¿Cómo se construye una marca valiosa?

Por Eduardo D’Alessio, presidente de D’Alessio IROL

Año a año, los rankings de prestigio nos muestran en sus podios cuáles son las compañías elegidas por los consumidores. Y no es casual que en los primeros puestos estén aquellas que pregonan valores que trascienden su rubro comercial y buscan instaurar una relación más profunda con los consumidores: son aquellas, las marcas que nos enamoran.

Marcas: Consumidores vs. fanáticos 

La mayoría de las empresas se preocupan por lograr no sólo vender sus productos y servicios, sino también por generar una “relación” con sus clientes, que les permita ganar su predilección y su fidelidad. Las más exitosas son las que entienden que este vínculo debe ir más allá de la conveniencia mutua o la funcionalidad, para transformarse en una relación afectiva.

Pensemos por ejemplo, en marcas como Apple, que logran que sus usuarios sigan con fanatismo cada uno de sus pasos ¿esto se debe sólo a la calidad e innovación de sus productos? ¿Cuál es el valor agregado que convierte a un cliente en un fanático de una marca?

Para responder a estas preguntas surge una especialidad llamada “Branding emocional”, como la ciencia de lograr consumidores “enamorados” de las marcas. De esta forma, podemos analizar las estrategias de quienes han logrado despertar verdadera pasión entre su público.

Los conocimientos tradicionales nos dictan que lo primero es conocer al consumidor. Y así, las empresas se vuelcan a intentar descubrir quiénes son y qué necesitan. Pero, volviendo al caso de Apple, vemos que esta compañía no se centró en descubrir las necesidades (es que ¿acaso alguno de nosotros necesitaba, 10 años atrás, un iPad?), sino que se orientó a conocer sus deseos y en base a ellos, generar innovación.

Un punto clave es entender que generar pasión en los usuarios no es una cuestión solo de publicidad, imagen o marketing. Los verdaderos pilares son como los de un matrimonio: hay que tener respeto, saber escuchar y cumplir con las promesas hechas.

 Los consumidores actuales están conscientes de su poder y son cada vez más exigentes. Por eso reclaman respecto en cada uno de los contactos que tienen con la marca. Un producto innovador y de calidad que se ofrece en un entorno de venta pobre y descuidado puede ser conveniente, pero nunca logrará generar la mística necesaria para diferenciar a su marca.

La filosofía de una marca debe mantenerse viva en cada detalle, para que sea transmitida y compartida por los usuarios.

Las redes sociales ¿Aliadas o enemigas?

Las redes sociales permiten un espacio de mayor complicidad, donde empresa y cliente están en mayor plano de igualdad y permiten un mayor acercamiento. Los usuarios siguen voluntariamente a las marcas, difunden sus productos y generan reputación positiva.

Las redes ayudan a generar algo muy importante: Sensación de pertenencia. Los usuarios valoran el hecho de sentir de que comprar una determinada marca los hace miembros de un grupo particular, de una comunidad que comparte gustos y códigos.

Las redes sociales son especiales para esto, ya que permiten a los usuarios compartir experiencias que los unen. Pensemos tan solo en los 76 millones (¡!) de fans de Coca Cola en Facebook. O bien,  pensando en nuestro país, los casi 4 millones de usuarios que ostenta Cerveza Quilmes.

Sin embargo, estos nuevos “espacios públicos” obligan a un mayor cuidado de la atención al cliente, ya que un usuario enojado puede causar mucho daño en una reputación construida arduamente a lo largo del tiempo.

En una reciente encuesta de nuestra consultora entre usuarios argentinos de redes sociales, encontramos que ante una experiencia negativa con una marca, el 65% difundiría lo sucedido para evitar que otras personas sufran lo mismo.

Y de hecho, 3 de cada 10 participantes de redes efectivamente ya han difundido en alguna red social su disconformidad con una empresa. Y a su vez estos comentarios negativos han logrado en el 25% de los casos repercusiones entre los contactos de quienes los hicieron, generándose una viralidad negativa que afecta enormemente la reputación. Sin embargo, estos nuevos “espacios públicos” obligan a un mayor cuidado de la atención al cliente, ya que un usuario enojado puede causar mucho daño en una reputación construida arduamente a lo largo del tiempo.

 En una reciente encuesta de nuestra consultora entre usuarios argentinos de redes sociales, encontramos que ante una experiencia negativa con una marca, el 65% difundiría lo sucedido para evitar que otras personas sufran lo mismo.

Y de hecho, 3 de cada 10 participantes de redes efectivamente ya han difundido en alguna red social su disconformidad con una empresa. Y a su vez estos comentarios negativos han logrado en el 25% de los casos repercusiones entre los contactos de quienes los hicieron, generándose una viralidad negativa que afecta enormemente la reputación.

Un amor para toda la vida

Las empresas pueden ser más o menos exitosas en sus intentos de conquistar al público. Lo que no pueden hacer, es dejar de intentarlo. Mantenerse en el podio de las favoritas requiere una completa dedicación a todos los detalles y continuidad. Pero la recompensa es grande, dado que un usuario fiel es el mejor capital.

Las diez claves para entender cómo consumen los mendocinos

Las características salientes: gastadores y apasionados por las marcas y promociones.
La tradición y los juicios cerrados desde hace años dicen que los mendocinos ?como colectivo genérico? son conservadores en líneas generales, lo que tiene su correlato con lo que sucede en su mundo material. Un estudio pormenorizado del modo en que consumen quienes viven en Mendoza, muestra que los “clientes” locales pueden ser más desprejuiciados a la hora de hacer y pensar sus compras de lo que en general se cree.

La consultora D’Alessio Irol, en un trabajo exclusivamente realizado para este diario, presentó hace un par de semanas 10 claves para entender al consumidor mendocino. Entre las pautas que se destacan hay algunas que no sorprenden, como que aquí están más interesados en comprar autos que en la media del país.

Además, los mendocinos se han mostrado más “desprendidos” que en otras provincias ya que también se muestran más dispuestos al consumo que sus compatriotas. Esto, no obstante, lo harán en base a endeudarse con las tarjetas de crédito y a aprovechar cuanta promoción se cruce por su camino.

A continuación, algunos de los resultados de este trabajo que intenta caracterizar el modo de consumir de los mendocinos.

Compradores

Nueve de cada diez mendocinos tienen algún proyecto en el mediano plazo. Aunque es claro que no todos pasan por consumir, el estudio realizado por D’Alessio -una empresa dedicada a las investigaciones de mercado tanto en Argentina como en otros países- mostró que mientras en el país el 56% de las personas tienen intención de consumir y el resto (44%) de ahorrar, en Mendoza esa relación es de 60% a 40%.

Aquí hay tres cosas en las que la gente de la provincia hace “punta” a la hora de pensar en gastar su dinero. La primera está relacionada con la necesidad de viajar. Mientras el 43% de los mendocinos piensa más en salir a pasear, esta cifra es del 40% en Argentina.

Del mismo modo -y en parte por la dificultad de ahorrar para una vivienda y por la inflación que se come los ahorros- los mendocinos pensaron en destinar más plata que en el resto del país a mejoras en la casa o comprar muebles, así como para comprar autos nuevos o usados. La casa propia también es un bien deseado y programado.

Tecnológicos

Según lo expresado por López, la encuesta de D’Alessio también muestra el gusto por la innovación y por “tener lo último” que poseen los consumidores que viven en la provincia. Así, por caso, el 67% de los encuestados afirmó que cambiaría su celular con el fin de estar al día con la tecnología más nueva en el mercado.

Al respecto, el publicista Antonio López de la agencia Eme Efe explica -en base a diversos estudios que ha encarado con su firma- que el mendocino tiene cierta tendencia a ser gastador. Sobre todo en lo suntuario. “Le gusta lo novedoso y tiene la ventaja de comprarlo en Chile más barato”, comentó el publicista.

Más allá de la importancia y de la necesidad de estar al día con las nuevas tecnologías, Mendoza está unos puntos por debajo del promedio país en lo que a deseos de compra de electrodomésticos y equipos electrónicos (notebook, i-pad, etc.) se refiere.
Eso sí, para el Día del Niño, en 8 de cada 10 hogares consultados, los chicos pidieron de regalo celulares, play station, cámaras de fotos y tablets, entre otros.

Endeudados y “culposos”

En Argentina, alrededor del 95% de las personas está pagando algún tipo de deuda, así como el 40% de los hogares destina el 20% de sus ingresos a sus gastos con tarjetas de crédito.

“Esto, para la mitad de los mendocinos es un peso”, explicó Nora de D’Alessio, vicepresidente de D’Alessio Irol y socióloga especializa-da en psicosociología, quien aclaró, no obstante, que al 38% de los encuestados le gustaría seguir comprando en cuotas. En los estratos más altos de la sociedad, las personas se manejan con al menos dos tarjetas distintas.

Innovadores

Aunque la encuesta de D’Alessio no lo marca específicamente más allá de que toma nota de la propensión al consumo de lo nuevo o lo último, los publicistas consultados coincidieron en que aquella imagen del consumista mendocino conservador está quedando atrás.

“Eso ha cambiado mucho, la globalización ha hecho que a la hora de consumir la gente de Mendoza sea más parecida a la de otras ciudades del país. Ha habido un cambio de mentalidad que también se observa en el sector empresario”, sostuvo Daniel Viderman, vicepresidente y director general creativo de la empresa de publicidad PyLV.

En este sentido, Hernán Gabriel, también publicista, opinó que el mendocino es conservador e innovador al mismo tiempo y que, en consonancia con los cambios constantes del consumidor en general -cambios relacionados con hábitos y situación político económica del país- el mendocino es más bien innovador. “Pero con la condición de que la marca sepa qué, cómo y dónde ofrecerle un producto o servicio”, expresó el joven profesional. De otra manera, continuará siendo apegado a lo que ya conoce.

Atentos a la oportunidad

En el último mes (agosto), el 63% de los mendocinos utilizó alguna promoción o descuento. Así, aunque las promociones “llegaron para quedarse”, lo cierto es que -según explicaron desde D’Alessio- las mismas no están bien identificadas por los clientes con determinadas empresas sino que éstos las utilizan de acuerdo a la oportunidad que se les presente. “No hacen grandes diferencias entre las firmas”, sostuvo la especialista.

En este sentido, Viderman subrayó que todas las empresas brindan en la actualidad algún descuento u ofrecen diversos plus a sus clientes, pero que, para él, lo primordial es no dejar de lado el respeto por ellos y, en el caso de los mensajes publicitarios, por el público en general.

Esta característica de no perder oportunidades de compra también se apoya en la característica que resalta López y que es la de comparar detenidamente los precios. “De allí que, en el caso de los supermercados, las ofertas de los domingos funcionen como un catálogo de compras”, observó.

Fiel a las marcas

El estudio de D’Alessio no lo señala pero los oriundos de esta provincia se han caracterizado por tener un afecto especial por las marcas y ser fieles a ellas. Así lo expresó Antonio López, quien remarcó que el mendocino ha sido bastante “caprichoso” en su manera de comprar y sobre todo, fiel a las marcas. “Muchos se compraban un Ford porque sus padres habían tenido uno”, recordó.

Hernán Gabriel agregó que el mendocino valora las marcas y que esta característica se puede ver en todos los estratos sociales. “Todo consumidor busca identificarse con una marca y con su discurso, buscando ser parte de ese “mundo” creado por cada empresa, sintetizó el publicista.