Los ministros de Mauricio Macri, en rojo: el 70% tiene imagen negativa

Jorge Triaca, titular de la cartera de Trabajo, es el “peor” para los votantes. Frigerio, el “mejor”.

En medio de la devaluación, las dificultades para contener la inflación y un contexto social cada vez más complejo, otra mala noticia llegó a los pasillos de la Casa Rosada. Se trata de una encuesta que midió a los 20 ministros de la gestión de Mauricio Macri y el resultado fue contundente: 14 tienen imagen negativa.

El trabajo, realizado por la consultora Marketing & Estadística SRL, se basó en preguntarle a más de 1.000 personas sobre los “mejores” y “peores” ministros nacionales. Debían incluir a tres en cada grupo y el titular de la cartera de Trabajo, Jorge Triaca, es el más complicado. Un 29,6 % lo reprobó, mientras que solo un 1,5 lo avaló. El diferencial de sus número arroja un -28,1 por ciento.

El segundo lugar pertenece a un funcionario que ya no está: Juan José Aranguren. Para un 20,7 % de los votantes, el exministro de Energía era el “peor” del gabinete, mientras que un 3,3 por ciento lo consideró “el mejor”. El resultado también fue negativo: -17,4 % en el diferencial.

Al ahora titular del Banco Central, Luis Caputo, apenas un 2 % lo puso “entre los mejores”, y un 17,4 por ciento entre los peores, por lo que obtuvo un resultado final de -15,4. Apenas por debajo, Nicolás Dujovne cerró con un -12,5 %, producto del diferencial entre el 18,5 % que lo cuestionó, y el 6 por ciento que lo apoyó.

El top 5 lo completa Patricia Bullrich. La ministra de Seguridad es un caso particular: obtuvo la mayor cantidad de votos negativos (33%), aunque paradójicamente fue la funcionaria con más apoyo: un 23,2 por ciento dijo que era “la mejor”. En el diferencial, obtuvo un saldo negativo de -9,8 por ciento.

En la vereda de enfrente, Rogelio Frigerio es el ministro con mejor imagen: un 19,4 por ciento dijo que es el “mejor”, mientras que un 4,6 por ciento lo rechaza. La titular de la cartera de Desarrollo Social, Carolina Stanley, es la segunda funcionaria con mejores números, al recibir un 11,3 por ciento de apoyo, y un 3,9 % de disconformidad con su gestión. El diferencial es positivo con +7,3%.

Guillermo Dietrich también puede estar contento. Un 9,2 por ciento de los usuarios de redes sociales que participaron de esta encuesta cree que el ministro de Transporte está en la cima de los mejores, mientras que un 4,8 lo ubicó en el subsuelo. El saldo también es positivo: +4,5 por ciento.

El top 5 de los más acompañados por la gente lo completan Gustavo Santos, de Turismo, quien obtuvo +1,7 y Lino Barañao, de Ciencia y Tecnología, con +1,2 por ciento.

La encuesta no incluyó al Presidente Mauricio Macri, que según una encuesta que recientemente realizó Sergio Berensztein con D’Alessio IROL, conserva el 54 por ciento de los votos. El propio analista político lo definió como un número “considerable”.

Publicado en TN el 05/07/2018

Casi el 90% de los argentinos cree que Sampaoli y Tapia deben dejar su cargo

Una encuesta revela que Diego Simeone parte como uno de los favoritos de la gente para hacerse con la dirección técnica.

El fracaso de la Selección Argentina en el Mundial de Rusia tiene dos responsables, en la opinión de la gente: Jorge Sampaoli y Claudio “Chiqui” Tapia.

El 87% de los encuestados por la consultora D´Alessio Irol/Berenzstein cree que Tapia debe dejar el cargo, número similar (86%) al rechazo que provoca Sampaoli. El 48% de los encuestados cree que la AFA es la principal responsable de la pronta eliminación, mientras que el 36% apunta al director técnico y sólo un 13% a los jugadores.

Entre los mayores reclamos se destaca la ausencia de Mauro Icardi, centrodelantero y capitán del Inter de Italia. El 50%, en una pregunta abierta, respondieron que fue el gran ausente de la lista de 23 convocados. Por detrás quedaron Lautaro Martínez y Ricardo Centurión.

Por otra parte, Paulo Dybala y Giovanni Lo Celso fueron los dos futbolistas señalados por el público que les hubiera gustado ver con más presencia en el equipo. El 10 de la Juventus solo tuvo 22 minutos de fútbol en la derrota ante Croacia y el volante del Paris Saint Germain no jugó en todo el campeonato.

En reemplazo de Sampaoli, quien tendría los días contados como entrenador de la albiceleste, la gente se inclina mayoritariamente por Diego Simeone. El 40% cree que el DT del Atlético Madrid debe tomar el cargo, bien por delante de Josep Guardiola (14%) y Marcelo Gallardo (13%).

Publicado en Marcelo Longobardi el 05/07/2018

Las fortalezas de Cambiemos

La imagen de Macri sigue siendo positiva y la alianza gobernante tiene un piso importante de apoyo aún en un contexto económico tan complicado. A esto, se suma la incapacidad de opositores y críticos, entre otros factores.

Hace apenas ocho meses, luego del triunfo en las elecciones de mitad de mandato de octubre pasado, casi nadie ponía en duda que Mauricio Macri se encaminaba hacia su reelección y que su poder iba camino a consolidarse en su segundo mandato. Más aún, algunos incluso ya pensaban en la sucesión del 2023.

Había, de hecho, una “lista de buena fe” dentro de Cambiemos, por cierto para nada numerosa: la mejor posicionada, por lejos, era María Eugenia Vidal, la gobernadora de la provincia de Buenos Aires que desde hace tiempo lidera los sondeos de opinión pública gracias a su excelente imagen y reputación de fortaleza y honestidad.

Sin embargo, era una suerte de secreto a voces que -gracias al estratégico lugar que ocupa junto al Presidente de la Nación, quien lo considera casi un hijo- venía ganando impulso el “JFK argentino” (por John F. Kennedy), Marcos Peña. Aún sus críticos le reconocen una enorme influencia en el proceso de tomas de decisiones, gran habilidad en materia de comunicación electoral y una notable capacidad para plantear y sostener los ejes discursivos del gobierno, a pesar de que a menudo no se logren los resultados esperados.

Hubo, sin embargo, una predicción esencial que lo impulsó a Peña al corazón del poder y consolidó así, tal vez para siempre, su vínculo con Macri. En efecto, hacia mediados de mayo del 2015, cuando arreciaban en Cambiemos las presiones para abrir la coalición y llegar a un acuerdo electoral con el Frente Renovador, Peña y sus colaboradores, inspirados en los trabajos de Jaime Durán Barba, llegaron a la conclusión de que era posible ganar “en tres tiempos”, manteniendo la autonomía de Cambiemos: las PASO, la primera vuelta de octubre y el ballotage. Entonces, su gran obra maestra fue haber dibujado el camino crítico hacia el triunfo electoral y manejado con astucia y disciplina toda la campaña eventualmente ganadora. Es más, cinco meses antes de la definición de todo el proceso electoral, Marcos Peña le acercó al por entonces jefe de gobierno de la Ciudad de Buenos Aires un conjunto de escenarios que, con asombrosa precisión, fueron efectivamente acertados.

No fue su primer aporte a la consolidación del proyecto presidencial de Mauricio Macri. Desde el 2005 fue ganando espacio (y elecciones) de forma ininterrumpida, construyendo una relación profesional, afectiva y personal con su jefe político. Por último, corriendo de atrás, atrincherado en la impactante sede de Parque Patricios y apostando al éxito de su gestión como sucesor de Macri en la jefatura de gobierno de la ciudad de Buenos Aires, aparecía callado Horacio Rodríguez Larreta. Sin el carisma de Vidal ni la cercanía con Macri de la que disfruta Peña, Larreta se consolidó políticamente dentro y fuera del gobierno. Mantiene un diálogo fluido con los principales factores de poder del país. Es respetado por todos por su impresionante capacidad de trabajo, eficiencia, pragmatismo y manejo de equipos. Una inusual mezcla de olfato político y obsesión por la gestión lo había convertido en un candidato natural en esa lista corta de la que tanto se hablaba.

Desde esa etapa poselectoral, sobre todo desde ese ya famoso 28 de diciembre, a la fecha, el entorno político y económico se ha modificado tan dramáticamente que no solo no se habla del 2023, sino que incluso aparecen cuestionamientos respecto de qué hacer para llegar con chances en el 2019. Aquel trío de potenciales sucesores (Vidal, Peña, Larreta) están más cerca que nunca de Mauricio Macri, pero como integrantes ahora de una suerte de informal comité de crisis. Llevamos 11 semanas de una crisis que, lejos de aplacarse, acuerdo con el FMI mediante, sigue girando como una rueda loca, sin que por lo menos hasta ahora el gobierno haya logrado retomar el control de la situación. Ayer la tasa de las LEBAC llegó al 65% anual. Esto es, la demanda de dólares (es decir, la desconfianza en el peso) por parte de los inversores y de la ciudadanía en general sigue siendo imparable.

Curiosamente, al menos para mí, los funcionarios más allegados al presidente Macri consideran que, a pesar de todo, incluyendo la importante caída de imagen que experimentó tanto el gobierno como sus principales referentes desde diciembre en adelante, a pesar también del pesimismo reinante en materia de las perspectivas económicas futuras, Cambiemos cuenta todavía con enormes chances de ganar las elecciones del próximo año. “La reelección de Mauricio está garantizada”, me aseguró uno de los funcionarios más cercanos al epicentro del poder. Es cierto que hay otras voces menos apasionadas. “Por supuesto que estamos muy preocupados, pero vamos a salir adelante y llegaremos recompuestos y con muchas fuerzas al proceso electoral, que es lo que mejor sabemos hacer”, afirmó otro integrante (siempre cauto) de una de las mesas chicas donde se definen los destinos de la Nación.

¿Cuáles son los fundamentos empíricos y conceptuales que tiene el Gobierno para contemplar con semejante optimismo el proceso electoral del año próximo? ¿No estarán, una vez más, sesgando la lectura de la realidad con hipótesis un tanto benevolentes? Veamos entonces fríamente que nos dicen los datos disponibles. De acuerdo a una encuesta que realicé recientemente con D’Alessio IROL, a pesar del desgaste que efectivamente experimentó en los últimos tiempos, la imagen de Mauricio Macri y de la gestión de gobierno siguen siendo considerables.

Si bien la economía es sin lugar a dudas el principal motivo de preocupación, hay todavía un núcleo significativo de argentinos que sigue pensando que las cosas van a mejorar el año próximo. Es cierto que los primeros cuatro meses del año fueron relativamente buenos, y que la desaceleración se comenzó a sentir a partir de la corrida a finales de abril. Muchos economistas consideran que los próximos dos trimestres serán muy duros, pero que con la próxima campaña de la cosecha gruesa (maíz y soja), clima mediante, la tendencia debería revertirse. Más allá de estas especulaciones, la información que surge de ese mismo estudio de opinión pública es que, en efecto, Cambiemos tiene un piso importante de apoyo aún en este contexto económico tan complicado.

Asimismo, hasta ahora una de las características más interesantes de este gobierno fue que los opositores y críticos fueron incapaces de capitalizar el desgaste de la gestión y los errores no forzados cometidos por el oficialismo. ¿Se ha modificado hasta ahora esa tendencia? Analicemos comparativamente los datos de imagen de los principales líderes oficialistas y de oposición.

Como puede advertirse, sigue cumpliéndose esa máxima registrada hasta ahora, con la parcial excepción de Roberto Lavagna, que se ha consolidado como uno de los líderes mejor considerados. Digo parcial, pues el exministro de Economía hace mucho que no está en los primeros planos de la política nacional, lo que lo preserva del natural desgaste, si bien tiene una clara identificación con el Frente Renovador de Sergio Massa.

Esto sugiere, entonces, que el optimismo que impera por lo menos en una parte importante del gobierno no es absoluto infundado. En mi próxima columna, como continuidad de este análisis, incluiré otros aspectos a mi entender muy importantes y característicos de Cambiemos como coalición, incluyendo un excelente equipo de comunicación electoral, que refuerzan esta idea de que Mauricio Macri conserva aún muy buenas posibilidades de retomar la iniciativa política y plantarse como un candidato competitivo con chances de conseguir su reelección.

Publicado en TN  el 04/07/2018

La AFA y el problema de que nos sigan sacando la lengua

Aterrizar en Ezeiza con la burlona lengua de los Rolling Stones en el fuselaje generó hoy un extraño efecto: puso en marcha la máquina del tiempo. Sólo así se explica el tono sepia que se desprendía de las fotos, obviamente en colores, que registraron la llegada de Claudio “Chiqui” Tapia a Buenos Aires. Al estilo del peronismo verticalista de los ’70, sesenta dirigentes aplaudiendo al líder, muchos de ellos sin poder dejar de mirar al piso. ¿Pudor? Seguramente, porque no está el asunto precisamente para aplaudir. Y los aplaudidores no sabían aún del resultado del trabajo de D’Alessio IROL/Berenzstein que LA NACION publicará mañana. Un adelanto: el 87 por ciento de los encuestados cree que Tapia deben dejar su puesto. Lo mismo cree el 86 por ciento sobre Jorge Sampaoli. Un dato que no le hará ni cosquillas a la dirigencia de la AFA, que sigue el modelo del sindicalismo peronista: el desprestigio es un asunto menor, la clave pasa por mantener el poder y lo que se ha dado en llamar “la caja”. La AFA, dice, tiene “la caja” mejor que nunca, porque cumple con sus pagos en término y ya no existe más el tráfico de cheques endosados. Cuando la economía funciona, ninguna molestia por otros aspectos gana suficiente entidad, pasa también en la política.

Lo que está claro ya es que lo de la AFA es caso de estudio, protagonista de un insólito agrande tras el peor resultado de la selección en 16 años. Es cierto que la salud del fútbol argentino no pasa sólo por los resultados de la selección, y es cierto, también, que esta AFA gobierna hace sólo un año. Pero es la que gobierna, por eso es la responsable. No sirve tomarse en serio lo que dice Humberto Grondona (“Mi Papá elegía a entrenadores campeones y del medio local. Nunca hubiera pagado una rescisión como la de Sampaoli”), entre otras cosas porque su padre le dio la selección en un Mundial a Diego Maradona. Pero, claro, fueron 35 años, y el fútbol argentino tiene el problema de seguir recordando a papá.

En todo caso, papá es hoy “Chiqui”, dueño de un sólido poder no necesariamente condicionado por el de Daniel Angelici. Lo asombroso es cómo se sostiene el enojo con Marcelo Tinelli. No les alcanza el 38-38, ahora lo acusan de “grondonista”. “La continuidad del grondonismo era Tinelli. Ni Tapia ni ninguno de nosotros fuimos socios de Burzaco. Tinelli, sí. No fuimos tampoco socios de Cristóbal López y Fabián de Souza. Tinelli, sí. A Tinelli no le fue bien en una sola empresa, todas las quebró. Vendían a Tinelli como lo nuevo y era la continuidad de Burzaco”. Hablan los incondicionales de Tapia, que siguen exhibiendo el poder del fútbol de ascenso contra los clubes grandes y son capaces de pronunciar frases como la siguiente: “Esto es como cuando estaban convencidos de que ganaba Tinelli, se equivocó todo el periodismo. Fue Atlas, Villa Dálmine, Claypole y Victoriano Arenas contra Mirtha y los Leuco”.

El fútbol argentino tiene un problema si se instala la idea de que en la noble competencia de la D y el ascenso en general está su fuerza y su futuro. El fútbol son todos, claro, pero una federación nacional, que representa al país ante una internacional como la FIFA, y que tiene además una selección que disputa Mundiales con la ambición de llegar lejos, tiene que aspirar a más.

Si no sucede lo que se está dando con Sampaoli, ese técnico que fracasó y que por eso, pese a bajar del mismo avión con la lengua afuera, hoy fue ignorado por prácticamente todos los dirigentes que aplaudieron a Tapia. Ese Sampaoli que no fue contratado un año y medio atrás porque su cláusula de rescisión del Sevilla costaba un millón y medio de dólares, ese mismo que hoy, si lo forzaran a irse, podría costarle 11 millones a la AFA. O menos, si el “operativo desgaste” cumple sus objetivos, pero millones al fin. El avión tiene razón: nos siguen sacando la lengua.

Publicado en La Nación el 04/07/2018

Encuesta: los argentinos ya no quieren a Sampaoli, y tampoco creen en la AFA de Tapia

Sería un error pensar que el Mundial ya terminó. No solo por la evidencia de que en Rusia hay ocho equipos luchando por el título, sino porque para la Argentina nunca termina: a cuatro años y cuatro meses de que comience Qatar 2022, la selección está en crisis y hay que hacer algo con ella. ¿Debe seguir Jorge Sampaoli en el puesto de técnico hasta el Mundial en el emirato? ¿O hay que dar un nuevo golpe de timón? ¿Puede la AFA eludir su responsabilidad? Si se va Sampaoli, ¿quién debe entrar en su lugar? ¿Un técnico del campeonato local? ¿Uno que dirija en Europa? ¿O incluso un europeo? Y como el Mundial nunca se termina, los argentinos siguen analizando qué le faltó a la selección que se fue en octavos. ¿Un “9” no convocado, quizás?

Una encuesta de D’Alessio IROL/Berenzstein, exclusiva para LA NACION, refleja qué sienten los argentinos mientras en Rusia ocho selecciones preparan la caza del título. Y las conclusiones son sorprendentes. Ni Sampaoli ni Claudio Tapia , presidente de la AFA, salen bien parados: el 86 por ciento cree que el técnico debe dejar su puesto, aunque el peso mayor cae sobre la AFA, porque el 87 por ciento considera que Tapia debe renunciar a su cargo, mientras que otro 48 por ciento cree que es el ente rector del fútbol argentino el mayor responsable del fracaso en el Mundial; el 36 por ciento culpa al entrenador y solo el 13 por ciento a los jugadores. Ya entrando en los partidos, dos jugadores concentran la incomprensión del hincha hacia el técnico de la selección: el 38 por ciento cree que Paulo Dybala debió ser titular, y lo mismo opina el 24 por ciento sobre Giovani Lo Celso.

 Números contundentes, Sampaoli y Tapia, rechazados por los hinchas futboleros Números contundentes, Sampaoli y Tapia, rechazados por los hinchas futboleros

Visto lo visto, en especial en el fracasado intento de que Lionel Messi jugara como “falso nueve” ante Francia, los encuestados piden mayoritariamente un 9 de área, un “finalizador”. El 50 por ciento no perdona que en la lista de los 23 definitivos faltara Mauro Icardi, el 13 por ciento reclama a Lautaro Martínez y el 10 por ciento, a Ricardo Centurión.

En el supuesto de que Sampaoli deje tarde o temprano su cargo, la AFA deberá buscar nuevo técnico, y para ese puesto el favorito es Diego Simeone : lo pide el 40 por ciento. La sorpresa salta con el nombre del segundo más elegido: Josep Guardiola es reclamado por el 14 por ciento. Muy cerca quedó Marcelo Gallardo, pedido por el 13 por ciento, seguido de Ricardo Gareca, con el diez.

Resignados a ser espectadores y no protagonistas, los argentinos ya tienen su corazón puesto en un equipo: el 46 por ciento quiere ver campeón a Uruguay, seguido de un 13 por ciento que prefiere a Bélgica. Solo el seis por ciento se alegraría con un “hexa” brasileño -que despierta menos simpatías que el elenco local, Rusia- y apenas el uno por ciento toleraría una Inglaterra campeona del mundo 52 años después del último y único título de los “three lions”.

Publicado en La Nación el 05/07/2018

La crisis social hace emerger a un tapado: una encuesta muestra a Lavagna como presidenciable

Un estudio de D´Alessio IROL y Berensztein asegura que por el escenario de crisis económica que se vive en la actualidad, el exministro de Economía de Néstor Kirchner y actual integrante del equipo técnico massista reúne una imagen positiva superior a ala de la actual gobernadora bonaerense. Los datos son correspondientes a una medición realizada en forma online durante junio de 2018.

La crisis social hace emerger a un tapado: una encuesta muestra a Lavagna como presidenciable

D´Alessio IROL y Berensztein dio a conocer su última encuesta y para sorpresa de uchos emergió un actor tapado en las consideraciones presidenciables de los argentinos.

Los datos, correspondientes a una medición realizada en forma online durante junio de 2018 y extraídos de una muestra que abarcó respuestas de 1.477 encuestados, mayores de 18 años de todo el país asegura que el exministro de Economía de Néstor Kirchner y actual integrante del equipo técnico/económico del massismo sostiene mejor imagen positiva que la gobernadora bonaerense María Eugenia Vidal.

55% de imagen positiva es el número que alcanza Lavagna superando por dos puntos porcentuales a la mandataria provincia que ostenta el 53%. En tercer lugar aterriza Carrió con un 44% y en el cuarto el actual Jefe de Estado, Mauricio Macri, con 41%.

Según el análisis de los datos, el estudios sotiene que este escenario se genera debido a que “la idea de crisis podría afectar negativamente a la imagen de los principales políticos en actividad”.

En ese sentido, el análisis sostiene que “Lavagna es aprobado en ambos lados de la grieta con un 61% de buena visión sobre votantes del FpV y un 48% de misma valoración en votantes de Cambiemos”

Y agrega que “Lavagna consigue su mejor evaluación desde su ingreso al tracking” al tiempo que apunta que “entre las figuras que no forman parte de la política, Manes logra un peso relevante de aprobación, a diferencia de Tinelli”.

Entre los argumentos que posibilitan estas variables encuentran mucha incidencia el humor social ya que “los sucesos económicos recientes acentuaron la crítica del presente y el pesimismo hacia el futuro”.

“Los votantes del actual Gobierno sienten que aún no recibieron lo que esperaban, pero mantienen su confianza en la gestión”, acota el estudio que además revela que “inflación e inseguridad continúan siendo los temas preocupantes más recurrentes”.

“Los encuestados muestran interés por la corrupción, con foco en el pasado o el presente según posicionamiento político”, asegura el estudio y muestra que “los electores de Cambiemos sostienen reclamos por movilizaciones/piquetes y subsidios indiscriminados; mientras que los del FPV hacen mayor hincapié en la economía cotidiana: tarifas, desempleo y deudas”.

Publicado en La Tecla el 04/07/2018

Encuesta: ¿Cómo está la imagen de los principales dirigentes del país?

Como acostumbramos en Grupo La Provincia, analizamos las principales encuestas del país y en esta oportunidad te acercamos un estudio de la Consultora D’Alessio IROL/Berensztein sobre la imagen que tienen argentinos sobre el Presidente, Mauricio Macri; la exmandataria, Cristina Fernández y la Gobernadora bonaerense, María Eugenia Vidal.

La medición fue realizada en forma online durante junio de 2018 y se incluyeron las respuestas de 1.477 encuestados, mayores de 18 años, de todo el país.

Sobre la imagen del Presidente, Mauricio Macri, un 54% considera como negativa la percepción sobre el principal dirigente del país, lo que considera una suba en la imagen negativa de 6 puntos. Mientras que la imagen positiva alcanzó los 41 puntos, con una baja de 4 puntos respecto de mayo.

Por su parte, la Gobernadora, María Eugenia Vidal, alcanzó su tope de imagen negativa, alcanzando un 42% de percepción negativa, mientras que su percepción positiva comenzó una baja de 4 puntos respecto de mayo, alcanzando los 53 puntos, siendo la dirigente con mejor imagen por parte del oficialismo.

Quien sorprende con los vaivenes en imagen es Cristina Fernández de Kirchner, la principal dirigente de la oposición. Es que la exmandataria logró una suba de 10 puntos en su imagen positiva en relación al mes pasado, aunque su percepción positiva alcanza sólo los 30 puntos. En sintonía con la baja de la imagen positiva de Macri, Cristina tiene una baja en la imagen negativa de 9 puntos, aunque logra un 64% de percepción negativa.

Sobre la consulta de la gestión de Mauricio Macri a cargo del Ejecutivo, la percepción negativa alcanza el récord histórico sobre los análisis de la Consultora, llegando a 61% de negación. En sintonía con eso, quienes apoyan la gestión de Cambiemos se reducen a un 36%, agudizando la caída en los últimos cuatro meses.

El dato llamativo pasa por los seguidores de Cambiemos o que el octubre pasado eligieron al oficialismo como alternativa electoral y que están quitando el apoyo a la gestión de Mauricio Macri. Es que desde noviembre pasado, el Presidente cosecha casi 30 puntos de caída en la gestión en ese sector social.

En el otro extremo, los votantes del Frente para la Victoria mantienen su rechazo a la gestión de Macri en niveles similares a los de octubre pasado, aunque agudizando los niveles de rechazo en casi 20 puntos, alcanzando los 91 puntos de percepción negativa.

Publicado en Grupo La Provincia el 04/07/2018

Macri intenta contagiar un optimismo que escasea

Las encuesta que llegan a Casa Rosada marcan el incremento de las miradas negativas sobre su gestión. La apuesta por el rumbo elegido y la necesidad de los acuerdos.

En Casa Rosada se leen más encuestas que diarios, se solía decir hace un tiempo para responder a los que alertaban sobre contratiempos posibles en la marcha de la administración de Cambiemos. Los pronóstico podían ser agoreros, pero varios de los funcionarios adictos a los estudios de opinión tenían números a favor para mostrar, para contrarrestar. Más en términos de expectativas que en evaluación de la gestión. Lo que cambió en estos últimos meses no fue el consumo de estos indicadores. Más bien su sentido. Desde diciembre pasado, la ponderación del Gobierno no deja de caer. También la imagen de sus principales figuras.

Los últimos que llegaron a Balcarce 50 ratifican esta idea. Por caso, el seguimiento de humor social de D´Alessio IROL, Berensztein. Con caída en la consideración del presidente Mauricio Macri, por tercer mes consecutivo y un retroceso menor de la gobernadora bonaerense María Eugenia Vidal. `Les agradezco que me estén acompañando en esta transformación de la Argentina. Estamos convencidos de que hemos tomado el camino correcto para la Argentina. Sin el aporte de ustedes, nada de esto sería posible`, aseguró el Primer Mandatario, intentando insuflarle optimismo no sólo a una sociedad más retraída, sino también a sus adherentes y varios de los funcionarios de segundas y terceras líneas, preocupados por las turbulencias que no cesan. Aunque el mensaje haya sido en un acto en el barrio porteño de Belgrano junto a fuerzas de seguridad, en homenaje a las `víctimas en cumplimiento de su deber`.

El jefe de Gabinete, Marcos Peña, es otra de las pieza clave del Gobierno que salió a calmar las aguas y apostar por el optimismo. Reconoció que existe `un clima tormentoso, producto de varios factores externos`, pero aseguró que el Ejecutivo `va a cumplir` su objetivo de reducir el déficit fiscal, una de las metas u obsesiones del Gobierno en estos días, con el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional y las negociaciones por el Presupuesto 2019 como parte del meollo. En ese sentido, el funcionario ratificó que la iniciativa de bajar el costo público `no tiene marcha atrás` y resaltó que durante la administración de Cambiemos se redujo `4 puntos el gasto en nuestro PBI, además de bajar 2 puntos de impuestos`. `Hay un avance muy concreto, como lo han expresado la mayoría de los gobernadores y los referentes opositores, en que va a haber un acompañamiento en el Presupuesto que marque ese camino del 1,3 del déficit fiscal para el año que viene`, señaló el jefe de Gabinete. En el frente externo, el Gobierno espera sumar al peronismo que llama `racional`, mientras recela del líder del Frente Renovador, Sergio Massa, y por supuesto, del kirchnerismo. Apuesta a una negociación cara a cara, uno a uno, con los gobernadores, que intentarán plantearle una estrategia común. Mientras que en el frente interno, Cambiemos también tiene sus dudas y resquemores. Cierto tensión menor con el radicalismo que pide no quedar afuera de las reuniones decisivas y cierto enojo, también menor, de los gobiernos propios de Ciudad y provincia de Buenos Aires por los costos que les puede tocar asumir.

Publicado en El Economista el 03/07/2018

La crisis no tiene fin para los argentinos: más de la mitad cree que estará peor el año que viene

Casi 8 de cada 10 cree que está peor hoy que hace 12 meses. Y el Gobierno tiene su peor ponderación en dos años. Los candidatos con mejor imagen para 2019.

La crisis parece no tener fin para los argentinos. Al menos, eso se desprende de una encuesta de D’Alessio IROL & Berensztein que arroja que el 78% cree que hoy está peor que el año pasado, contra un 20% que considera estar mejor. Y el 57% asegura que el año próximo se agravará la situación, contra el 39% que tiene una visión más positiva.

De acuerdo con el sondeo “Humor Social y Político”, el “pesimismo” de los argentinos está en su punto más alto de los últimos dos años, en tanto que el “optimismo” se ubica en su nivel más bajo durante el mismo lapso.

Pero el trabajo también indaga según a qué partido votaron en las últimas elecciones presidenciales de 2015 los entrevistados. Dentro de los que apoyaron a Cambiemos, el 63% opinó que está peor que en 2017, contra el 34% que indicó lo contrario. Por su parte, entre los que eligieron al Frente para la Victoria, las cifras son más abultadas: el 93% asegura que su situación es decayó en el último año.

No obstante, los seguidores del oficialismo no perdieron del todo el optimismo a futuro. El sondeo señala que el 66% cree que estará mejor el año que viene, contra un 28% que espera lo contrario. Para quienes votaron al FPV, la situación es inversa: el 87% pronostica un futuro poco alentador contra el 10% que tiene una visión más optimista.

Proyectos y preocupaciones

La falta de optimismo también impacta en los proyectos personales que implican algún tipo de inversión de los entrevistados. En este caso, el 51% aseguró que posee planes a futuro (el punto más bajo en un año), en tanto que el 49% se mostró en la línea contraria (el nivel más alto desde mayo de 2017).

De esta forma, el 25% espera comprar o reparar la vivienda, mientras que un 10% planea comprar o cambiar el auto. Por su parte, un 11% espera ponerse al día con las deudas. Además, el 30% proyecta irse de vacaciones en tanto que el 13% espera comprar indumentaria.

A la hora de evaluar los temas que desvelan a los argentinos, las cuestiones de la economía cotidiana estuvieron al orden del día.

En este sentido, la inflación se colocó al tope de la lista: 91%, contra el 74% de hace un año. En segundo lugar, se ubicaron la inseguridad y los aumentos de las tarifas de luz y gas, con 66%. Las subas de impuestos y otros incrementos completaron el top-five, con 54% y 50%, respectivamente.

La imagen del Gobierno

La evaluación de la gente sobre la gestión de Cambiemos no es alentadora para el oficialismo: el 61% cree que es mala o muy mala, 12 puntos por encima de las mediciones de hace dos años; contra el 36 que considera que es buena o muy buena, 11 puntos por debajo de julio de 2016.

La principal baja en la ponderación del Gobierno se da entre los propios votantes de Cambiemos: en octubre de 2017 estaba en 93%, pero en junio pasado llegó a 65%, es decir, una pérdida de 28 puntos porcentuales. Y esa visión “negativa” se aún peor al de quienes votaron al Frente para la Victoria: 91%, con un crecimiento de 12 puntos en el mismo periodo.

A la hora de evaluar los principales candidatos en la carrera a 2019, el 53% de los entrevistados optó por María Eugenia Vidal. Para quienes votaron a Cambiemos en 2015, el porcentaje llega a 73%, contar quienes eligieron al frente para la Victoria.

Por su parte, Elisa Carrió se ubicó segunda, con el 44%, seguida de Mauricio Macri (44%), Martín Lousteau (40%), Esteban Bullrich (36%) y Horacio Rodríguez Larreta (33%).

En tanto que la expresidenta Cristina Kirchner aparece con 30%, quedando en lo más alto entre quienes votaron al FPV (56%) y con apenas 5% entre quienes apoyaron a Cambiemos.

Publicado en IProfesional el 03/07/2018

El gobierno ratifica aumentos de luz y gas en medio del creciente malestar social

Importantes consultoras privadas coincidieron en que el tarifazo energético está al tope de las preocupaciones de los argentinos y advirtieron que el descontento va en ascenso. Sin embargo, el nuevo ministro de Energía avisó que en septiembre y octubre habrá nuevos aumentos.

Los tarifazos energéticos ganan  cada vez más espacio en la larga lista de asignaturas que profundizan el malestar popular con la política económica de Cambiemos, sin embargo el flamante ministro de Energía, Javier Iguacel, confirmó este domingo que los aumentos de la luz y el gas continuarán en septiembre y octubre.

En una entrevista con el canal América, el ministro definió que la energía “nos cuesta el doble de lo  que estamos pagando” por lo que adelantó que la idea del gobierno nacional es “seguir con una corrección” de las facturas que pagan los usuarios.

Estudios recientes hacen hincapié en la incidencia de los aumentos de los servicios públicos en el malhumor social en relación con la orientación de la política económica.

La consultura Kantar TNS, especialista en temas de consumo masivo, ubicó al problema de los aumentos de los servicios como una de la claves del pesimismo con la economía nacional. Según la fuente, las expectativas económicas (IGEE) cayeron un 7% en mayo en relación con mismo mes del año pasado y un 2% en relación con abril pasado.

La investigadora Mercedes Ruiz Barrio explicó que la depreciación de ese indicador “se observa por una marcada incertidumbre respecto a la situación futura y su impacto en la vida y consumo personal”.

A una conclusión similar llegó la consultora D’Alessio Irol, cuya última encuesta arrojó que los sucesos económicos recientes “acentuaron la crítica del presente y el pesimismo hacia el futuro”.

Un 78% de los consultados definió la situación económica como Peor y Mucho Peor respecto de 2017; mientras que un 57% prevé que el contexto será Peor o Mucho Peor en 2019. Un 55% cree que la actividad crecerá menos a partir del acuerdo con el FMI.

En ese contexto, la Inflación pica a la cabeza de las preocupaciones más grandes de los encuestados (el 72% piensa que este año será mayor a la esperada) y los Aumentos de Luz y Gas aparecen en el tercer lugar detrás de la Inseguridad. La categoría Otros Aumentos figura en el cuarto puesto.

Pese al malestar en ascenso, en la entrevista del domingo, Iguacel hizo malabares para argumentar la necesidad de volver a remarcar los valores al público.

“La luz y el gas –señaló- tienen tres componentes en la factura. Uno que es la energía en sí misma, producir, el otro es el transporte y el otro la distribución”. Y en ese marco diferenció que: “Del transporte y la distribución, las tarifas ya están corregidas. Ya no hay más aumento salvo la corrección por inflación. Que es la mitad de la boleta”.

Según el ministro, el resto de la factura consta de “el costo de generación” y advirtió a propósito que “todavía tenemos un costo muy grande porque seguimos importando”.

A partir de esos factores, el funcionario justificó que “la diferencia entre lo que nos cuesta y pagamos es de 2 a 1. Nos cuesta el doble de lo que estamos pagando. Ahí debemos seguir con una corrección”, arguyó.

En ese oden, Iguacel agregó: “El Presidente nos dijo que hay que mantener las reglas de juego y estar integrados al mundo. Generar competencia y que haya una economía sana”, declaró pero advirtió: “También nos pidió que nos aseguremos que la gente y las PyMEs puedan afrontarlas”, moderó.

Publicado en Tiempo Argentino el 02/07/2018