“Efecto elecciones” en universidades: sube la demanda de maestrías si el kirchnerismo cae en encuestas

Por el alto costo de los programas de posgrado y la escasez de financiamiento, que deriva de la inflación y la recesión económica, muchos alumnos apuntan a cursar una segunda carrera de grado para continuar su formación profesional

20-03-2015
Por Paula Krizanovic

Las universidades privadas y escuelas de negocios en la Argentina no son ávidas de admitir cuando registran una baja en la cantidad de inscriptos, y consecuentemente una pérdida en sus ingresos. Se resisten a hacerlo incluso en medio de crisis económicas que afectan a una amplia cantidad de sectores.

Algunas aseguran que cuando escasea el interés de las empresas en pagar posgrados y maestrías para capacitar a su “top management”, se incrementa por otra parte la solicitud de programas “in company” para formar a los empleados y mandos medios, o la cursada de programas ejecutivos a los que se inscriben directamente los particulares.

Sin embargo, a fines de 2014 era un secreto a voces que la perspectiva que las casas de altos estudios tenían respecto de las inscripciones para el ciclo lectivo que inicia en marzo y abril de este año era, al menos, reservada.

Así quedó reflejado incluso en el relevamiento que realizó D’Alessio IROL para IDEA en noviembre último, que indicó que los planes de capacitación en pequeñas y medianas empresas pasó del 38% al 26%.

No obstante, los vaivenes políticos y económicos típicos de la Argentina guardaban una sorpresa para los directivos y rectores de algunas de las principales academias del país que tenían espectativas poco optimistas.

El golpe de la inflación y la inestabilidad en la educación superior fue innegable. “Hay un impacto directo sobre todo en las maestrías, que son programas que se cursan para ganar plata y donde los jóvenes necesitan el apoyo de las empresas. El financiamiento bancario se ofrece, pero no existe”, dijo al respecto Carlos Rodríguez, rector de la Universidad del CEMA.

“La financiación de las empresas es fundamental, pero estamos en un momento en el que las compañías automotrices, las de la construcción, los restaurantes, todo se ha derrumbado. Eso se siente, la demanda de maestrías está floja“, completó en el marco de la Exposición Argentina de Economía, Finanzas e Inversiones (EFI 2015), que se desarrolló en el Hotel Hilton de Buenos Aires.

Como consecuencia de la situación económica, aseguró que se siente un freno en las matriculaciones a nivel universitario, sobre todo de maestría. En este último segmento, la baja en UCEMA fue del 10%.

“No se ve tanto en los doctorados, porque allí funcionan las becas”, aclaró Rodríguez. Y a nivel de grado, contó que el impacto es menor porque “los que pagan son los padres”, aunque denotó un corrimiento en las inscripciones, que se postergaron para los meses de febrero y marzo cuando tradicionalmente inician en octubre.

Sin embargo, el rector remarcó que esta contracción fue contrarrestada por un fenómeno inesperado, el año electoral: “Finalmente, no caen tanto como yo esperaba porque hay otro efecto que son las expectativas. Este es un año electoral en el que se espera que el oficialismo pierda, y eso es bueno por la educación superior. Eso lo tenemos registrado desde 2003: cuando los Kirchner están por perder, tenemos un boom de las expectativas”.

El de UCEMA no es el único caso donde se registró este fenómeno. Juan Carlos Rabbat, presidente de la Universidad Siglo 21 coincidió en que “hay un coctail de recesión, inflación, inestabilidad, que se contrarresta con las expectativas” por los comicios presidenciales de octubre.

“Se hacía anunciar una inflación creciente y una inestabilidad importante. Pero no estamos notando una baja tan pronunciada como esperábamos en las matrículas. De hecho estamos en un año bueno. Evidentemente entran en juego las expectativas”, indicó el titular de la universidad con sede en la provincia de Córdoba, también en el marco del seminario de Educación de EFI 2015.

Rabbat hizo hincapié sobre la importancia en este contexto de hacer foco en las oportunidades que brinda la tecnología para reducir los costos de los programas, de manera de expandir el modelo de educación a distancia, en el cual Siglo 21 -que es la universidad con mayor cantidad de inscriptos en el país- ha desarrollado una amplia oferta. “Pero debe ser una reducción de costos y no de calidad”, acotó.

“La tendencia de la educación a distancia es innegable, es lo que viene, pero a la vez hay un acercamiento a la educación presencial para lograr la inclusión, a que haya una oferta universitaria acorde en el lugar donde están los alumnos”, agregó al respecto Gastón O’Donnell, rector de la Universidad de Ciencias Empresariales y Sociales (UCES).

Cambio de carrera
La situación económica más adversa que en años anteriores, también tuvo un efecto en el “mix” de empresas e industrias que tradicionalmente lideran la inversión en programas de maestría para sus ejecutivos, según admitió Rodríguez al ser consultado por este medio.

El panorama de inscripciones en UCEMA ilustra muy bien este cambio de tendencia: “Tenemos más alumnos inscriptos en nuestra Maestría en Finanzas, en la que finalmente tendremos un año mejor que el anterior”, acotó el rector de UCEMA a Campus-iProfesional.

“El MBA, por otra parte, al ser un programa más generalista, es muchísimo más sensible a la situación económica que atraviesan las empresas“, prosiguió.

El dato coincide con una tendencia general en la educación superior en todo el mundo, por la cual se abandonan los esquemas más abarcativos, como las maestrías en administración de negocios (o MBA, por sus siglas en inglés) a favor de otros más especializados, que enseñan habilidades y conocimientos específicos de un área determinada, también más directamente aplicables.

“El MBA es una formación transversal en el que los alumnos aprenden a ver a la empresa como un sistema. Es una gran oportunidad para los que tienen la chance de hacerlo, porque hoy en día es impensable que una empresa más o menos grande no lo requiera para una posición de alta gerencia”, consideró por su parte Rabbat. Y en este sentido, aclaró que el MBA, al ser un programa tan particular, “no se sustituye con dos carreras de grado”.

Esta última parece ser la opción que están siguiendo muchos de los nuevos profesionales. Rodríguez reveló que un 25% de los alumnos que debían graduarse de carreras de grado en UCEMA el año pasado optaron por continuar su formación de manera de obtener una segunda titulación.

Esto se debe, en gran parte, a la estructuración propia de las currículas en esta universidad, que facilita que los alumnos obtengan un segundo diploma con solo unos años más de cursada o materias complementarias. “Pero también es porque la otra opción sería hacer una maestría y están carísimas“, aseguró el rector de UCEMA.

Los programas de posgrado, además, requieren que los postulantes acrediten al menos algunos años de experiencia profesional, por lo que para muchos la posibilidad de pasar del grado al posgrado, sin escalas, está vedada.

Esta situación se complica más en algunas actividades tradicionales: “Salvo en carreras de tecnología donde están tapados de trabajo, me cuentan que el mercado laboral está muy duro para los chicos que se reciben este año en carreras de Economía o Ciencias Sociales”, aseguró Rodríguez.

En la UCES, reveló O’Donnell, la carrera más buscada en 2014 fue precisamente una de Ciencias Sociales: Psicología. “No creo que marque una tendencia real en educación a nivel país”, reflexionó el rector, quien reveló que la Universidad enfocará sus lanzamientos en carreras vinculadas a la Agronomía, donde avizoran una oportunidad.

En este sentido, consideró que se denota ya un corrimiento hacia las áreas más técnicas como las ingenierías, como promueve a través de distintas becas y programas el gobierno nacional. Sin embargo, “se debe también a que partimos de niveles muy bajos de vocación para este tipo de carreras”, especificó O’Donnell.

“Hay una vocación mayor por estudiar Ingeniería, y esto si se está viendo. Pero no está marcando la tendencia general del país. Hay déficit productivo enorme y esa brecha no se cierra con esto”, sentenció.