Ocho de cada 10 padres cambió su rutina laboral al tener hijos

Los hombres piensan que la licencia por paternidad en la Argentina debería ser de 15 días, mientras que las mujeres se inclinan por una de un mes

Si bien tradicionalmente se considera que son las madres que trabajan las que suelen modificar su relación con el empleo a partir de la llegada de los hijos, nuevos estudios demuestran que ambos integrantes en una pareja realizan modificaciones.

Los nuevos paradigmas de paternidad, donde el hombre toma un rol más activo en la crianza, llevan a que ellos también deban adaptarse laboralmente a las exigencias.

“En una sociedad en la que el concepto de familia es mucho más amplio y complejo que en otros tiempos, y que a su vez pretende formar ciudadanos que se desarrollen sanos emocional y físicamente, es imprescindible garantizar la presencia paterna”, expresó al respecto Fernando Rivera, Gerente de Servicios de RRHH de Gestión Compartida.

En este marco que ya no resulta novedoso, una nueva encuesta de esta empresa de Recursos Humanos, desarrollada por la consultora D’Alessio IROL, muestra que hay consenso entre los argentinos sobre la necesidad de extender la licencia por paternidad.

Por consenso general, la misma no debería ser de menos de una semana. La mayoría de las respuestas se concentraron entre 15 días y un mes, cuando por ley actualmente es de dos días corridos a partir del nacimiento.

Un análisis más pormenorizado muestra, sin embargo, que sigue habiendo diferencias de género: los hombres consideran que debería ser de 15 días, mientras que las mujeres piensan que lo conveniente sería un mes.

Asimismo, al evaluar los datos de acuerdo a la edad de los participantes, se encuentra que losmás jóvenes también se inclinan más por llevar la licencia a un mes.

Cambio de Hábitos
Por otra parte, ocho de cada 10 padres que trabajan debieron realizar cambios en su rutina laboral para dedicar tiempo a actividades relacionadas con los hijos.

La mitad de ellos, sin embargo, restringe esas modificaciones a salir antes de su trabajo para no perderse cuestiones relacionadas con lo escolar.

Otro 33% respondió que ahora usa días de sus vacaciones para asuntos y actividades relacionados con la familia, y un 30% también se toma días de licencia al tener a sus hijos enfermos.

Un 27% cambió su horario laboral para poder llevarlos al colegio, mientras que el 16% eligió trabajar más horas para que su pareja no deba hacerlo.

Sólo un 16% recortó sus horas laborales y un 3% cambió de empleo por otro que ofrecía mayor flexibilidad, de manera de pasar más tiempo con sus hijos.

Del estudio de Gestión Compartida y D’Alessio IROL, participaron 420 argentinos, mayores de 18 años, a través de cuestionarios online.

Empresas que hacen punta

“Frente a una demorada y esquiva actualización de las normativas, son las propias empresas las que innovan y dan muestra contundente de flexibilidad y sensibilidad”, dijo Rivera.

“Así, se han intensificado los programas de RR.HH que tiene como objetivo buscar un balanceentre el trabajo y la vida privada”, explicó.

En ese marco, vale la pena mencionar como ejemplo el caso de la firma de belleza y cosmética Natura, que acaba de anunciar que otorgará a los empleados varones 40 días de licencia por paternidad.

En ese caso, el beneficio -el más amplio en su tipo en el mercado laboral argentino- se extiende a casos de adopción y a parejas del mismo sexo.

Mantenidos hasta los 25: una reforma polémica al Código Civil Argentina

Hace seis años que Sebastián De Luca (24) estudia Derecho y le faltan no menos de otros tres para recibirse. A juzgar por el tiempo que le está llevando la carrera, cualquiera diría que tiene poca disciplina para el estudio, pero la realidad es más bien la opuesta. Obligado a trabajar para mantenerse, Sebastián anda siempre con sus apuntes encima y aprovecha cada minuto libre como remisero para preparar finales. Aún así le cuesta mucho avanzar y más de una vez, como él mismo reconoce, se ha planteado la posibilidad de dejar la facultad.
Su caso, lejos de una rareza, se ha convertido a lo largo de los últimos años en una situación tan frecuente que parece justificar un cambio normativo de fondo. Para evitar que un gran número de jóvenes con potencial terminen abandonando su formación profesional por falta de apoyo, el nuevo proyecto de reforma del Código Civil plantea extender la obligación de los padres de mantener a sus hijos estudiantes hasta los 25 años.

La propuesta -que se espera que llegue al Congreso antes de fin de año- se fundamenta en una situación familiar muy común de la que Sebastián, hijo de padres divorciados, prefiere no hablar. Como la obligación de manutención llega hoy hasta los 21 años, una vez que los hijos cumplen esa edad, muchos padres separados dejan de brindarles apoyo económico regular y deben abandonar los estudios para salir a trabajar.

Con ese trasfondo, el artículo 663 del proyecto de reforma del Código Civil plantea concretamente que “la obligación de los progenitores de proveer recursos al hijo” subsistirá “hasta que éste alcance la edad de 25 años, si la prosecución de estudios o preparación profesional de un arte u oficio le impide proveerse de medios necesarios para sostenerse independientemente”.

De ser aprobada por el Congreso, esta reforma vendría a convalidar un criterio que en la práctica ya se encuentra en vigencia. Y es que frente a los numerosos conflictos de este tipo que llegaron a la Justicia a lo largo de los últimos años, los jueces vienen fallando a favor de mantener a los hijos para que puedan completar su formación. Con todo, el hecho de que ese criterio se incorpore ahora al Código Civil despierta opiniones contrapuestas.

¿BENEFICIOSO O CONTRAPRODUCENTE?

Las primeras controversias en torno a los beneficios de extender la obligación de manutención sobre los hijos quedaron de manifiesto en una encuesta nacional realizada semanas atrás por la consultora D’Alessio IROL. Frente a la pregunta de si esta reforma aumentaría la capacitación de los jóvenes o sólo extendería su adolescencia, el 48% de los padres consultados consideró que retrasaría su madurez, contra un 22% que se mostró a favor de la medida, y un 30% que dijo que no tendrá mayor impacto.

“Muchos de nosotros completamos nuestras carreras mientras trabajábamos e incluso mientras criábamos hijos. No entiendo por qué esta generación no puede hacer lo mismo. No estoy para nada de acuerdo. Con este tipo de políticas vamos a seguir fomentando adolecentes de treinta años que no terminan nunca de irse de la casa de los padres y se sienten abrumados ante la mínima adversidad”, opina Víctor Mendoza (59), un ingeniero agrónomo padre de tres hijos.

“Me parece que una medida así puede ser muy buena en los casos de esos papás separados que se hacen los sonsos teniendo recursos. Pero la verdad es que no estoy segura de si es justo crearle una obligación legal a un matrimonio que tal vez hizo un gran esfuerzo durante años cuando sus hijos ya tienen edad suficiente para empezar a poner un poco el hombro”, dice Alicia Perrota (46), ama de casa y madre de dos adolescentes.

“Sé de varios chicos de la facultad que tuvieron que dejar de estudiar para bancarse por su cuenta. Estaría bueno que exista la obligación de que los padres los ayuden cuando pueden hacerlo. Pero también estaría bueno que la Universidad ofreciera becas especiales para los casos en que no se trata de un problema de mala voluntad”, entiende Ariel Bignoni (25), estudiante de Ingeniería.

Sin manifestarse a favor ni en contra, la psicóloga Fabiana Guerrero resalta un hecho que no puede ser pasado por alto en el contexto en que se plantea la reforma. “Nos encontramos en la actualidad con una tendencia a la extensión de la permanencia de los hijos en los hogares parentales, lo que pone de manifiesto la necesidad de un tiempo más extenso de sostén afectivo y económico para concretar el despegue”, dice.

ALCANCES

Lo cierto es que “la idea de aumentar hasta los 25 años la obligación alimentaria no es nueva. Ya en 1993 el Poder Ejecutivo había presentado un proyecto que proponía esta reforma en base a la jurisprudencia francesa. Pero no prosperó. Luego, en 2009, al discutirse la ley que bajó la mayoría de edad a los 18 años se decidió, como una forma de compensación, dejar la obligación alimentaria derivada de la patria potestad hasta los 21, que es la regla que nos rige a la fecha”.

Así lo explica el doctor Juan José De Oliveira, abogado y docente en Derecho Civil de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la UNLP, quien considera que la reforma sería positiva para que los padres les garanticen una formación profesional a sus hijos “siempre y cuando éstos no tengan los medios para sustentarse por su cuenta”.

“Porque ése -señala De Oliveira- es un punto que el proyecto de reforma del Código deja bien en claro. Después de los 21, la obligación alimentaria no puede estar solventada en la nada; sino que tiene que existir una `prosecución de estudios o preparación profesional de un arte u oficio´que impida al hijo mantenerse sin otra ayuda. Por lo cual, los padres quedarían eximidos de esa obligación si se comprobara que el hijo está concurriendo a la facultad solamente en forma ociosa”.

Otro aspecto a destacar de ese artículo del proyecto, menciona el especialista en Derecho Civil, es que “no sólo habilita al hijo a reclamar alimentos a uno o a ambos padres, sino que también podría hacerlo el progenitor con el cual convive, para que el otro colabore con la obligación alimentaria”.

Si bien el proyecto no detalla el alcance puntual de esa obligación, sino que habla simplemente de “proveer los recursos” para la “prosecución de estudios”, esto, entiende el doctor De Oliveira, “abarcaría la vivienda (si no convive con alguno de los padres), la comida, el transporte, los elementos de estudio, la cuota de la facultad si ésta fuera privada, y hasta el esparcimiento. Habrá que ver después cómo se lo instrumenta: si se establece un porcentaje del sueldo o una suma fija mensual acordada por ambas partes”. En cualquier caso,cuando no haya acuerdo para fijar la cuota, deberá ser el juez quién analice cada situación en particular.

Polémico proyecto para mantener a los hijos hasta los 25 años

De aprobarse la iniciativa impulsada por el Gobierno, el beneficio sería para aquellos que todavía estudien. En la actualidad esa obligación vence a los 21 años, y una encuesta revela que la mayoría de los padres cree que la medida extenderá la adolescencia de los jóvenes

La reforma que promueve el Poder Ejecutivo será enviada en las próximas semanas al Congreso. La norma fue pensada para una Argentina en la que todas las edades se han retrasado: las personas adultas viven más, los embarazos llegan más tarde y los hijos retrasan su ida de la casa paterna.

Pero como si todo eso no bastara, también es un país en el que los jóvenes son el principal blanco de la desocupación según datos del INDEC, mientras que el índice general de desempleo es del 6,7 %, entre las mujeres de menos de 29 años trepa al 16,7 %, y 11,9 % para los hombres. Y en la Capital Federal y el GBA, llega casi al 20 por ciento.

Nelly Minyersky, abogada de familia y una de las expertas que participó de la redacción del anteproyecto, explica que “este artículo se basa en el principio de solidaridad familiar. Lo que se busca es continuar la responsabilidad con quien se ha compartido un proyecto de vida, y ese hijo que está estudiando seguramente ha sido impulsado por los padres”.

El espíritu de esta iniciativa, según explicaron los juristas que escribieron el texto, es que la ley refleje lo que sucede con una clase media que suele financiar a sus hijos hasta que terminen los estudios. Aunque a pesar de esto es necesaria una norma porque los antecedentes indican que los aportes se cortan cuando los padres están separados y entonces, en la mayoría de los casos, cuando los hijos cumplen 21 la madre es la que termina haciéndose cargo de todos los gastos. Para redactar este artículo, los juristas se basaron en una infinidad de casos en los cuales la Justicia ya dictaminó a favor de mantener a los hijos hasta los 25 años.

Pero el cambio ya genera polémicas, y para la psiquiatra y psicoanalista Graciela Onofrio, “cada vínculo filial va a definir los límites del amparo económico”. En diálogo con el diario Clarín, agrega que “no necesitamos un padre más poderoso en épocas de paternidad tardía, porque corremos el riesgo de obligar a un padre jubilado a sostener a un hijo adulto sólo por el efecto de una ley. Así se corre el riesgo de fabricar hijos adultos “botines de guerra” de relaciones exconyugales disfuncionales”.

En la otra vereda el doctor Andrés Rascovsky, presidente de la Asociación Psicoanalítica Argentina, defiende con firmeza la aprobación de la iniciativa: “Es muy difícil desarrollarse sin el apoyo familiar en una sociedad tan competitiva. Porque ésta es una sociedad filicida donde los jóvenes están desprotegidos, y por eso me parece importante el cambio”.

De acuerdo con un sondeo de la consultora D’Alessio IROL, para la mayoría de los padres una medida así mantendrá a los hijos durante un lapso más prolongado en la etapa de adolescencia. La reforma establece como condición que los hijos vivan con sus padres, que no cuenten con recursos propios y que estén estudiando. Algo por lo cual queda claro que de recibir luz verde en el Congreso será un beneficio sólo para un segmento reducido de la población.

Por ley, los hijos serán mantenidos por sus padres hasta los 25 años

Eso ocurrirá si prospera un proyecto del Gobierno nacional. Será para los que estudian. Ahora esa obligación vence a los 21 años.

Fue a mediados de la década del ‘70, cuando un grupo de chicos de ropas rotosas y pelos parados escandalizó al mundo y le devolvió un poco de sangre al rock and roll.

El punk gritaba que no había futuro y mejor era morir antes de los 25. Cuarenta años después, la mayoría de ellos sigue vivo, se transformó en parte de aquello que odiaba y se preocupa porque a los 25 sus hijos todavía siguen en casa.

El Código Civil, el que rige la vida cotidiana de todos nosotros, fue escrito en 1869 cuando los muchachos de antes ni siquiera imaginaban la gomina.

La reforma que impulsa el Gobierno nacional –que será enviada en las próximas semanas al Congreso– intenta ponerlo a tono con un mundo en el que los “indignados” ya no pelean por cambiarlo sino por no quedar afuera.

El artículo 663 de este nuevo Código intentará establecer que mientras los hijos sigan estudiando los padres tendrán la obligación de mantenerlos hasta los 25 años (ahora es hasta los 21) .

La norma fue pensada para una Argentina en la que todas las edades se han retrasado: los viejos viven más, los embarazos llegan más tarde y los hijos retrasan su partida. Pero una Argentina en la que también los jóvenes son el blanco dilecto de la desocupación.

Según datos del INDEC, mientras que el índice general de desempleo es del 6,7 %, entre las mujeres de menos de 29 años trepa al 16,7 %, y 11,9 % para los hombres.

En Capital y GBA, llega casi al 20 %.

“Este artículo se basa en el principio de solidaridad familiar”, explica Nelly Minyersky, abogada de familia y una de las especialistas que participó de la redacción del anteproyecto. Y agrega: “Lo que se busca es continuar la responsabilidad con quien se ha compartido un proyecto de vida. Ese hijo que está estudiando seguramente ha sido impulsado por los padres”.

El espíritu de esta norma, explicaron los juristas que escribieron el texto, es que la ley refleje lo que ocurre con una clase media que suele financiar a sus hijos hasta que terminen los estudios. ¿Pero por qué hace falta una ley? Porque los antecedentes indican que los aportes se cortan cuando los padres están separados y entonces, en la mayoría de los casos, cuando los hijos cumplen 21 la madre es la que termina haciéndose cargo de todos los gastos . Para redactar este artículo, los juristas se basaron en una infinidad de casos en los que la Justicia ya dictaminó a favor de mantener a los hijos hasta los 25 .

El cambio ya genera polémicas. Para la psiquiatra y psicoanalista Graciela Onofrio, “cada vínculo filial va a definir los límites del amparo económico.

No necesitamos un padre más poderoso en épocas de paternidad tardía ; corremos el riesgo de obligar a un padre jubilado a sostener a un hijo adulto sólo por el efecto de una ley . Corremos el riesgo de fabricar hijos adultos “botines de guerra” de relaciones exconyugales disfuncionales”.

María Esther de Palma, de la Sociedad Argentina de Terapia Familiar, coincide: “Yo no estoy de acuerdo. La intención puede ser buena pera la realidad es que la mayoría de los padres separados tiene dificultades para mantener dos casas”.

De acuerdo con un sondeo, de la consultora D’ Alessio IROL, para la mayor parte de los padres una medida así mantendrá a los hijos más tiempo en la etapa de adolescencia (Ver infografía) .

En el otro extremo, el doctor Andrés Rascovsky, presidente de la Asociación Psicoanalítica Argentina, es un firme defensor de esta norma: “ Es muy difícil desarrollarse sin el apoyo familiar en una sociedad tan competitiva.

Es una sociedad filicida, los jóvenes están desprotegidos, por eso me parece importante el cambio”.

La reforma establece como condición que los hijos vivan con sus padres, que no cuenten con recursos propios y que estén estudiando.

Por eso, más allá de los puntos a favor y en contra, lo cierto es que es una norma para público reducido. Desde hace décadas, estudio y trabajo ya no vienen con garantía de inserción social.

Una inversión mínima de $ 1.400

La pregunta del millón es: ¿Qué costo tiene para los padres mantener a sus hijos hasta los 25 años?

O puesto en otros términos: ¿Cuánto es lo que tienen que invertir? Martín Tetaz, economista, profesor e investigador en la Universidad Nacional de La Plata, lo explica: “En primer lugar hay que computar el costo de la canasta básica alimentaria para un joven de entre 21 y 25 años. De acuerdo a los informes metodológicos del INDEC, un varón de esa edad requiere 2.860 calorías diarias, mientras que una mujer necesita como mínimo 2.000. Para el INDEC, el costo de la canasta básica para un adulto era en febrero de $ 209,98 pero, como es sabido, esos números no son confiables. Por fortuna la Dirección de Estadísticas de la provincia de Santa Fe continúa publicando un índice de precios de alimentos, usando la misma metodología que tenía el INDEC antes de la intervención. Según esos datos, el costo es de $ 371,16”.

Y sigue: “Hay que contemplar también otros gastos, además de los alimentarios. Para arribar al costo de la Canasta Básica Total, el INDEC calcula que el 45% del gasto por adulto en el hogar es en alimentos, de modo que hay que agregar un 55% de otros gastos, lo que eleva la canasta total a los $823,97. Pero ese es el costo mínimo necesario para que un adulto no caiga debajo de la línea de la pobreza”.

En las clases medias, los gastos en comida -que son mayores- solo representan en promedio un 35% del gasto total del hogar.

Así, para los hogares con ingresos que van entre los $ 3.580 y $ 8.000 mensuales se necesitan $1.399,09 para mantener a un joven que tiene entre 21 y 25 años, concluyó Tetaz.

Fernando Blanco Muiño, de la Unión de Consumidores de Argentina, calcula un presupuesto mayor. “Entre la prepaga (500 pesos), la telefonía celular (150), los viáticos (150), el esparcimiento (600), la vestimenta (250) y los materiales didácticos (200) la cuenta sube a los 4.200 pesos mensuales, con alimentación y educación incluida”.

El cálculo del experto fue realizado en base a un hogar urbano, con ingresos superiores a los 12.000 pesos.

Hasta el momento, la obligación de los padres “comprende la satisfacción de las necesidades de los hijos en manutención, educación y esparcimiento, vestimenta, habitación, asistencia y gastos por enfermedad” hasta que cumplan los 21 años.

Según Tetaz, “la reforma propuesta viene a normar una conducta que resulta del propio interés de los padres dado que el artículo 367 del Código actual estipula una relación recíproca de mantenimiento por grado de consanguinidad entre padres e hijos. Así, como los hijos también tienen obligación de mantener a los padres en caso de imposibilidad de estos para generar sus propios medios (en la vejez, por ejemplo) y la cuantía del mantenimiento es proporcional a las posibilidades económicas de los hijos, pues resulta una excelente decisión invertir en la educación de los hijos para mejorar su posición económica”.

 

Madre, esposa y trabajadora: Múltiples roles de la mujer actual

 

El rol de la mujer en la sociedad ha cambiado.

Entre las modificaciones más visibles se destacan las relacionadas con el trabajo y la maternidad.

 

Cambian los tiempos, pero algunos roles permanecen

¿Cree que ha cambiado el rol social de la mujer en los últimos años?

 -% Base mujeres. Respuestas múltiples

Sí, como trabajadora

84%

Sí, como madre

71%

Sí, como esposa

1%

No, no creo que haya cambiado

2%

Fuente: D’ Alessio IROL

  • Las mujeres coinciden en que su rol en la sociedad ha cambiado.
  • El cambio en los aspectos laborales es el más visible. Sin lugar a dudas, la presencia femenina en el mercado laboral se ha incrementado fuertemente a través de los años.
  • También es significativo el porcentaje que señala un cambio en la maternidad. Algunos años atrás el tener un hijo le significaba a la mujer tener que dedicar todo su tiempo al cuidado del niño, en cambio hoy comparten el rol de madre con diversas actividades: laborales, formativas y recreativas.
  • Otro aspecto que impulsa el trabajo femenino fuera del hogar es la necesidad económica, ya que  muchas son jefas de hogar y responsables de la mantención de sus hijos.
  • Donde las encuestadas no observan cambios es el rol como esposa. Más allá de que la mujer está ganando cada vez más espacio de igualdad en la sociedad, dentro del propio hogar sigue existiendo un reparto de tareas desigual, donde los quehaceres domésticos siguen recayendo principalmente en ellas.
  • Tomar decisiones financieras y cuidar a los hijos son dos de las responsabilidades hogareñas que comenzaron a compartirse, mientras que limpiar, ocuparse de los platos y lavar la ropa siguen siendo tareas femeninas.

 

Los mandatos sociales pierden peso: muchas le dicen NO al matrimonio.

¿Está entre sus planes casarse?

 -% Base mujeres solteras

Sí, en el corto plazo

10%

Sí, como un plan futuro

30%

No, no me interesa

50%

Prefiero no contestar

10%

 

 

 

 

 

Fuente: D’Alessio IROL 

  • La mitad de las solteras no tiene actualmente interés en casarse.
  • Contrariamente al imaginario popular, ellos están más interesados en casarse que ellas(52% entre los hombres solteros contra el 40% de solteras).
    • Durante muchos años, la única opción que les ofrecía la sociedad a las mujeres era casarse, tener hijos y atender su hogar. Hoy el abanico de posibilidades se amplió y casarse ya no es el principal objetivo.
  • El motivo más importante esgrimido es que no creen en el matrimonio como institución.
  • Otro dato a destacar es que 8 de cada 10 mujeres no renunciaría a su trabajo al casarse para convertirse en un ama de casa tradicional.

 

 

Madre y trabajadora

¿En qué momento cree que debe incorporarse una mujer al trabajo después de haber tenido un hijo?

 

Inmediatamente tras la licencia de maternidad, a los tres meses

19%

No debería incorporarse hasta los seis meses del nacimiento.

38%

No antes de que el bebe haya cumplido un año

27%

No antes de que el bebe haya cumplido dos años

9%

No debería incorporarse hasta que sus hijos lleguen a la adolescencia

3%

Prefiero no responder

4%

 

 

 

 

 

 

 

Fuente: D’Alessio IROL 

 

  • Los resultados demuestran que la maternidad dejó de ser un obstáculo para continuar trabajando
  • 6 de cada 10 encuestados creen que la mujer debe reincorporarse al trabajo entre los 3 meses y el año de haber tenido a su hijo. En este aspecto,  la opinión de hombres y mujeres es similar.
  • Sólo una muy pequeña minoría cree conveniente que la mujer abandone el mercado laboral hasta que sus hijos sean mayores.
  • En la actualidad la sociedad le brinda a la mujer muchas opciones que la ayudan a no tener que dedicarse en 100% a la atención de sus hijos: existen guarderías que cuidan a los niños desde pocos meses de nacido, s desde edades muy tempranas los chicos realizan diferentes actividades recreativas, artísticas o deportivas, estudian idiomas o pertenecen a algún club, todas tareas que los mantienen ocupados luego del horario escolar y más independientes de sus madres.  Sumado ello a padres y abuelas que pueden dedicar una parte de su tiempo su cuidado.

¿En qué momento cree que debe incorporarse una mujer al trabajo                                                                                       después de haber tenido un hijo?

Según si tiene personas bajo su responsabilidad en el ámbito laboral

 

Tiene personal a cargo

No tiene personal a cargo

Debería incorporarse inmediatamente después de la licencia de maternidad, a los tres meses.

61%

38%

No debería incorporarse al trabajo hasta transcurridos seis meses del nacimiento.

35%

65%

Fuente: D’Alessio IROL 

 

  • En este caso se observa una diferencia: las personas que tienen personal a cargo son las que priorizan más el ámbito laboral y opinan que las mujeres deben reincorporarse con mayor rapidez a su puesto de trabajo.

 

¿Qué ocurre con las madres que trabajan?

En estos casos toma importancia el rol que asume la pareja.

 

  • De cada 10 familias con hijos donde la madre trabaja fuera de su casa, 6 indican que los padres colaboran más con la atención de los hijos.
  • Las mujeres que se sienten menos afectadas en su trabajo son aquellas que tienen un marido que puede atender a los niños.
  • El cuidado de los hijos es una tarea que actualmente no sólo recae en el sexo femenino, sino que los padres están ocupando un rol mucho más activo que en otras épocas.

 


Mujeres  todo terreno

¿Qué cosas te parece que resuelven mejor las mujeres?

                                                                                                                                                                                                                                                                                                              Respuestas múltiples
Hacer muchas cosas a la vez

85%

Encontrar tiempo para todo

75%

Compatibilizar la vida familiar con lo laboral

74%

Tener una gran capacidad de pelear por sus hijos

68%

No amedrentarse fácilmente frente a los problemas

58%

Tener tiempo siempre para escuchar a las amigas

57%

Entender los sentimientos de los otros

56%

Tener para todo una solución o una respuesta

43%

Mostrarse de buen ánimo aún cuando tienen algún problema

37%

Estar bien arreglada siempre

30%

Otras

1%

Ninguna de las anteriores

1%

Fuente: D’Alessio IROL

 

  • Trabajadora, estudiante, madre, esposa, hija, compañera, amiga, linda y sensual. Sí, la mayoría de los encuestados destacaron la “multifuncionalidad” de la mujer.
  • La mujer ha comenzado a realizar muchas actividades nuevas, pero no por ello ha dejado de lado a aquellas que ya traía de épocas anteriores, logrando de este modo articular sus tareas laborales y proyectos personales con su rol como esposa y madre.
  • Por este motivo, la mujer de hoy debe tener una gran capacidad para administrar su tiempo y realizar varias cosas simultáneamente.

 

El estrés diario tiene cara de mujer

¿Cuán frecuentemente se siente estresado?-

Según género %

 

Hombre

Mujer

Diariamente

24%

36

Semanalmente

28%

26

Mensualmente

21%

18

Difícilmente/ Nunca

24%

15

Prefiero no responder

3%

5

 

 

 

Fuente: D’Alessio IROL

  • Ser “multifunción” tiene sus costos para las mujeres: ellas se sienten más estresadas que los hombres.
  • 4 de cada 10 mujeres – frente a 2 de cada 10 hombres consultados- se sienten agobiadas por el estrés a diario.
  • En cuanto a la proporción de personas que nunca se estresan, hay 11 puntos de diferencia entre hombres y mujeres a favor de los primeros: 80% de las mujeres sienten con regularidad el estrés, frente al 73% de los hombres.

 

 

 

 

METODOLOGÍA

Estos datos pertenecen a una recopilación de resultados de diferentes encuestas realizadas por D’Alessio IROL a mujeres argentinas. Las mismas se efectuaron entre 2011 y 2012