Encuesta sobre el cuaderno de las coimas: el 70% cree que “solo algunos” irán a la cárcel

La mayoría de los entrevistados consideró que la plata entregada a exfuncionarios K fueron tanto sobornos como dinero que se destinó a las elecciones.

Una encuesta reveló que casi nadie confía en que la coartada que utilizaron los empresarios en la investigación de Los cuadernos de las coimas sea cierta, pero aún así la mayoría seguirá en libertad. Nombres de peso de la construcción como el primo de Mauricio Macri y ex dueño de la constructora IECSA, Ángelo Calcaterra, y Juan Carlos De Goycochea, de Isolux, le dijeron al juez Claudio Bonadio que la plata que pagaron a exfuncionarios kirchneristas eran para aportes de campaña.

Sin embargo, solo el 5% de los encuestados cree que la participación de los empresarios fue para la campaña electoral kirchnerista. Para la mayoría (47%) tuvo que ver con ambas: aportes y coimas. De ese porcentaje, el 58% de los entrevistados dijo simpatizar con Cambiemos y el 36% con el Frente para la victoria. Hubo un 38% que consideró que la plata era solo de coimas. El dato se desprende de una medición online que la encuestadora de investigación de mercado D’Alessio IROL y la consultora de análisis político Berensztein.

El estudio se hizo en base a una muestra de 823 encuestados mayores de 18 años de todo el país. Otro dato llamativo es que, tras conocerse el escándalo de corrupción que investiga un circuito de cobro de coimas a empresarios del sector energético y la obra pública durante el kirchnerismo, el 52% piensa que el pago de sobornos para construir con el Estado continuará. Por el contrario, solo el 5% cree que desaparecerá.

Desde octubre del 2017 hasta hoy trepó 20 puntos el porcentaje de argentinos que considera que Cristina Kirchner debería ir presa. Así, el 56% de los entrevistados respondió que la expresidenta tendría que ir a la cárcel; contra el 38% que opina lo contrario y un 6% que optó por el “no sabe/no contesta”. El dato contrasta con los de un año atrás, cuando solo el 36% pensaba que debía ir presa.

Por otro lado, el 46% consideró que la exmandataria no fue la organizadora de la red de sobornos durante su gobierno el de Néstor Kirchner: mientras que para el 31% sí y para otro 26% lo fue, pero parcialmente.

También, el 70% de los encuestados pronosticó que solo algunos de los involucrados serán condenados; contra el 19% que sostuvo que no habrá condenas para nadie y el 8% para todos.

La principal prueba con la que cuenta la Justicia sobre la presunta red de sobornos a través del Ministerio de Planificación que manejaba Julio De Vido y que habría empezado bajo las directivas del exprisidente Néstor Kirchner son los cuadernos que escribió Oscar Centeno, exchofer del entonces secretario de Coordinación en Planificación Roberto Baratta.

El chofer registró durante casi diez años los recorridos que hacía a bordo de un auto oficial. En esos trayectos habría trasladado plata proveniente de coimas de empresarios del sector energético y de la obra pública que iban a parar a los bolsillos de funcionarios K. De acuerdo a la investigación a cargo del fiscal Carlos Stornelli, la trama involucraría U$S 160 millones.

Los apuntes se hicieron en cuadernos escolares y registran todos los detalles de los viajes, con menciones de exfuncionarios, contratistas de empresas, dominios de autos y montos de plata.

En los documentos se registran más de 30 domicilios, entre ellos el departamento que Cristina tiene en Recoleta. Era en ese lugar donde se habrían entregado parte de los sobornos a Daniel Muñoz (exsecretario de Néstor Kirchner, que murió en 2016).

Publicado en TN el 13/08/2018

Cristina Kirchner, el eje de todo

Las sorprendentes revelaciones derivadas de los cuadernos de las coimas y el nuevo paso de Cristina Kirchner por los tribunales no son por ahora suficientes como para dar por terminada la hipotética carrera electoral de la exmandataria de cara a los comicios presidenciales de 2019. Sin embargo, contribuyen a consolidar o incluso disminuir su techo electoral.

La última encuesta de D’Alessio Irol-Berensztein, realizada entre 823 personas mayores de 18 años de todo el país, luego de que se hiciera público el contenido de los cuadernos del chofer Oscar Centeno , indica que para el 56% de los encuestados Cristina Kirchner debería ir presa, mientras que el 38% sostiene lo contrario y el 6% no sabe o no contesta.

Esos números, sin embargo, encierran otro dato relevante: entre los votantes del kirchnerista Frente para la Victoria , sólo dos de cada diez personas creen que la expresidenta tendría que ser detenida, en tanto siete de ellas consideran que debe ser absuelta y una dice que no sabe o no responde. Entre los votantes de Cambiemos , en cambio, nueve de cada diez sostienen que Cristina Kirchner debería ir presa.

Según el mismo sondeo, el 47% considera que la expresidenta fue total o parcialmente la organizadora de todo el sistema de corrupción que destaparon los cuadernos de Centeno , en tanto que el 43% juzga que ella no fue quien lo organizó.

En sintonía con los números precedentes, otras consultoras de opinión pública indican que la imagen positiva de Cristina Kirchner habría descendido algo desde que tomó estado público la causa de los cuadernos , pero también señalan que su núcleo duro de votantes se mantiene bastante sólido, en torno del 25%. Se trata de un piso importante como para participar en cualquier contienda electoral, aunque difícilmente suficiente como para pensar en que pueda volver a la Casa Rosada.

Lo cierto es que Cristina Kirchner continúa siendo, y probablemente lo será por bastante tiempo más, el eje de cualquier reacomodamiento dentro del peronismo. Intendentes peronistas de la provincia de Buenos Aires que solo piensan en su propia reelección creen que la candidatura presidencial de Cristina es la que mayor porcentaje de votos traccionaría para ellos, aun cuando no tenga chances de ganar la elección nacional.

Pero del mismo modo hay dirigentes del justicialismo que si hasta hace poco no desechaban la posibilidad de un acuerdo electoral con el kirchnerismo , habida cuenta de que la exjefa del Estado venía subiendo en las encuestas de intención de voto, hoy advierten, con los testimonios sobre coimas que día tras día contribuyen a deshojar el relato cristinista, que esa alianza está dejando de ser conveniente.

Definitivamente, Cristina Kirchner encontrará serias dificultades para crecer más allá de su núcleo duro de seguidores. Pero conserva buenas probabilidades de mantenerlo, en tanto esa cuarta parte del electorado parece seguir comprando su discurso de que es víctima de una persecución política, judicial y mediática, y no se muestra impactado por las revelaciones de los cuadernos del chofer de Roberto Baratta , como anteriormente no se inmutó ante los casi cinco millones de dólares que aparecieron en una caja de seguridad de Florencia Kirchner ni ante los nueve millones que ocultaban los bolsos del exsecretario de Obras Públicas José López.

El problema, entonces, lo sigue teniendo un peronismo que aspira a librarse del lastre kirchnerista, pero advierte que Cristina sigue dividiendo a la oposición y es funcional a las aspiraciones electorales de Mauricio Macri y el oficialismo. Porque, lejos de buscar la proscripción de la expresidenta, como intenta hacer creer el kirchnerismo, el grueso de los dirigentes de Cambiemos celebra cada vez que Cristina sale al ring.

Publicado en La Nación el 14/08/2018

El 60% de los argentinos cree que el escándalo de los cuadernos estuvo planificado

Así lo reveló un informe elaborado por Eduardo D’Alessio y Sergio Berensztein. Según los consultores el país “está dividido”.

Un informe de opinión pública dejó en evidencia qué cree la gente sobre la causa por los cuadernos que salpica a ex funcionarios y empresarios vínculados al poder.

Se trata de una encuesta que realizaron los consultores Eduardo D’Alessio y Sergio Berensztein en la que concluyen que “hay un país dividido y subdividido”.

“El país está dividido y subdividido, porque al analizar las respuestas de quienes votaron al Frente para la Victoria, puede ser subdividido en kirchneristas puros y los adoptivos, y en muchas cosas, los adoptivos tienen comportamientos más parecidos al de Cambiemos”, afirmaron.

Según el informe, el 62% de los encuestados cree que la causa de los cuadernosfue algo planificado mientras que el 35% sospecha que se trató de una maniobra casual.

Además el 50% sospecha que la causa está relacionada con el manejo del Gobierno mientras que el 41% cree que fue por una decisión de la Justicia.

En cuanto a la participación de los empresario, el 38% cree que estuvo relacionada con coimas, el 5% en aportes, mientras que el 47% en ambos.

Publicado en Tres Líneas el 12/08/2018

Se reparten Cristina y Cambiemos el costo de los cuadernos y sacuden las encuestas para el 2019

La primera lectura posible sobre el caso de los cuadernos debería sacudir las chances del kirhcnerismo en el 2019. O afectar la imagen de la expresidenta Cristina Fernández después de las detenciones de exfuncionarios K por casos de corrupción durante su última gestión al poder.

Sin embargo, la bomba que activó el ex chofer Oscar Centeno también puede causar secuelas en el Gobierno. ¿Por qué? La desconfianza crece en todos los aspectos: la sociedad desconfía de todos, el kirchnerismo, el oficialismo y hasta de los mercados (la detención de los empresarios hizo que el Riesgo País alcanzara cifras récord).

Ante este escenario, el caso de los cuadernos se festejó a medias en la Casa Rosada. Así, incluso, lo expresan funcionarios de primera línea en off: “Estamos preocupados por la reacción financiera”. Es decir, la causa expuso la corrupción kirchnerista (principalmente a Cristina, la candidata más viable en el 2019), pero dañó la confianza en el país y las posibilidades de inversión. ¿Un golpe a las expectativas para que haya crecimiento en el año electoral?

¿Cuánto afecta en la intención de voto los problemas de bolsillo y cuánto la corrupción? Según revela la consultora D´Alessio IROL/Berensztein, el 43% piensa que CFK no es responsable de la causa de los cuadernos, mientras que el 31% sí la considera protagonista del caso.

“La sociedad desconfía de todos”, aseguró Sergio Berensztein sobre esta encuesta, relfejando la masiva desaprobación que causó la causa que se originó en el kirchnerismo pero que arrastró hasta a la familia Macri: Ángelo Calcaterra, primo del Presidente, también está acusado de haber pagado sobornos.

¿Hasta dónde llegará el caso que más nombres se llevó puesto de este siglo? ¿Caerán nuevas caras conocidas? ¿Podrá Claudio Bonadio “perdonar” a todos los empresarios arrepentidos y apuntar contra los exfuncionarios sin pagar ningún costo? ¿Se avecina un terremoto político como ocurrió en EE.UU., México o Italia? ¿Quién se beneficiaría con el nuevo escenario? ¿Hay un contexto proclive para que irrumpa un outsider?

 En definitiva, las esquirlas del escándalo de los cuadernos de las coimas, la investigación judicial que involucra a exfuncionarios y empresarios poderosos, no solo pueden dañar al kirchnerismo. En sintonía, Knopoff y Aragón anticipan que la causa perjudica a la dirigencia política en general.

Está claro que el caso salpicó al corazón del kirchnerismo, pero los analistas políticos coinciden en que aún no están determinados los efectos finales que podría causar en la sociedad. Es que la variable económica deteriora la imagen de Cambiemos y la falta de inversiones y los números del riesgo país no hacen más que alentar una nueva crisis.

Publicado en Tres Líneas el 12/08/2018

Se viene el primer parcial ante el FMI

Las tasas no ceden y la recesión baila entre nosotros con una cadencia que no por conocida deja de lastimar.

La diferencia es apenas un movimiento de cabeza. Pero lo es todo. El coloquio industrial de la UIC, realizado el martes pasado en Córdoba, aportó pruebas irrefutables. Las cabezas levantadas que miraban hacia adelante para persuadir sobre un futuro mejor contrastaban con una mayoría de ojos que apuntaban hacia el piso, hipnotizados por la crudeza del presente.

Aunque hay matices, se puede trazar una analogía con el humor social, aun cuando en Córdoba, según un sondeo de Deloitte y D’Alessio Irol, el nivel de expectativas es mucho mejor que en Buenos Aires.

Como sea, son escenas en las que el Gobierno nacional palpa sus propios límites: en tiempos de ajuste del gasto y a horas de rendir el primer parcial ante el Fondo Monetario Internacional (FMI), el margen de maniobra en el corto plazo es acotado y, en rigor, toda la energía se consume en estabilizar las variables financieras.

El dólar volvió a cabalgar y habrá nuevos relinchos, por la simple razón de que, más allá de los aportes del FMI, la economía local no es capaz de generar el volumen de dólares que demanda.

Las tasas no ceden y la recesión baila entre nosotros con una cadencia que no por conocida deja de lastimar. El presidente Mauricio Macri mandó a buena parte de su gabinete a contagiar tranquilidad y a dar argumentos de un respiro a fin de año.

Pero el recorrido desestacionalizado de la actividad económica es sintomático. Más allá del presente, los números oficiales revelan que desde 2010 hasta hoy fue como haber subido y bajado cuatro lomas para volver al mismo valle. En otras palabras, una prolongada fase de estancamiento (claro impacto en el empleo privado) con inflación.

La coyuntura también está alterando las cuentas públicas y deja al descubierto los avatares de las relaciones entre la Casa Rosada y los gobernadores. Tiempo atrás, era impensado que el Centro Cívico enviara a los medios un comunicado cuyo título mencionara “la caída de la recaudación provincial”.

Los recursos, que ya venían boqueando por la calle de los ingresos propios, terminaron por tropezar el mes pasado, con una caída real en la cuenta total.

Es un llamado de atención, no sólo porque no está claro si se tocó el piso del sótano, sino porque pone bajo la sombra al ahorro primario, que es vital para sostener la inversión en infraestructura en tiempos de mercados “cerrados”.

Por si algo faltaba para edulcorar la ciclotimia de un 2018 disruptivo, la saga de los cuadernos está abriendo un capítulo tan inesperado como impredecible, más allá del rápido intento de imputados y sospechosos de encapsular la corrupción en un pecado de recaudación electoral informal.

Una cosa es juntar plata “en negro” para una campaña y otra, muy diferente, reconocer que los billetes salen del corazón de un esquema estructural de sobreprecios y coimas en la obra pública, en años en los que las estructuras estatales pasaron sin vergüenza la barrera del sobrepeso, y la presión fiscal se disparó para alimentar ese mayor gasto.

Publicado en La Voz del Interior el 11/08/2018

El 50% piensa que el gobierno está detrás del “Gloriagate”

Son datos de una encuesta realizada por la consultora D’Alessio IROL. Hay un 62%, además, que considera que el momento fue planificado.

No es una novedad que en los escándalos políticos y judiciales lo que la mayoría de la sociedad crea que sucede termina siendo “la verdad”. Tampoco es nuevo que cuando el odio y la estigmatización anidan en sectores de la población, quienes estén capturados por estos sentimientos creerán todo lo que les permita justificarlo y profundizarlo. Esto no es producto de la mentada posverdad. Es algo mucho más viejo.

La compleja discusión sobre los costos y el financiamiento de los partidos políticos, especialmente de las campañas electorales, tampoco es un elemento nuevo. Muchos de los procesos que terminaron destruyendo sistemas políticos enteros se dispararon por esa punta del ovillo. La mani pulite italiana, que tanto enaltecen algunos dirigentes argentinos que hacen carrera a través de la denuncia, fue básicamente un escándalo sobre el financiamiento de los partidos. Su resultado final fue que sirvió para llevar al poder a un símbolo de la corrupción, Silvio Berlusconi, que era dueño de los medios de comunicación que alimentaban el escándalo. Es decir: Italia no fue más prolija sino todo lo contrario y su sistema político se volvió mucho más precario y débil frente a las corporaciones económicas.

Todos estos elementos recorren la causa de los cuadernos que lleva adelante el juez Claudio Bonadio. El trasfondo es más complejo que la trama de thriller policíaco que circula en la mayoría de los medios, siguiendo las pistas de las fotocopias del cuaderno del chofer.

Una aproximación a las creencias de la población brinda la encuesta que realizó la consultora D’Alessio IROL sobre el impacto que ha tenido en la opinión pública el escándalo. Qué creen, según este sondeo, los ciudadanos.

La primera pregunta apunta a un elemento que es central: la utilización política del caso. El dato es clave, ya que la verosimilitud de todo proceso que incluye una investigación judicial se basa en buena medida en que la sociedad confíe  en que hay una acción imparcial y desligada de intereses políticos. A pesar del discurso monocorde de los medios dominantes, los datos del sondeo muestran que es casi imposible lograr en este tiempo sudamericano que la mayoría de la sociedad confíe en el accionar de la Justicia. El 62% de los más de 800 encuestados sostuvo que la revelación de los cuadernos de Oscar Centeno fue planificada. Es decir, que cree que el momento no fue inocente sino que tuvo que ver con su funcionalidad política. Sólo un 35% sostuvo que fu casual.

A la hora de dividir las opiniones entre quienes votaron a Cambiemos o al kirchnerismo en las últimas elecciones, las opiniones se polarizan un poco más. Sin embargo, entre quienes respaldaron en su momento al gobierno hay un 38% que piensa que no fue casual la revelación y un 58 cree que sí. En el caso de quienes votaron a la principal fuerza opositora hubo 86 puntos que consideraron que está planificada y sólo 11 sostuvieron lo contrario.

Otro dato que podría poner en jaque la “pureza” del escándalo es si la mayoría de la sociedad piensa que esto es producto de una investigación independiente y oficiosa o si está manipulada por detrás por el gobierno nacional. De nuevo las respuestas muestran la debilidad de la verosimilitud del cuadernos gate. Hay un 50% que sostiene que toda la operación está manejada por el Poder Ejecutivo, un 41 piensa  que es un accionar independiente del Poder Judicial y un 11 que son internas del peronismo.

Yendo de nuevo a las opiniones divididas por el último voto emitido, el resultado fue más polarizado que en la pregunta anterior. Entre los votantes de Cambiemos un 67% sostuvo que es una cuestión de la Justicia, mientras un 20 consideró que es manejo del gobierno y 13 que es una interna peronista. En el universo de votantes del FpV el 83% lo consideró manejo del gobierno, 15 una decisión judicial y dos puntos lo atribuyó a internas del PJ.

La otra cara

Los datos mencionados, que indican que la mayoría de la sociedad cree que hay un trasfondo político en el escándalo, no implica que considere que son totalmente falsas las denuncias.

Otra pregunta fue sobre la participación de los empresarios. Las respuestas mayoritarias, en votantes de ambos lados, fueron que era una mezcla de coimas y financiamiento de las campañas.Hubo un 47% del total de los consultados que contestó que considera que estos aportes, por ahora “confesados” por varios empresarios, respondían a las dos cosas, mientras un 38 consideró que eran sólo coima y cinco puntos que eran exclusivamente aportes de campaña.

En este caso, el resultado dentro de los votantes de Cambiemos y del FpV fue muy parecido a los números globales.

Estas son por ahora las creencias que tiene la población sobre el “cuadernos gate”, según la encuesta a la que tuvo acceso este diario. La distancia entre estas percepciones y la verdad la dará el tiempo.

Publicado en Tiempo Argentino el 12/08/2018

El 60% de los argentinos cree que el escándalo de los cuadernos estuvo planificado

Así lo reveló un informe elaborado por Eduardo D’Alessio y Sergio Berensztein. Según los consultores el país “está dividido”.

Un informe de opinión pública dejó en evidencia qué cree la gente sobre la causa por los cuadernos que salpica a ex funcionarios y empresarios vínculados al poder.

Se trata de una encuesta que realizaron los consultores Eduardo D’Alessio y Sergio Berensztein en la que concluyen que “hay un país dividido y subdividido”.

“El país está dividido y subdividido, porque al analizar las respuestas de quienes votaron al Frente para la Victoria, puede ser subdividido en kirchneristas puros y los adoptivos, y en muchas cosas, los adoptivos tienen comportamientos más parecidos al de Cambiemos”, afirmaron.

Según el informe, el 62% de los encuestados cree que la causa de los cuadernos fue algo planificado mientras que el 35% sospecha que se trató de una maniobra casual.

Además el 50% sospecha que la causa está relacionada con el manejo del Gobierno mientras que el 41% cree que fue por una decisión de la Justicia.

En cuanto a la participación de los empresario, el 38% cree que estuvo relacionada con coimas, el 5% en aportes, mientras que el 47% en ambos.

Publicado en Minuto Uno el 11/08/2018

Impuntualidad a la argentina: aunque llega tarde, la gente cree que es puntual

Según una encuesta, sólo una de cada diez personas se reconoce impuntual. Pero para la mayoría, un retraso de 15 minutos es normal. Para los expertos, no influye la tecnología sino cuestiones culturales.

“Les digo que estoy a la altura de Superí y Elcano, pero todavía estoy en casa. Mis amigos me cargan porque miento y siempre llego tarde”. ¿Qué momento pasaría este porteño de 34 años (“un poco chanta”, dirían algunos), si cuando avisa por mensajito sus amigos le pidieran que les mande la geolocalización?. A su favor, es cierto que Osvaldo es parte del pequeño porcentaje de argentinos que tiene la entereza de reconocerse impuntual: un 11%, según una reciente encuesta a la que tuvo acceso Clarín.

Pocos lo admiten, pero muchos lo son. Porque en Argentina la puntualidad tiene valor relativo: la cita “en punto” es un puntapié que da curso libre a la interpretación. Y así, mientras en países como Suecia “la puntualidad es de oro”, cuenta Nicolás Speraggi, un argentino pisando los 40 que vive en Estocolmo, en Argentina la tolerancia de espera es de al menos 15 minutos: casi la mitad de los 800 mayores de 18 años encuestados por D’Alessio IROL consideró que debe pasar ese lapso para considerar al prójimo impuntual. Y lo llamativo: para el 10% de los consultados debe transcurrir media hora.

Hasta acá, todo más o menos esperable. El tema es que -invocando un símbolo de la idiosincrasia local- a muchos de los impuntuales argentinos no les gusta la impuntualidad ajena: la mitad de quienes admiten no llegar a horario reconoce “fastidio” ante las demoras de los otros. Preguntados por la impuntualidad en sentido general, el 82% de quienes se juzgan impuntuales le otorga entre “alguna” y “mucha” importancia al asunto. No les da igual.

“Ojo, yo sé que es una falta de respeto llegar tarde”, fue la frase esbozada por todos los impuntuales consultados por esta cronista. Y de ahí se proyecta el sentimiento de culpa: la encuesta de D’Alessio IROL revela que el 41% de quienes llegan tarde, “siempre” se siente culpable. El 51%, “a veces”.

Eduardo Rodríguez Moreno es psicólogo y está a cargo del curso ejecutivo de Administración del Tiempo que se dicta en la UADE. El experto introduce un elemento central ya que, para él, la puntualidad cuelga de la motivación: “Llegar a horario está íntimamente ligado con la motivación que a la persona le signifique aquello que va a hacer”.

Pero, entonces, quien se toma la libertad de llegar media hora tarde a un encuentro con amigos, ¿tiene simplemente falta de ganas? Otro psicólogo, Andrés Roussos, docente de Metodología de la Investigación de la Facultad de Psicología de la UBA e investigador del Conicet, que trabaja en temas de salud mental y tecnologías del bienestar, ahonda en este punto: “No hay un sólo tipo de personalidad asociada a la puntualidad. Por ejemplo, se dice que los TOC, los obsesivos, son muy puntuales, pero suele ser al revés: se la pasan haciendo cosas y no llegan nunca a tiempo. Lo que hay son dinámicas y culturas. Por ejemplo, la variabilidad con la que sale un tren en Japón es de un máximo de 36 segundos”.

Para Roussos “la puntualidad es un acuerdo, y hay quienes frente a los acuerdos son más flexibles que otros. Pero también hay un tema de premios y castigos: podés valorar la puntualidad, pero si no te castigan por llegar tarde, lo vas a seguir haciendo”. Rodríguez Moreno coincide: “La penalidad introduce un elemento importante en cuanto a la motivación”.

¿De qué se queda afuera el que llega tarde en la Argentina? En 2006, una empresa proveedora de gas natural había querido echar a un empleado por sus llegadas tarde y faltas sin aviso. Pero dos años después la Justicia laboral entendió que no se justificaba el despido. ¿Sentó jurisprudencia? ¿Los impuntuales no podrán ser echados de sus trabajos? Consultados por Clarín, desde el Ministerio de Trabajo de la Nación se pronunciaron sin mucha precisión: “Depende del caso y de su correspondiente resolución en la Justicia”.

Lo cierto es que sin grandes castigos se puede llegar tarde a la escuela, a la facultad… y a todos les molesta, pero nadie dice nada frente a los impuntuales sin remedio que llegan al cine con la película arrancada y su molesto “permisooo”. Del mismo modo, el médico no se hace drama por demorarse ni diez minutos ni una hora entera. Son pocos los espacios -al estilo del Teatro Colón- donde por llegar tarde uno se queda literalmente afuera.

“En ciertos países de Europa sería inadmisible”, cuenta Carolina Lagos, una docente treintañera que vive en una pequeña ciudad de Finlandia, Jyväskylä. “Llegar tarde es visto como algo egoísta, como que no te importa el tiempo del otro. Esperar al otro es tener que depender de él”.

¿Y cómo responden finlandeses? “No se hacen mucho problema. Simplemente empiezan la actividad. No te esperan, pero no te lo reprochan. Hay reglas, pero nadie te dice qué tenés que hacer. Es distinto en países como Alemania, donde las reglas son más claras. Y si no las tenés claras, te las tienden a recordar”.

Con cierta liviandad tiende a afirmarse que somos más impuntuales desde que podemos avisar por mensajito de nuestra demora y que, entonces, hay una etapa pre-tecnológica en la que el mundo era más respetuoso y cumplía el protocolo del horario.

Sobre los celulares, los expertos coinciden en que la incidencia no es relevante. Para Roussos, “no han mejorado ni empeorado la puntualidad. La tecnología sólo potencia nuestras características personales. Hay una infinidad de apps para ajustar tus niveles de puntualidad y, también, cantidad que te ayudan a perder el tiempo”.

En esta dirección opina Mónica Ortega, profesora de Ceremonial y Protocolo: “La tecnología permitió resolver la incertidumbre, y si la persona es educada y avisa que llegará con demora, un evento que en otro momento hubiera empezado tarde ahora comienza a tiempo. Pero la impuntualidad es netamente cultural: los latinos somos impuntuales por naturaleza. No pasa por el celular”.

Para Ortega, “las personas mayores son puntuales porque están educadas así: ven como una falta de respeto llegar tarde. Son códigos que se fueron abandonando”.

Por su vasta experiencia ceremonial, la experta concluye: “Quienes deberían ser puntuales son las autoridades, que en Argentina son los más impuntuales de todos. Hemos tenido que esperar al Presidente 30 o 40 minutos. Y un ex presidente, habiendo confirmado su participación, simplemente faltó. Es la cultura: no están bien educados en la parte protocolar. No entienden que es una cuestión de imagen”.

 “A los 51 años no es tan fácil cambiar estas cosas”. Verónica Luque, cordobesa insertada en la porteñidad desde hace décadas, es escéptica. Porque, ¿cómo emparchar la fatal imagen de impuntual cuando la anécdota que todos recuerdan es que llegó tarde a su propio casamiento?

“Tenías que ver la cara de Pablo, mi marido… pobre, y en pleno en invierno”. Y ahí da inicio a una explicación al menos resbalosa: “No sé, qué sé yo. Cuando tengo que ir a otro lugar, siempre alguna cosa termina extendiendo todo. Digo ‘ay, nos tomamos un cafecito’, y me relajo. Doy vueltas, me tomo mi tiempo. Juro que lo puedo manejar, no me gusta hacer todo rápido y salir. Me agobia, me ahoga”.

¿Podría ser peor? Sí. Que además de llegar tarde de punta en blanco, el de la puerta de la iglesia te diga “un minuto más y no la dejaba entrar a usted”. También, más desopilante: que el recinto esté a reventar porque empezaron a entrar los invitados de la próxima boda. Y que afuera veas tejiendo y destejiendo “a la novia del turno siguiente”, recuerda Verónica.

“Tengo que pedirles disculpas a mis amigos: siempre llego tarde. ¿Será la pachorra del interior o que odio llegar antes y ser yo la que espera?”, reflexiona.

Pero hay dos ámbitos en los que el reloj le pesa positivamente. Como licenciada en Administración de Personal, en el trabajo es rigurosa y prolija con los tiempos. Y, quién diría, así como sabe relajarse, Verónica es una infatigable maratonista. Entrena estoicamente, compite en cuanta maratón haya y, cada año, mejora su tiempo de llegada.

 “Llego tarde porque intento exprimir cada minuto del día”

Habla de los imprevistos y del tránsito como si viviera en una metrópolis caótica e imposible. Pero lo rodea el agradable aire de montaña, el cielo azul y las flores de una entrañable ciudad neuquina: San Martín de los Andes. Y sin embargo, Nicolás Escobar llega tarde.

No al trabajo, remarca. Es docente y, asegura, la vocación y la responsabilidad por sus alumnos lo ponen en otra sintonía. Pero a sus 30 años, ya se ganó entre sus amigos una linda reputación de impuntual.

“La verdad es que es una etiqueta que llevo puesta. A veces son otros los que llegan tarde, pero siempre me gastan a mí”. ¿Que si avisa por celular que está demorado? “¡Es que antes me apuran ellos a mí! ¡Ni siquiera me dan tiempo de avisar!”, enfatiza.

“Me pasó con algún cumpleaños: llegué a cualquier hora y ya habían soplado la velita. Básicamente me demoro en las juntadas con amigos. Dicen ‘nos juntamos a las siete y media’ y, no sé, por ahí estoy dando clases y me tomo mi tiempo. Quizás es una demora en el trabajo o alguna otra cosa. Siempre voy al límite”.

Algunos dirían que se cuelga, pero él lo ve de otro modo: “Intento exprimir cada minuto del día, aprovecharlo. Es cierto que subestimo los tiempos. Estimo que en diez o quince minutos voy a llegar, pero no cuento con el tránsito u otras cosas que podrían demorarme. Siempre me pasa”.

“Si tocaban el portero eléctrico tardaba 45 minutos en bajar a abrir”

Está a las corridas todo el día: dos chicos, la casa, el trabajo como gestora y cuidando los hijos de otros. Pero Samy Sabia, de 33 años, admite que no es el desborde diario: siempre fue impuntual. “Ojo, al trabajo no llegué tarde nunca”, subraya.

Y se ríe mientras describe su defecto, como quien se aceptó y se hizo aceptar, o como quien logró mutar un rasgo negativo en inimputable encanto: “Ahora mejoré mucho. Sólo llego 20 minutos, tal vez media hora tarde. Antes podía llegar con una o dos horas de demora a cualquier lado”.

Son escenas de comedia: “Tengo recuerdos de los 15 años de que me toquen el portero eléctrico y yo ahí empezaba a vestirme. No tardaba menos de 45 minutos en bajar a abrir. Casi me quedo libre en el secundario por llegar tarde”.

¿Cómo organiza su vida más allá de lo laboral? “Si tengo que ir al gym y es una clase con horario fijo, directamente no la hago. Me anoto en todas las actividades libres. Me estresa mal tener horarios, me cansa psicológicamente. Me estanco y no arranco”, explica.

Es que a Samy le pasa lo que a muchos impuntuales: son ansiosos y odian estar ellos en el rol de la espera: “Me aburro, es cierto. Quiero llegar justo o tarde porque me aburre esperar. Me muero de la angustia con sólo cinco minutos esperando”.

Publicado en Clarín el 11/08/2018

Monitor de Humor Social y Político – Agosto

Datos pertenecientes a agosto del  Monitor de Humor Social y Político, que D’Alessio IROL efectúa en forma continua junto a Berensztein®.

 
El Gobierno no ha logrado revertir la tendencia del año
  • Los sucesos económicos recientes podrían haber incidido en un leve crecimiento de la visión negativa sobre el presente. Se detuvo la caída del optimismo, aunque se estabilizó en un nivel bajo en relación a meses anteriores.
  • La gestión del Gobierno sigue siendo aprobada por la mayoría de sus votantes, pero avanza el número de desilusionados. El rechazo se mantiene firme entre opositores.
  • La variables económicas (inflación, aumentos tarifarios, presión impositiva) continúan como la principal preocupación de los argentinos.  La inseguridad se mantiene ocupando un lugar relevante. Señalan la corrupción tanto de la gestión actual como de la anterior, con énfasis en una u otra según posicionamiento político.
  • Los proyectos personales que implican gasto de dinero se mantienen vigentes pese a los cuestionamientos sobre la economía nacional. Expresan capacidad de solventarlos con ahorros propios, sin necesidad de incurrir en un gran endeudamiento.
  • La economía, así como las noticias en torno a casos de corrupción, habrían impactado negativamente en la imagen general de los políticos. Vidal sigue diferenciándose del resto. Junto con Carrió y Macri, registran una alta valoración entre cercanos a Cambiemos. Los electores opositores valoran a Fernández de Kirchner, pero tienen sus detractores aun dentro de este grupo de votantes.

Informe completo: El Gobierno no ha logrado revertir la tendencia del año

El dólar volvió a dar un salto y llego a $28,7

Por la incertidumbre, los inversores buscaron resguardarse en la divisa. El riesgo país también continuó en alza sobre su máximo nivel en los últimos tres años.

Buenos Aires. El escándalo que genera la investigación judicial sobre los denominados “cuadernos de la corrupción” en la era kirchnerista volvió a impactar en las principales variables financieras de la Argentina y ayer profundizó su golpe en mercado cambiario, donde el dólar saltó a 28,7 pesos para la venta.

El panorama de incertidumbre fue generalizado y así lo reflejó el nuevo avance que registró el riesgo país de la Argentina, que continuó ganando terreno sobre su máximo nivel desde mediados de 2015, y ayer se posicionó en 637 puntos básicos (26 unidades más que el miércoles).

El analista Eduardo D’Alessio graficó la situación al señalar que los cuadernos que elaboró el chofer Oscar Centeno –con presuntos detalles sobre el cobro y la distribución de las coimas– “son un tsunami”.

“Son un cambio cualitativo. El hecho de que haya empresarios involucrados. Esto es un cambio irreversible y que va a marcar la política desde otro punto de vista. Creo que de cómo evolucione esto y de lo que pase en la economía en los próximos meses, vamos a ir viendo cómo evoluciona este panorama”, amplió el titular de la consultora D’Alessio Irol.

En ese contexto, el resurgimiento de la demanda volvió a quebrar la estabilidad en la cotización del dólar. La divisa norteamericana trepó ayer 46 centavos y tocó su marca más alta en lo que va del mes.

En la plaza mayorista, donde operan bancos y empresas, el dólar terminó a 28,11 pesos y acumuló así un avance de 82 centavos en los últimos cuatro días. El volumen negociado en el segmento de contado fue inferior a la jornada pasada: llegó a 474,379 millones de dólares.

Las dudas de los inversores sobre cómo avanzará la causa que lleva adelante el juez federal Claudio Bonadio se transforman en movimientos para resguardar posiciones.

“Los operadores y analistas juzgan este renovado castigo al ‘riesgo argentino’ en general como una derivación de los cuadernos de las coimas y del avance que tienen causas judiciales, las cuales desnudan una telaraña de corrupción que mezcla a exfuncionarios y a empresas privadas”, dijo la correduría Portfolio Personal en un reporte diario.

Además del panorama local, los operadores siguen con atención la devaluación de las monedas de los países emergentes, en medio de la creciente tensión comercial entre China y los Estados Unidos.

Una muestra de ello es lo que sucedió ayer con el dólar en Brasil, que se apreció 1,08% ante el real, al cotizar 3,808 pesos.

La Bolsa porteña, en tanto, cerró con una moderada suba de 0,9 por ciento, producto de las compras de oportunidad que se realizaron ante las drásticas caídas que acumularon las acciones en los últimos días.

En tanto, las acciones argentinas que cotizan en Nueva York terminaron con resultados mixtos y, aunque hubo fuertes caídas, no se repitieron los desplomes generalizados del miércoles.

Publicado en La Voz del Interior el 10/08/2018