Cómo hablar con los chicos sobre los linchamientos

Para prevenir la violencia, se debe hablar de ella con los niños. Sin convertirlo en un mandamiento, se pueden dar pautas y predicar con el ejemplo en esta temática tan actual.

Por Alejandra Boldo
En los últimos días, en diferentes ciudades del país, se sucedieron varios episodios de linchamientos espontáneos a personas que fueron señaladas como delincuentes. Esta situación generó en la sociedad un debate entre aquellos que están a favor o en contra de esta nueva metodología. Inclusive, la consultora D’Alessio Irol no tardó en plasmar la opinión de los argentinos, cuya mayoría rechaza las golpizas a presuntos ladrones. El 70 por ciento de los encuestados respondió estar preocupado ante esta modalidad, mientras que un 28 por ciento se manifestó satisfecho por esos hechos de violencia.

Los mayores son responsables de sus actos y conscientes de las consecuencias de su proceder. Son dueños de pensar y actuar, siempre entendiendo que sus derechos terminan donde empiezan los derechos de los demás. Sin embargo, cuando este tipo de metodología es legitimizada por los adultos, se está pasando por alto lo que ven y aprenden los más chicos.

Tu Día habló con dos especialistas sobre el verdadero mensaje que reciben los chicos, cómo decodifican la realidad y cuáles son los peligros de que malentiendan lo que significa la justicia por mano propia.

Santiago Gómez, psicólogo y director de Decidir Vivir Mejor, fue categórico al señalar que las personas enseñan de manera permanente con la conducta. “En este caso puntual, el de los linchamientos, les estamos enseñando a los más pequeños que está bien actuar de manera violenta cuando se trata de algo que los adultos consideramos justo. Inclusive, estamos enseñando que está bien matar a otra persona porque nosotros consideramos que se lo merecía”, señaló el profesional.

Estela Gareca, psicopedagoga y socióloga, opinó que lo peligroso de este tipo de fenómenos, que se dan o resurgen cuando una sociedad está muy lastimada, es que tengan un efecto de división de la sociedad. “Hoy es el linchamiento. Ayer fue el saqueo. En otros tiempos, guerras más intelectuales. Pero, todos esos actos de violencia sólo siembran discordia”, dijo.

Sucede que en las situaciones extremas, la ira es más fuerte que la reflexión. Y la persona tiende a justificar con el enojo los actos de violencia, pero sin reparar en las consecuencias legales ni morales. Las emociones como la bronca, el enojo y la ira se retroalimentan con pensamientos de furia y de venganza y el único resultado son las acciones impulsivas.

¿Cómo aprenden los chicos? Existe el aprendizaje vicario o por imitación. Es decir, el chico copia las conductas de su entorno familiar y aprende que golpear a otra persona es posible ya que muchas veces se trata de un acto de justicia. Por lo tanto, si están jugando al fútbol en la plaza y uno le hace un falta a otro, no estaría nada mal pegarle un golpe ya que sería algo justo. Y si en la escuela un compañero molesta a otro, este último estaría autorizado a golpearlo para corregir la conducta de su par. Lo que los ejemplos muestran, es que la violencia genera siempre más violencia.

En este punto, Gómez insistió en la importancia de que los chicos aprendan desde el ejemplo. “Los adultos criticamos que algunos dibujos animados o series de televisión son violentos y afirmamos que son nocivos para los chicos. Pero, al mismo tiempo, los niños ven en vivo y en directo cómo sus padres levantan la bandera de la violencia en pos de la justicia”, detalló.

Para Gareca, hay que reflexionar con los chicos. “Si algo está mal, como reaccionar violentamente, lo está de ambas veredas. El que agrede está actuando mal, pero si se responde con más agresión, también es incorrecto”, añadió. Para la especialista, los chicos son capaces de comprender y decodificar la realidad. Basta con sentarse a conversar e intercambiar opiniones para llegar a buen puerto.

Después todos se preguntan por qué los jóvenes y la sociedad están cada vez más violenta. Lo bueno sería, reflexionó el especialista, poder realizar un ejercicio de introspección para poder encontrar una respuesta.

Una oportunidad

Situaciones como éstas nos ofrecen la posibilidad de hablar sobre los valores, las creencias y las tradiciones familiares.

Cómo hablar con los chicos

» Si el niño se impacta por alguno de estos hechos de violencia, hay que explicarle lo que es la violencia.

» Explicarle a los más chicos que se pueden defender los derechos empleando diferentes estrategias o recursos, pero sin violencia.

» La violencia nunca está justificada. Cuando lo hacemos, estamos en serios problemas como sociedad.

» Enseñarle a los niños a cuidarse, que aprendan a identificar cuáles son los factores de riesgo y los de protección.

» Hay que ser muy claro con las palabras y los ejemplos.

» Hay que darle a los chicos razones para que no entren en el círculo de la violencia.

» No minimizar los hechos ni agrandarlos. Exponerlos como son y con el lenguaje correcto.

Fuente: Díaadía