La mitad de las pymes tuvieron un buen nivel de ventas en el primer semestre

Los empresarios pymes creen que el segundo semestre del año será mejor que el que pasó, según revelaron en el cuarto encuentro anual de IDEA. Esa buena perspectiva sobre su propia empresa, discrepa con los pronósticos sobre la situación económica general.

Por Darío Gannio
La mitad de las pymes indicaron que el primer semestre del año fue positivo. Pese a que en el inicio de 2012 les fue peor de lo que esperaban, piensan que lo peor ya pasó. En concordancia con lo que vienen señalando las grandes empresas las últimas semanas, las firmas más chicas también estiman que la segunda parte del año será mejor que la primera.
Los datos fueron el resultado de la encuesta Expectativa de Empresas Pyme 2012, realizada por la consultora D’Alessio IROL y presentada ayer en el IV Encuentro Anual IDEA Pyme, frente a más de trescientos empresarios. Según el relevamiento, las pymes esperan un semestre mejor que el primero, pero sólo el 27% planea invertir en el próximo año, mientras que en 2011 ese número era de 42 por ciento. La mitad de ellas tuvieron un buen resultado general hasta ahora, mientras que un 16% calificó al semestre como “malo”. Para estos empresarios, la retracción de la demanda, la pérdida de rentabilidad y las complicaciones operativas por regulaciones al comercio fueron las principales consecuencias negativas de 2012. De los 125 directivos de empresas medianas y pequeñas consultados, tres de cada cuatro dijeron que que les fue “igual” o “peor” que en 2011 y el nivel general de las ventas fue menor que el que esperaban.
La encuesta, presentada por el director de la consultora, Eduardo D’alessio, en el Auditorio Buenos Aires, reveló que, a diferencia de lo que opinan los ejecutivos de las grandes empresas, la mayoría de los directivos de las pymes creen que la crisis internacional tendrá un impacto negativo en la Argentina. Un 70% cree que será “algo negativo” el efecto, mientras que el 12% contestó que perturbará “muy negativamente”.
También, en comparación con los “pesos pesados”, las pymes se mostraron más afectadas por la restricción a las importaciones. Casi la mitad sostuvo que se vio perjudicada por el corte a la entrada de insumos, mientras que sólo 5% dijo verse beneficiada. Los guarismos para las trabas a las compras de bienes finales fueron de 38% y 4%, respectivamente.
Grandes empresas. Uno de los aspectos relevantes de la encuesta es la alta articulación que se observa entre las pymes y las grandes empresas, ya que el 80% de las primeras tienen como clientes a las segundas. “El problema, en este caso, es que depende de un solo ‘elefante’”, dijo un empresario de una Pyme a BAE durante el evento. “Eso te da una alta vulnerabilidad, porque un día te deja de comprar y fuiste”, agregó. No obstante, sólo el 14% confirmó que le vende exclusivamente a firmas grandes, mientras que el 24% opera entre un 51% y un 75 por ciento.
En cuanto al empleo, el 12% proyecta contratar personal, mientras que el 63% “no tiene previsto cambios por el momento”. En cambio, el 33% confirmó que tiene planes de capacitación de su plantilla. En cuanto a los salarios, un 67% afirmó que las paritarias cerraron a un valor superior al previsto. Esa mayoría indicó que el promedio de los aumentos salariales se ubicó en 25,7%, cuando esperaban que ese número rondara el 23,6 por ciento. Por su parte, quienes pertenecen a sectores en los que aún no se firmaron los acuerdos paritarios, creen que cerrarán en un 24,5 por ciento. Finalmente, un 30% estimó que en lo que queda del año sus ventas aumentarán.
Según D’alessio, pese a la inflexión respecto de las expectativas de crecimiento, la pymes, en general, “sienten haber operado por encima del contexto”.
Más de trescientos empresarios se reunieron en IDEA PYME

Los costos y los cambios desvelan a las pymes

Después de un primer semestre complicado para buena parte de las pequeñas y medianas empresas argentinas, las expectativas empiezan a repuntar en la segunda parte del año. La recuperación del optimismo, que se atribuye a la mejora en la economía brasileña, encuentra algunas barreras en el frente interno: “En las pymes hay menos preocupación por las propias capacidades que por el contexto y los cambios que pueda hacer el Gobierno”, describió Eduardo Fidanza, director de la consultora Poliarquía, en el cierre del 4° encuentro anual de IDEA Pyme, realizado ayer en el Auditorio Buenos Aires, en Recoleta.
Las palabras de Fidanza fueron una conclusión sobre la encuesta que, minutos antes, había presentado en el mismo atril su colega Eduardo D’Alessio. La consulta efectuada el mes pasado sobre una muestra de 125 directivos de pymes reflejó una segmentación del empresariado en la que D’Alessio distinguió dos grupos: los beneficiados y los perjudicados por el modelo económico y los cambios que se introdujeron en los últimos meses.
En la placa que abordó la situación de las empresas, la división quedó descubierta: “Un 50 por ciento tuvo resultados buenos y muy buenos en el primer semestre, mientras que un 46% estuvo entre regular, malo y muy malo”, precisó D’Alessio. Los que experimentaron un buen desempeño de enero a junio celebraron las buenas ventas, el cumplimiento de objetivos de facturación y presupuestarios. El escenario fue distinto para los segundos, que sufrieron una retracción de demanda, perdieron rentabilidad y afrontaron obstáculos operativos por las regulaciones al comercio impuestas por el Gobierno.
La moneda mostró sus dos caras en un período en que la percepción sobre la economía local fue en descenso. En adelante, la proyección va en dirección contraria: “Hay un punto de inflexión respecto de las expectativas y una tendencia a la recuperación para el próximo semestre”, señaló D’Alessio, mientras marcaba una línea que se elevaba, aunque sin llegar al nivel de un año atrás. Según surge del contraste entre el sondeo y uno reciente entre grandes empresarios, las pymes sufrieron un impacto inferior al de las grandes compañías por la desaceleración económica en la primera mitad del año.
Como las de mayor escala, las pymes sintieron una baja rentabilidad ante una demanda, en general, estable. “La pérdida de rentabilidad se refiere a la dificultad para trasladar a precios los incrementos salariales”, explicó el presidente de D’Alessio Irol. El margen se achicó especialmente en el sector industrial. En las distintas actividades, los acuerdos salariales promediaron 25,7%, dos puntos por encima de lo esperado. Sin embargo, el alza los costos laborales, principal preocupación manifiesta, no tendrá incidencia por el momento en el mercado laboral del sector pyme, el mayor empleador en el país.
Otro de los factores que pesaron en las cuentas es la presión tributaria. En particular, debido a la falta de actualización de las bases imponibles de impuestos. “Pagan Ganancias por una rentabilidad que no tienen”, explicó el orador. Este año de quita de subsidios, tarifas y energía también subieron escalones entre las inquietudes de los empresarios.
Respecto del frente externo, la crisis internacional se destacó en las respuestas: un 82% de los encuestados dijo haber sido afectado negativamente. De allí que el repunte brasileño no pasara inadvertido en el sondeo. Tanto exportadores como operadores domésticos están expuestos a los impulsos y retracciones generadas por el vecino. Es que hay una estrecha relación entre las empresas pequeñas y las de mayor escala. O más aún: una relación de dependencia. El relevamiento encargado por la organización empresaria muestra que ocho de cada diez pymes son proveedoras de grandes compañías y dos de cada diez integran la cadena de valor.
En materia de comercio exterior, las trabas oficiales entorpecieron el abastecimiento de insumos (43%) a más firmas de las que benefició (5%) a raíz de la sustitución de productos importados.
Mientras sortean los trámites, las pymes permanecen atentas a los cambios que pueda introducir el Gobierno, “amigo en la abundancia, pero que busca responsables en la escasez”, según la definición de Fidanza. Las estrategias, ahora, buscan amoldarse optimizando costos, apelando al marketing y sustituyendo importaciones.