“Más que una victoria de Cristina, fue un castigo a Macri”, según analista político

El analista político argentino Eduardo D’Alessio aseveró que los electores del vecino país, más que respaldar a Cristina Kirchner, mostraron su negativa y repudio a la gestión del presidente Mauricio Macri, quien va por la reelección.
Las votaciones dieron como resultado 47% a favor del Frente de Todos (Fernández – Fernández), mientras el 32% sufragó por Juntos por el Cambio (Macri – Pichetto) en el marco de las elecciones Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO).
“Hubo amplia decepción del gobierno de Macri y el resultado es más un castigo a él que un premio a la dupla ganadora”, expresó el especialista en contacto con La Unión.
En ese sentido, mencionó que la principal razón del pronunciamiento de la mayoría de votos en contra de Macri guarda relación con la crisis económica en la que se encuentra sumida el vecino país desde poco después de que asumiera como mandatario.
“Hubo una recesión continua. Esto se debió a haber desarrollado una política diferente. Hubo incluso una caída libre del salario básico y eso pudo haber influido”, expresó.
En ese sentido, mirando el escenario las elecciones generales a realizarse el 27 de octubre de este año, manifestó que la diferencia de 15% a favor de la chapa Fernández – Fernández “ya es totalmente irreversible”.

 

Entrevista radio La Unión de Paraguay publicada el 12/08/19.

¿Por qué el resultado de Córdoba será clave en la elección del domingo?

Fernández busca sumar 1,5% al resultado de Scioli en el balotaje y llegar a 610 mil votos. Macri espera repetir la cosecha de octubre de 2017 y alcanzar el millón de sufragios.

A diferencia de las primarias abiertas, simultáneas y obligatorias (Paso) de agosto de 2015, se espera un escenario de alta polarización en los comicios del próximo domingo. Es una atmósfera de balotaje la que instalaron las dos fuerzas mayoritarias, el Frente de Todos y Juntos por el Cambio, para condensar la intención de voto y alcanzar el mayor porcentaje posible.

Con el peronismo cordobés con `boleta corta` (sin candidato a presidente), todo indica que el grueso de los votos, como en la mayor parte del país, se dividirá entre Mauricio Macri y Cristina Fernández. La candidatura oficial, oxigenada con la presencia de Miguel Ángel Pichetto como vice, y la principal fórmula opositora, con la estratégica luición del exjefe de Gabinete Alberto Fernández.

Pocos lo recuerdan, pero en aquellas Paso de 2015 el triunfo en Córdoba se lo llevó la alianza que encabezaban Sergio Massa (hoy en el Frente de Todos) y el extinto exgobernador José Manuel de la Sota.

Compitiendo en la interna de Unidos por una Nueva Argentina (UNA) sumaron 744 mil votos, 65 mil más que todos los tres precandidatos de Cambiemos juntos (Macri, Ernesto Sanz y Elisa Carrió) y 463 mil más que el kirchnerismo.

Pero, ante este nuevo escenario polarizado, habría que tomar como referencia el resultado en Córdoba del balotaje de 2015. Por eso las expectativas de Juntos por el Cambio son altas.

Es obvio que ni propios ni rivales creen que Macri pueda reeditar la elección del 22 de noviembre de 2015, cuando aplastó a Scioli con el 71,5 por ciento. Sin embargo, todo indica que tiene chances de conseguir una ventaja que lo ayude a compensar el déficit que, dicen las encuestas, tiene en otros distritos.

En concreto, en aquel balotaje, la fórmula Macri-Michetti consiguió en Córdoba 1.545.217 votos, un volumen comparable con el de otras 11 provincias argentinas sumadas. Fue el distrito electoral en el que el voto a Cambiemos más creció entre las Paso y las generales (70%) y en el que consiguió la mayor ventaja: 43 puntos.

En aquellos comicios definitivos, Macri aventajó a la fórmula del Frente para la Victoria por más de 930 mil votos. La diferencia lograda era equiparable, por ejemplo, a la suma de las adhesiones que obtuvo Macri en otras dos provincias en las que también hizo grandes elecciones, como Mendoza (625 mil) y Entre Ríos (453 mil).

A tal punto es importante Córdoba para Macri que aquí obtuvo en 2015 incluso más votos que los que logró en la ciudad de Buenos Aires, distrito que gobernó durante ocho años y del que se fue con una altísima imagen positiva: el exjefe de Gobierno porteño contabilizó allí 1.258.151 votos (64,8%), 287 mil menos que en Córdoba.

Analizando en perspectiva aquellos números en Córdoba desde la visión del kirchnerismo, el balotaje fue una tragedia: Scioli obtuvo 616 mil votos, sólo el 28,4 por ciento. Comparando desempeños, en Córdoba sumó apenas un puñado más de votos que en Chaco (403 mil) o en Salta (400 mil), provincias con padrones con un tercio de electores que en esta provincia.

`Nuestro mejor escenario sería conseguir 30 o 32 puntos y que Macri no logre mucho más que 40 o 42. Creemos que eso es posible`, confió uno de los referentes locales del Psol, el partido del que proviene Eduardo Fernández, primer candidato a diputado por el frente opositor.

Para lograr el objetivo, con el actual padrón, Alberto Fernández debería sumar 611 mil votos en Córdoba, si la participación es baja (alrededor del 70%), y 699 mil, si la participación es alta (más cerca del 80%).

La última prueba en las urnas locales para el kirchnerismo fue en las legislativas de 2017, cuando Córdoba Ciudadana (el frente que apoyó Cristina) apenas logró 199 mil votos en el tramo para diputados. Cambiemos acarició el millón de sufragios (996 mil) y Unión por Córdoba, 626 mil. Imagen

La imagen de los candidatos también está en una grieta. Aunque en el Gran Córdoba la pobreza se elevó hasta el 36,5% y el desempleo, al 11,3%, la imagen positiva de Macri en los últimos dos años no bajó nunca del 41 por ciento.

Según datos del Monitor Social y Político que mensualmente Berensztein y D Alessio Irol elaboran para La Voz, la valoración positiva del Presidente entre los cordobeses creció 13 puntos en el bimestre pasado, de la mano de la estabilidad del tipo de cambio y de la moderación de la inflación. La imagen positiva se ubica ahora en el 54 por ciento.

En contraposición, la medición sitúa a Fernández con una valoración positiva del 26 por ciento (a julio) y una negativa del 69. Cristina mide peor: 19 por ciento de imagen positiva y 77 de negativa.

Publicado por La Voz el 05/08/19.

Cristina, combatiendo (al pequeño) capital

El capitalismo es un sistema económico y social basado en la propiedad privada de los medios de producción, lo que requiere de un corpus legal que brinde certidumbre (seguridad jurídica) a la personas o empresas que son, precisamente, propietarias. La experiencia histórica sugiere que uno de los principales riesgos consiste en las expropiaciones o confiscaciones por parte de gobiernos que usan su poder de forma discrecional y con pretextos ocasionales, como `defender la soberanía nacional` (recordar el caso YPF, cuyas consecuencias nuestro país aún está pagando, o el de Ciccone, efectuado con el único fin de encubrir un ominoso caso de corrupción). Otras excusas típicas remiten a `evitar monopolios o abusos por posición dominante` (inevitable recordar el famoso 7-D, día en el cual el gobierno anterior pretendió tomar control de un medio de comunicación privado).

Otro componente esencial del sistema capitalista es justamente la importancia del capital como generador de riqueza. La actividad económica se basa en el hecho de que los agentes que organizan los medios de producción puedan obtener un beneficio económico. La competencia entre las empresas es vital y garantiza que los mecanismos del mercado funcionen de forma que los bienes y servicios se distribuyan en el conjunto de la sociedad. La riqueza se acumula gracias al aumento de capital por medio de la inversión. El libre juego de la oferta y la demanda se expresa en los precios, que son expresión de la escasez relativa de bienes y servicios. El capitalismo es entonces complejo y sencillo al mismo tiempo. Lo que está claro es que, contrariamente a lo afirmado por Cristina Fernández de Kirchner, no es en absoluto sinónimo de `consumo`.

En efecto, el consumo es solo un componente, de ninguna manera el más importante. Durante mucho tiempo, en especial hacia mediados del siglo pasado, notables intelectuales de formación marxista mantuvieron largas disquisiciones de carácter teórico y empírico sobre la enorme diferencia entre la producción y la circulación de bienes. Su principal conclusión fue que el modo de producción capitalista se distinguía de todos los demás (como el feudal o el `asiático`), por la propiedad privada de los medios de producción y la generación de una plusvalía gracias al papel clave del capital. De ahí surge el título de la principal obra de Karl Marx. Para aclarar estos asuntos, la expresidente podría consultar la obra de la recientemente fallecida Marta Harnecker, sobre todo en sus frecuentes viajes a Cuba, donde esta intelectual chilena muy cercana a Hugo Chávez entre 2002 y 2006 (luego del fallido golpe que intentó destituirlo) ha sido tan influyente. Es curioso que Axel Kicillof no se haya preocupado ni ocupado de evitarle a su jefa y referente esta clase de confusiones tan elementales. Podría, por ejemplo, haberle explicado que el consumo existe desde mucho antes de la Revolución Industrial, momento en que surgieron los cambios económicos, sociales, culturales y políticos que permitieron la consolidación y la expansión del sistema capitalista a escala global.

Es posible que esta falta de comprensión por parte de Cristina respecto de los mecanismos más elementales de la economía política moderna explique su inclinación a recurrir a la inflación con el objetivo de incentivar el consumo, aunque fuese de manera transitoria. Si `capitalismo` y `consumo` significaran lo mismo, entonces `un poco de inflación` para alimentarlo no tendría nada de malo. Contradiciendo la experiencia práctica y el conocimiento acumulado por más de medio siglo, la emisión espuria de dinero podría considerarse, en el peculiar ideario K, una política consistente y hasta necesaria para impulsar un modelo procapitalista.

En la tradición peronista, las pequeñas y medianas empresas siempre tuvieron un papel fundamental. El proteccionismo como estímulo a la política de impulso a la sustitución de importaciones fue, hasta el giro promercado impulsado por el menemismo, uno de los pilares de las políticas económicas de los gobiernos justicialistas. Buena parte de esas políticas habían comenzado luego de la crisis de 1930, una década y media antes de la llegada de Perón al poder, y no solo en la Argentina. Se trató de un fenómeno generalizado que alcanzó incluso países pequeños con escaso mercado interno (sin escala). El peronismo, con una clara visión estatista, impulsó `desde arriba` el proceso de industrialización del país, incrementando la importancia política y social que adquirieron los sindicatos y, sobre todo, una profusa y compleja red de pequeños y medianos empresarios. La Confederación General Económica (CGE) fue la expresión de dichas redes que, por tamaño, sofisticación y ser en su enorme mayoría de capital nacional, desarrollaron intereses disonantes con los de la Unión Industrial Argentina. José Ber Gelbard (ministro de Economía de Cámpora, Lastiri, el propio Perón y el primer tramo de Isabel entre 1973 y 1974) fue uno de los principales referentes de la CGE y quien impulsó la malograda política de `inflación cero`, que profundizó la crisis y derivó en aquel costoso episodio de ajuste salvaje conocido como `Rodrigazo`.

Por todo esto, sorprendieron tanto las alusiones de Cristina a las marcas Pindonga y Cuchuflito. Tal vez se trató de un malogrado intento de empatizar con parte del electorado de clase media, frustrado con la crisis económica, que recurre a menudo a segundas o terceras marcas para compensar la caída de sus ingresos. Sin embargo, un estudio reciente de D´Alessio IROL-Berensztein demostró que 8 de cada 10 argentinos habrían sustituido el consumo de primeras marcas por otras de menor precio. Estas segundas opciones, lejos de ser vistas como algo peyorativo, son consideradas una compra inteligente por parte de los sectores medios, por lo que criticarlas abiertamente tampoco resulta conveniente a la hora de empatizar con dicho electorado. Además, la expresidenta perdió de vista un pequeño detalle: todos conocemos a, trabajamos para o somos uno de esos dueños de pequeñas empresas que no saben de descansos ni feriados y que, pase lo que pase, están ahí, en la trinchera a puro sacrificio, cubriendo los bancos, pagando los impuestos y tratando, con los pocos recursos de los que disponen, de salir adelante. Por otra parte, no parece ingenua esa afirmación de que `capitalismo era lo que hacíamos nosotros con Axel`, como para intentar despejar las dudas sobre una eventual radicalización de un nuevo gobierno K, que sigue generando miedo, si no terror, en buena parte del electorado independiente.

Vale la pena recordar que marcas establecidas, muy conocidas por la señora de Kirchner, como Louis Vuitton o Hermès, fueron en sus orígenes meras pymes familiares. Más aún, esta Cuarta Revolución Industrial nació en simples garajes, donde jóvenes visionarios (los Steve Jobs, Bill Gates y Paul Allen de este mundo) sentaron las bases de la economía digital. Ese espíritu emprendedor se ha continuado, profundizado y multiplicado desde entonces con infinidad de aventuras, algunas exitosas y muchas fracasadas, que incluyen marcas hoy icónicas como Amazon, Google, Facebook o eBay. La Argentina no es ajena a esa ola, como lo ponen de manifiesto grandes casos de éxito como Mercado Libre, Globant, Despegar, OLX y AuthO. Así, aquella vieja tradición comercial, industrial y de servicios que convirtió a la Argentina en un país próspero y moderno (Bagley, Terrabusi, Alpargatas, Bunge & Born, Quilmes, Di Tella o Arcor, por mencionar solo algunas) continúa en una nueva generación de empresarios y empresas que comenzaron bien de abajo, y que con resiliencia y tesón pudieron hacer una diferencia. Por eso, les debemos mucho más respeto y reconocimiento a los Cuchuflitos y las Pindongas de este país y de este mundo.

 

Publicado por La Nación el 26/07/19.

“Pindonga y cuchuflito”: las segundas marcas ya representan más del 40% del consumo

Tras los dichos de Cristina Kichner se instaló la polémica sobre el consumo de marcas alternativas “Pindonga” y “cuchuflito”, desde el viernes hasta hoy han sido tendencias y de las palabras más mencionadas en las redes sociales. Fueron los terminos que usó la precandidata a vicepresidenta del Frente de Todos Cristina Fernández de Kirchner en la presentación de su libro “Sinceramente” en Mar del Plata para referirse a las segundas marcas en los supermercados, en medio de las fuertes críticas al Gobierno por la situación económica. Como era de esperar, en las redes sociales no la perdonaron y cruzaron a la expresidenta por sus declaraciones.

“Durante nuestra gestión los supermercados rebosaban de mercaderías de primera marca. Ahora aparecen y proliferan marcas que nadie conoció, la pindonga, el cuchuflito. Hasta te venden productos que dicen en lugar de leche, producto lácteo que contiene leche. ¿Qué es eso? ¿Esto es capitalismo?
A partir de allí, vino la polémica. Por ejemplo, la funcionaria Laura Alonso aprovechó su desayuno para enviar un mensaje a la expresidenta Cristina Kirchner por redes sociales, aunque sin mencionarla, y ponderó el auge de las terceras marcas en la crisis económica del país.

“Voy a desayunar con leche Las Tres Niñas (de Chivilcoy, probé de Bs As) y Yogur TREGAR (de Crespo, Santa Fe) porque son excelentes productos. No son “pindonga”, señora sinceramente”, escribió en su cuenta de Twitter, junto a una foto con su desayuno.Como correlato de la recesión económica, el consumo masivo se desplazó claramente hacia las segundas y terceras marcas de alimentos, bebidas y artículos de limpieza, donde en el primer trimestre ya ocuparon el 42,8% del mercado total, frente al 32,6% en los primeros tres meses de 2016.

Una encuesta de D”Alessio/IROL, en tanto, detalla que ocho de cada diez consumidores se pasaron a segundas marcas y las utilizan en un rango del 20 al 60 por ciento de sus categorías de compras.
“Creemos que el consumidor valora a aquellas marcas que lo acompañan en momentos difíciles. Protegiéndolo y poniéndonos de su lado, estamos construyendo esa relación a futuro. Por eso el año pasado no trasladamos la totalidad de las subas de costos y resignamos márgenes. Nuestro crecimiento refleja que el consumidor lo reconoce y lo valora”, aseguro Julián Mellicovsky, uno de los dueños de Ecovita, una fábrica del conurbano de con 70 productos de higiene y limpieza.

“Somos entre un 10% y 30% más baratos que primeras marcas. Por ejemplo, un jabón líquido de 800 ml nuestro cuesta unos $70, versus entre $90 y $130 de las más conocidas”. Según la empresa, estos productos tuvieron un 30% de crecimiento en litros producidos en lo que va del año.

Por otro lado, de acuerdo con un estudio de la consultora Focus Market, en el primer trimestre el consumo de las segundas y terceras marcas creció 5% frente a igual período de 2018; y su facturación se elevó 4,3%. “Desde 2016 a 2019, las marcas mayoristas y económicas pasaron de un participación del 32,6% al 42,8% en unidades y del 21,5% al 27,7% en facturación”, indica el informe.

Dentro del “top tres” de categorías con mayor participación de marcas mayoristas, se encuentran: puré de tomates, con el 38% del mercado; conservas, 26%; y enlatados de pescado, 13%. “La evolución de las segundas y terceras marcas en la participación en la facturación entre el primer trimestre de 2016 y el primer trimestre de 2019 es: las caras, bajaron 3,5%; medias, cayeron 7,6%; económicas saltaron positivamente el 10,4%; y las mayoristas, 0,8%”, detalló Damián Di Pace, titular de Focus Market.

Para Focus Market, las variaciones (de consumo) en el Gran Buenos Aires -medidas tanto en unidades como en facturación-, son más profundas que en el interior. Las transacciones, con una caída de 4,55% en el primer semestre, indican que sigue la tendencia de menos unidades por acto de compra.

Publicado por El Día el 22/07/19.

 

Según encuesta, crece la imagen positiva del Presidente Macri y de su gestión de gobierno

De acuerdo con el último monitoreo de D´Alessio Irol y Berensztein, esto se debe a la tranquilidad cambiaria de los últimos meses

Por segundo mes consecutivo, la imagen y la evaluación positiva del Presidente Mauricio Macri están en ascenso.

Según el último monitoreo de D´Alessio Irol y Berensztein, esto se debe en gran medida a las mejoras obtenidas en las expectativas económicas logradas por la tranquilidad cambiaria de los últimos meses.

El 32% de los consultados evalúa positivamente su administración, mientras que el 66% la reprueba.

Si se tiene en cuenta las edades, las críticas hacia la gestión de Macri disminuyen entre los mayores de 55 años, con el 51%, mientras que entre los más jóvenes ascienden al 82%.

En esta medición, la imagen positiva del Presidente Macri pasó de 37% a 39%, registrando el valor más alto desde septiembre del año pasado, y su imagen negativa se mantuvo en 56%.

Estos números lo colocan dos puntos por delante de la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner, pero también dos puntos debajo de su principal adversario, Alberto Fernández.

En el caso de la senadora, en junio recuperó dos puntos y obtuvo 37% de imagen positiva y 59% de negativa.

En cuanto a María Eugenia Vidal, si bien la imagen positiva de la gobernadora de la provincia de Buenos Aires bajó tres puntos en comparación a la medición anterior, por lo que pasó de 51% a 48%, sigue al frente del ranking y es la única figura del oficialismo cuya imagen positiva es mayor a la negativa.

Al hacer un paneo de la imagen y posicionamiento de los principales candidatos,  Vidal está al frente con 48%, seguidos por la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich y el jefe de gobierno de la Ciudad, Horacio Rodríguez Larreta, con 42% cada uno.

Por detrás está Axel Kicillof y Alberto Fernández, con 41%. Le sigue el presidente Macri con 39% y Martín Lousteau, con 38%, quien tiene el mismo porcentaje que Roberto Lavagna. Al final está la expresidenta Cristina Fernández, con 37%.

Estos datos corresponden a la medición de junio realizada en forma online a 1.038 encuestados, mayores de 18 años, de todo el país.

 

Publicado por iProfesional el 15/07/19.

Nueva encuesta habla de tres tercios: macrismo, peronismo e “independientes”

Según un nuevo estudio de D’Alessio Irol y Berensztein, “6 de cada 10 argentinos consideran que las PASO no son útiles, Fernández y Macri aparecen como las únicas figuras políticas capaces de mejorar la situación económica. Además, 3 de cada 10 votantes se identificarían con el sector de Juntos por el Cambio (Cambiemos), 2 de cada 10 son kirchneristas y hay otro 11% que es peronista. “El tercio restante estaría compuesto por aquellos independientes y descreídos de la política”.

Según un nuevo estudio de D’Alessio Irol y Berensztein, “6 de cada 10 argentinos consideran que las PASO no son útiles ni necesarias como instancia previa, incrementándose a 8 de cada 10 entre votantes de Cambiemos”. Con respecto al cierre de listas, casi la mitad de los ciudadanos considera que hubo más “traiciones” y sorpresas que en otros años. Esta tendencia se acentúa entre votantes de Cambiemos.

Además, la mayoría de los consultados sostuvo que está conforme con los candidatos electorales, pero un 21% hubiese preferido que María Eugenia Vidal sea candidata, y otro 21% dijo lo mismo pero sobre Cristina Fernández de Kirchner.

Además, “7 de cada 10 votantes del FPV hubieran preferido que no se postulara Macri, en tanto que 6 de cada 10 votantes del oficialismo hubieran preferido que no lo hiciera Fernández”. Alejandro Biondini, que se postula como candidato presidencial por el Frente Patriótico, encabeza la lista de candidatos “rechazados”, el más nombrado ante la pregunta “¿hay alguno que hubiera preferido que no se postulara?”.

“La fórmula Fernández – Fernández con Cristina como vice aparece como hecho más significativo previo al cierre de listas, seguido de cerca por la fórmula Macri – Pichetto. El regreso de Massa al frente de Cristina se posiciona en tercer lugar”, dice también.

Las perspectivas económicas a corto plazo, hay mucha incertidumbre, pero los votantes de Cambiemos creen que van a estar mejor en octubre. “La inflación aparece como la principal problemática a resolver por el próximo gobierno, seguido por otras temáticas de índole económica como la pobreza y la desocupación, siendo más marcado entre votantes kirchneristas. Luego, se encuentra la preocupación por la inseguridad, en especial en el electorado de Cambiemos”.

3 de cada 10 votantes se identificarían con el sector de Juntos por el Cambio (Cambiemos), 2 de cada 10 son kierneristas y hay otro 11% que es peronista. “El tercio restante estaría compuesto por aquellos independientes y descreídos de la política”.

Por otro lado, la mayoría de los votantes tiene decidido su voto, pero hay todavía un 15% que no sabe a quién votar. Además, casi la mitad de los argentinos (47%) cree que Mauricio Macri será el próximo presidente, mientras que el 42% cree que será Alberto Fernández.

“Fernández y Macri aparecen como las únicas figuras políticas capaces de mejorar la situación económica”, dice el informe, que especifica que prácticamente no se sacan diferencias. “Prácticamente, la mitad del electorado piensa que tanto la fórmula Macri – Pichetto como Fernández – Fernández harán un buen gobierno en caso de ganar, evidenciando la grieta existente”.

Ficha técnica: Datos correspondientes a la medición realizada en forma online entre el 24 y 25 de junio de 2019. Se incluyeron las respuestas de 827 encuestados, mayores de 18 años, de todo el país.

 

Publicado por Urgente24 el 12/07/19.

Una elección económica

 

La próxima elección presidencial cobra una trascendencia histórica que debieran valorar aquellos que creen que sólo se trata de una estrategia de polarización entre los dos márgenes de la grieta.

A comienzos de septiembre de 2018, para numerosos analistas las elecciones presidenciales de 2019 se definirían en términos de economía versus corrupción.

En agosto, la crisis cambiaria se había transformado en una crisis económica y política; y los arrepentidos de la causa de los cuadernos exfuncionarios y empresarios, sobre todo reconocían, entre otras cuestiones, la cartelización de la obra pública durante la pasada gestión kirchnerista.

El escenario que se vislumbraba era que si la sociedad priorizaba ponerle un límite a la corrupción, aun en medio de una complicada situación económica, Mauricio Macri obtendría otro mandato presidencial. Pero si la sociedad privilegiaba las urgencias económicas y dejaba en un segundo plano las causas por corrupción que acumulaba Cristina Fernández, la figura del peronismo que contara con su apoyo tendría chances de llegar a la Casa Rosada.

Tomando distancia de esa escena, sostuve la hipótesis de que la sociedad evaluaba a la dirigencia política en términos de economía versus economía (Una nueva demanda social, 12 de septiembre de 2018).

Mi razonamiento se basaba en una lectura cualitativa de las encuestas, sobre todo la que Berenstein y DAlessio Irol realizaban mensualmente para este diario: un 49 por ciento de los cordobeses y un 38 por ciento de los argentinos sostenían que dentro de un año su situación económica estaría mejor que entonces, lo que se traducía en una expectativa positiva en el plan económico del Gobierno.

El disgusto con la falta de resultados positivos daba pie al pedido de ciertos cambios en el Gobierno, pero no implicaba un deseo de cambiar de gobierno.

Esa demanda social parece coincidir, ahora, con la oferta electoral. El oficialismo ha cambiado algunas cosas, pero sostiene el rumbo de la economía, cuyos objetivos siguen siendo eliminar el déficit fiscal, contener la emisión monetaria (directa o indirecta), combatir la inflación, reducir los subsidios, abrir la economía, recuperar competitividad, apostar al crecimiento vía inversión privada y sostener la asistencia social para los sectores vulnerables.

 

Dos programas

El acuerdo de libre comercio firmado la semana pasada entre la Unión Europea y el Mercosur, luego de que el presidente Macri destrabara un último conflicto que enfrentaba a Francia con Brasil, reactualiza y potencia todos esos objetivos en el mediano plazo. Para que el acuerdo tenga vigencia, es imprescindible su aprobación en el Congreso. Y como ese debate político girará sobre cada una de las variables que definen la macroeconomía y cuestiones conexas, un resultado positivo aseguraría la estabilidad del esquema emergente en el largo plazo.

Ahora bien mientras los candidatos de Juntos por el Cambio apoyan esa línea, los del Frente de Todos se han opuesto desde el primer día. Ni siquiera se mostraron dispuestos a discutir la letra chica y técnica del acuerdo, algo que llevará su tiempo y donde podrían hacer aportes significativos.

Día negro, dijo Fernando Solanas, candidato a diputado nacional. Tragedia, rotuló Axel Kicillof, exministro de Economía de Cristina Fernández y candidato a gobernador de la provincia de Buenos Aires. Nada para festejar, concluyó el candidato presidencial Alberto Fernández, quien además lo interpretó como un tratado que condena al país a un modelo exportador de productos primarios y como un nuevo privilegio que Macri les otorga a las potencias extranjeras.

Tan categórico rechazo se vuelve un claro símbolo de la oposición de este sector al programa económico vigente. Su propuesta alternativa, aun con matices propios del momento, recicla el modelo que caracterizó al kirchnerismo hasta 2015: un fuerte intervencionismo del Estado para controlar cada una de las variables económicas, el privilegio del consumo como dinamizador del mercado interno y la reformulación por la negativa de la apertura global de nuestra economía.

En recientes declaraciones, Alberto Fernández no dudó en reivindicar el cepo cambiario como la vía menos dañina para hacer frente a la falta de dólares de nuestra economía, y manifestó que es responsabilidad del Gobierno garantizar el consumo; por lo tanto, en una hipotética presidencia suya, el Estado daría incentivos para hacer crecer la economía y el dólar dejaría de flotar libremente.

En consecuencia, y sin que esto implique desplazar a un segundo plano el grave problema de la corrupción, las dos fórmulas que disputarán la elección presidencial representan visiones opuestas del programa económico y del andamiaje institucional que el país requiere para solucionar sus problemas.

De un lado, la propuesta se parece demasiado a las que, en el pasado, sólo consiguieron acentuar el círculo vicioso de nuestras recurrentes crisis. Del otro, la alternativa es novedosa y no exenta de riesgos; por eso, como dijo el nuevo vocero del oficialismo, el candidato a vicepresidente Miguel Ángel Pichetto, hace falta explicarla.

Vista así, la próxima elección presidencial cobra una trascendencia histórica que debieran valorar aquellos que creen que sólo se trata de una estrategia de polarización entre los dos márgenes de la grieta.

 

Publicado por La Voz del Interior (Online) el 07/07/2019.

 

 

Midieron a 20 candidatos en un sondeo nacional: reprobaron 19

La idea de que la elección de este año estará marcada más por el espanto que por la esperanza lo muestra el rechazo a los dos principales candidatos y exponentes de la grieta: tanto Mauricio Macri como Cristina Kirchner superan el 50% en el incómodo “nunca los votaría”. Sin embargo, esa mirada escéptica sobre los políticos no se agota en ellos. Una nueva encuesta puso bajo la lupa a 20 candidatos. 19 reprobaron. Sólo una, y por poquísimo, logró más imagen positiva que negativa, el parámetro que sirve para comparar dirigentes de todo el país.

El trabajo es de D’Alessio IROL – Berensztein, una conjunción de dos firmas: la primera, una consultora con más de 30 años en el mercado, básicamente dedicada al marketing y los negocios; la segunda pertenece a Sergio Berensztein, que fue director de Poliarquía pero hace varios años fundó su propia empresa.

Se trata de un sondeo nacional de 1.038 casos, que se relevaron durante junio; los resultados fueron difundidos este lunes. Es el informe de “Humor social y político” que estas consultoras publican mensualmente. Puede verse la evolución de las imágenes de los principales políticos desde julio de 2017.

En su último trabajo muestran datos de 32 dirigentes muy variados: 17 serán candidatos en agosto y octubre; 3 ya se postularon en sus provincias este año. Desde los experimentados Macri y Cristina a los debutantes José Luis Espert y Matías Lammens.

Como en muchas encuestas, la única que rompe la hegemonía es María Eugenia Vidal. Según D’Alessio IROL – Berensztein, combinó en junio 48% de imagen positiva con 47% de negativa. Balance a favor de un punto. La gobernadora tuvo un pico de 60% de ponderación favorable en noviembre de 2017. En mayo estaba en 51%. Su piso, de 45%, lo había tocado en abril.

Los otros 19 postulantes, ordenados por su imagen positiva, son:

1) Horacio Rodríguez Larreta (42 de positiva).

2) Alberto Fernández (41).

3) Axel Kicillof (41).

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4) Macri (39).

5) Roberto Lavagna (38).

6) Martín Lousteau (38).

7) Cristina (37).

8) Juan Schiaretti (35).

9) Pino Solanas (34).

10) Miguel Angel Pichetto (31).

11) Diego Santilli (30).

12) Juan Manuel Urtubey (27).

13) Omar Perotti (26).

14) Sergio Uñac (25).

15) Victoria Donda (25).

16) José Luis Espert (24).

17) Matías Lammens (24).

18) Alfredo Cornejo (17).

19) Sergio Massa (16).

Schiaretti, Perotti y Uñac ya consiguieron un triunfo para gobernadores en Córdoba, Santa Fe y San Juan. El resto, con Vidal, serán candidatos en los comicios nacionales.

Si el orden se hace por el diferencial de imagen (el resultado de restar la positiva de la negativa), debajo de la gobernadora (con un punto a favor, la única en verde), se ubican Perotti (-3), Schiaretti (-7), Larreta (-8) y Lavagna (-9).

En el caso del ex ministro y candidato de Consenso Federal, si bien tiene uno de los mejores balances, fue notoria su caída desde que anunció que se postularía para la presidencia. Un dato: en junio del año pasado, cuando aún seguía afuera de la campaña, llegó a tener dos puntos más de imagen positiva que Vidal (55 contra 53).

El que venía muy mal y apenas repuntó es Massa: pasó de 11 puntos de positiva en mayo a 16 en junio. Su diferencial sigue siendo rojo oscuro (-55), el peor entre los candidatos.

Del resto de los dirigentes medidos por D’Alessio IROL – Berensztein, algunos datos para destacar:

– El neurocirujano Facundo Manes, con 46% de imagen positiva y sólo 27% de negativa, queda con un diferencial top: 19 puntos a favor.

– En el otro polo, el sindicalista Hugo Moyano, con 12 de positiva y 77 de negativa, termina con 65 puntos en contra. Otro récord. Pero por lo malo.

 

Publicado por Marcelo Bonelli el 02/07/19.

Macri vs. Alberto F., Vidal vs. Cristina: la polarización a pleno, en una llamativa encuesta presidencial

Es un sondeo nacional que se hizo los días posteriores al cierre de listas. Los candidatos que no fueron y pronósticos para el próximo gobierno.

 

Se trata de una de las primeras encuestas nacionales tras el agitado cierre de listas del fin de semana. Pero más allá de la premura, lo llamativo de este sondeo es el enfoque de algunas de sus preguntas. Que confirman la polarización y ponen frente a frente no sólo a Mauricio Macri y Alberto Fernández, sino también a las dos mujeres más populares de la política argentina: Cristina Kirchner y María Eugenia Vidal.

El trabajo es de D’Alessio IROL – Berensztein, una conjunción de dos firmas: la primera, una consultora con más de 30 años en el mercado, básicamente dedicada al marketing y los negocios; la segunda pertenece a Sergio Berensztein, que fue director de Poliarquía pero hace varios años fundó su propia empresa.

Se trata de un relevamiento de 827 casos, online, hecho el 24 y 25 de este mes, entre mayores de 18 años de todo el país. Indaga particularmente, y así lo dice de arranque, la “reacción de los votantes tras el cierre de listas”.

De entrada, hay una mayoría (60%) que se manifiesta en contra de la utilidad de las PASO. Sobre todo, entre los seguidores de Juntos por el Cambio (84%). Entre los kirchneristas, ganan los que creen que “sí, son útiles” (61%).

Luego vienen las preguntas más curiosas: “¿Hay algún candidato que le hubiera gustado que se postulara a presidente pero no lo hizo?”. Resultado: empate técnico, exacto, entre Cristina y Vidal, ambas con el 21%; seguidas por Martín Lousteau y Axel Kicillof, los dos con 9%. ¿Y Sergio Massa, que mantuvo se precandidatura hasta último momento? Poco y nada: apenas un 4% lo añora como presidenciable. La mayoría, de todos modos, se inclinó por “ninguno” (37%).

Después viene el lado B del mismo tópico: “Y de los candidatos que sí se postularon para presidente, ¿hay alguno que hubiera preferido que no se postulara?”. Gana el filonazi Alejandro Biondini, con 44%, pero lo siguen de cerca Macri (40%), Alberto F. y Juan José Gómez Centurión, estos dos últimos con 37%. Completan la lista negativa José Luis Espert (31%), José Antonio Romero Feris (31%), Nicolás del Caño (29%), Roberto Lavagna (27%) y Manuela Castañeira (24%)

Los dos principales candidatos a presidente vuelven a monopolizar las opiniones, con resultados relativamente parejos, en otros de los interrogantes que plantean las consultoras.

 

– “¿Quién cree que será el próximo presidente?” Macri 47%, contra Alberto F. 42%.

– “¿Con quién supone que mejorará la situación económica?” Macri 37%, Alberto F. 36%.

– Probabilidad de que realicen un bueno gobierno: Macri 43%, Alberto F. 39%.

En este último caso, de todos modos, las miradas son más bien pesimistas: un 48% y un 54% consideran que Macri y Alberto F. tienen más chances de hacer un “mal gobierno”.

Por último, otro dato que confirma que será difícil salir de la polarización: un 85% aseguró que ya tiene decidido su voto, contra sólo un 15% que aún duda.

Tras oficialización de fórmula Macri-Pichetto, primera encuesta mide su impacto

Tras la confirmación de la candidatura de Miguel Angel Pichetto a vicepresidente de Mauricio Macri para las elecciones, ya empiezan a aparecer los primeros datos.

Un estudio nacional de 500 casos de D’Alessio IROL – Berensztein fue realizado en modo online, entre martes (día del anuncio) y miércoles. La conclusión inicial es que hubo un impacto positivo para los ex Cambiemos, ahora Juntos por el Cambio.

RESULTADOS:

Para el 48% de los electores de los consultados, Mauricio Macri tiene más probabilidades de ganar con esta fórmula.

 

A un 16% le “aumenta las ganas de votar a Macri” con la inclusión de Pichetto, contra un 9% que le “disminuye”. Un 30% se mantiene “igual” y un 44% “de todas maneras no iba a votarlo”.

Para un 56%, la presencia de Pichetto “garantiza la gobernabilidad en una eventual reelección de Macri”. Los que opinan en este sentido, se dividen en partes iguales: 28% respondió que “sí, seguramente” y un 28% que “sí, probablemente”. Con matices, el “no” sumó 39%.

En términos de “competitividad de las fórmulas”, hubo casi empate entre la postulación de Pichetto y la de Alberto Fernández. En el primer caso, un 48% opinó que fue la “decisión más acertada” para intentar ganar, contra un 45% del segundo.

 

Con respecto a la imagen del senador del PJ, comparada con mayo, se duplicó su ponderación positiva. Aunque sigue navegando por abajo: pasó de 16% a 36%. Se mantiene debajo de Cristina (37%), Alberto F. (40%) y Macri (43%). Sólo supera al devaluado Sergio Massa (14%).

 

“Muy probablemente observemos por primera vez una nueva configuración del escenario político, que nunca tuvo esto con una coalición de centro izquierda y una de centro derecha. Siempre la Argentina teníamos dos partidos ‘atrapa todos’, plurales ideológicamente, porque tanto el radicalismo como el peronismo tenían un sector más católico conservador, otro más liberal en términos culturales. En fin eran partidos ‘atrapa todos’ plurales, pero donde la derecha e izquierda no era una cuestión definitoria”, expresó Berensztein.

 

Publicado por Diario 26 el 15/06/19.