Según una encuesta, los cuadernos “profundizaron la grieta” entre argentinos

La causa de los cuadernos que ocupa la escena pública desde hace casi un mes no limó asperezas entre argentinos, sino que lejos de eso, agudizó la famosa grieta.

Así lo revela una encuesta de D’Alessio Irol – Berensztein, donde, entre los datos detallan diferentes “reacciones” frente a los presuntos hechos de corrupción de los exfuncionarios.

También confirma que, tras la investigación, los votantes siguen fieles a Cambiemos o al FPV tal como antes de que esto suceda.

Reacción ante la corrupción

Ante la consulta sobre los hechos de corrupción, un 45% de los encuestados dijo sentir bronca, seguidos por un 44% que tienen “desconfianza en que esto sea un manejo político del gobierno”.

En tanto, en relación a la “desconfianza en que los funcionarios queden presos” un 38% se consideró a favor de esa opción, porcentaje del cual un 46 % corresponde a Cambiemos y sólo un 18% al FPV.

En cuanto a la “esperanza en que se terminen las coimas” el porcentaje solo alcanza al 28%, de los cuales un 42% son votantes de Cambiemos, y sólo un 13% del Frente Para la Victoria.

Otra de las consignas en las que se expone la grieta, es ante la duda si la ex presidenta debería o no ir presa.  Un 91% de los encuestados de Cambiemos consideran que sí, mientras que sólo el 20% de los votantes del Frente Para la Victoria están de acuerdo. Entre ambos, un 56% cree que la ex mandataria debería estar tras las rejas.

¿Preferiría que termine la corrupción o que mejore la situación económica?, fue otra de las preguntas que marcó una amplia división. Un 80% de los votantes de Cambiemos preferirían que termine la corrupción, mientras que sólo un 19% de los votantes del FPV prefieren esa opción.

En tanto, el 75% de los votante del FPV consideran más importante que mejore la situación económica, cuando sólo el 19% cree que eso es más urgente.

Por último, respecto de las condenas y quiénes cumplirán con penas de prisión en la causa de los cuadernos, el 70% cree que sólo “algunos” de los involucrados en la causa serán condenados.

De ese 70% total, un 83% corresponde a votantes de Cambiemos, y un 56% a simpatizantes del FPV.

Publicado en IProfesional el 25/08/2018

Todo señala a Cristina como jefa de la banda

Cuando Cristina Kirchner dijo en el Senado que una homérica conspiración internacional trata de impedir su candidatura presidencial el año que viene, estaba diciendo algo más. Anunciaba que definitivamente será candidata presidencial. Avanzó en la monumental teoría conspirativa y se comparó con Lula, que es un candidato preso en Brasil. Será candidata, entonces. Pero ¿estará presa? Las pruebas acumuladas por el juez y los fiscales en la causa caratulada `Fernández Cristina Elisabet y otros sobre asociación ilícita` justificarían ya su prisión preventiva, sobre todo porque conserva espacios de poder como para obstruir la investigación.

La conspiración contra ella es un recurso trillado de los que no pueden explicar nada. O a Cristina le falta conocer muchas más cosas antes de denunciar mía persecución. Cristina no sabe todavía, por ejemplo, todo lo que dijo José López, el que fue su todoterreno secretario de Obras Públicas, quien ya habló hasta cansarse (y cansar) ante el fiscal Carlos Stornelli y el juez Claudio Bonadio. Cuando se conozca la devastadora denuncia que ese hombre fundamental del régimen kirchnerista hizo ante los magistrados, al Senado no le quedará ningún margen para negarle el desafuero y mandarla presa. La investigación judicial estableció que Néstor Kirchner ideó un sistema de sobornos con todos los negocios del Estado que funcionó desde 2005 hasta su muerte, en 2010. El era un hombre meticuloso que sabía el valor del dinero y que le dedicaba una pasión desenfrenada a conseguirlo y administrarlo. Cristina congeló el sistema durante dos años, desde 2010 hasta 2012, pero en este último año decidió reinstaurarlo usando las anotaciones de su marido en un cuaderno Arte (no Gloría, como se creía hasta ahora). No es contradictorio: construir semejante fortuna en tan poco tiempo no deja de ser un arte.

El sistema estuvo vigente con Cristina hasta que ella, dejó el poder, en diciembre de 2015. Aquel paréntesis de dos años construyó la imagen de una mujer que se había alejado (o no sabía nada) de los negocios espurios de su marido. Imagen que se instaló en la más destacada dirigencia política no kirchnerista. La realidad era otra. Ella hacía lo mismo que Néstor, pero de manera más desordenada y con menos conocimientos del mundo de los negocios. Empresarios y exempleados suyos han confesado ante la Justicia que Cristina estaba, permanentemente al tanto de los sobornos que sus funcionarios cobraban. Los investigadores judiciales se encontraron con una sorpresa: los porcentajes. Están llegando a la conclusión de ([lie los empresarios mintieron cuando hablaron de coimas del 5 por ciento. La Justicia cree que, en el caso del transporte, pagaron mi 30 por ciento de sobornos, otro 30 por ciento se lo quedaron los propios empresarios y mantuvieron el servicio con el 40 por ciento restante. Esta es la razón, por ejemplo, de que todo el servicio de ferrocarril haya sido un desastre durante el gobierno kirchnerista, no solo el Sarmiento, que terminó con la tragedia de Once.

Hubo otros accidentes en otras líneas que, por la hora o el día, no tuvieron la repercusión ni la cantidad de víctimas del choque de Once. Un sagaz funcionario judicial, que nada tiene que ver con esta investigación, decía el viernes: `En todos los países del mundo los arrepentidos dicen la verdad ante la Justicia. Este es el único país donde los arrepentidos mienten`. La conclusión es grave porque la ley del arrepentido se acaba de estrenar, y no sería un buen precedente que sirva para prolongar la impunidad. Aseguran que Bonadio y los fiscales Stornelli y Rívolo investigarán lo que dijo cada arrepentido para exponerlo luego ante el tribimal oral que en algún momento juzgará el caso. Lo que ellos digan será fundamental para que el tribunal atenúe o agrave las condenas.

Un caso paradigmático del arrepentido a medias es el del financista Ernesto Clarens, que se presentó por segunda vez ante los magistrados, pero no cambió su actitud. Retacea información, desliza nombres de otros culpables, se contradice, cambia las fechas. Nunca conformó ni al juez Bonadio ni al fiscal Stornelli. Su declaración no fue homologada todavía y difícilmente lo sea si no aporta más datos. Uno de los investigadores le preguntó si había contribuido a fugar los dólares de Daniel Muñoz, el exsecretario de Néstor Kirchner, que murió hace dos años. A Muñoz le encontraron propiedades por 65 millones de dólares en Miami. Clarens contó que una vez Muñoz le preguntó cómo hacer una, sociedad offshore para manejar dinero en el exterior, pero que no avanzó más allá de una pregunta vaga y nunca volvió sobre el tema. ¿Es creíble? Clarens aseguró que Aldo Ducler era el financista que sacaba dinero de Néstor Kirchner al exterior. La estrategia es perfecta: Ducler y Kirchner están muertos, y los muertos no hablan ni la ley penal rige para ellos. Hay quienes están seguros de que Clarens fue una pieza importante para fugar al exterior unos 1000 millones de dólares. Clarens calla y protege.

Los investigadores creen que el monto de dinero que circuló entre coimas y sobreprecios es muy alto, pero que también una parte de esa plata se quedó en los recovecos entre empresarios, exfuncionarios que se hicieron ricos y los gastos de la política. La Cámpora o Justicia Legítima, por caso, fueron señalados por testigos como beneficiarios del dinero mal habido. Ellos desmienten o culpan a la CIA (Larroque dixit). Pero ¿qué otra cosa pueden hacer? ¿Autoincriminarse, acaso? Cierta dispersión del dinero de la corrupción sucedió sobre todo cuando ya la jefa del sistema era Cristina, menos experta que su marido en el férreo control del dinero de la corrupción. Nadie se explica cómo la familia Kirchner no hizo, con semejante cantidad de dinero, una empresa de la envergadura de Techint o de Arcor. `Tenían los reflejos de los inmigrantes italianos o españoles de los años 20 o 30 del siglo pasado: efectivo o bienes inmuebles`, dice uno de los investigadores. Lázaro Báez, un testaferro del exmatrimonio presidencial, tiene 300 propiedades en el sur. Los investigadores también se sorprendieron por la tosquedad del método para robar. A Báez le dieron no menos de 35 obras en Santa Cruz. No hizo ninguna, pero se llevó toda la plata que costó cada una. El delito quedó al descubierto, demasiado vulnerable ante la primera investigación del latrocinio.

Regresemos a la primera pregunta. ¿Cristina irá presa? Depende de la decisión del Senado y este decidirá no por lo que dice ahora, sino por las pruebas que aporte el juez cuando procese a Cristina y, eventualmente, vuelva a pedir su desafuero para ponerla presa. El principio no escrito de que los senadores solo son desaforados cuando hay una sentencia definitiva es inconstitucional. El artículo 70 de la Constitución dice que cualquiera de las dos cámaras del Congreso deberá `examinar el mérito del sumario` en el caso de que un juez pida el desafuero. Con los dos tercios de los votos, la cámara podrá `ponerlo a disposición del juez para su juzgamiento`. Este matiz es importante. El juzgamiento es anterior a la sentencia definitiva. Cuando existe una sentencia definitiva es porque el juzgamiento ya sucedió. Por lo tanto, Cristina está en condiciones de ser desaforada para ir a prisión si Bonadio lo pidiera por segunda vez. Ya pidió el desafuero y su prisión en el tramo inicial de la investigación de los cuadernos. La sociedad está escéptica y desconfiada con esta causa. Una mayoría no cree que todos los acusados terminen presos y todavía un 30 por ciento de los consultados confía en la honestidad de Cristina,. Coincide con el porcentaje de su imagen positiva.

 Con todo, llama la atención la respuesta a una pregunta de la consultora D’Alessio/Berensztein. Le preguntaron a la gente si prefería que termine la corrupción o que mejore la situación económica. Un 51 por ciento contestó que era mejor terminar con la corrupción y un 46 por ciento respondió que prefería que mejorara la situación económica. Eso ya no es una grieta ideológica ni política. Es una crisis de valores expuesta casi obscenamente. Es una parte significativa de la sociedad que explica por qué se pudo robar tanto durante tanto tiempo.

Publicado en La Nación el 26/08/2018

Macri vs. Cristina, economía vs. corrupción: qué dicen las últimas encuestas

Clarín analizó 10 sondeos de distintas consultoras. Responsabilidades que se cruzan y un escenario abierto.

Aviso al lector: la principal conclusión de este artículo es que no hay conclusión. Al menos no una única y contundente. La dinámica de la causa de los cuadernos de las coimas, con Cristina Kirchner a la cabeza, y de la crisis económica, sintetizada en la figura de Mauricio Macri, desvela por estas horas a analistas y encuestadores. Las preguntas se amontonan. ¿A la gente le importa más el bolsillo o la corrupción? ¿Relaciona una cosa con otra? ¿La ex presidente tiene posibilidades de volver al poder con la Justicia pisándole los talones? ¿Y el líder de Cambiemos? ¿Puede reelegir con un dólar y una inflación indomables? ¿Y si no son ellos, quién? ¿Hay lugar para un tercero?

Clarín accedió en los últimos días a 10 encuestas que intentan responder algunos de estos interrogantes. Son de 10 consultoras distintas: Management & Fit, Poliarquía, D’Alessio IROL/Berensztein, Ricardo Rouvier, Opinaia, Federico González, Gustavo Córdoba, Analogías, Raúl Aragón y M&R/Query.

Se reitera el aviso: no hay respuesta homogénea y no perecedera. Pero sí aparecen pistas, a partir de las respuestas de los miles de consultados en todo el país. Y es muy interesante, por ejemplo, cómo se cruzan las responsabilidades sobre los dos temas que son trending topic  en la agenda de los argentinos. Ni Cristina sale indemne por la situación económica actual ni Macri representa el ideal de transparencia en la relación Estado-empresas.

Otras pistas / aproximaciones:

1) Más allá del impacto por la obscenidad en la corrupción que los cuadernos de las coimas (y sus derivados), las principales preocupaciones de los argentinos siguen girando en torno a la economía: inflación, dólar, desempleo. Incluso por encima de la inseguridad.

La inquietud por la transparencia, si bien creció en las mediciones, se mantiene en un segundo plano. Esto explica, seguramente, el afán de Macri de relacionar una cosa con la otra. Es decir, el impacto de los sobornos en la economía. Días atrás lo hizo público en Tucumán:  “La plata de la corrupción explica las cosas que nos faltan”, resumió.

2) La caída económica pega más en la imagen del Presidente que el escándalo de las coimas en la de Cristina. Sin embargo, en muchos sondeos Macri mantiene aún mejor la ponderación que la ex mandataria, que vuelve a acotarse a su círculo de seguidores ultra fieles, con pocas posibilidades de crecer.

3) Probablemente porque aún es incierto el futuro del caso de las coimas y también el de la situación económica, está abierto el escenario electoral. Hoy, Macri y Cristina aparecen como los precandidatos con mejor intención de voto, pero sin chances de ganar en primera vuelta. En un balotaje, prevalecería el “menos malo”: ambos tienen un rechazo (“nunca lo votaría”) superior al 50%. Otra vez, aquí hay una pequeña ventaja del Presidente.

4) Por ahora, ningún opositor ha logrado capitalizar claramente esta profundización negativa de la grieta. El peronismo federal es lo que parece una tercera opción, pero aún lejos en intención de voto.

Una por una, las 10 encuestas

  • Management & Fit:

Un trabajo especial para Clarín, de 1.200 encuestados a nivel nacional.

–  El 53% considera que el sistema de pagos de contratistas de obra pública es un hecho de corrupción. El 41%, en cambio, considera que es una estrategia para desviar la atención de los problemas económicos.

– El 33,6% consideró que la causa no influiría en la actuación electoral de Cambiemos en 2019. El 29,5% del total cree que el episodio beneficiará al oficialismo y un 21,1% piensa que lo perjudicará. Un 15,9% no sabe.

  • D’Alessio IROL/Berensztein:

Una medición con 800 encuestados en todo el país. Es la que pregunta más directo y relaciona ambos temas. ¿Es preferible que termine la corrupción o que mejore la situación económica? Las respuestas están repartidas casi en mitades, lo que es otra muestra de la grieta.

– 51% apoya el “fin de la corrupción” y 46% que “mejore la situación económica”.

– Cuando se hace el desglose por votantes, se ve clara la partición: los seguidores de Cambiemos en un 80% van por el “fin de la corrupción” y los del FPV, el 75% porque “mejore la situación económica”.

  • Poliarquía:

La consultora, que durante años midió para el macrismo, hizo una comparación interesante de resultados, con dos mediciones nacionales, el 6 (1.086 casos) y el 15 de agosto (1.387 casos), para mostrar la evolución de la opinión pública sobre el tema.

– Crecieron los que consideran que los Kirchner son corruptos (aumentan de 52% a 60%).

– Más dividida es la opinión sobre la utilización del caso “para distraer sobre otros temas de actualidad”. Los que están de “acuerdo” con que se trata de una operación política llegan un 41% en la segunda medición (eran 44% en la primera) y los que se manifiestan en “desacuerdo” con esa teoría que deja mal parado al Gobierno suman 43% (eran 36%).

  • Opinaia:

Es una de las pocas consultoras que mide de manera online y tuvo muy buenos pronósticos en 2017. Hizo una medición de 2.456 casos en todo el país. Es una de las encuestas que muestra matices en la situación económica y la corrupción.

– Se agudiza el escenario económico desfavorable en la opinión pública. El 63% manifiesta que la situación del país es “negativa”. Sin embargo, sólo el 23% considera que la oposición está capacitada para resolver los problemas económicos, mientras que un 32% confía en el Gobierno para solucionarlos.

– Además, un 71% cree que el Gobierno de Cristina también tiene “mucha / bastante” responsabilidad respecto a la situación económica actual.

– Respecto a los cuadernos, más del 70% está de acuerdo con que “todos los políticos y todos los gobiernos son corruptos”. Es decir, también impacta a Cambiemos.Pero el mayor golpe es a Cristina: según Opinaia sufrió una caída en su imagen de 6 puntos.

  • M&R / Query:

Es la consultora que dirige Gustavo Marangoni, ex funcionario de Daniel Scioli. Se trata de un sondeo de 1.209 casos en todo el país. Es de los trabajos que confirma la mayor preocupación por temas económicos.

– La inflación queda primera con el 33% como principal problema, el desempleo segundo con el 29%, tercera la inseguridad con el 17% y recién cuarta la corrupción con el 12%.

– Respecto a los cuadernos en sí, el 40% opina que a quién más perjudican las revelaciones es a “CFK y el kirchnerismo”, un 32% a “todos” y un 8% a los empresarios.

– Es una de las encuestadoras que plantea escenarios electorales y los pone a Cristina y Macri cortados arriba, con leve ventaja de la ex presidenta (30,5% a 28,7%). Sergio Massa figura tercero, lejos, con 11,2%.

  • Gustavo Córdoba & Asociados:

El encuestador, que hizo trabajos para el peronismo en la última elección, presentó un sondeo de 1.200 casos a nivel país. Hace eje en la credibilidad y el impacto electoral de los cuadernos de las coimas.

– Es otro de los sondeos que confirma el impacto de la investigación en “Cristina y el kirchnerismo” (así opina cerca del 50%), pero que, en paralelo, cree que Macri usa la investigación “para que no se hable del manejo económico de su gestión” (casi el 60%).

– Respecto al impacto electoral, un 69,2% dijo que el caso (al menos por ahora) no los lleva a cambiar su voto. Un 18,8% sí: este número podría ser determinante en un eventual balotaje.

  • Ricardo Rouvier & Asociados:

El consultor, que trabajó durante años para el kirchnerismo, presentó un sondeo nacional con 1.200 entrevistas. Muestra a ambos, Cristina y Macri, en baja.

– El Presidente tiene una imagen negativa de 59,5%, la peor desde que asumió. También caen las expectativas económicas (53,4% negativas).

– Cristina sufre un crecimiento de su imagen negativa (pasa de 55,1% a 56,9%), pero si se repasa la trayectoria es más estable que la de Macri. En cuanto a los cuadernos, un 58,5% cree que la ex presidenta “conocía estos hechos de corrupción”.

– En cuanto a los escenarios electorales, está bien dividido entre quienes creen que en 2019 “ganará el oficialismo” (38,7%) y quienes consideran que “perderá” (40,6%).

  • Federico González & Asociados:

Este encuestador hizo trabajos en elecciones anteriores para el massismo. Ahora presentó una encuesta de 400 casos en Capital y GBA.

– Se confirma la grieta: el 91,4% de los que eligen a Mauricio Macri para la próxima presidencial consideran “muy creíbles” las revelaciones de los cuadernos; mientras que el 85,7% de los seguidores de Cristina optan por el “poco creíble”.

– En cuanto al “grado de responsabilidad” sobre los actos de corrupción, más del 50% ve a la ex presidenta al frente de los sobornos.

– También Macri recibe lo suyo: un 28,3% cree que es “falso y sólo persigue tapar la crisis económica”; y un 19% considera que los hechos son “verdaderos” pero están “inflados por el Gobierno para tapar la crisis”.

  • Raúl Aragón & Asociados:

Otro consultor que hizo trabajos para el massismo, entre otros. Presentó un reciente estudio de 603 casos en la Ciudad de Buenos Aires. El escepticismo por la corrupción les pega a todos.

– El 72% de los porteños considera que la corrupción en el Estado “no se terminará” como consecuencia del escándalo de los cuadernos.

– Más del 50% cree que con el actual Gobierno también se pagan coimas.

– Y sólo el 37,1% opina que habrá condenas efectivas para empresarios y ex funcionarios por las coimas.

  • Analogías:

La consultora, que midió para los Gobierno K y ahora hace trabajos para Unidad Ciudadana y el PJ, publicó una encuesta en la provincia de Buenos Aires, de 3.280 casos.

– La imagen negativa de Macri sigue prevaleciendo por encima de la positiva, pero tuvo una mejora en agosto entre los bonaerenses: la negativa bajó a 58,5% y la positiva subió a 39,5%.

– En cuanto a las preocupaciones, prevalecen “la inflación y las tarifas” con el 38,8% y la “corrupción” queda segunda con el 19,5%. Pero enseguida aparece otro problema económico, la “desocupación”, con 16,6%.

– Se ve más repartida aún la mirada sobre la investigación: un 41,5% cree que es “genuina del Poder Judicial”, un 34,2% que “es una maniobra para distraer sobre los problemas de la economía” y un 16,8% que “es parte de una persecución política al kirchnerismo”.

Publicado en Clarín el 27/08/2018

Cuadernos K: según una encuesta, el 56% cree que CFK debe ir presa

El dato se desprende de un estudio elaborado por D’Alessio IROL/Berensztein. El porcentaje solo había sido superado en 2016, cuando la senadora fue procesada por Ercolini.

La ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner debería ir presa para el 56% de los encuestados por D’Alessio IROL/Berensztein en el marco de la investigación por los denominados cuadernos de las coimas K. Esa opinión crece significativamente entre los votantes de Cambiemos, donde alcanza al 91%, mientras desciende al 20% entre los adherentes del Frente para la Victoria (FPV), de acuerdo al relevamiento online hecho por la consultora durante el 22 y 23 de agosto últimos.

La opinión es equivalente a la registrada el pasado 9 de agosto, apenas cinco días después de que estalló el escándalo por los Cuadernos, y solo había sido superada en diciembre de 2016 (64%) cuando la actual senadora había sido procesada por el juez Julián Ercolini, bajo la carátula de miembro de una “asociación ilícita” destinada a cometer actos de corrupción con la obra pública. Por esa misma causa, la actual senadora había sido embargada por $ 10.000 millones (unos u$s 666 en aquel entonces).

Sin título

Ante la pregunta sobre si la ex presidenta debería ir presa, los votantes de Cambiemos respondieron de forma afirmativa en un 91% de los casos. Mientras que, entre los simpatizantes del Frente para la Victoria (FPV), apenas un 20% optó por el “sí”.

Otra pregunta que se incluyó en el relevamiento fue sobre la causa que lleva adelante el juez federal Claudio Bonadio. En ella, apenas un 6% de las 800 personas consultadas consideró que “todos” serán condenados, mientras que el 70% se inclinó por “algunos”, y un 22% por “nadie”. Si se analiza por tipo de votante, entre los de Cambiemos, el 83% optó por “algunos”, cuando del lado de los del FPV, el 56% se inclinó por esa respuesta.

Ahora bien, a la hora de contestar cuál fue la reacción ante los hechos de corrupción, un 45% de los consultados respondió “bronca”, mientras que la opción “desconfianza en que esto sea un manejo político del gobierno” alcanzó el 44%. Mientras que el 79% de los simpatizantes del FPV respondieron que desconfían que sea un manejo político del Gobierno, solo un 13% de los votantes de Cambiemos se inclinó por esta respuesta.

“¿Preferiría que termine la corrupción o que mejore la situación económica?”, fue otra de las preguntas formuladas en la encuesta y la respuesta fue bastante pareja: el 51% respondió que prefiere que termine la corrupción, mientras que el 46%, que mejore la situación económica.

En este caso, también se observa una gran disparidad, según el tipo de votante. El 80% de los simpatizantes de Cambiemos se inclinó por la primera opción, mientras que en el caso de los votantes del kirchnerismo, solo se expresó a favor de esaa opción el 19%. Y, mientras que el 75% de los simpatizantes del FPV prefirieron que mejore la situación económica, apenas un 19% de los votantes de Cambiemos se expresó en este sentido.

Publicado en El Cronista el 27/08/2018

Las razones del apoyo a Cristina

En los últimos días se conocieron dos encuestas realizadas tras el destape del Cuadernogate. En la de Synopsis, el dato significativo es que la imagen de Cristina no se vio afectada por el escándalo de corrupción. Con 31,4% de imagen positiva, superó el 30,9% de agosto del año pasado.

El otro sondeo es de D´Alessio/Berensztein. El dato llamativo es que, cuando se pregunta si quien organizó las coimas era la ex presidenta, el 25% de los propios votantes kirchneristas responde que sí. Y a la pregunta de si ella debería ir presa, es el 20% del voto K el que también dice que sí.

Por su lado, los sondeos del Gobierno confirman que los cuadernos de Centeno no hicieron mella en su intención de voto, que sitúan en torno al 25%. Devoción cristinista. La pregunta que surge es por qué, pese a tantas evidencias, hay un núcleo duro y relevante de personas que siguen creyendo en Cristina. Las respuestas van más allá de ella, pero no de lo que ella significa.

El peronismo, como el radicalismo, el comunismo o el socialismo, son partidos típicos de la modernidad. Cada uno con su perfil ideológico, representan creencias fuertes (como las religiones) y a sectores sociales bastante bien definidos, como pobres venerando a Perón o sectores medios a Alfonsín.

El kirchnerismo es la primera gran expresión argentina de la hipermodernidad. Vino con el ADN peronista de la modernidad, pero se formó en la posmodernidad noventista. Lo que resultó fue una épica pragmática, que conserva las formas y los símbolos del relato modernista (líder, Patria, antiimperialismo), pero cruzado con el escepticismo y el hedonismo posmo. Retoma aquello de `primero la Patria, después el movimiento y por último los hombres`, pero sabiendo que el sacrificio humano dejó de ser gratuito.

Cristina no es una líder del modernismo como Perón, ni del posmodernismo como Menem. Representa a un sector hipermoderno que tamiza las creencias absolutas de los 70 con el individualismo de los 90. Están insatisfechos con una fiesta global posmoderna que no resultó como se esperaba.

Los beneficios no derramaron para todos, se añoran las identidades nacionales y aparecen nuevas amenazas a la seguridad individual y colectiva. La historia no finalizó y el futuro es incierto. La tecnología complejizó la vida y puso en jaque al trabajo. Las comunicaciones y las redes sociales atraviesan a todos los sectores y vuelven más difusos sus límites.

La hipermodernidad navega en esa revolución de las alianzas sociales y políticas tradicionales y convive, como en ninguna otra era antes, con dos nuevas clases sociales que ni el capitalismo ni el marxismo tuvieron en cuenta. La clase estatal. En la Argentina del último medio siglo siempre fue importante el sector de trabajadores vinculados con el Estado nacional, provincial y municipal. Pero sus cantidades y proporciones son cada vez mayores. En los 70 sumaban 1.300.000 personas (5,8% de la población). Hoy la cifra del total de empleados públicos varía según quién la audite, pero para la Asociación Argentina de Presupuesto (ASAP) rondaría los 3.900.000. Un 8,8% de la población. Según datos oficiales, en algunas provincias (Corrientes, Chaco, Santiago del Estero, Jujuy, La Rioja, Catamarcay Formosa), la mayoría de su población trabaja para el Estado.

La estatal es una clase que se caracteriza por su dependencia de un empleador político. Por eso los cambios de signo en las administraciones estatales suelen ser resistidos por el temor a perder el vínculo laboral. En términos electorales significa que los votos de la clase estatal suelen ser conservadores del statu quo vigente, cualquiera sea.

La otra característica de esta clase es que en su interior conviven sectores económicos muy distintos, empleados de $ 20 mil con funcionarios que ganan diez veces más, sin contar lo que pueden sumar de forma ilícita. Por eso en los pasillos de los ministerios se mezclan empleados que viven en villas con otros que habitan mansiones.

El kirchnerismo se nutre de esta clase estatal que históricamente estuvo cerca de quien más la hizo crecer, el peronismo. Pero con los gobiernos de Néstor y Cristina esa planta se duplicó. Son millones de votos fieles con quienes les dieron un trabajo en blanco para toda la vida y temerosos de quienes amenazan con reducir su plantel. La clase marginal. Es un sector que comenzó a ser estudiado con cierta seriedad en los 60, a la par del surgimiento de barrios precarios en torno a los grandes centros urbanos. Hasta entonces, al marginal o `lumpen` se lo relacionaba con personas con problemas mentales o simples delincuentes.

Pero el crecimiento exponencial de asentamientos precarios, miseria, diferencias económicas, una sociedad de consumo tentadora y lejana, más un narcotráfico que se presenta como solución y evasión, fueron el motor de este nuevo sector social.

Desde lo cuantitativo y político, el marginal ya no es marginal. Es una serie exitosa producida en la Argentina y replicada por Netflix.

No hay una medida cierta de qué porcentaje de población representa. Hay estudios que lo sitúan en un 19%, pero en general se mezcla al marginal con el indigente. Y no necesariamente son lo mismo. El marginal quebró todos sus lazos sociales de convivencia.

Políticamente, son personas que pueden funcionar como mano de obra barata de los punteros. Para tareas que van desde ir a actos públicos a acciones delictivas. El combo de violenciadroga-dinero-política es el caldo de cultivo de un sector que tiene poco para perder.

El kirchnerismo abreva en esta marginalidad organizada por punteros que creció y convivió durante doce años con sus gobiernos. No es un sector al que las coimas o los aprietes le generen conflictos éticos.

Pero no son los únicos votos que conforman ese alto porcentaje de adherentes indemnes a cualquier denuncia contra Cristina. Clases bajas y medias. Entre ellas están los que comprueban en sus bolsillos que con ella estaban mejor. Son pragmáticos. Integran el porcentaje que en las encuestas responde que los Kirchner son corruptos, pero que igual votarían a Cristina. No creen que la corrupción sea buena, pero les parece peor no poder vivir dignamente.

Y están los sectores medios, mediosaltos (profesionales, comerciantes, intelectuales) que la siguen apoyando por dos motivos. La mayoría, según un sondeo aún no difundido de una de las consultoras más prestigiosas, lo hace porque no cree en las denuncias. Dicen que es una patraña armada por macristas, jueces y medios.

A estos se les agregan quienes aceptan la corrupción como un mal necesario de un país que no tiene blanqueado su sistema de financiamiento partidario. Y los que piensan que fue Néstor el responsable, no Cristina.

Todos esos sectores que integran el tercio de población que volvería a votarla sin prestar atención a las denuncias de corrupción tienen historias y motivaciones distintas a una mayoría que la repudia. Representan ese `otro` al que la grieta impide reconocer su existencia y razones. Pero son producto, ellos y los demás, del mismo país y de los mismos fracasos.

Entre quienes la apoyan, pese a todo, aparecen dos nuevas clases: la estatal y la marginal También están los que antes vivían mejor y los que no creen en las denuncias.

El 25% del voto K cree que ella es corrupta. Un 20%, que debería ir presa.

Publicado en Perfil el 19/08/2018

Semana negra de CFK: Asedio judicial

Cristina enfrenta su causa más pesada. El operativo `fue Néstor` y la noche que pasó junto a su hija. ¿Acercamiento con el Papa?

Los que la vieron dicen que ella está bien. Entera, tranquila. Que esta es una batalla más de una guerra que empezó en el momento en que dejó el poder. `Lamentablemente está acostumbrada`. Aseguran que el escándalo que destapó el chofer Oscar Centeno ni siquiera alteró su rutina, salvo por la noche del lunes, el día en que fue a declarar ante el juez Claudio Bonadio, y luego durmió en la casa de su hija Florencia en Constitución para evitar los flashes, y un viaje al Sur que tenía programado y que tuvo que cancelar.

Sin embargo, hay una novedad interesante, que en el pasado se había asomado pero ahora toma forma y vuelo en el entorno de Cristina Kirchner: el operativo `fue Néstor`. Ni los muertos descansan en paz en la Argentina encuadernada.

El 2018 fue un año movido para el país y también para la líder de la oposición. De perder en las elecciones con un ignoto Esteban Bullrich a un entusiasmo con la caída de la imagen de Macri y de los suyos que perdura, a pesar de las esquirlas del Chofergate. `En nuestras encuestas no bajamos del 35% de intención de voto, este show mediático y judicial apenas nos rayó una puerta`, aseguran desde La Cámpora, donde en estos días hacen gala de pintadas `anónimas`, que aparecieron en paredes de varios puntos del país, donde bancan a la jefa. Los números que no vienen de ellos marcan otra cosa: según una encuesta de D´Alessio y Berensztein, el 56% de los consultados piensa que CFK debe ir presa, y según la consultora Synopsis el 49% de las personas creen en la veracidad de los cuadernos, contra un 33% que hace lo contrario.

En el círculo de Cristina también hay internas sobre la existencia y el alcance de una `asociación ilícita` alrededor de la obra pública durante el gobierno K. A diferencia de los otros escándalos judiciales que la persiguen, el vuelo que tomó esta causa destapó una pelea que viene desde que La Cámpora empezó a ganar poder en ese entorno: la grieta entre la vieja guardia `santacruceña` y la nueva. `Esta red la armó Néstor con De Vido. Se quedaban con un vuelto para hacer política, pero a Cristina eso nunca le gustó y cuando murió ´el Pingüino´ se peleó con Julio por esto. Las coimas en la obra pública existieron, como existieron siempre, pero CFK no tuvo nunca nada que ver y jamás tocó un peso`, aseguran muy cerca de ella. Aceptar tremen- HAY QUE SOSTENER. Desde La Cámpora organizaron `pintadas anónimas` bancando a la jefa. Casual da confesión, aunque sea con el grabador apagado, es una señal de debilidad: antes de los cuadernos ningún kirchnerista con cierto poder admitía ni un desliz por parte de los líderes. Quizá que hayan aparecido los primeros arrepentidos K en la Justicia -Claudio Uberti, del ministerio de De Vido, y Abal Medina, aunque no la involucró directamente a CFK-, haya tenido algo que ver con la revelación. Según esta lógica, el fallecido ex presidente sería el armador de la red de corrupción, y Cristina una inocente víctima de los pecados de su marido. Lástima que Néstor no está para defenderse.

Al menos Cristina tiene algo para festejar: logró dejar sin quórum la sesión del Senado que debatía el allanamiento a su departamento en Recoleta, R leta y de paso le asestó un golpe a Miguel Pichetto, un enemigo acérrimo. El jefe del bloque del PJ sólo logró llevar ocho de sus veinte senadores al recinto. `El bloque está como lo ven, en un momento difícil`, admiten cerca del estratega peronista. ¿Votarán un futuro desafuero, como pidió Bonadio? `Sólo si hay sentencia firme`.

DIOS LOS CRÍA. En el entorno de Cristina juran que ella no quiere presentarse como candidata el año que viene aunque, si la patria lo demanda, no tendría otra opción. `Prefiere disfrutar de sus nietos, es una señora grande`, aseguran cerca de ella. Sin embargo CFK viene sumando apoyos políticos: el lunes fue a Comodoro Py junto a Juan Grabois, líder social muy cercano al Papa con el que hoy ella tiene diálogo directo, y Eduardo Valdés, ex embajador K en el Vatican Vaticano y gran gestor del acercamiento i to entre ent la ex presidenta y Hugo Moyano. La presencia de los vaticanistas, junto al discurso que dio Cristina el día de la votación de la ley del aborto -donde pidió cuidar a la Iglesia-, sumadas al pésimo momento en la relación del Gobierno con la Santa Sede, alimentan la idea de que el Papa la sigue viendo con buenos ojos.

Además, CFK se volvió a juntar con Ricardo Pignanelli, de SMATA, Gabriel Mariotto, ex vicegobernador de Scioli, Alberto Fernández, ex jefe de Gabinete, Héctor Dáer, de la CGT, Gerardo Zamora, gobernador de Santiago del Estero, Emilio Pérsico, del Evita, y De la Sota. Hay equipo: sólo falta que ella siga en libertad.

Publicado en Noticias el 17/08/2018

Encuesta sobre el cuaderno de las coimas: el 70% cree que “solo algunos” irán a la cárcel

La mayoría de los entrevistados consideró que la plata entregada a exfuncionarios K fueron tanto sobornos como dinero que se destinó a las elecciones.

Una encuesta reveló que casi nadie confía en que la coartada que utilizaron los empresarios en la investigación de Los cuadernos de las coimas sea cierta, pero aún así la mayoría seguirá en libertad. Nombres de peso de la construcción como el primo de Mauricio Macri y ex dueño de la constructora IECSA, Ángelo Calcaterra, y Juan Carlos De Goycochea, de Isolux, le dijeron al juez Claudio Bonadio que la plata que pagaron a exfuncionarios kirchneristas eran para aportes de campaña.

Sin embargo, solo el 5% de los encuestados cree que la participación de los empresarios fue para la campaña electoral kirchnerista. Para la mayoría (47%) tuvo que ver con ambas: aportes y coimas. De ese porcentaje, el 58% de los entrevistados dijo simpatizar con Cambiemos y el 36% con el Frente para la victoria. Hubo un 38% que consideró que la plata era solo de coimas. El dato se desprende de una medición online que la encuestadora de investigación de mercado D’Alessio IROL y la consultora de análisis político Berensztein.

El estudio se hizo en base a una muestra de 823 encuestados mayores de 18 años de todo el país. Otro dato llamativo es que, tras conocerse el escándalo de corrupción que investiga un circuito de cobro de coimas a empresarios del sector energético y la obra pública durante el kirchnerismo, el 52% piensa que el pago de sobornos para construir con el Estado continuará. Por el contrario, solo el 5% cree que desaparecerá.

Desde octubre del 2017 hasta hoy trepó 20 puntos el porcentaje de argentinos que considera que Cristina Kirchner debería ir presa. Así, el 56% de los entrevistados respondió que la expresidenta tendría que ir a la cárcel; contra el 38% que opina lo contrario y un 6% que optó por el “no sabe/no contesta”. El dato contrasta con los de un año atrás, cuando solo el 36% pensaba que debía ir presa.

Por otro lado, el 46% consideró que la exmandataria no fue la organizadora de la red de sobornos durante su gobierno el de Néstor Kirchner: mientras que para el 31% sí y para otro 26% lo fue, pero parcialmente.

También, el 70% de los encuestados pronosticó que solo algunos de los involucrados serán condenados; contra el 19% que sostuvo que no habrá condenas para nadie y el 8% para todos.

La principal prueba con la que cuenta la Justicia sobre la presunta red de sobornos a través del Ministerio de Planificación que manejaba Julio De Vido y que habría empezado bajo las directivas del exprisidente Néstor Kirchner son los cuadernos que escribió Oscar Centeno, exchofer del entonces secretario de Coordinación en Planificación Roberto Baratta.

El chofer registró durante casi diez años los recorridos que hacía a bordo de un auto oficial. En esos trayectos habría trasladado plata proveniente de coimas de empresarios del sector energético y de la obra pública que iban a parar a los bolsillos de funcionarios K. De acuerdo a la investigación a cargo del fiscal Carlos Stornelli, la trama involucraría U$S 160 millones.

Los apuntes se hicieron en cuadernos escolares y registran todos los detalles de los viajes, con menciones de exfuncionarios, contratistas de empresas, dominios de autos y montos de plata.

En los documentos se registran más de 30 domicilios, entre ellos el departamento que Cristina tiene en Recoleta. Era en ese lugar donde se habrían entregado parte de los sobornos a Daniel Muñoz (exsecretario de Néstor Kirchner, que murió en 2016).

Publicado en TN el 13/08/2018

Cristina Kirchner, el eje de todo

Las sorprendentes revelaciones derivadas de los cuadernos de las coimas y el nuevo paso de Cristina Kirchner por los tribunales no son por ahora suficientes como para dar por terminada la hipotética carrera electoral de la exmandataria de cara a los comicios presidenciales de 2019. Sin embargo, contribuyen a consolidar o incluso disminuir su techo electoral.

La última encuesta de D’Alessio Irol-Berensztein, realizada entre 823 personas mayores de 18 años de todo el país, luego de que se hiciera público el contenido de los cuadernos del chofer Oscar Centeno , indica que para el 56% de los encuestados Cristina Kirchner debería ir presa, mientras que el 38% sostiene lo contrario y el 6% no sabe o no contesta.

Esos números, sin embargo, encierran otro dato relevante: entre los votantes del kirchnerista Frente para la Victoria , sólo dos de cada diez personas creen que la expresidenta tendría que ser detenida, en tanto siete de ellas consideran que debe ser absuelta y una dice que no sabe o no responde. Entre los votantes de Cambiemos , en cambio, nueve de cada diez sostienen que Cristina Kirchner debería ir presa.

Según el mismo sondeo, el 47% considera que la expresidenta fue total o parcialmente la organizadora de todo el sistema de corrupción que destaparon los cuadernos de Centeno , en tanto que el 43% juzga que ella no fue quien lo organizó.

En sintonía con los números precedentes, otras consultoras de opinión pública indican que la imagen positiva de Cristina Kirchner habría descendido algo desde que tomó estado público la causa de los cuadernos , pero también señalan que su núcleo duro de votantes se mantiene bastante sólido, en torno del 25%. Se trata de un piso importante como para participar en cualquier contienda electoral, aunque difícilmente suficiente como para pensar en que pueda volver a la Casa Rosada.

Lo cierto es que Cristina Kirchner continúa siendo, y probablemente lo será por bastante tiempo más, el eje de cualquier reacomodamiento dentro del peronismo. Intendentes peronistas de la provincia de Buenos Aires que solo piensan en su propia reelección creen que la candidatura presidencial de Cristina es la que mayor porcentaje de votos traccionaría para ellos, aun cuando no tenga chances de ganar la elección nacional.

Pero del mismo modo hay dirigentes del justicialismo que si hasta hace poco no desechaban la posibilidad de un acuerdo electoral con el kirchnerismo , habida cuenta de que la exjefa del Estado venía subiendo en las encuestas de intención de voto, hoy advierten, con los testimonios sobre coimas que día tras día contribuyen a deshojar el relato cristinista, que esa alianza está dejando de ser conveniente.

Definitivamente, Cristina Kirchner encontrará serias dificultades para crecer más allá de su núcleo duro de seguidores. Pero conserva buenas probabilidades de mantenerlo, en tanto esa cuarta parte del electorado parece seguir comprando su discurso de que es víctima de una persecución política, judicial y mediática, y no se muestra impactado por las revelaciones de los cuadernos del chofer de Roberto Baratta , como anteriormente no se inmutó ante los casi cinco millones de dólares que aparecieron en una caja de seguridad de Florencia Kirchner ni ante los nueve millones que ocultaban los bolsos del exsecretario de Obras Públicas José López.

El problema, entonces, lo sigue teniendo un peronismo que aspira a librarse del lastre kirchnerista, pero advierte que Cristina sigue dividiendo a la oposición y es funcional a las aspiraciones electorales de Mauricio Macri y el oficialismo. Porque, lejos de buscar la proscripción de la expresidenta, como intenta hacer creer el kirchnerismo, el grueso de los dirigentes de Cambiemos celebra cada vez que Cristina sale al ring.

Publicado en La Nación el 14/08/2018

Se reparten Cristina y Cambiemos el costo de los cuadernos y sacuden las encuestas para el 2019

La primera lectura posible sobre el caso de los cuadernos debería sacudir las chances del kirhcnerismo en el 2019. O afectar la imagen de la expresidenta Cristina Fernández después de las detenciones de exfuncionarios K por casos de corrupción durante su última gestión al poder.

Sin embargo, la bomba que activó el ex chofer Oscar Centeno también puede causar secuelas en el Gobierno. ¿Por qué? La desconfianza crece en todos los aspectos: la sociedad desconfía de todos, el kirchnerismo, el oficialismo y hasta de los mercados (la detención de los empresarios hizo que el Riesgo País alcanzara cifras récord).

Ante este escenario, el caso de los cuadernos se festejó a medias en la Casa Rosada. Así, incluso, lo expresan funcionarios de primera línea en off: “Estamos preocupados por la reacción financiera”. Es decir, la causa expuso la corrupción kirchnerista (principalmente a Cristina, la candidata más viable en el 2019), pero dañó la confianza en el país y las posibilidades de inversión. ¿Un golpe a las expectativas para que haya crecimiento en el año electoral?

¿Cuánto afecta en la intención de voto los problemas de bolsillo y cuánto la corrupción? Según revela la consultora D´Alessio IROL/Berensztein, el 43% piensa que CFK no es responsable de la causa de los cuadernos, mientras que el 31% sí la considera protagonista del caso.

“La sociedad desconfía de todos”, aseguró Sergio Berensztein sobre esta encuesta, relfejando la masiva desaprobación que causó la causa que se originó en el kirchnerismo pero que arrastró hasta a la familia Macri: Ángelo Calcaterra, primo del Presidente, también está acusado de haber pagado sobornos.

¿Hasta dónde llegará el caso que más nombres se llevó puesto de este siglo? ¿Caerán nuevas caras conocidas? ¿Podrá Claudio Bonadio “perdonar” a todos los empresarios arrepentidos y apuntar contra los exfuncionarios sin pagar ningún costo? ¿Se avecina un terremoto político como ocurrió en EE.UU., México o Italia? ¿Quién se beneficiaría con el nuevo escenario? ¿Hay un contexto proclive para que irrumpa un outsider?

 En definitiva, las esquirlas del escándalo de los cuadernos de las coimas, la investigación judicial que involucra a exfuncionarios y empresarios poderosos, no solo pueden dañar al kirchnerismo. En sintonía, Knopoff y Aragón anticipan que la causa perjudica a la dirigencia política en general.

Está claro que el caso salpicó al corazón del kirchnerismo, pero los analistas políticos coinciden en que aún no están determinados los efectos finales que podría causar en la sociedad. Es que la variable económica deteriora la imagen de Cambiemos y la falta de inversiones y los números del riesgo país no hacen más que alentar una nueva crisis.

Publicado en Tres Líneas el 12/08/2018

Se viene el primer parcial ante el FMI

Las tasas no ceden y la recesión baila entre nosotros con una cadencia que no por conocida deja de lastimar.

La diferencia es apenas un movimiento de cabeza. Pero lo es todo. El coloquio industrial de la UIC, realizado el martes pasado en Córdoba, aportó pruebas irrefutables. Las cabezas levantadas que miraban hacia adelante para persuadir sobre un futuro mejor contrastaban con una mayoría de ojos que apuntaban hacia el piso, hipnotizados por la crudeza del presente.

Aunque hay matices, se puede trazar una analogía con el humor social, aun cuando en Córdoba, según un sondeo de Deloitte y D’Alessio Irol, el nivel de expectativas es mucho mejor que en Buenos Aires.

Como sea, son escenas en las que el Gobierno nacional palpa sus propios límites: en tiempos de ajuste del gasto y a horas de rendir el primer parcial ante el Fondo Monetario Internacional (FMI), el margen de maniobra en el corto plazo es acotado y, en rigor, toda la energía se consume en estabilizar las variables financieras.

El dólar volvió a cabalgar y habrá nuevos relinchos, por la simple razón de que, más allá de los aportes del FMI, la economía local no es capaz de generar el volumen de dólares que demanda.

Las tasas no ceden y la recesión baila entre nosotros con una cadencia que no por conocida deja de lastimar. El presidente Mauricio Macri mandó a buena parte de su gabinete a contagiar tranquilidad y a dar argumentos de un respiro a fin de año.

Pero el recorrido desestacionalizado de la actividad económica es sintomático. Más allá del presente, los números oficiales revelan que desde 2010 hasta hoy fue como haber subido y bajado cuatro lomas para volver al mismo valle. En otras palabras, una prolongada fase de estancamiento (claro impacto en el empleo privado) con inflación.

La coyuntura también está alterando las cuentas públicas y deja al descubierto los avatares de las relaciones entre la Casa Rosada y los gobernadores. Tiempo atrás, era impensado que el Centro Cívico enviara a los medios un comunicado cuyo título mencionara “la caída de la recaudación provincial”.

Los recursos, que ya venían boqueando por la calle de los ingresos propios, terminaron por tropezar el mes pasado, con una caída real en la cuenta total.

Es un llamado de atención, no sólo porque no está claro si se tocó el piso del sótano, sino porque pone bajo la sombra al ahorro primario, que es vital para sostener la inversión en infraestructura en tiempos de mercados “cerrados”.

Por si algo faltaba para edulcorar la ciclotimia de un 2018 disruptivo, la saga de los cuadernos está abriendo un capítulo tan inesperado como impredecible, más allá del rápido intento de imputados y sospechosos de encapsular la corrupción en un pecado de recaudación electoral informal.

Una cosa es juntar plata “en negro” para una campaña y otra, muy diferente, reconocer que los billetes salen del corazón de un esquema estructural de sobreprecios y coimas en la obra pública, en años en los que las estructuras estatales pasaron sin vergüenza la barrera del sobrepeso, y la presión fiscal se disparó para alimentar ese mayor gasto.

Publicado en La Voz del Interior el 11/08/2018