Destino final: Trump (hoy, a las 11.20)

Después de su paso por Houston, Macri viajó a Washington para su entrevista con su par norteamericano
^ Tras su paso por Houston, el ^ presidente Mauricio Macri viajó ayer de la ciudad petrolera a Washington, donde hoy mantendrá un almuerzo con su par norteamericano, Donald Trump, el motivo principal de su viaje desde un primer momento. Del encuentro, participarán también las primeras damas Juliana Awada y Melania Trump.

Junto al presidente y su esposa, abandonaron ayer la ciudad petrolera para viajar a la capital norteamericana los ministros de Energía, Juan José Aranguren, y de Producción, Francisco Cabrera., a los que se le unirán allí el jefe de Gabinete, Marcos Peña, la canciller, Susana Malcorra, y el secretario de Asuntos Estratégicos, Fulvio Pumpeo, quienes ya están desde ayer en la capital norteamericana, donde se reunieron con el jefe de Gabinete de Trump, Reince Priebus y luego con el presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Luis Alberto Moreno.

En su encuentro, Macri y Trump abordarán la situación de las exportaciones de biodiésel y de limones de Argentina a Estados Unidos, dos temas sensibles de la agenda bilateral. Opinión pública La foto de Macri con el presidente que nadie esperaba que llegara a serlo, además, repercutirá mediáticamente y genera expectativas divergentes enla población.

Una encuesta de D´Alessio IROL en conjunto conBerensztein, muestra que para la mayoría (38%) de los consultados, los vínculos con Estados Unidos `deberían aumentar`, mientras que 29% cree que `deberían permanecer sin cambios` y solo 26% considera mejor que disminuyan.

No obstante, la mayoría son escépticos con que pueda haber cambios. Mientras 47% cree que el encuentro `110 alentará el ingreso de inversiones internacionales`, 51% tampoco considera que vayan a `facilitarse las exportaciones argentinas a Estados Unidos

De ese modo, las conclusiones de la encuesta son: `La grieta es visible en prácticamente todos los temas relacionados con los resultados esperados del viaje. Solo se encuentra coincidencia en cuatro puntos: el desacuerdo con la política de Trump, el interés en lograr una mejora en las posibilidades de negocios e inversiones, las modificaciones que impulsará Trump en los acuerdos ya suscriptos por su predecesor y el deseo de no involucrar a la Argentina junto a los EE.UU. en conflictos internacionales`.

Los datos relevados corresponden a una medición entre el 21 al 23 de abril realizada en forma online a 1.100 respondentes, mayores de 18 años, de todo el país, especificó la consultora.

Donald Trump cierra la grieta entre kirchneristas y macristas

Una encuesta entre votantes de Mauricio Macri y Daniel Scioli refleja que en ambos sectores creen que la victoria del republicano será negativa para la política interna de EE.UU. y la economía y gobernabilidad mundial

ANDRÉS SANGUINETTI

El impacto de la llegada de Donald Trump a la Casa

Blanca fue global, al punto que también repercutió en la Argentina, tanto en el seno del Gobierno como en la sociedad que esperaban un cómodo triunfo de la candidata demócrata, Hillary Clinton, preferida por estos lados.

Una encuesta local difundida ayer da cuenta de lo que los argentinos piensan sobre el cambio de clima político que se supone habrá en Estados Unidos a partir del 20 de enero, cuando Trump asuma. Y hasta revela coincidencias impensadas entre quienes localmente votaron a Mauricio Macri y a Daniel Scioli en las elecciones presidenciales de diciembre.

Sólo hay ciertos matices ya que un grupo, especialmente de votantes de Cambiemos, supone que la misma estructura política y económica lo obligará a atemperar lo prometido. En tanto que muchos votantes al FPV, consideran que mantendrá la línea mostrada durante la campaña.

Más allá de eso, en la encuesta la gran mayoría de seguidores de una y otra agrupación política considera que el triunfo de Trump traerá consecuencias negativas tanto para la política interna de Estados Unidos como para la economía y gobernabilidad mundial. Según la encuesta, el 86% de los consultados supone que la victoria del candidato republicano impactó en tres frentes. El primero sostiene que abre una grieta “visible y xenófoba” en la sociedad norteamericana, al propiciar la diferenciación por color, religión y país de origen. El segundo asegura que “genera mayores dificultades en el panorama económico internacional a partir de un potencial aumento del costo de los créditos y de mayores dificultades para las operaciones de comercio exterior”.

Y el tercer frente señala que producirá “una situación problemática en los gobiernos para mantener sus actuales líneas políticas, porque incrementará la dificultad de las democracias para mantener un enfoque equidistante de los fanatismos de izquierda y derecha”.

Las definiciones forman parte del Tracking de Humor Social y Político de noviembre que D´Alessio IROL efectúa junto a Sergio Berensztein. En este caso, la consulta fue realizada en forma online a 460 argentinos, mayores de 18 años, de todo el país. Además, diferencia las respuestas entre los votantes de Cambiemos y del Frente para la Victoria (FpV). Como prólogo, el informe sentencia que “las percepciones sobre Trump trascienden las posiciones con respecto a la política nacional ya que se registran respuestas homogéneas que superan las tradicionales perspectivas opuestas de quienes votaron en el balotage por las dos fuerzas mayoritarias”. Es decir, no hay grieta en creer que Trump reforzará la posición de quienes no quieren ingreso de extranjeros; habrá más separación entre blancos, negros y latinos o por religión; incidirá en la política interna de otros países y afectará la gobernabilidad democrática de países desarrollados. Tampoco en que impactará en la economía global y subirá el costo de los créditos internacionales, provocando un perjuicio para la Argentina; cerrará el mercado de importaciones y reforzará la posición de líderes proteccionistas que desean economías con menor intercambio.

Hay sí matices con respecto al impacto que tendrá para México. Los seguidores de Cambiemos creen que afectará principalmente a la economía de este país (40%), mientras que sólo el 25% de los del FPV coincide. En cuanto a que llegarán al país menos inversiones, en el FPV lo creen 39% de los consultados, contra el 25% de Cambiemos. No hay grieta sobre que impactará en una baja de los precios de las materias primas que Argentina exporta.

Herencia: 4 de cada 10 votantes del FPV culpa a Cristina de lo que pasa

Según una encuesta de D’Alessio IROL/ Berensztein®, el 72% del universo total la responsabiliza de los problemas actuales.

La expresidenta Cristina Fernández es “responsable de los problemas  actuales”. Así piensa el 72% de los argentinos según una encuesta on line de D’Alessio IROL/ Berensztein®, realizada del 2 al 4 de noviembre en base a 700 casos. Ese porcentaje trepa al 99% entre los votantes de Cambiemos y, sorprendentemente, hay un 42% que opina lo mismo entre los que apoyaron a Daniel Scioli.

Inseguridad e inflación se sostienen como los problemas centrales para los argentinos, donde el 72% de los consultados encuentra que la expresidenta es responsable de haberlos empeorado. Pero también luce alto el porcentaje de los votantes del FPV -55%- que se manifiestan de esta manera.

Otra de las preguntas que se realizó en el sondeo apuntaba a un pronóstico y, como no era la primera vez que se hacía la misma consulta,  es posible ver su evolución. De esta manera, volvió a crecer el porcentaje de gente que considera que “existe alguna probabilidad de que Cristina Fernández de Kirchner pueda terminar presa”. El pico más alto estuvo en julio, cuando el 46% vaticinaba que podría ir a parar a la cárcel, pero “a partir de ese momento esta aseveración empezó a descender”, hasta el 27%. Tras su última aparición en los tribunales de  Comodoro Py con la causa de Hotesur que lleva adelante el Juez Ercolini, la cantidad de consultados que pronostica su prisión trepó al 44%.

Según el sondeo, el 76% de los argentinos considera, además, que la exjefa de Estado debe ir presa si “se probara su responsabilidad en las causas” en las que está imputada

“Se mantiene como posición mayoritaria desde abril de este año que la Justicia, si se prueba su responsabilidad, debe dictarle prisión”, dice la consultora, a la vez que subraya como “dato relevante”, que “la mitad de los votantes al Frente para la Victoria -56% – piensan que el destino final, de probarse su culpabilidad, es la cárcel”.

¿Cuántos de los que votaron a Mauricio Macri en balotaje volverían a hacerlo?

El Presidente logró elevar en 8% su imagen positiva en octubre. Por otra parte, la inseguridad sobrepasó a la inflación como principal tema de preocupación

Aunque la reactivación económica prometida durante la campaña presidencial por el equipo de Cambiemos se demora en llegar, las personas mantienen el optimismo y creen que el 2017 será un mejor año.

El 58% confía en mejorar su situación el año próximo, y tres de cada cuatro encuestados en un reciente estudio encontraron aciertos en la gestión Mauricio Macri, quien así retiene al 68%de los votos del balotaje.

Las principales conclusiones del informe “Tracking de Humor Social y Político” de octubre, realizado por D’Alessio IROL y Berensztein, demuestran también que crece el optimismo de aquellos que dicen estar mejor que un año atrás.

En términos de imagen, Macri logró elevar la suma de opiniones favorables a su gestión y disminuir las desaprobaciones.

El 78% de los consultados encontró aciertos en su gestión, 8% más respecto a la medición de septiembre.

Al momento, el 68% de quienes votaron a Macri en el balotaje mantiene su voto, mientras que Scioli apenas retiene al 34%. El resto está en una zona indefinida liderada por el diputado Sergio Massa, según el reporte.

A su vez, la inseguridad se colocó sobre la inflación como el principal problema en la mente de los argentinos.
Para combatirlo, el 64% de los consultados pide terminar con la facilidad de la salida de prisión de aquellos que cometieron delitos, y un 60% reclama prisión perpetua para quienes están al frente de alguna organización ligada al narcotráfico.

Asimismo, los argentinos indican que las agrupaciones de familiares de víctimas son las quemás están haciendo en términos de seguridad y limitación del narcotráfico, mientras que la Justicia, las fuerzas policiales y los políticos obtienen escasa valoración en el reporte al que accedió El Cronista.

Los políticos que aún sostienen una imagen positiva en torno a este tema son la gobernadora de Buenos Aires, María Eugenia Vidal, y algunos fiscales y jueces, que reúnen 36 y 35% de aprobación respectivamente.

La inseguridad preocupa más a la gente que la inflación

El humor social en octubre estuvo marcado por la delincuencia en alza. Desconfianza en que los políticos, la Justicia o las fuerzas de seguridad puedan resolver el problema.

Pese a que el aumento de precios parece regir el día a día, en la cabeza de los argentinos la inseguridad la mayor preocupación, según el relevamiento deD’Alessio IROL/ Berensztein.

Si bien la lista de preocupaciones es amplia, la encuesta indica que disminuye la incidencia de los aumentos en tarifas, sube algunos puntos el crecimiento de la inseguridad, la facilidad de acceso a las drogas y la dificultad para pagar las cuotas.

Este temor por la inseguridad rige el humor social y genera una sensación de miedo generalizado a ser la próxima víctima.  Al ser consultados sobre una la solución posible, la mayoría hizo hincapié en la necesidad de “terminar con la facilidad de la salida de prisión de los delincuentes”. Le siguen:

La  prisión perpetua para quienes estén al frente de organizaciones narco.
La prisión perpetua para quienes cometan abuso agravado por vínculo.
Los cambios en los códigos de procedimientos.
La revisión de los casos de excarcelación ante delitos menores.
Mayor control para evitar reincidencia.

Se reclama que los delincuentes no salgan con facilidad de prisión.

El relevamiento divide entre los que votaron a Mauricio Macri y los que lo hicieron por Daniel Scioli. “En general quienes votaron a Macri acentúan como traba a eliminar la protección legal de los delincuentes y mayor severidad de las penas independientemente fueran menores o no los que cometen el delito.

Quienes lo hicieron por Scioli se encuentran más contemplativos, menos rígidos y sugieren en mayor grado medidas de “contención social”.

A su vez, se visualizan tres tipos de héroes en la “batalla contra la inseguridad”: Los propios ciudadanos; los familiares de las víctimas y los funcionarios, entre los que destacan a la Gobernadora de Buenos Aires, María Eugenia Vidal.

El estudio refleja un dato más que preocupante:”Policía, justicia y políticos están en el fondo de la tabla y no parecen ser considerados como figuras relevantes en lograr mejorar la seguridad”, indican desde D’Alessio IROL/ Berensztein.

La policía, los políticos y la justicia no son considerados relevantes para combatir la inseguridad.

ELECCIONES A LA VISTA

La encuesta también relevó el humor actual con respecto a los principales referentes de los partidos políticos, de cara a las próxima elecciones legislativas.

Si se tiene como referencia el ballotage, Macri retiene el 68% de sus votantes y Scioli el 34%. En tanto, el resto de los electores pasa a una zona indefinida liderada por la figura de SergioMassa.

Así, Cambiemos muestra algunos puntos de retención con un alza de entre 31 y 37 por ciento. Por otro lado aumenta el número de quienes suscriben a Scioli con 18% y el interés por el Frente Renovador con 6 por ciento. A su vez, crece la de indecisos, entre el 2 y 18 por ciento, entre los votantes en el balotage.

Hoy, Segio Massa despierta el interés de los indecisos.

Por otro lado entre los que critican el gobierno de Cambiemos se encuentra el rechazo a medidas tales como: la forma de comunicación, la toma de deuda para el pago a los bonistas y la apertura al exterior.

Formas y contenidos

METODO CAMBIEMOS
Sergio Berensztein
Se suman elementos a la polémica por el estilo oficial de comunicar. Campaña vs. gestión.

Comunica bien el Gobierno? ¿Existen en efecto serios problemas de comunicación, más allá de la polémica surgida esta semana en torno de la cuestión Malvinas, como para motivar un retiro por parte de los principales voceros oficiales en el emblemático CCK, la nave insignia del culto a la personalidad que caracterizó la gestión de Cristina? A menudo me preguntan sobre estas cuestiones, y confieso que no sé qué contestar.
Si me guío por los resultados, ¿cómo dudar de las virtudes de un equipo y de una concepción teórica que, desde 2005, cuando Macri fue electo diputado nacional, a la fecha sólo cosechó éxitos políticos resonantes, muchos de ellos inesperados, como la victoria de María Eugenia Vidal en la provincia de Buenos Aires? “Nos subestiman”, dijo Marcos Peña, y tal vez tenga al menos parte de razón.

Pero hay quienes sugieren que, al margen de las virtudes del “método Cambiemos”, la estrategia comunicacional del Gobierno es, por lo menos, insuficiente sino errónea: una cosa es una campaña electoral, donde el objetivo es seducir a los votantes, y otra muy diferente es comunicar actos o planes de gobierno, sobre todo en un país tan complejo, amplio y diverso (en contraste con un distrito relevante pero acotado y, sobre todo, más rico y homogéneo que el promedio del país, como la Ciudad de Buenos Aires). Respecto de los éxitos logrados por los estrategas de Macri, el contraargumento principal apunta a un conjunto de escenarios contrafácticos que sugieren que el ajustadísimo triunfo de Cambiemos tuvo mucho más de contingencia (en la ciencia política contemporánea, el concepto más aceptado y utilizado es tujes; en el país suele adquirir una connotación más gaseosa) que de planificación estratégica, incluyendo la utilización de redes sociales, mensajes esperanzadores y cosas por el estilo.

En efecto, ¿qué hubiera ocurrido si, en vez de Zannini, Cristina le hubiera dejado elegir a Scioli un compañero de fórmula más competitivo (menos tóxico), que no asustara tanto a los electores independientes? ¿Y si Randazzo hubiese aceptado ser candidato a gobernador o Domínguez le hubiese ganado a Aníbal (en los papeles, no sólo en los rumores o especulaciones de los corredores del poder)? ¿Cuál hubiera sido el nivel de participación de los voluntarios que fiscalizaron la elección presidencial si en Tucumán los comicios se hubiesen desarrollado con relativa normalidad, sin tantos escándalos? ¿Y si arreglábamos con los buitres, volvía el financiamiento, crecíamos fuerte y hasta bajaba algo la inflación? ¿Los sectores medios y medios altos, principal base de apoyo de Cambiemos, hubiesen alterado sus preferencias en un contexto sin tantos cepos ni profundiz ación del intervencionismo autárquico? ¿Acaso hubiese alcanzado Scioli una diferencia más significativa en la primera vuelta (incluso más de 40%, más 10 puntos de diferencia) de haber concurrido al primer debate televisado en la historia política argentina? ¿Y si la campaña duraba una semana más, la tradicional propaganda negativa del FpV hubiera tenido más impacto? Planteos. Estos interrogantes plantean, además, escenarios inquietantes respecto de la solidez de la vocación de cambio que en efecto ha demostrado y aún tiene la sociedad: a pesar de todo lo anterior,

Macri ganó la segunda vuelta apenas por 2 puntos y medio. No cabe duda de que un eventual triunfo de Scioli hubiera cuestionado de manera terminal la estrategia desplegada por Peña, Duran Barba y compañía. De todos modos, es probable que el resultado obtenido los haya obligado a replantearse el margen de acción del nuevo gobierno. Se entiende, entonces, que el imperio del gradualismo haya penetrado transversalmente la agenda gubernamental.

Por algo el peronismo abandonó tan abrupta y contundentemente a Cristina: indudable mariscal de la derrota, responsable de un descalabro electoral y político sin precedentes, no merece ni siquiera la más mínima solidaridad en medio del tornado judicial en el que está metida. A pesar de que, en un reciente sondeo elaborado por D Alessio IROL, un 30% de los argentinos aún tiene imagen positiva de la ex presidenta, y en la provincia de Buenos Aires ese porcentaje se eleva a la mitad. Eso no se traduce automáticamente en votos, pero no abundan los potenciales candidatos que puedan mostrar semejante aceptación en el principal distrito. Por eso todos los caminos, o casi, parecen conducir a Massa, que no está solo ni espera, sino que trabaja para consolidar una estructura que, a diferencia de lo ocurrido entre 2013 y 2015, con el peronismo pero con una vocación frentista y plural, se proyecte como alternativa de poder ampliando su base de sustentación. Lo mismo que hizo Macri con la UCR y la Coalición Cívica.

Una cuestión hasta ahora menos debatida es si los cuestionamientos a la comunicación oficial apuntan a los qué o a los cómo. Algunos especialistas sostienen que el Gobierno hace mucho más de lo que parece, y que algunos temas importantes se diluyen en la vorágine del día a día. Tal vez por estar integrado por tantos hinchas xeneixes, el equipo presidencial parece haber olvidado aquello de poner el huevo y además cacarear. Otros, por el contrario, apuntan a las formas: el combo redes sociales/timbreo no parece convencer demasiado a los segmentos más convencionales de la coalición de gobierno. Por ejemplo, esta semana Ernesto Sanz embistió sin tapujos contra Jaime Duran Barba, a quien culpó por algunos de los principales errores del Gobierno. Sorprende dicha actitud de alguien que conoce de sobra que en última instancia es Macri el que toma o avala las decisiones más importantes.

¿Es necesario que el Gobierno haga más “política”? ¿Qué significa eso exactamente? ¿Qué clase de acciones, en concreto, no se están llevando a cabo que mejorarían en todo caso los resultados de la gestión? El Presidente afirmó que pasa el 80% de su tiempo con el matafuego en la mano apagando incendios y que solamente en el 20% restante puede pensar en el mediano y largo plazo.

Es posible que una vez que se ordene un poco más la agenda y se despejen cuestiones acuciantes (el lío de las tarifas, por ejemplo, consumió muchas más horas y paradójicamente energía de lo pensado, desplazando o postergando otras prioridades), lo importante se imponga a lo urgente. O todo lo contrario: el avance del calendario electoral podría desviar el foco otra vez hacia la coyuntura. Y el debate sobre las cuestiones de fondo (las reformas estructurales, la calidad institucional, la competitividad, el futuro del empleo) sufrirá una nueva, costosísima, típicamente argentina postergación.