IDEA: siete de cada diez empresarios dicen estar peor que el año pasado

Las expectativas que tenían para este año los empresarios chocaron de frente con la realidad. El optimismo récord que habían mostrado en la encuesta de D’Alessio IROL para la organización IDEA en octubre pasado mostró en el relevamiento de este año un dato elocuente: el 68% de los 230 ejecutivos sondeados dijo que en el primer semestre de este año les fue peor que en el período anterior.

El estudio, que se hace dos veces al año desde 2000, toma a un grupo de empresas que representa entre el 70 y 80% del PBI. En el coloquio pasado de IDEA, que se llevó a cabo en octubre, una semana antes de la victoria del Gobierno en las elecciones legislativas, la encuesta presentada indicaba que el 76% de los sondeados creía que la economía iba a mejorar en el primer semestre del año. Había sido un récord de optimismo para el historial de la encuesta.

“Los resultados están alejados de las expectativas. Hubo mucho optimismo y los resultados no fueron los esperados”, indicó ayer Eduardo D’Alessio, presidente de la consultora, al presentar el informe. El especialista señaló que el sondeo se realizó entre la segunda y la tercera semana de junio, cuando la mayor parte de la devaluación ya se había concretado.

Solo una vez desde que se hace la encuesta hubo una diferencia mayor entre las expectativas y la realidad. Fue en los informes de mayo y octubre de 2001, cuando en el medio sucedió el atentado del 11 de Septiembre a las Torres Gemelas.

“Cuando se realizó la anterior encuesta, el dólar estaba en menos de $18 y todavía no se había dado el 28 de diciembre [la conferencia de prensa con el presidente del Banco Central en la Casa Rosada]. La expectativa de inflación todavía era alta, pero se estimaba por abajo del 20%. Tuvimos desde entonces un período de variabilidad extrema”, explicó el economista José Siaba Serrate, al comentar los resultados en la presentación de la encuesta. “Hay que tomar con pinzas las expectativas y analizar en qué momento se formularon para entenderlas”, agregó.

Para el próximo semestre, si bien los ejecutivos consultados sostienen una percepción adversa de la situación económica, el 51% confía en que va a estar moderadamente o mucho mejor. Las razones que dan son una mejor posición financiera del país, luego del acuerdo con el FMI y la recategorización a país emergente por la sociedad MSCI, y una mejora en el comercio exterior, producto de la apertura internacional, del aumento del dólar y de la mejora en los términos de intercambio. Mientras un 24% de los consultados cree que la situación se mantendrá igual, el 25% restante que cree que el contexto actual es mucho peor señala que es culpa de la devaluación del peso, de la inflación, de la caída del nivel de actividad, de la baja en el consumo, de la falta de inversión, de las elevadas tasas de interés y de la imposibilidad de bajar el déficit fiscal.

Nuevas expectativas

Para el próximo año, todas las expectativas de empleo, ventas y rentabilidad bajaron considerablemente en comparación con las previsiones de las empresas en octubre pasado.

La única variable que continúa estable es la inversión estimada. Si bien el año pasado los niveles habían sido récord, con una promesa de invertir el 14% de la facturación anual, el porcentaje solo cayó al 13%, aun en niveles por encima del promedio de los últimos ocho años. “La inversión por unidad de negocio sigue estando por encima del promedio, aun con este panorama. Lo que cambió fue el destino de la inversión: ahora prevalecen las del tipo blandas (desarrollo de tecnología, de nuevos productos y búsqueda de nuevos mercados), más que la inversión dura (incorporación de maquinaria, obras civiles y equipamiento informático)”, indicó D’Alessio.

En cuanto a la creación de puestos de trabajo, de los 230 ejecutivos consultados, apenas un 19% cree que el empleo en su empresa aumentará en los próximos doce meses; una caída significativa con respecto al 48% que esperaba aumentar la cantidad de personal en el informe anterior.

La expectativa de ventas, por otro lado, también cayó fuertemente: del 83% que creía el año pasado que iban a aumentar, la estimación en el último sondeo bajó al 34%. Asimismo, el 41% de los ejecutivos ahora proyecta que el nivel de ventas disminuirá dentro de los próximos 12 meses, mientras que en octubre pasado solo el 8% preveía un panorama negativo.

Además, solo el 28% de las empresas cree que su rentabilidad aumentará en el próximo año, mientras que en la encuesta pasada, el 43% creía que crecería.

Otro cambio de tendencia fue en el comercio exterior, donde un 43% cree que sus exportaciones van a aumentar, en comparación con el 31% de octubre pasado, lo que refleja el mejor contexto que brinda la devaluación a esta actividad.

Publicado en La Nación el 11/07/2018

Empresarios prevén mejor segundo semestre pero baja de rentabilidad

Consideran que la reforma impositiva es vital para los negocios. La comunicación y la conformación del equipo económico, los mayores errores del Gobierno.

El optimismo empresario chocó contra la realidad económica. La percepción de los ejecutivos para el primer semestre fuela más alta en los 22 años que D’Alessio Irol realiza una encuesta junto al Instituto para el Desarrollo Empresarial de la Argentina (IDEA). Pero una vez superado este período, el balance de los ejecutivos es como el célebre “no positivo”. El 68% de los 230 empresarios relevados afirma que su situación está mucho o moderadamente peor en la primera parte del año. Sin embargo, los resultados de la medición de junio arrojan un panorama alentador para los hombres de negocio, ya que más de la mitad (51%) pronostica un segundo semestre mejor. La reforma impositiva es uno de los temas mencionados como vitales para los próximos meses. Además señalan a la comunicación y a la conformación del equipo económico como los mayores errores del Gobierno.

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Para los ejecutivos que ven con buenos ojos la performance de los últimos seis meses, los puntos más altos son el acuerdo con el FMI, la reclasificación de la Argentina como “mercado emergente”, la apertura internacional y el aumento del dólar. En cambio, aquellos que evalúan que están en una situación actual “mucho peor” señalan a la inflación, la devaluación, las elevadas tasas de interés y la crisis cambiaria como algunas de las principales causas.

“Hay una percepción adversa del primer semestre, pero existe una expectativa de recuperación”, mencionó Eduardo D’Alessio durante la presentación del informe. Entre los relevados, solo el 25% pronostica un semestre moderadamente o mucho peor, mientras que 2 de cada 10 creen que la performance no cambiará.

La única variable económica en la que los empresarios muestran perspectivas positivas son las exportaciones. El 43% afirma que aumentarán entre moderada y significativamente, lo cual marca un aumento respecto al 31% de la encuesta de octubre de 2017. Esto es producto, de acuerdo al informe, de las modificaciones cambiarias. Solo el 8% señala que disminuirán.

Las expectativas para las ventas y la inversión son menos prometedoras. Una quinta parte de los consultados confía en incrementar las inversiones, especialmente las empresas medianas. En tanto, tres de cada 10 aseguran que disminuirán en los próximos 12 meses. No obstante, la inversión estimada como porcentaje de la facturación anual continúa por encima del promedio de los últimos años.

Respecto a las ventas, un tercio de las empresas espera subas (34%), a diferencia del resultado de octubre de 2017 que arrojaba optimismo en 83% de los relevados. Más del 40% de los ejecutivos prevé que las ventas caigan el año que viene.

La mitad de los ejecutivos (49%) considera que no habrá cambios en materia de empleo. El 19% espera que aumente, en particular las empresas pequeñas y de servicios, mientras que un 32% asegura que disminuirá. En la medición de octubre de 2017, solo el 11% pronosticaban un descenso. Los empresarios también esperan que la rentabilidad de sus compañías acuse recibo de la turbulencia económica. El 48% pronostica una caída para los próximos 12 meses.

Publicado en El Cronista el 11/07/2018

Los ministros de Mauricio Macri, en rojo: el 70% tiene imagen negativa

Jorge Triaca, titular de la cartera de Trabajo, es el “peor” para los votantes. Frigerio, el “mejor”.

En medio de la devaluación, las dificultades para contener la inflación y un contexto social cada vez más complejo, otra mala noticia llegó a los pasillos de la Casa Rosada. Se trata de una encuesta que midió a los 20 ministros de la gestión de Mauricio Macri y el resultado fue contundente: 14 tienen imagen negativa.

El trabajo, realizado por la consultora Marketing & Estadística SRL, se basó en preguntarle a más de 1.000 personas sobre los “mejores” y “peores” ministros nacionales. Debían incluir a tres en cada grupo y el titular de la cartera de Trabajo, Jorge Triaca, es el más complicado. Un 29,6 % lo reprobó, mientras que solo un 1,5 lo avaló. El diferencial de sus número arroja un -28,1 por ciento.

El segundo lugar pertenece a un funcionario que ya no está: Juan José Aranguren. Para un 20,7 % de los votantes, el exministro de Energía era el “peor” del gabinete, mientras que un 3,3 por ciento lo consideró “el mejor”. El resultado también fue negativo: -17,4 % en el diferencial.

Al ahora titular del Banco Central, Luis Caputo, apenas un 2 % lo puso “entre los mejores”, y un 17,4 por ciento entre los peores, por lo que obtuvo un resultado final de -15,4. Apenas por debajo, Nicolás Dujovne cerró con un -12,5 %, producto del diferencial entre el 18,5 % que lo cuestionó, y el 6 por ciento que lo apoyó.

El top 5 lo completa Patricia Bullrich. La ministra de Seguridad es un caso particular: obtuvo la mayor cantidad de votos negativos (33%), aunque paradójicamente fue la funcionaria con más apoyo: un 23,2 por ciento dijo que era “la mejor”. En el diferencial, obtuvo un saldo negativo de -9,8 por ciento.

En la vereda de enfrente, Rogelio Frigerio es el ministro con mejor imagen: un 19,4 por ciento dijo que es el “mejor”, mientras que un 4,6 por ciento lo rechaza. La titular de la cartera de Desarrollo Social, Carolina Stanley, es la segunda funcionaria con mejores números, al recibir un 11,3 por ciento de apoyo, y un 3,9 % de disconformidad con su gestión. El diferencial es positivo con +7,3%.

Guillermo Dietrich también puede estar contento. Un 9,2 por ciento de los usuarios de redes sociales que participaron de esta encuesta cree que el ministro de Transporte está en la cima de los mejores, mientras que un 4,8 lo ubicó en el subsuelo. El saldo también es positivo: +4,5 por ciento.

El top 5 de los más acompañados por la gente lo completan Gustavo Santos, de Turismo, quien obtuvo +1,7 y Lino Barañao, de Ciencia y Tecnología, con +1,2 por ciento.

La encuesta no incluyó al Presidente Mauricio Macri, que según una encuesta que recientemente realizó Sergio Berensztein con D’Alessio IROL, conserva el 54 por ciento de los votos. El propio analista político lo definió como un número “considerable”.

Publicado en TN el 05/07/2018

Casi el 90% de los argentinos cree que Sampaoli y Tapia deben dejar su cargo

Una encuesta revela que Diego Simeone parte como uno de los favoritos de la gente para hacerse con la dirección técnica.

El fracaso de la Selección Argentina en el Mundial de Rusia tiene dos responsables, en la opinión de la gente: Jorge Sampaoli y Claudio “Chiqui” Tapia.

El 87% de los encuestados por la consultora D´Alessio Irol/Berenzstein cree que Tapia debe dejar el cargo, número similar (86%) al rechazo que provoca Sampaoli. El 48% de los encuestados cree que la AFA es la principal responsable de la pronta eliminación, mientras que el 36% apunta al director técnico y sólo un 13% a los jugadores.

Entre los mayores reclamos se destaca la ausencia de Mauro Icardi, centrodelantero y capitán del Inter de Italia. El 50%, en una pregunta abierta, respondieron que fue el gran ausente de la lista de 23 convocados. Por detrás quedaron Lautaro Martínez y Ricardo Centurión.

Por otra parte, Paulo Dybala y Giovanni Lo Celso fueron los dos futbolistas señalados por el público que les hubiera gustado ver con más presencia en el equipo. El 10 de la Juventus solo tuvo 22 minutos de fútbol en la derrota ante Croacia y el volante del Paris Saint Germain no jugó en todo el campeonato.

En reemplazo de Sampaoli, quien tendría los días contados como entrenador de la albiceleste, la gente se inclina mayoritariamente por Diego Simeone. El 40% cree que el DT del Atlético Madrid debe tomar el cargo, bien por delante de Josep Guardiola (14%) y Marcelo Gallardo (13%).

Publicado en Marcelo Longobardi el 05/07/2018

Las fortalezas de Cambiemos

La imagen de Macri sigue siendo positiva y la alianza gobernante tiene un piso importante de apoyo aún en un contexto económico tan complicado. A esto, se suma la incapacidad de opositores y críticos, entre otros factores.

Hace apenas ocho meses, luego del triunfo en las elecciones de mitad de mandato de octubre pasado, casi nadie ponía en duda que Mauricio Macri se encaminaba hacia su reelección y que su poder iba camino a consolidarse en su segundo mandato. Más aún, algunos incluso ya pensaban en la sucesión del 2023.

Había, de hecho, una “lista de buena fe” dentro de Cambiemos, por cierto para nada numerosa: la mejor posicionada, por lejos, era María Eugenia Vidal, la gobernadora de la provincia de Buenos Aires que desde hace tiempo lidera los sondeos de opinión pública gracias a su excelente imagen y reputación de fortaleza y honestidad.

Sin embargo, era una suerte de secreto a voces que -gracias al estratégico lugar que ocupa junto al Presidente de la Nación, quien lo considera casi un hijo- venía ganando impulso el “JFK argentino” (por John F. Kennedy), Marcos Peña. Aún sus críticos le reconocen una enorme influencia en el proceso de tomas de decisiones, gran habilidad en materia de comunicación electoral y una notable capacidad para plantear y sostener los ejes discursivos del gobierno, a pesar de que a menudo no se logren los resultados esperados.

Hubo, sin embargo, una predicción esencial que lo impulsó a Peña al corazón del poder y consolidó así, tal vez para siempre, su vínculo con Macri. En efecto, hacia mediados de mayo del 2015, cuando arreciaban en Cambiemos las presiones para abrir la coalición y llegar a un acuerdo electoral con el Frente Renovador, Peña y sus colaboradores, inspirados en los trabajos de Jaime Durán Barba, llegaron a la conclusión de que era posible ganar “en tres tiempos”, manteniendo la autonomía de Cambiemos: las PASO, la primera vuelta de octubre y el ballotage. Entonces, su gran obra maestra fue haber dibujado el camino crítico hacia el triunfo electoral y manejado con astucia y disciplina toda la campaña eventualmente ganadora. Es más, cinco meses antes de la definición de todo el proceso electoral, Marcos Peña le acercó al por entonces jefe de gobierno de la Ciudad de Buenos Aires un conjunto de escenarios que, con asombrosa precisión, fueron efectivamente acertados.

No fue su primer aporte a la consolidación del proyecto presidencial de Mauricio Macri. Desde el 2005 fue ganando espacio (y elecciones) de forma ininterrumpida, construyendo una relación profesional, afectiva y personal con su jefe político. Por último, corriendo de atrás, atrincherado en la impactante sede de Parque Patricios y apostando al éxito de su gestión como sucesor de Macri en la jefatura de gobierno de la ciudad de Buenos Aires, aparecía callado Horacio Rodríguez Larreta. Sin el carisma de Vidal ni la cercanía con Macri de la que disfruta Peña, Larreta se consolidó políticamente dentro y fuera del gobierno. Mantiene un diálogo fluido con los principales factores de poder del país. Es respetado por todos por su impresionante capacidad de trabajo, eficiencia, pragmatismo y manejo de equipos. Una inusual mezcla de olfato político y obsesión por la gestión lo había convertido en un candidato natural en esa lista corta de la que tanto se hablaba.

Desde esa etapa poselectoral, sobre todo desde ese ya famoso 28 de diciembre, a la fecha, el entorno político y económico se ha modificado tan dramáticamente que no solo no se habla del 2023, sino que incluso aparecen cuestionamientos respecto de qué hacer para llegar con chances en el 2019. Aquel trío de potenciales sucesores (Vidal, Peña, Larreta) están más cerca que nunca de Mauricio Macri, pero como integrantes ahora de una suerte de informal comité de crisis. Llevamos 11 semanas de una crisis que, lejos de aplacarse, acuerdo con el FMI mediante, sigue girando como una rueda loca, sin que por lo menos hasta ahora el gobierno haya logrado retomar el control de la situación. Ayer la tasa de las LEBAC llegó al 65% anual. Esto es, la demanda de dólares (es decir, la desconfianza en el peso) por parte de los inversores y de la ciudadanía en general sigue siendo imparable.

Curiosamente, al menos para mí, los funcionarios más allegados al presidente Macri consideran que, a pesar de todo, incluyendo la importante caída de imagen que experimentó tanto el gobierno como sus principales referentes desde diciembre en adelante, a pesar también del pesimismo reinante en materia de las perspectivas económicas futuras, Cambiemos cuenta todavía con enormes chances de ganar las elecciones del próximo año. “La reelección de Mauricio está garantizada”, me aseguró uno de los funcionarios más cercanos al epicentro del poder. Es cierto que hay otras voces menos apasionadas. “Por supuesto que estamos muy preocupados, pero vamos a salir adelante y llegaremos recompuestos y con muchas fuerzas al proceso electoral, que es lo que mejor sabemos hacer”, afirmó otro integrante (siempre cauto) de una de las mesas chicas donde se definen los destinos de la Nación.

¿Cuáles son los fundamentos empíricos y conceptuales que tiene el Gobierno para contemplar con semejante optimismo el proceso electoral del año próximo? ¿No estarán, una vez más, sesgando la lectura de la realidad con hipótesis un tanto benevolentes? Veamos entonces fríamente que nos dicen los datos disponibles. De acuerdo a una encuesta que realicé recientemente con D’Alessio IROL, a pesar del desgaste que efectivamente experimentó en los últimos tiempos, la imagen de Mauricio Macri y de la gestión de gobierno siguen siendo considerables.

Si bien la economía es sin lugar a dudas el principal motivo de preocupación, hay todavía un núcleo significativo de argentinos que sigue pensando que las cosas van a mejorar el año próximo. Es cierto que los primeros cuatro meses del año fueron relativamente buenos, y que la desaceleración se comenzó a sentir a partir de la corrida a finales de abril. Muchos economistas consideran que los próximos dos trimestres serán muy duros, pero que con la próxima campaña de la cosecha gruesa (maíz y soja), clima mediante, la tendencia debería revertirse. Más allá de estas especulaciones, la información que surge de ese mismo estudio de opinión pública es que, en efecto, Cambiemos tiene un piso importante de apoyo aún en este contexto económico tan complicado.

Asimismo, hasta ahora una de las características más interesantes de este gobierno fue que los opositores y críticos fueron incapaces de capitalizar el desgaste de la gestión y los errores no forzados cometidos por el oficialismo. ¿Se ha modificado hasta ahora esa tendencia? Analicemos comparativamente los datos de imagen de los principales líderes oficialistas y de oposición.

Como puede advertirse, sigue cumpliéndose esa máxima registrada hasta ahora, con la parcial excepción de Roberto Lavagna, que se ha consolidado como uno de los líderes mejor considerados. Digo parcial, pues el exministro de Economía hace mucho que no está en los primeros planos de la política nacional, lo que lo preserva del natural desgaste, si bien tiene una clara identificación con el Frente Renovador de Sergio Massa.

Esto sugiere, entonces, que el optimismo que impera por lo menos en una parte importante del gobierno no es absoluto infundado. En mi próxima columna, como continuidad de este análisis, incluiré otros aspectos a mi entender muy importantes y característicos de Cambiemos como coalición, incluyendo un excelente equipo de comunicación electoral, que refuerzan esta idea de que Mauricio Macri conserva aún muy buenas posibilidades de retomar la iniciativa política y plantarse como un candidato competitivo con chances de conseguir su reelección.

Publicado en TN  el 04/07/2018

La AFA y el problema de que nos sigan sacando la lengua

Aterrizar en Ezeiza con la burlona lengua de los Rolling Stones en el fuselaje generó hoy un extraño efecto: puso en marcha la máquina del tiempo. Sólo así se explica el tono sepia que se desprendía de las fotos, obviamente en colores, que registraron la llegada de Claudio “Chiqui” Tapia a Buenos Aires. Al estilo del peronismo verticalista de los ’70, sesenta dirigentes aplaudiendo al líder, muchos de ellos sin poder dejar de mirar al piso. ¿Pudor? Seguramente, porque no está el asunto precisamente para aplaudir. Y los aplaudidores no sabían aún del resultado del trabajo de D’Alessio IROL/Berenzstein que LA NACION publicará mañana. Un adelanto: el 87 por ciento de los encuestados cree que Tapia deben dejar su puesto. Lo mismo cree el 86 por ciento sobre Jorge Sampaoli. Un dato que no le hará ni cosquillas a la dirigencia de la AFA, que sigue el modelo del sindicalismo peronista: el desprestigio es un asunto menor, la clave pasa por mantener el poder y lo que se ha dado en llamar “la caja”. La AFA, dice, tiene “la caja” mejor que nunca, porque cumple con sus pagos en término y ya no existe más el tráfico de cheques endosados. Cuando la economía funciona, ninguna molestia por otros aspectos gana suficiente entidad, pasa también en la política.

Lo que está claro ya es que lo de la AFA es caso de estudio, protagonista de un insólito agrande tras el peor resultado de la selección en 16 años. Es cierto que la salud del fútbol argentino no pasa sólo por los resultados de la selección, y es cierto, también, que esta AFA gobierna hace sólo un año. Pero es la que gobierna, por eso es la responsable. No sirve tomarse en serio lo que dice Humberto Grondona (“Mi Papá elegía a entrenadores campeones y del medio local. Nunca hubiera pagado una rescisión como la de Sampaoli”), entre otras cosas porque su padre le dio la selección en un Mundial a Diego Maradona. Pero, claro, fueron 35 años, y el fútbol argentino tiene el problema de seguir recordando a papá.

En todo caso, papá es hoy “Chiqui”, dueño de un sólido poder no necesariamente condicionado por el de Daniel Angelici. Lo asombroso es cómo se sostiene el enojo con Marcelo Tinelli. No les alcanza el 38-38, ahora lo acusan de “grondonista”. “La continuidad del grondonismo era Tinelli. Ni Tapia ni ninguno de nosotros fuimos socios de Burzaco. Tinelli, sí. No fuimos tampoco socios de Cristóbal López y Fabián de Souza. Tinelli, sí. A Tinelli no le fue bien en una sola empresa, todas las quebró. Vendían a Tinelli como lo nuevo y era la continuidad de Burzaco”. Hablan los incondicionales de Tapia, que siguen exhibiendo el poder del fútbol de ascenso contra los clubes grandes y son capaces de pronunciar frases como la siguiente: “Esto es como cuando estaban convencidos de que ganaba Tinelli, se equivocó todo el periodismo. Fue Atlas, Villa Dálmine, Claypole y Victoriano Arenas contra Mirtha y los Leuco”.

El fútbol argentino tiene un problema si se instala la idea de que en la noble competencia de la D y el ascenso en general está su fuerza y su futuro. El fútbol son todos, claro, pero una federación nacional, que representa al país ante una internacional como la FIFA, y que tiene además una selección que disputa Mundiales con la ambición de llegar lejos, tiene que aspirar a más.

Si no sucede lo que se está dando con Sampaoli, ese técnico que fracasó y que por eso, pese a bajar del mismo avión con la lengua afuera, hoy fue ignorado por prácticamente todos los dirigentes que aplaudieron a Tapia. Ese Sampaoli que no fue contratado un año y medio atrás porque su cláusula de rescisión del Sevilla costaba un millón y medio de dólares, ese mismo que hoy, si lo forzaran a irse, podría costarle 11 millones a la AFA. O menos, si el “operativo desgaste” cumple sus objetivos, pero millones al fin. El avión tiene razón: nos siguen sacando la lengua.

Publicado en La Nación el 04/07/2018

Encuesta: los argentinos ya no quieren a Sampaoli, y tampoco creen en la AFA de Tapia

Sería un error pensar que el Mundial ya terminó. No solo por la evidencia de que en Rusia hay ocho equipos luchando por el título, sino porque para la Argentina nunca termina: a cuatro años y cuatro meses de que comience Qatar 2022, la selección está en crisis y hay que hacer algo con ella. ¿Debe seguir Jorge Sampaoli en el puesto de técnico hasta el Mundial en el emirato? ¿O hay que dar un nuevo golpe de timón? ¿Puede la AFA eludir su responsabilidad? Si se va Sampaoli, ¿quién debe entrar en su lugar? ¿Un técnico del campeonato local? ¿Uno que dirija en Europa? ¿O incluso un europeo? Y como el Mundial nunca se termina, los argentinos siguen analizando qué le faltó a la selección que se fue en octavos. ¿Un “9” no convocado, quizás?

Una encuesta de D’Alessio IROL/Berenzstein, exclusiva para LA NACION, refleja qué sienten los argentinos mientras en Rusia ocho selecciones preparan la caza del título. Y las conclusiones son sorprendentes. Ni Sampaoli ni Claudio Tapia , presidente de la AFA, salen bien parados: el 86 por ciento cree que el técnico debe dejar su puesto, aunque el peso mayor cae sobre la AFA, porque el 87 por ciento considera que Tapia debe renunciar a su cargo, mientras que otro 48 por ciento cree que es el ente rector del fútbol argentino el mayor responsable del fracaso en el Mundial; el 36 por ciento culpa al entrenador y solo el 13 por ciento a los jugadores. Ya entrando en los partidos, dos jugadores concentran la incomprensión del hincha hacia el técnico de la selección: el 38 por ciento cree que Paulo Dybala debió ser titular, y lo mismo opina el 24 por ciento sobre Giovani Lo Celso.

 Números contundentes, Sampaoli y Tapia, rechazados por los hinchas futboleros Números contundentes, Sampaoli y Tapia, rechazados por los hinchas futboleros

Visto lo visto, en especial en el fracasado intento de que Lionel Messi jugara como “falso nueve” ante Francia, los encuestados piden mayoritariamente un 9 de área, un “finalizador”. El 50 por ciento no perdona que en la lista de los 23 definitivos faltara Mauro Icardi, el 13 por ciento reclama a Lautaro Martínez y el 10 por ciento, a Ricardo Centurión.

En el supuesto de que Sampaoli deje tarde o temprano su cargo, la AFA deberá buscar nuevo técnico, y para ese puesto el favorito es Diego Simeone : lo pide el 40 por ciento. La sorpresa salta con el nombre del segundo más elegido: Josep Guardiola es reclamado por el 14 por ciento. Muy cerca quedó Marcelo Gallardo, pedido por el 13 por ciento, seguido de Ricardo Gareca, con el diez.

Resignados a ser espectadores y no protagonistas, los argentinos ya tienen su corazón puesto en un equipo: el 46 por ciento quiere ver campeón a Uruguay, seguido de un 13 por ciento que prefiere a Bélgica. Solo el seis por ciento se alegraría con un “hexa” brasileño -que despierta menos simpatías que el elenco local, Rusia- y apenas el uno por ciento toleraría una Inglaterra campeona del mundo 52 años después del último y único título de los “three lions”.

Publicado en La Nación el 05/07/2018

La crisis social hace emerger a un tapado: una encuesta muestra a Lavagna como presidenciable

Un estudio de D´Alessio IROL y Berensztein asegura que por el escenario de crisis económica que se vive en la actualidad, el exministro de Economía de Néstor Kirchner y actual integrante del equipo técnico massista reúne una imagen positiva superior a ala de la actual gobernadora bonaerense. Los datos son correspondientes a una medición realizada en forma online durante junio de 2018.

La crisis social hace emerger a un tapado: una encuesta muestra a Lavagna como presidenciable

D´Alessio IROL y Berensztein dio a conocer su última encuesta y para sorpresa de uchos emergió un actor tapado en las consideraciones presidenciables de los argentinos.

Los datos, correspondientes a una medición realizada en forma online durante junio de 2018 y extraídos de una muestra que abarcó respuestas de 1.477 encuestados, mayores de 18 años de todo el país asegura que el exministro de Economía de Néstor Kirchner y actual integrante del equipo técnico/económico del massismo sostiene mejor imagen positiva que la gobernadora bonaerense María Eugenia Vidal.

55% de imagen positiva es el número que alcanza Lavagna superando por dos puntos porcentuales a la mandataria provincia que ostenta el 53%. En tercer lugar aterriza Carrió con un 44% y en el cuarto el actual Jefe de Estado, Mauricio Macri, con 41%.

Según el análisis de los datos, el estudios sotiene que este escenario se genera debido a que “la idea de crisis podría afectar negativamente a la imagen de los principales políticos en actividad”.

En ese sentido, el análisis sostiene que “Lavagna es aprobado en ambos lados de la grieta con un 61% de buena visión sobre votantes del FpV y un 48% de misma valoración en votantes de Cambiemos”

Y agrega que “Lavagna consigue su mejor evaluación desde su ingreso al tracking” al tiempo que apunta que “entre las figuras que no forman parte de la política, Manes logra un peso relevante de aprobación, a diferencia de Tinelli”.

Entre los argumentos que posibilitan estas variables encuentran mucha incidencia el humor social ya que “los sucesos económicos recientes acentuaron la crítica del presente y el pesimismo hacia el futuro”.

“Los votantes del actual Gobierno sienten que aún no recibieron lo que esperaban, pero mantienen su confianza en la gestión”, acota el estudio que además revela que “inflación e inseguridad continúan siendo los temas preocupantes más recurrentes”.

“Los encuestados muestran interés por la corrupción, con foco en el pasado o el presente según posicionamiento político”, asegura el estudio y muestra que “los electores de Cambiemos sostienen reclamos por movilizaciones/piquetes y subsidios indiscriminados; mientras que los del FPV hacen mayor hincapié en la economía cotidiana: tarifas, desempleo y deudas”.

Publicado en La Tecla el 04/07/2018

Encuesta: ¿Cómo está la imagen de los principales dirigentes del país?

Como acostumbramos en Grupo La Provincia, analizamos las principales encuestas del país y en esta oportunidad te acercamos un estudio de la Consultora D’Alessio IROL/Berensztein sobre la imagen que tienen argentinos sobre el Presidente, Mauricio Macri; la exmandataria, Cristina Fernández y la Gobernadora bonaerense, María Eugenia Vidal.

La medición fue realizada en forma online durante junio de 2018 y se incluyeron las respuestas de 1.477 encuestados, mayores de 18 años, de todo el país.

Sobre la imagen del Presidente, Mauricio Macri, un 54% considera como negativa la percepción sobre el principal dirigente del país, lo que considera una suba en la imagen negativa de 6 puntos. Mientras que la imagen positiva alcanzó los 41 puntos, con una baja de 4 puntos respecto de mayo.

Por su parte, la Gobernadora, María Eugenia Vidal, alcanzó su tope de imagen negativa, alcanzando un 42% de percepción negativa, mientras que su percepción positiva comenzó una baja de 4 puntos respecto de mayo, alcanzando los 53 puntos, siendo la dirigente con mejor imagen por parte del oficialismo.

Quien sorprende con los vaivenes en imagen es Cristina Fernández de Kirchner, la principal dirigente de la oposición. Es que la exmandataria logró una suba de 10 puntos en su imagen positiva en relación al mes pasado, aunque su percepción positiva alcanza sólo los 30 puntos. En sintonía con la baja de la imagen positiva de Macri, Cristina tiene una baja en la imagen negativa de 9 puntos, aunque logra un 64% de percepción negativa.

Sobre la consulta de la gestión de Mauricio Macri a cargo del Ejecutivo, la percepción negativa alcanza el récord histórico sobre los análisis de la Consultora, llegando a 61% de negación. En sintonía con eso, quienes apoyan la gestión de Cambiemos se reducen a un 36%, agudizando la caída en los últimos cuatro meses.

El dato llamativo pasa por los seguidores de Cambiemos o que el octubre pasado eligieron al oficialismo como alternativa electoral y que están quitando el apoyo a la gestión de Mauricio Macri. Es que desde noviembre pasado, el Presidente cosecha casi 30 puntos de caída en la gestión en ese sector social.

En el otro extremo, los votantes del Frente para la Victoria mantienen su rechazo a la gestión de Macri en niveles similares a los de octubre pasado, aunque agudizando los niveles de rechazo en casi 20 puntos, alcanzando los 91 puntos de percepción negativa.

Publicado en Grupo La Provincia el 04/07/2018

Macri intenta contagiar un optimismo que escasea

Las encuesta que llegan a Casa Rosada marcan el incremento de las miradas negativas sobre su gestión. La apuesta por el rumbo elegido y la necesidad de los acuerdos.

En Casa Rosada se leen más encuestas que diarios, se solía decir hace un tiempo para responder a los que alertaban sobre contratiempos posibles en la marcha de la administración de Cambiemos. Los pronóstico podían ser agoreros, pero varios de los funcionarios adictos a los estudios de opinión tenían números a favor para mostrar, para contrarrestar. Más en términos de expectativas que en evaluación de la gestión. Lo que cambió en estos últimos meses no fue el consumo de estos indicadores. Más bien su sentido. Desde diciembre pasado, la ponderación del Gobierno no deja de caer. También la imagen de sus principales figuras.

Los últimos que llegaron a Balcarce 50 ratifican esta idea. Por caso, el seguimiento de humor social de D´Alessio IROL, Berensztein. Con caída en la consideración del presidente Mauricio Macri, por tercer mes consecutivo y un retroceso menor de la gobernadora bonaerense María Eugenia Vidal. `Les agradezco que me estén acompañando en esta transformación de la Argentina. Estamos convencidos de que hemos tomado el camino correcto para la Argentina. Sin el aporte de ustedes, nada de esto sería posible`, aseguró el Primer Mandatario, intentando insuflarle optimismo no sólo a una sociedad más retraída, sino también a sus adherentes y varios de los funcionarios de segundas y terceras líneas, preocupados por las turbulencias que no cesan. Aunque el mensaje haya sido en un acto en el barrio porteño de Belgrano junto a fuerzas de seguridad, en homenaje a las `víctimas en cumplimiento de su deber`.

El jefe de Gabinete, Marcos Peña, es otra de las pieza clave del Gobierno que salió a calmar las aguas y apostar por el optimismo. Reconoció que existe `un clima tormentoso, producto de varios factores externos`, pero aseguró que el Ejecutivo `va a cumplir` su objetivo de reducir el déficit fiscal, una de las metas u obsesiones del Gobierno en estos días, con el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional y las negociaciones por el Presupuesto 2019 como parte del meollo. En ese sentido, el funcionario ratificó que la iniciativa de bajar el costo público `no tiene marcha atrás` y resaltó que durante la administración de Cambiemos se redujo `4 puntos el gasto en nuestro PBI, además de bajar 2 puntos de impuestos`. `Hay un avance muy concreto, como lo han expresado la mayoría de los gobernadores y los referentes opositores, en que va a haber un acompañamiento en el Presupuesto que marque ese camino del 1,3 del déficit fiscal para el año que viene`, señaló el jefe de Gabinete. En el frente externo, el Gobierno espera sumar al peronismo que llama `racional`, mientras recela del líder del Frente Renovador, Sergio Massa, y por supuesto, del kirchnerismo. Apuesta a una negociación cara a cara, uno a uno, con los gobernadores, que intentarán plantearle una estrategia común. Mientras que en el frente interno, Cambiemos también tiene sus dudas y resquemores. Cierto tensión menor con el radicalismo que pide no quedar afuera de las reuniones decisivas y cierto enojo, también menor, de los gobiernos propios de Ciudad y provincia de Buenos Aires por los costos que les puede tocar asumir.

Publicado en El Economista el 03/07/2018