próximas semanas al Congreso– intenta ponerlo a tono con un mundo en el que los “indignados” ya no pelean por cambiarlo sino por no quedar afuera. El artículo 663 de este nuevo Código intentará establecer que mientras los hijos sigan estudiando los padres tendrán la obligación de mantenerlos hasta los 25 años (ahora es hasta los 21) .

La norma fue pensada para una Argentina en la que todas las edades se han retrasado: los viejos viven más, los embarazos llegan más tarde y los hijos retrasan su partida. Pero una Argentina en la que también los jóvenes son el blanco dilecto de la desocupación: Según datos del INDEC, mientras que el índice general de desempleo es del 6,7 %, entre las mujeres de menos de 29 años trepa al 16,7 %, y 11,9 % para los hombres. En Capital y GBA, llega casi al 20 %.

“Este artículo se basa en el principio de solidaridad familiar”, explica Nelly Minyersky, abogada de familia y una de las especialistas que participó de la redacción del anteproyecto. Y agrega: “Lo que se busca es continuar la responsabilidad con quien se ha compartido un proyecto de vida. Ese hijo que está estudiando seguramente ha sido impulsado por los padres”.

El espíritu de esta norma, explicaron los juristas que escribieron el texto, es que la ley refleje lo que ocurre con una clase media que suele financiar a sus hijos hasta que terminen los estudios. ¿Pero por qué hace falta una ley? Porque los antecedentes indican que los aportes se cortan cuando los padres están separados y entonces, en la mayoría de los casos, cuando los hijos cumplen 21 la madre es la que termina haciéndose cargo de todos los gastos . Para redactar este artículo, los juristas se basaron en una infinidad de casos en los que la Justicia ya dictaminó a favor de mantener a los hijos hasta los 25 .

El cambio ya genera polémicas. Para la psiquiatra y psicoanalista Graciela Onofrio, “cada vínculo filial va a definir los límites del amparo económico.

No necesitamos un padre más poderoso en épocas de paternidad tardía ; corremos el riesgo de obligar a un padre jubilado a sostener a un hijo adulto sólo por el efecto de una ley . Corremos el riesgo de fabricar hijos adultos “botines de guerra” de relaciones exconyugales disfuncionales”.

María Esther de Palma, de la Sociedad Argentina de Terapia Familiar, coincide: “Yo no estoy de acuerdo. La intención puede ser buena pera la realidad es que la mayoría de los padres separados tiene dificultades para mantener dos casas”.

De acuerdo con un sondeo, de la consultora D’ Alessio IROL, para la mayor parte de los padres una medida así mantendrá a los hijos más tiempo en la etapa de adolescencia (Ver infografía) .

En el otro extremo, el doctor Andrés Rascovsky, presidente de la Asociación Psicoanalítica Argentina, es un firme defensor de esta norma: ” Es muy difícil desarrollarse sin el apoyo familiar en una sociedad tan competitiva.

Es una sociedad filicida, los jóvenes están desprotegidos, por eso me parece importante el cambio”.

La reforma establece como condición que los hijos vivan con sus padres, que no cuenten con recursos propios y que estén estudiando. Por eso, más allá de los puntos a favor y en contra, lo cierto es que es una norma para público reducido. Desde hace décadas, estudio y trabajo ya no vienen con garantía de inserción social.

Polémico proyecto para mantener a los hijos hasta los 25 años

De aprobarse la iniciativa impulsada por el Gobierno, el beneficio sería para aquellos que todavía estudien. En la actualidad esa obligación vence a los 21 años, y una encuesta revela que la mayoría de los padres cree que la medida extenderá la adolescencia de los jóvenes

La reforma que promueve el Poder Ejecutivo será enviada en las próximas semanas al Congreso. La norma fue pensada para una Argentina en la que todas las edades se han retrasado: las personas adultas viven más, los embarazos llegan más tarde y los hijos retrasan su ida de la casa paterna.

Pero como si todo eso no bastara, también es un país en el que los jóvenes son el principal blanco de la desocupación según datos del INDEC, mientras que el índice general de desempleo es del 6,7 %, entre las mujeres de menos de 29 años trepa al 16,7 %, y 11,9 % para los hombres. Y en la Capital Federal y el GBA, llega casi al 20 por ciento.

Nelly Minyersky, abogada de familia y una de las expertas que participó de la redacción del anteproyecto, explica que “este artículo se basa en el principio de solidaridad familiar. Lo que se busca es continuar la responsabilidad con quien se ha compartido un proyecto de vida, y ese hijo que está estudiando seguramente ha sido impulsado por los padres”.

El espíritu de esta iniciativa, según explicaron los juristas que escribieron el texto, es que la ley refleje lo que sucede con una clase media que suele financiar a sus hijos hasta que terminen los estudios. Aunque a pesar de esto es necesaria una norma porque los antecedentes indican que los aportes se cortan cuando los padres están separados y entonces, en la mayoría de los casos, cuando los hijos cumplen 21 la madre es la que termina haciéndose cargo de todos los gastos. Para redactar este artículo, los juristas se basaron en una infinidad de casos en los cuales la Justicia ya dictaminó a favor de mantener a los hijos hasta los 25 años.

Pero el cambio ya genera polémicas, y para la psiquiatra y psicoanalista Graciela Onofrio, “cada vínculo filial va a definir los límites del amparo económico”. En diálogo con el diario Clarín, agrega que “no necesitamos un padre más poderoso en épocas de paternidad tardía, porque corremos el riesgo de obligar a un padre jubilado a sostener a un hijo adulto sólo por el efecto de una ley. Así se corre el riesgo de fabricar hijos adultos “botines de guerra” de relaciones exconyugales disfuncionales”.

En la otra vereda el doctor Andrés Rascovsky, presidente de la Asociación Psicoanalítica Argentina, defiende con firmeza la aprobación de la iniciativa: “Es muy difícil desarrollarse sin el apoyo familiar en una sociedad tan competitiva. Porque ésta es una sociedad filicida donde los jóvenes están desprotegidos, y por eso me parece importante el cambio”.

De acuerdo con un sondeo de la consultora D’Alessio IROL, para la mayoría de los padres una medida así mantendrá a los hijos durante un lapso más prolongado en la etapa de adolescencia. La reforma establece como condición que los hijos vivan con sus padres, que no cuenten con recursos propios y que estén estudiando. Algo por lo cual queda claro que de recibir luz verde en el Congreso será un beneficio sólo para un segmento reducido de la población.

Por ley, los hijos serán mantenidos por sus padres hasta los 25 años

Eso ocurrirá si prospera un proyecto del Gobierno nacional. Será para los que estudian. Ahora esa obligación vence a los 21 años.

Fue a mediados de la década del ‘70, cuando un grupo de chicos de ropas rotosas y pelos parados escandalizó al mundo y le devolvió un poco de sangre al rock and roll.

El punk gritaba que no había futuro y mejor era morir antes de los 25. Cuarenta años después, la mayoría de ellos sigue vivo, se transformó en parte de aquello que odiaba y se preocupa porque a los 25 sus hijos todavía siguen en casa.

El Código Civil, el que rige la vida cotidiana de todos nosotros, fue escrito en 1869 cuando los muchachos de antes ni siquiera imaginaban la gomina.

La reforma que impulsa el Gobierno nacional –que será enviada en las próximas semanas al Congreso– intenta ponerlo a tono con un mundo en el que los “indignados” ya no pelean por cambiarlo sino por no quedar afuera.

El artículo 663 de este nuevo Código intentará establecer que mientras los hijos sigan estudiando los padres tendrán la obligación de mantenerlos hasta los 25 años (ahora es hasta los 21) .

La norma fue pensada para una Argentina en la que todas las edades se han retrasado: los viejos viven más, los embarazos llegan más tarde y los hijos retrasan su partida. Pero una Argentina en la que también los jóvenes son el blanco dilecto de la desocupación.

Según datos del INDEC, mientras que el índice general de desempleo es del 6,7 %, entre las mujeres de menos de 29 años trepa al 16,7 %, y 11,9 % para los hombres.

En Capital y GBA, llega casi al 20 %.

“Este artículo se basa en el principio de solidaridad familiar”, explica Nelly Minyersky, abogada de familia y una de las especialistas que participó de la redacción del anteproyecto. Y agrega: “Lo que se busca es continuar la responsabilidad con quien se ha compartido un proyecto de vida. Ese hijo que está estudiando seguramente ha sido impulsado por los padres”.

El espíritu de esta norma, explicaron los juristas que escribieron el texto, es que la ley refleje lo que ocurre con una clase media que suele financiar a sus hijos hasta que terminen los estudios. ¿Pero por qué hace falta una ley? Porque los antecedentes indican que los aportes se cortan cuando los padres están separados y entonces, en la mayoría de los casos, cuando los hijos cumplen 21 la madre es la que termina haciéndose cargo de todos los gastos . Para redactar este artículo, los juristas se basaron en una infinidad de casos en los que la Justicia ya dictaminó a favor de mantener a los hijos hasta los 25 .

El cambio ya genera polémicas. Para la psiquiatra y psicoanalista Graciela Onofrio, “cada vínculo filial va a definir los límites del amparo económico.

No necesitamos un padre más poderoso en épocas de paternidad tardía ; corremos el riesgo de obligar a un padre jubilado a sostener a un hijo adulto sólo por el efecto de una ley . Corremos el riesgo de fabricar hijos adultos “botines de guerra” de relaciones exconyugales disfuncionales”.

María Esther de Palma, de la Sociedad Argentina de Terapia Familiar, coincide: “Yo no estoy de acuerdo. La intención puede ser buena pera la realidad es que la mayoría de los padres separados tiene dificultades para mantener dos casas”.

De acuerdo con un sondeo, de la consultora D’ Alessio IROL, para la mayor parte de los padres una medida así mantendrá a los hijos más tiempo en la etapa de adolescencia (Ver infografía) .

En el otro extremo, el doctor Andrés Rascovsky, presidente de la Asociación Psicoanalítica Argentina, es un firme defensor de esta norma: “ Es muy difícil desarrollarse sin el apoyo familiar en una sociedad tan competitiva.

Es una sociedad filicida, los jóvenes están desprotegidos, por eso me parece importante el cambio”.

La reforma establece como condición que los hijos vivan con sus padres, que no cuenten con recursos propios y que estén estudiando.

Por eso, más allá de los puntos a favor y en contra, lo cierto es que es una norma para público reducido. Desde hace décadas, estudio y trabajo ya no vienen con garantía de inserción social.

Una inversión mínima de $ 1.400

La pregunta del millón es: ¿Qué costo tiene para los padres mantener a sus hijos hasta los 25 años?

O puesto en otros términos: ¿Cuánto es lo que tienen que invertir? Martín Tetaz, economista, profesor e investigador en la Universidad Nacional de La Plata, lo explica: “En primer lugar hay que computar el costo de la canasta básica alimentaria para un joven de entre 21 y 25 años. De acuerdo a los informes metodológicos del INDEC, un varón de esa edad requiere 2.860 calorías diarias, mientras que una mujer necesita como mínimo 2.000. Para el INDEC, el costo de la canasta básica para un adulto era en febrero de $ 209,98 pero, como es sabido, esos números no son confiables. Por fortuna la Dirección de Estadísticas de la provincia de Santa Fe continúa publicando un índice de precios de alimentos, usando la misma metodología que tenía el INDEC antes de la intervención. Según esos datos, el costo es de $ 371,16”.

Y sigue: “Hay que contemplar también otros gastos, además de los alimentarios. Para arribar al costo de la Canasta Básica Total, el INDEC calcula que el 45% del gasto por adulto en el hogar es en alimentos, de modo que hay que agregar un 55% de otros gastos, lo que eleva la canasta total a los $823,97. Pero ese es el costo mínimo necesario para que un adulto no caiga debajo de la línea de la pobreza”.

En las clases medias, los gastos en comida -que son mayores- solo representan en promedio un 35% del gasto total del hogar.

Así, para los hogares con ingresos que van entre los $ 3.580 y $ 8.000 mensuales se necesitan $1.399,09 para mantener a un joven que tiene entre 21 y 25 años, concluyó Tetaz.

Fernando Blanco Muiño, de la Unión de Consumidores de Argentina, calcula un presupuesto mayor. “Entre la prepaga (500 pesos), la telefonía celular (150), los viáticos (150), el esparcimiento (600), la vestimenta (250) y los materiales didácticos (200) la cuenta sube a los 4.200 pesos mensuales, con alimentación y educación incluida”.

El cálculo del experto fue realizado en base a un hogar urbano, con ingresos superiores a los 12.000 pesos.

Hasta el momento, la obligación de los padres “comprende la satisfacción de las necesidades de los hijos en manutención, educación y esparcimiento, vestimenta, habitación, asistencia y gastos por enfermedad” hasta que cumplan los 21 años.

Según Tetaz, “la reforma propuesta viene a normar una conducta que resulta del propio interés de los padres dado que el artículo 367 del Código actual estipula una relación recíproca de mantenimiento por grado de consanguinidad entre padres e hijos. Así, como los hijos también tienen obligación de mantener a los padres en caso de imposibilidad de estos para generar sus propios medios (en la vejez, por ejemplo) y la cuantía del mantenimiento es proporcional a las posibilidades económicas de los hijos, pues resulta una excelente decisión invertir en la educación de los hijos para mejorar su posición económica”.