Empresarios admiten que 2018 fue un año malo y mantienen un optimismo “moderado” para los próximos meses

En un año en que la realidad estuvo muy alejada de las expectativas, tanto del Gobierno como del sector privado, la tradicional encuesta que realiza la consultora D’Alessio IROL junto a IDEA reflejó una cruda evaluación de los empresarios sobre la marcha de la economía de 2018, aunque creen que la situación mejorará en los próximos meses.

El sondeo, que se realizó entre 232 ejecutivos socios de la entidad, se dio a conocer este jueves en el marco del 54° Coloquio, e indagó también sobre temas como el nivel de inversión, las ventas, el empleo, y la rentabilidad, entre otros.

Consultados sobre la situación económica del país, los ejecutivos respondieron en un 84% que la evaluación del semestre abril-octubre fue “moderadamente peor” (52%) o “mucho peor” (32%), que el anterior. Pero las perspectivas son que para el próximo período mejoren, según lo indicó el 56%, mientras que solo 26% creen que volverá a empeorar en mayor o menor medida.

Durante la presentación a cargo de Eduardo D’Alessio y el economista Miguel Kiguel, se destacó la amplia brecha que existe entre las expectativas y la que sucedió finalmente. Si bien no fue tan marcada como lo que ocurrió entre noviembre y abril, la decepción se mantiene fuerte. “Hay una apuesta a que las cosas van a estar igual o mejor. Sin embargo, es grande la diferencia que se está registrando entre expectativa y realidad. La expectativa era que la economía iba a ir bien, la realidad es muy distinta”, lanzó el titular de Econviews en Mar del Plata.

Los que confían en una mejora de la economía lo atribuyen al colchón de financiación que representa el crédito otorgado por el FMI de u$s 57.100 millones, mayores ingresos por exportación producto de la suba del dólar, y la reducción del gasto público.

De la otra vereda, quienes se mantienen pesimistas advierten por la devaluación, la inflación, la caída del consumo, la falta de inversión y crédito, el corte en la cadena de pagos, las elevadas tasas de interés y el contexto internacional desfavorable.

“Nadie espera un rebote fuerte la economía. Sí un rebote moderado”, afirmó Kiguel. Por su parte, D’Alessio fue consultado sobre si los resultados de la encuesta reflejan que los empresarios creen que lo peor ya pasó: “Es una lectura que se puede hacer”.

Por otro lado, la mitad de las empresas dice que espera que su rentabilidad sea igual o mayor, mientras que la otra mitad que bajará leve o significativamente. Pese a todo, los niveles de inversión se mantienen por encima del promedio de los últimos 9 años. En ese contexto, quienes mantienen una visión positiva perciben una mejora de sus ventas y de las exportaciones.

Sin embargo, para las compañías se enciende una luz de alerta. El 80% de los encuestados remarcó que se extendió el plazo de cobranza y sólo 6% cree que eso mejorará en los próximos meses, mientras que el 44% estima que se seguirá alargando el plazo. Sin embargo, Kiguel aseguró que “no hay ruptura aún de la cadena de pagos. Todavía no es preocupante”.

Respecto al año próximo, para los empresarios los temas más importantes serán los salarios, la atracción y retención de talento, la reforma impositiva, y la obtención de créditos. Asimismo, los ejecutivos consideran que las cuestiones “urgentes” a mejorar en la Argentina son la educación básica, la reforma impositiva, el combate a la corrupción y la seguridad.

De cara a aumentar su competitividad, los CEO’s esperan que se reduzca la inflación, se avance con la postergada reforma laboral y la reforma impositiva, que otra vez vuelve a aparecer. De hecho, este fue uno de los temas más recurrentes en los pasillos del Coloquio, junto a las tasas de interés, el dólar y el nivel de actividad.

En cuanto a cuáles son los principales problemas de la situación argentina, la respuesta déficit fiscal duplicó a los dos que le siguen, que son falta de acuerdo de las fuerzas políticas y confianza. En ese contexto, los empresarios recomendaron: bajar el gasto público, lograr consenso en temas cruciales, controlar la inflación, y estabilizar la economía.

Al momento de dar definiciones y pronósticos económicos, Kiguel aseguró que “esta crisis tomó a todo el mundo por sorpresa”, aunque la atribuyó principalmente al contexto internacional que, desde su visión, “se está resolviendo”.

Respecto al dólar, la encuesta reveló que para los empresarios “la devaluación era inevitable” y que “en gran parte ya se trasladó a precios”. Vaticinó además que el año que viene “debería ser más calmo” para el tipo de cambio, y pronosticó que el valor de la divisa estará “cercano al piso de la banda cambiaria” de $ 34.

Publicado en Ámbito el 18/10/2018