Ranking ARQ de Prestigio: MRA+A en el primer puesto

Superada la etapa de transición luego de la partida de su fundador, la nueva generación que lidera MRA+A se consolida con propuestas diferenciadoras y una horizontalización en la forma de trabajar.

Han transcurrido cinco años del fallecimiento de Mario Roberto Alvarez y la transición hacia una nueva etapa en el estudio que ahora lideran su hijo “Bimbo” Alvarez, Hernán Bernabó y Fernando Sabatini superó la primera prueba. El equipo nunca abandonó el podio en la Encuesta de Excelencia ARQ realizada por la consultora D’Alessio IROL y capitalizó con éxito la responsabilidad por la carga histórica recibida.

“Muchos se preguntaron cómo seguiría el estudio. Todos menos nosotros”, aseguran. Como hubiera querido Alvarez, y como quiso Bimbo, “seguimos sin mirar atrás, redoblando esfuerzos, trabajando con los clientes históricos y generando una cartera de nuevos clientes a los que agradecemos la confianza depositada”, anuncian.

Las nuevas generaciones debieron asumir roles que el dinamismo del siglo XXI imponía. “Desde unos años antes de la partida de nuestro socio fundador, venimos generando una etapa de transición caracterizada por una horizontalización en la forma de trabajar, a diferencia de lo que históricamente siempre fue el estudio –cuentan–. Esto no fue ni estratégico ni planificado, se dio como un hecho natural, forzado por la vertiginosa modernidad de las nuevas tecnologías, no solo constructivas si no de la forma de llevar un estudio”.

En cuanto a su arquitectura, reconocen que ha evolucionado y hasta ha mutado formalmente en algunos proyectos. Ellos aseguran que no son cambios caprichosos sino que surgen de la filosofía básica del estudio, que sigue firme en la búsqueda equilibrada de la eficiencia, la elegancia, la tecnología y la funcionalidad.

“Esta distinción nos pone muy contentos y encuentra al estudio dentro del grupo de ‘herederos’ que acrecienta su legado en lugar de dilapidarlo”, sostienen los socios. Y afirman que han pasado a ser protagonistas de la arquitectura de nuestro país.

El inicio de esta nueva etapa quedará sellado con un cambio estratégico de la ubicación física del estudio. En 2017 dejarán la oficina de la calle Solís (Balvanera) para mudarse a unos de los edificios que proyectaron en el complejo Al Río: “Este cambio de ámbito nos hará trabajar mejor y más integrados, las visitas de nuestros clientes serán más cómodas y nuestra calidad de vida mejorará”, aseguran.

Para ese momento ya estarán aceitadas nuevas tecnologías en las que ya están incursionando, como el BIM y la realidad virtual 360 grados, porque “son herramientas fundamentales para la eficiencia de los proyectos, el diseño, la economía y una transmisión visual a nuestros clientes de cómo serán sus proyectos, como si estuvieran parados junto o dentro de ellos”. Mario Roberto Alvarez solía decir que la vida profesional de un arquitecto comenzaba a los 50 años. Esa es la edad de los actuales líderes de MRA+A: “Somos un estudio joven con mucho por hacer y sorprender, contando con la ventaja de la experiencia.

Los edificios más lindos y los más feos, votados por la gente

 Nota publicada el 01/01/2016.  Clarin.com
Encuesta en Buenos Aires.

Según el sondeo encargado por Clarín, los preferidos de los porteños son el Palacio de Aguas Corrientes, el Teatro Colón y el Palacio Barolo. En la otra punta, no gustan la Biblioteca Nacional, el Chateau Libertador y la Casa Rosada. Para los porteños, el edificio más lindo de Buenos Aires es el Palacio de Aguas Corrientes que se alza en Avenida Córdoba, entre Riobamba y Ayacucho. Y el más feo, la Biblioteca Nacional.

Paradojas de la arquitectura y el gusto de la gente , el primero es un enorme tanque de agua disfrazado de palacio francés. El segundo, una escultórica construcción de hormigón que asoma sobre la copa de los árboles como lo haría un enorme tanque de agua. Estos dos edificios encabezaron los rubros opuestos de la investigación que realizó Diario de Arquitectura, el opcional que publica Clarín todos los martes, para establecer la relación entre el gusto de la gente y el de los arquitectos.

Esta encuesta, que lleva el nombre de “Ciudad x Ciudad: Lo mejor y lo peor”, fue realizada especialmente por la consultora D’Alessio Irol en base a la opinión de más de 2 mil personas consultadas que dieron respuestas múltiples.

El Palacio de Aguas Corrientes encabezó el favoritismo de la gente con un aplastante 53,9 % de los votos. Atrás siguieron el Teatro Colón (con un nada desdeñable 44,5% de las opiniones), el Palacio Barolo, un ecléctico edificio de Avenida de Mayo que fue en su tiempo el más alto de la Argentina (40,6%), el Edificio Kavanagh de Plaza San Martín (25,3%) y el Malba, el museo de Eduardo Costantini en Palermo Chico (21,1%). Con 10 años de existencia, el Malba es el más joven entre los 10 edificios mejor rankeados por la encuesta. El Palacio de Aguas tiene 117 años; el Teatro Colón, 102; el Barolo 92 y el Kavanagh, 75. Este resultado se puede leer como un fuerte llamado de atención para la arquitectura contemporánea de la ciudad de Buenos Aires.

Para elegir qué edificios integraran la galería de los feos, la preferencia del público estuvo más dispersa. Encabezó el “disgusto” de la gente, la Biblioteca Nacional pero con un escaso 19 % de las opiniones. Después se colocó el Chateau Libertador, una torre inmensa llena de molduras y mansardas francesas que se levanta frente al Tiro Federal Argentino, en Nuñez. Feo con ganas, el Chateau sólo fue castigado por el 9 % de los encuestados. Apenas un poco más de lo que recibió la Casa Rosada (8%), el Teatro San Martín (7%) y el Chateau Madero (5%), primo hermano del de Libertador, pero en Puerto Madero. Dato curioso, la misma encuesta, establece que para la gente, el Teatro San Martín alcanza el puesto 16 entre los edificios más lindos de la Ciudad. Por otra parte, entre las preferencias de los arquitectos, está en el puesto 12.

El Palacio de Aguas Corrientes, que se vendría a confirmar como la “niña bonita” de Buenos Aires, se empezó a construir en 1887 en base a un diseño del ingeniero inglés John Bateman. El frente fue recubierto con 170 mil piezas de cerámica y 130 mil ladrillos vitrificados traídos de Inglaterra. Siete años después ya le daba agua a los escasos 500 mil pobladores de la Ciudad. El barrio más poblado era Balvanera y la zona de Callao y Córdoba, donde se construyó, era poco menos que un descampado.

Por su lado, la Biblioteca Nacional es una obra que consumió 30 años para verse terminada. Fue ganada por concurso en 1962 por Clorindo Testa (una especie de genio de la arquitectura argentina), junto a Francisco Bullrich y Alicia Cazzaniga. Para los arquitectos, el edificio es un emblema del brutalismo, movimiento arquitectónico que hacía furor en el mundo durante la convulsionada década de los 60. No por nada, la misma encuesta establece que la Biblioteca Nacional figura en el décimo puesto de la preferencia de los profesionales, con un 9,7% de los votos.

La encuesta de Diario de Arquitectura buscó establecer el gusto de la gente y el de los arquitectos pero, además, indagó sobre los lugares de la Ciudad que el público considera más agradables y cuáles ve como francamente desagradables. En estos rubros, también la opinión pública estuvo muy dispersa, pero quedó claro que el lugar que más le gusta a los porteños es el barrio más nuevo de la Ciudad: Puerto Madero (14%). Lejos quedaron los barrios tradicionales que forjaron la identidad de Buenos Aires y nutren las letras de los tangos. Recién en el sexto puesto aparece San Telmo, con un 7,2% de los votos.

Detrás de Puerto Madero, el lugar más fashion de la Capital, donde los departamentos se cotizan a US$ 4.000 el metro cuadrado, se encolumnaron otros lugares “paquetes” de Buenos Aires: los Bosques de Palermo (13,2%), el barrio de Palermo (10%), Recoleta (8%) y Plaza San Martín (8%). Parece que hoy, la mayoría de los porteños orienta su preferencia con los mismos criterios que los turistas.

Cuando se le preguntó a la gente que lugares de la Ciudad eran los más desagradables, se estableció una tendencia indiscutida: la mayoría eligió barrios en los que los centros de trasbordo entre colectivos y ferrocarril estropean todo . El peor rankeado fue Constitución, con el 13,4% de los votos. Lo siguieron Once (10,6%) y Retiro (6,9%). Después salieron desfavorecidos por el público lugares de la zona sur, la eterna promesa de la Ciudad.