La mayoría de los argentinos apoyaría una postura intervencionista en Venezuela

De 800 entrevistados, 65% cree que Macri debe tomar una postura más activa

Acorde con  un estudio realizado por una consultora privada, la mayoría de los argentinos encuestados piensan que el presidente, Mauricio Macri, debe tomar una posición activa ante la crisis política y humanitaria que atraviesa Venezuela, y casi la totalidad de los encuestados considera la democracia como la mejor forma de Gobierno.

Canciller venezolano acusa a Macri de ser influenciado por EE.UU.

Según información consignada por El Intransigente, los datos surgen de una encuesta elaborada por las consultoras D’Alessio IROL y Berensztein. De los 800 entrevistados, el 65% cree que Macri debe tomar una “postura activa” ante el Gobierno de Nicolás Maduro, mientras que el 93% opta “prefiere un Gobierno democrático”.

El estudio también realiza una desagregación partidaria y arroja que, dentro de los votantes de Cambiemos, un 71% sostiene que la posición de Macri debe ser “intervenir” en el conflicto, contra un 29% que se opone. Mientras que, entre los votantes del Frente para la Victoria (FPV), un 60% ve positiva una intervención del Gobierno nacional, contra un 40% que prefiere “no intervenir”.

Por su parte, se registró un mayor interés por resolver el conflicto apelando a las “vías diplomáticas” entre los votantes de Cambiemos (68%), mientras que entre el electorado del Frente para la Victoria, se prioriza la promoción del diálogo entre “Chavistas y la oposición”.

 Por último, ambos partidos destacan como el logro más importante de la democracia actual argentina, la “erradicación de los golpes militares” (Cambiemos 46%; FPV 61%), mientras que en segundo lugar ponderan la “libertad de expresión” (Cambiemos 35%; FPV 20%).

Ante la profundización de la crisis política en Venezuela, el Gobierno argentino salió a respaldar al titular de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó, que se autoproclamó como “presidente interino” del país, en rechazo al Gobierno de Nicolás Maduro.

Publicado por El Instransigente el 26/01/2019

Qué pensamos los argentinos sobre la crisis en Venezuela y los valores democráticos

Un estudio en conjunto de las consultoras D’Alessio IROL y Berensztein reveló la opinión de los argentinos respecto a la grave crisis política y social que se sucede en Venezuela.

El Monitor de Humor Social y Político, que D’Alessio IROL efectúa junto a Berensztein, consultó los pareceres de los argentinos respecto a la crisis de Venezuela, sus posibles soluciones y también sobre su propia apreciación de los valores democráticos en una Argentina atravesada por la grieta.

 De esta forma, los encuestados expresaron su opinión sobre Venezuela y afirmaron su preferencia a tener un gobierno democrático, en lugar de un sistema que consideran contrapuesto y totalitario como los casos de Venezuela o Cuba.

 Una encuesta da ganador a Macri: “Mucha gente está insatisfecha pero seguirá votando al Gobierno contra Cristina”

La metodología para el revelamiento de datos fue mediante preguntas cerradas administradas de manera online. La muestra corresponde 800 personas de distintas partes de la República Argentina y que hayan cumplido más de 18 años.

 Una de las primeras consultas era sobre el sistema de gobierno preferido: el 93% de los encuestados eligió la democracia por sobre el 4% que optó por preferir un régimen totalitario.

 Dentro de ese minúsculo grupo que prefiere el autoritarismo, la encuesta demostró que aún entre quienes se identifican con el kirchnerismo  no elegirían como modelo a seguir a Cuba o Venezuela. De cada 10 votantes del Frente para la Victoria que prefieren el totalitarismo, sólo 2 elegirían como su modelo ideal los países caribeños.

 Más adelante, la encuesta pregunta sobre si la actitud del gobierno de Mauricio Macri debiera ser pasiva o intervenir activamente en el conflicto y de ambos lados de la grieta estuvieron de acuerdo en la necesidad de una interacción por parte de la Argentina. En total, 71% a favor los votantes de Cambiemos y 60% en la misma línea los del kirchnerismo.

Cuando se ahonda sobre las distintas variables de intervención, la grieta vuelve a estar marcada: los seguidores de Mauricio Macri quieren que por vías diplomáticas se reclame el respeto de los Derechos Humanos y la libertad de los presos políticos, mientras que los cristinistas desean darle más tiempo a Maduro promoviendo un diálogo entre el oficialismo y la oposición.

 Nuevamente ubicados sin distinción partidaria, los argentinos coincidieron mayoritariamente (90%) en que aún con sus falencias la democracia es el mejor sistema político que existe y que con el aprendizaje de las sociedades puede mejorar con el tiempo.

 A modo de cierre, tanto los votantes del kirchnerismo como los de Cambiemos coincidieron en que en estos treinta y seis años ininterrumpidos de democracia el mayor logro fue haber podido erradicar los golpes de estado.

Publicado por Radio Mitre el 26/01/2019

En Argentina, la mayoría cree que Macri debe intervenir en el conflicto en Venezuela

Según una encuesta de la consultora D´Alessio Irol Berensztein, el 93% de los consultados prefiere un gobierno democrático en el país latinoamericano

En días en donde el conflicto que está sucediendo en Venezuela es el centro de la atención, una consultora privada llevó adelante un sondeo para medir la opinión de los argentinos con respecto a la crisis política e institucional que se vive en el país latinoamericano.

Según la misma, el 65% de los encuestados considera que el Presidente Mauricio Macri debe tomar una posición activa e intervenir de alguna manera ante el Gobierno de Nicolás Maduro y el 93% “prefiere un Gobierno democrático” en Venezuela.

 Los datos fueron brindados por la consultora D´Alessio Irol Berensztein que entrevistó a 800 personas para esto.

 Si se tiene en cuenta el partido político, entre los votantes de Cambiemos un 71% sostiene que la posición de Macri debe ser “intervenir” en el conflicto, contra un 29% que se opone.

 Entre los votantes del Frente para la Victoria (FPV), un 60% ve positiva una intervención del Gobierno nacional, contra un 40% que prefiere “no intervenir”.

 La modalidad de intervención más apoyada es “reclamar por vías diplomáticas el respeto por los derechos humanos” (44%); seguida por “promover un efectivo diálogo políticoentre chavistas y la oposición” (41%) y “requerir de forma activa que Maduro libere a los presos políticos” (33%). La opción menos avalada por los encuestados (23%) fue “activar las acciones de la OEA que finalmente separen a Venezuela de esta organización”.

Publicado por iProfesional el 26/01/2019

El 65% cree que Macri debe intervenir frente a la crisis en Venezuela

Una encuesta reveló además que el 93% de los encuestados creen que la democracia es mejor que autoritarismo.

Frente a la crítica situación política y social que está atravesando Venezuela, el 65% de las personas encuestadas por la consultora D´Alessio Irol Berensztein considera que el presidente Mauricio Macri debe intervenir de alguna manera.

La modalidad de intervención más apoyada es “reclamar por vías diplomáticas el respeto por los derechos humanos” (44%); seguida por “promover un efectivo diálogo político entre chavistas y la oposición” (41%) y “requerir de forma activa que Maduro libere a los presos políticos” (33%). La opción menos avalada por los encuestados (23%) fue “activar las acciones de la OEA que finalmente separen a Venezuela de esta organización”.

Las opiones mayoritarias de los encuestados argentinos valoran especialmente la democracia como forma de organización política. Un 92% considera que “puede mejorar con el tiempo gracias al aprendizaje de las sociedades”, mientras que el 89% está de acuerdo con que “tiene errores básicamente económicos pero es el mejor sistema de Gobierno que existe”.

El logro “más importante” de la democracia en la Argentina es la “erradicación de los golpes militares” (54%), seguida por la libertad de expresión (28%).

Publicado por El Cronista el 25/01/2019

With Argentina in Recession, Macri Shifts Focus to Law and Order

As Argentina’s President Mauricio Macri tries to steer the national conversation away from economic gloom ahead of the October elections, one cabinet member is constantly by his side.

 Security Minister Patricia Bullrich stood prominently next to Macri at the presidential palace on Monday as he announced a decree strengthening the government’s powers to recoup goods obtained via bribery, drug-trafficking or other criminal activities. It was her second appearance alongside Macri in little over a week, prompting rumors in the local press about a possible vice-presidential candidacy.

 With Argentina in recession and nowhere near the rosy economic scenario once promised by Macri, the government is eager to shift public attention toward the issue of security. Recent polls show that, while Argentines believe Macri’s government has performed woefully on the economy, it has surpassed expectations on law and order. Bullrich, who is considered one of his most popular ministers, is helping him to pivot the conversation.

 “The government is in a battle to win back the middle class, and Macri can’t talk about the economy after the 2018 crisis,” said Lucas Romero, director of consulting firm Synopsis. “So he talks about an issue which the middle class is going to identify with: security.”

 To read more: Macri Re-Election Chances Hinge on Economic Recovery, Poll Shows

 Nine out of ten Argentines say inflation is the biggest worry, followed by economic uncertainty and utility price hikes. Six out of ten think insecurity is a big issue, according to a multiple-choice poll by D’Alessio IROL-Berensztein, which interviewed 1,355 people in December.

 Bullrich has cultivated a reputation as a stalwart minister in the fight against corruption and the government has confiscated a record amount of drugs under her watch. She also led the security organization for the summit of leaders of G-20 countries late last year, which went smoothly.

 Let’s Talk About Crime

Government Approval on Each Issue (%)

 The Opposition

Crime and corruption are also two weak spots for Macri’s likely opponent in the election, former President Cristina Fernandez de Kirchner. A couple of her former senior ranking officials are in jail following their conviction on bribery and corruption charges. Kirchner has been charged in multiple graft cases too, but currently enjoys legal immunity as a senator.

 Macri, a pro-business president who took office pledging to reduce poverty and inflation, saw his poll numbers fall in 2018 as Argentina plunged into a currency crisis. The peso weakened 50 percent last year, consumer prices rose by almost the same amount and the economy likely contracted about 2.5 percent. Poverty also ticked up after declining for two years. As the recession drags on, Macri wants to turn voters’ attention elsewhere.

The focus on crime “is a way of keeping corruption at the forefront of people’s minds where his opponent has a huge weakness,” Shannon O’Neil, senior fellow at the Council on Foreign Relations, said in Buenos Aires. For Macri, “if he’s lucky, the economy will have recovered by election time. But you have to run on something, and one of the things you see in the polls is that Argentines care about security.”

Publicado por Bloomberg el 22/01/2019

Condiciones, fortalezas y dilemas de Lavagna candidato

El economista es el único dirigente político que mantiene una imagen positiva mayor a la negativa. Y quien mejor mide entre el peronismo alternativo. Lo halaga esta suerte de renacimiento de su figura y ya no reniega de una posible postulación. Pero pone condiciones para lanzarse al ruedo y poder vencer a la grieta, centro de todas sus cavilaciones.

El silencio suele ser un clásico de la estrategia electoral para cuidar y potenciar a un futuro candidato. Alimenta las expectativas, evita el desgaste anticipado de la exposición pública y confunde o distrae a sus adversarios. Si además ese silencio genera una suerte de operativo clamor, mucho mejor. El comportamiento de Roberto Lavagna por estos días parece obedecer a esa táctica. No confirma ni niega su potencial postulación presidencial, pero se reúne con dirigentes políticos y sindicales de diferentes pelajes para analizar la crisis y engordar las especulaciones. Y hasta se da el gusto de sacarse fotos con algunos de ellos, relajado y vestido a su antojo en su casa de Cariló.

Desde que las consultoras DAlessio IROL y Berensztein comenzaron a incluirlo en junio pasado en el Monitor de Humor Social y Político que elaboran en conjunto, el economista no paró de crecer. Con 49% de imagen positiva y 35% negativa, arrancó tercero en el ranking de dirigentes con mejor imagen, detrás de María Eugenia Vidal (57% positiva y 37% negativa) y Elisa Carrió (51% positiva y 43% negativa). En la última medición de diciembre, ya estaba en la cima y era el único que registraba un balance positivo de 20 puntos, que surge del diferencial entre su imagen positiva (52%) y la negativa (32%).

Con su olfato de Lebrel, Eduardo Duhalde fue el primero en fogonear su postulación cuando estalló la crisis por considerar que el economista es el único con la experiencia y capacidad suficiente para sacar a la Argentina de este atolladero.

Ahora es Miguel Ángel Pichetto quien también se ilusiona con que la figura del ex funcionario de Duhalde, Raúl Alfonsín y Néstor Kirchner logre superar las viejas antinomias y aglutine al peronismo detrás de su postulación. Incluso, el senador podría ser el compañero de fórmula que selle el acuerdo, según una versión echada a rodar el año pasado en base a los buenos números que arrojaba esa dupla en una encuesta.

Quienes lo conocen bien aseguran que a Lavagna lo complace y lo halaga esta suerte de renacimiento y valoración de su figura. Ya no piensa que su tiempo pasó ni en dejarle lugar a las nuevas generaciones, como les decía a sus hombres de confianza hasta hace pocos meses. Para él, que siempre tuvo ambiciones presidenciales, llevarse el bronce al final de su carrera política no sería nada despreciable. Pero no está dispuesto a inmolarse y, sin confirmar esas aspiraciones, desliza a sus interlocutores las tres condiciones que deben darse antes de salir a la cancha:

 El economista no quiere aparecer como el candidato del peronismo sino como la cabeza de una coalición más amplia en la que no esté incluido el kirchnerismo. Por una cuestión de peso territorial, el espacio propicio sería Alternativa Federal, integrado por nueve gobernadores peronistas, Sergio Massa y Pichetto. Pero la idea de Lavagna es que se sumen otras fuerzas como el socialismo y los radicales desencantados. La reciente reunión en Cariló con el gobernador de Santa fe, el socialista Miguel Lifschitz, va en esa dirección.

Pretende también ser el candidato del consenso de un frente político, sin tener que someterse a la agotadora lucha interna. En este punto, Lavagna no está dispuesto a competir con Massa en las PASO, con quien integró hasta hace poco tiempo el Frente Renovador. Con Massa y con nadie.

Aspira a que la buena imagen que tiene en la opinión pública se traduzca en intención de votos en las encuestas y espera lograr un piso de al menos 25% para ser un candidato competitivo, con chances de romper con la polarización entre Mauricio Macri y Cristina Kirchner.

El último sondeo de Synopsis, la consultora que dirige Lucas Romero, abrió la puerta a esa posibilidad. “Aparecen indicios claros de que la polarización pudiera romperse al registrarse por primera vez una mayoría del electorado que elige la aparición de una nueva alternativa a las dos opciones dominantes: un triunfo de Cambiemos o un regreso del kirchnerismo”, destaca el informe. Según la encuesta, Macri (29,1%) y Cristina (27,6%) siguen siendo los dos candidatos con mayor intención de voto. Roberto Lavagna aparece como el mejor posicionado dentro de Alternativa Federal. Con un 13,1% casi duplica a Sergio Massa (6,7%) en una eventual primaria del frente, donde Juan Manuel Urtubey quedaría tercero con 2,8. Así, el espacio juntaría 22,5% de los votos.

Pero eso no es todo. Según un sondeo de la consultora Oh Panel, publicado el lunes por El Cronista, el ex ministro sería el único candidato opositor que le ganaría un ballotage al Presidente.

Pues bien, está claro que la figura de Lavagna creció en los últimos meses por la caída en la confianza que sufre el Gobierno y la ineficacia del peronismo para capitalizar ese desgaste. Pero su avance en las encuestas no es lo único que lo convierte en un candidato atractivo. Los politólogos coinciden a la hora de destacar sus fortalezas:

 Candidato transversal: es el único que arrastra votos de varias fuerzas políticas. Lo votan peronistas, radicales y votantes de Cambiemos que están decepcionados. Una rareza en tiempos de grietas mundiales.

Entiende de economía: fue el ministro que sacó a la Argentina de un escenario de endeudamiento crucial y de un callejón económico-financiero sin salida, similar al actual. Tiene un proyecto y un programa propio, con una visión desarrollista de la economía.

Edad para una transición: al peronismo le cierra que el economista que cumplirá 77 años en marzo sea una suerte de bombero que apague el incendio y se vaya a su casa. Les daría tiempo así a los caciques peronistas -que en octubre de 2017 perdieron en las elecciones legislativas locales- a concentrarse en el armado electoral en sus propios terruños, de cara al 2023.

Aprobación del mercado: es el único peronista que hoy inspira confianza en los mercados, pese a la cercanía y el aval que recibe de algunos dirigentes políticos y sindicalistas con la imagen por el piso.

Con todo, existe un riesgo que concentra todas las cavilaciones de Lavagna: que la grieta se lo trague. Estar en el medio en un escenario de tres tercios, con dos extremos tan pronunciados, como el pronosticado complica las chances de sobrevivir. Habrá que ver si Lavagna es capaz de romper esa dinámica de la polarización y generar la anti grieta con un proyecto de unidad nacional.

Publicado por El Cronista el 18/01/2019

Cambiemos mostró su carta de campaña: la seguridad

Cambiemos dio el primer golpe de campaña. En las primeras semanas de 2019, el Gobierno propuso la creación de un ejército de reservistas civiles, reincorporó a once policías exonerados, confirmó la compra de pistolas Taser para las fuerzas de seguridad, dispuso la deportación de mil extranjeros, acordó la extradición con Brasil y retomó el debate en torno a la ley de control de barrabravas y la baja de la edad de imputabilidad, para lo cual anticipó que recurrirá a la convocatoria a sesiones extraordinarias. Mientras la oposición insiste en priorizar la danza de candidaturas, el Gobierno no perdió tiempo: en apenas siete días, hizo sus primeros movimientos para instalar a la seguridad como principal tema de campaña.

La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, protagonizó todas las iniciativas, con excepción del proyecto de reservistas. No es casualidad que al mismo tiempo se analice como posible compañera de fórmula de Mauricio Macri.

La intención tiene lógica: la seguridad es, junto a la economía, una de las principales preocupaciones de la población. Una encuesta reciente deD’Alessio IROL –Berensztein muestra que 95% de los argentinos considera uno de los dos temas como la prioridad a resolver por el Gobierno Nacional que se desprenda de las próximas elecciones.

Pero a diferencia de la cuestión económica, en la cual el Gobierno tiene más errores que aciertos para mostrar, la seguridad es una temática que lo beneficia. En la misma encuesta de D’Alessio IROL – Berensztein, Cambiemos aparece ante los votantes como la fuerza que puede garantizar una mejora en la seguridad, aunque es superado por el kirchnerismo como opción para mejorar la coyuntura económica. La gestión del Gobierno en seguridad es mejor valorada que en economía y su imagen crece entre los y las votantes más preocupados por la inseguridad, según estudios de Synopsis y la Universidad de San Andrés. Iniciativas recientes del oficialismo como el nuevo protocolo para el uso de armas de fuego por parte de las fuerzas de seguridad recibieron un apoyo ampliamente mayoritario de seis de cada diez votantes, según sondeos de Poliarquía, Management & Fit y D’Alessio IROL Berensztein. Hablar de seguridad es moverse en el terreno donde Cambiemos tiene más para ganar.

La estrategia se destaca por su efectividad, no por su originalidad; es la base de cualquier campaña profesional. Lo explicaba en 1999 el consultor político norteamericano Dick Morris, en su libro “El Nuevo Príncipe”: “Manejar el diálogo de una campaña política es la tarea más importante que se plantea (…). La batalla para controlar una elección es una batalla entre los temas entre sí a fin de destacarse”. No se trata de decirle al electorado qué votar –cosa que intentarán todos los partidos– si no en base a qué deben decidir su voto.

“Cada lado tiene temas que le importan al público en los cuales probablemente haría el mejor trabajo. La clave es hacer que sus puntos fuertes sean más relevantes para los votantes que los de su oponente”, escribe Morris. En palabras del sociólogo argentino Manuel Mora y Araujo, la clave está en manejar “el poder de la conversación” sabiendo que al lograr esto, la balanza se inclinará a en favor propio.

Jaime Durán Barba también lo cree así. El consultor de Mauricio Macri conoció a los dos autores: fue alumno, discípulo y admirador de Manolo durante más de cuatro décadas, y colega, seguidor de la misma corriente profesional y competidor de Morris durante las últimas dos. “Es la estrategia, no la táctica, lo que gana elecciones.

La estrategia debe implicar un enfoque y un tema básico, que tomen en cuenta el estado de ánimo público, la debilidad del oponente y las propias fuerzas”, advierte Morris. “Una vez que se ha elegido el tema sobre el cual basará su campaña, nunca lo pierda de vista (…). La clave es machacar con el mensaje y el tema de la campaña y usar todo tema, acontecimiento, ataque y repudio para repetir la postura básica una y otra vez y no dejar que la táctica o los blancos de la oportunidad lo aparten de su mensaje”, recomienda.

Lo mejor que puede pasarle a Cambiemos en este escenario es que la oposición acepte estas reglas de juego e intente debatir el debate en torno a la seguridad para ganarle en ese terreno. Lo mejor que puede hacer la oposición es intentar la estrategia inversa a Cambiemos: correr de la agenda de campaña a la seguridad y desviar la atención hacia otro tema menos favorable al oficialismo, como la cuestión económica o la agenda del feminismo. De lo contrario, corre el riesgo de perder control de las elecciones mucho antes de la campaña oficial.

Publicado por El Economista el 18/01/2019

Lavagna recibió a Pichetto y, en silencio, continúa alimentando expectativas de una candidatura

Roberto Lavagna ya no solo le abre la puerta a los dirigentes de la oposición que se acercan a consultarlo por los avatares de la economía presente y futuros El exministro de Economía de Eduardo Duhalde y Néstor Kirchner se permite hablar con ellos de encuestas, construcciones políticas y candidaturas, al menos las ajenas. Y posa para las fotos con sus visitantes. El motor inmóvil de la oposición sigue dejando que otros hablen por él y se sirve de sus ecos. Pero ahora también se mueve y se muestra, en sandalias y con medias.

Esa fue la postal que dejó la visita que esta mañana hizo el senador nacional del PJ Miguel Ángel Pichetto, precandidato presidencial de Alternativa Federal, a la casa que Lavagna tiene en Cariló. La segunda en cuatro días, si se cuentan las imágenes que el economista compartió en el mismo lugar con el gobernador de Santa Fe, Miguel Lifschitz.

“Roberto es una figura presidencial, pero también es muy prudente y, eventualmente, él decidirá que camino seguir”, le dijo Pichetto a LA NACION, para destacar una coincidencia del café compartido con Lavagna: “Es fundamental que a partir de diciembre la Argentina tenga un gobierno de unidad nacional que reúna el aporte de todas las fuerzas democráticas. Quedó claro que las visiones sectarias le han hecho mucho daño al país”.

El viernes, Lifschitz había roto la inercia discursiva que siguió a los encuentros que Lavagna comparte desde hace años con gobernadores, sindicalistas, referentes opositores y empresarios. “Roberto estaría dispuesto a encarar un proyecto presidencial”, dijo el santafesino sin mayores tapujos.

Hasta ese entonces, y si se deja de lado el impulso que Duhalde viene dando a la postulación de Lavagna, la frase más arrojada había llegado de boca del gobernador sanjuanino, Sergio Uñac, que visitó al economista en diciembre. “Creo que si varios como yo nos juntamos y se lo proponemos, él podrá analizar ser candidato”, señaló.

¿Qué opinó en público Lavagna? Nada. Lo mismo que ayer, tras reunirse con Pichetto, y el viernes, tras conversar con Lifschitz. Igual que cuando semanas atrás recibió a referentes de la CGT, al gobernador salteño Juan Manuel Urtubey o al otro precandidato presidencial de Alternativa Federal, Sergio Massa, con quien habla seguido.

Para no censurar las expresiones públicas de sus invitados, o porque prefiere mantener viva la llama, el economista comenta entre los suyos que dichos como los de Lifschitz son “interpretaciones respetables” y que las peregrinaciones hacia su puerta, como otros movimientos en la oposición, responden a la idea de que un gobierno “de unión nacional” es “una necesidad a gritos después de ocho años de retroceso económico y social”, como define al último mandato de Cristina Kirchner y el de Mauricio Macri.

En su entorno más cercano son más tajantes. “Roberto no piensa ser candidato. Sigue sosteniendo, como hace tres años, que es tiempo de los jóvenes, que él está para ayudar. Escucha a todos los que lo visitan y les da consejos, pero a nadie le dice que va postularse o quiera hacerlo: eso sí, a todos les repite que hay que lograr la unidad”, enfatizan.

La visita de Pichetto a Lavagna no fue el primer encuentro entre ambos. De hecho, compartieron varios el año pasado. La diferencia es que ayer el rionegrino desembarcó con su equipo de comunicación y el bonaerense no tuvo reparos en posar para las cámaras. “Así como estaba”, bromeaban cerca del economista, a sabiendas que Lavagna presta poca atención a esos detalles.

El fenómeno del Lavagna como foco de atención opositor puede ser adjudicado tanto a la crisis económica que desde abril del año pasado le estalló al Gobierno como a la encuestadora D’Alessio IROL/Berenztein, que a mediados de 2018 reveló que el exministro aparecía como el dirigente -no en funciones- que mejor medía en el país. Al compás de los vaivenes financieros, Lavagna pasó de medir 47 puntos de imagen positiva en febrero a 55, en junio.

Cuando se dio a conocer esa encuesta se produjo el segundo fenómeno: inmediatamente después de que Lavagna se convirtió en un candidato posible para los encuestados, sus números dejaron de crecer y cayeron: en julio su imagen positiva bajó a 51 puntos.

“No hay que confundir imagen con intención de voto. Cuando uno se convierte en candidato debe empezar a dar respuestas, fijar posiciones”, resume Eduardo D’Alessio, presidente de la consultora. Le sucede cada año a las figuras con renombre fuera de la política que deciden postularse a un cargo.

Lavagna se maneja fuera de los márgenes de esas alquimias. “No le interesan, él sigue escuchando y dando consejos”, repiten a su lado. Pero ahora, también, se mueve.

Publicado por La Nación el 16/01/2019

¿Será Lavagna el candidato “tapado”?

Nadie puede asegurar hoy si el exministro de Economía Roberto Lavagna estará o no dispuesto a competir en el proceso rumbo a las elecciones presidenciales y convertirse en un “tapado”. Pero el simple hecho de que se lo mencione con tanta insistencia en las últimas horas y de que no pocos representantes del empresariado vean con buenos ojos su posible participación electoral da cuenta de una realidad: que hay una vasta porción de la ciudadanía que no se siente representada por Mauricio Macri , ni por Cristina Kirchner , ni por ninguno de los principales precandidatos del peronismo no kirchnerista.

La supuesta polarización del electorado entre Macri y Cristina Kirchner es por ahora una hipótesis de trabajo, que alientan tanto la Casa Rosada como los principales adláteres de la expresidenta de la Nación. La suma de la intención de voto entre ambas figuras solo arrastra por el momento al 60% del electorado o poco más. Quiere esto decir que alrededor del 40% de la ciudadanía no se ha subido a la teoría de que la única opción electoral está planteada entre el primer mandatario y su antecesora inmediata.

Este dato también da cuenta de la existencia de espacio para terceras alternativas. Por una cuestión de peso y de estructura territorial, sería la llamada Alternativa Federal, que reúne al peronismo no alineado detrás de Cristina Kirchner, el sector político llamado a ocupar ese lugar de tercera fuerza capaz de competir por un lugar en una hipotética segunda vuelta electoral.

La Alternativa Federal tiene a su favor el apoyo de referentes de 11 provincias, incluidos nueve gobernadores peronistas y los dirigentes Sergio Massa , de Buenos Aires, y Miguel Pichetto , de Río Negro.

Pero el grupo tiene dos cosas en contra: la primera es que la posibilidad de concurrir juntos o separados de Cristina Kirchner divide las opiniones entre sus dirigentes. La segunda es que ninguno de sus precandidatos presidenciales (Massa, Pichetto y Juan Manuel Urtubey ) ostenta una imagen positiva mayor que su imagen negativa, al tiempo que su intención de voto se ubica lejos de la que se les asigna a Macri y a la líder del kirchnerismo.

Es en este particular contexto que cobra importancia lo que pueda hacer Lavagna, una figura moderada con atributos personales que parecen otorgarle cierta competitividad electoral y que resulta atractiva tanto para hombres del peronismo como del radicalismo, al tiempo que, recientemente, recibió el apoyo explícito del gobernador de Santa Fe, el socialista Miguel Lifschitz . Este aseguró que Lavagna podría ser candidato si hay apoyo suficiente.

Una reciente encuesta de D’Alessio IROL y Berensztein ubicó a Lavagna como la figura política con mayor imagen positiva (52%), por encima de la gobernadora bonaerense, María Eugenia Vidal , que lo sigue con el 48%. Ese mismo relevamiento, efectuado en diciembre entre 1355 encuestados que forman parte de un panel online, situó al exministro de Economía con el mejor diferencial entre imagen positiva y negativa. Su balance es de 20 puntos, que resulta de la resta entre el 52% de imagen favorable y el 32% de percepción desfavorable.

Algo interesante de Lavagna, según el mismo sondeo, es que tiene imagen positiva entre el 48% de los votantes de Cambiemos y entre el 58% de los votantes del kirchnerista Frente para la Victoria en el último ballottage presidencial de 2015.

Otra encuesta, de la consultora Opinaia, también lo ubica como el dirigente con mayor imagen positiva (52%), aunque eleva su imagen negativa al 48%.

Las probabilidades de que Lavagna pueda ser candidato de la Alternativa Federal habrían aumentado en los últimos días. Anoche, en el programa Terapia de Noticias, el senador Pichetto lo calificó como “un gran candidato”.

Quienes lo conocen, sin embargo, señalan que difícilmente Lavagna acepte ser de la partida “si no le ponen la mesa servida”. Esto es, si no hay un amplio consenso en torno de su postulación que le evite tomar parte en una primaria abierta para definir la candidatura presidencial definitiva. Hay quienes piensan que su edad (el 24 de marzo cumplirá 77 años) podría ser un limitante para una eventual postulación y están quienes descreen que su buena imagen en la opinión pública se traduzca fácilmente en los votos necesarios para superar a Macri o a Cristina Kirchner.

En las elecciones presidenciales de 2007, que ganó Cristina Kirchner con algo más del 45% de los votos, Lavagna compitió con una alianza encabezada por la Unión Cívica Radical y terminó tercero, con el 16,9% de los sufragios, detrás de Elisa Carrió , que cosechó el 23%.

Independientemente de las chances reales de que Lavagna compita o no, el dato llamativo es que el redescubrimiento de este veterano dirigente que fue ministro de Eduardo Duhalde y de Néstor Kirchner es un síntoma más de la debilidad que exhiben los principales postulantes presidenciales en vísperas de los comicios de octubre.

Publicado por La Nación el 15/01/2019