Despenalización del aborto: el debate cobra protagonismo en las aulas de los secundarios

Entre compañeros y profesores, el tema se instaló entre los adolescentes ¿Cómo conviven la militancia por la legalización del aboto y las posturas “pro vida” en los colegios religiosos? ¿Cuál es el rol de los docentes?

Por Lucía Ríos

Hace pocos días, una vecina de Boedo se acercó hasta la puerta del colegio Nacional Nº3 Mariano Moreno con una queja puntual: quería que sacaran el pañuelo verde, emblema de la campaña para legalizar el aborto, que colgaba de la puerta de entrada. “La rectora le contestó que no pensaba sacarlo”, reconstruye Tamara Goldzamd, entrevistada por Télam, sobre cómo se vive el debate que se da en el Congreso y, también, en el colegio.

El centro de estudiantes del Mariano Moreno y su Secretarías de Géneros son los que motorizan los debates, asambleas, pañuelazos y hasta charlas con profesionales para abordar la legalización del aborto. “Cuando la problemática alrededor de la violencia de género empieza a fortalecerse, la secretaría también lo hace”, afirma Goldzamd. Esta institución es conocida por tener, entre otras cosas, un centro de estudiantes “bastante luchador” y sus alumnos dan la discusión de manera regular: “Sólo dos personas se animaron a decir que estaban en contra”, cuenta la militante.

“En nuestro caso, no necesitamos un Centro de estudiantes. Es un colegio chico y cualquiera puede hablar en representación de un grupo o a nivel personal con el director o con quien sea”, cuenta sobre la dinámica diaria María Clara del Castillo, alumna de quinto año del colegio católico San Francisco de Asís de La Plata. Algo parecido les sucede a Nadia Valdez y Andrea Rodríguez del Agrotécnico Didascalio Santa Teresa del niño Jesús, en Banfield, quienes relatan: “No hay centro de estudiantes pero sí contamos con el diálogo con los profesores y los directivos. El debate se da en un clima clima familiar”.

Allí, quienes impulsan las charlas con doctores o los debates en las aulas son los directores y autoridades. En el caso del San Francisco de Asís también participan los dueños del instituto. “Nadie está obligado a participar, son invitaciones”, cuenta María Clara.

La escuela Ecos, un instituto privado en el barrio porteño de Villa Crespo, tiene un centro de estudiantes que surgió con la iniciativa de tres alumnas. Cindy Fraenkel, una de sus fundadoras, cuenta que el pañuelo verde se convirtió en un símbolo muy fuerte que permitió llevar el tema los distintos colegio cuando algunos alumnos lo empezaron a mostrar y surgieron preguntas: qué es y cómo se consigue. Eso dio pie a que pudiesen organizar charlas con profesionales, debates y que “participáramos de movilizaciones”. Cindy reconoce que las alumnas se enfrentan con otro problema: “Damos el debate todos los días en nuestras casas con algunos familiares porque tienen un nivel de deconstrucción muy distinto”.

Educación integral y aborto: ¿Cómo se relacionan?
Durante la adolescencia, hay una exploración de la sexualidad y de la propia identidad y es lógico que los jóvenes se involucren con esos temas. La posibilidad de un embarazo no deseado es uno de los miedos que aparecen en ese mundo. “Ronda desde siempre en las charlas de amigos, amigas y en las familias”, cuenta Cindy y explica: “Apostamos a la aplicación real de la ley de Educación Sexual Integral ya que cuando un estudiante le pregunta algo a algún profesor, al no haber capacitaciones docentes, no saben qué contestar y dicen: averigualo en tu casa. Es la peor respuesta que podemos recibir”.

El tema es abordado, en algunos casos, por profesores que se organizan, como en el caso del Mariano Moreno: “Hacen charlas en sus cursos y fomentan la discusión sobre esto y muchos otros temas más como la transfobia o las identidades de género”, cuenta Tamara.

Las escenas a las que remiten Cindy y Tamara están en sintonía con lo que indica un mapa más amplio. Según una investigación de la consultora D’Alessio Irol, dos de cada diez alumnos de escuelas secundarias públicas y privadas de la CABA y la provincia de Buenos Aires reciben información relacionada con educación sexual integral de manera habitual.

Una tríada clave: los profesores, los padres y la escuela
“Si algun profesor está a favor de la despenalización no lo suele manifestar porque al estar contratado por el instituto tiene que cumplir con el reglamento y las enseñanzas”, sentencia María Clara y continúa: “No está prohíbido pero no le corresponde expresar lo que piensa, así que supongo que se limita a no tocar el tema”. La alumna de quinto año cuenta que igualmente “toda pregunta de un alumno que no sea provida es bienvenida”.

Las entrevistadas coinciden en que hay alumnos a los que se les dificulta hablar el tema del aborto en sus casas. “Hay muchos padres en contra o que sostienen que son asesinatos o que simplemente no saben qué decir. Los de primer año, por ejemplo, nos cuentan que entienden la problemática y están a favor pero que en sus casas es un tema que no se toca”, explica Tamara y sigue con una anécdota que explica sobre por qué el debate es una puerta de entrada para hablar de salud reproductiva: “En una charla informal con chicas de primer año, terminamos explicándoles cómo se pone un preservativo porque tampoco lo sabían. En sus casas son temas tabú y les resulta imposible hablarlo”.

Azul Sokolowicz es vocal de la comisión directiva de la Escuela  Carlos Pellegrini, uno de los colegios que dependen de la Universidad de Buenos Aires. “Es fundamental que entendamos que tenemos el derecho de elegir sobre nuestros propios cuerpos y no tenemos por qué someternos a ser madres de manera forzada”, opina. “La mayoría se están posicionando a favor mediante votación”, avalúa.

Con respecto al rol de las instituciones, las tres cocincen: los debates son largos pero respetuosos, al menos hasta ahora.

¿Por qué el debate sobre el aborto tiene que estar presente en el aula?
Cindy da su postura: “Las adolescentes estamos en un momento de puro conocimiento de nuestro cuerpo. Los sábados voy a Ciudad Oculta a dar apoyo escolar y recreación y empecé a ver que pibas de entre 11 y 17 años con hijos o embarazadas y ahí es donde la injusticia social se ve de lejos”.

María Clara explica que en su colegio, al ser católico, tienen catequesis desde muy chicos y que en el secundario tienen formación religiosa “para tratar temas de ética y moral”. El aborto es central y lo abordan “muy a fondo”. “La campaña provida estuvo siempre, ya que el colegio promueve la vida mediante charlas y todo lo que se enseña en Biología y en las materias donde se pueda llegar a tratar este tema. Pero con el último proyecto de ley que se presentó en el Congreso, la campaña se hace con mucha más fuerza. El colegio busca concientizar a los alumnos mediante charlas con doctores y debates en clase sobre la gravedad del crimen que se quiere despenalizar”.

Para Azul, en cambio, el eje del debate es otro: “No es una cuestión de moral, sino que está en juego la salud de las mujeres. Acá  entra la cuestión de la igualdad social: no puede ser que las pobres mueran y las ricas puedan aportar”.

 

Publicado por Télam el 24/05/2018