Por el dólar, el “círculo rojo” improvisa tregua con Macri, pero desconfía del plan oficial para superar la crisis

En la intimidad del mundo corporativo resurgen quejas y reproches hacia equipo económico. Critican su falta de reacción al desbarajuste cambiario. Además, hay un grupo que considera que algunas de las últimas decisiones oficiales tendrán un impacto negativo. El martes se renuevan Lebac.

La corrida tomó desprevenido al “círculo rojo” y lo sumió en un clima de incertidumbre, como no se veía desde la crisis del 2008. El estado de alteración quedó reflejado en la maratón de reuniones y cumbres que encabezó el grupo selecto esta semana y que concluyó el viernes en Olivos, donde una decena de estos empresarios fueron recibidos por Mauricio Macri y parte de su gabinete.

En el último encuentro estuvieron Jaime Campos (Asociación Empresaria Argentina), Amancio Oneto (Molinos Rio de La Plata), Gerardo Díaz Beltrán (Came), Miguel Acevedo (UIA), Luis Betnaza (Techint), Eduardo Eurnekian (AA2000), Enrique Cristofani (Santander Río), Alfredo Coto (Coto), Eduardo Elzstain (IRSA), Cristiano Rattazzi (FCA) y Martín Migoya (Globant).

El motivo de la cita extraordinaria fue la necesidad del Presidente de trasmitirles tranquilidad, luego de la decisión de negociar un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional. Pero la convocatoria cursada por Macri también buscó mostrarlo rodeado de dirigentes poderosos -con varios de los que mantiene una tensión velada- y pedirles de nuevo que confiaran en el Gobierno.

El mismo día, el líder de Cambiemos había hecho algo similar con siete gobernadores, una cifra insuficiente si se quiere en el “poroteo” nacional, pero mejor que el apoyo mostrado inicialmente por sus interlocutores provinciales. La renovada preocupación oficial por tender puentes coincide con la avanzada opositora contra la suba de tarifas, medida que provocó a la vez cortocircuitos con Elisa Carrió y la UCR.

En las más altas esferas del empresariado, hay un consenso implícito de evitar que la crisis se traslade al terreno político y cierta sensación sobre la conveniencia de una “tregua” con el oficialismo. Con esa preocupación, buena parte de los hombres de negocios salieron a respaldar la decisión de negociar un crédito con el FMI, cuyos detalles se desconocen aún, pero que según analistas alcanzaría los u$s30.000 millones.

“La economía muestra una buena y positiva situación, por lo que ratificamos las medidas que está implementando al presente el Gobierno nacional”, dijo Eurnekian. Menos entusiasta fue la declaración reciente del Grupo de los Seis, que se limitó a señalar que el equipo económico “cuenta con los instrumentos” para generar previsibilidad. El espacio está integrado por la UIA, la Cámara de Comercio, Construcción, la Bolsa de Comercio, la Sociedad Rural y la Asociación de Bancos Argentinos (Adeba).

El repentino giro hacia el Fondo del ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, quien en 2016 rechazaba volver al organismo, se sumó así al paquete anunciado el viernes previo, por el que se subió la tasa al 40%, se disminuyó la posición neta en dólares de los bancos y se ordenó recortar la obra pública en $30.000 millones.

Con esos instrumentos y las reservas, se intenta frenar la divisa, aunque sin resultados: la última semana siguió en alza y cerró en $23,70. Igual de fluctuantes, en la intimidad del mundo corporativo resurgen quejas y reproches al equipo económico. En primer lugar, por su incapacidad de reacción al desbarajuste cambiario.

Pero sobre todo, se nota el descontento de aquellos que se ven perjudicados por las últimas decisiones oficiales, que según prevén tendrán un impacto negativo en la inflación, el consumo y la actividad.

Una prueba de fuego.
La sensación predominante es que primero hay que “pasar la tormenta”. La prueba de fuego para el Banco Central llegará este martes, cuando vencen Lebac por unos $640.000 millones. El JP Morgan advirtió que “una falla en la renovación de las acciones de Lebacs en proceso de vencimiento generaría una oferta por desorden sobre el dólar y una salida de capital renovada”.

En el sector financiero, también están expectantes por conocer el volumen del préstamo que negocia la Argentina con el FMI y las condicionalidades que se espera imponga el organismo. “No vemos una situación grave, algunos se quejan de las tasas pero primero hay que resolver esto”, dijo a iProfesional la mano derecha de un banquero privado al salir de un evento privado.

En la mesa de dinero de otra entidad comparten el “cambio de estrategia” adoptado por el equipo económico de Cambiemos para tratar de frenar la sangría de reservas que provocó un “desbalanceo cambiario”.

La lectura optimista es que “el Banco Central volvió a tomar el timón” al elevar el 4 de mayo pasado en 1.275 puntos la tasa y dejar atrás el 28D. El relajamiento de las metas de inflación a fines de diciembre fue leído por la banca como la victoria del ala política del gabinete sobre el el titular de la autoridad monetaria, Federico Sturzenegger, quien redujo entonces la tasa al 27%, decisión que según los analistas financieros terminó por desembocar en una suba del dólar.

En la city financiera creen que hay una “migración hacia el dólar” motorizada por la devaluación de las monedas, el encarecimiento del financiamiento para la Argentina, el impuesto anunciado a la renta financiera y la falta de oferta de divisas del sector privado por la retención de liquidación de exportaciones de granos. Pero también responsabilizan al BCRA.

“Está tomando medidas con agresividad, pero no todas fueron bienvenidas”, admitieron en un banco privado. Los analistas cuestionan la demora en reaccionar y la eficacia de incrementar las tasas a niveles récord. Pero tampoco ven con buenos ojos la orden dada a los bancos de reducir del 30 al 10% su posición general neta en dólares.

“Ellos quieren que se pesifique el mercado, pero si buscaban forzar a los bancos a vender divisas en el spot o futuros, no fue efectivo”, explicó un operador. Desde la entidad aseguran que el sector público es el que posee una mayor tenencia de dólares, entre ellos el Banco Nación. Otra lectura posible es que el “mensaje” apuntó a evitar una recompra de dólares de los privados, antes que a un desprendimiento de moneda extranjera. Sería una manera de inducirlos a absorver Lebac este martes.

Interna empresaria
Con el pasar de los días, el temor a un agravamiento de la corrida terminó por unificar o al menos dejó en segundo plano la internaentre un sector de empresarios que salió a respaldar sin fisuras al Gobierno frente a la embestida opositora para frenar la suba de tarifas y, por otra parte, un arco heterogéneo de industriales, el campo y el comercio, molestos por los aumentos en las boletas y el impacto de las últimas medidas sobre la economía.

Con familiares de funcionarios en su seno, la Cámara de Comercio mantiene un apoyo cerrado al Gobierno. En sus comunicados dejó en claro que las decisiones oficiales apuntan a “fortalecer las finanzas de la economía a fin de darle mayor certidumbre y estabilidad a nuestro país en un contexto externo más adverso y volátil”.

Asimismo, respaldaron la iniciativa de lograr el apoyo financiero del FMI “de manera preventiva”, ya que de ese modo -sostienen- la tasa de interés sería “significativamente menor” a la que podría ofrecer el mercado de capitales.

En tanto, el comité ejecutivo de la UIA decidió llevar calma con la difusión de un comunicado el martes pasado de tono neutral en el que se aseguró que “las áreas responsables de la política económica (BCRA, Ministerio de Hacienda y Ministerio de Finanzas, entre otros) cuentan con los instrumentos y los activos necesarios para brindar previsibilidad cambiaria y financiera de largo plazo.

“No estamos en el 2001, la idea es esperar que pase todo esto para volver al rumbo productivo”, tradujo José Urtubey a iProfesional. De ese modo, los industriales optaron por la prudencia después de debatir durante tres horas si publicar o no un comunicado. Dentro de la central fabril persisten diferencias entre los “optimistas y pesimistas” sobre la política económica. Mientras los sectores exportadores piden paciencia, las industrias ligadas al mercado interno reclaman una reacción urgente.

La UIA quedó envuelta en un conflicto semanas atrás, cuando apareció acompañando como parte del Foro Convergencia el rechazo del Gobierno a bajar las tarifas. “Hay un quilombo tremendo en UIA con las tarifas porque el 98% son Pymes y muchos quedan fuera de mercado con los aumentos”, reconoció el directivo de una alimenticia de primer nivel.

En algunos sectores empresarios, ven que el aumento de las tasas y el recorte a la obra enfriará aún más la economía, mientras que el esquema de tarifas llevaría la inflación a entre el 23 y 25%. La preocupación es compartida por industriales, la Cámara de la Construcción e incluso inversores que esperaban un despegue de la actividad en el segundo semestre.

“Seguimos sin tener un programa industrial, el tema es cómo generás dólares genuinos”, dijo a este medio Silvio Zursolo, directivo de la cámara de industriales bonaerenses ADIBA y miembro del comité de la UIA.

Por lo pronto, el Gobierno enfrentará mayores dificultades para cubrir sus pasivos. Con una menor perspectiva de producción, inversión y exportaciones, la economía no generará los recursos suficientes para reducir el rojo provocado por la salida de dólares vía importaciones (entre ellas las de combustibles) y turismo.

La balanza comercial acumuló en el primer trimestre del año un saldo negativo de u$s2.494 millones, más del doble que los u$s1.177 millones del año pasado. Sin una fuente propia de dólares y la toma de nueva deuda, los intereses seguirán en ascenso.

En ese contexto, los economistas ya hablan de los “ganadores y perdedores” del plan de emergencia que según Macri busca preservar la estabilidad financiera y el “gradualismo”. “En la foto, los sectores exportadores se benefician por el tipo de cambio, y se perjudican los que venden al mercado interno y se financian en el mercado local en pesos, al igual que los asalariados”, explicó a este medio Marina Dal Pogetto, directora de EcoGo.

Entre los ganadores figuran los fondos especulativos que desarmaron posiciones en pesos e iniciaron la corrida a favor del dólar. Pero también, el complejo cerealero que aporta el 44% de las exportaciones argentinas y se beneficia de la devaluación, que desde diciembre ya acumula un 25%. Lo mismo ocurre con los productoresque retienen granos.

En los primeros cuatro meses, el polo agroexportador liquidó u$s6.000 millones, pero las autoridades esperaban un mayor volumen. Si bien la sequía en el campo redujo el nivel de cosecha previsto y las lluvias en los últimos 15 días dificultaron la llegada de camiones a los puertos, los operadores admiten que “es un momento complejo para liquidar porque cada sector especula”.

Contra ellos se despachó Carrió, sorprendida por la reacción del sector que se ve también beneficiado por la baja gradual de retenciones. “Nosotros acompañamos al campo en los momentos difíciles, bajamos las retenciones, la sociedad acompañó… ahora les digo a ellos: Hagan patria, no retengan la soja, empiezen a liquidar para que ingresen divisas”, rogó la diputada días atrás.

Incertidumbre política
Una de las cuestionas que genera desconcierto en el “círculo rojo” es la capacidad política del Gobierno para encauzar su programa económico, cuestionado desde dentro de la alianza oficialista como desde la oposición y una parte del empresariado. Los ejecutivos siguen de cerca las encuestas que muestran una menor simpatía de la ciudadanía por Cambiemos.

“La confianza se derrumbó como un castillo de naipes”, explicó uno de los principales miembros de la UIA. Según un estudio de la consultora Analogías realizado el 6 y 7 de mayo en la provincia de Buenos Aires, la desaprobación del Gobierno alcanza el 60,1%, un aumento de 8,1 puntos desde abril, mientras que la imagen positiva descendió 20 puntos desde las elecciones legislativas de octubre pasado.

La caída en la valoración positiva del desempeño presidencial se extendió incluso a la percepción sobre la gobernadora María Eugenia Vidal, que hasta ahora se mantenía indemne. En tanto, el paquete de medidas contra la corrida recibió un rechazo mayoritario entre los bonaerenses, del 67% y se impone incluso en segmentos que simpatizan moderadamente con el macrismo.

Ahora, se espera que el regreso al tutelaje del FMI impacte aún más en la imagen de Macri. Un relevamiento realizado a inicios de este mes por las consultoras D´Alessio IROL y Berensztein, reveló que el 75% de los encuestados considera “inadecuado” pedir ayuda al organismo internacional.

Al igual que el sondeo de Analogías, el rechazo no solo proviene de quienes votaron a la oposición sino también de los votantes de Cambiemos, en el cual llega al 58%. Los empresarios tomaron nota del escenario político más adverso. Si bien aseguran que no hay una oposición que capitalice la pérdida de apoyo del Gobierno, creen que el peronismo está en condiciones de especular con dar la pelea en un eventual ballotage.

Un alto ejecutivo de la Cámara de Empresas Alimenticias (Copal) vinculó los nuevos vientos con la caída de las expectativas económicas de la gente. En la entidad ya aseguran que el primer trimestre fue “malo para el consumo” y que, si bien prevén nuevos aumentos de precios en los próximos 15 días, aseguran que el traslado de mayores costos por los insumos dolarizados tiene un límite.

El consumo masivo cerró el primer trimestre del año con una caída del 1% frente al mismo período del año pasado, según la consultora Kantar Worldpanel. Salvo dos sectores (bebidas y alimentos secos), el resto de los rubros (lácteos, congelados, infusiones, cuidado personal y cuidado de higiene) registraron caídas de hasta el 9%.

Según datos de la Copal a los que accedió iProfesional, la manteca cayó 6%, quesos 5,7%, yogures 5% y pastas frescas 4,5%. La caída de las ventas se sintió hasta en el papel higíenico, que registró una baja del 5%. La menor demanda coincide con un nuevo retroceso en la percepción sobre la situación económica futura y un deterioro en las percepciones sobre el momento para la compra de bienes durables. Según un estudio de Kantar TNS, un 53% dice no tener el dinero para vivir según las necesidades y expectativas para su propia vida.

“Esta situación se acentúa principalmente en los niveles socioeconómicos medio bajos y bajos y, en el Gran Buenos Aires, dato que marca una disminución del poder adquisitivo respecto a los últimos dos años”, explicó Mercedes Ruiz Barrio, Investigadora Senior de la consultora.

 

Publicado en IProfesional el 14/05/2018

Efecto FMI: vuelve a caer la imagen de Macri en las encuestas

Así lo marcan siete trabajos a los que accedió Clarín. El peso de la herencia K, también en baja.

Por Eduardo Paladini para Clarín

Si, como dicen en su entorno, Mauricio Macri está dispuesto a pagar un alto costo político por su decisión de volver al Fondo Monetario Internacional (FMI) para frenar la corrida cambiaria, el Presidente debe ser advertido: según las últimas encuestas, parte de ese capital personal ya lo estaría perdiendo. Así lo muestran al menos siete encuestas a las que accedió Clarín en los últimos días. Se trata, en realidad, de la profundización de una caída que arrancó en diciembre, con la aprobación de la reforma previsional. La incógnita ahora, paradójicamente, es inversa a la del dólar: aquí no se duda del techo sino del piso.

Los sondeos son de Management & Fit (exclusivo para este diario), Synopsis, D’Alessio-Irol/Berensztein, Taquion/Trespuntozero, Gustavo Córdoba & Asociados, Analogías y CIGP. En el Gobierno dijeron no tener mediciones para difundir.

La mayoría trabaja dos ejes: la negociación con el Fondo y las miradas sobre Macri y el Gobierno. Los números, en general, no traen buenas noticias para el oficialismo. A la mencionada caída en la imagen presidencial, se suman opiniones más negativas que positivas respecto a las últimas decisiones económicas. En realidad, son todas cifras que se alimentan mutuamente.

Las encuestas, además, traen una confirmación y una novedad: por un lado, como adelantó Clarín, se ratifica que el escenario actual también pega en la ponderación de la gobernadora María Eugenia Vidal;por el otro, cuando Macri ya transcurrió más de la mitad de su mandato, pareciera empezar a diluirse en la gente la idea la herencia K. Esto eso, que todos los males actuales tienen raíz en los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner.

Management & Fit

La consultora que hace en exclusiva para Clarín una encuesta nacional sobre la gestión de Macri muestra esta semana un fenómeno inédito: cayeron todas las variables que pondera y que forman el llamado Indice de Optimismo, dividido a su vez en la mirada económica y política de la administración.

Synopsis

Esta firma, una de las que mejor pronosticó la elección de 2017, terminó el fin de semana su última medición nacional. Allí aparece una fuerte caída en las expectativas económicas y el desacuerdo con la decisión de ir al FMI casi que duplica a los que avalan esa jugada. Además, es una de las mediciones que muestra un cambio en la grieta: un 45,2% cree que Macri “tiene más responsabilidad de la situación económica actual” contra un 42,6% que apunta a CFK.

D’Alessio IROL-Berensztein

Fue de las primeras en difundir un trabajo sobre la negociación con el Fondo. Y es la que exhibe el mayor nivel de desacuerdo con la decisión (a sólo un 2% le parece “Adecuado” solicitar ayuda al organismo). También abona la teoría del menor impacto de la herencia: un 50% responsabiliza “al Gobierno actual” por la situación económica contra 39% del “Gobierno anterior”.

Taquion/Trespuntozero

También trae datos preocupantes para el oficialismo. Pregunta directamente: ¿el anuncio sobre el FMI hizo que cambiara la imagen que usted tenía del Gobierno? Gana el 47,9%, que dice que “sí, para peor”.

Gustavo Córdoba & Asociados

Otro sondeo nacional que hace un recorrido de la caída de la imagen del Gobierno y advierte que “desde diciembre, cayó 25 puntos la aprobación” de la gestión de Macri.

Analogías

La firma que conduce un ex funcionario K hizo un relevamiento bonaerense y alerta sobre la desconfianza en el Gobierno: más del 50% “no” cree que logrará parar la corrida cambiaria.

CIGP

Una de las firmas más chicas; su trabajo se circunscribe a las dos Buenos Aires. Afirma que más de la mitad está en desacuerdo con negociar con el FMI.

 

Publicado en Radio Mitre el 14/05/2018

Veto al acuerdo con el FMI: los argentinos le bajan el pulgar a Macri

El apoyo al Presidente sigue en caída y se profundiza por la reciente negociación con el Fondo Internacional.

La vuelta de la Argentina al FMI y la inestabilidad económica por la volatilidad del dólar que vivió nuestro país en los últimos días impactó directamente en el respaldo a la gestión del presidente Mauricio Macri. Así lo revelaron los últimos sondeos de Management & Fit, Synopsis,D’Alessio-Irol/Berensztein, Taquion/Trespuntozero, Gustavo Córdoba & Asociados, Analogías y CIGP.

De acuerdo a las encuestas, publicadas por el diario Clarín, también empieza a diluirse en la gente la idea la “pesada herencia K”, que todos los males actuales provenían de los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner.

El estudio de la consultora Management & Fit muestra un fenómeno inédito esta semana porque cayeron todas las variables que pondera, y Synopsis aseguró en su última medición nacional que hay una fuerte baja en las expectativas económicas al tiempo que el desacuerdo con la decisión de ir al FMI casi duplica a los que están de acuerdo. Un 45,2% cree que Macri “tiene más responsabilidad de la situación económica actual” contra un 42,6% que apunta a Cristina Kirchner.

Por su parte, la firma D’Alessio IROL-Berensztein mostró el mayor nivel de desacuerdo con la decisión en los resultados de las encuestas. Sólo un 2% le parece “adecuado” solicitar ayuda al organismo. También registró un menor impacto de la herencia: un 50% responsabiliza “al Gobierno actual” por la situación económica contra 39% del “Gobierno anterior”.

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Taquion/Trespuntozero, preguntó si el anuncio sobre el FMI hizo que cambiara la imagen que usted tenía del Gobierno, y un el 47,9% respondió: “sí, para peor”.

El sondeo nacional de Gustavo Córdoba & Asociados advierte que “desde diciembre, cayó 25 puntos la aprobación” de Macri, y Analogías alerta sobre la desconfianza de los bonaerenses en el Gobierno: más del 50% “no” cree que logrará parar la corrida cambiaria. CIGP, afirma que más de la mitad de la población de Buenos Aires está en desacuerdo con negociar con el FMI.

 

Publicado en Minuto Uno el 14/05/2018

Efecto FMI: vuelve a caer la imagen de Macri en las encuestas

Así lo marcan siete trabajos a los que accedió Clarín. El peso de la herencia K, también en baja.

Si, como dicen en su entorno, Mauricio Macri está dispuesto a pagar un alto costo político por su decisión de volver al Fondo Monetario Internacional (FMI) para frenar la corrida cambiaria, el Presidente debe ser advertido: según las últimas encuestas, parte de ese capital personal ya lo estaría perdiendo. Así lo muestran al menos siete encuestas a las que accedió Clarín en los últimos días. Se trata, en realidad, de la profundización de una caída que arrancó en diciembre, con la aprobación de la reforma previsional. La incógnita ahora, paradójicamente, es inversa a la del dólar: aquí no se duda del techo sino del piso.

Los sondeos son de Management & Fit (exclusivo para este diario), Synopsis, D’Alessio-Irol/Berensztein, Taquion/Trespuntozero, Gustavo Córdoba & Asociados, Analogías y CIGP. En el Gobierno dijeron no tener mediciones para difundir.

La mayoría trabaja dos ejes: la negociación con el Fondo y las miradas sobre Macri y el Gobierno. Los números, en general, no traen buenas noticias para el oficialismo. A la mencionada caída en la imagen presidencial, se suman opiniones más negativas que positivas respecto a las últimas decisiones económicas. En realidad, son todas cifras que se alimentan mutuamente.

Las encuestas, además, traen una confirmación y una novedad: por un lado, como adelantó Clarín, se ratifica que el escenario actual también pega en la ponderación de la gobernadora María Eugenia Vidal;por el otro, cuando Macri ya transcurrió más de la mitad de su mandato, pareciera empezar a diluirse en la gente la idea la herencia K. Esto eso, que todos los males actuales tienen raíz en los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner.

Management & Fit, la consultora que hace en exclusiva para Clarín una encuesta nacional sobre la gestión de Macri muestra esta semana un fenómeno inédito: cayeron todas las variables que pondera y que forman el llamado Indice de Optimismo, dividido a su vez en la mirada económica y política de la administración.

Synopsis, una de las que mejor pronosticó la elección de 2017, terminó el fin de semana su última medición nacional. Allí aparece una fuerte caída en las expectativas económicas y el desacuerdo con la decisión de ir al FMI casi que duplica a los que avalan esa jugada. Además, es una de las mediciones que muestra un cambio en la grieta: un 45,2% cree que Macri “tiene más responsabilidad de la situación económica actual” contra un 42,6% que apunta a CFK.

D’Alessio IROL-Berensztein fue de las primeras en difundir un trabajo sobre la negociación con el Fondo. Y es la que exhibe el mayor nivel de desacuerdo con la decisión (a sólo un 2% le parece “Adecuado” solicitar ayuda al organismo). También abona la teoría del menor impacto de la herencia: un 50% responsabiliza “al Gobierno actual” por la situación económica contra 39% del “Gobierno anterior”.

2”.

 

Taquion/Trespuntozero también trae datos preocupantes para el oficialismo. Pregunta directamente: ¿el anuncio sobre el FMI hizo que cambiara la imagen que usted tenía del Gobierno? Gana el 47,9%, que dice que “sí, para peor”.

Gustavo Córdoba & Asociados, otro sondeo nacional que hace un recorrido de la caída de la imagen del Gobierno y advierte que “desde diciembre, cayó 25 puntos la aprobación” de la gestión de Macri.

Analogías, la firma que conduce un ex funcionario K hizo un relevamiento bonaerense y alerta sobre la desconfianza en el Gobierno: más del 50% “no” cree que logrará parar la corrida cambiaria.

CIGP, una de las firmas más chicas; su trabajo se circunscribe a las dos Buenos Aires. Afirma que más de la mitad está en desacuerdo con negociar con el FMI.

 

Publicado en Tiempo de San Juan el 13/05/2018

Prevén una mayor caída en la imagen de Mauricio Macri

La desaprobación llegó a su pico por las tarifas y el dólar. Ahora, analistas estiman que seguirá en picada. En la Rosada trabajan para recuperar confianza.

En el Gobierno buscan darse ánimo, pero la realidad es que hay mucha preocupación. “Hay una caída esperable, sobre todo por las tarifas”, reconocen, y ya trabajan para resolverlo.

La mini-125 del gobierno llegó a las encuestas. Incluso antes de ordenar un acuerdo a las apuradas con el (antipático) FMI, la imagen de Mauricio Macri había alcanzado su piso desde diciembre de 2015. Y los consultores no pronostican una mejoría, al menos en el corto plazo.

La reforma jubilatoria (un ajuste, en los hechos inmediatos), más los tarifazos, la corrida cambiaria y el nivel de inflación (superior al 15% previsto) potenciaron la desaprobación al Presidente. Y ahora, en la semana en la que comenzó la negociación con el FMI, la imagen de Macri parece seguir su ritmo descendente.

Desde las elecciones de octubre de 2017, la caída promedia casi 20 puntos, según un combo de encuestas recientes. El Gobierno afirma que el descenso es mucho menor, pero se resiste a mostrar encuestas propias (en general encargadas a Isonomía). Y, a su vez, celebra la ausencia de referentes opositores que capitalicen su mal momento.

Al final de la semana más difícil para el ciclo cambiemita, un grupo heterogéneo de analistas coincide en que se abrió un escenario político riesgoso para el macrismo, al margen de los problemas económicos y financieros. Una etapa en la que el oficialismo deberá mostrar cintura y audacia para restituir la confianza perdida. Con un detalle en su contra: tras el triunfo de las legislativas, el recurso de la polarización con el kirchnerismo quedó bastante diluido.

 “El rey está desnudo. Estamos ante un punto de inflexión, aunque no conocemos la resolución final. Yo veo un problema de comunicación: primero anuncian que recurrimos al Fondo, y después nos explican que no es grave”, opina el consultor Eduardo D’Alessio.

Según una encuesta reciente de D’Alessio IROL/Berensztein (hecha online sobre 1077 casos), un 75% consideró “inadecuado” pedir ayuda al FMI, mientras que un 18% lo interpretó “adecuado, pero resistido”, y sólo el 2% como “adecuado”, según Perfil.

Pese al optimismo habitual de los voceros oficiales, en Casa Rosada admiten la dificultad de presentar como favorable una negociación urgente con el Fondo. “Comunicar que se vuelve al FMI es una confesión de fracaso. Hay pocos consensos tan amplios como el rechazo al Fondo”, asegura el director de Ibarómetro, Ignacio Ramírez. Y agrega que “la marca Cambiemos envejeció demasiado rápido, sin una belle epoque que lo sostuviera en las malas”.

En un estudio cerrado el 3 de mayo pasado, la consultora Management & Fit concluyó que Macri atraviesa su peor imagen en casi dos años y medio: un 54,9% de rechazo a la performance presidencial, contra un 35,1% de aprobación.

La encuesta, hecha a pedido de Clarín, se realizó durante una de las últimas escaladas del dólar. “La macroeconomía aguanta. El desafío del Gobierno es generar confianza. Y en estos días no lo logró: se lo vio nervioso”, señaló la directora de M&F, Mariel Fornoni.

El consultor Hugo Haime no percibe demasiados matices: “En Argentina cuando se te escapa el dólar y tenés que ir al FMI, eso se llama crisis político económica”.

Según una encuesta que terminó a fines de abril, Macri llegó a un récord negativo de 64% de desaprobación. O sea, 17 puntos menos que en septiembre pasado. “Este es un gobierno de expectativas. Y ahora se derrumbaron: pasaron de positivas a negativas”, resume el experimentado Haime.

Su colega Jorge Giacobbe señala a Cambiemos “desconcertado”. A punto de terminar una medición de 2500 casos telefónicos (previa al inicio de las negociaciones con el FMI), Giacobbe anticipa una imagen negativa del 48% para Macri.

Para Analogías, Macri también está en su piso histórico. Un estudio telefónico sobre 2820 bonaerenses (el 6 y 7 de mayo), reveló un rechazo del 60,1%, unos 20 puntos más que en octubre pasado. De acuerdo a Gustavo Córdoba y asociados, Macri perdió 7,4% de imagen positiva sólo en mayo.

Más agorero aún, el sociólogo Artemio López cree que existe un”temblor estructural”. Y suma un agravante: “El FMI restringirá la vía de la heterodoxia que había ensayado el oficialismo en 2017”. En la Rosada, en cambio, tratan de darse ánimo: “Hay una caída esperable, sobre todo por las tarifas. Pero no es terrible”, promete un asesor presidencial.

 

Publicado en IProfesional el 13/05/2018

Consumidor con otra visión, pero hipersensible y malhumorado

La suba de tarifas y el retraso salarial ante la inflación impactan en la demanda masiva. Los hogares se cuidan en el gasto, y los que pueden, ahorran.

El mercado está frente a un consumidor hipersensible a las sacudidas del dólar y de la inflación, y con malhumor por el aumento de las tarifas y el retraso salarial. Pero es diferente al perfil del consumidor promedio con el que interactuó hasta 2015. El actual no gasta todo sus ingresos, compra menos ropa, va al shopping a comer más que a adquirir productos, apuesta a la vivienda con créditos hipotecarios y prioriza el turismo, las salidas y las experiencias.

Así lo destacan consultores especializados en consumo, para quienes este el cambio ha llegado para quedarse, según La Voz. Hasta 2015, el consumidor destinó la mayor parte de su ingreso a consumo porque no tenía demasiadas opciones. La inflación y luego el cepo conspiraron contra el ahorro. A partir de 2016 empezó a captar las dificultades del nuevo escenario, pero creyó ver alguna recuperación en un horizonte cercano.

Según la encuesta nacional de Humor Social y Político de D’Alessio Irol y Berensztein, hasta el año pasado más del 50% de los consultados consideró que la situación económica del país era peor comparada con 2016, pero un porcentaje similar confiaba en que mejoraría al año siguiente.

En 2018 esto cambió. Esa mayoría sigue considerando que la economía está peor comparada con 2017, pero entre enero y abril casi la mitad cree que no mejorará. “Se perdió la euforia sobre el futuro. Esto no quiere decir estar en bancarrota. Muestra que está molesto”, asegura Eduardo D’Alessio, uno de los responsables de la encuesta.

Según el estudio, en abril los temas económicos más preocupantes fueron la inflación, el aumento de la luz y el gas, y la alta presión impositiva.

“La inflación es el gran generador de molestia. Pero las tarifas sumaron otro problema. Mientras fueron baratas, la clase media envió a sus hijos a un colegio privado o compró tecnología en cuotas. Ahora tiene que pagar más por los servicios y no tiene un horizonte claro de hasta cuándo van a seguir aumentando”, explica D’Alessio.

Por segmentos, el mercado de consumo masivo cayó 1% en 2017 y otro 1% en el primer trimestre de este año, según la consultora Kantar Worldpanel. Pero no fue igual en todos los niveles socioeconómicos. El sector bajo inferior aumentó 3% en 2017 (tras la baja de ocho por ciento en 2016) y otro 1% entre enero y marzo pasados. Se benefició con el crecimiento de la construcción, la creación de empleo informal y los reajustes en los planes sociales.

 

Publicado en IProfesional el 13/05/2018

La imagen presidencial, al fondo.

Los encuestadores coinciden en que tras el diálogo con el FMI aumentó la desaprobación social sobre Macri, en un pico de negatividad desde que llegó a la Casa Rosada.

EFECTO NEGOCIACION CON EL FMI. Preveen mayor caída en la imagen de Macri. La desaprobación había llegado a su pico máximo por las tarifas y el dólar. Y ahora los analistas estiman que seguirá en picada. En la Rosada trabajan para recuperar la confianza.

La mini-125 del gobierno llegó a las encuestas. Incluso antes de ordenar un acuerdo a las apuradas con el (antipático) FMI, la imagen de Mauricio Macri había alcanzado su piso desde diciembre de 2015. Y los consultores no pronostican una mejoría, al menos en el corto plazo. La reforma jubilatoria (un ajuste, en los hechos inmediatos), más los tarifazos, la corrida cambiaría y el nivel de inflación (superior al 15% previsto) potenciaron la desaprobación al Presidente. Y ahora, en la semana en la que comenzó la negociación con el FMI, la imagen de Macri parece seguir su ritmo descendente.

Desde las elecciones de octubre de 2017, la caída promedia casi 20 puntos, según un combo de encuestas recientes. El Gobierno afirma que el descenso es mucho menor, pero se resiste a mostrar encuestas propias (en general encargadas a Isonomía). Y, a su vez, celebra la ausencia de referentes opositores que capitalicen su mal momento.

Al final de la semana más difícil para el ciclo cambiemita, un grupo heterogéneo de analistas coincide en que se abrió un escenario político riesgoso para el macrismo, al margen de los problemas económicos y financieros. Una etapa en la que el oficialismo deberá mostrar cintura y audacia para restituir la confianza perdida. Con un detalle en su contra: tras el triunfo de las legislativas, el recurso de la polarización con el kirchnerismo quedó bastante diluido. Panorama duro. `El rey está desnudo. Estamos ante un punto de inflexión, aunque no conocemos la resolución final. Yo veo un problema de comunicación: primero anuncian que recurrimos al Fondo, y después nos explican que no es grave`, opina el consultor Eduardo D´Alessio. Según una encuesta reciente de D´Alessio IROL/Berensztein (hecha online sobre 1077 casos), un 75% consideró `inadecuado` pedir ayuda al FMI, mientras que un 18% lo interpretó `adecuado, pero resistido`, y sólo el 2% como `adecuado`.

Pese al optimismo habitual de los voceros oficiales, en Casa Rosada admiten la dificultad de presentar como favorable una negociación urgente con el Fondo. `Comunicar que se vuelve al FMI es una confesión de fracaso. Hay pocos consensos tan amplios como el rechazo al Fondo`, asegura el director de Ibarómetro, Ignacio Ramírez. Y agrega que `la marca Cambiemos envejeció demasiado rápido, sin una belle epoque que lo sostuviera en las malas`.

En un estudio cerrado el 3 de mayo pasado, la consultora Management & Fit concluyó que Macri atraviesa su peor imagen en casi dos años y medio: un 54,9% de rechazo a la performance presidencial, contra un 35,1% de aprobación. La encuesta, hecha a pedido de Clarín, se realizó durante una de las últimas escaladas del dólar. `La macroeconomía aguanta. El desafío del Gobierno es generar confianza. Y en estos días no lo logró: se lo vio nervioso`, señaló a PERFIL la directora de M&F, Mariel Fornoni.

El consultor Hugo Haime no percibe demasiados matices: `En Argentina cuando se te escapa el dólar y tenés que ir al FMI, eso se llama crisis político económica`. Según una encuesta que terminó a fines de abril, Macri llegó a un récord negativo de 64% de desaprobación. O sea, 17 puntos menos que en septiembre pasado. `Este es un gobierno de expectativas. Y ahora se derrumbaron: pasaron de positivas a negativas`, resume el experimentado Haime.

Su colega Jorge Giacobbe señala a Cambiemos `desconcertado`. A punto de terminar una medición de 2500 casos telefónicos (previa al inicio de las negociaciones con el FMI), Giacobbe anticipa una imagen negativa del 48% para Macri.

Para Analogías, Macri también está en su piso histórico. Un estudio telefónico sobre 2820 bonaerenses (el 6 y 7 de mayo), reveló un rechazo del 60,1%, unos 20 puntos más que en octubre pasado. De acuerdo a Gustavo Córdoba y asociados, Macri perdió 7,4% de imagen positiva sólo en mayo. Más agorero aún, el sociólogo Artemio López cree que existe un `temblor estructural`. Y suma un agravante: `El FMI restringirá la vía de la heterodoxia que había ensayado el oficialismo en 2017`.

En la Rosada, en cambio, tratan de darse ánimo: `Hay una caída esperable, sobre todo por las tarifas. Pero no es terrible`, promete un asesor presidencial.

`El desafio del Gobierno es generar confianza. En estos días se lo vio nervioso (Fomoni) `Anuncian que recurrimos al FMI, y luego explican que no es grave` (D´Alessio).

EN BAJA. 54,9 por ciento de rechazo tenía a principios de mayo la imagen presidencial, según Management & Fit. 48 por ciento de imagen negativa de Macri arrojó la última medición de Giacobbe y Asociados.

PREOCUPADOS. En el Gobierno buscan darse ánimo: `Hay una caída esperable, sobre todo por las tarifas`.

 

Publicado en Perfil el 13/05/2018

Monitor de Humor Social y Político – Enero

EL GOBIERNO NO LOGRA REMONTAR AÚN LA CAÍDA DE DICIEMBRE

-El 2018 comienza con cierto grado de incertidumbre, asociado a los rezagos del convulsionado mes de diciembre. Los ciudadanos están alertas a cómo evolucionarán temas sensibles como la inflación, el empleo y el tipo de cambio.

-Los dirigentes del oficialismo siguen liderando el ranking de imagen positiva, pese a que todavía no retornaron a los valores de noviembre cuando predominaba el optimismo post-electoral.

-La oposición no consigue apoyarse en figuras fuertes de amplia aceptación.

Puede descargar el informe acá: EL GOBIERNO NO LOGRA REMONTAR AÚN LA CAÍDA DE DICIEMBRE

Un nuevo enfoque para resolver el problema de los piquetes

En sintonía con el proceso de reformas y acuerdos que ha puesto en marcha el Gobierno de Mauricio Macri, fundamentalmente en el plano económico, inicia la segunda etapa de su mandato con la necesidad de comenzar a resolver la situación de conflictividad persistente que se padece en las calles y las rutas del país. Este fenómeno de los cortes sistemáticos en la vía pública constituye una singularidad negativa de nuestro país, al dejar en evidencia de manera palmaria el fracaso del Estado en una de sus prerrogativas esenciales, como lo es garantizar el orden público y la libre circulación de sus ciudadanos. Y pone en entredicho la declamada intención gubernamental de mostrar que el país va hacia la normalidad.

Es cierto que, como ocurre con otras cuestiones estructurales que obstaculizan las posibilidades de desarrollo de nuestro país, la pretensión de que se puede resolver de manera simple y expeditiva un problema del nivel de complejidad de los piquetes no sería realista. La apuesta al gradualismo también aquí podría ser acertada. Pero es un hecho que, sobre todo a partir del claro triunfo electoral de medio término, ya no subsisten los principales condicionantes que pudieron haber desalentado una acción firme al respecto, fundamentalmente las dudas de gobernabilidad que pesaban sobre un gobierno no peronista.

Por el contrario, para un oficialismo que parece tener allanado el camino hacia un ciclo de varios años de gobierno, constituye un mandato dar señales convincentes de que puede llevar adelante una política razonable de orden público, aun pagando costos en el corto plazo ante una opinión pública tan proclive a fluctuar en sus posiciones. Justamente, la relevancia pública del problema en la actualidad se ve en parte reflejada desde la percepción ciudadana, como revela una encuesta reciente de D’Alessio y Berensztein que sostiene que una mayor firmeza ante los piquetes está entre los principales reclamos que se le hacen al Gobierno.

Pero son sobre todo las cifras las que acercan a una real dimensión de la magnitud de la problemática. El último informe de Diagnóstico Político muestra que si bien hubo una disminución en la cantidad total de cortes registrados en 2017 (5.221 casos) en relación con los cinco años precedentes, el que pasó fue el sexto año consecutivo en que se superó el número de cinco mil piquetes en la Argentina. Si se consideran los últimos 9 años, la cantidad total de cortes llega a la inconcebible cifra de casi 45 mil casos.

A su vez, los dos factores que en 2017 caracterizaron la dinámica de los piquetes fueron una mayor politización y un aumento de la violencia, lo que constituye un agravante por cuanto exterioriza síntomas claros de degradación institucional. La creciente politización es un proceso que se viene registrando desde el inicio del Gobierno de Cambiemos, y se explica en buena medida a partir de la actitud de organizaciones afines al kirchnerismo que, por razones obvias, hasta 2015 no fomentaban la protesta callejera. En este sentido, la realización de cortes de calle llevados a cabo por gremios estatales, organizaciones sociales y agrupaciones político-partidarias ha ganado participación y representa en torno al 70% del total, al tiempo que se redujo la cantidad de cortes espontáneos (mayormente vecinos autoconvocados, que representaron el 15% en 2017).

En lo referente a la violencia en las calles, esta se puso de manifiesto fuertemente en la segunda parte del año, sobre todo a partir de los casos de Santiago Maldonado y Rafael Nahuel, que dieron lugar a múltiples manifestaciones, cortes y destrozos tanto en las provincias patagónicas como en Buenos Aires. Recientemente, ante el tratamiento de la reforma previsional en el Congreso, donde grupos radicalizados en connivencia con algunos sectores políticos llevaron a cabo incidentes de una gravedad inusitada.

Dos lógicas temporales para resolver la problemática

Ante este cuadro de situación, resulta claro que los piquetes representan desde hace tiempo una práctica extendida y naturalizada por distintos sectores de la población, e incluso por actores políticos que la promueven. Un reclamo sindical de empleados con altos salarios, una interna partidaria a dirimir, una protesta estudiantil o bien un corte de luz en barrios de clase media alta, se constituyeron todas en razones legítimas para cortar y transformar en caos las calles, lo que perjudica a otros ciudadanos. Se ha consolidado lo que puede denominarse una “cultura del piquete”, que evidentemente no es un fenómeno aislado, sino una manifestación más de la anomia argentina y de la ausencia del Estado.

Por lo tanto, resulta imprescindible abordar el problema desde esa complejidad, con una mirada integral. Esto, por un lado, implica atender las cuestiones y las falencias estructurales que resultan en factores detonantes de la conflictividad en las calles (pobreza, exclusión), para lo que son indispensables políticas de mediano y largo plazo, sobre todo en materia de educación y desarrollo económico, que paulatinamente vayan recomponiendo el tejido social. Es decir, reducir las condiciones objetivas que explican una parte del fenómeno.

En simultáneo, pero en lo inmediato, debe sistematizarse una política de acción preventiva y ordenadora de los conflictos en la vía pública. Esto supone la intervención de los gobiernos en sus distintos niveles según corresponda (nacional, provinciales) para dar la respuesta adecuada ante las disímiles situaciones y variadas formas que adoptan los cortes, bajo la premisa de que debe primar ante todo el respeto a la ley y el derecho de todo ciudadano a transitar libremente. Para ello será condición necesaria que las fuerzas de seguridad se desempeñen con criterio en el marco de sus protocolos de actuación, y que el Poder Judicial empiece a tener una participación responsable.

Un enfoque que armonice estas dos lógicas, del corto y del largo plazo, permitirá disminuir la conflictividad en las calles y comenzar a desarraigar la cultura piquetera. Y constituirá un paso ineludible para restaurar el Estado de derecho y reinsertar a la Argentina en las vías de un desarrollo posible.

El autor es politólogo, analista jefe en Diagnóstico Político.

 

Publicado en Infobae el 9/01/2018

Enamorado de su gradualismo

Muchos esperaban que este 2018 sin elecciones a la vista pudiera ser el año del ajuste. Probablemente aún lo sea para quienes analizan la realidad desde una óptica populista y piensan que cesantear a un solo empleado estatal es poco menos que un sacrilegio. Pero las más recientes señales del gobierno de Mauricio Macri, empezando por la `recalibración` de las metas de inflación, indican que el combate al populismo se dará al compás de la canción que hizo célebre el puertorriqueño Luis Fonsi. Esto es, despacito.
¿Qué ocurrió para que, de pronto, el titular del Banco Central, Federico Sturzenegger, quedara reducido a la altura de un ministro del Poder Ejecutivo y por debajo del jefe de Gabinete, Marcos Peña? ¿Qué obró para que todos olvidaran que, al inicio de su gestión presidencial, Macri se jactaba de que una de las principales contribuciones que podía hacerle a la economía era respetar la autonomía del Banco Central?
Dos factores explican el triunfo de la postura encabezada por Peña y el enamoramiento del gradualismo. El primero fue que imperó cierto temor a que una excesiva concentración en la lucha contra la inflación terminara impidiendo un mayor crecimiento económico. El segundo, la caída en la imagen presidencial y en las expectativas económicas de la opinión pública durante el último mes.
Distintas encuestas reflejan que los sectores medios de la sociedad, en particular, quienes mayoritariamente votaron a Cambiemos, han comenzado a exhibir malestar ante el devenir económico. El estudio de DAlessio Irol y Berensztein, concluido el 20 de diciembre entre 1.278 encuestados, da cuenta de que, por primera vez en la presidencia de Macri, es negativa la percepción social sobre el futuro económico. La gestión del Gobierno, que en noviembre era calificada como buena por el 53% y mala por el 42%, pasó a fines de 2017 a ser calificada como mala por el 54% y buena por el 45%.
El consuelo para el oficialismo es que no solo cayó la imagen positiva de Macri (del 53 al 44% en un mes). También se derrumbó la imagen de prácticamente toda la dirigencia. La oposición no logra rearmarse y el peronismo es percibido como una fuerza fragmentada, carente de liderazgo y sin poder de fuego.
Solo Cristina Fernández de Kirchner surge con un claro perfil en la oposición. Ella misma lo dejó trascender en sus últimas exposiciones, tanto en el Senado como ante dirigentes de su sector: hay que oponerse a todo lo que proponga el gobierno de Macri. `Para eso nos ha votado la gente`, aclara la expresidente. Su objetivo de mínima es debilitar a Macri de cara a su posible reelección en 2019; su objetivo de máxima, bastante improbable, es forzar su retiro anticipado del poder, como ocurrió con De la Rúa.
Mientras los dirigentes peronistas debaten qué perfil adoptar y el Gobierno intenta aislar al kirchnerismo, la mencionada encuesta ofrece otro dato interesante: el 40% dice que le gustaría ver un peronismo dialoguista en los próximos años; solo el 22% prefiere un peronismo combativo.

 

Publicado en Diario Castellanos, el 6/01/2018.