Tres semanas cruciales para Macri

El gobierno de Mauricio Macri sabe el tiempo que se avecina. Cambió el optimismo banal por la moderación.

El Gobierno parece, a primera vista, no haberse dejado encandilar por el éxito de la Cumbre del Grupo de los 20. Mauricio Macri fue realista delante de la prensa. También con sus ministros. “Quedan meses difíciles”, auguró. “Los problemas no han desaparecido”, completó. Una señal alentadora, siempre que en su recorrido no sufra algún viraje.

 Aquel baño de realismo contó con el adicional de la ex canciller, Susana Malcorra. Conocedora de cómo suelen ser los procesos deacomodamiento en el mundo. Malcorra desmenuzó los resultados del G20 con ojos distintos. Subrayó que haber logrado la firma de un documento conjunto constituyó en sí mismo “un resultado positivo”. En especial por dos razones: las mutaciones políticas están a la orden del día, aún en las principales potencias; las últimas cumbres habían concluido sin consensos. El desafío será ahora poder sostenerlo.

La ex canciller puntualizó otra cosa. Que aún con la cantidad de reuniones bilaterales que mantuvo Macri y el excelente clima político que, en general, rodeó a la Cumbre “no habría que pensar en que rápidamente llegará una lluvia de inversiones”. Sobrevuela en tal apreciación la incertidumbre que derrama el año electoral.

Tal vez, la moderación del Presidente y de Cambiemos haya tenido relación con evaluaciones realizadas por distintas consultoras. Que en la Casa Rosada repasaron. Una de ellas, de D’Alessio IROL, marcó percepciones sociales interesantes. Una mayoría de argentinos (44%) señaló que el G20 no resolverá los problemas de la gente. Otro 40% estimó importante el encuentro y un 16% no opinó. La importancia, aunque revelaría la existencia de cierta expectativa, no se contrapondría necesariamente con aquellos que descreen sobre los efectos concretos de su realización.

 De todas formas, más allá de las consecuencias inmediatas fugaces que arroje la Cumbre pasada, pudo haber significado un freno a la sangría política y al derrumbe de las expectativas populares que viene sucediendo desde que en abril se desató la crisis financiera. Es muy poco, sin dudas. Pero le permitiría al Gobierno afrontar de otro modo el tránsito más delicado del año: el del último mes. Diciembre se ha convertido casi en karma desde la crisis del 2001. Cambiemos los ha sobrellevado más o menos bien (2015-16). Con excepción del año pasado. El debate sobre el cambio defórmula para el ajuste de remuneraciones de los jubilados detonó antes de fin de año una salvaje y recordada batahola callejera. Ese constituyó el punto de partida de la pérdida de capital político del Gobierno, que había amasado en las legislativas de octubre con una victoria clara. Desde entonces, no pareció recuperarse nunca más.

 Ni Cristina Fernández, en sus presuntos años de oro, se salvó de los mismos desvelos. Ya en 2012, apenas un año después del éxito reeleccionista con el 54%, se registraron incidentes y saqueos en cinco provincias, con dos muertos. Entre ellas figuró Buenos Aires. Escenas similares recrudecieron en 2013. El vandalismo social estuvo, en esa ocasión, acompañado por rebeliones de la Policía en cerca de 20 provincias. Se computaron 13 muertos. Buenos Aires y Córdoba, sobre todo, permanecieron en el foco.

Macri viene arrastrando desde mayo un boletín de malas noticias cotidianas. La alteración de ánimo resultó brusca. Reflejada por su propio discurso. El Presidente dijo en un reportaje por televisión en abril que el momento más feliz de su gestión había sido la comunicación del INDEC sobre una caída de 2,9% en el indice de pobreza. Semanas antes de la cumbre del G20 confesó que estaba atravesando los peores meses de su vida. Equiparables, a lo mejor, a cuando en 1991 fue secuestrado por una banda policial.

 El último mes del 2018 terminará de actualizar de nuevo los índices de pobreza. Que corresponderán al primer semestre de este año. Los últimos reflejaron el último tramo del 2017, cuando el Gobierno navegaba todavía el gradualismo económico. Las diferencias prometen ser notables porque impactará el primer tramo de esta crisis. Un informe de Unicef anticipó en las últimas horas un cuadro estremecedor. Sostiene que el 48% de los niños en la Argentina viven en situación de pobreza. No lo refiere sólo a los déficits en la alimentación. Menciona las falencias en educación, protección social y hábitat. Es decir, a una pobreza estructural que no se modificaría sólo con la mejora en los ingresos del grupo familiar.

Para peor, ningún experto está seguro de que la recesión esté cerca de su piso. Según el INDEC, tanto la industria como la construcción cayeron más de un 6% en octubre. Durante la cumbre del G20, la titular del Fondo Monetario Internacional, Christine Lagarde, dijo que habría por delante aún tres o cuatro meses difíciles. La recuperación podría sobrevenir en el segundo trimestre del 2019.

Las precariedades sociales argentinas abarcan a toda la nación. Pero el centro de gravedad es, como siempre, Buenos Aires. El principal distrito electoral. El 38% del padrón nacional. Territorio de los sectores más vulnerables y fortín de la oposición kirchnerista. Sobre todo la tercera sección electoral. Se comprenden, entonces, las prevenciones de María Eugenia Vidal que no apuntan únicamente a su gobernabilidad. También a intentar preservar el proyecto de reelección de Macri.

La gobernadora anticipó un paquete de medidas tendiente a bajar la temperatura social. De un alcance que supera el bono de $ 5.000 concedido por el Gobierno nacional. Ese mismo bono lo aplicará a jubilados y pensionados bonaerenses que reciben las retribuciones mínimas. También adelantó el pago del aguinaldo para los empleados estatales. Actualizó además las sumas para los planes sociales de contención. Entre ellos, el llamado Más Vida que incluye a 300 mil beneficiarios. El Banco Provincia, durante este mes, mantendrá el descuento del 50% para las compras dehasta $ 1.500 en los supermercados. El agua posible para aplacar fuego.

La gobernadora, con una diestra martingala, garantizó otro pilar para su gobernabilidad. Logró tener el Presupuesto votado por la Legislatura provincial que prevé un endeudamiento de $ 68.500 millones. Imprescindible para funcionar, según el oficialismo. Destinado únicamente a pagar deuda, de acuerdo con la interpretación de sectores de la oposición. Lo cierto es que esa aprobación requería de los dos tercios de los votos. Que Vidal logró cosechar con el peronismo dialoguista y el massismo. Aunque el líder del Frente Renovador haya ordenado rechazar el resto del Presupuesto.

El Gobierno ingresa en tres semanas muy difíciles. Con el bálsamo que dejó el G20. Pero sin el optimismo banal del cual supo hacer gala en otras oportunidades. Macri eligió la prudencia. Aclaró que no hará más pronósticos económicos. Hace bien: varias veces se quemó con leche.

Publicado por Radio Mitre el 05/12/2018

Tres semanas cruciales para Macri

El Gobierno parece, a primera vista, no haberse dejado encandilar por el éxito de la Cumbre del Grupo de los 20. Mauricio Macri fue realista delante de la prensa. También con sus ministros. `Quedan meses difíciles`, auguró. `Los problemas no han desaparecido`, completó. Una señal alentadora, siempre que en su recorrido no sufra algún viraje.

 Aquel baño de realismo contó con el adicional de la ex canciller, Susana Malcorra. Conocedora de cómo suelen ser los procesos deacomodamiento en el mundo. Malcorra desmenuzó los resultados del G-20 con ojos distintos. Subrayó que haber logrado la firma de un documento conjunto constituyó en sí mismo `un resultado positivo`. En especial por dos razones: las mutaciones políticas están a la orden del día, aún en las principales potencias; las últimas Cumbres habían concluido sin consensos. El desafío será ahora poder sostenerlo.

 La ex canciller puntualizó otra cosa. Que aún con la cantidad de reuniones bilaterales que mantuvo Macri y el excelente clima político que, en general, rodeó a la Cumbre `no habría que pensar en que rápidamente llegará una lluvia de inversiones`. Sobrevuela en tal apreciación la incertidumbre que derrama el año electoral.

 Tal vez, la moderación del Presidente y de Cambiemos haya tenido relación con evaluaciones realizadas por distintas consultoras. Que en la Casa Rosada repasaron. Una de ellas, de D´Alessio IROL, marcó percepciones sociales interesantes. Una mayoría de argentinos (44%) señaló que el G-20 no resolverá los problemas de la gente. Otro 40% estimó importante el encuentro y un 16% no opinó. La importancia, aunque revelaría la existencia de cierta expectativa, no se contrapondría necesariamente con aquellos que descreen sobre los efectos concretos de su realización.

 De todas formas, más allá de las consecuencias inmediatas fugaces que arroje la Cumbre pasada, pudo haber significado un freno a la sangría política y al derrumbe de las expectativas populares que viene sucediendo desde que en abril se desató la crisis financiera. Es muy poco, sin dudas. Pero le permitiría al Gobierno afrontar de otro modo el tránsito más delicado del año: el del último mes. Diciembre se ha convertido casi en karma desde la crisis del 2001. Cambiemos los ha sobrellevado más o menos bien (2015-16). Con excepción del año pasado. El debate sobre el cambio defórmula para el ajuste de remuneraciones de los jubilados detonó antes de fin de año una salvaje y recordada batahola callejera. Ese constituyó el punto de partida de la pérdida de capital político del Gobierno, que había amasado en las legislativas de octubre con una victoria clara. Desde entonces, no pareció recuperarse nunca más.

 Ni Cristina Fernández, en sus presuntos años de oro, se salvó de los mismos desvelos. Ya en 2012, apenas un año después del éxito reeleccionista con el 54%, se registraron incidentes y saqueos en cinco provincias, con dos muertos. Entre ellas figuró Buenos Aires. Escenas similares recrudecieron en 2013. El vandalismo social estuvo, en esa ocasión, acompañado por rebeliones de la Policía en cerca de 20 provincias. Se computaron 13 muertos. Buenos Aires y Córdoba, sobre todo, permanecieron en el foco.

 Macri viene arrastrando desde mayo un boletín de malas noticias cotidianas. La alteración de ánimo resultó brusca. Reflejada por su propio discurso. El Presidente dijo en un reportaje por televisión en abril que el momento más feliz de su gestión había sido la comunicación del INDEC sobre una caída de 2,9% en el indice de pobreza. Semanas antes de la cumbre del G-20 confesó que estaba atravesando los peores meses de su vida. Equiparables, a lo mejor, a cuando en 1991 fue secuestrado por una banda policial.

 El último mes del 2018 terminará de actualizar de nuevo los índices de pobreza. Que corresponderán al primer semestre de este año. Los últimos reflejaron el último tramo del 2017, cuando el Gobierno navegaba todavía el gradualismo económico. Las diferencias prometen ser notables porque impactará el primer tramo de esta crisis. Un informe de Unicef anticipó en las últimas horas un cuadro estremecedor. Sostiene que el 48% de los niños en la Argentina viven en situación de pobreza. No lo refiere sólo a los déficits en la alimentación. Menciona las falencias en educación, protección social y hábitat. Es decir, a una pobreza estructural que no se modificaría sólo con la mejora en los ingresos del grupo familiar.

 Para peor, ningún experto está seguro de que la recesión esté cerca de su piso. Según el INDEC, tanto la industria como la construcción cayeron más de un 6% en octubre. Durante la cumbre del G-20, la titular del Fondo Monetario Internacional, Christine Lagarde, dijo que habría por delante aún tres o cuatro meses difíciles. La recuperación podrían sobrevenir en el segundo trimestre del 2019.

 Las precariedades sociales argentinas abarcan a toda la nación. Pero el centro de gravedad es, como siempre, Buenos Aires. El principal distrito electoral. El 38% del padrón nacional. Territorio de los sectores más vulnerables y fortín de la oposición kirchnerista. Sobre todo la tercera sección electoral. Se comprenden, entonces, las prevenciones de María Eugenia Vidal que no apuntan únicamente a su gobernabilidad. También a intentar preservar el proyecto de reelección de Macri.

 La gobernadora anticipó un paquete de medidas tendiente a bajar la temperatura social. De un alcance que supera el bono de $ 5.000 concedido por el Gobierno nacional. Ese mismo bono lo aplicará a jubilados y pensionados bonaerenses que reciben las retribuciones mínimas. También adelantó el pago del aguinaldo para los empleados estatales. Actualizó además las sumas para los planes sociales de contención. Entre ellos, el llamado Más Vida que incluye a 300 mil beneficiarios. El Banco Provincia, durante este mes, mantendrá el descuento del 50% para las compras dehasta $ 1.500 en los supermercados. El agua posible para aplacar fuego.

 La gobernadora, con una diestra martingala, garantizó otro pilar para su gobernabilidad. Logró tener el Presupuesto votado por la Legislatura provincial que prevé un endeudamiento de $ 68.500 millones. Imprescindible para funcionar, según el oficialismo. Destinado únicamente a pagar deuda, de acuerdo con la interpretación de sectores de la oposición. Lo cierto es que esa aprobación requería de los dos tercios de los votos. Que Vidal logró cosechar con el peronismo dialoguista y el massismo. Aunque el líder del Frente Renovador haya ordenado rechazar el resto del Presupuesto.

 El Gobierno ingresa en tres semanas muy difíciles. Con el bálsamo que dejó el G-20. Pero sin el optimismo banal del cual supo hacer gala en otras oportunidades. Macri eligió la prudencia. Aclaró que no hará más pronósticos económicos. Hace bien: varias veces se quemó con leche. El Gobierno sabe el tiempo que se avecina. Cambió el optimismo por la moderación. Presidente Mauricio Macri.

Publicado por Clarín el 05/12/2019

La desaceleración de los precios le puso un techo al pesimismo social

Con la estabilización del dólar y la baja en el ritmo de la inflación experimentada en noviembre, el monitor elaborado por D´AlessioIrol/Berensztein registró un freno en la caída de imagen del Gobierno y una leve mejora en la expectativa sobre el futuro económico, fundamentalmente entre el electorado de Cambiemos.

EL PESIMISMO SOCIAL PARECE HABER TOCADO UN TECHO La desaceleración de la inflación frena la caída de imagen del Gobierno Moderada la suba de precios y con el dólar más calmo, mejoran levemente las expectativas en el electorado de Cambiemos. El futuro electoral aún es incierto

La mayor estabilidad cambiaria y la desaceleración de la inflación en noviembre generó una leve mejora de las expectativas sobre la evolución delos precios que quedó reflejada no solo en el relevamiento que el Banco Central realiza entre las principales consultoras económicas (ver suplemento F&M), sino también en el freno de la caída de imagen de la administración macrista, como lo mostró la última medición del Monitor del Humor Social, que D´Alessio Irol/Berensztein realiza en forma exclusiva para El Cronista.

El estudio exhibe un freno en la tendencia ascendente de la percepción negativa sobre la situación actual de la economía, que tras alcanzar un pico de 92%, retrocedió a un 89% de las respuestas brindadas por los 1439 adultos encuestados en todo el país. En ese escenario, la inflación sigue siendo un desvelo que abarca a nueve de cada diez entrevistados. De allí que la baja en el ritmo inflacionario también haya generado una leve recuperación de la confianza sobre el futuro, fundamentalmente entre quienes eligieron tres años atrás a Mauricio Macri. Hoy, la posición mayoritariamente negativa sobre el estado en que se encontrará la economía doméstica dentro de un año retrocedió cinco puntos. Mientras que a la hora de evaluar la gestión del Gobierno, el avance de las críticas del propio oficialismo cedió por primera vez en más de un año, aunque exhibe una paridad entre quienes la califican como mala y los que consideran que es buena (ver gráfico).

`En esta medición hay indicios de que la caída en imagen del Gobierno puede haber encontrado un piso. Deberemos esperar a las próximas para comprobar o no esta hipótesis pero es probable que la estabilidad cambiaria haya generado un efecto de relativa calma luego de las turbulencias experimentadas a lo largo del año, y sobre todo en los últimos meses`, señala el politólogo Sergio Berensztein.

En esa línea, el analista Eduardo D´Alessio remarcó que `los principales indicadores de imagen y gestión del Gobierno muestran un comienzo derecuperación` y proyectó que `el resultado del G-20 puede producir un punto de inflexión`.

`Macri se ha mostrado cómodo entre los líderes mundiales, mostrando una Argentina que mantiene intacta sus poco ejercidas capacidades organizativas y de control de la calle`, resaltó.

Por lo pronto, la imagen de los principales dirigentes del oficialismo no mejoró en la encuesta efectuada previamente a la cumbre, más allá de que la gobernadora bonaerense María Eugenia Vidal, la diputada Elisa Carrió y el jefe de Estado se mantienen como los mejor evaluados entre los dirigentes políticos que se encuentran en funciones y son los más aceptados por los votantes de Cambiemos, dos rankings en los que, en tiempos de complicaciones económicas, gana adhesiones Martín Lousteau.

Entre los opositores, las preferencias se inclinan hacia los senadores Cristina Kirchner y Fernando Pino Solanas. Sin embargo, poseen una mejor evaluación quienes se mantienen alejados de la arena política, como el ex ministro Roberto Lavagna (51% de imagen positiva) y el neurólogo Facundo Manes (38%).

Al respecto, Berensztein observó que `es notable que las distintas expresiones de la oposición hayan sido incapaces, al menos hasta ahora, decapitalizar el desgaste experimentado por el oficialismo. Esto no se ha modificado y surgen interrogantes respecto del futuro inmediato, sobre todo de cara al proceso electoral`.

La evolución de la economía en los próximos meses será clave para proyectar lo que pueda ocurrir en las urnas.

Publicado por El Cronista el 05/12/18

Las lágrimas del Presidente, catarsis nacional

La amplitud que tenemos para hacer amigos suele ser bastante mayor que la que exhibimos cuando vamos a comprar un auto usado.Se sobreentiende: a la hora de poner un billete sobre otro no hay afectos ni simpatías que valgan y las sospechas son muchas. Es el momento en que solo imperan las rígidas normas de las razones objetivas y la conveniencia.

 Algo de eso le viene sucediendo a Mauricio Macri desde el 10 de diciembre de 2015: no para de recibir palmaditas en la espalda y buenos deseos de los gobernantes más poderosos del mundo que lo alientan a sacar adelante el país que preside. Realmente lo desean. Y esas sensaciones se acaban de ratificar de manera descomunal en la impecable realización local del G-20.

 Sin embargo, siguiendo aquella imagen inicial, cuando Macri levanta el capot del auto que pretende vender aparecen las dudas. Pistonea demasiado el motor cuando se le exige seguridad jurídica, rentabilidad, una carga impositiva razonable, un sindicalismo menos petardista y más moderno, un mercado local con saludable capacidad de consumo y un horizonte electoral previsible.

 El peligro de un país tan ciclotímico, que en cuestión de días pasa de sentirse el peor del mundo por ser incapaz de tramitar con normalidad una final deportiva al estallido futbolero e hipernarcisista del “¡¡¡Ar-gen-ti-na!!!” coreado por artistas e invitados en la gala del Teatro Colón ante los principales líderes del planeta, es que tendemos a enamorarnos demasiado de “lo que somos capaces” sin atrevernos a remover de una vez las causas profundas que nos impiden transformarnos de verdad.

 Macri lloró al final del espectáculo en el Teatro Colón 00:59

Por no entender las razones profundas del conflicto con el campo, que no era un mero reclamo de ricos terratenientes, sino también de pequeños y medianos productores, un año más tarde, en 2009, las urnas humillaron al fundador del kirchnerismo, derrotado por ¡Francisco de Narváez!, que solo tenía humildes pergaminos en la política argentina y que aún con ese triunfo luego se diluyó.

 Dos sucesos trascendentes que tocaron distintas fibras -los fastos del Bicentenario primero y el funeral de Néstor Kirchner después- aseguraron el 54% con el que Cristina Kirchner, de riguroso luto y que facilitaba un consumo subsidiado a la larga inviable, consiguió ser reelegida. A partir de allí su fuerza perdió tres elecciones consecutivas (2013, 2015 y 2017).

 Jorge Asís, quien viene resultando un muy dudoso adivinador del futuro político argentino, aplica ahora aquel razonamiento de que un buen relato visual todo lo puede. Escribió en su Twitter hace unas horas: “El macrismo va a utilizar las postales del G-20 -con el llanto presidencial- para el relanzamiento similar al festejo del Bicentenario que en su momento aireó al kirchnerismo”. Y agregó en otro de sus telegramas virtuales: “Desde el beso de la señora Juliana en el debate con Scioli que no se registra un hallazgo escenográfico de semejante magnitud. Felicitaciones”.

 Más allá de la filosa ironía del exsecretario de Cultura del menemismo, el sismógrafo de emociones nacionales (ese que se movió con el “Estamos ganando”, durante la Guerra de Malvinas, o, apenas unos meses después, con el recitado del Preámbulo de la Constitución por parte de Raúl Alfonsín) registró en estas horas un nuevo temblor (del que, podría decirse, el verdadero del conurbano fue mera alegoría).

 Las redes sociales de Mauricio Macri y de la Casa Rosada se movieron como nunca con récord de posts (47, el jueves, y 73, el viernes) y transmisiones en vivo, lo que generó que se cuadruplicara su tráfico. Notable también fue el rating inusual de la gala por la TV Pública: 17 puntos (y eso que la transmitían al mismo tiempo varios canales y sitios en la web; TN llegó a picos de 7 puntos).

 Según un sondeo de D’Alessio Idol Berensztein, un 55% de los 837 encuestados en todo el país considera que la participación de Macri en el G-20 ha sido importante contra un 45% que cree que fue intrascendente. La grieta se nota en las muy distintas expectativas que genera la llegada deinversiones: para los votantes de Cambiemos se eleva a un 56%, pero para los seguidores de Cristina Kirchner se reduce apenas a un 8%. En la nube de palabras recolectada por Jorge Giacobbe & Asociados sobre 2500 encuestados las dos que más destacan son: “importante” y “oportunidad”. Aunque en menor dimensión, las palabras negativas que más se destacan son “innecesario” e “inútil”.

 La foto en Instagram en la que se veía a Macri y Juliana Awada informalmente sentados en la escalinata de la residencia presidencial de Olivos esperando al primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, fue la que obtuvo mayor cantidad de reacciones en el menor tiempo. La primera dama, en paralelo, fue otro foco de atención constante del periodismo y las audiencias en un plano más blando, conjugando la moda -también sumaron las acompañantes de los mandatarios extranjeros- y la cultura (con las visitas a Villa Ocampo y al Malba).

 Pero nada comparable con el “hit” impensado del G-20, el video récord que saltó del plano audiovisual y digital a las tapas de los diarios papel: la emoción del presidente Macri al término del espectáculo en el Teatro Colón.

 Sorprendieron sus lágrimas en un hombre habitualmente tan contenido en lo expresivo, pero resultaron pura catarsis no solo para él, sino también para buena parte del vasto público que lo vio en directo o en diferido. Tantas tensiones y malas noticias acumuladas por fin recibían un espaldarazo simbólico de enorme impacto. Importante: capitalizarlo, sí; engolosinarse, no.

 Volviendo a la metáfora del principio: en estos días, el Gobierno sometió a chapa y pintura los múltiples rayones y abolladuras que tenía el auto que pretende vender. Por fuera, ahora otra vez luce flamante. Es hora de ocuparse en serio del motor.

Publicado por La Nación  el 02/12/2018

Qué opinaron los argentinos sobre el G20 de un lado y del otro de la grieta

La división entre votantes de Cambiemos y del FPV se expuso una vez más en relación a la cumbre del G20 que se realizó este fin de semana en Buenos Aires.

 La cumbre de líderes del G20, que tuvo lugar este fin de semana en Buenos Aires, dejó mucha tela para cortar por tratarse de uno ed los eventos internacionales más importantes de historia argentina, tanto por la implicancia de este evento para el país, como por el movimiento que generó en la Ciudad en términos de seguridad. Las sensaciones que dejó entre los argentinos, no obstante, estuvo marcada una vez más por la grieta entre kirchnerismo y macrismo que divide a la población en los últimos años.

Frente al encuentro de los veinte líderes más influyentes del mundo, los argentinos opinaron sobre la cumbre en una encuesta online de la consultora de D’Alessio IROL- Berensztein, y los datos relevados muestran amplias diferencias en varios puntos entre simpatizantes de Cambiemos y del Frente Para la Victoria.

Un punto en el que hubo coincidencias de ambos lados fue la comunicación. Consultados en primer lugar sobre la percepción de si el país podría verse beneficiado o perjudicado por la cumbre, sólo 2 de cada 10 ciudadanos consultados se encuentra a gusto con la forma en la que se informaron los beneficios que genera un evento de este tipo para nuestro país.

 En relación a las principales sensaciones, hay una clara división: un 33% en promedio siente expectativas por la llegada de las inversiones. Pero ese porcentaje asciende al 56% entre votantes de Cambiemos y cae al 8% entre personas afines al kirchnerismo.

En la misma línea, un 30% se muestra “orgulloso” por recibir a los principales presidentes del mundo, sentimiento que supera un 50% entre los oficialistas y apenas llega a un 9% entre los opositores.

 En tanto, los votantes del FPV están más concentrados en los trastornos ocasionados por cortes en varias calles de la Ciudad de Buenos Aires (35%) y las complicaciones por la falta de transporte (37%).

 Un 46% opina que estuvieron bien comunicadas las restricciones al tránsito, con las zonas afectadas por los cortes y los accesos a la ciudad, y el funcionamiento del transporte público.

 Por otro lado, ante la pregunta de las implicancias de nuestro país, para el 44% de los argentinos la realización de esta reunión no resuelve los problemas de la gente. En un 70% adhieren a esta idea los votantes del FPV. Mientras tanto, el 66% de los partidarios de Cambiemos, lo considera importante para la Argentina.

 Según una encuesta, Trump, Xi Jinping y Merkel deberían ser las prioridades

 Frente al rol del presidente en la cumbre, el 55% de los encuestados cree que la participación del presidente Mauricio Macri en el G20 es importante, y se corresponde en un 84% por votantes de Cambiemos. Sin embargo, hay un 45% que opina que su participación es intrascendente.

 Respecto al beneficio que aportaría al país la cumbre, el 44% de los encuestados cree que Argentina no se verá perjudicada ni beneficiada. Mientras tanto, un 34% considera que será beneficiada en el mediano y largo plazo, siendo más optimistas los votantes de Cambiemos, contra un 17% que cree que saldrá perjudicada en el corto plazo, que se corresponde a votantes del FPV.

 Ante la pregunta de la participación de los líderes en el G20, el 29% considera como líder sobresaliente al presidente estadounidense Donald Trump. Este es seguido por Xi Jinping, el mandatario chino, con el 24%, y en tercer lugar está Vladimir Putin, con 15%.

Publicado por Perfil el 02/12/2018

Las primeras sensaciones del G20, la nueva grieta de los argentinos

El 44% de los ciudadanos considera que la realización de la cumbre no resuelve los problemas de la gente. La cifra varía considerablemente en comparación entre los votantes del FPV y Cambiemos.

Todas las actividades y la enorme cobertura que tuvo la cumbre del G20 representó una buena oportunidad para que un gobierno desgastado por la crisis económica encuentre un respiro y una posibilidad de reposicionamiento frente a la opinión pública. Sin embargo, como pone de manifiesto un estudio que acabamos de concluir con D’Alessio/IROL, la sociedad argentina se encuentra bastante dividida con relación a este importante evento.

Debemos esperar para evaluar el impacto que efectivamente tuvo la Cumbre, pero en principio, al menos como hipótesis, es probable que no modifique significativamente, y de forma perdurable, las preferencias y valores de nuestra ciudadanía.

Así, según los datos de esta última encuesta acerca del G20 que tuvo lugar en Buenos Aires, sólo un 28 % considera a esta institución como importante para el país, siendo el Mercosur el organismo elegido como el más relevante para 5 de cada 10 argentinos. Sin embargo, para quienes tienen una visión más cercana al gobierno la importancia del G20 sube al 47% en tanto que para los opositores al mismo es del 8%.

El tercer organismo elegido en orden de importancia es la Organización de las Naciones Unidas (ONU) con el 12%. Por último, la Organización delos Estados Americanos (OEA) queda relegada a un cuarto puesto con apenas el 3%. (Datos correspondientes a la medición realizada en forma online durante el 28 y el 29 de noviembre de 2018. Se incluyeron las respuestas de 837 encuestados, mayores de 18 años, de todo el país.)

Concentrados en la crisis económica por la que atraviesa el país, para el 44% de los argentinos la realización de esta reunión no resuelve los problemas de la gente, idea apoyada por el 70% de los votantes al FPV. Se asoma nuevamente la grieta: el 66% de los partidarios de Cambiemos, por contrario, la considera importante para la Argentina.

Al consultarlos acerca de la ciudad seleccionada para este evento, 6 de cada 10 cercanos al gobierno están de acuerdo con que se haya elegido a Buenos Aires, y, en la misma proporción, los opositores a Cambiemos hubieran preferido que se realice en otra ciudad.

Las principales sensaciones ante el G20 por parte de los argentinos también se encuentran divididas: un 33% siente expectativas por la llegada delas tan ansiadas inversiones y un 30% se muestra orgulloso por recibir a los principales presidentes del mundo, sentimiento que aumenta a más del 50 % entre los votantes de Cambiemos. Por otro lado, los votantes del FPV están más concentrados en los trastornos ocasionados por cortes en varias calles de la Ciudad de Buenos Aires (35%) y las complicaciones por la falta de transporte (37%).

A pesar de esto, el 46% opina que estuvieron bien comunicadas las restricciones al tránsito, los barrios afectados, los cortes de avenidas y autopistas claves para acceder a la ciudad y la suspensión de los principales medios de transporte que circulan por Buenos Aires.

La cumbre de los líderes del G20 es el evento más importante en la historia del país en términos de relaciones internacionales. Sin embargo, sólo 2 de cada 10 ciudadanos consultados está conforme acerca de la manera en cómo fueron comunicados los beneficios que aportaría un evento deestas características para Argentina.

Uno de los focos de este encuentro estuvo en la reunión entre el presidente de Estados Unidos, Donald Trump y el primer ministro de China, Xi Jinping, involucrados en una guerra comercial desde principios de año. Efectivamente, Trump impuso sanciones por más de USD 250 mil millones a las importaciones chinas, en el transcurso de este año y esta tensión genera incertidumbre financiera no sólo a nivel internacional, sino que constituye un riesgo para Argentina. Consultados sobre este tema el 40 % de los argentinos opina que esta guerra comercial representa un riesgo moderado para el país, el 22% lo vive como un gran riesgo, en tanto que para el tercio restante no constituye riesgo alguno.

 En cuanto a la participación de los líderes en el G20, el 29% considera como líder sobresaliente al presidente Trump, seguido por Xi Jinping, con el 24% y en tercer lugar por Putin con 15%. También el 25% ve al mandatario estadounidense como el líder más cercano, pero no lo eligen a la hora de un modelo a seguir. El primer puesto se lo lleva Canadá con el 23%, en segundo lugar, muy cerca, Alemania (21%) y completa el podio Australia (15%).

Aunque el 55% de los encuestados cree que la participación del presidente Macri en el G20 es importante (porcentaje conformado por el 84% desus votantes) existe un 45% que opina que su participación es intrascendente.

Con respecto al beneficio que aportaría al país esta reunión, el 44% de los encuestados cree que Argentina no se verá perjudicada ni beneficiada. Otra vez aparece la grieta: un 34% opina que será beneficiada en el mediano y largo plazo, en especial se muestran más optimistas los cercanos a Cambiemos, contra un 17% que cree que saldrá perjudicada en el corto plazo, opinando así la mayoría de los seguidores del FPV.

Con sus limitaciones y con la inercia de formalidad que suele imperar en esta clase de cumbres multilaterales, el G20 no pudo de todas formas disimular que la gobernanza global sigue siendo un deseo por ahora inalcanzable. Cada cual, como en el recordado juego del Don Pirulero, atiende su juego.

El sistema internacional pasó por varias fases en las últimas tres décadas: el fin del mundo bipolar de la Guerra Fría derivó en la Década Americana (los polémicos años ‘90). Los atentados del 11 de septiembre de 2001 dispararon una breve pero decisiva expresión de su poder imperial. Su irremediable fracaso, sumado a la irrupción de China y el naufragio de la UE modificó para siempre el balance de poder global. Muchos esperaban que por fin podría surgir un mundo multilateral, más equitativo y con espacio para dirimir pacíficamente las controversias entre Estados y los problemas de interés general.

En cambio, surgió este sistema internacional apolar, sin actores dominantes. Lo viejo no murió, lo nuevo tampoco nació. Con pragmatismo y determinación, debemos seguir siendo parte del viejo tejido de organizaciones internacionales, hasta que algún orden nuevo emerja de esta realidad tentativa y turbulenta.

Publicado por TN el 02/12/2018

Sondeo de D’Alessio Irol y Berensztein Encuesta: la grieta entre Cambiemos y los K en la percepción del G20

Una de las principales consultoras midió qué importancia le da la gente al G20 y al rol de Macri en esta Cumbre, así como cuáles son sus principales sensaciones frente a este encuentro.

 La mayoría de los que votaron al kirchnerismo consideran que el G20 no es una institución importante para la Argentina; mientras que los que se referencian en Cambiemos destacan el rol del G20, incluso por encima de otras entidades como el Mercosur, las Naciones Unidas y la OEA. Los datos son de una encuesta de D’Alessio Irol y Berensztein.

 Los números de esa encuesta son sorprendentes, ya que el 47% de los que votaron a Cambiemos consideran importante al G20, frente al 8% dequienes votaron al Frente para la Victoria (FPV). La relación se invierte cuando se consulta sobre el Mercosur, que es la institución más importante para quienes votaron al kirchnerismo (70%), mientras que eligieron esa opción el 28% de los que se referencian en Cambiemos.

 “La sociedad está dividida con el G20. La izquierda protestando contra este encuentro y los del Frente para la Victoria prefieren el Mercosur. ¿Están en contra de China y Rusia? ¿Están en contra de Trump, que está en contra de la globalización como la conocemos? Es una enorme inconsistencia”, dijo Eduardo D’Alessio, titular de la consultora, en declaraciones a la cadena de noticias A24.

  La marcha contra el G20 desde adentro: mayoría de izquierda, pocos K, mucha seguridad y sin encapuchados

 El relevamiento se hizo el miércoles 27 y jueves 28, a mayores de 18 años en todo el país. El 55% de la gente consideró que es “importante” la participación del presidente Mauricio Macri en el G20. Pero el 84% de los que se inclinan por Cambiemos apoyó esa opción, frente al 24% de los que votaron al FPV.

 En sintonía con esa polarización, el 70% de los que votaron por Cambiemos considera que el G20 “es importante para Argentina”, frente al 11% que eligió esa opción entre los que votaron al FPV. Ese nivel de grieta produjo que el 40% de la gente considere el encuentro importante para el país, frente al 16% que considera que “Argentina tiene otras prioridades” y el 44% que sostiene que “no resuelve los problemas de la gente”.

 Casi la mitad de la gente quiere que el G20 se haga en otra ciudad (47%). Pero acá vuelve a aparecer la grieta, ya que el 58% de los que votaron a Cambiemos prefieren que se haga en la ciudad de Buenos Aires, mientras que sólo el 24% de quienes votaron al kirchnerismo eligieron esa opción. De hecho, el 46% de la gente señaló las “restricciones de tránsito” que provoca el G20.

 El 35% de la gente considera que la Argentina será beneficiada con la realización del G20, un 18% cree que será perjudicial y el 46% no cree que traiga cambios en el país. Pero acá vuelve a aparecer la grieta, ya que la mayor parte de los que consideran que traerá beneficios son los que se inclinan por Cambiemos; mientras que los que votaron al FPV creen que este evento será perjudicial para la Argentina.

Publicado por Clarín el 30/11/2018

El 55 por ciento de los argentinos cree que la presencia de Macri en el G20 es importante

Una encuesta arrojó que la mayoría de los argentinos cree que la participación del presidente Mauricio Macri en el G20 es importante, el 62% piensa que la guerra comercial entre los Estados Unidos y China representa un riesgo para el país y que los modelos a seguir son Canadá, Alemania y Australia.

 La encuesta realizada en forma conjunta por las consultoras D’Alessio IROL y Berensztein detectó que para el 49% de los encuestados la institución internacional más importante es el Mercosur, mientras que el 28% puso al G20 en ese lugar.

 Cuando les preguntaron si el G20 “resuelve el problemas de la gente”, el 44% contestó que sí, el 40% respondió que “es importante para Argentina” y el 16% sostuvo que “Argentina tiene otras prioridades”.

 A la hora de plasmar en una respuesta las “principales sensaciones ante el G20”, el tema más recurrente estuvo vinculado al transporte. Un 31% dijo que está preocupada por los trastornos por lo cortes de calle y otro 30% se quejó por la falta de transporte. No obstante, un tercio destacó que es un “orgullo” recibir a tantos presidentes, mientras que otro tercio de los consultados también se mostró expectante por la eventual llegada de inversiones.

 Sobre la participación de Macri en el G20, un 55% dijo que es “importante”, mientras que para el 45% restante es “intrascendente”. Eso sí: entre los votantes de Cambiemos, el 84% hizo una valoración positiva, mientras que entre los que eligieron al Frente para la Victoria apenas el 24% destacó el rol del Presidente.

 En cuanto a los beneficios para el país, un 18% consideró que el G20 perjudica a la Argentina, un 46% se mostró neutral y apenas un 35% valoró al evento como un beneficio para el futuro del país.

Una pregunta muy interesante tuvo que ver con el modelo de país a seguir por Argentina. Tanto los votantes de Cambiemos como los del Frente para la Victoria destacaron a tres países muy por encima del resto: Canadá, Alemania y Australia. Del total de encuestados, 23% eligió a Canadá, 21%, a Alemania, y 15%, a Australia. Los tres que le siguieron, con 5% de los votos cada uno, fueron los Estados Unidos, Japón y Rusia.

 Por último, los consultores indagaron sobre los líderes del G20. El 29% indicó que el más importante es el mandatario estadounidense Donald Trump, el 24% optó por el chino Xi Jiniping, un 15% eligió al ruso Vladimir Putin y un 8% mencionó a la alemana Angela Merkel.

 ¿Y los más cercanos a Argentina? Trump (25%), el brasileño Michel Temer (16%) y Putin (9%).

Publicado por Infobae el 30/11/2018

¿Cómo perciben los argentinos el G20?

La cumbre de Líderes del G20 se está llevando adelante en Argentina, en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Cómo lo ven, qué piensa la población y cómo perciben este evento que preside el país.

La Cumbre de Líderes del G20 se está llevando adelante en Argentina, en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y durará hasta el 1° de diciembre. Las consultoras D´Alessio Irol y Berensztein realizaron una encuesta entre los argentinos, en relación a esta reunión del Grupo de los 20 mandatarios más importantes del mundo, cómo lo ven, qué piensan y cómo perciben este evento que preside el país.

En cuanto a la importancia que la población le da a esta Cumbre del G20, sólo un 28% la considera una institución importante para Argentina, mientras que un 49%, conformado por 70% de votantes del Frente para la Victoria reconoce al Mercosur como la entidad con más relevancia. En tanto, los votantes de Cambiemos apoyan al G20 en un 47%.

En relación al lugar elegido para llevar adelante la reunión, la Ciudad de Buenos Aires, al 56% de los votantes del Frente para la Victoria les hubiese gustado que fuera en otro lugar, pero a quienes eligieron a Cambiemos les parece correcto que sea en Buenos Aires. Asimismo, la mayoría de los votantes del partido que encabezaba la ex presidenta Cristina Fernández, un 56%, piensan que esta Cumbre no resuelve los problemas de la gente, mientras que los seguidores de Cambiemos, en un 70% creen que es importante para Argentina.

En tanto, la encuesta dejó entrever que quienes apoyan al FPV, están preocupados más por el tránsito que por la llegada de inversiones que traería esta convocatoria. En cuanto a la participación del presidente Mauricio Macri en la Cumbre, el 55% de los participantes de la encuesta consideran importante su presencia, pero en un 29% consideran al líder más sobresaliente al presidente de Estados Unidos, Donald Trump.

Teniendo en cuenta los líderes que participan de la Cumbre, la mayoría de los votantes consideran que el mandatario estadounidense es el más cercano a Argentina, pero en un 29% les gustaría como modelo a seguir Canadá, seguido por Alemania en un 21%, conformado este porcentaje por la mayoría de los votantes de Cambiemos.

 Con respecto al beneficio que tendría el país con esta reunión, el 44% de los encuestados cree que Argentina no será perjudicada ni beneficiada, pero los votantes de Cambiemos se muestran más optimistas y piensan en un 35% que será beneficiada, contra el 18% de los seguidores del FPV que creen que saldría perjudicada.

Publicado en El Intransigente el 30/11/2018

Crece la presión para sancionar una ley de “ficha limpia” que excluya a candidatos con condenas

Una iniciativa popular reunió más de 100 mil firmas, y diputadas oficialistas impulsan el proyecto. Pero el Gobierno lo rechaza, y la oposición lo ignora.

 Junto con la ley de “delación premiada”, fue la llave maestra de la avalancha anticorrupción que  desnudó el cosmos de sobornos, contratos públicos amañados y reparto de favores políticos en Brasil, investigados en la megacausa “Lava Jato”: la ley de “ficha limpia”, que en el país vecino impide presentarse como candidatos a quienes tengan una condena penal confirmada en segunda instancia, sepultó las aspiraciones de Lula Da Silva entre otros cientos de políticos de todos los partidos. en apenas unos días, una iniciativa para replicar esa ley en la Argentina sumó 100.000 firmas y la adhesión de legisladores oficialistas y especialistas en transparencia pública. El Gobierno, sin embargo, se resiste a impulsarla.

 La “ficha limpia” se impuso en Brasil por iniciativa popular en 2010, gestada mediante millones de firmas y pese a que casi todos los partidos políticos con representación parlamentaria intentaron impedirla. Su efecto cultural fue tan fuerte que, además de dejar fuera de la competencia electoral a los condenados, en los recientes comicios ninguno de los candidatos acusados por corrupción -aún sin la condena que les hubiera impedido presentarse- logró acceder a un cargo o una banca.

 Asolada por la impunidad y en medio del escándalo de los cuadernos de las coimas, Argentina discute la posibilidad de replicar la iniciativa. La semana pasada ese impulso tuvo un pico, pues en pocos días una petición que reclama la sanción de la ley de “ficha limpia” reunió 100.000 firmas en https://www.change.org/fichalimpia, y continua sumando. #FichaLimpia se convirtió en trending topic en redes sociales, y una primera encuesta realizada por la consultora D’Alessio/Irol concluyó que un 61% de los argentinos comparte la iniciativa.

 En su versión local, la propuesta exige que los condenados por delitos de corrupción, aunque la condena no se encuentre aún firme, no puedan ser candidatos a cargos electorales. Con antecedentes como el de Carlos Menem, que tras 23 años de proceso y una condena por el tráfico ilegal de armas finalmente anulada por prescripción, colocar la vara tras la sentencia de un tribunal oral suena razonable.

 “No está en juego el principio de inocencia -que rige en sede penal- sino el derecho de la sociedad a reglamentar las condiciones para ser candidato”, asegura el abogado especialista en ética pública Alejandro Drucaroff. “Lograr que quienes ya tengan una condena de un tribunal colegiado –lo que implica la decisión de tres jueces- por haber delinquido contra el Estado no puedan ser candidatos permitiría también superar la imagen de un sistema político que cuanto menos mira de soslayo la corrupción y de corruptos que se refugian en el privilegio de los fueros parlamentarios”.

 Más allá de simpatías o rechazos políticos, existen argumentos jurídicos. Según lo dispusieron dos fallos recientes de la Cámara Federal de La Plata y la Cámara Federal de Casación Penal, en la Argentina los graves delitos dolosos contra el Estado que conlleven enriquecimiento –lo que naturalmente incluye los de corrupción- atentan contra el sistema democrático y deben por ello considerarse imprescriptibles. Recordemos que los procesados –sin necesidad de condena alguna- por delitos de lesa humanidad, también imprescriptibles, no pueden ser candidatos de acuerdo con el artículo 33 de la ley electoral.

 Aunque aún no entró en el radar del Congreso, la iniciativa se debatió la semana pasada en una Jornada sobre “Derecho electoral y ética pública”, que desbordó el salón de la Facultad de Derecho de la UBA. Diputadas nacionales, juristas, analistas internacionales y profesores de Derecho coincidieron en que “si se aprueba esta ley, los corruptos van a ir a la cárcel en lugar de ir al Congreso”. Allí expusieron las diputadas nacionales Silvia Lospennato -autora de un proyecto legislativo de “ficha limpia” que tuvo dictamen de Comisión en 2017, aunque no llegó a tratarse en el recinto-, Graciela Ocaña, Paula Oliveto y Marcela Campagnoli; el ex Juez brasileño Marlon Reis (quien impulsó la ley en su país); la profesora María Cristina Girotti y el analista internacional Gustavo Segré.

 Ocaña admitió que “con la composición actual del Congreso va a ser difícil que pueda tratarse el proyecto” y pidió que “desde la prensa y la sociedad civil nos ayuden a impulsar la iniciativa”. Para la diputada, además “es importante que como país recuperemos los bienes robados por la corrupción, porque no puede haber prosperidad sino frenamos la corrupción”.

 “No alcanza con la idoneidad para ser candidato a un cargo público. Se debe acreditar probidad”, señaló Campagnoli. “Para que podamos combatir en serio la corrupción es necesario que este proyecto de esté acompañado de otros como el de Extinción de Dominio, el de reforma política y la ley de financiamiento de las campañas electorales”, agregó la diputada, quien recibió las 100.000 firmas reunidas hasta ahora.

 El proyecto popular propone modificar la Ley Orgánica de los Partidos Políticos y el Código Nacional Electoral para que quienes fueron condenados en segunda instancia por un delito penal doloso no puedan ser candidatos a cargos electivos nacionales.

 Segré, principal impulsor del encuentro junto con el el profesor de Auditoria y Control de los Sistemas de Información Gastón Marra, fue más duro: “hay que buscar que el Congreso nos represente a todos porque la mayoría no somos corruptos”.

 Pese a la efervescencia, altas fuentes del Gobierno hicieron saber su rechazo a impulsar la “ficha limpia” para las próximas elecciones. El generoso lote de ex funcionarios kirchneristas bajo proceso o juicio oral por corrupción parece resultar más útil como posible pararrayos electoral que un audaz paso adelante hacia la transparencia. Descartando el parecer de los seguidores de Cristina Kirchner, hasta ahora tampoco se alzaron voces desde el flamante peronismo federal para manifestarse. Aunque esa también puede ser una estruendosa opinión.

Publicado en Clarín en 26/11/2018