Condiciones, fortalezas y dilemas de Lavagna candidato

El economista es el único dirigente político que mantiene una imagen positiva mayor a la negativa. Y quien mejor mide entre el peronismo alternativo. Lo halaga esta suerte de renacimiento de su figura y ya no reniega de una posible postulación. Pero pone condiciones para lanzarse al ruedo y poder vencer a la grieta, centro de todas sus cavilaciones.

El silencio suele ser un clásico de la estrategia electoral para cuidar y potenciar a un futuro candidato. Alimenta las expectativas, evita el desgaste anticipado de la exposición pública y confunde o distrae a sus adversarios. Si además ese silencio genera una suerte de operativo clamor, mucho mejor. El comportamiento de Roberto Lavagna por estos días parece obedecer a esa táctica. No confirma ni niega su potencial postulación presidencial, pero se reúne con dirigentes políticos y sindicales de diferentes pelajes para analizar la crisis y engordar las especulaciones. Y hasta se da el gusto de sacarse fotos con algunos de ellos, relajado y vestido a su antojo en su casa de Cariló.

Desde que las consultoras DAlessio IROL y Berensztein comenzaron a incluirlo en junio pasado en el Monitor de Humor Social y Político que elaboran en conjunto, el economista no paró de crecer. Con 49% de imagen positiva y 35% negativa, arrancó tercero en el ranking de dirigentes con mejor imagen, detrás de María Eugenia Vidal (57% positiva y 37% negativa) y Elisa Carrió (51% positiva y 43% negativa). En la última medición de diciembre, ya estaba en la cima y era el único que registraba un balance positivo de 20 puntos, que surge del diferencial entre su imagen positiva (52%) y la negativa (32%).

Con su olfato de Lebrel, Eduardo Duhalde fue el primero en fogonear su postulación cuando estalló la crisis por considerar que el economista es el único con la experiencia y capacidad suficiente para sacar a la Argentina de este atolladero.

Ahora es Miguel Ángel Pichetto quien también se ilusiona con que la figura del ex funcionario de Duhalde, Raúl Alfonsín y Néstor Kirchner logre superar las viejas antinomias y aglutine al peronismo detrás de su postulación. Incluso, el senador podría ser el compañero de fórmula que selle el acuerdo, según una versión echada a rodar el año pasado en base a los buenos números que arrojaba esa dupla en una encuesta.

Quienes lo conocen bien aseguran que a Lavagna lo complace y lo halaga esta suerte de renacimiento y valoración de su figura. Ya no piensa que su tiempo pasó ni en dejarle lugar a las nuevas generaciones, como les decía a sus hombres de confianza hasta hace pocos meses. Para él, que siempre tuvo ambiciones presidenciales, llevarse el bronce al final de su carrera política no sería nada despreciable. Pero no está dispuesto a inmolarse y, sin confirmar esas aspiraciones, desliza a sus interlocutores las tres condiciones que deben darse antes de salir a la cancha:

 El economista no quiere aparecer como el candidato del peronismo sino como la cabeza de una coalición más amplia en la que no esté incluido el kirchnerismo. Por una cuestión de peso territorial, el espacio propicio sería Alternativa Federal, integrado por nueve gobernadores peronistas, Sergio Massa y Pichetto. Pero la idea de Lavagna es que se sumen otras fuerzas como el socialismo y los radicales desencantados. La reciente reunión en Cariló con el gobernador de Santa fe, el socialista Miguel Lifschitz, va en esa dirección.

Pretende también ser el candidato del consenso de un frente político, sin tener que someterse a la agotadora lucha interna. En este punto, Lavagna no está dispuesto a competir con Massa en las PASO, con quien integró hasta hace poco tiempo el Frente Renovador. Con Massa y con nadie.

Aspira a que la buena imagen que tiene en la opinión pública se traduzca en intención de votos en las encuestas y espera lograr un piso de al menos 25% para ser un candidato competitivo, con chances de romper con la polarización entre Mauricio Macri y Cristina Kirchner.

El último sondeo de Synopsis, la consultora que dirige Lucas Romero, abrió la puerta a esa posibilidad. “Aparecen indicios claros de que la polarización pudiera romperse al registrarse por primera vez una mayoría del electorado que elige la aparición de una nueva alternativa a las dos opciones dominantes: un triunfo de Cambiemos o un regreso del kirchnerismo”, destaca el informe. Según la encuesta, Macri (29,1%) y Cristina (27,6%) siguen siendo los dos candidatos con mayor intención de voto. Roberto Lavagna aparece como el mejor posicionado dentro de Alternativa Federal. Con un 13,1% casi duplica a Sergio Massa (6,7%) en una eventual primaria del frente, donde Juan Manuel Urtubey quedaría tercero con 2,8. Así, el espacio juntaría 22,5% de los votos.

Pero eso no es todo. Según un sondeo de la consultora Oh Panel, publicado el lunes por El Cronista, el ex ministro sería el único candidato opositor que le ganaría un ballotage al Presidente.

Pues bien, está claro que la figura de Lavagna creció en los últimos meses por la caída en la confianza que sufre el Gobierno y la ineficacia del peronismo para capitalizar ese desgaste. Pero su avance en las encuestas no es lo único que lo convierte en un candidato atractivo. Los politólogos coinciden a la hora de destacar sus fortalezas:

 Candidato transversal: es el único que arrastra votos de varias fuerzas políticas. Lo votan peronistas, radicales y votantes de Cambiemos que están decepcionados. Una rareza en tiempos de grietas mundiales.

Entiende de economía: fue el ministro que sacó a la Argentina de un escenario de endeudamiento crucial y de un callejón económico-financiero sin salida, similar al actual. Tiene un proyecto y un programa propio, con una visión desarrollista de la economía.

Edad para una transición: al peronismo le cierra que el economista que cumplirá 77 años en marzo sea una suerte de bombero que apague el incendio y se vaya a su casa. Les daría tiempo así a los caciques peronistas -que en octubre de 2017 perdieron en las elecciones legislativas locales- a concentrarse en el armado electoral en sus propios terruños, de cara al 2023.

Aprobación del mercado: es el único peronista que hoy inspira confianza en los mercados, pese a la cercanía y el aval que recibe de algunos dirigentes políticos y sindicalistas con la imagen por el piso.

Con todo, existe un riesgo que concentra todas las cavilaciones de Lavagna: que la grieta se lo trague. Estar en el medio en un escenario de tres tercios, con dos extremos tan pronunciados, como el pronosticado complica las chances de sobrevivir. Habrá que ver si Lavagna es capaz de romper esa dinámica de la polarización y generar la anti grieta con un proyecto de unidad nacional.

Publicado por El Cronista el 18/01/2019

Cambiemos mostró su carta de campaña: la seguridad

Cambiemos dio el primer golpe de campaña. En las primeras semanas de 2019, el Gobierno propuso la creación de un ejército de reservistas civiles, reincorporó a once policías exonerados, confirmó la compra de pistolas Taser para las fuerzas de seguridad, dispuso la deportación de mil extranjeros, acordó la extradición con Brasil y retomó el debate en torno a la ley de control de barrabravas y la baja de la edad de imputabilidad, para lo cual anticipó que recurrirá a la convocatoria a sesiones extraordinarias. Mientras la oposición insiste en priorizar la danza de candidaturas, el Gobierno no perdió tiempo: en apenas siete días, hizo sus primeros movimientos para instalar a la seguridad como principal tema de campaña.

La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, protagonizó todas las iniciativas, con excepción del proyecto de reservistas. No es casualidad que al mismo tiempo se analice como posible compañera de fórmula de Mauricio Macri.

La intención tiene lógica: la seguridad es, junto a la economía, una de las principales preocupaciones de la población. Una encuesta reciente deD’Alessio IROL –Berensztein muestra que 95% de los argentinos considera uno de los dos temas como la prioridad a resolver por el Gobierno Nacional que se desprenda de las próximas elecciones.

Pero a diferencia de la cuestión económica, en la cual el Gobierno tiene más errores que aciertos para mostrar, la seguridad es una temática que lo beneficia. En la misma encuesta de D’Alessio IROL – Berensztein, Cambiemos aparece ante los votantes como la fuerza que puede garantizar una mejora en la seguridad, aunque es superado por el kirchnerismo como opción para mejorar la coyuntura económica. La gestión del Gobierno en seguridad es mejor valorada que en economía y su imagen crece entre los y las votantes más preocupados por la inseguridad, según estudios de Synopsis y la Universidad de San Andrés. Iniciativas recientes del oficialismo como el nuevo protocolo para el uso de armas de fuego por parte de las fuerzas de seguridad recibieron un apoyo ampliamente mayoritario de seis de cada diez votantes, según sondeos de Poliarquía, Management & Fit y D’Alessio IROL Berensztein. Hablar de seguridad es moverse en el terreno donde Cambiemos tiene más para ganar.

La estrategia se destaca por su efectividad, no por su originalidad; es la base de cualquier campaña profesional. Lo explicaba en 1999 el consultor político norteamericano Dick Morris, en su libro “El Nuevo Príncipe”: “Manejar el diálogo de una campaña política es la tarea más importante que se plantea (…). La batalla para controlar una elección es una batalla entre los temas entre sí a fin de destacarse”. No se trata de decirle al electorado qué votar –cosa que intentarán todos los partidos– si no en base a qué deben decidir su voto.

“Cada lado tiene temas que le importan al público en los cuales probablemente haría el mejor trabajo. La clave es hacer que sus puntos fuertes sean más relevantes para los votantes que los de su oponente”, escribe Morris. En palabras del sociólogo argentino Manuel Mora y Araujo, la clave está en manejar “el poder de la conversación” sabiendo que al lograr esto, la balanza se inclinará a en favor propio.

Jaime Durán Barba también lo cree así. El consultor de Mauricio Macri conoció a los dos autores: fue alumno, discípulo y admirador de Manolo durante más de cuatro décadas, y colega, seguidor de la misma corriente profesional y competidor de Morris durante las últimas dos. “Es la estrategia, no la táctica, lo que gana elecciones.

La estrategia debe implicar un enfoque y un tema básico, que tomen en cuenta el estado de ánimo público, la debilidad del oponente y las propias fuerzas”, advierte Morris. “Una vez que se ha elegido el tema sobre el cual basará su campaña, nunca lo pierda de vista (…). La clave es machacar con el mensaje y el tema de la campaña y usar todo tema, acontecimiento, ataque y repudio para repetir la postura básica una y otra vez y no dejar que la táctica o los blancos de la oportunidad lo aparten de su mensaje”, recomienda.

Lo mejor que puede pasarle a Cambiemos en este escenario es que la oposición acepte estas reglas de juego e intente debatir el debate en torno a la seguridad para ganarle en ese terreno. Lo mejor que puede hacer la oposición es intentar la estrategia inversa a Cambiemos: correr de la agenda de campaña a la seguridad y desviar la atención hacia otro tema menos favorable al oficialismo, como la cuestión económica o la agenda del feminismo. De lo contrario, corre el riesgo de perder control de las elecciones mucho antes de la campaña oficial.

Publicado por El Economista el 18/01/2019

Lavagna recibió a Pichetto y, en silencio, continúa alimentando expectativas de una candidatura

Roberto Lavagna ya no solo le abre la puerta a los dirigentes de la oposición que se acercan a consultarlo por los avatares de la economía presente y futuros El exministro de Economía de Eduardo Duhalde y Néstor Kirchner se permite hablar con ellos de encuestas, construcciones políticas y candidaturas, al menos las ajenas. Y posa para las fotos con sus visitantes. El motor inmóvil de la oposición sigue dejando que otros hablen por él y se sirve de sus ecos. Pero ahora también se mueve y se muestra, en sandalias y con medias.

Esa fue la postal que dejó la visita que esta mañana hizo el senador nacional del PJ Miguel Ángel Pichetto, precandidato presidencial de Alternativa Federal, a la casa que Lavagna tiene en Cariló. La segunda en cuatro días, si se cuentan las imágenes que el economista compartió en el mismo lugar con el gobernador de Santa Fe, Miguel Lifschitz.

“Roberto es una figura presidencial, pero también es muy prudente y, eventualmente, él decidirá que camino seguir”, le dijo Pichetto a LA NACION, para destacar una coincidencia del café compartido con Lavagna: “Es fundamental que a partir de diciembre la Argentina tenga un gobierno de unidad nacional que reúna el aporte de todas las fuerzas democráticas. Quedó claro que las visiones sectarias le han hecho mucho daño al país”.

El viernes, Lifschitz había roto la inercia discursiva que siguió a los encuentros que Lavagna comparte desde hace años con gobernadores, sindicalistas, referentes opositores y empresarios. “Roberto estaría dispuesto a encarar un proyecto presidencial”, dijo el santafesino sin mayores tapujos.

Hasta ese entonces, y si se deja de lado el impulso que Duhalde viene dando a la postulación de Lavagna, la frase más arrojada había llegado de boca del gobernador sanjuanino, Sergio Uñac, que visitó al economista en diciembre. “Creo que si varios como yo nos juntamos y se lo proponemos, él podrá analizar ser candidato”, señaló.

¿Qué opinó en público Lavagna? Nada. Lo mismo que ayer, tras reunirse con Pichetto, y el viernes, tras conversar con Lifschitz. Igual que cuando semanas atrás recibió a referentes de la CGT, al gobernador salteño Juan Manuel Urtubey o al otro precandidato presidencial de Alternativa Federal, Sergio Massa, con quien habla seguido.

Para no censurar las expresiones públicas de sus invitados, o porque prefiere mantener viva la llama, el economista comenta entre los suyos que dichos como los de Lifschitz son “interpretaciones respetables” y que las peregrinaciones hacia su puerta, como otros movimientos en la oposición, responden a la idea de que un gobierno “de unión nacional” es “una necesidad a gritos después de ocho años de retroceso económico y social”, como define al último mandato de Cristina Kirchner y el de Mauricio Macri.

En su entorno más cercano son más tajantes. “Roberto no piensa ser candidato. Sigue sosteniendo, como hace tres años, que es tiempo de los jóvenes, que él está para ayudar. Escucha a todos los que lo visitan y les da consejos, pero a nadie le dice que va postularse o quiera hacerlo: eso sí, a todos les repite que hay que lograr la unidad”, enfatizan.

La visita de Pichetto a Lavagna no fue el primer encuentro entre ambos. De hecho, compartieron varios el año pasado. La diferencia es que ayer el rionegrino desembarcó con su equipo de comunicación y el bonaerense no tuvo reparos en posar para las cámaras. “Así como estaba”, bromeaban cerca del economista, a sabiendas que Lavagna presta poca atención a esos detalles.

El fenómeno del Lavagna como foco de atención opositor puede ser adjudicado tanto a la crisis económica que desde abril del año pasado le estalló al Gobierno como a la encuestadora D’Alessio IROL/Berenztein, que a mediados de 2018 reveló que el exministro aparecía como el dirigente -no en funciones- que mejor medía en el país. Al compás de los vaivenes financieros, Lavagna pasó de medir 47 puntos de imagen positiva en febrero a 55, en junio.

Cuando se dio a conocer esa encuesta se produjo el segundo fenómeno: inmediatamente después de que Lavagna se convirtió en un candidato posible para los encuestados, sus números dejaron de crecer y cayeron: en julio su imagen positiva bajó a 51 puntos.

“No hay que confundir imagen con intención de voto. Cuando uno se convierte en candidato debe empezar a dar respuestas, fijar posiciones”, resume Eduardo D’Alessio, presidente de la consultora. Le sucede cada año a las figuras con renombre fuera de la política que deciden postularse a un cargo.

Lavagna se maneja fuera de los márgenes de esas alquimias. “No le interesan, él sigue escuchando y dando consejos”, repiten a su lado. Pero ahora, también, se mueve.

Publicado por La Nación el 16/01/2019

Predomina el desgaste de la clase política argentina

ENCUESTA | RUMBO A LAS URNAS

La principal preocupación de los argentinos sigue siendo la economía, particularmente la inflación, señala un sondeo de Berensztein v D´Alessio IrolMauricio Macri y Cristina Fernández asoman con mayor piso electoral consolidado en el mapa electoral que se avecina, aunque esto no significa que pueda surgir otra figura c[ue quiera instalarse. Esa es una de las conclusiones que D Alessio Irol y Berensztein hicieron en el país. El sondeo, denominado `Humor Social y Político`, revela, además, el desgaste profundo que tiene la clase política argentina, en la que los líderes tienen más imagen negativa que positiva. Además, la economía continúa siendo la principal preocupación de los argentinos, particularmente por la, inflación. La inseguridad, a su vez, persiste como un foco relevante de angustia. Según el sondeo, María Eugenia Vidal y Roberto Lavagna asoman como las excepciones a la regla.

El rumbo económico será determinante para la campaña que se avecina, señala un sondeo de D´Alessio Irol y Berensztein

La economía continúa siendo la principal preocupación de los argentinos, basada en una observación negativa sobre las variables centrales y la falta de certezas sobre su evolución. Así lo indica un sondeo realizado por DAlessio Irol y Berensztein. La encuesta, a la que tuvo acceso LA GACETA, señala, además, que la inseguridad persiste como un foco relevante de angustia. `Este último tema, junto con la entrega indiscriminada de subsidios y los cortes de calle son particularmente importantes para el electorado de Cambiemos`, remarca. Por otro lado, la corrupción produce indignación en ambos lados de la grieta, diferenciándose al momento de especificar quienes son los involucrados. En diálogo con nuestro diario, el analista político Sergio Berensztein estableció también los tres ejes del trabajo realizado en todos el país.

Por lejos, la principal preocupación de los argentinos es la economía. La pregunta que uno se hace es hasta qué punto la instalación del problema de la inseguridad puede tener impacto positivo, por caso, para el oficialismo nacional, con los atributos que generalizó el actual presidente de Brasil Jair Bolsonaro. En casi todos los líderes predomina más la imagen negativa que la positiva. Hay signos evidentes de un desgaste profundo en la clase política argentina. Casi excepcionalmente se diferencian de esa regla general la gobernadora de Buenos Aires María Eugenia Vidal y el ex ministro de Economía, Roberto Lavagna que conserva un silencio estratégico, de cara a las elecciones, y sostiene niveles llamativos de imagen positiva.

Mirando hacia adelante, dice el analista, estamos frente a un año que seguramente la economía será determinante para la preferencia del electorado entre los candidatos que saldrán a competir. Si bien queda un trecho, está claro que hasta ahora las figuras con pisos electorales más consolidados son el presidente Mauricio Macri y la senadora nacional Cristina Fernández de Kirchner. Eso no quita que pueda surgir un tercer candidato, aunque no le resultará sencillo instalarse en el terreno electoral. Evaluación El sondeo, realizado en diciembre pasado, indica también que 2018 cerró con una evaluación crítica del presente económico y un optimismo bajo, pero con signos de recuperación gracias a una mayor confianza entre oficialistas. Se detiene el avance de las críticas hacia la gestión del Gobierno nacional. `Su imagen sigue siendo negativa, pero se observa cierta mejora en el vínculo con su electorado`, remarca el trabajo privado.

CARACTERIS

FICHA TÉCNICA.- La encuesta de D Alessio Irol y Berensztein corresponde a la medición de diciembre realizada en forma oniine a 1.355 encrestados mayores de 18 años de todo el país.

INVERSIONES FAMILIARES.- Se observa un crecimiento lento de la mención de proyectos personales. Quienes los afrontarían demuestran capacidad para solventarlos sin recurrir a un endeudamiento riesgoso. Los consultados consideran que la economía ha empeorado en el último año y la mayor parte no espera una mejora en el mediano plazo. ? SITUACIÓN ECONÓMICA OEL PAÍS.- La calificación sobre la actualidad mejora levemente entre oficialistas, dentro de un nivel elevado de cuestionamientos. Quienes votaron al Frente para la Victoria conservan su fuerte disconformidad. Mirando a lo que puede suceder este año, se regitra una leve recuperación del optimismo entre electores de Cambiemos, que regresa a valores obtenidos a mediados de 2018, puntualiza el sondeo privado. Gestión del Gobierno: los 10 temas que más preocupan Respuesta múltiple -%-Total diciembre

Publicado el 10/01/2019 por La Gaceta

El semáforo con la imagen de los ministros: las encuestas que maneja la Casa Rosada con la mirada en la campaña electoral

Frigerio, Bullrich, Stanley y Dietrich son los que cosechan más aceptación

En medio de la parsimonia veraniega y con Mauricio Macri de vacaciones en el Sur, desde el Gobierno empezaron a estudiar encuestas de testeo sobre clima electoral en función de un dato llamativo: el semáforo de los ministros que tienen mejor o peor imagen en el gabinete nacional.

A simple vista, en los despachos del primer piso de la Casa Rosada evalúan que del análisis de los diversos sondeos salta a la vista que los ministros con mejor imagen del gobierno son Patricia Bullrich (Seguridad), Rogelio Frigerio (Interior), Guillermo Dietrich (Transporte) y Carolina Stanley (Desarrollo Social). Mientras que los funcionarios con peor imagen son Dante Sica (Producción), Nicolás Dujovne (Hacienda), Oscar Aguad (Defensa), Jorge Faurie (Relaciones Exteriores) y Germán Garavano (Justicia), entre otros.

De esta manera, en el Gobierno deducen que de cara a los comicios presidenciales Macri cosecha buenos resultados de su gestión en la política de seguridad, el desarrollo de la obra pública y el manejo de los programas sociales mientras que la economía y el área de la producción no han sido su fuerte hasta ahora, por lo que deberá potenciarlas si se quiere ganar las elecciones.

“No podemos negar que en el 2018 la economía fue lo más débil que tuvo el Gobierno mientras que otros sectores de la gestión como la seguridad o las obras en el interior se vieron positivamente”, remarcó a Infobae un destacado funcionario de la Casa Rosada. Es la misma impresión que manejan varios referentes de la mesa de Cambiemos que estará a cargo en gran medida de la campaña electoral de este año.

En este sentido, una de las encuestas que maneja la Jefatura de Gabinete y el resto de los ministerios es de la consultora Agora y sostiene que Frigerio tiene una imagen positiva del 19% y negativa del 1%; Bullrich el 11% de imagen positiva frente al 18% de negativa; Dietrich 4% imagen positiva y 2% de negativa; Stanely el 3% de positiva frente al 2% de negativa; Finocchiaro el 1% positiva y 2% negativa; Dujovne 2% positiva y 17% negativa; Garavano 1% positiva y 10% negativa y Sica 1% positiva y 1% negativa. Así, la imagen de Frigerio, Bullrich, Dietrich y Stanley ha crecido sostenidamente en los últimos meses del año pasado mientras que Sica y Dujovne cayeron en su ponderación pública desde enero del 2018 hasta noviembre.

Otro de los sondeos que fue evaluado en el Gobierno y que proviene de un estudio de laUniversidad de San Andrés ubica a los ministros Sica, Frigerio y Dietrich como los que están mejor posicionados mientras que Aguad y Dujovne son los peor ubicados. Este mismo sondeo revela que Bullrich tiene una imagen muy buena del 18% aunque un 41% de imagen muy mala; mientras que Frigerio recibe el 8% de imagen muy buena frente al 16% de mala imagen; Stanley tiene el 7% de muy buena frente al 14% de muy mala; Dujovne un 2% de imagen muy buena frente a 28% de mala imagen y Sica un 1% de muy buena imagen ante el 11% de mala.

Desde la casa Rosada creen que esta valoración que hace la sociedad de los miembros del Gabinete es un disparador necesario para apuntalar la gestión de Macri en la economía y la producción de cara a un año electoral.

En otro sondeo de opinión de la consultora D’Alessio que circula en los despachos de la Casa Rosada aparecen la inflación, la incertidumbre sobre la situación económica del país, el aumento de la luz y el gas, la presión impositiva y la inseguridad en menor medida como los temas que más preocupan a la gente.

En esta misma línea, un sondeo que también se observó en varios despachos del Gobierno pero que no se quiso revelar la consultora sostiene, coincidentemente, que Bullrich tiene un 30% de imagen positiva; Frigerio 29%; Dietrich y Stanley un 18% en contraposición con Dujovne un 10%, Finocchiaro un 8%, Faurie y Aguad un 6%; Gravano un 5% y Sica un 3% aunque el 49% de los encuestados en este caso cree que ninguno tiene buena imagen.

Leve repunte de la imagen de Macri y del Gobierno durante diciembre

Más de la mitad del electorado del Presidente considera su gestión como buena. María Eugenia Vidal, por su parte, sigue siendo la dirigente mejor valorada.

El año electoral inicia con una buena noticia para Mauricio Macri. Sucede que durante diciembre el Gobierno nacional logró frenar el avance de tendencia negativa sobre la imagen de su gestión, aunque continúa con valores bajos con relación a los porcentajes registrados durante el transcurso de 2018.

Al ser consultados al respecto, 7 de cada 10 argentinos considera mala o muy mala la gestión de Cambiemos, aunque más de la mitad de su electorado (52%) la considera buena o muy buena.

Sin embargo, el 93% de los opositores rechazan su imagen y la calificación negativa es más fuerte en los segmentos más jóvenes. Así lo demuestran los datos del último monitor del “Humor Social y Político”, realizada mensualmente entre D’Alessio- Irol y Berensztein.

La encuesta se realizó de manera online durante todo el mes de diciembre y se recabaron un total de 1355 entrevistados mayores de 18 años a lo largo y ancho del país.

Los resultados revelaron además que el Gobierno sumó 5 puntos de aprobación en el último mes, pero la crítica hacia la gestión continúa en un nivel muy elevado durante el transcurso del último año: 9 de cada 10 votantes del Frente para la Victoria en 2015 están disconformes con el gobierno de Macri.

En lo que respecta a la imagen del Presidente, cabe destacar que pese a que la situación económica desgasta la imagen de los principales dirigentes del oficialismo, Mauricio Macri sigue siendo un candidato competitivo ya que, hasta el momento, ningún líder o fuerza opositora logró capitalizar la situación.

De esta manera, y tras varios meses de caída, la imagen positiva del presidente Macri culminó el año con un leve repunte alcanzando el 38%,aunque sigue alejada de los valores obtenidos en el primer cuatrimestre de 2018.

Además, la gobernadora María Eugenia Vidal continúa siendo la dirigente mejor valorada: en esta medición su imagen negativa y positiva coincidieron en 48%, al igual que en noviembre. Luego de Vidal, siguen Mauricio Macri, con 38% y Carolina Stanley, con 34%, que culmina el podio. Elisa Carrió, por su parte, pierde espacio respecto a otras figuras de Cambiemos, pasando de 40% de imagen positiva en noviembre a 32% en diciembre, lo que significa una pérdida de 8 puntos porcentuales en su valoración positiva, en especial por parte de los partidarios de la coalición gobernante.

Entre los opositores se destacan Martín Lousteau con 35%, y Fernando “Pino” Solanas y Cristina Fernández de Kirchner, ambos con 33%. La exmandataria tiene en términos electorales un potencial bastante similar al del presidente Macri, pero su imagen negativa es del 62%, mientras que la del presidente es de 55%.

 Publicado por Radio Mitre el 07/01/2019

Macri tacha la doble, la gran Angeloz y el cristinismo mapuche

La campaña está lanzada. Este lunes, reunión clave del PRO. Movimientos en las provincias.

Define el Gobierno campañas provinciales sin internas

Una de las leyes de la política no escritas –esas de vigencia permanente– es que nunca debés dejar que tus adversarios se junten y hagan fila para cachetearte. Y menos si ellos segmentan los turnos de bofetada, como los gobernadores que piden hora para elegir día de elecciones, despegadas de las nacionales. El objetivo de la primera reunión del año de la mesa chica del PRO, este lunes, es desbaratar esa maraña que se va armando de elecciones en serie, cada una más adelantada que las otras, y en todo caso convertirla en una palanca para la reelección.

 Le pone espuma el resultado de algunas encuestas, como la D’Alessio IROL – Berensztein, que dice que el 39% cree que la situación mejorará en 2019. Ahí es adonde está el voto, y no tanto en los nombres que aparecen en los sondeos, según creen los que hacen campañas con marketing y no con estrategia. Un ejemplo es que, para esa consultora, las figuras de mayor prestigio, y en aumento, son Roberto Lavagna y Ernesto Sanz, que no juegan este partido.

 “La triste reflexión es que, si te vas de todos lados y además te callás la boca, crecés en las encuestas…”, comentó uno que sí está en el juego. La cita es de urgencia, para desmenuzar, por ejemplo, la situación en Río Negro. El viernes, el rionegrino Alberto Weretilneck madrugó a todos anunciando que los comicios para cargos en su provincia serán el 7 de abril. Lo dijo pocas horas después de estar a solas con Mauricio Macri en Bariloche. La cercanía temporal la manejó el astuto gobernador para dar la señal de que tiene el aval presidencial.

 No importaría mucho ese simple capricho de fecha, si no viniera con delación premiada (diría un lava jato): Macri escuchó el plan de Weretilneck para hacerse reelegir por tercera vez como si fuera la segunda. ¿Quién no va a creer que eso fue prenda de un acuerdo para asegurar un triunfo del no peronismo en esa provincia, que tiene en Martín Soria a un abanderado del cristinismo extremo? Que se lo expliquen a los macristas de Río Negro, a quienes lastima este aval presidencial, después de que dieran la vida peleando contra el reeleccionismo.

Esa y otras cuitas provinciales justifican que la mesa que coordina Marcos Peña adelante su trabajo para este lunes de verano inmisericorde –por el calor y por los sofocones que motivan estos adelantamientos–. Van a estar Rogelio Frigerio, Humberto Schiavoni, Horacio Rodríguez Larreta, Francisco Quintana –que no la esperen a María Eugenia Vidal, que aguardó a los Reyes Magos en Chapadmalal y seguirá allí algunos días más–. Hace además campaña en Mar del Plata, adonde cree es vital ganar las elecciones después del resbaladizo mandato de Carlos Arroyo, que no quiere compartir con ella ni el sol. Para ese propósito copa la plaza que antes acaparaba Daniel Scioli.

Ultimátum: Córdoba se resuelve con encuestas

El reencuentro de la mesa chica del PRO ocurrirá este lunes al mediodía en el comedor del jefe de Gabinete, que es hoy quien tiene el tablero de comando con todo el vértice del poder de vacaciones. Por estas horas regresa Federico Pinedo, que viene con todos los secretos de Cumelén, después de compartir las mágicas costas del Nahuel Huapi con Macri y un itinerante grupo, que transitó junto a él en varias cenas y almuerzos –entre ellos Esteban Bullrich, Nicolás Dujovne, Javier Campos, Nicolás Caputo, Carolina Stanley, Federico Salvai, y muchos otros–.

 Entre esos secretos está el del propio futuro de Pinedo, a quien el Senado elegirá en la última semana de febrero como presidente provisional, pero debe resolverse si reelegirá o tendrá otra misión como candidato porteño –seguramente primero en la lista de diputados, si es que no repite en la Cámara alta–. En esta reunión del PRO, que ya está en “modo campaña”, a diferencia de sus aliados del radicalismo, que están en “modo avión” –desconectados de la red, por así decirlo– se alzará la voz para imponer algunos criterios ante el adelantamiento masivo. Uno de ellos es evitar, cuando se pueda, las elecciones internas para candidatos en las provincias, sean locales o nacionales. Quieren un festival del acuerdo, de la rosca diría un Monzó, si lo dejasen hablar.

El caso testigo va a ser Córdoba. En una previa al almuerzo del PRO “chez Marcos”, la mesa va a recibir a un cuarteto cordobés. Lo integran los diputados Héctor Baldassi –detto “La Coneja”– y Gabriel Frizza, la senadora Laura Rodríguez Machado y el presidente del partido en esa provincia, Darío Capitani. Les van a decir que en su distrito no va a haber internas, que la candidatura a gobernador saldrá de las encuestas, y que por ahora el que va adelante es Mario Negri, con el apoyo de Baldassi y Luis Juez.

Ramón Mestre tendrá que aceptar, porque si no el PRO no le firmará el llamado a internas. Ramoncito va a responder, porque no es fácil. El celo del oficialismo en este distrito es innegociable. Macri cuando habló en una radio de Córdoba dijo: “Ustedes mueven al país, son mi provincia”. Lo mueven a él, como en 2015 que lo hicieron presidente. ¿Cómo no va a ser su provincia?

Non bis in idem, o el veto a doble candidaturas

Otro criterio es imponerles a los que se postulen a cargos locales de gobernador en elecciones anticipadas, la prohibición para que después se presenten a cargos nacionales. Non bis in idem (No dos veces por lo mismo), diría el jurista. Los adelantamientos tienen que ver no sólo con martingalas de marketing. Los ardides con fechas, enganches y desenganches, nunca son demasiado importantes para el resultado. El público es siempre más astuto que los dirigentes, y se da cuenta de que son espejitos de colores. Lo que los adelantamientos permiten es más libertad a los dirigentes. El 22 de junio cierra la inscripción de precandidatos a las PASO nacionales. Desde esa fecha corren incompatibilidades para postularse en varios cargos. Pero hasta esa fecha, un Schiaretti, o un Juan Manzur pueden ser candidatos a gobernadores, y después ir a una PASO nacional.

En ese registro tiene sentido el acuerdo de Pichetto con Weretilneck, con quien puede hacer campaña provincial antes del cierre de las PASO; y después anotarse a presidente, o a senador nacional en la banca que termina este año. “El senador Miguel Pichetto tiene atornillada la relación con el gobernador” –como dijo Weretilneck después de reunirse con Macri– y en ese entendimiento figura una candidatura de su hijo, Juan Manuel, a la intendencia de Viedma. Los radicales no piensan anotar candidatura, porque dividirían al anti-peronismo, y podrían facilitar el triunfo de Martín Soria, que orbita en el cristinismo extremo. El consuelo es armar una colectora de diputados provinciales que le permita a Cambiemos estar cerca de quien tiene más chance de ganar, con un lugar para Sergio Wiski, uno de los predilectos de Peña en Río Negro (hoy es diputado nacional y se le acaba la banca).

La mesa del PRO comunicará que no se puede ser candidato “doble a nada”. Es el momento de los radicales de esa provincia: en un encierro nominaron a la diputada nacional Lorena Matzen como postulante a gobernadora –igual su mandato como diputada vence en 2021–. Con esa ficha van a buscar un acuerdo con Weretilneck, que tiene que impedir que se le divida el no-peronismo para frenarlo a Soria. Amparado en el magnicidio de Carlos Soria –cuya fórmula integró en 2015–, hará la gran Angeloz, o la gran Evo Morales, que sostiene su pretensión para repetir en Bolivia, donde ser candidato es un derecho humano.

 ¿Y la justicia? Weretilneck le dijo a Macri que el Tribunal de Justicia de su provincia lo apoya ya con tres votos, y que la Suprema Corte de la Nación no se meterá, como no se metió en la ley de lemas de Santa Cruz. Todo rapidito, rapidito: en Río Negro hubo ley de PASO local obligatoria, pero nunca llegó a aplicarse y fue derogada. El 15 de enero hay cierre de listas. Sin aliento.

 Señal al mercado: el cristinista que quiere gobernar Vaca Muerta con los mapuches

Algo tendrá que decir la mesa sobre Neuquén, en donde se dio –en la madrugada del sábado– el cierre de candidaturas para las elecciones del 10 de marzo y en donde se enfrenta un Cambiemos empapado de neo evangelismo con el papismo más rancio. “Pechi” Quiroga no sólo lleva a un pastor protestante de candidato a vicegobernador, David Schlereth. Desafía al gobernador Omar Gutiérrez y busca apoyos en esa frecuencia religiosa, que pone también a la segunda legisladora provincial de una tira colectora que lo apoya. Se trata de Nadia Márquez, de la Iglesia Jesús es Rey. Todo un desafío para el votante estándar del macrismo.

 Interviene en esa disputa el cristinismo, cuya lista presentó el propio Juan Grabois, que está entre Santa Marta y el Instituto Patria. La intención de este tercio es que logre el voto del peronismo y la izquierda neuquina, y ya levanta temores entre el empresariado. Imaginan, a la tercera copa, que si ganase el candidato Rioseco, que tiene la venia del Instituto Patria, pasará a gobernar nada menos que el territorio en donde late el principal proyecto de esta Argentina, Vaca Muerta. Si ocurriera, dramatizan en las mesas de petroleros, menudo mensaje político a los inversores –cuya merma preocupa en la región, antes tan atractiva para los negocios–, ya que sería una muestra de recorte de poder de un gobierno que perdería un emirato propio, en manos, nada menos, que de un mandatario identificado con la madre de todos los temores –Cristina de Kirchner–.

Esta posibilidad incluye el fantasioso escenario de un gobierno cristinista y mapuche, que aportaría ideas, como darles a esos pueblos originarios participación en las riquezas. Algunos con más calle y recorrido, desdramatizan al recordar que Rioseco viene de una ciudad como Cutral Co, a la que el gobierno de Felipe Sapag le dio, como reparación de los efectos de la privatización de YPF, una concesión petrolera que le permite una caja importante para hacer política. Esa concesión es de 1996 y por 99 años. La comuna la concedió a privados y este año se extendió por 35 años con un contrato por más de USD 2.500 millones de inversión, y un bono para esas comunas de USD 15 millones, según la propuesta pública de la firma Pampa Energía, que administra el empresario Marcel Mindlin. O sea que Rioseco es un colega en la actividad hidrocarburífera.

 Otros, que calan más hondo, creen que después de que Macri avaló el debate sobre el aborto, no le costará mucho avanzar en alguna concesión a los mapuches. Ya validó el matrimonio igualitario –al no apelar aquel fallo judicial, antes de que se sancionase la ley en 2010– y empujó la entrega de tierras en las villas a sus ocupantes.

Macri recupera apoyos pero preocupa la delicada situación económica

La visión sobre la actualidad es muy crítica aunque dos de cada tres electores del Presidente confían en que se revertirá este año. Lavagna y Cristina, en carrera.

Luego de atravesar un 2018 en el que experimentó un deterioro de imagen y expectativas, el Gobierno encara el año electoral con la difícil misión de recuperar adhesión en la opinión pública, para sostener la posibilidad de alcanzar la reelección presidencial de Mauricio Macri.

 El control de la crisis cambiaria le permitió tomar un leve respiro en el último bimestre que, no obstante, será puesto a prueba en los próximos meses, debido a que la combinación de alta inflación con recesión alimentan una evaluación crítica de la sociedad.

 Así lo revela la última entrega del Monitor del Humor Social que elabora la D’Alessio IROL/Berensztein en exclusiva para El Cronista. El estudio, realizado el mes pasado a 1355 adultos en todo el país, recogió un cese en el avance de los cuestionamientos, principalmente gracias a una mayor confianza de quienes eligieron a Macri en 2015.

 Es por ello que mientras que la evaluación de la actualidad económica recoge de manera casi unánime una visión negativa (88%), las perspectivas sobre la situación que registrará dentro de un año recuperaron el nivel que mostraba en agosto pasado, antes de que se iniciara el fuerte proceso de devaluación que impactó fuertemente en los precios.

 Hoy, si bien un mayoritario 57% del total de los encuestados mantiene proyecciones negativas, dos de cada tres votantes de Cambiemos expresa su confianza en que la actividad evolucione favorablemente en los próximos 12 meses. El número refleja una mejora de nueve puntos respecto del piso observado en octubre pasado, pero también el desgaste de un año de gestión, en el que el optimismo entre los oficialistas cayó 10 puntos, mientras que el pesimismo de los opositores conservó su elevado nivel, que hoy abarca al 85% de los entrevistados.

 Esa tendencia es la que puede observarse en la evaluación de la gestión, que recoge un 30% de adhesiones, básicamente por haber recobrado el balance positivo entre los votantes oficialistas que le otorgaron 52% de aprobación, cinco puntos más que el mes previo.

 En esa línea, hoy cerca de la mitad de los encuestados considera que podrá concretar proyectos personales, un número que se muestra en ascenso desde septiembre pasado. Entre ellos, un 18% proyecta mejoras en su vivienda (tres de cada cuatro de ellos planea pintarla), un 12% proyecta terminar con sus deudas, otro 10% piensa en la compra de indumentaria y un mayoritario 30% piensa en viajar o tomarse vacaciones. El estudio plantea que un alza de la confianza en el Gobierno “podría incidir en una mejora de la expectativa personal de gasto o inversión de dinero” y refleja que solo un 8% planea comprar o adquirir un vehículo y apenas 2% tiene el mismo pensamiento respecto a un inmueble.

 “Los datos del monitor del mes pasado sugieren que se consolida una leve recuperación de los principales indicadores en relación a la imagen del Presidente, a la eventual recuperación de la economía en el próximo año y a sus eventuales perspectivas en términos electorales. No significa esto, de ninguna manera, que se trata de cifras contundentes para que el oficialismo enfrente con optimismo el escenario electoral pero, indudablemente, el año termina mucho mejor de lo que se suponía cuando se profundizó la crisis cambiaria hacia agosto/septiembre del año pasado”, sostiene el politólogo Sergio Berensztein.

 “El Gobierno sigue disfrutando de un interregno de tranquilidad cambiaria que ha quebrado su tendencia decreciente ya por segundo mes consecutivo. Siguen los referentes de Cambiemos, entre quienes se encuentran en gestión, liderando el rango de Imagen”, agrega el consultor Eduardo DAlessio.

 Sin embargo, el mismo desgaste referido para la gestión es el que puede detectarse en esa imagen de los principales dirigentes políticos en funciones. Así, mientras que la gobernadora María Eugenia Vidal se sostiene como la funcionaria con mejor posicionamiento (48% de imagen positiva y balance neutro) y el Presidente capitalizó una leve recuperación de la confianza (38%), ambos cedieron cinco y seis puntos de apoyos, respectivamente, a lo largo del año. Peor le fue a la diputada Elisa Carrió, que cedió 16 puntos en todo ese período, ocho de los cuales cayeron en la última medición.

 Para el caso de Macri, el dato lo ubica apenas cinco puntos por encima de la calificación estable que registra la senadora Cristina Kirchner (33%), aunque con un menor nivel de rechazos (55% frente a 62%).

 “Vale la pena señalar la relevancia de la figura de Roberto Lavagna, a quién mostró por primera vez como figura de prestigio El Cronista a través de este Monitor en el mes de junio pasado. Desde entones su imagen positiva se ha mantenido entre el 50 y 55%”, remarca DAlessio.

 En efecto, el ex ministro de Economía, que un grupo de dirigentes peronistas y del socialismo pretende lanzar como candidato presidencial, cosecha adhesiones de ambos lado de la grieta, con un 52% de imagen positiva y apenas 32% de negativa.

 Para vislumbra la pelea en las urnas, Berensztein considera que “va a ser fundamental monitorear cómo evoluciona la opinión pública en los próximos dos meses, de cara a un proceso electoral que definirá las principales variables en el comienzo del segundo trimestre, en particular las candidaturas y, sobre todo, las eventuales alianzas, principalmente si el peronismo logra consolidar ese nuevo espacio llamado Alternativa Federal. Antes que eso, febrero será un mes clave para entender si vamos a un desdoblamiento de la elección en la provincia de Buenos Aires. Por eso, lo que ocurra en los próximos meses será fundamental”.

 Por lo pronto, la agenda de preocupaciones sigue dominada por la situación económica, en particular por la evolución de la inflación que abarca al 90% de los consultados, pero también por la incertidumbre sobre el futuro, el incremento de tarifas y hasta el desempleo, que forma parte de la lista de los principales temores de la oposición. En cambio, para los votantes del oficialismo y los mayores de 55 años, la inseguridad, la corrupción, la entrega sin control de subsidios y que no se logren detener los piquetes son temas que reclaman una solución y que, seguramente, formarán parte de la campaña proselitista.

Publicado por El Cronista el 04/01/2019

Mayoría apoya el protocolo de seguridad, pero también espera excesos

Así lo revela una encuesta de D’Alessio, que sostiene que el 59% de los argentinos está de acuerdo con la reglamentación anunciada por la ministra Patricia Bullrich a principios de mes.

 La inclusión en la agenda pública a las puertas del año electoral del nuevo protocolo de seguridad sobre el uso de armas de fuego parece revelarse con el correr de las semanas como un acierto político del Gobierno a la luz de los apoyos que recoge entre los argentinos, a dos semanas de su presentación.

 Así lo revela una encuesta de D’Alessio Irol & Berensztein que sostiene que el 59% de la sociedad está de acuerdo con la nueva reglamentación, que no estuvo exenta de polémica y desató un fuerte contrapunto entre la ministra de Seguridad Patricia Bullrich y la diputada de Cambiemos Lilita Carrió, quien salió a oponerse públicamente a la medida.

 Es que el nuevo protocolo autorizó a los efectivos policiales a usar su arma sin dar la voz de alto, si es que existe un peligro inminente de muerte para ellos o para terceros, ante un caso de enfrentamiento con delincuentes.

 El sondeo se llevó a cabo en forma online entre el 12 y el 13 de diciembre pasado, sobre una muestra de 1121 encuestados mayores de 18 años en todo el país.

 Tendrán retenciones a cargo del receptor, también para municipios que no estaban en la ley. Habrá un cronograma para el resto de las actividades y la AFIP avisará en su página cuando estén operativos los sistemas para empezar a emitirlas.

De la encuesta surge que los respaldos que recoge el nuevo reglamento provienen en su gran mayoría de los votantes de Cambiemos: un 91% de ellos lo apoya, contra sólo un 25% de los simpatizantes del Frente para la Victoria que está de acuerdo con la medida.

 Sin embargo, el estudio señala también que existe un 66% que admite que con la aplicación del nuevo protocolo podría haber excesos por parte de las fuerzas de seguridad: un 37% está seguro de que los efectivos “se excederán”, mientras un 29% cree que “hay probabilidad de que se excedan”. El porcentaje de los que desconfían del flamante protocolo crece también entre los votantes del FpV (89%) y decrece entre los que votaron a Cambiemos (45%).

 Por otra parte, la encuesta revela la opinión casi consensuada de que las fuerzas de seguridad necesitan “mucho” o “bastante” entrenamiento para aplicar el nuevo protocolo. En ese lote se ubica un 73% de los encuestados. Sólo un 22% cree que los efectivos cuentan en la actualidad con el entrenamiento suficiente para aplicarlo.

 La economía, primero

El sondeo arroja otro dato relevante al que el Gobierno deberá prestarle atención: y es que la preocupación por la economía está muy por encima de la demanda de seguridad. En efecto, ocho de cada diez argentinos consideran que la economía es la prioridad a resolver por el Gobierno antes que la inseguridad. Y en el desagregado de los números, Cambiemos queda en desventaja respecto a este tema: el 39% considera que el kirchnerismo es quien puede garantizar una mejora económica, mientras que el 34% le da al Gobierno su voto de confianza para llevar adelante esa tarea. A un 24%, en tanto no le gusta ninguno de los dos.

En el caso de la seguridad, se da la situación inversa: un 41% cree que el oficialismo es el adecuado para solucionar los problemas de seguridad y sólo el 25% se inclina por el kirchnerismo. Un 29% no confía en ninguno de los dos.

Publicado por El Cronista el 20/12/2019

Debate Artana-Segré: “Brasil puede mirar al mercado interno, Argentina debe exportar”

En el 2019, Bolsonaro asumirá la presidencia de Brasil con una agenda económica ultraliberal. Para medir su impacto en nuestro país, BNP Paribas convocó a expertos

 Ante las expectativas que genera la relación bilateral de Argentina con Brasil a partir de 2019, cuando Jair Bolsonaro asuma la presidencia en el vecino país, BNP Paribas Investment Partners convocó a dos expertos oradores para analizar el “presente económico y los desafíos que se aproximan”.

 El encuentro organizado por la consultora D’Alessio IROL presentó al analista internacional Gustavo Segré y al economista jefe de la Fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericanas (FIEL), Daniel Artana, con la moderación de la periodista Clara Mariño.

 Segré disertó sobre el impacto en la economía y los negocios que representan las elecciones presidenciales que se realizaron en octubre en Brasil en octubre. “Bolsonaro acepta sus limitaciones. Cuando le preguntan ¿qué va a hacer en economía?, responde yo no entiendo nada de economía. Lo voy a poner a Paulo Guedes. Es raro ver a un candidato que dice ‘yo no entiendo’. Y llamó la atención que su gabinete será de técnicos. Guedes es absolutamente liberal, de la escuela de Chicago y un enfoque del estilo que todo lo que no se mueva, se vende, se privatiza, se concesiona”.

 En tanto, Artana hizo una descripción de la política económica del actual gobierno de Mauricio Macri y los acuerdos con el Fondo Monetario Internacional (FMI), y se remitió también a la anterior gestión de Cristina Fernández de Kirchner, a la que calificó de populista. “Los experimentos populistas siempre terminan mal”, dijo, y cuestionó si la senadora se presentará en las elecciones presidenciales de 2019.

 Artana trazó un paralelismo histórico entre las economías de ambos países. “Tanto Argentina como Brasil son economías muy cerradas. Si miramos el desempeño de estas dos economías de 1980 para acá, ambos crecimos muy poco excepto del 2000 al 2010 -casi 4% ambos- por el boom de los commodities. Pero ninguno pudo crecer del 80 para acá, fue menos de 1% por año. En ese sentido, tenemos desafíos parecidos. El resto del mundo es mucho más abierto que nosotros. Aun así, Brasil se puede dar el lujo de mirar el mercado interno. En cambio, nosotros tenemos más obligación que Brasil de mirar el mundo externo porque el mercado interno no alcanza”.

 Segré apuntó que “nos falta una visión de ser un país exportador. Y además precisamos competitividad, tener mejor costo-beneficio. Argentina no prepara exportadores: tenemos que tener un proyecto de exportación, enseñarle a la gente a exportar”.

 El presidente electo de Brasil prometió equilibrar el déficit fiscal en el primer año, y “como tiene que haber ajuste, demostrado en el Estado, quiere recortar ministerios. También prometió superávit fiscal en el segundo año, e inversiones en ciencia y tecnología, para lo cual precisa abrir Brasil al mundo”, agregó Segré. El analista apuntó también a la nueva ley de empleo que promoverán Bolsonaro y Guedes, en la que “la relación será directamente empresa con empleado, sin intervención de los sindicatos”.

 Publicado en El Cronista el 19/11/2018