La euforia empresaria en las palabras, ¿irá a inversiones?

En medio de un clima marcadamente optimista, el jefe de Gabinete les mando un mensaje claro a los 900 empresarios y directivos que lo recibieron el jueves en el Coloquio de IDEA en Mar del Plata: `La sección Business se quejaba porque el pollo estaba frío mientras nosotros estábamos tratando de que no colapse el avión`.

Marcos Peña pidió menos quejas y más apuestas concretas, lo que, en términos empresarios, quiere decir que aumenten las inversiones, una asignatura pendiente a pesar de que este año, según los cálculos del economista Dante Sica, estarían aumentando 12% y sería decisivo para que la economía termine creciendo en torno de 3%.

El optimismo perdió brillo al conocerse el 1,9% de aumento del índice de inflación de septiembre (se esperaba que el alza estuviese en torno de 1,5%) en el entendimiento de que, después de las elecciones del 22, el Banco Central podría endurecer la política de contracción monetaria y la suba de las tasas de interés.

Pero el trasfondo del sentir de los empresarios lo sintetizó en el encuentro de IDEA una encuesta de Eduardo D´ Alessio sobre la percepción de la situación económica que marcó para el comienzo de 2018 el mayor nivel en más de 20 años.

El récord de optimismo se engarzó, a su vez, con una de las ideas fuerza que cruzó el Coloquio: al Gobierno se le abre una ventana de un año después de las elecciones para encarar las reformas que se planteen y que los empresarios esperan se encaminen a mejorar la competitividad. Pero el Gobierno ya dij o que no hay que esperar ajuste ni golpes de efecto en materia fiscal o laboral sino gradualismo a ultranza a menos, y eso no lo dicen en público, que el resultado de las elecciones le confiera un poder muy superior a la mejora de la representatividad en el Congreso.El presidente Macri prefiere ni hablar del tema. El ritmo que les piensa imprimir a los cambios la Casa Rosada a partir del 23 de octubre depende de lo que vaya a pasar el 22.

Pero la estrategia gradualista tiene, en el corto plazo, una vida asegurada en el elevado nivel de liquidez internacional y en el apetito de los fondos de inversión por los activos argentinos. El índice Merval de la Bolsa de Buenos Aires acumula una suba de 60% en el año y hay acciones, por caso TGN, que aumentaron más de 300%.

La semana pasada el bono que el Tesoro emitió a 100 años y que había arrancado cotizando a US$90, superó los US$101 y en el mercado hay una corriente compradora muy fuerte de los cupones de PBI a pesar de que todavía hay dudas ya que ese bono pagará renta sólo si la economía logra crecer 3% o más este año.

La pasión por los bonos argentinos, especialmente los valuados en dólares, tiene su fundamento en que, a pesar de los amagues de suba, la tasa de los bonos del Tesoro de los EE.UU. de 10 años sigue rindiendo en torno de 2,3% anual. Los argentinos pagan 6% y se ubican en el centro de atención de muchos fondos de inversión del exterior que buscan rentabilidad por todo el planeta.

Con esa melodía financiera de trasfondo, la estrategia gradualista del oficialismo gana posilidades a pesar de que en diciembre la Reserva Federal de los EE.UU. pueda disponer una suba de la tasa de referencia que sirve de `piso` para fijar el costo financiero a nivel mundial.

Mientras tanto, los asesores financieros locales empiezan a mirar con precaución las inversiones de corto plazo. Fueron fuertes las subas en acciones y en los bonos tanto en pesos como en dólares y las elecciones refrescan el consejo de `comprar con el rumor y vender con la noticia`.

Pero ese temor se diluyó bastante a contar por la evolución del mercado cambiario. La calma del dólar viene siendo la característica de las últimas semanas y los operadores coinciden en que el Banco Central tiene poder de sobra para manejar el mercado. El 26,25% anual de la tasa de las Lebac es un argumento contundente para contribuir a serenar las aguas cambiarías.

Además, después de la mala noticia de la inflación de septiembre, Federico Sturzenegger podría ganar argumentos para fortalecer su política de contracción monetaria. ¿Habrá otra suba de las tasas?. Otra pregunta que quedará sin respuesta hasta el lunes 23 de octubre. El ritmo de los cambios que impulsa la Casa Rosada a partir del 23 de octubre depende de lo que pase el 22.